{"id":7750,"date":"2009-04-01T00:00:37","date_gmt":"2009-03-31T22:00:37","guid":{"rendered":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/?p=7750"},"modified":"2009-04-01T00:00:37","modified_gmt":"2009-03-31T22:00:37","slug":"lectio-divina-con-maria-2","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/lectio-divina-con-maria-2\/","title":{"rendered":"Lectio divina con Mar\u00eda"},"content":{"rendered":"

Eugenio Alburquerque<\/strong>
\n <\/p>\n

    \n
  1. He aqu\u00ed la esclava del Se\u00f1or<\/strong><\/li>\n<\/ol>\n

    \u2026\u2026\u2026\u2026\u2026\u2026\u2026\u2026\u2026\u2026\u2026\u2026\u2026\u2026\u2026\u2026\u2026\u2026\u2026\u2026\u2026\u2026\u2026\u2026\u2026\u2026\u2026\u2026\u2026\u2026\u2026\u2026\u2026\u2026\u2026\u2026\u2026\u2026\u2026\u2026<\/strong><\/p>\n

     <\/p>\n

      \n
    • Lectura<\/strong>: Lc 1, 26-38.<\/li>\n<\/ul>\n

       
      \nAl sexto mes fue enviado por Dios el \u00e1ngel Gabriel a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, a una virgen desposada con un hombre llamado Jos\u00e9, de la casa de David; el nombre de la virgen era Mar\u00eda. Y entrando donde ella estaba, dijo: \u201cAl\u00e9grate, llena de gracia, el Se\u00f1or es contigo\u201d. Ella se turb\u00f3 por estas palabras, y discurr\u00eda qu\u00e9 significar\u00eda aquel saludo. El \u00e1ngel le dijo: \u201cNo temas, Mar\u00eda, porque has hallado gracia delante de Dios; vas a concebir en el seno y vas a dar a luz a un hijo, a quien pondr\u00e1s por nombre Jes\u00fas. \u00c9l ser\u00e1 grande y ser\u00e1 llamado Hijo del Alt\u00edsimo, y el Se\u00f1or Dios le dar\u00e1 el trono de David su padre; reinar\u00e1 sobre la casa de Jacob por los siglos y su reino no tendr\u00e1 fin\u201d. Mar\u00eda respondi\u00f3 al \u00e1ngel: \u201c\u00bfC\u00f3mo ser\u00e1 esto, puesto que no conozco var\u00f3n?\u201d El \u00e1ngel le respondi\u00f3: \u201cEl Esp\u00edritu Santo vendr\u00e1 sobre ti y el poder del Alt\u00edsimo te cubrir\u00e1 con su sombra; por eso el que ha de nacer ser\u00e1 santo y ser\u00e1 llamado Hijo de Dios. Mira, tambi\u00e9n Isabel, tu pariente, ha concebido un hijo en su vejez, y este es ya el sexto mes de aquella que llamaban est\u00e9ril, porque ninguna cosa es imposible para Dios\u201d. Dijo Mar\u00eda: \u201cHe aqu\u00ed la esclava del Se\u00f1or; h\u00e1gse en m\u00ed seg\u00fan tu palabra\u201d. Y el \u00e1ngel, dej\u00e1ndola se fue.<\/em>
      \n <\/p>\n

