{"id":7944,"date":"2008-05-01T00:00:22","date_gmt":"2008-04-30T22:00:22","guid":{"rendered":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/?p=7944"},"modified":"2008-05-01T00:00:22","modified_gmt":"2008-04-30T22:00:22","slug":"acoger-a-los-que-vuelven","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/acoger-a-los-que-vuelven\/","title":{"rendered":"Acoger a los que vuelven"},"content":{"rendered":"
\u00c1lvaro Ginel es director de la revista Catequistas<\/em><\/strong> <\/em> As\u00ed se puede resumir la primera categor\u00eda de respuestas: no s\u00e9 bien por qu\u00e9<\/em>. \u201cUn d\u00eda dejas de participar en las cosas de Iglesia y no sientes nada, no echas de menos nada, no te pasa nada. Te preguntas, despu\u00e9s, qu\u00e9 sentido tiene seguir en algo que si lo dejas no te pasa nada. Y lo abandonas poco a poco hasta que te haces a vivir al margen de Dios y de la religi\u00f3n con toda la tranquilidad del mundo. O descubres que haces cosas y no sabes por qu\u00e9 las haces ni para qu\u00e9 ni qu\u00e9 sentido tienen. Las cosas que se hacen por costumbre y sin ra\u00edz, se abandonan tarde o temprano\u201d. \u201cCuando la celebraci\u00f3n no te aporta nada, la dejas y no sientes nada. No la echas de menos. Un d\u00eda te encuentras fuera de la Iglesia y no tienes una raz\u00f3n espec\u00edfica que justifique el abandono, pero no tienes ganas de volver a ella\u201d. Alguno lo expresa muy bien con esta afirmaci\u00f3n: \u201cIba a la iglesia. Despu\u00e9s dej\u00e9 de atraerme y hasta hoy\u201d. El alejamiento, apuntan algunos, se puede producir tambi\u00e9n por la vida familiar y laboral, que en determinados momentos impide la participaci\u00f3n en la celebraci\u00f3n o actividades de la comunidad. Lo dejas y ya no encuentras nada que te motive a volver. Las cosas pasan casi sin darnos cuenta. Un grupo numeroso de respuestas apuntan hechos<\/em> vividos en la comunidad cristiana y que son un antitestimonio que llevan al distanciaminto: el vac\u00edo de las celebraciones (al no ser entendidas), la imposici\u00f3n de la pr\u00e1ctica religiosa, las amenazas del infierno; la doble vida de los responsables de la comunidad; curas que niegan sacramentos a alguien de manera brusca, sin di\u00e1logo, sin una palabra de comprensi\u00f3n; el doble rasero con el que algunos miden a unos y a otros; la represi\u00f3n; la falta de razones para vivir que se le ofrecieron; la predicaci\u00f3n de un Dios negativo en el que no apetece creer; la acentuaci\u00f3n del miedo como motor de la vida religiosa; el haber depositado responsabilidades demasiado fuertes sobre las espaldas de algunos y no haber estado al lado como ayuda, apoyo, cercan\u00eda: \u201cLlegu\u00e9 a tener la impresi\u00f3n de que me utilizaban, de que jugaban con mis ansias juveniles\u201d. En este bloque de respuestas hay un hecho concreto que se vive de manera negativa y que es causa <\/em>del abandono de la Iglesia y del abandono de Dios. Un Dios que pide o exige lo que \u201cestos se\u00f1ores\u201d dicen, no es un Dios cre\u00edble. Y se da el portazo. Es la respuesta de bastantes. Vivir sin Dios es una manera de vivir en la que no pasa nada.<\/em> No se le echa de menos a Dios ni a la Iglesia. Se vive tranquilamente sin Dios. Quiz\u00e1s algunos no lo puedan entender, pero muchos de los que vuelven vivieron tan ricamente sin echar de menos a Dios ni a la comunidad. Si un d\u00eda vuelven, no es porque le echen de menos, sino por otras razones. La vida tiene muchas otras ofertas para llenarla: el trabajo, los amigos, la realizaci\u00f3n personal, el hacer el bien a los dem\u00e1s, el pasarlo bien. Una frase de la encuesta puede resumir la vida de los que viven sin Dios y no pasa nada: \u201cVamos a nuestro aire, nos sentimos con fuerzas para solucionar la vida y no pedimos m\u00e1s\u201d. Minoritario, pero existe como grupo en la consulta, que expresa que \u201csent\u00edan que les faltaba algo\u201d. Es la perspectiva de los que se alejaron, pero siempre llevaron dentro un \u201cposo\u201d de Dios. Son pocos los que dicen que viv\u00edan la lejan\u00eda de Dios y de la Iglesia como falt\u00e1ndoles algo. <\/em>Pero hay algunos. Se fueron, pero nunca llegaron a