Oportunidades<\/strong><\/li>\n<\/ol>\n
\nCuando vemos todo negro o todo blanco lo m\u00e1s seguro es que necesitemos gafas. Las mismas sombras de las amenazas dejan entrever las luces de las oportunidades. Sin ellas no hay amor posible por este mundo y caeremos en la descalificaci\u00f3n constante de lo que ocurra fuera de la comunidad cristiana. Lo m\u00e1s grave de este pesimismo cr\u00f3nico es que se debe a una falta de fe en la presencia y la acci\u00f3n del Esp\u00edritu Santo en la Historia.
\nDetr\u00e1s de estas oportunidades (y de otras muchas que no hemos seleccionado) est\u00e1 la mano de Dios que va sembrando luz, amor, justicia\u2026 m\u00e1s all\u00e1 de nuestros c\u00e1lculos y expectativas.
\n
\n3.1. La primac\u00eda de lo afectivo-relacional<\/strong>
\n <\/p>\n\n\n\nLa recuperaci\u00f3n de la comunicaci\u00f3n personal, donde lo afectivo define la relaci\u00f3n, es uno de los gritos que se alzan contra la opresi\u00f3n que la cultura dominante ejerce ante lo \u00edntimo. Los grandes discursos, los compromisos socio-pol\u00edticos, los sistemas filos\u00f3ficos que no han respetado a las personas tienen cerca su fin. Hoy pedimos: ante la frialdad, calor humano; ante el compromiso estable, la presencia diaria; ante el futuro, el presente.<\/strong><\/td>\n<\/tr>\n<\/tbody>\n<\/table>\n \nQuiz\u00e1s sea el rasgo cultural m\u00e1s definitorio de la generaci\u00f3n joven. Aunque la cr\u00edtica posmoderna del olvido de la persona tenga un alcance m\u00e1s amplio, la sed de encuentro y de poder mostrar sus sentimientos es clara entre los j\u00f3venes (lo cual no quiere decir que lo consigan, pero s\u00ed que lo buscan). Este rasgo ha modificado significativamente los procesos educativos, donde lo importante no son los contenidos, sino la relaci\u00f3n educador-joven. No hay referentes adultos claros y el joven se mueve en un terreno sin suelo firme, por eso necesitan sentirse seguros y acogidos. \nLa oraci\u00f3n tiene que ser un espacio c\u00e1lido, donde ellos se encuentren a gusto. Dios quiere ser para ellos precisamente esa roca, esos cimientos que les permita sentirse seguros. La oraci\u00f3n tiene que ser esa Tienda del Encuentro donde Mois\u00e9s acud\u00eda para hablar con Dios como un amigo habla a otro. Hay que generar espacios y h\u00e1bitos de amistad real con Jes\u00fas, donde contarle en intimidad y en silencio mis cosas, y sentirme querido, acogido, escuchado, comprendido\u2026 Seguramente no es la relaci\u00f3n que ellos demandan, pero nosotros sabemos que es la fundamental. \nEsta relaci\u00f3n con Dios en confianza tiene que favorecer y expresarse en las relaciones entre ellos. La m\u00fasica, los cantos (sus cantos), los abrazos, pueden expresarse en la oraci\u00f3n con una especial sensaci\u00f3n de seguridad. Estamos en un espacio sagrado, que no serio, profundo, que no inexpresivo\u2026 Lo que ah\u00ed ocurre tiene que ser siempre especial. Es normal que esta conexi\u00f3n con Dios se pierda siempre que introducimos un rito, un gesto que fomente el contacto entre ellos y suponga movimiento o dispersi\u00f3n, sobre todo al principio (por nervios, falta de interiorizaci\u00f3n, cansancios\u2026). Pero no podemos tener miedo. Hay que ser constantes y volver siempre al sentido de los gestos, no corrigiendo, sino evidenciando lo que Dios hace, d\u00f3nde estaba en esos