{"id":7887,"date":"2008-11-01T00:00:22","date_gmt":"2008-10-31T22:00:22","guid":{"rendered":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/?p=7887"},"modified":"2008-11-01T00:00:22","modified_gmt":"2008-10-31T22:00:22","slug":"parabolas-de-adviento","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/parabolas-de-adviento\/","title":{"rendered":"PAR\u00c1BOLAS DE ADVIENTO"},"content":{"rendered":"

Carmen Aguado
\n\u00a0<\/strong>\u00a0<\/strong>
\n1. La b\u00fasqueda del Rey Escondido<\/strong>
\n 
\nNo hace mucho tiempo exist\u00eda un Imperio que era el m\u00e1s vas\u00adto y poderoso de la Tierra, porque con el paso de los siglos hab\u00eda en\u00adgullido a todos los Imperios anteriores. Hab\u00eda adquirido no s\u00f3lo una gran gloria, sino tambi\u00e9n una inmensa riqueza, y sus habitantes se jactaban de ser los m\u00e1s feli\u00adces del universo.
\nPero un d\u00eda irrumpi\u00f3 en el Imperio una extra\u00f1a enfermedad. En un principio afect\u00f3 s\u00f3lo a unos pocos, pero cada vez atac\u00f3 a m\u00e1s y bien pronto la enfermedad misteriosa creci\u00f3 hasta convertirse en una terrible epidemia. Actuaba como una es\u00adpecie de par\u00e1lisis progresiva, que atacaba no s\u00f3lo las piernas y los brazos de los hombres, sino tambi\u00e9n sus facultades internas. Las per\u00adsonas atacadas por la enfermedad no pod\u00edan moverse, muy pronto no hablaban y, al final, ni siquiera lograban pensar. Inm\u00f3viles e insensi\u00adbles, parec\u00edan convertirse en hielo.
\n 
\nManda a tu hija ante el Rey Escondido<\/strong>
\nCuando ya todos ten\u00edan claro que la enfermedad afectar\u00eda cada vez a m\u00e1s s\u00fabditos, el Emperador reuni\u00f3 a su Gran Consejo y pregunt\u00f3 qu\u00e9 pod\u00eda hacer en una circunstancia tan dif\u00edcil. Los consejeros se mesaban la barba, tos\u00edan embarazados, se pasaban el problema de uno a otro, consultaban las p\u00e1ginas de los archivos, pero no lograban dar el m\u00e1s m\u00ednimo consejo. La \u00fanica idea v\u00e1lida fue que el Emperador hiciera una proclama a todo el Reino, para que, si alguien conoc\u00eda una v\u00eda de salvaci\u00f3n, se presentase inmediatamente en el palacio imperial.
\nAs\u00ed lo hizo el emperador. Pocos d\u00edas despu\u00e9s se present\u00f3 un viejo pastor, que dio al Emperador este extra\u00f1o consejo: \u00abUna sola cosa puede ayudarte en una calamidad como esta; manda a tu hija ante el Rey Escondido. S\u00f3lo \u00e9l puede darte lo que nece\u00adsitas\u00bb.
\nCuando el emperador oy\u00f3 estas palabras, se sinti\u00f3 invadido por una gran tristeza y por un terrible temor. No pod\u00eda tolerar el env\u00edo de su \u00fanica hija sola por el mundo a la b\u00fasqueda de un Rey Desconocido, que, por a\u00f1adidura, <\/strong>estaba escon\u00addido. Por eso se opuso con decisi\u00f3n. Pero cuando tambi\u00e9n \u00e9l fue atacado por los primeros s\u00edntomas de la enfermedad, decidi\u00f3 seguir el consejo del viejo pastor.
\n\u00a0<\/strong>
\nUn espl\u00e9ndido manto azul<\/strong>
\nLa joven hija del emperador se puso en camino al alba del d\u00eda siguiente y comenz\u00f3 a buscar al Rey Escondido. La chi\u00adca desconoc\u00eda en qu\u00e9 ciudad habitaba; por tanto, no sab\u00eda qu\u00e9 camino escoger. S\u00f3lo estaba animada por el intenso deseo de encontrar a aquel misterioso Rey y ayudar a todos los habitantes del Imperio a recobrar la salud perdida.