separarse del todo, al menos exist\u00eda una nostalgia de lo que abandonaron. \u201cMi vida no era completa, pero tampoco quer\u00eda volver porque ten\u00eda muy claro por qu\u00e9 me hab\u00eda ido\u201d. Uno de los factores apuntados por muchos son \u201clos golpes que la vida nos da\u201d. Los \u201cgolpes\u201d m\u00e1s mencionados son: la muerte de seres queridos, los accidentes (o enfermedades) que causan la muerte de manera inesperada y sorprendente, la muerte de personas j\u00f3venes, las separaciones. He aqu\u00ed un testimonio sobre las separaciones: \u201cCuando me separ\u00e9, me di cuenta de que al otro se le elige, como se elige a Dios o como uno se separa de Dios. La elecci\u00f3n es un momento important\u00edsimo en la vida y lo podemos hacer sin profundidad. Despu\u00e9s pasa lo que pasa. Esta reflexi\u00f3n sobre mi separaci\u00f3n me llev\u00f3 a revisar mi elecci\u00f3n de Dios. Y comenc\u00e9 as\u00ed el camino de vuelta. Con Dios me era m\u00e1s f\u00e1cil revisar la opci\u00f3n que con la persona que me dej\u00f3 y se cas\u00f3 con otro. No ten\u00eda opci\u00f3n para revisar y profundizar la elecci\u00f3n de mi ex-marido. Es tremendo. Nos dejamos en la mierda con toda facilidad. Y entend\u00ed que Dios no me trataba as\u00ed. Volv\u00ed.\u201d No todos los momentos de la vida son iguales. Unos nos hacen reflexionar y nos replantean la existencia. En esos momentos surgen las preguntas fundamentales y aparece la realidad de la opci\u00f3n por Dios. Pod\u00edamos agrupar aqu\u00ed las respuestas de quienes, alejados, nunca perdieron la tensi\u00f3n de una vida responsable y de una vida de crecimiento personal. En un determinado momento, la persona descubre un vac\u00edo interno y siente necesidad de rellenarlo. Dos dimensiones se mencionan de manera m\u00e1s com\u00fan: la preocupaci\u00f3n personal por uno mismo, por la paz interior a trav\u00e9s de la meditaci\u00f3n, la relajaci\u00f3n, la autoestima, los libros de autoayuda y sus l\u00edmites; y por otra parte, la entrega a tareas sociales, justicia social, participaci\u00f3n en ONGs\u2026 El descubrimiento de las necesidades de los otros y el descubrimiento personal, llev\u00f3 a algunos a preocuparse por el Dios que hab\u00edan abandonado, por la comunidad de la que se hab\u00edan alejado y descubrieron los valores que all\u00ed se encerraban, aunque no siempre se practicaran. Con esta expresi\u00f3n queremos denominar la experiencia que la mayor\u00eda de los que vuelven tuvieron con personas en las que percibieron una manera de vivir el cristianismo diferente. <\/em>Lo diferente est\u00e1 en detalles muy concretos: \u201cMe acogieron sin juzgarme, sin importarles mi pasado. Les import\u00e9 yo, mi persona, mis problemas, mi presente, sin preguntas, sin condenas. Esto me hizo cambiar totalmente\u201d. \u201cVi que viv\u00edan la vida con alegr\u00eda, ten\u00edan un Dios que les alegraba la vida y yo viv\u00eda en la tristeza. Esto me interrog\u00f3 enormemente\u201d. \u201cTop\u00e9 con un p\u00e1rroco que \u201cantes de volver\u201d ya me dio responsabilidades. Se fio de m\u00ed. No me exigi\u00f3 nada previo, no me examin\u00f3. Me integr\u00f3 en la comunidad haciendo cosas, encomend\u00e1ndome \u201cchapuzas\u201d. Cierto, eran cosas peque\u00f1as, detalles, pero aquello era algo grande para m\u00ed: se me ten\u00eda en cuenta, me daba algo que hacer aunque sab\u00eda que yo era un \u201cperdido\u201d. La mayor parte de los que vuelven expresan claramente que no vuelven \u201cal mont\u00f3n\u201d y no vuelven \u201ca la rutina\u201d ni \u201cpor rutina\u201d. La vuelta es una exigencia interior, no un capricho. Aclara mejor lo que significa la vuelta para personas concretas la transcripci\u00f3n de algunos testimonios: \u201cLo que m\u00e1s me cuesta es el paso de la seguridad del dinero a la seguridad en Dios. Tengo un largo camino. \u00a1C\u00f3mo envuelve el mundo! S\u00f3lo veo soluci\u00f3n en la oraci\u00f3n y en la b\u00fasqueda de Jes\u00fas con toda sinceridad\u201d. Deber\u00edamos hablar m\u00e1s que de vueltas o retornos de verdaderasconversiones, <\/em>no son una simple \u201cvuelta\u201d a la Iglesia. \u00c9ste ser\u00e1 uno de los temas pastorales