        \n
      • Meditaci\u00f3n<\/strong><\/li>\n<\/ul>\n

         
        \nSeis meses despu\u00e9s del anuncio del nacimiento del Bautista, el \u00e1ngel Gabriel visita en Nazaret a una virgen prometida a un hombre de nombre Jos\u00e9. Gabriel es portador de una misi\u00f3n divina. La destinataria, una doncella humilde y sencilla de nombre Mar\u00eda. Llegando a su presencia el \u00e1ngel la saluda de una forma singular. Su saludo es un saludo ins\u00f3lito; es una exhortaci\u00f3n a la alegr\u00eda. La alegr\u00eda tiene que llenar su coraz\u00f3n porque ha sido elegida y favorecida por Dios.
        \nEl \u00e1ngel la llama \u201cllena de gracia\u201d, precisamente por la elecci\u00f3n y el favor divino recibidos. Y le asegura: \u201cel Se\u00f1or est\u00e1 contigo\u201d. Asegur\u00e1ndole su presencia, le expresa el amor de predilecci\u00f3n de Dios para con Ella. Es tanto, que va a ser habitada, inundada, invadida por Dios. La ha elegido porque la ama; y es su amor el que le conf\u00eda la misi\u00f3n que el \u00e1ngel quiere anunciarle.
        \nPero a Mar\u00eda estas palabras la turban; no le turba su presencia, sino sus palabras. Quiere entenderlas, pero humanamente no es capaz de comprender su sentido, y se inquieta. Y de nuevo las palabras del \u00e1ngel la animan y confortan asegur\u00e1ndole que goza del benepl\u00e1cito divino. As\u00ed, la \u201cllena de gracia\u201d est\u00e1 ya preparada para recibir la misi\u00f3n que Dios le conf\u00eda: concepci\u00f3n y alumbramiento de un hijo, a quien pondr\u00e1 el nombre escogido por Dios mismo: Jes\u00fas. No es un hijo, fruto de su vida matrimonial. Antes de ser querido y deseado por ella, ha sido pensado por Dios. Y Dios, en su plan de salvaci\u00f3n, lo ha pensado \u201cGrande\u201d, \u201cHijo del Alt\u00edsimo\u201d, heredero del trono de David, Rey para siempre de la casa de Jacob.
        \nEs sobria la reacci\u00f3n de Mar\u00eda ante la revelaci\u00f3n que le hace Gabriel de la naturaleza del Hijo cuya concepci\u00f3n y alumbramiento Dios le conf\u00eda. No muestra ya turbaci\u00f3n, ni sobresalto, ni dudas. Tan solo una pregunta sobre la posibilidad misma de la concepci\u00f3n. No ve c\u00f3mo pueda la promesa divina convertirse en realidad, mientras ella siga siendo virgen. Ha escuchado atentamente el mensaje, lo ha entendido, lo acepta en su coraz\u00f3n, pero mirando su situaci\u00f3n y su estado actual no lo ve posible.
        \nLa respuesta del \u00e1ngel va m\u00e1s all\u00e1 de la pregunta de Mar\u00eda. No s\u00f3lo le explica el c\u00f3mo de la concepci\u00f3n, le revela tambi\u00e9n la naturaleza del hijo concebido: es el Hijo de Dios. Y le a\u00f1ade como prueba de la posibilidad de este nacimiento extraordinario, la maternidad de su pariente Isabel, que ha concebido en su vejez. La maternidad de una mujer anciana y est\u00e9ril es la prueba de la maternidad virginal. Ni la vejez, ni la esterilidad, ni la virginidad son obst\u00e1culo para Dios. Porque, para Dios, \u201cnada hay imposible\u201d.
        \nCon estas palabras concluye el mensaje del \u00e1ngel. Pero si es importante el mensaje divino, no lo es menos la respuesta humilde de Mar\u00eda. A diferencia de Zacar\u00edas, al anunciarle la maternidad de Isabel, Mar\u00eda no siente necesidad de confirmar la prueba ofrecida. Cree y conf\u00eda totalmente en el anuncio, confes\u00e1ndose sierva del Se\u00f1or. Entreg\u00e1ndose a su servicio, asiente a sus palabras, se abandona en las manos de Dios. Y el proyecto de Dios comienza a fecundar en sus entra\u00f1as. M\u00e1s que fruto del amor humano, Jes\u00fas es fruto de la fe y de la confianza en Dios de una virgen, que se hizo sierva. Porque crey\u00f3 y confi\u00f3 en Dios, aunque le propusiera lo imposible, hizo realidad el proyecto divino.
        \n <\/p>\n

          \n
        • Oraci\u00f3n<\/strong><\/li>\n<\/ul>\n

           
          \nEl Dios que eligi\u00f3 a Mar\u00eda virgen para alumbrar al Salvador, sigue llamando a personas dispuestas a encarnar su voluntad y a continuar su obra, el Reino de Dios. \u00c9l me llama a seguirle, a acoger el evangelio de la gracia y del amor, y a anunciarlo.
          \n– Doy gracias al Se\u00f1or por la vocaci\u00f3n y elecci\u00f3n de Mar\u00eda; y le doy gracias tambi\u00e9n por mi vocaci\u00f3n y por la misi\u00f3n que me conf\u00eda.
          \n– Agradezco la inmensa confianza que Dios deposita en m\u00ed, el inmenso amor que me tiene y mantiene a pesar de mi infidelidad, de mis dudas.
          \n– Le pido que me ense\u00f1e y ayude a creer y confiar, como Mar\u00eda; que me de fuerzas para fiarme de \u00c9l tambi\u00e9n en los momentos de oscuridad, cuando todo parece imposible.
          \n <\/p>\n

