{"id":7758,"date":"2009-04-01T00:00:13","date_gmt":"2009-03-31T22:00:13","guid":{"rendered":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/?p=7758"},"modified":"2009-04-01T00:00:13","modified_gmt":"2009-03-31T22:00:13","slug":"la-catequesis-momento-esencial-y-prioritario-del-proceso-de-evangelizacion","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/la-catequesis-momento-esencial-y-prioritario-del-proceso-de-evangelizacion\/","title":{"rendered":"La catequesis, momento esencial y prioritario del proceso de evangelizaci\u00f3n"},"content":{"rendered":"
Emilio Alberich es Presidente de la Asociaci\u00f3n Espa\u00f1ola de Catequetas<\/strong> La catequesis sigue siendo, en la mayor\u00eda de nuestras comunidades y parroquias, una \u00abasignatura pendiente\u00bb. Desde muchos puntos de vista, no funciona<\/em>, no consigue los frutos esperados, no parece responder al ingente despliegue de fuerzas que normalmente se invierten. En muchos catequistas, sacerdotes y agentes pastorales cunde la insatisfacci\u00f3n, el des\u00e1nimo. Se quiere responder a la situaci\u00f3n lanzando el imperativo de la evangelizaci\u00f3n, ponderando la importancia de los pasos previos a la catequesis e invocando la actuaci\u00f3n de formas de \u00abprimer anuncio\u00bb de la fe. Estamos ante el deseo de rehacer el \u00abproceso evangelizador<\/em>\u00bb, y en este contexto hay que reflexionar tambi\u00e9n sobre el papel y las modalidades de la labor catequ\u00e9tica<\/em>, precisando sus nuevas coordenadas y el cometido que le compete. <\/strong><\/p>\n 1. <\/strong>EL \u00abREDESCUBRIMIENTO\u00bb DEL PROCESO DE EVANGELIZACI\u00d3N <\/strong> El modelo de toda catequesis, nos dice el Directorio General para la Catequesis (DGC) es el catecumenado bautismal (DGC 59). Y a la luz de este modelo, una cosa resulta evidente: como el catecumenado, la catequesis debe redescubrir su dimensi\u00f3n esencial de \u00abproceso\u00bb, de \u00abitinerario\u00bb, de camino por etapas. Y esto en el contexto del dinamismo de la evangelizaci\u00f3n, dentro de \u00abproceso de evangelizaci\u00f3n\u00bb al que pertenece. Hoy la catequesis est\u00e1 pidiendo a gritos una revisi\u00f3n decidida de su modo de ser entendida y de su manera de ser realizada, sobre todo en funci\u00f3n del proceso de iniciaci\u00f3n cristiana.[1]<\/a> Tal como se practica en la actualidad, hay que reconocer que no funciona<\/em> y que, reducida por lo general a la catequesis ni\u00f1os y adolescentes, con vistas a la celebraci\u00f3n de los sacramentos, todo termina en unas fiestas m\u00e1s bien mundanas, con sacramentos incorporados, que no anuncian para nada un futuro de fe. Esto, junto con otros hechos que delatan la crisis actual de la acci\u00f3n pastoral de la Iglesia, obliga a una revisi\u00f3n valiente y decidida de su misi\u00f3n. Se invoca por tanto una verdadera \u00abconversi\u00f3n pastoral\u00bb, que tiene en su centro la urgencia de la evangelizaci\u00f3n, la necesidad de un Iglesia \u00aben estado de evangelizaci\u00f3n\u00bb. En esta etapa catecumenal encuentra su lugar preferente la catequesis<\/em>de iniciaci\u00f3n, de la que dice expresamente el Directorio General para la Catequesis (DGC 63-64) que es \u00abmomento\u00bb esencial del proceso de la evangelizaci\u00f3n. Y a\u00f1ade: <\/p>\n <\/p>\n 2. RESPETAR LOS TIEMPOS, SIN PRISAS<\/strong><\/p>\n Redescubrir y respetar la estructura del proceso de evangelizaci\u00f3n es hoy una exigencia pastoral insustituible. Por desgracia, nuestra pastoral ordinaria ignora casi por completo la existencia de este proceso y su l\u00f3gica interna. Seguimos pensando que podemos contar siempre con un pueblo cristiano que es tal por nacimiento, por tradici\u00f3n, por herencia. No creemos necesario despertar la opci\u00f3n por la fe, por lo que \u2013 eso s\u00ed – nos planteamos el problema de c\u00f3mo hacer para que estos cristianos sean, efectivamente, \u00abbuenos cristianos\u00bb. El proclamado \u00abproceso de evangelizaci\u00f3n\u00bb puede tener vigencia, si acaso, en las lejanas \u00abtierras de misi\u00f3n\u00bb.