Im\u00e1genes de j\u00f3venes: un planeta<\/strong><\/li>\n<\/ol>\n\u00a0<\/strong>
\nLo primero que debemos advertir a quien decida emprender este viaje con nosotros es que un joven de pel\u00edcula es el resultado de una complej\u00edsima operaci\u00f3n de s\u00edntesis. No es un joven vivo, sino un producto en cuya configuraci\u00f3n se suelen aunar una base real representada, la funci\u00f3n narrativa propia de todo personaje en un relato (a veces matizada por los c\u00f3digos gen\u00e9ricos: no es igual un joven de comedia que un joven de una cinta de terror), los rasgos de un actor que, a pesar de encarnar a otro ser, presta parte de su identidad a la nueva criatura, unas pretensiones comerciales inevitables y, muy a menudo, ciertas intenciones autorales (el creador se proyecta o proyecta sus ideas en menor o en mayor medida en su personaje). De ah\u00ed se deduce que llegar a conclusiones firmes sobre el mundo real a partir de una construcci\u00f3n ficticia fruto de tal combinaci\u00f3n\u00a0 de elementos (la realidad inspiradora, pero tambi\u00e9n las convenciones narrativas, el negocio, la personalidad del director y del actor\u2026) deba considerarse, cuanto menos, arriesgado.
\nEn segundo lugar y como ya anticip\u00e1bamos en nuestra breve presentaci\u00f3n, un rasgo com\u00fan a todo el cine reciente es la heterogeneidad. Es tal la multiplicidad de im\u00e1genes que de los j\u00f3venes podemos encontrarnos en las producciones de los \u00faltimos a\u00f1os que cualquier intento de clasificaci\u00f3n y orden deber\u00e1 emprenderse con mucho tiento para no caer en el simplismo. En las pel\u00edculas de los \u00faltimos a\u00f1os hay j\u00f3venes integrados y j\u00f3venes apocal\u00edpticos; est\u00e1n quienes refrendan modelos \u00e9ticos y los que apuestan por la trasgresi\u00f3n; los hay que aspiran a ser fieles reflejos de lo que la realidad es y tambi\u00e9n quienes apuntan con sus comportamientos hacia el cielo de lo que la realidad deber\u00eda ser; algunos protagonizan pel\u00edculas en clave de \u201cs\u00ed\u201d (optimismo, orden, creencia en las posibilidades del ser humano), otros se ven embarcados en la nave del \u201cno\u201d (pesimismo, caos, desconfianza cong\u00e9nita hacia la condici\u00f3n de la persona)\u2026
\nEl tercer dato para establecer la escala justa de nuestras cartas de navegaci\u00f3n no es balad\u00ed: \u00bfcu\u00e1ndo estamos en condiciones de afirmar que en una pel\u00edcula aparece un joven? O, de otra manera, \u00bfcu\u00e1l es la frontera cronol\u00f3gica exacta entre ni\u00f1ez y juventud, o entre juventud y madurez? Mi experiencia me dice que uno de los grandes temas del cine contempor\u00e1neo es la inmadurez incurable, la dificultad que tenemos para asentarnos en ese suelo hasta cierto punto firme que es la edad adulta. A la perpetua adolescencia (lo que algunos llaman \u201cadultoscencia\u201d) que prolonga los problemas, inestabilidades y titubeos juveniles hasta m\u00e1s all\u00e1 de la cuarentena se le suma el hecho de que la infancia se disuelva en pubertad mucho antes de lo esperado, con lo que la tarea de colocar lindes se complica. De todo esto se deduce que hay historias protagonizadas por ni\u00f1os de doce a\u00f1os o por cuarentones y cuarentonas que merecen el calificativo de cine de tem\u00e1tica juvenil.
\nFinalmente quiero establecer una \u00faltima coordenada: si queremos abrir una ruta entre tan tupida vegetaci\u00f3n, deberemos estar atentos y distinguir lo que las pel\u00edculas formulan sobre la condici\u00f3n juvenil\u00a0 como t\u00f3pico \u00a0(lo eterno de la eterna juventud) y lo que aventuran sobre lo peculiar de la juventud del siglo XXI. As\u00ed mismo, nos ayudar\u00e1 en tan singular odisea diferenciar al joven por edad del joven que, adem\u00e1s, en su peripecia encarna el problema esencial de ser joven. El primero es joven f\u00edsicamente hablando; el segundo lo es a\u00fan m\u00e1s porque vive y exhibe la cuerda floja de su existir titubeante.
\n <\/p>\n\n- Im\u00e1genes de j\u00f3venes: algunos continentes<\/strong><\/li>\n<\/ol>\n
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\nDespu\u00e9s de localizar en el ampl\u00edsimo espacio de lo cinematogr\u00e1fico la ubicaci\u00f3n de un supuesto planeta juvenil, nos toca aproximarnos un poco m\u00e1s a su superficie. Y en este caso me parece \u00fatil demostrar c\u00f3mo el cine de distintas zonas geogr\u00e1ficas configura modelos juveniles diversos. Delimitar\u00e9, a grandes rasgos, tres grandes continentes cinematogr\u00e1ficos:
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\n2.1.\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0 <\/strong>\u00a0Cine norteamericano<\/strong>
\n\u00a0<\/strong>
\nCuando hablamos de cine, hablamos de Estados Unidos. Y en el tema que nos ocupa todav\u00eda m\u00e1s. Que nosotros comprendamos expresiones como fiesta de graduaci\u00f3n o animadoras (cheerleaders<\/em>) y admitamos que un muchacho empu\u00f1e un arma con naturalidad se debe a que la cultura cinematogr\u00e1fica media de un espectador occidental se ha forjado con argumentos norteamericanos. Sin embargo, el cine de procedencia yanqui no constituye un bloque monol\u00edtico. Quiero enumerar cuatro grandes \u00e1mbitos de producci\u00f3n que, al incluir la tem\u00e1tica juvenil, optan por estrategias diferenciadas en sus propuestas f\u00edlmicas:
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\n– Cine independiente<\/em><\/strong>: El cine independiente norteamericano ha encontrado en los j\u00f3venes un apasionante terreno de experimentaci\u00f3n. Sus idiosincrasias \u00fanicas, su tendencia al aislamiento y a la introspecci\u00f3n, la excentricidad de sus comportamientos encaja muy bien con un cine que aspira a desmarcarse (al menos en apariencia) del modelo imperante. El personaje joven, en definitiva, es en estas pel\u00edculas, entre otras cosas, la encarnaci\u00f3n, la met\u00e1fora de los valores que abandera el cine norteamericano alternativo.
\nLos j\u00f3venes de las pel\u00edculas indies<\/em> practican el ensimismamiento y la misantrop\u00eda, abominan del orden de las cosas y se alejan de \u00e9l por la v\u00eda fascinante de la imaginaci\u00f3n o por el tortuoso sendero de la violencia. Entrenados en el mutismo, inquietos en su pasividad, viven en las mismas zonas residenciales que sus compa\u00f1eros de generaci\u00f3n del cine comercial, pero airean hacia dentro los complejos y turbulencias que los otros exteriorizan.
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\n– Cine \u201cDisney\u201d:<\/em><\/strong> Una pel\u00edcula como Princesa por sorpresa<\/em> resulta emblem\u00e1tica de esta tendencia. La adolescente desgarbada y an\u00f3nima que acaba convirti\u00e9ndose en hermosa joven y princesa de un peque\u00f1o reino europeo ejemplifica a la perfecci\u00f3n las virtudes y las limitaciones de todas aquellas pel\u00edculas de protagonista juvenil que basculan entre la comedia sentimental, el cuento de hadas y el telefilme para adolescentes. Con principios \u00e9ticos preclaros e inquebrantables, sin un \u00e1pice para el cuestionamiento del t\u00f3pico, intentan limar aristas y presentan los dilemas de la\u00a0 adolescencia desde la condescendencia y la sonrisa, sin furias ni quebrantos. El dise\u00f1o de producci\u00f3n evita cualquier desm\u00e1n y en aras de la lecci\u00f3n de vida se edulcora el cinismo y se patenta lo amable en el retrato.