            \n
          • Contemplaci\u00f3n<\/strong><\/li>\n<\/ul>\n

             
            \nJunto al \u00e1ngel Gabriel, contemplamos a Mar\u00eda. Escuchamos el di\u00e1logo. Miramos a Mar\u00eda y la contemplamos llena de gracia, habitada por el Esp\u00edritu de Dios. Percibimos su turbaci\u00f3n. Rumiamos sobre todo sus palabras humildes y sencillas. Y nos quedamos con ella, una vez que se ha marchado el \u00e1ngel para contemplar el resplandor de su fe, de su amor y de su confianza en el Se\u00f1or, y para hacer nuestro su \u201cfiat\u201d.
            \n 
            \n <\/p>\n

              \n
            1. Bendita entre las mujeres<\/strong><\/li>\n<\/ol>\n

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               <\/p>\n

                \n
              • Lectura: <\/strong>Lc 1,39-56<\/li>\n<\/ul>\n

                 
                \nEn aquellos d\u00edas se levant\u00f3 Mar\u00eda y se fue con prontitud a la regi\u00f3n monta\u00f1osa, a una ciudad<\/em>
                \nde<\/em> Jud\u00e1; entr\u00f3 en casa de Zacar\u00edas y salud\u00f3 a Isabel. Y en cuanto oy\u00f3 Isabel el saludo de Mar\u00eda<\/em>
                \nsalt\u00f3<\/em> de gozo el ni\u00f1o en su seno, e Isabel qued\u00f3 llena del Esp\u00edritu Santo; y exclamando con gran<\/em>
                \nvoz<\/em>, dijo: \u00abBendita t\u00fa entre las mujeres y bendito el fruto de tu seno; y \u00bfde d\u00f3nde a m\u00ed que la<\/em>
                \nmadre<\/em> de mi Se\u00f1or venga a m\u00ed? Porque apenas lleg\u00f3 a mis o\u00eddos la voz de tu saludo salt\u00f3 de<\/em>
                \ngozo<\/em> el ni\u00f1o en mi seno. \u00a1Feliz la que ha cre\u00eddo que se cumplir\u00e1n las cosas que le fueron dichas<\/em>
                \nde<\/em> parte del Se\u00f1or! Y dijo Mar\u00eda: Engrandece mi alma al Se\u00f1or y mi esp\u00edritu se alegra en Dios<\/em>
                \nmi<\/em> salvador porque ha puesto los ojos en la humildad de su esclava, por eso desde ahora todas<\/em>
                \nlas<\/em> generaciones me llamar\u00e1n bienaventurada, porque ha hecho en mi favor maravillas el<\/em>
                \nPoderoso, santo es su nombre y su misericordia alcanza de generaci\u00f3n en generaci\u00f3n a los que<\/em>
                \nle<\/em> temen. Despleg\u00f3 la fuerza de su brazo, dispers\u00f3 a los que son soberbios en su propio\u00a0 coraz\u00f3n. Derrib\u00f3 a los potentados de sus tronos y exalt\u00f3 a los humildes. A los hambrientos colm\u00f3 de bienes y despidi\u00f3 a los ricos sin nada. Acogi\u00f3 a Israel su siervo, acord\u00e1ndose de la misericordia -como hab\u00eda prometido a nuestros padres- en favor de Abraham y su linaje por los siglos\u00bb. Mar\u00eda permaneci\u00f3 con ella unos tres meses, y se volvi\u00f3 a su casa\u201d<\/em> (Lc 1,39-56).<\/em>
                \n <\/p>\n