\nCamin\u00f3 desde la ma\u00f1ana a la noche, pero no encontr\u00f3 la menor in\u00addicaci\u00f3n. Como al final de la jornada no hab\u00eda llegado a ninguna con\u00adclusi\u00f3n, decidi\u00f3 no perder tiempo en buscar un refugio para la noche: permanecer\u00eda al raso, para no dejar escapar cual\u00adquier indicio importante.
\nMientras se adensaba la oscuridad, trep\u00f3 por los flancos escarpa\u00addos de una monta\u00f1a y all\u00e1 arriba se detuvo para pasar la noche. De repente se dio cuenta de que el cielo, incre\u00edblemente azul, pa\u00adrec\u00eda curvarse sobre ella, como si quisiera envolverla en un abrazo. Nunca hab\u00eda visto una cosa semejante. Lo mir\u00f3 largo rato con el aliento suspendido, inm\u00f3vil en aquella inmensidad que la llamaba y se de\u00adj\u00f3 atrapar en aquella visi\u00f3n sublime. Se sinti\u00f3 como si de improviso lograse comprender todos los secretos del mundo. Despu\u00e9s cay\u00f3 en un sue\u00f1o profundo. Cuando despert\u00f3 al d\u00eda siguiente, se dio cuenta con enorme sorpresa de que estaba envuelta en un espl\u00e9ndido manto azul.
\n 
\nEl h\u00e1bito rojo y las zapatillas de oro<\/strong>
\nLa princesa retom\u00f3 el camino. Pronto comenz\u00f3 a encontrar a numero\u00adsos hombres, que invocaban su ayuda, a veces in\u00adcluso con arrogancia y con palabras descorteses. La joven princesa se deten\u00eda y con dulzura y paciencia, ayudaba a todos, sin irritarse nunca.
\nEn cierto momento le vino al encuentro un pobre tan desastrado, que pr\u00e1cticamente s\u00f3lo ten\u00eda unos harapos para cubrir su cuerpo macilento. Sin dudarlo, la princesa se quit\u00f3 su hermoso vestido y se lo regal\u00f3 al pobre. Pensaba cubrirse como mejor pudiera con su manto, pero sinti\u00f3 inmediatamen\u00adte c\u00f3mo unas manos invisibles la revest\u00edan con un nuevo vestido: era blando brillaba con un bell\u00edsimo color rojo vivo.
\nAl tercer d\u00eda la princesa reemprendi\u00f3 la marcha. Pero en su camino se acumulaban obst\u00e1culos y dificultades. Los senderos se hicieron ca\u00adda vez m\u00e1s dif\u00edciles, mientras que sus fuerzas se debilitaban y cada paso le pesaba una tonelada. S\u00f3lo su voluntad no ced\u00eda y conti\u00adnuaba ind\u00f3mita hacia la meta que se hab\u00eda fijado.
\nFinalmente, lleg\u00f3 a un jard\u00edn lleno de magn\u00edficos \u00e1rboles, en el que brillaban frutos de extra\u00f1o aspecto. La princesa se dej\u00f3 caer a los pies del \u00e1rbol m\u00e1s imponente, pues no sen\u00adt\u00eda ya ni un adarme de fuerza. Mientras estaba apoyada en el tronco del \u00e1rbol, pensaba: \u201c\u00a1ojal\u00e1 mis piernas tuvieran la firmeza de mi voluntad!\u201d. Justamente en aquel instante el \u00e1rbol comenz\u00f3 a moverse, se estremeci\u00f3 y tembl\u00f3 hasta que de su copa cayeron dos zapatillas, hechas de oro brillante y c\u00e1lido.
\nApenas la hija del emperador se hubo calzado las zapatillas de oro, irrumpi\u00f3 en su cuerpo una fuerza que jam\u00e1s hab\u00eda sentido antes. Inmediatamente pudo reemprender el camino.