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\n– Cine de g\u00e9nero<\/em><\/strong>: Dos grandes g\u00e9neros aglutinan buena parte de la producci\u00f3n de cine norteamericano con protagonista juvenil: la comedia y el cine de terror. En el \u00e1mbito de la comedia, destaca la l\u00ednea que llamaremos de cine gamberro, con j\u00f3venes s\u00f3lo interesados en el sexo, la droga blanda y la juerga continua. Las road trip<\/em>(viajes por carretera aireados con marihuana), las buddy movies <\/em>(pel\u00edculas de colegas), las comedias fumetas<\/em>, la comedia de instituto son otras tantas muestras de esta tendencia a un cine desvergonzado, procaz, fresco en teor\u00eda y muchas veces maloliente en la pr\u00e1ctica, machista por definici\u00f3n, que abandera la obsesi\u00f3n por perder la virginidad y el control como marca de f\u00e1brica. Caricaturizan el deseo y la conmoci\u00f3n vital de la juventud y reformulan de forma pedestre la rebeld\u00eda juvenil para buscar una carcajada que camufle el miedo rec\u00f3ndito de todo adolescente a asumir sus propias transformaciones y la magnitud de sus anhelos.
\nAl lado de esta variante deben situarse aquellas otras comedias que gravitan alrededor del tema de la guerra de sexos, sobre todo las que articulan su discurso en torno al miedo al compromiso. Fiestas de despedida de soltero que suponen una toma de conciencia sobre la decisi\u00f3n matrimonial; personajes que sufren las dificultades para asumir la vida en pareja o la paternidad\/maternidad pr\u00f3xima; seres embargados por la indecisi\u00f3n a la hora de elegir chico o chica son argumentos comunes en obras sobre la madurez como problema y la tendencia imposible a querer perpetuarnos en una eterna adolescencia.
\nEn el otro extremo, el cine de terror norteamericano ha recurrido desde los a\u00f1os 80 al joven como v\u00edctima ideal de los desmanes de psic\u00f3patas y monstruos. Su carne tierna parece adecuada por vistosa para el sometiendo a evisceraciones y desmembraciones m\u00faltiples. En la mayor\u00eda de los casos, las v\u00edctimas lo son por motivos \u00e9ticos: alguien se venga de una afrenta del pasado, o castiga la promiscuidad sexual o el exceso de osad\u00eda con una espantosa tortura. Se trata de cine, adem\u00e1s, destinado a espectadores de la misma edad que los sacrificados sobre el altar de la pantalla, de donde se deduce que en estos espect\u00e1culos hay algo de exorcismo, de rito inici\u00e1tico para que su p\u00fablico se enfrente de modo simb\u00f3lico a la muerte. Hemos de destacar que en los \u00faltimos a\u00f1os, adem\u00e1s de v\u00edctimas, aparecen los propios j\u00f3venes como ejecutores.
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\n– Los grandes \u201cBlock-busters\u201d<\/em><\/strong>: Algunas de las pel\u00edculas m\u00e1s taquilleras del presente siglo est\u00e1n protagonizadas por personajes j\u00f3venes y, lo que es m\u00e1s, abordan directa o figuradamente las grandes cuestiones juveniles. Lo curioso es que en todos los casos se produce un fen\u00f3meno curioso e imposible en otras \u00e9pocas de la historia del cine: el joven se erige en h\u00e9roe. Spiderman, Harry Potter,\u00a0 El se\u00f1or de los anillo, Matrix, Piratas de El Caribe, X-Men <\/em>o Star Wars<\/em> (aqu\u00ed el h\u00e9roe en realidad es antih\u00e9roe, villano) apuestan por postular la posibilidad de un h\u00e9roe \u00e9pico juvenil, cuando el clasicismo ha insistido siempre en ilustrar que el hero\u00edsmo presupone la conquista previa de la madurez por parte del sujeto heroico. Ser h\u00e9roe y joven constitu\u00eda un ox\u00edmoron, es decir, una contradicci\u00f3n indisoluble. En el siglo XXI (con el precedente fundacional de La guerra de las galaxias<\/em>) se ha decidido imaginar una forma de hero\u00edsmo que admite la indecisi\u00f3n, el autocuestionamiento y el balbuceo como atributos heroicos. Y esto constituye una revoluci\u00f3n con interesantes consecuencias.
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\n2.2.\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0 <\/strong>\u00a0Cine europeo<\/strong>
\n\u00a0<\/strong>
\nEn Europa, junto a productos que tienden a imitar el patr\u00f3n estadounidense, nos hallamos con obras m\u00e1s comprometidas con la realidad. Los escasos d\u00e9bitos con la industria (casi siempre inexistente) y el star sistem<\/em>, la menor vigencia de la pol\u00edtica de g\u00e9neros y, sobre todo, la herencia de una tradici\u00f3n poderosa de cine social motivan que los j\u00f3venes del cine de nuestro entorno m\u00e1s pr\u00f3ximo se enra\u00edcen con vigor en el suelo de lo real. La atenci\u00f3n a lo marginal, a los problemas candentes de la vida urbana, transforma algunas de estas obras en\u00a0radiograf\u00edas del presente, pendientes de recoger entre sus m\u00e1rgenes el h\u00e1lito de la vida, sobre todo cuando esta bulle en el conflicto. La f\u00e1brica de sue\u00f1os americana se ve reemplazada en nuestros lares por un intento artesanal de despertar conciencias y en esa diferencia entre la placidez del onirismo norteamericano y el escozor del golpe bajo europeo se juega nuestra peculiaridad.
\nMenci\u00f3n especial merece el cine espa\u00f1ol, por lo que nos toca en el asunto. Los \u00faltimos a\u00f1os se han caracterizado por la continua irrupci\u00f3n de rostros nuevos, muchos de procedencia televisiva (Pilar L\u00f3pez de Ayala, Ver\u00f3nica S\u00e1nchez, Alejo Sauras…) que, sin embargo, s\u00f3lo han servido para lavar la cara de un cine a\u00fan con muchas carencias est\u00e9ticas y estructurales. Si tuvi\u00e9ramos que se\u00f1alar alguna peculiaridad del personaje juvenil en nuestro cine, subrayar\u00eda el cinismo con que muchas veces es observado, as\u00ed como los intentos de los directores por situar sus creaciones en la estela que las producciones de otros pa\u00edses marcan, en lugar de apostar por la formulaci\u00f3n vern\u00e1cula del problema juvenil. A la zaga de la comedia desprejuiciada y sin tab\u00faes norteamericana surgen productos como Caf\u00e9 solo o con ella; <\/strong><\/em>la revoluci\u00f3n sexual y la provocaci\u00f3n que en otras latitudes se recogi\u00f3 en el cine hace un par de d\u00e9cadas inspira obras como El calentito <\/em>o Los dos lados de la cama<\/em>, con el a\u00f1adido de cierta propensi\u00f3n a lo casposo; el revisionismo hist\u00f3rico, tan del gusto de cinematograf\u00edas como la francesa o la alemana, se decanta, por ejemplo en Las trece rosas <\/em>o Salvador<\/em>, hacia un melodramatismo que acaba por falsear hechos de por s\u00ed bastante contundentes… Esta falta de personalidad, no obstante, no impide que en ciertas pel\u00edculas podamos intuir presencias \u00fanicas, retratos de j\u00f3venes que se singularizan.\u00a0 Todos estos personajes coinciden en el ejercicio de una fuerza de voluntad casi dolorosa (Azul Oscuro Casi Negro, Cabeza de perro, Fr\u00e1gil, Ladrones…<\/em>), <\/strong>lo cual podr\u00eda constituir una interesante v\u00eda de exploraci\u00f3n de lo juvenil desde una \u00f3ptica hisp\u00e1nica.<\/strong>
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\n2.3.\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0 \u00a0Cines perif\u00e9ricos<\/strong>
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\nLos cines de otras latitudes producen en el espectador un efecto siempre de extra\u00f1amiento. Lo lejano se confunde as\u00ed con lo ex\u00f3tico, a pesar de que en estas otras cinematograf\u00edas se apueste m\u00e1s por remarcar la carencia, el gris, que por evidenciar lo aut\u00f3ctono y colorido. Porque el cine iran\u00ed, los pocos ejemplos de cine africano que nos llegan o gran parte del cine latinoamericano dirigen sus c\u00e1maras con frecuencia a historias donde los derechos humanos se tambalean, a esas zonas donde la miseria domina. Los j\u00f3venes en estas pel\u00edculas padecen la indignidad o la ejecutan como consecuencia de una realidad intolerable que los condena a ser cajas de resonancia de la injusticia.