                  \n
                • Meditaci\u00f3n<\/strong><\/li>\n<\/ul>\n

                  \u00a0<\/em>
                  \nEn la escena de la visitaci\u00f3n asistimos\u00a0 a un doble encuentro: el encuentro de las dos madres agraciadas, la madre virgen y la madre anciana, que proclaman en la espera de su maternidad que para Dios nada hay imposible; y el encuentro de quienes son fruto de su vientre: el Mes\u00edas y el Bautista, que comienzan ya desde ahora su misi\u00f3n.
                  \nLa visitaci\u00f3n prolonga y revela el misterio de la anunciaci\u00f3n. Declar\u00e1ndose en el fiat<\/em> totalmente disponible a Dios, Mar\u00eda va a manifestarse muy pronto disponible al pr\u00f3jimo. Enseguida se pone en camino para visitar a su pariente Isabel. Pero no va sola; lleva a Dios en su seno.\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0 Va desde Nazaret a una ciudad de Jud\u00e1 situada en la regi\u00f3n monta\u00f1osa, probablemente la actual Ain Karim. La impulsa a ello no s\u00f3lo la alegr\u00eda del mensaje recibido, sino tambi\u00e9n el deseo vivo de contemplar el milagro que Dios ha obrado en su prima. Va a compartir su gozo y a servirla. Su disponibilidad a Dios le pide el servicio al pr\u00f3jimo. El signo de su maternidad divina la pone en camino para realizar lo que ha prometido: ser la sierva humilde del Se\u00f1or.
                  \nYa en Ain Karim, acoge Isabel a Mar\u00eda en su casa y en la acogida, apenas recibe el saludo, queda llena de la presencia de la madre y del Se\u00f1or. Inspirada por el Esp\u00edritu Santo, confiesa con alborozo: \u00abbendita t\u00fa entre las mujeres y bendito el fruto de tu seno\u00bb. \u00a0 De una manera muy sencilla expresa Isabel el misterio de Mar\u00eda: es la mujer bendita, por encima de todo y de todas las mujeres, por el fruto de su seno, por el Hijo que lleva en sus entra\u00f1as, por su elecci\u00f3n para ser la madre del Se\u00f1or; y es adem\u00e1s la mujer feliz y dichosa por haber acogido la Palabra y haber cre\u00eddo.\u00a0\u00a0\u00a0 Mar\u00eda no es una criatura que sabe; es una mujer que cree. Se anticipa a todos aquellos que han de escuchar, aceptar y creer en la Palabra. Es la \u00abmadre de la fe\u00bb; y, por serlo, llega a ser madre del Mes\u00edas. Si Abraham, por su fe, pudo vivir el milagro de la maternidad de una mujer anciana y est\u00e9ril, Mar\u00eda, en la fe, acepta y contempla su maternidad siendo virgen. Si Abraham condensa la fe de Israel y con su fe inaugura la antigua alianza, Mar\u00eda concentra en su fe al nuevo Israel que nace de la encarnaci\u00f3n y expresa el primer acto de fe de la nueva alianza. Si Abraham es el padre de los creyentes de la antigua alianza, Mar\u00eda es la madre de todos los creyentes de la nueva.
                  \nAl recibir a Mar\u00eda, Isabel queda \u00abllena del Esp\u00edritu Santo\u00bb. Bajo el influjo de Dios pregona la salvaci\u00f3n que le ha entrado en casa. El Esp\u00edritu le hace conocer el misterio de Mar\u00eda. Si el hecho de llevar al Hijo de Dios en su seno hace de Mar\u00eda, la m\u00e1s bendita entre las mujeres, tambi\u00e9n a nosotros su presencia nos llena de gracia y del Esp\u00edritu. Y si mirando a Mar\u00eda y contemplando su maternidad divina pudo Isabel comprender la misi\u00f3n de su propio hijo y el sentido de su esterilidad y su espera, durante tantos a\u00f1os, para convertirse en madre, tambi\u00e9n nuestros j\u00f3venes han de poder ver en nosotros el sentido de la vida, si realmente somos portadores de Dios.
                  \nAnte el misterio de Dios, presente en ella, prorrumpe Mar\u00eda en un canto de alabanza y agradecimiento. El magnificat<\/em> es su respuesta a la acci\u00f3n de Dios y a la alabanza que ha recibido de su prima. Mar\u00eda, tanto tiempo silenciosa, no puede contener m\u00e1s la emoci\u00f3n y la felicidad, y estalla en un canto de oraci\u00f3n. Desde lo m\u00e1s profundo de su ser, alaba a su Se\u00f1or. Todo su ser est\u00e1 abierto a Dios, reconoce su grandeza y se\u00f1or\u00edo, se alegra por su presencia y su salvaci\u00f3n. Esta contemplaci\u00f3n de Dios desde el interior de s\u00ed misma, la hace descubrir, admirar y cantar la realidad m\u00e1s honda de su existencia y el secreto de su vida: la mirada de Dios<\/em> se ha inclinado hacia ella y la ha inundado de gracia. Mar\u00eda se sabe y se siente mirada, con-templada por Dios. \u00c9l la ha pensado y elegido para acoger el cuerpo y la sangre de su Hijo, para ser templo y santuario del Esp\u00edritu. Por haber sido con-templada por Dios, por haber venido sobre ella el Esp\u00edritu Santo, es la llena de gracia. El Esp\u00edritu la am\u00f3 y habita en ella como en su templo. Ahora Mar\u00eda s\u00f3lo puede vivir ya para Dios, para la contemplaci\u00f3n.
                  \nEn su oraci\u00f3n, Mar\u00eda se cuenta entre los de condici\u00f3n humilde y pobre. Tiene conciencia de su pobreza y la siente como gracia. Por eso es capaz de abandonarse por completo en las manos del Padre. Se siente feliz de que Dios mire su peque\u00f1ez y de que su pobreza inicie el camino de la salvaci\u00f3n.