<\/p>\n La consecuencia de todo esto es que la acci\u00f3n misionera<\/em> \u00abad extra\u00bb brilla pr\u00e1cticamente por su ausencia, entre nosotros. Se presupone de hecho una opci\u00f3n de fe y un sentido de pertenencia cristiana que en realidad son m\u00e1s formales que sustanciales, comprometiendo seriamente el proceso de iniciaci\u00f3n y toda la pastoral sacramental. Nuestros cristianos \u2013 al menos muchos de ellos \u2013 siguen solicitando y frecuentando los sacramentos, pero se trata m\u00e1s bien de actos sociales que no comprometen ni aseguran una real adhesi\u00f3n de fe. EMILIO ALBERICH<\/p>\n Emilio Alberich es Presidente de la Asociaci\u00f3n Espa\u00f1ola de Catequetas S\u00cdNTESIS DEL ART\u00cdCULO Parte este art\u00edculo de la necesidad, fuertemente sentida hoy, de revisar en profundidad la catequesis: el modo de entenderla y realizarla, sobre todo en funci\u00f3n del proceso de la iniciaci\u00f3n cristiana. Se trata de redescubrir el proceso evangelizador y de respetar las […]<\/p>\n","protected":false},"author":3,"featured_media":0,"comment_status":"closed","ping_status":"closed","sticky":false,"template":"","format":"standard","meta":{"_et_pb_use_builder":"","_et_pb_old_content":"","_et_gb_content_width":"","footnotes":""},"categories":[251,1293,94],"tags":[],"class_list":["post-7758","post","type-post","status-publish","format-standard","hentry","category-emilio-alberich-sotomayor","category-estudios-387","category-mision-joven-2"],"_links":{"self":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/7758","targetHints":{"allow":["GET"]}}],"collection":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/posts"}],"about":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/types\/post"}],"author":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/users\/3"}],"replies":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/comments?post=7758"}],"version-history":[{"count":0,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/7758\/revisions"}],"wp:attachment":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/media?parent=7758"}],"wp:term":[{"taxonomy":"category","embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/categories?post=7758"},{"taxonomy":"post_tag","embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/tags?post=7758"}],"curies":[{"name":"wp","href":"https:\/\/api.w.org\/{rel}","templated":true}]}}
\n <\/strong>
\nS\u00cdNTESIS DEL ART\u00cdCULO<\/strong>
\nParte este art\u00edculo de la necesidad, fuertemente sentida hoy, de revisar en profundidad la catequesis: el modo de entenderla y realizarla, sobre todo en funci\u00f3n del proceso de la iniciaci\u00f3n cristiana. Se trata de redescubrir el proceso evangelizador y de respetar las distintas etapas y los tiempos. Pero para llegar a un cristianismo evangelizador, hace falta una verdadera conversi\u00f3n pastoral y situar entonces la catequesis en su lugar preciso, como momento prioritario de la evangelizaci\u00f3n. Para ello, la catequesis debe repensar a fondo su identidad, sus actores, sus m\u00e9todos y contenidos.<\/p>\n
\nAhora bien, al centrar la atenci\u00f3n en la labor evangelizadora y sus exigencias, una dimensi\u00f3n, que le es esencial, ha sido felizmente redescubierta y puesta en evidencia: el llamado \u00abproceso evangelizador\u00bb.
\nEn la entra\u00f1a del razonamiento est\u00e1 la idea de que la evangelizaci\u00f3n, tanto por parte de los que la realizan como por parte de los que la acogen como opci\u00f3n de vida, se despliega normalmente en una serie de etapas o momentos que marcan el proceso del despertar y crecer en la fe. El DGC lo presenta de esta manera:
\n
\n\u00abEl proceso evangelizador [\u2026] est\u00e1 estructurado en etapas o \u201cmomentos esenciales\u201d: la acci\u00f3n misionera<\/em> para los no creyentes y para los que viven en la indiferencia religiosa; la acci\u00f3n catequ\u00e9tico-iniciatoria<\/em> para los que optan por el Evangelio y para los que necesitan completar o reestructurar su iniciaci\u00f3n; y la acci\u00f3n pastoral<\/em> para los fieles cristianos ya maduros, en el seno de la comunidad cristiana\u00bb (DGC 49).
\n <\/strong>
\nHe aqu\u00ed una sucesi\u00f3n que, describe el dinamismo, el itinerario ideal del quehacer evangelizador en su concreta realizaci\u00f3n:
\n <\/p>\n\n
\n\u00ab[La Iglesia] impulsada por la caridad, impregna y transforma todo el orden temporal, asumiendo y renovando las culturas; da testimonio entre los pueblos de la nueva manera de ser y de vivir que caracteriza a los cristianos; y proclama expl\u00edcitamente el Evangelio, mediante el \u201cprimer anuncio\u201d, llamando a la conversi\u00f3n\u00bb (DGC 48).