\nAl margen de estas obras, un fen\u00f3meno digno de menci\u00f3n es el de la divulgaci\u00f3n del cine del Lejano Oriente (Jap\u00f3n, China, Corea, Tailandia…). Aqu\u00ed ya no estamos en el Tercer Mundo, pero s\u00ed debemos someternos a la hipnosis de una mirada distinta a la occidental. Hay en los j\u00f3venes de este cine un existencialismo l\u00edmite, a veces de raigambre nihilista, que sorprende. La violencia extrema, el car\u00e1cter taciturno agudizado hasta la tensi\u00f3n, la ausencia de comunicaci\u00f3n alcanza en muchos de los protagonistas juveniles de estos productos un rigor hiriente y suicida que nos interpela.
\n <\/p>\n\n- Im\u00e1genes de j\u00f3venes: once pa\u00edses<\/strong><\/li>\n<\/ol>\n
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\n\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0 <\/strong>En este, nuestro atlas, va llegando el momento de tomar tierra. Despu\u00e9s de vislumbrar a vista de p\u00e1jaro nuestro \u00e1mbito de reflexi\u00f3n, en el presente apartado pisaremos suelo y nos adentraremos unos pasos en las regiones dibujadas. Aun a riesgo de generalizar, pretendo ahora perfilar el contorno de los once contenidos m\u00e1s representativos del cine con j\u00f3venes en el cine de lo que va de siglo. Intentar\u00e9 sobre todo definir lo que estos pa\u00edses, \u00a0estas tem\u00e1ticas, tienen de diferencial y propio de nuestra \u00e9poca, frente a otras cuestiones m\u00e1s atemporales que tambi\u00e9n trata el cine. Nos interesa, en definitiva, no \u201clo eterno de la eterna juventud\u201d, sino lo propio de nuestros j\u00f3venes de cine contempor\u00e1neos:
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\nEncadenados a la juventud<\/strong>
\nAl inicio de nuestro trabajo anticip\u00e1bamos que la inmadurez como estado vital era uno de los grandes temas del cine m\u00e1s reciente. American beauty<\/em> puede considerarse una obra fundacional a este respecto, con su retrato de un cuarent\u00f3n que sue\u00f1a con seducir a la amiga adolescente de su hija para recuperar la juventud perdida. La imposibilidad de gestionar los propios afectos y la resistencia a aceptar el compromiso se al\u00edan y como resultado generan retratos de j\u00f3venes y de seudo-j\u00f3venes (a veces con casi cincuenta a\u00f1os o m\u00e1s: basta ver la pel\u00edcula espa\u00f1ola Vete de m\u00ed<\/em>) que por edad deber\u00edan torear otros problemas y, sin embargo, est\u00e1n embarcados en cuitas sentimentales y zozobras existenciales dignas de cualquier pimpollo. Los sue\u00f1os personales o profesionales rotos y mal digeridos generan frustraciones que acaban por agostar la posibilidad de la maduraci\u00f3n; la dificultad para independizarse del hogar familiar, el pavor a ligarse a otras personas (parejas, hijos\u2026), la frivolidad vac\u00eda y el hedonismo en su versi\u00f3n barata act\u00faan tambi\u00e9n como causa de que el conflicto esencial de decidir lo que uno quiere hacer con su vida se instale para siempre en la conciencia de nuestros personajes, condenados a cadena perpetua en su juventud. A esta dificultad de los supuestos adultos para asentarse en tierra firme debe a\u00f1ad\u00edrsele la brusca irrupci\u00f3n de los ni\u00f1os en la adolescencia (primer estadio de la juventud) a trav\u00e9s de experiencias traum\u00e1ticas (sobre todo asociadas a la violencia, el sexo o a la disoluci\u00f3n de la estructura familiar: ver, a este respecto, obras contundentes como Pal\u00edndromos <\/em>o El final de la inocencia<\/em>). As\u00ed podremos constatar que lo que la juventud tiene de abismo, de fuerza centr\u00edpeta que puede absorbernos para siempre si no acabamos por superar sus turbulencias de desorientaci\u00f3n, aparece y reaparece una y otra vez en las pel\u00edculas m\u00e1s diversas, sean j\u00f3venes o no sus protagonistas.
\n
\nEl triunfo de lo singular<\/strong>:
\nNeerds, freaks, <\/strong><\/em>bichos raros: Buena parte del cine contempor\u00e1neo con protagonista joven presta especial atenci\u00f3n a aquellos sujetos que se salen de la media, que se desmarcan del modelo juvenil imperante. Por gustos, por comportamientos, por f\u00edsico, por opci\u00f3n vital, el personaje raro, aislado en el per\u00edmetro de su propia singularidad, protagoniza algunas de las pel\u00edculas m\u00e1s interesantes de esta d\u00e9cada. Juno<\/em> (por citar las m\u00e1s reciente y exitosa), Napole\u00f3n Dinamita, Thumbsucker,<\/strong><\/em> el propio adolescente de Peque\u00f1a Miss Sunshine<\/em> siguen la v\u00eda f\u00e9rtil abierta por Ghost World<\/em>, la adaptaci\u00f3n de la genial novela gr\u00e1fica de Daniel Clowes. A este gusto por lo exc\u00e9ntrico se suma en muchas de estas obras un mayor inter\u00e9s por lo individual que por lo colectivo, una atenci\u00f3n preferente a las relaciones interpersonales antes que a las grupales y, finalmente, una mirada amable y efusiva en su contenci\u00f3n hacia todo aquel que con su propia extravagancia se resiste a integrarse en un orden social y \u00e9tico tan previsible como insatisfactorio.
\n
\nLo que me importa no es aquello de lo que te hablo; lo que hago no es exactamente lo que deseo<\/strong>
\nUna de las pel\u00edculas de culto de los a\u00f1os ochenta fue Sexo, mentiras y cintas de v\u00eddeo.<\/strong><\/em> Recuerdo que la cr\u00edtica period\u00edstica que supuso el espaldarazo definitivo para esta obra se titulaba algo as\u00ed como Amor, verdades y mucho cine.<\/em> Pues bien, los protagonistas j\u00f3venes del cine actual suelen coincidir en manifestar, de palabra y obra, esa misma paradoja: formulan deseos que en el fondo camuflan anhelos distintos a lo expresado; emprenden b\u00fasquedas desesperadas de algo que no es en realidad lo que necesitan. Donde escriben \u201csexo\u201d muchas veces a\u00f1oran amor; detr\u00e1s de subterfugios y autoenga\u00f1os hay una soberana demanda de verdad; el desmadre camufla el miedo a la soledad esencial; el deseo de sangre y violencia constituye una llamada desesperada a las puertas cerradas del sentido\u2026 Debajo de las maneras burdas, las palabras soeces, los gestos salaces y el mal gusto se esconden grandes preguntas, decisiones cruciales y profundidades. Dos pel\u00edculas como Supersalidos <\/em>o L\u00edo embarazoso<\/em>, de apariencia granulienta y bocazas, llenas de humor masturbatorio, son en realidad obras muy conseguidas, casi geniales, sobre el miedo a madurar, sobre la necesidad de forjar el amor, sobre las apariencias como escudos defensivos de un yo inseguro que no se atreve a salir de s\u00ed. Yo soy la Juani, A golpes <\/em>o Segundo asalto <\/em>postulan de forma m\u00e1s renqueante lo mismo, ya dentro de nuestra cinematograf\u00eda.