\n 
\nEn el coraz\u00f3n de la Tierra<\/strong>
\nAl cuarto d\u00eda, el sendero que recorr\u00eda comenz\u00f3 a abismarse en las entra\u00f1as de la tierra. Al principio la joven se sinti\u00f3 envuelta en una niebla pavorosa, pero despu\u00e9s despunt\u00f3 una claridad cada vez m\u00e1s viva, hasta que lleg\u00f3 a donde reinaba una indescriptible luz.
\nSe sent\u00eda como si hubiera llegado al coraz\u00f3n de la tierra. En medio de la luz vio un trono, en el que se hallaba sentado un jovenc\u00edsimo rey cuya figura estaba rodeada de un halo de luz suave y acogedora. En torno al trono, de pie, estaban los esp\u00edritus de la naturaleza, los gu\u00edas de los hombres y los comandantes de las escuadras ang\u00e9licas. La princesa comprendi\u00f3 que hab\u00eda llegado a la meta. El rey mir\u00f3 a la joven, que avanzaba titubeante, y se fij\u00f3 en el manto azul que le cubr\u00eda las espaldas, el vestido rojo y las zapatillas de oro. Entonces reson\u00f3 su voz: \u201cVeo que mereces verdaderamente recibir la salvaci\u00f3n y llevarla a los hombres\u201d.
\nOfreci\u00f3 a la joven un c\u00e1liz de oro, que estaba lleno de agua burbujeante. \u201cBebe\u201d, dijo a la hija del Emperador. Y despu\u00e9s confi\u00f3 a la joven la misi\u00f3n de llevar aquel agua especial a los hombres y de anunciar a todos la bondad del Rey Escondido. Quien creyere, pod\u00eda beber y ser curado de la enfermedad. La hija del emperador tom\u00f3 el c\u00e1liz y volvi\u00f3 a la tierra de los hombres. Mas cuando comenz\u00f3 a hablar de su hallazgo, la mayor parte de los s\u00fabditos no quiso creer en la existencia de un Rey Escondido. Pero los que la cre\u00edan y beb\u00edan del c\u00e1liz, curaban inmediatamente de la terrible enfermedad que los hab\u00eda atacado.
\n(B. FERRERO, Historias de Navidad, de Adviento y de Epifan\u00eda<\/em>, CCS, 17-21)
\n 
\nPara la reflexi\u00f3n<\/strong>
\n– \u00bfQu\u00e9 sugiere la par\u00e1bola?
\n– \u00bfA quienes representan los personajes principales del relato: el Emperador, la hija, el Rey Escondido?
\n– \u00bfQu\u00e9 simboliza la enfermedad que sufren los habitantes del Imperio? \u00bfel c\u00e1liz de oro lleno de agua burbujeante?
\n– \u00bfQu\u00e9 le entrega el Rey Escondido a la princesa?
\n– \u00bfQui\u00e9nes reciben y qui\u00e9nes no reciben la salvaci\u00f3n?
\n 
\n2. Preparad el camino<\/strong>
\n 
\nLleg\u00f3 un hombre a un camino que estaba en obras y pregunt\u00f3 a los que all\u00ed tra\u00adbajaban: \u201cPerdonen pero \u00bfes aqu\u00ed donde preparan el camino para Dios? Es que ven\u00eda para echarles una mano\u201d.
\nEllos le contestaron: \u201cS\u00ed amigo, aqu\u00ed es\u201d. Y uno de los trabajadores se acerc\u00f3 para explicarle en qu\u00e9 consist\u00eda el trabajo que all\u00ed hac\u00edan. Le acompa\u00f1\u00f3 hasta una parte del camino y le dijo: \u201cEsto que ves aqu\u00ed es el camino de la Vida, por donde cada d\u00eda camina toda la humanidad. F\u00edjate con atenci\u00f3n en el suelo, y si descubres d\u00f3nde est\u00e1 el pro\u00adblema, es posible que valgas para echarnos una mano\u201d.