m\u00e1s importantes. Los que vuelven precisan una acogida que es m\u00e1s que vuelta al redil. Vuelven a una manera de vivir el mensaje de Jes\u00fas m\u00e1s exigente y coherente. S\u00f3lo eso justifica la vuelta. Otro testimonio que hace pensar: \u201cVuelvo a la comunidad de Jes\u00fas de la que me alej\u00e9, no a la \u201cpanda de X\u201d. Vuelvo a la comunidad que quiere vivir el Evangelio y evang\u00e9licamente. Vuelvo a una comunidad donde he encontrado hermanos que viven sin ganas de poder, con muchas ganas de b\u00fasqueda, de oraci\u00f3n, de trabajo por los \u00faltimos. No vuelvo por el ejemplo de los pastores; vuelvo por el ejemplo de los hermanos\u201d. Por razones que desconocemos, hay hombres y mujeres que piden el bautismo para sus hijos (o para ellos mismos), aunque ellos viven al margen de lo que piden; pero lo piden. En este gesto es posible percibir y descubrir que hay \u201crendijas\u201d para asomarse a unos deseos de contacto con la comunidad cristiana que pueden estar velados. La acogida, el di\u00e1logo, la preocupaci\u00f3n por su vida y sus problemas, el seguimiento durante la preparaci\u00f3n del sacramento y despu\u00e9s son siempre un \u201cacontecimiento\u201d del que nazca la decisi\u00f3n de emprender un camino de vuelta. La condici\u00f3n fundamental para que se d\u00e9 la vuelta es dejar bien claro que no s\u00f3lo nos interesa \u201cla preparaci\u00f3n para el sacramento\u201d, sino la realidad de las personas que piden el sacramento. Lo mismo se podr\u00eda decir de otros sacramentos como la confirmaci\u00f3n, el matrimonio, la primera comuni\u00f3n o de los funerales\u2026 Nuestras iglesias est\u00e1n abiertas, sobre todo en las grades aglomeraciones, pero de ordinario, est\u00e1n vac\u00edas, sin alma, sin una persona con quien hablar o a quien dirigirse. Y los despachos parroquiales tiene \u201chorarios de oficina\u201d para tramitar papeles oficiales. Creo que hay muchas oportunidades que desaprovechamos. Hay personas que \u201ccaen\u201d por la iglesia cuando pueden, cuando sienten la necesidad de silencio o un peso que les aplasta el alma. Adem\u00e1s del silencio y el recogimiento del templo, no estar\u00eda de m\u00e1s tener la oportunidad de la palabra acogedora de alguien. De la misma manera que preparamos personas para lleven un grupo de catequesis, \u00bfno debi\u00e9ramos preparar personas que hicieran presente a la comunidad en los templos abiertos para escuchar a quien \u201ccae por all\u00ed\u201d y quiera hablar o preguntar? El silencio del templo puede ser el lugar de la palabra entre dos personas. Tenemos que potenciar en las iglesias el servicio a trav\u00e9s de informaciones y hojas volantes que los que visitan el templo puedan llevarse. Es una oportunidad para informar, para dar noticia de la historia del templo y su significado y para, por qu\u00e9 no, plantear alguna pregunta que llegue al coraz\u00f3n de la gente. Tenemos que entrar en la din\u00e1mica de la \u201cpastoral del goteo\u201d y salir de la pastoral de masas. Parece que las peque\u00f1as iniciativas no valen la pena si no tenemos resultados amplios. Nos bastar\u00e1 hoy con resultados de \u201cgoteo\u201d. No esperemos m\u00e1s. Y sabiendo que siempre nos quedaremos al margen de los frutos que producen iniciativas de esta \u00edndole. Pensemos en el turismo que moviliza a muchas personas. Pueden sentir la llamada en un punto de la geograf\u00eda y despu\u00e9s ponerse en marcha all\u00ed donde viven habitualmente. Hay veces que cuando estamos con alguien percibimos que el otro est\u00e1 f\u00edsicamente presente, pero no est\u00e1 centrado en nosotros. Su cuerpo s\u00ed est\u00e1 aqu\u00ed, pero est\u00e1 disperso, en otro sitio, en otras preocupaciones. La persona que tiene delante no es \u201clo importante\u201d en este momento, sino una \u201ccasualidad\u201d que le hace perder tiempo o que le corta el hilo de lo que vive dentro de s\u00ed. Cuando alguien tiene esta percepci\u00f3n queda bloqueado, sin ganas de seguir adelante \u201cpara no estorbar\u201d. Hay \u201cdetalles\u201d que son revelaci\u00f3n de la persona. Nuestra actitud corporal y gestual no tiene que dar la impresi\u00f3n de que queremos