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\nDe familias cascadas, padres perdidos y la necesidad de recuperar las ra\u00edces<\/strong>
\nEn todas las \u00e9pocas uno de los universales de lo juvenil ha sido el choque entre generaciones. Las desavenencias con los progenitores o el cuestionamiento del mundo adulto forman parte de la rebeld\u00eda juvenil desde que el mundo es mundo y el cine as\u00ed lo ha recogido de Rebelde sin causa <\/em>en adelante. Sin embargo, el grado de deterioro al que ha llegado la instituci\u00f3n familiar ha provocado que los ajustes de cuentas intergeneracionales se vuelvan materia com\u00fan. Nuevos modelos de familia (Quincea\u00f1era, Una canci\u00f3n del pasado, Transam\u00e9rica\u2026<\/em>), refriegas cruentas entre padres e hijos (Remake<\/em>), b\u00fasquedas desesperadas de referentes fuera de la propia esfera familiar (This is England<\/em>), padres y madres ausentes (todo el cine de Gus Van Sant; gran parte del cine oriental); relaciones parentales tortuosas (Memorias de Queens, <\/strong><\/em>la destructiva relaci\u00f3n t\u00edo-sobrinos en El sue\u00f1o de Casandra<\/em>) componen otras tantas manifestaciones de la especial crispaci\u00f3n que la \u00e9poca impone a un argumento t\u00f3pico.
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\nLa revoluci\u00f3n sentimental<\/strong>
\nLa asunci\u00f3n\u00a0 de la propia identidad homosexual (Desayuno en Plut\u00f3n, Brockebak Mountain y\u00a0 C.R.A.Z.Y.<\/strong><\/em> son tres t\u00edtulos emblem\u00e1ticos de esta tem\u00e1tica) aparece como el m\u00e1ximo signo de un fen\u00f3meno de mayor alcance, el que he llamado \u201crevoluci\u00f3n sentimental\u201d. Hay en el cine actual con j\u00f3venes un esfuerzo por parte de sus protagonistas de formular, comprender y aceptar sus propios sentimientos, por complejos e infrecuentes que sean, como requisito previo antes de cualquier forma de opci\u00f3n vital. Sin embargo, este fen\u00f3meno de insistencia en lo emocional coincide con la ausencia de alusiones a otros \u00e1mbitos de su mundo interior (autoconocimiento; empat\u00eda y compromiso \u00e9tico por el otro, apertura a lo sobrehumano\u2026). A este respecto, Avril<\/em>, una pel\u00edcula italiana de escasa difusi\u00f3n, torpe factura, pero mucho meollo, demuestra mi teor\u00eda. La historia de una muchacha criada en un convento que, unos d\u00edas antes de ordenarse religiosa, parte en busca de su hermano gemelo y descubre su corporalidad, la plenitud de lo sensorial, la riqueza de las relaciones de camarader\u00eda y el deseo amoroso, todo a costa de una vocaci\u00f3n religiosa m\u00e1s impuesta que asumida, acierta a formular que, por encima de compromisos personales, sociales, \u00e9ticos o pol\u00edticos, que m\u00e1s all\u00e1 de cualquier impulso mist\u00e9rico, el joven actual de cine (\u00bfy el real?) aspira s\u00f3lo a resolver con raciones de emotividad sus necesidades interiores. Es obvio que esa b\u00fasqueda de\u00a0satisfacci\u00f3n emocional resulta connatural al ser humano, m\u00e1s a\u00fan en la juventud, pero en el momento en que se produce de espaldas a otras dimensiones de la persona (porque se desconocen, sacrifican o esquivan) entramos en el pantanoso terreno de la carencia y la limitaci\u00f3n. Y esto enlaza con lo que antes dec\u00edamos, en el pa\u00eds tercero de este planeta: la desorientaci\u00f3n de muchos personajes juveniles, su deambular \u201ccomo vaca sin cencerro\u201d a la busca de algo impreciso en el lugar equivocado apunta a que no todo se resuelve en el \u00e1mbito de una afectividad parcial y a que sin palabras como aceptaci\u00f3n personal, solidaridad, compromiso con el mundo, trascendencia\u2026 la plenitud no acaba de llegar ni siquiera a los j\u00f3venes de pel\u00edcula.
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\nEl siglo de las mujeres<\/strong>
\nLa importancia progresiva del personaje femenino en el cine actual es un dato evidente e incuestionable. Esto mismo sucede en las pel\u00edculas con j\u00f3venes. Frente al rebelde masculino que como protagonista se hab\u00eda adue\u00f1ado del cine de tem\u00e1tica juvenil hasta finales del siglo veinte, dos pel\u00edculas\u00a0 de \u00e9xito como Thelma y Louise <\/em>y Tomates verde fritos<\/em> abrieron en los 90 la puerta a la liberaci\u00f3n cinematogr\u00e1fica de lo femenino y a una nueva sensibilidad sin complejos, que redundar\u00e1 en la proliferaci\u00f3n de historias construidas desde el punto de vista de una f\u00e9mina carism\u00e1tica joven. En los primeros compases del siglo XXI \u00a0Fucking Amal, Una rubia muy legal, Amelie o El diario de Bridget Jones <\/em>colocan a adolescentes, j\u00f3venes universitarias, j\u00f3venes independientes y j\u00f3venes treinta\u00f1eras en el n\u00facleo neur\u00e1lgico de relatos con fuerte repercusi\u00f3n popular. Asunci\u00f3n de su\u00a0 identidad; recuperaci\u00f3n de una sexualidad atrofiada por sumisi\u00f3n al macho; libre expresi\u00f3n de sentimientos, m\u00e1s all\u00e1 de complejos; control de las riendas de su propia vida\u2026: podr\u00edamos seguir enumerando caracter\u00edsticas que se derivan de esta expansi\u00f3n \u00a0en todas las direcciones de la imagen femenina. Sean hero\u00ednas o v\u00edctimas, en la mirada sobre las j\u00f3venes suele reemplazarse la antipat\u00eda o el enfoque sat\u00edrico con el que est\u00e1n retratados sus coet\u00e1neos del otro sexo por una especie de discriminaci\u00f3n positiva que refuerza su en\u00e9rgica voluntad y su riqueza interior, adem\u00e1s de remarcar una rebeld\u00eda que, m\u00e1s que cuestionar la estructura social, ataca unos roles sexuales todav\u00eda necesitados de revisi\u00f3n.
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\nEn las ra\u00edces de la violencia<\/strong>
\nA consecuencia de los altos \u00edndices de violencia de los Estados Unidos, buena parte del cine norteamericano se ha volcado desde sus or\u00edgenes en reflejar esta realidad. Este fen\u00f3meno se ha extendido a todas las cinematograf\u00edas, bien sea por la preocupaci\u00f3n que en toda sociedad suscita este tema, bien sea por el atractivo de los argumentos que genera o por mero contagio del modelo americano. Como espect\u00e1culo hechizante, como s\u00edmbolo de la pulsi\u00f3n de destrucci\u00f3n o como denuncia, la violencia ha recorrido y recorre las pantallas. El joven no est\u00e1 exento de verse involucrado en esta red, aunque la participaci\u00f3n activa y contundente en episodios violentos se ha visto representada con m\u00e1s frecuencia en el cine reciente. Bowling for Columbine, <\/em>el documental de Michael Moore, puede tomarse como punto de inflexi\u00f3n de este tema. A ra\u00edz de dicha pel\u00edcula y de la genial Elephant<\/em>, los creadores cinematogr\u00e1ficos se inclinan en muchas ocasiones hacia la reflexi\u00f3n sobre las ra\u00edces y\u00a0 motivaciones de la violencia juvenil. Con m\u00e1s o menos acierto, El mundo de Leland, Ciudad de Dios <\/em>o Querida Wendy, <\/em>se construyen en torno a esta indagaci\u00f3n en los or\u00edgenes de un fen\u00f3meno perturbador.