                  \nDe manera especial, el acontecimiento de la visitaci\u00f3n nos muestra la humildad y pobreza de Mar\u00eda como servicio. En actitud de generoso servicio Mar\u00eda acude a ayudar a su prima Isabel, anciana que se prepara a ser madre. Quiz\u00e1 el pobre no tenga muchas cosas para dar; pero la pobreza lo hace libre para servir, para entregarse a s\u00ed mismo, para dar su tiempo y su afecto, su dedicaci\u00f3n y su oraci\u00f3n. S\u00f3lo un coraz\u00f3n pobre puede servir y orar como Mar\u00eda. S\u00f3lo desde la pobreza seremos capaces de alabar, bendecir y dar gracias al Padre; s\u00f3lo sinti\u00e9ndonos peque\u00f1os y pobres ante Dios, podemos proclamar nuestro magnificat<\/em>.
                  \nDios pone los ojos en Mar\u00eda, la mira y contempla, la habita, hace maravillas en ella, porque es verdaderamente pobre. Nada tiene y nada desea; Dios le basta.En su peque\u00f1ez brilla la grandeza de Dios Y Mar\u00eda reconoce y proclama las maravillas que ha obrado en su sierva: siendo y permaneciendo virgen la ha hecho madre. Es dichosa y feliz al descubrirse mirada por Dios y al contemplar las obras grandes que ha hecho en ella. Y estas maravillas y este descubrimiento son el objeto y motivo de su oraci\u00f3n y su alabanza. En su oraci\u00f3n, reza su vida y descubre maravillada que cuanto le ha sucedido viene de Dios y es obra suya.
                  \nPero Mar\u00eda no alaba s\u00f3lo a Dios por lo que ha realizado en ella. Reconoci\u00e9ndolo, descubre que la santidad y la misericordia de Dios se extienden de generaci\u00f3n en generaci\u00f3n. Al descubrir la acci\u00f3n de Dios en ella, descubre tambi\u00e9n el horizonte de la salvaci\u00f3n. Si el encuentro con Dios la ha transformado a ella, la potencia de su gracia puede extenderse y provocar un cambio sin l\u00edmites. El poder de la gracia del Se\u00f1or es, pues, esperanza de salvaci\u00f3n y liberaci\u00f3n para todos. Lo que Dios ha llevado a cabo en ella y a trav\u00e9s de ella como madre del Mes\u00edas, es una revelaci\u00f3n de su fuerza y de su poder, de su manera de actuar; puede tambi\u00e9n realizarlo en la historia.
                  \nPor eso, la virgen sencilla de Nazaret entona tambi\u00e9n en su oraci\u00f3n de alabanza un canto de solidaridad y liberaci\u00f3n.\u00a0\u00a0 En el magnificat<\/em>, Mar\u00eda testimonia y canta las nuevas maravillas, los actos de poder que Dios realiza con su brazo, invirtiendo el orden humano de las cosas: dispersando, derribando, despidiendo vac\u00edos a los soberbios, a los potentados, a los ricos; y ensalzando y colmando de bienes a los humildes, a los hambrientos, a los pobres. Es la inversi\u00f3n y el cambio radical que anuncia la llegada del Reino de Dios. Mar\u00eda proclama por anticipado las bienaventuranzas del Reino.
                  \nEl canto de subversi\u00f3n e inversi\u00f3n de Mar\u00eda, levantamiento de los humildes y derrumbamiento de los poderosos, engarza con toda la tradici\u00f3n b\u00edblica anterior.Yahv\u00e9h repudia a los altaneros, hunde a los altivos (Is 2,11), \u00abarranca de ra\u00edz a los soberbios\u00bb (Eclo 10,18), \u00ababate a los poderosos\u00bb (Jb 12,19); y en cambio, \u00ablevanta del polvo al desvalido\u00bb (Sal 113,7), estimula a los mansos, hace prosperar a los afligidos (Job 5,11), da su gracia a los humildes (Prov 3,34). Y es que Dios, como proclama Mar\u00eda, pone sus ojos en los de condici\u00f3n humilde. Cuando el hombre se encierra en s\u00ed mismo y conf\u00eda simplemente en su fuerza, se hace incapaz de escuchar la voz de Dios y de acoger su gracia. Dios act\u00faa salvando a los peque\u00f1os. Y el encuentro con Dios se realiza desde el reconocimiento de la limitaci\u00f3n y la debilidad, desde la humildad y la pobreza.
                  \nDios se halla comprometido en el cambio de la historia. Por ello interviene y toma partido a favor de los d\u00e9biles y los pobres, haciendo tambalear a los grandes y poderosos. Los potentados y los ricos son objeto del rechazo y la condena de Dios; los pobres y los hambrientos, de su preocupaci\u00f3n salv\u00edfica. Al cantar Mar\u00eda la alabanza de Dios que sacia a los hambrientos, est\u00e1 anunciando la llegada del Reino y la salvaci\u00f3n de su Hijo.
                  \nCuando la comunidad cristiana no sigue estos criterios, cuando preferimos a los sabios, a los ricos y a los poderosos y menospreciamos a los pobres, a los d\u00e9biles, a los hambrientos, nos desviamos y no somos fieles al Dios que nos llam\u00f3 en nuestra pobreza y limitaci\u00f3n, al Dios que proclam\u00f3 la bienaventuranza de los pobres y que envi\u00f3 a su Hijo a evangelizar a los pobres. El canto de Mar\u00eda es un anticipo del programa, del mensaje y de la misi\u00f3n de Jes\u00fas. En su oraci\u00f3n, ella es el primer testigo del Reino de la justicia y la fraternidad.
                  \nLa mirada y la acci\u00f3n de Dios hacen a Mar\u00eda bienaventurada. Y ella misma, sinti\u00e9ndose profundamente gozosa en el gozo de su Se\u00f1or proclama: \u00abdesde ahora me felicitar\u00e1n todas las generaciones\u00bb (1,48). \u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0 Con la irrupci\u00f3n del Reino se realiza la bienaventuranza de los pobres, los humildes, los sencillos. En medio de ellos, Mar\u00eda es ya la primera dichosa y bienaventurada. Y vislumbra, adem\u00e1s, prof\u00e9ticamente que todos los seguidores del Hijo de sus entra\u00f1as descubrir\u00e1n y proclamar\u00e1n su bienaventuranza. Lo es, porque ha dejado que Dios obre en ella y porque la acci\u00f3n de Dios ha realizado la maravilla de hacerla madre de su Se\u00f1or. Es bienaventurada porque en ella todo es gracia y don de Dios. En el fondo de su peque\u00f1ez y de su pobreza bulle y anida el poder y la grandeza de Dios.
                  \n <\/p>\n