momentos\u2026 Con el tiempo aprenderemos a conciliar las dos dimensiones, vertical y horizontal, a la hora de expresarnos y compartirnos. Creemos que la vida cristiana no s\u00f3lo se vive en grupos, sino que es esencialmente comunitaria. Y no olvidemos que la comunidad no es una entelequia, sino una realidadcelebrativa, una fraternidad con lazos afectivos y solidarios entre sus miembros, un amor que se vive y se celebra. Dios es su fuente y la alegr\u00eda su m\u00e1xima expresi\u00f3n. \u00bfLo podemos recordar cuando celebremos nuestra fe? \n \n3.2. La sed de espiritualidad<\/strong> \n <\/p>\n\n\n\nProliferan entre los adultos much\u00edsimos fen\u00f3menos que vienen a sustituir a las religiones tradicionales. La cultura dominante es espiritualmente da\u00f1ina y cada vez nos encontramos m\u00e1s necesitados de terapias y caminos espirituales alternativos. La matriz de estos fen\u00f3menos son las religiones orientales, mucho m\u00e1s tolerantes que las religiones del libro (juda\u00edsmo, cristianismo e Islam) y han sido difundidas por la New<\/em> Age<\/em>. Las \u00faltimas llegadas son, sin duda, las espiritistas y cham\u00e1nicas de Am\u00e9rica y \u00c1frica.<\/strong><\/td>\n<\/tr>\n<\/tbody>\n<\/table>\n \nCuando los j\u00f3venes nos ven practicar Tai-Chi piensan que estamos ya mayores. Es cierto que hay una identificaci\u00f3n de ciertas pr\u00e1cticas de espiritualidad con estar de vuelta de muchas cosas, cansados de la vida o en b\u00fasqueda existencial. Parece l\u00f3gico que los j\u00f3venes no las practiquen\u2026 pero no las rechazan. Nos gusten o no, las ofertas espirituales est\u00e1n en las revistas, en las estanter\u00edas de librer\u00edas y tiendas de discos o en los MCS e invade incluso hasta la publicidad. Dos detalles: \u00bfOs hab\u00e9is dado cuenta que para cuidar \u201cel interior\u201d no hay nada mejor que un yogurt de soja o una mortadela de pavo? Hace unos d\u00edas veo con estupefacci\u00f3n que una famosa actriz americana ha patrocinado la edici\u00f3n de la Biblia en formato revista de moda, con fotograf\u00edas de lujo y mucho glamour, \u00a1y de la primera entrega se han vendido 80.000 ejemplares en un mes! \nEn todo este movimiento hay mucha confusi\u00f3n, algunos aprovechados y mucha, much\u00edsima buena fe de gente que busca. Con sus pr\u00e1cticas los nuevos movimientos han aportado tambi\u00e9n un enriquecimiento a la espiritualidad cristiana. No olvidemos que los primeros espacios de di\u00e1logo con Oriente se abrieron en los pa\u00edses asi\u00e1ticos por misioneros cristianos de cultura occidental que se pusieron a aprender Zen, Yoga o Vipassana. \u00bfQu\u00e9 podemos aprovechar para la oraci\u00f3n? \nUna de las cosas que nos han recordado es la necesidad de cuidar el ambiente donde la practicamos. Frente a un excesivo racionalismo occidental que ha descuidado los s\u00edmbolos, desde Oriente nos llegan las modas de velas, s\u00e1ndalos y m\u00fasicas de relajaci\u00f3n. Los antiguos hablaban de la preparaci\u00f3n remota y pr\u00f3xima, pero se refer\u00edan a actitudes mentales, como la tranquilidad, o a tareas muy conceptuales, como la elecci\u00f3n del texto de meditaci\u00f3n. Creo que podemos hablar tambi\u00e9n de una preparaci\u00f3n ambiental, donde ser\u00eda interesante ir educando a algunos j\u00f3venes en la participaci\u00f3n. Adornar