\nEl hombre se fij\u00f3 con atenci\u00f3n y pudo ver que el suelo estaba plagado de huellas. Despu\u00e9s de observarlas con detenimiento, pudo identificarlas con clari\u00addad: unas eran las huellas de los poderosos; otras, las de los adinerados; otras pertenec\u00edan a los ego\u00edstas, a los violentos, a los fan\u00e1ticos, y tambi\u00e9n a los falsos. Todas ellas llenaban el camino de la Vida. Extra\u00f1ado, le pregunt\u00f3 al trabajador: \u201cS\u00f3lo veo las huellas de una parte de la humanidad… \u00bfd\u00f3nde est\u00e1n las hue\u00adllas del resto?\u201d
\nEl trabajador contest\u00f3: \u201cLas huellas del resto de la humanidad est\u00e1n debajo de las que ves en el camino. Son pisoteadas cada d\u00eda por los de siempre\u201d. Entonces el hombre pregunt\u00f3 intrigado: \u201cSi el camino de la Vida est\u00e1 as\u00ed… \u00bfc\u00f3mo prepararlo para Dios?\u201d. A lo que el trabajador contest\u00f3: \u201cNuestro trabajo consiste en abrir cada d\u00eda nuevos caminos para que los pisoteados por los de siempre, puedan salir y disfrutar de una vida nueva\u201d.
\nY aquel hombre, despu\u00e9s de ver todo aquello, se puso manos a la obra abriendo caminos nuevos, para que todos los oprimidos y excluidos del mundo pudieran disfrutar de la salvaci\u00f3n que Dios env\u00eda.
\n(J. REAL, Relatos y din\u00e1micas para trabajar el tiempo de Adviento con adultos y j\u00f3venes<\/em>, CCS, 3-16)
\n 
\nPara la reflexi\u00f3n\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0<\/strong>
\n– \u00bfQui\u00e9nes son los pisoteados en nuestro mundo, en nuestra ciudad, en nues\u00adtro entorno cercano?
\n– En el terreno de la relaciones humanas, dentro de la convivencia cotidiana \u00bfqu\u00e9 actitudes, comportamientos, reacciones, provocan que una persona se sienta \u00abpisada\u00bb o da\u00f1ada por otra? \u00bfTe has sentido alguna vez \u00abpisoteado\u00bb?
\n– \u00bfQui\u00e9nes son los que en nuestro mundo, en nuestra ciudad, en nuestro entorno cercano, viven abriendo caminos nuevos para dar esperanza, ale\u00adgr\u00eda, consuelo o dignidad donde no la hab\u00eda?
\n– \u00bfDe qu\u00e9 manera recorres t\u00fa el \u00abCamino de la Vida\u00bb? \u00bfQu\u00e9 huellas te gustar\u00eda dejar en este camino?
\n– \u00bfEstamos dispuestos a echar una mano para preparar el camino para Dios?
\n <\/p>\n

    \n
  1. Dos cartas<\/strong><\/li>\n<\/ol>\n

    \u00a0<\/strong>
    \nCarta del hombre<\/strong>
    \nQuerido Dios:
    \nEstoy pesimista. Tremendamente pesimista. No hay nada que hacer. Acabo de leer a Isa\u00edas: Ven<\/em>, pueblo de Jacob, marchemos a la monta\u00ad\u00f1a santa; caminemos hacia la luz del Se\u00f1or <\/em>(Is 2,1-5).
    \nA las claras: esto me parece un cuento. No lo entiendo. Yo mismo soy consciente de mis resistencias a caminar y a empren\u00adder lo nuevo. No emprendo el camino de lo nuevo porque me da mie\u00addo, y, en el fondo, estoy convencido de que ser\u00eda m\u00e1s feliz y mejor creyente. Pero me aferro a la actual seguridad. Llegan edades de la vida en que uno, Se\u00f1or, ya no quiere cambiar. Cruje todo por dentro. Hay muchos Nicodemos<\/em> que no nos creemos eso de \u00abnacer de nuevo\u00bb.