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\nEl sexo por presupuesto y la \u00e9tica parda<\/strong>
\nPerder la virginidad, \u201cmont\u00e1rselo\u201d, probar\u2026 Compensar la frustraci\u00f3n de la vida en pareja con sexo clandestino; equiparar deseo de plenitud humana con deseo er\u00f3tico, experimentar\u2026 Abandonar la solter\u00eda con un revolc\u00f3n, llegar a la universidad \u201ccon cierta experiencia\u201d para despu\u00e9s engordar all\u00ed el curr\u00edculo amatorio con fundamento; acumular conquistas como gimnasia o ejercicio de autoestima, sustituir con escarceos er\u00f3ticos la posibilidad de un sentimiento m\u00e1s exigente. Simplemente gozar por gozar, o someter al otro al ejercicio de una sexualidad opresora, o no saber qu\u00e9 hacer con la vida si esta no se expresa a trav\u00e9s de la entrepierna. O provocar y transgredir, o recuperar el derecho a hacer del cuerpo bandera, o saltarse siglos de represi\u00f3n. O dejarse arrastrar por el instinto. O\u2026: las razones son m\u00faltiples y poderosas, pero la omnipresencia del sexo en diversos grados de explicitud como problema, motor, objetivo o alternativa (muchas veces frustrante) al vac\u00edo diferencia el cine contempor\u00e1neo de protagonista juvenil (tambi\u00e9n al cine en general) del cine de otras \u00e9pocas. Ya no se trata de la revoluci\u00f3n sexual de los setenta, ni siquiera de la destabuizaci\u00f3n<\/em> de a\u00f1os posteriores. En el cine actual el sexo se presupone, apenas existen las cortapisas de cualquier tipo (un cierto prurito moral, una alusi\u00f3n al componente de misterio que conlleva, una m\u00ednima referencia a sus pliegues, matices y perplejidades). Cuando en el mundo real tenemos constancia de que el sexo (por el grado de estrechez en la relaci\u00f3n humana que conlleva, por su vinculaci\u00f3n tanto con lo m\u00e1s animal del ser humano como con lo m\u00e1s \u00edntimo y misterioso, por sus repercusiones) necesita una educaci\u00f3n, unos modelos, unos anclajes \u00e9ticos, en el cine, sin embargo, se facilita su ejercicio y falsea su alcance, se simplifica su trascendencia y se reduce a lugar com\u00fan su pr\u00e1ctica.
\nMuchas veces el punto de llegada de este itinerario sexual es la confirmaci\u00f3n del amor (recordemos, una vez m\u00e1s, nuestro pa\u00eds tercero), o la renuncia a un estilo de vida que se hab\u00eda sostenido s\u00f3lo sobre el desfogue y la persecuci\u00f3n de orgasmos; otras es al rev\u00e9s, el sexo es la culminaci\u00f3n de un proceso; no obstante, sea un caso u otro, lo cierto es que hemos pasado de la liberaci\u00f3n sexual a su banalizaci\u00f3n e hipertrofia y eso, al final, resta de matices humanos a los retratos de personajes y, sobre todo, desvirt\u00faa la riqueza antropol\u00f3gica del cine.
\nCreo que esta l\u00ednea tem\u00e1tica conecta en su base con otro interesante contenido: el de la relajaci\u00f3n \u00e9tica. En muchos de los j\u00f3venes de pel\u00edcula funcionan unos valores blandos, una \u00e9tica parda y utilitaria, que s\u00f3lo cuando desencadena en sus practicantes consecuencias terribles arranca de ellos una reacci\u00f3n, la de la necesaria elaboraci\u00f3n de una escala de valores. Ya hemos hablado de El sue\u00f1o de Casandra; <\/strong><\/em>es sintom\u00e1tico el caso deThirteen; <\/strong><\/em>aunque quiz\u00e1s la pel\u00edcula m\u00e1s ilustrativa en este sentido sea El \u00faltimo rey de Escocia, <\/strong><\/em>la historia de un joven que acaba siendo m\u00e9dico personal del sanguinario dictador Idi Am\u00edn y que s\u00f3lo desde esa posici\u00f3n de complicidad con el tirano ir\u00e1 percat\u00e1ndose de la verdadera identidad de su supuesto amigo y de c\u00f3mo las decisiones tomadas a la ligera, sin condicionantes \u00e9ticos, se pagan. Hay en el progresivo descubrimiento de un infierno tras el entorno pl\u00e1cido en el que se cre\u00eda vivir una buena met\u00e1fora de la toma de conciencia juvenil, a menudo \u00a0s\u00f3lo avivada, despejada, inflamada, como aqu\u00ed, \u00a0in extremis<\/em>.
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\nH\u00e9roes y j\u00f3venes<\/strong>
\nNo me demorar\u00e9 en este rasgo, que ya anot\u00e9 en el anterior cap\u00edtulo de este art\u00edculo. All\u00ed avisaba de la sorprendente emergencia de j\u00f3venes con casi todos los atributos de lo heroico, algo imposible en el cine cl\u00e1sico o poscl\u00e1sico, donde el joven deb\u00eda resignarse a la condici\u00f3n de aprendiz. S\u00ed quiero al menos subrayar tres consecuencias del triunfo de este tipo de personajes. La primera es la minusvaloraci\u00f3n de los procesos educativos. Desde mi perspectiva, en estas pel\u00edculas el h\u00e9roe nace, no se gesta. Se podr\u00e1 objetar que tanto los X-men <\/em>como Harry Potter est\u00e1n en periodo de formaci\u00f3n, pero es, por ejemplo, la indisciplina del segundo su mejor baza en la victoria contra el enemigo; los primeros, por su parte, son criaturas superdotadas que\u00a0 canalizan su excepcionalidad en una instituci\u00f3n\u00a0 fuera del sistema, lo cual la convierte m\u00e1s en un espacio de resistencia que en una entidad pedag\u00f3gica. En su conjunto observo que esta supresi\u00f3n de la fase juvenil o preheroica del h\u00e9roe sanciona, pues, al h\u00e9roe que lo es por origen, nacimiento o designio, antes que al que se forja y determina mediante la experiencia. Y esa fe ciega en lo gen\u00e9tico coincide con una desconfianza tambi\u00e9n ciega en lo adquirible, en lo formativo, por tanto.
\nNuestra segunda conclusi\u00f3n podr\u00eda formularse as\u00ed: si el h\u00e9roe (s\u00edmbolo en realidad de la persona adulta) integra hoy en d\u00eda en su personalidad la indefinici\u00f3n y las limitaciones debidas a su juventud, los l\u00edmites entre el ser humano que se vence a s\u00ed mismo (el ser verdaderamente adulto) y el que se eterniza en esta gesta de forjarse se difuminan tanto que no hay espacio para la madurez como tal. Como vimos en nuestro pa\u00eds primero, el deseo de juventud eterna, tan vigente en lo f\u00edsico, se traslada ahora a lo sicol\u00f3gico y conductual. Tener cuerpo joven es apetecible; tambi\u00e9n, por qu\u00e9 no, tener alma joven, sea esto lo que sea; pero resulta enfermizo y asfixiante prolongar lo juvenil en el \u00e1mbito clave de las elecciones, el proyecto de vida, \u00a0la actitud hacia lo real. El h\u00e9roe juvenil rubrica, pues, la inmadurez como estilo de vida.
\nUna \u00faltima consecuencia, no s\u00e9 si inversa a la anterior o complementaria: en \u00faltimo extremo, las pel\u00edculas con h\u00e9roe juvenil postulan que en el mundo actual debe considerarse el crecimiento una forma de hero\u00edsmo, quiz\u00e1s la \u00faltima. En otras palabras: crecer es una aventura en una realidad cada vez m\u00e1s proclive a la infantilizaci\u00f3n, a la huida hacia reinos ut\u00f3picos sin muerte ni sufrimiento, a la evasi\u00f3n como forma de esquivar las leyes del tiempo. Los h\u00e9roes juveniles, en conclusi\u00f3n, a pesar de renegar de los procesos educativos, a pesar de que hacen tambalearse los fundamentos de la madurez, al menos ponen sobre la palestra la necesidad de doblegar, antes que nada, a nuestros enemigos \u00edntimos para llegar a construir personalidades definitivas. \u201cLa batalla m\u00e1s importante siempre se libra por dentro\u201d, que dec\u00eda el lema de Spiderman III<\/em>, obra capital para entender todo lo expuesto en este punto.