\n <\/p>\n\n
\n
\n\u00abLa catequesis es uno de esos momentos \u2013 y cu\u00e1n se\u00f1alado \u2013 en el proceso total de la evangelizaci\u00f3n. Esto quiere decir que hay acciones que \u201cpreparan\u201d a la catequesis y acciones que \u201cemanan\u201d de ella\u00bb (DGC 63).
\n <\/p>\n\n
\n
\nOtra consecuencia l\u00f3gica: no damos importancia a la acci\u00f3n catecumenal<\/em>, ya que no hay – as\u00ed se piensa – candidatos adultos al bautismo y puesto que la iniciaci\u00f3n cristiana se desarrolla, en su forma tradicional con los ni\u00f1os y adolescentes, como acci\u00f3n pastoral dentro de la comunidad cristiana.
\nEn cambio, la acci\u00f3n \u00abpastoral\u00bb ad intra<\/em>, siguiendo la tradici\u00f3n, ocupa todo el espacio del quehacer eclesial, polarizada en la pr\u00e1ctica religiosa de la comunidad que de alguna manera se conserva fiel y sigue frecuentando la iglesia. Alguien ha dicho que estamos invirtiendo el sentido de la par\u00e1bola de la oveja perdida: dedicamos nuestros cuidados a las pocas ovejas que quedan en el redil y descuidamos casi por completo a las m\u00e1s de noventa que se han perdido fuera. De cuando en cuando, dentro de esta l\u00f3gica intraeclesial, se lanzan algunas iniciativas para hacer volver a la pr\u00e1ctica religiosa a los llamados \u00ablejanos\u00bb, como en el caso de las misiones populares.
\nOtra consecuencia de este planteamiento es que la presencia y acci\u00f3n en el mundo<\/em> de nuestros cristianos resultan muy escasas, casi inexistentes, y con poca o nula relevancia social. Una visi\u00f3n espiritualizante y dualista impide a la comunidad cristiana incidir de manera significativa en la esfera social y pol\u00edtica y contribuir eficazmente a la transformaci\u00f3n de la sociedad.
\nEn este panorama de pr\u00e1ctica pastoral no falta la catequesis, concentrada por lo general en la preparaci\u00f3n a los sacramentos de ni\u00f1os y adolescentes. Con resultados decepcionantes, que dejan un amargo sabor de boca a catequistas y agentes pastorales. Se constata incluso que muchos sacerdotes \u00abno creen en la catequesis\u00bb, y no es de extra\u00f1ar que una catequesis de este tipo no despierte precisamente el entusiasmo.
\n <\/p>\n\n
\nTodo esto nos lleva a concluir que se impone verdaderamente una valiente \u00abconversi\u00f3n pastoral<\/em>\u00bb, para pasar de un cristianismo convencional y \u00absociol\u00f3gico\u00bb a un cristianismo evangelizador, \u00abde propuesta\u00bb,[2]<\/a> pasando \u00abde la herencia a la proposici\u00f3n o tambi\u00e9n de una pastoral del reclutamiento a una pastoral engendradora\u00bb.[3]<\/a> Tenemos que volver a activar la funci\u00f3n generadora de la Iglesia, superando la inercia conservadora, o peor, el deseo de restauraci\u00f3n. Habr\u00e1 que superar el miedo a la generaci\u00f3n, la actitud de quien no cree en la posibilidad de engendrar nuevos hijos. Un obispo alem\u00e1n, Mons. Joachim Wanke, lo ha expresado en t\u00e9rminos muy claros:
\n
\n\u00abA nuestra Iglesia cat\u00f3lica en Alemania le falta algo. No el dinero. Tampoco los fieles. Lo que le falta a nuestra Iglesia cat\u00f3lica en Alemania es la convicci\u00f3n de poder conseguir nuevos cristianos\u00bb.[4]<\/a>
\n
\nSe nos invita a cambiar de mentalidad y a tomar muy en serio los distintos momentos del proceso evangelizador<\/em>, siguiendo la l\u00f3gica de una perspectiva claramente evangelizadora. Actualmente resulta demasiado estridente el divorcio entre fe y vida y la desproporci\u00f3n entre la masa de bautizados y los contornos presumiblemente reales de la comunidad cristiana.
\nHabr\u00e1 que fomentar ante todo la acci\u00f3n misionera <\/em>propiamente dicha, superando la tradicional polarizaci\u00f3n pastoral en la actividad intraeclesial. El campo que se nos presenta es muy amplio: presencia en el mundo y actitud de servicio, participaci\u00f3n en foros profanos, di\u00e1logo cultural y religioso, iniciativas de primer anuncio del Evangelio, etc. Se siente con fuerza la necesidad de volver a actuar este momento inicial del proceso evangelizador, el primer anuncio, por tanto tiempo olvidado, y sin el cual resulta vano el empe\u00f1o catequ\u00e9tico.[5]<\/a>
\nTambi\u00e9n la acci\u00f3n catecumenal <\/em>\u2013 se nos est\u00e1 diciendo desde hace mucho tiempo – debe ser restaurada y valorada como funci\u00f3n esencial dentro del proceso evangelizador, poniendo en el centro de la tarea pastoral elcatecumenado<\/em> en sus distintas modalidades (bautismal de adultos, bautismal para ni\u00f1os en edad escolar, \u00abcatecumenado\u00bb de reiniciaci\u00f3n para \u00ablos que vuelven\u00bb), y como modelo e inspiraci\u00f3n b\u00e1sica de la catequesis. Hay que insistir: la importancia del catecumenado bautismal no depende tanto del n\u00famero de catec\u00famenos cuanto de su significado eclesial. Su restauraci\u00f3n representa hoy un test de vitalidad pastoral y una ocasi\u00f3n providencial de renovaci\u00f3n y rejuvenecimiento de la comunidad eclesial.