                    \n
                  • Oraci\u00f3n<\/strong><\/li>\n<\/ul>\n

                     
                    \nPodemos hacer nuestra la misma oraci\u00f3n de Mar\u00eda. Proclamemos nuestro propio magn\u00edficat. Alabemos al Se\u00f1or, nuestro salvador, que ha puesto tambi\u00e9n sus ojos en nosotros. Sentirse personalmente pobre y humilde ante \u00e9l. Pedirle que me ense\u00f1e a serlo. Pensar en las maravillas que Dios ha realizado en m\u00ed. Darle gracias. Y sentir tambi\u00e9n las maravillas de Dios presentes en todo lo creado, en la vida, en la historia, en los seres humanos, en cuantos me rodean. Y agradecerle todo su amor y misericordia.
                    \n <\/p>\n

                      \n
                    • Contemplaci\u00f3n<\/strong><\/li>\n<\/ul>\n

                       
                      \nMar\u00eda contempla y ora porque ha sido pensada, contemplada y habitada por Dios. Dej\u00e9monos contemplar y mirar<\/em> por El para sentirnos envueltos y habitados por su ternura y su amor. Acrecentar y orar, en este momento, el deseo de ser pensado, conocido y contemplado por Dios. Intentemos descubrir la mirada de amor que nos envuelve y entremos en el intercambio de las miradas de Dios. Serena y silenciosamente vivamos ahora la presencia y la in-habitaci\u00f3n del Esp\u00edritu. Y qued\u00e9monos as\u00ed, ante El, con El y en El.
                      \n 
                      \n <\/p>\n

                        \n
                      1. Haced lo que \u00e9l os diga<\/strong><\/li>\n<\/ol>\n

                        \u2026\u2026\u2026\u2026\u2026\u2026\u2026\u2026\u2026\u2026\u2026\u2026\u2026\u2026\u2026\u2026\u2026\u2026\u2026\u2026\u2026\u2026\u2026\u2026\u2026\u2026\u2026\u2026\u2026\u2026\u2026\u2026\u2026\u2026\u2026\u2026\u2026\u2026\u2026\u2026\u2026\u2026\u2026\u2026\u2026…<\/p>\n