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\nGeneraci\u00f3n X \u2013 Generaci\u00f3n Y \u2013 Generaci\u00f3n Z<\/strong>
\nLos a\u00f1os 90 fueron la d\u00e9cada de la Generaci\u00f3n X. Cinismo a ultranza, desmotivaci\u00f3n y apat\u00eda, tendencia a la depresi\u00f3n y a la soledad, cultura asentada en\u00a0 los medios de comunicaci\u00f3n de masas, trabajos basura, falta de compromiso pol\u00edtico y sentimental, est\u00e9tica grunge. <\/em>A esta le sigui\u00f3 la llamada Generaci\u00f3n Y (tambi\u00e9n llamada la \u201cGeneraci\u00f3n Cr\u00edtica\u201d o la \u201cGeneraci\u00f3n del Milenio\u201d), marcada por la revoluci\u00f3n que supone Internet y por el consumismo como opci\u00f3n de vida. Sin prejuicios de ning\u00fan tipo, nacidos justo en el final de la guerra fr\u00eda, no le hacen ascos a las ventajas del sistema capitalista y, aunque concienciados, su compromiso casi nunca choca con su propio bienestar. Optimistas, mimados y desafiantes, apuestan fuerte por ellos mismos y bailan al comp\u00e1s que les marcan las nuevas tecnolog\u00edas. Algunos especulan ya con la posibilidad de una nueva generaci\u00f3n, surgida a ra\u00edz de fen\u00f3menos como el terrorismo internacional, la recesi\u00f3n econ\u00f3mica y la globalizaci\u00f3n. Por supuesto, estar\u00edamos hablando de la Generaci\u00f3n Z. Ciertos cr\u00edticos la identifican con los mileuristas <\/em>(j\u00f3venes con alta cualificaci\u00f3n profesional e ingresos en torno a los mil euros mensuales) o con la Generaci\u00f3n Boomerang <\/em>(los \u201cadultoscentes\u201d o la Generaci\u00f3n del \u201cDespegue Fallido<\/em>\u201d: treinta\u00f1eros remisos a abandonar la dulzura del hogar familiar), aunque a\u00fan es pronto para realizar una valoraci\u00f3n definitiva de este hipot\u00e9tico colectivo.
\nEl cine de lo que va de siglo se ha decantado por presentar la coexistencia de estas tres generaciones, que, en t\u00e9rminos cinematogr\u00e1ficos, no se suceden, sino que conviven y manifiestan su vigencia y vigor. Ghost World<\/em>(puro texto-manifiesto de la Generaci\u00f3n X<\/em>), Disturbia <\/em>(una versi\u00f3n adolescente de La ventana indiscreta <\/em>que retrata casi sin querer, pero con solvencia indiscutible, a los miembros de una supuesta Generaci\u00f3n Y<\/em>) y, por poner un par de ejemplos, Mujeres en el parque <\/em>o Tanguy, \u00bfqu\u00e9 hacemos con el ni\u00f1o? <\/em>(con un joven entrado en la treintena que se resiste a dejar a sus padres) son pel\u00edculas representativas de cada generaci\u00f3n y que se ubican, no obstante, dentro del espectro de a\u00f1os que nos hemos marcado como objeto de estudio. El eclecticismo postmoderno, los intereses y simpat\u00edas de los creadores o, incluso, las posibilidades de prospecci\u00f3n hist\u00f3rica del cine motivan esta pluralidad de l\u00edneas y tendencias que, sin contradecirse, pueblan al un\u00edsono las pantallas.
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\nCine de animaci\u00f3n: j\u00f3venes con cara de rat\u00f3n<\/strong>
\nAcabamos esta secci\u00f3n con una nota a prop\u00f3sito de un fen\u00f3meno que puede pasar desapercibido a un observador poco atento. El cine de animaci\u00f3n de los \u00faltimos a\u00f1os est\u00e1 protagonizado en muchas ocasiones por j\u00f3venes (da igual que sean j\u00f3venes-insectos, j\u00f3venes-coches o j\u00f3venes-ratones). Esto resultar\u00eda anecd\u00f3tico si no fuera porque las tramas desarrollan de forma preferente el proceso que lleva a estos personajes desde la inseguridad, las debilidades, el ego\u00edsmo, la soberbia o el ingenuo idealismo del p\u00faber al equilibrio triunfante de quien, a fuerza de voluntad, ha encontrado su hoja de ruta hacia la madurez. La rectitud \u00e9tica inherente a la mayor parte del cine animado infantil (deudor de los presupuestos \u2013 Disney) apuesta por la lecci\u00f3n moral pr\u00edstina y propone a ni\u00f1os y ni\u00f1as una serie de pautas de comportamiento de cara a la inminente adolescencia. Cars <\/em>o Bee Movie, Bichos<\/em> o Ratotouille <\/em>se juegan todo su trasfondo tem\u00e1tico en la baza de unos personajes en fase de formaci\u00f3n, y esto supone una aportaci\u00f3n capital: si dec\u00edamos que en las pel\u00edculas con h\u00e9roe juvenil rechinaba esta combinatoria de elementos incompatibles (h\u00e9roe y joven no casan), si en el cine con j\u00f3venes predominan el problema, la crisis, las zonas oscuras, el cine de animaci\u00f3n se funda sobre la figura del h\u00e9roe en su etapa previa juvenil o del aprendiz de h\u00e9roe que ech\u00e1bamos de menos en otras tendencias y g\u00e9neros. Ahora bien, que este arquetipo trascendental se le ofrezca a un p\u00fablico infantil\u00a0 y que, adem\u00e1s,\u00a0 aparezca bajo la forma de una criatura virtual impregna de idealismo ut\u00f3pico (si no maniqueo) estas obras, rayanas as\u00ed en el ingenuismo, lo cual refuerza uno de nuestros postulados clave: siempre ha sido dif\u00edcil ser joven, pero hoy lo es todav\u00eda m\u00e1s dejar de serlo; por ello, quiz\u00e1s, s\u00f3lo relatos con un fuerte componente fabuloso est\u00e1n en condiciones \u00f3ptimas de mostrar este proceso.
\n <\/p>\n\n- Im\u00e1genes de j\u00f3venes: regiones con nombre propio<\/strong><\/li>\n<\/ol>\n
\u00a0<\/strong>
\nHasta ahora nos hemos movido en el terreno c\u00f3modo y relativo de la especulaci\u00f3n. Pero nuestras palabras valen poco sin ejemplos concretos, tan poco como los l\u00edmites territoriales cuando no existe una geograf\u00eda, una lengua, una cultura, una historia que los avale. En nuestro atlas tambi\u00e9n queremos, pues, distinguir enclaves concretos de los que provienen las generalizaciones que hemos ido lanzando un tanto a la ligera.
\nEn concreto voy a mencionar telegr\u00e1ficamente a veinte directores de cine y diez actores que est\u00e1n aportando en esta \u00faltima d\u00e9cada sus peculiares voces y rostros al retrato de los j\u00f3venes en el cine.
\n
\n4.1. Veinte directores<\/strong>
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\n– Kevin Smith:<\/strong> Sus comedias independientes se fijan en j\u00f3venes desencantados y esc\u00e9pticos con muchos de los atributos de la Generaci\u00f3n X. <\/em>Sus protagonistas son provocadores, deslenguados e irreverentes. Se sit\u00faan fuera del sistema por opci\u00f3n y vocaci\u00f3n, aunque en su apat\u00eda hay un fondo de romanticismo disimulado con paladas de mal gusto. Clerks<\/em> (1994) es su pel\u00edcula primera, la que define su mundo. Pel\u00edculas-clave-siglo XXI: Clerks II, Jay y Bob el silencioso contraatacan, Una chica de Jersey.<\/em>
\n
\n– Gus Van Sant:<\/strong> Desde sus primeras obras manifest\u00f3 su inter\u00e9s por el protagonista joven (Drugstore Cowboy, Mi Idaho privado, El indomable Will Hunting, Descubriendo a Forrester<\/em>). Pero va a ser a partir de Elephant <\/em>cuando este genial director practique un cine de autor nada complaciente y ensaye una manera de mirar desapasionada y frontal, conductista y a la vez indagadora sobre j\u00f3venes envueltos en turbios episodios de violencia. Pel\u00edculas\u2013 clave-siglo XXI: <\/strong>Elephant, Last Days, Paranoid Park<\/em>.