\nLa centralidad del catecumenado trae consigo, necesariamente, una revisi\u00f3n decidida, a la luz del modelo catecumenal, del proceso tradicional de iniciaci\u00f3n cristiana<\/em>. El conocido fracaso de este proceso \u2013 que ya no \u00abinicia\u00bb sino que \u00abconcluye\u00bb \u2013 hace que se imponga un cambio radical de perspectiva.[6]<\/a>
\nLa fidelidad al proceso de la evangelizaci\u00f3n nos conduce tambi\u00e9n a una revisi\u00f3n seria de nuestra acci\u00f3n pastoral \u00abad intra\u00bb<\/em>, que ya no podr\u00e1 contentarse con atender a los tradicionales \u00abfieles practicantes\u00bb, es decir, a los que siguen viniendo a nuestras iglesias y frecuentando las pr\u00e1cticas religiosas. Hoy m\u00e1s que \u00abpracticantes\u00bb necesitamos \u00abcreyentes<\/em>\u00bb, cristianos de fe personalizada, en camino hacia la madurez de la fe. Tambi\u00e9n desde este punto de vista estamos ante un profundo cambio de perspectiva: la evangelizaci\u00f3n, antes que ser una acci\u00f3n m\u00e1s, debe representar m\u00e1s bien una dimensi\u00f3n del conjunto de la pastoral de la Iglesia. S\u00f3lo una Iglesia creyente podr\u00e1 ser evangelizadora.
\nY aqu\u00ed encontramos de nuevo el significado insustituible de lacatequesis<\/em>, dentro del proceso evangelizador. Una Iglesia de creyentes solo puede surgir de un esfuerzo catequ\u00e9tico que multiplique las iniciativas de formaci\u00f3n en la fe, que acompa\u00f1e en el camino hacia la madurez cristiana, hacia la estatura de adultos en la fe. Y esta perspectiva nos hace vislumbrar de alguna manera un cambio de orientaci\u00f3n de incalculables consecuencias: el paso de una catequesis centrada en la edad infantil a otra que atiende sobre todo al mundo de los adultos. Los documentos de la Iglesia lo dicen desde hace a\u00f1os en todos los tonos (cf DGC 59), pero la realidad sigue estando muy lejos y la catequesis, en el noventa por ciento de los casos, sigue siendo sobre todo infantil.
\nFinalmente, un proyecto evangelizador tiene que hacer efectiva y convincente la presencia y acci\u00f3n en el mundo de los cristianos, y tambi\u00e9n aqu\u00ed puede y debe ser decisiva la aportaci\u00f3n de la catequesis. Una catequesis renovada y actualizada debe contribuir a promover y forjar un nuevo modelo de creyente<\/em> que interiorice la dimensi\u00f3n social de la fe y est\u00e9 preparado para el compromiso cristiano en la sociedad, en el mundo laboral y cultural, en el foro de la pol\u00edtica, para testimoniar y promover desde la fe los valores del Reino (el amor, la verdad, la justicia, la paz, la fraternidad, etc). Una Iglesia evangelizada y evangelizadora necesita creyentes convencidos que se muestren como tales m\u00e1s en la ciudad que en el templo, m\u00e1s en su entrega al empe\u00f1o transformador que por la asistencia a las pr\u00e1cticas religiosas.