la capilla o la sala puede ser una buena ocasi\u00f3n para prepararme mental y afectivamente a un acontecimiento importante. \nLa tradici\u00f3n oriental nos ha recordado tambi\u00e9n la necesidad de superar los discursos racionales donde nos implicamos poco y que nos afectan menos. Con la cabeza elaboramos la realidad, pero no la acogemos. La meditaci\u00f3n oriental nos ha aportado la importancia del silencio de la mente; para ello nos invita a conectar con nuestro cuerpo y reconocer las emociones que se reflejan en \u00e9l. No es nada nuevo: No el mucho saber harta y satisface al alma, sino el gustar de las cosas internamente<\/em>, dec\u00eda San Ignacio. Este tesoro com\u00fan a toda tradici\u00f3n espiritual ha sido puesto de relieve con los nuevos movimientos. Sus posturas y t\u00e9cnicas de relajaci\u00f3n bien pueden servir para asentarnos en la oraci\u00f3n y poder escuchar a Dios con m\u00e1s disponibilidad y apertura. Mientras m\u00e1s dif\u00edcil sea entrar dentro de nosotros mismos (por ejemplo, desde nuestras prisas o en la inmadurez), m\u00e1s importante es no entrar demasiado r\u00e1pido en el tema de la oraci\u00f3n y dedicar un tiempo para ir acallando la mente y despertando la conexi\u00f3n con el cuerpo y el coraz\u00f3n. \n <\/p>\n\n- Fortalezas<\/strong><\/li>\n<\/ol>\n
\nSin una conciencia clara de las fortalezas no hay posibilidad de cambiar nada. No tendr\u00edamos recursos para afrontar la situaci\u00f3n del momento presente, por eso son esenciales en cualquier b\u00fasqueda de salidas, en todo deseo de conversi\u00f3n y de reforma de algo. \nCuriosamente nuestras fortalezas no tienen que ver con el ser poderosos, sino todo lo contrario: somos fuertes porque somos canales e instrumentos de una mano m\u00e1s grande. Y la calidad de la herramienta est\u00e1 en dejar entrever la mano que la trabaja. Por eso somos enanos a hombros de gigantes, que podemos revivir la vida que llen\u00f3 a la Iglesia y la Historia en otras \u00e9pocas; somos colaboradores con el mismo Dios en transformar nuestra vida y nuestra sociedad. Esas son nuestras fuerzas. \n \n4.1. Una rica tradici\u00f3n sobre la oraci\u00f3n<\/strong> \n <\/p>\n\n\n\nFrente a los nuevos movimientos de espiritualidad, la tradici\u00f3n cristiana es rica en maestros y ense\u00f1anzas sobre la oraci\u00f3n: desde los padres del desierto, los m\u00edsticos europeos medievales y el siglo de oro espa\u00f1ol a los m\u00e1s recientes maestros de oraci\u00f3n poseemos un tesoro que nos permite asimilar e integrar en su justo t\u00e9rmino lo que es o no oraci\u00f3n cristiana.<\/strong><\/td>\n<\/tr>\n<\/tbody>\n<\/table>\n \nYa San Pablo nos recordaba: Examinadlo todo y quedaos con lo bueno<\/em> (1Tes 5, 21). Pero para saber qu\u00e9 es realmente lo bueno tenemos que acudir a los que nos han precedido en el camino de la oraci\u00f3n. Y cuando acudimos a los maestros de la fe nos encontramos con certezas que mueven a la confianza. Por eso fueron siempre bastante dialogantes con las novedades. No olvidemos que muchos de ellos fueron acusados y perseguidos y es que los hombres y mujeres de Dios son inquietantes, porque la experiencia que de \u00e9l tienen los transforma con fuerza y los vuelve singulares. \n\u00bfQu\u00e9 podemos recordar de lo que nos dicen los maestros? \n <\/p>\n\n- La oraci\u00f3n es un encuentro con Jes\u00fas<\/em><\/strong><\/li>\n<\/ul>\n