\n
\n– Larry Clark: <\/strong>Con Kids <\/em><\/strong>inici\u00f3 su andadura uno de los \u201cni\u00f1os terribles\u201d del cine norteamericano. Su visi\u00f3n infernal de la adolescencia, con muchachos y muchachas entregados a la sexualidad y a la violencia como \u00fanicas pr\u00e1cticas posibles en medio de un contexto social y existencial envenenado, es emparentable con la de creadores como Todd Solondz o con pel\u00edculas tan corrosivas como\u00a0 Las reglas del juego<\/em>. La disecci\u00f3n fr\u00eda y desapasionada, sin visos cr\u00edticos, de mundos decadentes y la actitud iconoclasta hacia cualquier valor tradicional hermana todas estas obras, practicantes de lo que podr\u00edamos llamar un nuevo cine de la crueldad. Pel\u00edculas\u2013clave\u2013siglo XXI: <\/strong>Bully, Ken Park.<\/em>
\n\u00a0<\/em>
\n– Ken Loach: <\/strong>Nos referimos al director europeo de cine social y militante por antonomasia. Con un estilo antirret\u00f3rico y a veces televisivo que se gana tantos adeptos como detractores, siempre ha prestado especial atenci\u00f3n a adolescentes y j\u00f3venes, desde su fresca y emocionante Kess <\/em>en los a\u00f1os 60 a la reciente En un mundo libre<\/em>, con el tema de fondo de la precariedad laboral. Es verdad que a veces instrumentaliza a sus personajes con el fin de subrayar unas ideas, pero sus retratos de j\u00f3venes en conflicto revelan zonas oscuras significativas de nuestras sociedades acomodadas. Pel\u00edculas-clave-siglo XXI: Felices diecis\u00e9is, S\u00f3lo un beso, El viento que agita la cebada. <\/em>
\n
\n– Hermanos Dardanne: <\/strong>Si sumamos al tono de denuncia un rigor est\u00e9tico espartano y una mirada dirigida todav\u00eda m\u00e1s hacia las afueras de la sociedad que la lanzada por Loach, nos toparemos con el cine de estos dos artistas belgas. Con La promesa <\/em>y Rosetta <\/em>comenzaron a armar un discurso sobre adolescentes y j\u00f3venes en contacto directo con la marginalidad. Implacables pero siempre esperanzados, estos directores logran armonizar el m\u00e1s dur\u00edsimo de los mazazos con un brote muy humano de luz redentora, aun en sus documentos m\u00e1s desoladores. Pel\u00edculas-clave-siglo XXI: <\/strong>El hijo, El ni\u00f1o.<\/em>
\n\u00a0<\/em>
\n– Woody Allen<\/strong>: Las \u00faltimas pel\u00edculas del director neoyorquino, adem\u00e1s de suponer un intento de renovaci\u00f3n est\u00e9tica loable, optan por el protagonismo juvenil, con un m\u00e1s que desencantado balance sobre sus personajes. La genial Match Point<\/em>, la minusvalorada y muy apreciable El sue\u00f1o de Casandra <\/em>o incluso obras tan poco conseguidas como Scoop <\/em>o tan irregulares como Todo lo dem\u00e1s <\/em>indagan en el car\u00e1cter de j\u00f3venes de diferente perfil. En sus obras m\u00e1s serias (las dos primeras) se evidencian con una convicci\u00f3n implacable y negr\u00edsima los tormentos interiores que provoca en sus criaturas la aniquilaci\u00f3n de los principios \u00e9ticos a favor de los intereses personales. Pel\u00edculas\u2013clave\u2013siglo XXI: <\/strong>Match point, El sue\u00f1o de Casandra.<\/em>
\n
\n– Judd Apatow: <\/strong>Productor y director de cine, est\u00e1 detr\u00e1s de algunos de los proyectos m\u00e1s interesantes de la comedia americana de los \u00faltimos tiempos. Sin renunciar al toque gamberro, sus obras hacen gala de un humor muy inteligente. Sus adolescentes y j\u00f3venes son personajes complejos y ricos, no meros instrumentos sobreexcitados al servicio del chiste. Burdos y tiernos, marginales y acomplejados, ni\u00f1os eternos empujados a crecer a su pesar, sus hilarantes peripecias no ahogan en ning\u00fan momento una valiente reflexi\u00f3n sobre los que significa ser adolescente o joven y, sobre todo, sobre lo doloroso que resulta dejar de serlo. Pel\u00edculas\u2013clave-siglo XXI: <\/strong>Virgen a los cuarenta, L\u00edo embarazoso, Supersalidos.<\/em>
\n\u00a0<\/em>
\n– Kim Ki-Duk: <\/strong>El director surcoreano m\u00e1s conocido puede servirnos como representante del tratamiento que el cine oriental ofrece del joven como personaje. La mezcla explosiva de violencia y delicadeza, expiaci\u00f3n y culpa, sexualidad y levedad espiritual, desesperaci\u00f3n e imperturbabilidad origina po\u00e9ticas experimentaciones en las que los protagonistas deben recorrer un trayecto entre s\u00f3rdido y on\u00edrico en pos de cierto equilibrio doloroso. Pel\u00edculas\u2013 clave-siglo XXI: <\/strong>Primavera, verano, oto\u00f1o, invierno\u2026 y primavera; Samaritan Girl, Hierro 3, El arco, Time.<\/em>
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\n– Wes Anderson: <\/strong>Con Academia Rushmore, <\/strong><\/em>su segunda pel\u00edcula, Wes Anderson fijo algunas de las claves de su universo personal. El gusto por criaturas estrafalarias y una pulsaci\u00f3n l\u00edrica que oscila entre lo melanc\u00f3lico y lo ir\u00f3nico aporta a sus j\u00f3venes, casi siempre perdedores, un carisma singular. Su extravagancia es al mismo tiempo luz y sombra y en sus recorridos vitales tortuosos alcanzan formas de revelaci\u00f3n casi espiritual. Su \u00faltima obraViaje a Darjeeling <\/em>es compendio magistral de todos estos rasgos. Pel\u00edculas\u2013clave\u2013siglo XXI: <\/strong>The Royal Tenenbaums, Life Acuatic, Viaje a Darjeeling.<\/em>
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\n– M. Winterbotton: <\/strong>Director prol\u00edfico y camale\u00f3nico, este ingl\u00e9s ha filmado ciencia ficci\u00f3n (C\u00f3digo 46<\/em>), cine de aroma westeriano (El perd\u00f3n) o<\/strong><\/em> adaptaciones sui generis <\/em>de obras maestras de la literatura (Tristram Shandy<\/em>), entre otras propuestas de lo m\u00e1s dis\u00edmiles. El inter\u00e9s por los j\u00f3venes puede considerarse una de las pocas constantes en un autor tan heterog\u00e9neo. En el \u00e1mbito del cine comprometido firm\u00f3\u00a0 una obra tan estimulante comoIn this World (<\/strong><\/em>sobre el itinerario terrible de dos muchachos afganos que emigran de forma ilegal hacia Europa) antes de la m\u00e1s demag\u00f3gica Camino a Guant\u00e1namo<\/em>. Junto a los j\u00f3venes-v\u00edctima de estas dos pel\u00edculas (o de Un coraz\u00f3n invencible<\/em>) se sit\u00faan los protagonistas de 9 canciones<\/em> o 24 hours party people, <\/strong><\/em>j\u00f3venes cuya vida gira alrededor de la m\u00fasica y, en el primer caso, el sexo. Pel\u00edculas\u2013clave\u2013siglo XXI: <\/strong>In this World, Camino a Guant\u00e1namo.<\/em>
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\n– Michael Cuesta: <\/strong>Las dos pel\u00edculas en su haber se atreven a sondear la personalidad de ni\u00f1os y j\u00f3venes enfrentados a duras circunstancias que deben integrar en su proceso de crecimiento. La complejidad de sus criaturas, azotadas por fuerzas como el dolor, la venganza o la incertidumbre sexual, y unas relaciones dif\u00edciles y ambiguas entre iguales y con el mundo adulto proporcionan a estas dos obras y a su art\u00edfice un papel relevante en este panorama de directores que apuntan en sus intereses hacia el reino siempre brumoso de lo juvenil. Pel\u00edculas-clave-siglo XXI: <\/strong>L.I.E., El fin de la inocencia.<\/em>