                         <\/p>\n

                          \n
                        • Lectura<\/strong>: Jn 2, 1-12<\/li>\n<\/ul>\n

                           
                          \nTres d\u00edas despu\u00e9s se celebraba una boda en Can\u00e1 de Galilea y estaba all\u00ed la madre de Jes\u00fas. Fue invitado tambi\u00e9n a la boda Jes\u00fas con sus disc\u00edpulos. Y, como faltara vino, le dice a Jes\u00fas su madre: \u201cNo tienen vino\u201d. Jes\u00fas le responde: \u201c\u00bfQu\u00e9 tengo yo contigo, mujer? Todav\u00eda no ha llegado mi hora\u201d. Dice su madre a los sirvientes: \u201cHaced lo que \u00e9l os diga\u201d. Hab\u00eda all\u00ed seis tinajas de piedra, puestas para las purificaciones de los jud\u00edos, de dos o tres medidas cada una. Les dice Jes\u00fas: \u201cllenad las tinajas de agua\u201d. Y las llenaron hasta arriba. \u201cSacadlo ahora, les dice, y llevadlo al maestresala\u201d. Ellos lo llevaron. Cuando el maestresala prob\u00f3 el agua convertida en vino, como ignoraba de d\u00f3nde era (los sirvientes, los que hab\u00edan sacado el agua, s\u00ed que lo sab\u00edan), llama el maestresala al novio, y le dice: \u201cTodo el mundo sirve primero el vino bueno y cuando ya est\u00e1n bebidos, el inferior. Pero t\u00fa has guardado el vino bueno hasta ahora\u201d. As\u00ed, en Can\u00e1 de Galilea, dio Jes\u00fas comienzo a sus se\u00f1ales. Y manifest\u00f3 su gloria, y creyeron en \u00e9l sus disc\u00edpulos. Despu\u00e9s baj\u00f3 a Cafarna\u00fam con su madre y los hermanos, pero no se quedaron all\u00ed muchos d\u00edas.<\/em>
                          \n 
                          \nMeditaci\u00f3n<\/strong>
                          \n 
                          \nAl comenzar su misi\u00f3n, Jes\u00fas asiste con sus disc\u00edpulos a una boda en Can\u00e1de Galilea. A primera vista, puede aparecer un hecho trivial. Sin embargo est\u00e1 cargado de simbolismo. San Juan se\u00f1ala que Jes\u00fas ha sido invitado y que, al llegar, estaba ya all\u00ed su madre. Hac\u00eda, quiz\u00e1, pocas semanas que la hab\u00eda dejado su hijo; es, pues, el primer encuentro tras su partida. Mar\u00eda lo ve por primera vez rodeado del grupo de sus disc\u00edpulos. Pero el evangelista, sin detenerse en nada m\u00e1s, pasa enseguida a destacar el hecho simple que sucede en medio de la celebraci\u00f3n del banquete nupcial, s\u00edmbolo caracter\u00edstico tanto en el juda\u00edsmo como en el cristianismo, para representar los tiempos mesi\u00e1nicos.
                          \nEs Mar\u00eda la primera en advertirlo; y de forma sencilla se acerca a su hijo y le dirige estas palabras: \u201cNo tienen vino\u201d. \u00bfQu\u00e9 es lo que realmente est\u00e1 pidiendo a Jes\u00fas?\u00a0 \u00bfLe pide una intervenci\u00f3n extraordinaria? \u00bfAtisba ya ella su poder divino? \u00bfIntuye que est\u00e1 llegando ya la hora de los signos? Jes\u00fas se resiste. Puede parecer incluso arisco en su oscura y distante respuesta. Pero Mar\u00eda, llegando quiz\u00e1 m\u00e1s all\u00e1 de la superficie de las palabras al mismo coraz\u00f3n del hijo, act\u00faa y dice a los sirvientes: \u201cHaced lo que \u00e9l os diga\u201d.
                          \nAnte el estupor y sorpresa del maestresala y de los sirvientes, de los novios e invitados, de los mismos disc\u00edpulos, se produce el milagro. Jes\u00fas comienza sus \u201csignos\u201d y manifiesta su gloria. Y comienza la fe de los disc\u00edpulos. Madre e hijo, que hab\u00edan llegado por separado, salen y marchan juntos, rodeados de los disc\u00edpulos. En el origen de esta nueva familia est\u00e1 la fe. El comienzo de los signos es el comienzo del Reino; el vino nuevo<\/em> es el signo de la vida nueva<\/em> que comienza en Cristo. La hora<\/em>, a la que tantas veces alude Jes\u00fas en el evangelio de san Juan, es ciertamente la hora del Calvario. Significativamente, s\u00f3lo en esta ocasi\u00f3n y junto al Calvario, aparece Mar\u00eda en el cuarto evangelio. Si en las bodas de Can\u00e1, a instancias suyas adelanta Jes\u00fas la hora<\/em> de su revelaci\u00f3n, en el Calvario llega suhora<\/em> y, \u201cdesde esa hora el disc\u00edpulo la tom\u00f3 consigo\u201d. En Can\u00e1, Jes\u00fas cita a su madre para esa hora definitiva, la hora de la consumaci\u00f3n y la hora de la gloria.
                          \n <\/p>\n