Un encuentro entre un t\u00fa amoroso y mi yo, entre dos personas desde su libertad y en amor. La oraci\u00f3n es un di\u00e1logo \u201cdesproporcionado\u201d, porque estoy ante el Salvador, el Maestro. Por eso, tenemos que educar que, antes de ponernos a hablar, hay que escuchar. Nuestra palabra tiene que ser m\u00e1s que nada una respuesta. Me sorprende que no tengamos cuidado en usar el TU y el YO cuando compartimos en la oraci\u00f3n. En muchas celebraciones hablamos en 3\u00aa persona y opinamos sobre algo\u2026 \u00a1Eso no es un encuentro! Yo estoy con Jes\u00fas, \u00e9l me habla, yo le escucho y luego respondo. El me habla a m\u00ed, me llama por mi nombre; yo le respondo como un t\u00fa, el t\u00fa m\u00e1s importante de mi vida. \n <\/p>\n \n- Es un encuentro amoroso<\/em><\/strong><\/li>\n<\/ul>\n
Dec\u00eda el hermano Roger de Taiz\u00e9, que Dios solo puede amar<\/em>. Por eso, si estamos con \u00e9l a solas, es para sentirnos amados. Tenemos que comprender que el amor es el \u00fanico espacio de la oraci\u00f3n. Solemos tender a ser moralizantes o did\u00e1cticos en la manera de animar nuestras celebraciones, pero no es el momento: ahora es el momento del encuentro. Cuando Jes\u00fas se dirige a nosotros y nos habla, lo hace por amor, incluso cuando nos interpela y nos remueve, porque es la manera de darnos vida. Los muchos encuentros de Jes\u00fas en los evangelios pueden ser unas gu\u00edas perfectas para la oraci\u00f3n. \n <\/p>\n\n- Con Jes\u00fas y su palabra en el centro<\/em><\/strong><\/li>\n<\/ul>\n
Queda claro que nosotros privilegiamos a Jes\u00fas por encima de todo. \u00bfEso quiere decir que tiene que estar siempre presente? Jes\u00fas est\u00e1 siempre presente, porque hagamos lo que hagamos, lo hacemos unidos a \u00e9l. Pero no lo est\u00e1 como tema. Muchas veces est\u00e1 como fuente. Es importante que nuestra vida concreta sea cada vez m\u00e1s el punto de partida de la oraci\u00f3n, porque \u00e9l es Camino, Verdad y Vida<\/em> (Juan 14, 6); podemos contemplar las noticias del peri\u00f3dico, celebrar un acontecimiento cercano o acercarnos incluso a palabras de otras tradiciones, pero siempre buscamos vivirlo todo como Jes\u00fas lo hubiera vivido. Quiz\u00e1s habr\u00eda que llenar de contenido la se\u00f1al de la cruz con la que comenzamos muchas celebraciones: todo yo soy del Se\u00f1or. \n <\/p>\n\n- Hay que entrar en la dimensi\u00f3n espiritual y superar lo meramente intelectual<\/em><\/strong><\/li>\n<\/ul>\n
La oraci\u00f3n no es una reflexi\u00f3n sobre textos, porque la re-flexi\u00f3n es un bucle cerrado sobre uno mismo, un mirarse al ombligo, o a las resoluciones m\u00e1s o menos brillantes de mi cabeza. Los animadores de la oraci\u00f3n tenemos que ser conscientes, adem\u00e1s, de que es lo que tienden a hacer naturalmente los j\u00f3venes (pero tambi\u00e9n nosotros si no hemos cambiado el chip): pensar y pensar. Hay que cuidar, como hace la meditaci\u00f3n, el asentamiento y la consciencia de nuestro cuerpo, para aprender a estar sin pensar, sino escuchando. La m\u00fasica, las im\u00e1genes, los gestos o la danza pueden sernos muy \u00fatiles en este empe\u00f1o. El mundo espiritual, adem\u00e1s, se nutre especialmente de los s\u00edmbolos, que bien pueden sustituir a m\u00e1s de un texto. \n <\/p>\n \n- Sobran las palabras<\/em><\/strong>\u2026<\/li>\n<\/ul>\n