\nYa hemos empezado a comprender por qu\u00e9 se dice de la catequesis que \u00abdebe ser considerada momento prioritario en la evangelizaci\u00f3n\u00bb (DGC 64). Es decir, algo imprescindible, esencial, que merece una atenci\u00f3n muy particular. Veamos m\u00e1s de cerca por qu\u00e9.<\/p>\n\n
\nSon expresiones del Directorio, que explica que \u00abel \u201cmomento\u201d de la catequesis es el que corresponde al per\u00edodo en que se estructura la conversi\u00f3n a Jesucristo, dando una fundamentaci\u00f3n a esa primera adhesi\u00f3n\u00bb (DGC 63). Se dice tambi\u00e9n que la catequesis debe iniciar \u00aben la plenitud de la vida cristiana\u00bb (ibid<\/em>.).Y m\u00e1s adelante a\u00f1ade: \u00abLa catequesis, al realizar con diferentes formas esta funci\u00f3n de iniciaci\u00f3n del ministerio de la Palabra, lo que hace es poner los cimientos del edificio de la fe\u00bb (DGC 64). La idea parece clara: dar fundamentaci\u00f3n<\/em>, llevar hacia la plenitud<\/em>, poner los cimientos<\/em>\u2026 En el fondo de todo late la idea de que la catequesis debe contribuir a entrar en un dinamismo de construcci\u00f3n, de crecimiento, de perfeccionamiento. Todo lo contrario de una simple transmisi\u00f3n de conocimientos, o de la ense\u00f1anza de un dep\u00f3sito doctrinal para que, una vez \u201caprendido\u201d, se pueda dar por concluida la tarea. De ninguna manera. Si la catequesis quiere ser efectivamente, como est\u00e1 en su misma naturaleza, aut\u00e9ntica educaci\u00f3n de la fe<\/em>, dentro de un dinamismo evangelizador de crecimiento en la fe, no puede olvidar que la fe es un edificio que debe ser construido y levantado con buenos cimientos. En los distintos aspectos que presenta la riqueza existencial y la complejidad del acto de fe y de su crecimiento.
\nLa fe es mucho m\u00e1s que la aceptaci\u00f3n de verdades reveladas. La tradici\u00f3n b\u00edblica la presenta como abandono religioso de toda la persona <\/em>y no s\u00f3lo como adhesi\u00f3n intelectual u obediencia moral, de acuerdo con la naturaleza din\u00e1mica y vital de la palabra de Dios. La fe b\u00edblica reclama para s\u00ed a todo el hombre con todas sus faculta\u00addes, invit\u00e1ndole a responder ante Dios que se revela y se entrega con un movimiento integral de voluntad, inteligencia, afectividad y acci\u00f3n. Creyente, en su sen\u00adtido genuino, es el que \u00abacepta someterse y entregarse a Dios por la fe; dar a Dios ese cr\u00e9dito total <\/em>de admitir que El ES LA VERDAD, apoyarse <\/em>en \u00e9l, no en uno mismo, y as\u00ed llegar a ser s\u00f3lido y verdadero con la solidez y la ver\u00addad misma de Dios\u00bb.[7]<\/a> En el Nuevo Testamento la fe conserva siempre este car\u00e1cter de adhesi\u00f3n y confianza, pero subraya tambi\u00e9n la aceptaci\u00f3n de un contenido concreto, es decir, del mensaje evang\u00e9lico que culmina en la vida, muerte y resurrecci\u00f3n de Jes\u00fas.
\nEs de destacar la densidad existencial de la fe, como acti\u00adtud<\/em> b\u00e1sica que da sentido y orienta toda la vida. En su esencia m\u00e1s profunda, la fe es s\u00edntesis y fuente de la vida religiosa, respuesta por excelencia del hombre a la totalidad del plan de Dios. Podemos comprender por eso que la fe no puede quedar separada de la esperanza<\/em> y del amor<\/em>, de manera que encierra toda la ri\u00adqueza de la vida cristiana vista como respuesta del hombre al plan de salvaci\u00f3n revelado por Dios.
\nAhora bien: en cuanto actitud global de adhesi\u00f3n a Dios en Jesucristo, la fe tiene dos vertientes o dimensiones esenciales: el abandono confiado en el Se\u00f1or (lo que la teolog\u00eda escol\u00e1stica suele llamar \u201cfides qua<\/em>\u201d) y los contenidos y convicciones que dan sustancia a esa adhesi\u00f3n vital (la \u201cfides quae<\/em>\u201d):
\n\u00abSi es verdad que ser cristiano significa decir \u00abs\u00ed\u00bb a Jesucristo, re\u00adcordemos que este \u00abs\u00ed\u00bb tiene dos niveles: consiste en entregarse a la Palabra de Dios y apoyarse en ella, pero significa tambi\u00e9n, en segunda instancia, esforzarse por conocer cada vez mejor el sentido profundo de esa Palabra\u00bb (CT 20; cf DGC 54).
\nEstamos, por tanto, ante dos aspectos complementarios de la actitud de fe: \u00abla entrega confiada a Dios y el asentimiento cordial a todo lo que El nos ha revelado\u00bb (DGC 54). Y en relaci\u00f3n con las dos es necesario que la catequesis asegure buenos y s\u00f3lidos cimientos.