    \nHe estado en una reuni\u00f3n en este inicio de Ad\u00adviento y he vuelto pesimista. Nos preocupa\u00admos tanto de la integridad y de las \u00abcomas y puntos\u00bb de tu mensaje que ya no s\u00e9 si nos interesa la letra o el esp\u00edritu. Es tan importante prevenir el error, que conservarlo nos est\u00e1 paralizando… Me duele el alma… Me sabe a algo de lo que Jes\u00fas, tu Hijo, tuvo que afrontar con \u00ablos religiosos\u00bb de su \u00e9po\u00adca… La salvaci\u00f3n tiene que brotar por otras esquinas. No nos penetra tu palabra. La leemos, la proclamamos, la te\u00adnemos en primer plano en la iglesia, pero est\u00e1 lejos del coraz\u00f3n. El coraz\u00f3n nuestro se alimenta de nuestras palabras, de nuestros mie\u00addos, de nuestros fracasos, de nuestro asegurar el presente, de nuestras ganas de medrar y tener poder y renombre, de nuestros recuerdos de ayer… No nos atrevemos a ir al futuro si \u00e9ste supone que tenemos que cambiar algo de lo que somos y tenemos, de lo que nos asegura. As\u00ed, Se\u00f1or, no anunciamos que t\u00fa llegas y que t\u00fa traes un futuro nuevo.
    \nEn el fondo me duele todo esto. Hasta me pongo a pensarlo y discul\u00adpo a la gente dici\u00e9ndome: \u00a1C\u00f3mo vas a pedir a tales personas a sus a\u00f1os que cambien…! \u00bfPero no es esto una contradicci\u00f3n? Si somos creyentes, lo de la fe es un continuo \u00e9xodo, \u00bfo no? \u00bfQu\u00e9 fe es la que tenemos? Yo creo que m\u00e1s que fe tenemos certezas… La fe es caminar en la inseguridad de la confianza ilimitada… La cer\u00adteza es inmovilista.
    \nTodo esto es lo que me vuelve pesimista. Confieso que el peso de los otros pesa sobre m\u00ed y me dificulta abrirme yo mismo a la esperanza y a lo nuevo. Tengo la tentaci\u00f3n de decirme: \u00abTira como puedas, y d\u00e9jate de historias. No hay nada que hacer, as\u00ed que no te compli\u00adques la vida…\u00bb.
    \n\u00bfUn poco triste, no? Pero esto no es toda la verdad. No quiero caer en ese error porque hoy est\u00e9 hablando desde la noche. Hay estrellas… Me apunto a ver la noche desde una estrella…
    \n 
    \nRespuesta de Dios<\/strong>
    \nQuerido hombre:
    \nHe le\u00eddo tu carta, como bien dec\u00edas en ella, llena de pesimismo. Te comprendo, pero no estoy de acuerdo. T\u00fa tienes la impresi\u00f3n de que no ves novedad de vida. Todo depende del \u00e1ngulo desde donde miras los brotes de vida.
    \nSoy Dios de vida y Dios de vivos. No me gustan los predicadores de la muerte y de la cat\u00e1strofe. \u00c9stos no me han entendido. A m\u00ed no se llega por el miedo. A m\u00ed se viene por el camino de la paz, de la ver\u00addad, del amor… \u00a1Cu\u00e1ndo lo vais a entender!
    \n\u00bfPor qu\u00e9 no entras en lo que vivi\u00f3 mi en\u00adviado, mi Hijo…? \u00c9l se sent\u00f3 a la entrada del Templo y supo ver, en medio de la hipocres\u00eda y de la apariencia, la vida que encerraba una mujer que dio unas pocas monedas, pero dio todo lo que ten\u00eda y lo dio de coraz\u00f3n. Eso es vida.