Hay que educar en el silencio, quiz\u00e1s lo m\u00e1s contracultural de todo el aprendizaje de la oraci\u00f3n. Vivimos inmersos en un miedo profundo al silencio y la soledad. No hemos comprendido que son los grandes aliados de nuestra vida y los seguimos viendo como amenazas; detr\u00e1s hay una falta de aceptaci\u00f3n de nosotros mismos. En la oraci\u00f3n el encuentro te va a ir dirigiendo a trav\u00e9s del silencio hacia la m\u00fasica callada, la soledad sonora, la cena que recrea y enamora<\/em>(San Juan de la Cruz, C\u00e1ntico Espiritual<\/em>). Puede que los textos sean necesarios, pero hay que ser prudentes con su uso y saber ir dirigiendo hacia el silencio amoroso como espacio de encuentro. \n \n4.2. El Esp\u00edritu de Jes\u00fas<\/strong> \n <\/p>\n\n\n\nY detr\u00e1s de todo este entramado cultural, de situaciones hist\u00f3ricas y dificultades eclesiales, est\u00e1 la presencia del Esp\u00edritu que Jes\u00fas nos entreg\u00f3. Ahora que nos sentimos m\u00e1s d\u00e9biles, no podemos pensar que nuestra fortaleza es la instituci\u00f3n, que es muy humana, sino el Esp\u00edritu, que es divino. Esta fe renovada y esperanzada tiene que ser el motor tambi\u00e9n de la renovaci\u00f3n de la vida de oraci\u00f3n.<\/strong><\/td>\n<\/tr>\n<\/tbody>\n<\/table>\n \nEntre los muchos frutos y dones del Esp\u00edritu, la oraci\u00f3n constituye uno de los m\u00e1s preciosos. Sin el Esp\u00edritu la oraci\u00f3n no tiene sentido. \u00bfC\u00f3mo podr\u00edamos escuchar a Dios, nosotros que somos humanos? \u00a1Cada espacio de encuentro con el Absoluto es un verdadero milagro! Y esto no lo podemos olvidar, aunque hayamos rezado muchas veces. Identificamos la acci\u00f3n del Esp\u00edritu Santo con lo extraordinario, y creo que no es del todo correcto. Tenemos que familiarizarnos con la intervenci\u00f3n cotidiana, peque\u00f1a, cercana de Dios en nuestras vidas y en nuestras comunidades. Lo repito: \u00a1cada oraci\u00f3n es un milagro! \nSi la oraci\u00f3n es don de Dios, tenemos que recordar, como hizo S. Ignacio de Loyola, que hay que pedirla. Y esta petici\u00f3n no puede ser rutinaria ni ritual: para entrar en la casa hay que llamar a la puerta y, la puerta de la oraci\u00f3n es pedir la gracia de estar en la presencia de Dios y de escuchar su palabra. Se pueden usar muchas formas para hacerlo: desde oraciones de la tradici\u00f3n (Se\u00f1or, T\u00fa que est\u00e1s en lo profundo de mi coraz\u00f3n, ens\u00e9\u00f1ame a escucharte en lo profundo de mi coraz\u00f3n<\/em>\u2026 Talmud) hasta canciones meditativas que piden el don de la oraci\u00f3n. \nPero no basta solo con entrar por la puerta pidiendo la gracia; hay que salir por ella dando gracias, para que la oraci\u00f3n no sea de mi propiedad. Cuidar la entrada y la salida de las celebraciones es muy importante para aportar sentido a lo que hacemos. \nSi el Esp\u00edritu es el sujeto de toda oraci\u00f3n hay que educar tambi\u00e9n a escuchar lo que \u00e9l suscita en nosotros. Educar esta sensibilidad espiritual no es f\u00e1cil porque contamos con un d\u00e9ficit cultural que ya analizamos en las amenazas, pero habr\u00eda que plantearse al menos estos dos objetivos: adquirir la sensibilidad para descubrir lo que se mueve por dentro y desarrollar la capacidad para discernir las mociones