\n
\n5. <\/strong>NO BASTA LA EXALTACI\u00d3N EMOTIVA<\/strong> <\/strong>
\nLa adhesi\u00f3n fiducial de la fe, que a veces brota en un momento de entusiasmo religioso, o como consecuencia de una experiencia exaltante de encuentro con el Se\u00f1or, no puede quedar en eso. Ya vemos lo que pasa en no pocos movimientos y grupos religiosos, como tambi\u00e9n en las sectas, cuando se viven momentos de gran exaltaci\u00f3n emotiva, de entusiasmo compartido, pero que corren el peligro de no durar mucho, de no tener ra\u00edces, de no poder convertirse en adhesi\u00f3n seria y constante. La formaci\u00f3n se impone como condici\u00f3n imprescindible para el futuro de la fe. La fe como actitud de fondo de quien acepta la oferta de Dios y su proyecto de vida, de quien dice s\u00ed a Jesucristo como centro de la propia existencia, necesita una seria labor catequ\u00e9tica<\/em> para que sea una adhesi\u00f3n fundada, s\u00f3lida, apoyada en serias razones y convicciones. Toda conversi\u00f3n debe poder ser consolidada, reforzada, asentada en algo seguro, definitivo, firme como roca en medio de los avatares de las tempestades y avalanchas. Sin esta fundamentaci\u00f3n catequ\u00e9tica se corre el peligro de quedarse en un simple movimiento emotivo expuesto a los vaivenes del momento, a la intemperie de influencias negativas que llevan a perder su consistencia y su perseverancia. Solo una catequesis seria y continuada permite al acto de fe ir adquiriendo los rasgos de una realidad consistente, firme, garant\u00eda de un crecimiento fiel en el sentido de fidelidad y pertenencia. Cuando esto falla, podemos aplicar a la situaci\u00f3n lo que dice la par\u00e1bola del sembrador acerca de la semilla que cae en terreno pedregoso o entre los cardos: son los que empiezan bien, pero carecen de ra\u00edces y son inconstantes: \u00abOtros son como lo sembrado en terreno pedregoso: cuando escuchan la palabra, la acogen con gozo; pero no tienen ra\u00edces, son inconstantes. Sucede una tribulaci\u00f3n o persecuci\u00f3n por la palabra, y al punto fallan. Otros son los sembrados entre cardos: escuchan la palabra, pero las preocupaciones mundanas y la seducci\u00f3n de las riquezas y el af\u00e1n por todo lo dem\u00e1s se les mete, los ahoga y los deja sin fruto\u00bb (Mc 4, 16-19)
\n
\nNo hay que olvidar que la fe, cuando se afianza y crece hacia la madurez, tiene que llegar a constituir un rasgo central y estable<\/em> de la personalidad, superando las formas de religiosidad marginal, perif\u00e9rica, hasta convertirse en fuente de sabidur\u00eda y de sentido. Una fe as\u00ed garantiza la estabilidad y resulta integrada en el conjunto de la personalidad, como punto central de referencia para las opciones de la vida. Gracias al esfuerzo formador de la catequesis, tiene lugar un proceso de integra\u00adci\u00f3n que armoniza todos los valores y motivaciones de la persona en torno a la actitud de fe, que ocupa as\u00ed el centro operativo de la persona.
\nEs esto lo que permite evitar toda forma, consciente o larvada, deadoctrinamiento. En todo camino de fe, es importante que la persona sea actor de su propia decisi\u00f3n, que no quede nunca reducida a sujeto puramente pasivo. Una buena catequesis garantiza y potencia la libertad personal, asegurando la consistencia personal necesaria para que cada uno sea lo que decide ser.
\n <\/p>\n\n
\nPor otra parte, tambi\u00e9n desde el punto di vista de los contenidos<\/em> necesita la fe poner buenos fundamentos, para no quedar reducida a una religiosidad raqu\u00edtica, infantil, incapaz de \u201cdar raz\u00f3n de la esperanza\u201d que hay en nosotros. Y para eso resulta indispensable la aportaci\u00f3n de una buena catequesis.
\nLa fe cristiana necesita estar informada,<\/em> ser rica en contenidos <\/em>y, porconsiguiente, no superficial, o infan\u00adtil, o irracional. Hoy d\u00eda no basta la religiosidad ingenua de quien cree de forma acr\u00edtica, superficial, de quien no es capaz de explicar, de alg\u00fan modo, por qu\u00e9 cree<\/em>. No demuestra estabilidad ni madurez el que cree \u00abporque s\u00ed\u00bb, el que ignora los elementos esenciales de sus creencias, el que se apoya solamente en t\u00f3picos y prejuicios. Ya no puede convencer la tradicional \u00abfe del carbonero\u00bb, ni basta alegar que \u00abdoctores tiene la Santa Iglesia\u00bb para \u00abmantenerse en pie en la vida como creyentes\u00bb.[8]<\/a>
\nEn las circunstancias actuales la fe, para poder mantenerse en medio de los embates de la increencia ambiental, tiene que estar bien fundamentada,diferenciada<\/em>, capaz de discernimiento, no monol\u00edtica ni integrista. Y una vez m\u00e1s resulta necesaria la labor de fundamentaci\u00f3n de la catequesis. Un proceso catequ\u00e9tico bien llevado permite distinguir \u2013 dentro de la propia experiencia religiosa – lo esencial de lo secundario, lo inmuta\u00adble de lo contingente, lo seguro de lo opinable. Se consigue as\u00ed el sentido interiorizado de la \u00abjerarqu\u00eda de las verdades<\/em>\u00bb (DGC 114-115), unido al don del discernimiento que conduce a una experiencia religiosa abierta y din\u00e1mica y a la posibilidad de cambios y adaptaciones, sin dramas ni lacera\u00adciones. De lo contrario se cae en el r\u00edgido monolitismo religioso que, a lo mejor bajo apariencia de fidelidad, delata de hecho la inmadurez del inmovi\u00adlismo, la intolerancia y el fundamentalismo.