                            \n
                          • Oraci\u00f3n<\/strong><\/li>\n<\/ul>\n

                             
                            \nAgradezcamos al Se\u00f1or que, a instancias de Mar\u00eda, manifestara p\u00fablicamente su poder divino; y agradezcamos a Mar\u00eda su mediaci\u00f3n. Pidamos a la madre que acompa\u00f1e siempre a los disc\u00edpulos de su Hijo, que acompa\u00f1e siempre a la Iglesia de Cristo. Y pidamos tambi\u00e9n que siga siendo mediadora; que tambi\u00e9n en nuestra vida siga estando \u201cal quite\u201d, que est\u00e9 siempre cerca y advierta a su Hijo de nuestros despistes, de nuestros errores, de nuestros fallos. Pid\u00e1mosle obediencia y docilidad para cumplir tambi\u00e9n nosotros sus palabras y hagamos siempre lo que \u00e9l nos diga<\/em>.
                            \n <\/p>\n

                              \n
                            • Contemplaci\u00f3n<\/strong><\/li>\n<\/ul>\n

                               
                              \nNos unimos al grupo de los disc\u00edpulos que llegan con Jes\u00fas a Can\u00e1 de Galilea. Vemos y saludamos a Mar\u00eda, y podemos quedarnos ya con ella para contemplar mejor no s\u00f3lo lo que sucede sino tambi\u00e9n todo su profundo significado. Escuchamos el di\u00e1logo entre la madre y el hijo. Vamos con Mar\u00eda hacia Jes\u00fas y hacia los sirvientes. Los acompa\u00f1amos a las bodegas, llenamos de agua las tinajas y probamos el vino nuevo del Reino. Creemos con los disc\u00edpulos y, unidos en la fe, nos quedamos de nuevo junto a la Madre sintiendo la alegr\u00eda de la vida nueva.
                              \n 
                              \n 
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                              Eugenio Alburquerque   He aqu\u00ed la esclava del Se\u00f1or \u2026\u2026\u2026\u2026\u2026\u2026\u2026\u2026\u2026\u2026\u2026\u2026\u2026\u2026\u2026\u2026\u2026\u2026\u2026\u2026\u2026\u2026\u2026\u2026\u2026\u2026\u2026\u2026\u2026\u2026\u2026\u2026\u2026\u2026\u2026\u2026\u2026\u2026\u2026\u2026   Lectura: Lc 1, 26-38.   Al sexto mes fue enviado por Dios el \u00e1ngel Gabriel a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, a una virgen desposada con un hombre llamado Jos\u00e9, de la casa de David; el nombre de la virgen era Mar\u00eda. Y […]<\/p>\n","protected":false},"author":3,"featured_media":0,"comment_status":"closed","ping_status":"closed","sticky":false,"template":"","format":"standard","meta":{"_et_pb_use_builder":"","_et_pb_old_content":"","_et_gb_content_width":"","footnotes":""},"categories":[465,1295,94],"tags":[],"class_list":["post-7750","post","type-post","status-publish","format-standard","hentry","category-eugenio-alburquerque-frutos","category-materiales-387","category-mision-joven-2"],"_links":{"self":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/7750","targetHints":{"allow":["GET"]}}],"collection":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/posts"}],"about":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/types\/post"}],"author":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/users\/3"}],"replies":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/comments?post=7750"}],"version-history":[{"count":0,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/7750\/revisions"}],"wp:attachment":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/media?parent=7750"}],"wp:term":[{"taxonomy":"category","embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/categories?post=7750"},{"taxonomy":"post_tag","embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/tags?post=7750"}],"curies":[{"name":"wp","href":"https:\/\/api.w.org\/{rel}","templated":true}]}}