que vienen realmente del Esp\u00edritu. La primera destreza hay que educarla en los mismos espacios de oraci\u00f3n; la segunda, en el acompa\u00f1amiento. \nPor \u00faltimo, dejar que el Esp\u00edritu asuma el liderazgo que le pertenece supone aprender como animadores los ritmos y los principios de su acci\u00f3n. Si aceptamos que Dios mismo est\u00e1 actuando, no tendremos las mismas prisas y preferencias que habitualmente; eso es seguro. Cuando escuchamos al Esp\u00edritu nos volvemos m\u00e1s lentos con las personas y m\u00e1s diligentes con el Reino de Dios y su justicia; nos movemos para estar m\u00e1s cerca de los excluidos y sabemos que lo peque\u00f1o y lo pac\u00edfico saben a Dios. Abandonamos la b\u00fasqueda inmediata de resultados, los cambios acelerados, las excusas para intervenir o los deseos de hacer carrera. \n \nConclusiones<\/strong> \n \nPensar en las claves para orar y celebrar con j\u00f3venes no es f\u00e1cil. \nEn primer lugar porque trasciende la mera pr\u00e1ctica de la oraci\u00f3n y no podemos pretender abordar este empe\u00f1o s\u00f3lo en la capilla. Es un esfuerzo que empieza mucho m\u00e1s lejos, mucho antes. Como hemos visto en estas p\u00e1ginas, la oraci\u00f3n es contracultural y eso implica que vivirla supone un esfuerzo por ir contra la corriente. \nLa iniciaci\u00f3n a la oraci\u00f3n[2]<\/a>, adem\u00e1s, no es un adiestramiento para poder aprovechar mejor las celebraciones puntuales: es un aprendizaje de una forma de vida, basada en la escucha atenta de Dios, que pasa por la autoconciencia de uno mismo y el cultivo del silencio como condiciones necesarias. M\u00e1s importante a\u00fan que aprender a orar es aprender a ser orantes. \nPor \u00faltimo, la oraci\u00f3n supone entrar en un espacio donde yo no dirijo la situaci\u00f3n, es un soltarse y dejarse guiar por Dios y su Esp\u00edritu. El camino de la oraci\u00f3n se sabe d\u00f3nde empieza, pero no d\u00f3nde acaba. Si la Iglesia fuera orante, ser\u00eda distinta, seguramente. Intuimos que m\u00e1s evang\u00e9lica y ese d\u00e9ficit de oraci\u00f3n es el que nos impulsa a plantearnos la urgencia de iniciar en ella a los m\u00e1s j\u00f3venes. \nEspero que estas palabras hayan iluminado la tarea. \n <\/p>\nJOS\u00c9 MAR\u00cdA ALVEAR<\/p>\n \n[1]<\/a> Para una mejor comprensi\u00f3n de las tareas que engloba la interiorizaci\u00f3n y de algunas propuestas educativas para conseguirlas se puede leer mi art\u00edculo Blancanieves<\/em> y los siete enanitos<\/em>, Misi\u00f3n Joven<\/em><\/strong> 369, octubre 2007, 25-32.49. \n[2]<\/a> Para una iniciaci\u00f3n a la oraci\u00f3n m\u00e1s sistem\u00e1tica dirigida a j\u00f3venes y adultos se puede trabajar con mi libro de pr\u00f3xima aparici\u00f3n, Ante ti. El camino de la oraci\u00f3n<\/em>, Interioridad y Personalizaci\u00f3n 4, Ediciones PPC, Madrid.<\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":"Orar y celebrar con j\u00f3venes Jos\u00e9 Mar\u00eda Alvear, Centro ATMAN (Cadiz) \u00a0 S\u00cdNTESIS DEL ART\u00cdCULO Para renovar pastoralmente la oraci\u00f3n con los j\u00f3venes, el art\u00edculo propone\u00a0 seguir los pasos de revisi\u00f3n seguidos en otras actividades humanas: partir de la realidad, saber d\u00f3nde se quiere llegar, priorizar objetivos y buscar los medios adecuados. 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