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\nVolviendo al proceso de la evangelizaci\u00f3n, parece l\u00f3gico concluir que la catequesis, en su tarea de fundamentaci\u00f3n y cimiento, es un elemento indispensable para que el proceso funcione y produzca los resultados deseados. Viene a ser un \u00abeslab\u00f3n\u00bb necesario: \u00abLa catequesis de iniciaci\u00f3n es, as\u00ed, el eslab\u00f3n necesario entre la acci\u00f3n misionera que llama a la fe, y la acci\u00f3n pastoral, que alimenta constantemente a la comunidad cristiana. No es, por tanto, una acci\u00f3n facultativa, sino una acci\u00f3n b\u00e1sica y fundamental en la construcci\u00f3n tanto de la personalidad del disc\u00edpulo como de la comunidad. Sin ella la acci\u00f3n misionera no tendr\u00eda continuidad y ser\u00eda infecunda. Sin ella la acci\u00f3n pastoral no tendr\u00eda ra\u00edces y ser\u00eda superficial y confusa: cualquier tormenta desmoronar\u00eda todo el edificio\u00bb (DGC 64). Es decir, en el desarrollo del proceso de la evangelizaci\u00f3n solo una buena catequesis puede asegurar perseverancia y solidez. Si se consigue que haya verdaderos momentos de conversi\u00f3n, \u00e9sta no puede quedar en el aldabonazo entusiasta de una adhesi\u00f3n moment\u00e1nea: la catequesis tendr\u00e1 que afianzar la estructura de la fe, darle consistencia, garantizar su continuidad y perseverancia. Por otra parte es evidente que el proceso no puede contentarse tampoco con proporcionar un barniz superficial de acercamiento a los contenidos<\/em> de la fe. Si queremos que esta crezca hacia metas de aut\u00e9ntica madurez habr\u00e1 que asegurar la acci\u00f3n articulada y bien estructurada de la catequesis que completa y perfecciona. En definitiva, podemos decir que entre proceso de evangelizaci\u00f3n y catequesis existe una mutua relaci\u00f3n de animaci\u00f3n y fecundaci\u00f3n. La evangelizaci\u00f3n no se concibe sin el papel decisivo de la catequesis, pero al mismo tiempo la catequesis debe recibir de la evangelizaci\u00f3n \u00abun dinamismo misionero que la fecunda interiormente y la configura en su identidad\u00bb (DGC 59). El drama que estamos viviendo viene, en cierto sentido, del hecho de que, o no existe conversi\u00f3n alguna, o \u00e9sta se queda en una fulguraci\u00f3n sin ra\u00edces. Y de hecho constatamos que el pueblo cristiano, tal como aparece en la actualidad, se presenta m\u00e1s bien como una masa sin arraigo y sin ra\u00edces profundas, como una muchedumbre sin esqueleto, como cristianos de pertenencia sociol\u00f3gica que carecen de opciones personales bien fundamentadas. La urgencia de la catequesis, sobre todo en el campo de los adultos, parece clara. Es todo el pueblo cristiano el que est\u00e1 pidiendo un esfuerzo serio y bien organizado de formaci\u00f3n cristiana. Se puede decir que, as\u00ed como la Iglesia, con el Concilio de Trento, se preocup\u00f3 de la formaci\u00f3n del clero, creando los seminarios, hoy d\u00eda debe sentir la imperiosa preocupaci\u00f3n por la formaci\u00f3n del pueblo cristiano en su globalidad. De lo contrario, puede suceder entre nosotros lo que dicen los obispos latinoamericanos de su situaci\u00f3n: \u00abel rico tesoro del Continente Americano\u2026 su patrimonio m\u00e1s valioso: la fe en Dios amor\u2026 corre el riesgo de seguir erosion\u00e1ndose y diluy\u00e9ndose de manera creciente en diversos sectores de la poblaci\u00f3n\u00bb.[9]<\/a>
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\n8. <\/strong>ALGUNAS CONDICIONES INDISPENSABLES<\/strong>