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\n– Richard Linklater: <\/strong>S\u00f3lo por el d\u00edptico que forman Antes del amanecer y Antes del atardecer <\/em>merecer\u00eda formar parte este director de esta antolog\u00eda, pero es que es responsable, adem\u00e1s, de otras pel\u00edculas como Slacker, Escuela de rock, A scanner darkly, Una pandilla de pelotas <\/em>o Spy kids, <\/em>entre otras, en las que la atenci\u00f3n hacia ni\u00f1os y j\u00f3venes redunda en personajes matizados y s\u00f3lidos. Respecto a las dos primeras, la singular historia de amor entre un joven norteamericano y una francesa a lo largo de unas horas (retomada diez a\u00f1os despu\u00e9s en la segunda pel\u00edcula) se construye a trav\u00e9s del di\u00e1logo sostenido entre estos dos personajes, en una hermosa indagaci\u00f3n sobre los entresijos del enamoramiento, el misterio de las relaciones interpersonales y los l\u00edmites y la maravilla de la comunicaci\u00f3n humana. Pel\u00edculas\u2013clave\u2013siglo XXI: <\/strong>A scanner darkly, Antes del atardecer.<\/em>
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\n– M. Gondry: <\/strong>Su obra, una de las m\u00e1s inusuales y sugestivas del panorama cinematogr\u00e1fico actual, pretende visualizar c\u00f3mo funcionan las mentes de sus personajes, lo cual dota a sus productos art\u00edsticos de una textura especial en la que sue\u00f1o, deseo, fantas\u00eda, memoria y realidad conviven en im\u00e1genes de inusual fuerza pl\u00e1stica. Como poderosa y pregnante met\u00e1fora de la imaginaci\u00f3n juvenil su filmograf\u00eda debe formar parte de nuestro atlas. Pel\u00edculas\u2013clave\u2013siglo XXI: <\/strong>\u00a1Olv\u00eddate de m\u00ed!, La ciencia del sue\u00f1o.<\/em>
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\n– Z. Yimou: <\/strong>La aportaci\u00f3n de Zang Yimou al cine mundial est\u00e1 fuera de toda duda. Pero adem\u00e1s creo que el director chino nos regal\u00f3 con su trilog\u00eda de pel\u00edculas de acci\u00f3n hist\u00f3rica, en la estela de Tigre y drag\u00f3n, <\/strong><\/em>\u00a0unas inesperadas variaciones dram\u00e1ticas sobre el tema del hero\u00edsmo y su vinculaci\u00f3n con lo juvenil.\u00a0 La falsedad de las apariencias, lo inapelable del destino tr\u00e1gico o los sentimientos vividos con desaforada violencia son constantes que acercan estas pel\u00edculas de est\u00e9tica preciosista al clima emocional de Rebelde sin causa.<\/em> Pel\u00edculas\u2013clave\u2013siglo XXI:Hero, La casa de las dagas voladoras, La maldici\u00f3n de la flor dorada.<\/em>
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\n– Tim Burton: <\/strong>Debe considerarse el m\u00e1ximo baluarte de la juventud entendida como extra\u00f1eza, como una realidad fascinante, paralela al mundo adulto e incapaz de integrarse en \u00e9l. Si Eduardo Manostijeras <\/em>es el gran icono juvenil de lo g\u00f3tico y bizarro, en Big fish<\/em> otro joven deber\u00e1 aprender de su propio padre la importancia de la fantas\u00eda y de los reinos interiores para la configuraci\u00f3n de un yo \u00edntegro. La novia cad\u00e1ver <\/em>o Pesadilla antes de Navidad<\/em> insisten en esta atenci\u00f3n a criaturas en las que lo monstruoso es encarnaci\u00f3n ins\u00f3lita de la personalidad juvenil, siempre al borde \u00a0del delirio y el exceso. Pel\u00edculas\u2013clave\u2013siglo XXI: <\/strong>Big fish, La novia cad\u00e1ver.<\/em>
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\n– M. Mart\u00ed: <\/strong>El sello espa\u00f1ol Happyhour <\/em>ha intentado promover una comedia juvenil transgresora que rivalice con productos como American pie<\/em>. Pel\u00edculas como Fin de curso, <\/strong>Gente pez <\/em>o Slam<\/em> pretenden un humor sin prejuicios de ning\u00fan tipo, entre lo desmadrado y lo ca\u00f1\u00ed, con la \u00fanica intenci\u00f3n de captar al mismo p\u00fablico que ingiere preparados como Torrente <\/em>o Dos colgaos muy fumaos. <\/strong><\/em>Incluimos a este autor en nuestro elenco sobre todo por la intencionalidad industrial de la jugada. Pel\u00edculas\u2013clave\u2013siglo XXI: <\/em><\/strong>Fin de curso, Slam.<\/em>
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\n– Sof\u00eda Coppola: <\/strong>Las tres pel\u00edculas que integran por ahora la apasionante filmograf\u00eda de esta directora norteamericana cuentan con protagonistas de sexo femenino. En todas ellas se nos ofrecen retratos muy bien temperados de mujeres j\u00f3venes. La presencia de estas criaturas produce en los otros (sobre todo en los hombres) una atracci\u00f3n casi subyugante, mientras, por contraste, sus personalidades se hayan infectadas por una \u00edntima desaz\u00f3n de ra\u00edz imprecisa. Este contrate entre magnetismo exterior e intimidad quebradiza constituye el sello m\u00e1s reconocible de nuestra artista y su m\u00e1s perdurable aportaci\u00f3n al tema que nos ocupa: Pel\u00edculas\u2013clave\u2013siglo XXI:<\/strong>Lost in traslation, Mar\u00eda Antonieta.<\/em>
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\n– Mark Waters: <\/strong>Algunos lo han considerado el sucesor de John Hughes (autor de obras clave en el \u00e1mbito de la comedia juvenil de los ochenta como Todo en un d\u00eda <\/em>o El club de los cinco<\/em>). Sus aportaciones, sin embargo, carecen de la intensidad de las de su supuesto predecesor. Comedias amables, con unas gotas de cr\u00edtica m\u00e1s edulcorada que \u00e1cida, sostenidas sobre guiones bien resueltos y actrices j\u00f3venes emblem\u00e1ticas (Lindsay Lohan,\u00a0Reese Witherspoon\u2026) no llegan a constituirse en manifiestos de la desaz\u00f3n juvenil ni abren sendas nuevas, pero nos hablan de la posibilidad de una comedia juvenil a medio camino entre el totum revolutum<\/em> de los descerebrados y el exceso de correcci\u00f3n Disney. Pel\u00edculas\u2013clave siglo XXI: C\u00f3mo perder la cabeza, Chicas malas, Ponte en mi lugar, Ojal\u00e1 fuera cierto.<\/em>
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\n– Isabel Coixet: <\/strong>Mi vida sin m\u00ed<\/em> y La vida secreta de las palabras <\/em>se adentran en el alma atormentada de sendas j\u00f3venes afectadas por situaciones traum\u00e1ticas. Una enfermedad terminal y las consecuencias del horror b\u00e9lico marcan a estas dos muchachas, interpretadas sin aspavientos por una resolutiva Sarah Polley, quien las dota de una sensibilidad y un misterio a espaldas del melodramatismo f\u00e1cil. Llenos de detalles ins\u00f3litos y reveladores en su s\u00f3lo aparente insignificancia, los guiones de esta mujer todo terreno se aproximan con movimientos en espiral hacia el alma de sus criaturas, en un ejercicio de introspecci\u00f3n tras las heridas \u00edntimas infrecuente en el cine actual. Pel\u00edculas\u2013clave\u2013siglo XXI: <\/strong>Mi vida sin m\u00ed, La vida secreta de las palabras.<\/em>
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\n– Otros de casa: <\/strong>Por motivos de espacio, s\u00f3lo cito a algunos directores espa\u00f1oles que, sin una definitiva preferencia por lo juvenil en sus obras, s\u00ed han realizado al menos un par de aportaciones destacadas en este sentido. Me refiero a autores como Mar\u00eda Ripoll (