    \nTe recuerdo tambi\u00e9n que m\u00e1s de una vez tuvo que exclamar: \u00abOs aseguro que en Israel no he encontrado tanta fe\u00bb. Para ver la nueva vida tienes que ampliar tu horizonte de miras. La vi\u00adda nueva no est\u00e1 sujeta a grupos o instituciones que, en principio, tendr\u00edan que ser fuente de vida nueva. Mira un poco m\u00e1s all\u00e1. Sal a los caminos donde viven los ne\u00adcesitados. Este es el secreto. Nace vida donde hay sufrimiento y do\u00adlor humanos. Nace la vida donde hay gritos de esclavitud y hermanos que saben escucharlos. S\u00ed, la vida sigue brotando y sorprendiendo en muchos rincones, en muchos hombres y mujeres que no est\u00e1n mar\u00adcados con ning\u00fan sello ni llevan etiqueta alguna, pero sienten en su coraz\u00f3n la llamada de ir al encuentro del hermano.
    \nCon la excusa de conservar la vida que han recibido, mucha gente lo \u00fanico que hace es encerrarse y apagar lentamente el don recibido. Se parecen a las v\u00edrgenes necias, o al siervo perezoso que enterr\u00f3 el talento en la tierra. Aunque te parezca incre\u00edble o imposible, yo, el Se\u00f1or, te digo que hay m\u00e1s vida de la que te imaginas. Si no la descubres es que te has encerrado en un castillo impenetrable.
    \nTu pesimismo, querido hombre, es acusaci\u00f3n. Te has acomodado en la sala del bienestar y s\u00f3lo sabes mirarte o mirar la TV. Te ocupas en controlarlo todo, en conservarlo todo en vez de abrir la puerta a los que necesitan cuidados. No te encarnas, y por eso no nace nada. \u00a1Si al menos en este tiempo te abrieras a la verdad y a la palabra que te traigo! Estoy cerca, \u00bfpor qu\u00e9 no me ves? Nada m\u00e1s. Tu Dios que te quiere
    \n(A.\u00a0 GINEL, Materiales para el Adviento<\/em>, Editorial CCS, 12-15)
    \n 
    \nPara la reflexi\u00f3n<\/strong>
    \n– \u00bfQu\u00e9 motivos explican el pesimismo del hombre en la primera carta? \u00bfPor qu\u00e9 se muestra pesimista?
    \n– \u00bfC\u00f3mo responde Dios a este pesimismo?
    \n– \u00bfCu\u00e1les son nuestras resistencias, nuestros desalientos, nuestros desencantos?
    \n– \u00bfC\u00f3mo nos situamos en este adviento ante nosotros mismos, ante los dem\u00e1s, ante Dios?
    \n– Escribir una carta a Dios que exprese nuestra situaci\u00f3n y nuestra actitud personal
    \n– Llegar despu\u00e9s a un rato de oraci\u00f3n e intentar escuchar la respuesta de Dios.
    \n 
    \n 
    \n 
    \n 
    \n 
    \n <\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":"

    Carmen Aguado \u00a0\u00a0 1. La b\u00fasqueda del Rey Escondido   No hace mucho tiempo exist\u00eda un Imperio que era el m\u00e1s vas\u00adto y poderoso de la Tierra, porque con el paso de los siglos hab\u00eda en\u00adgullido a todos los Imperios anteriores. Hab\u00eda adquirido no s\u00f3lo una gran gloria, sino tambi\u00e9n una inmensa riqueza, y sus […]<\/p>\n","protected":false},"author":3,"featured_media":0,"comment_status":"closed","ping_status":"closed","sticky":false,"template":"","format":"standard","meta":{"_et_pb_use_builder":"","_et_pb_old_content":"","_et_gb_content_width":"","inline_featured_image":false,"footnotes":""},"categories":[955,1260,94],"tags":[],"_links":{"self":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/7887"}],"collection":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/posts"}],"about":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/types\/post"}],"author":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/users\/3"}],"replies":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/comments?post=7887"}],"version-history":[{"count":0,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/7887\/revisions"}],"wp:attachment":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/media?parent=7887"}],"wp:term":[{"taxonomy":"category","embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/categories?post=7887"},{"taxonomy":"post_tag","embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/tags?post=7887"}],"curies":[{"name":"wp","href":"https:\/\/api.w.org\/{rel}","templated":true}]}}