\nConcluimos estas reflexiones indicando algunas condiciones que parecen necesarias para hacer que la catequesis sea de verdad ese momento esencial y prioritario del proceso de la evangelizaci\u00f3n. En su nuevo contexto evangelizador, la catequesis debe repensar a fondo su identidad, sus actores, sus m\u00e9todos. Concretamente, ser\u00e1 importante garantizar por lo menos estos aspectos fundamentales: Ante todo, la catequesis debe superar decididamente el tradicional \u00abparadigma tridentino\u00bb (catequesis como comunicaci\u00f3n de conocimientos religiosos, como ense\u00f1anza de la doctrina cristiana) para asumir de lleno las dimensiones del \u00abnuevo paradigma catequ\u00e9tico<\/em>\u00bb que los tiempos reclaman (catequesis como proceso inici\u00e1tico, centrado en las experiencias de fe y dirigido sobre todo al mundo de los adultos).[10]<\/a> En segundo lugar, no es posible imaginar hoy una realizaci\u00f3n eficaz de la catequesis si esta no se apoya en la realidad envolvente de una comunidad<\/em> cristiana viva y convincente. Una catequesis que no permita un aut\u00e9ntico \u00abba\u00f1o eclesial\u00bb, que no act\u00fae a manera de contagio y de \u00f3smosis en el seno de una comunidad, est\u00e1 abocada a la ineficacia. Otro aspecto que no se puede soslayar: la implicaci\u00f3n de la familia<\/em> en toda labor catequ\u00e9tica que quiera tener efecto en ni\u00f1os y adolescentes. Solo la referencia vital a los adultos representativos puede asegurar a la catequesis infantil garant\u00edas de profundidad y perseverancia. Son \u00e9stos algunos de los requisitos m\u00e1s importantes para que la catequesis sea, efectivamente, momento esencial y prioritario<\/em> del proceso de evangelizaci\u00f3n.<\/p>\n
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\n[1]<\/a> Cf ASOCIACION ESPA\u00d1OLA DE CATEQUETAS (AECA), Hacia un nuevo paradigma de la iniciaci\u00f3n cristiana hoy<\/em>. Madrid, PPC 2008.
\n[2]<\/a> Cf H. DERROITTE, Por una nueva catequesis. Jalones para un nuevo proyecto catequ\u00e9tico<\/em>. Santander, Sal Terrae 2004.
\n[3]<\/a> Cf G. ROUTHIER, Le devenir de la cat\u00e9ch\u00e8se<\/em>. Montr\u00e9al, M\u00e9diaspaul 2003; Ph. BACQ – C. THEOBALD (Eds), Une nouvelle chance pour l’\u00c9vangile. Vers une pastorale d’engendrement<\/em>. Paris \/ Bruxelles \/ Montr\u00e9al, Ed. de l’Atelier \/ Lumen Vitae \/ Novalis 2004.
\n[4]<\/a> Cit. en: DIE DEUTSCHEN BISCH\u00d6FE, \u00abZeit zur Aussaat\u00bb. Missionarisch Kirche sein<\/em>. Bonn, Sekretariat der Deutschen Bischofskonferenz 2000.
\n[5]<\/a> Cf CONFERENCIA EPISCOPAL ESPA\u00d1OLA, Plan pastoral de la Conferencia Episcopal Espa\u00f1ola 2006-2010<\/em>. Madrid, EDICE 2006, 14-18.
\n[6]<\/a> Interesante y recomendable es, a este respecto, el Cuaderno ya citado de los catequetas espa\u00f1oles: ASOCIACION ESPA\u00d1OLA DE CATEQUETAS (AECA), Hacia un nuevo paradigma de la iniciaci\u00f3n cristiana hoy<\/em>. Madrid, PPC 2008.
\n[7]<\/a> Y.M.CONGAR, La fe y la teolog\u00eda<\/em>. Barcelona, Herder 1970, 111-112.
\n[8]<\/a> Cf CONFERENCIA DE LOS OBISPOS DE FRANCIA, Texto nacional para la ‘orientaci\u00f3n de la catequesis en Francia y Principios de Organizaci\u00f3n<\/em>. Madrid, Editorial CCS 2008, 1.5.
\n[9]<\/a> V CONFERENCIA GENERAL DEL EPISCOPADO LATINOAMERICANO Y DEL CARIBE, Disc\u00edpulos y Misioneros de Jesucristo para que nuestros pueblos en \u00c9l tengan vida. \u00abYo soy el Camino, la Verdad y la Vida\u00bb (Jn, 16,4). Documento conclusivo<\/em>. 2 ed. Bogot\u00e1, Centro de Publicaciones del CELAM\/San Pablo\/ Paulinas 2007, 13.
\n[10]<\/a> Cf El nuevo paradigma de la catequesis<\/em>, \u00abSinite\u00bb 47 (2006)141, 5-186.; E. ALBERICH, El nuevo paradigma de la catequesis<\/em>, ib., 13-39; ASOCIACION ESPA\u00d1OLA DE CATEQUETAS (AECA), Hacia un nuevo paradigma de la iniciaci\u00f3n cristiana hoy.<\/em> Madrid, PPC 2008.<\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":"