llevar al otro all\u00ed donde \u00e9l no quiere ir, pero s\u00ed de estar junto a \u00e9l \u201cde cuerpo entero\u201d. \u00c1LVARO GINEL<\/p>\n \u00c1lvaro Ginel es director de la revista Catequistas S\u00cdNTESIS DEL ART\u00cdCULO A partir de los datos de un muestreo sobre el alejamiento de la comunidad, realizado por el mismo autor, a cristianos \u201cque han vuelto\u201d a la iglesia, el art\u00edculo se\u00f1ala un rico conjunto de propuestas pastorales, que pueden iniciar la reflexi\u00f3n sobre una […]<\/p>\n","protected":false},"author":3,"featured_media":0,"comment_status":"closed","ping_status":"closed","sticky":false,"template":"","format":"standard","meta":{"_et_pb_use_builder":"","_et_pb_old_content":"","_et_gb_content_width":"","footnotes":""},"categories":[142,1225,94],"tags":[],"class_list":["post-7944","post","type-post","status-publish","format-standard","hentry","category-alvaro-ginel","category-estudios-376","category-mision-joven-2"],"_links":{"self":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/7944","targetHints":{"allow":["GET"]}}],"collection":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/posts"}],"about":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/types\/post"}],"author":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/users\/3"}],"replies":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/comments?post=7944"}],"version-history":[{"count":0,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/7944\/revisions"}],"wp:attachment":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/media?parent=7944"}],"wp:term":[{"taxonomy":"category","embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/categories?post=7944"},{"taxonomy":"post_tag","embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/tags?post=7944"}],"curies":[{"name":"wp","href":"https:\/\/api.w.org\/{rel}","templated":true}]}}
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\nS\u00cdNTESIS DEL ART\u00cdCULO<\/strong>
\nA partir de los datos de un muestreo sobre el alejamiento de la comunidad, realizado por el mismo autor, a cristianos \u201cque han vuelto\u201d a la iglesia, el art\u00edculo se\u00f1ala un rico conjunto de propuestas pastorales, que pueden iniciar la reflexi\u00f3n sobre una cuesti\u00f3n de importancia eclesial. Comienzan por la escucha, la acogida, el di\u00e1logo; se centran en la construcci\u00f3n de un camino abierto desde la realidad misma de la persona que vuelve; y precisan verdadero encuentro y acompa\u00f1amiento.
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\n\u201cLos que vuelven\u201d, se sobrentiende \u201ca la fe\u201d, o \u201ca la Iglesia\u201d. Algunos te\u00f3logos y pastoralistas de la Iglesia francesa llevan a\u00f1os reflexionando sobre los que ellos llaman: los recomme\u00e7ants[1]<\/a> <\/em>y que nosotros aqu\u00ed traducimos por los que vuelven.<\/em> Parece oportuno que tambi\u00e9n en nuestro contexto eclesial comencemos a tomar en cuenta a estas personas. \u00bfDe qui\u00e9nes estamos hablando? Nos referimos a un cierto n\u00famero de personas, cristianos en la infancia y en los a\u00f1os de juventud, que se vuelven a interesar por la fe y por la comunidad cristiana despu\u00e9s de una etapa de distanciamiento, de olvido, de negaci\u00f3n, de oposici\u00f3n o de reflexionada y decidida separaci\u00f3n de la Iglesia y de la fe.
\nEsta reflexi\u00f3n que me ha pedido la revista Misi\u00f3n Joven<\/em><\/strong> la hago teniendo en cuenta dos referencias: una peque\u00f1a encuesta-consulta<\/em> distribuida, con ayuda de amigos, a un cierto n\u00famero de personas que han vuelto. La segunda referencia es la literatura francesa sobre este tema que he podido consultar. El objetivo que me propongo es suscitar la reflexi\u00f3n entre nosotros sobre los que vuelven<\/em> para abrirnos a una pastoral de acogida y de encuentro de quienes un d\u00eda se alejaron y un d\u00eda decidieron volver.
\nSiempre ha habido personas que se separaron y que volvieron al seno de la Iglesia. La terminolog\u00eda cl\u00e1sica utilizaba la expresi\u00f3n pecadores arrepentidos <\/em>para denominar a estas personas que un d\u00eda volv\u00edan al seno <\/em>de la Iglesia. Lo nuevo hoy es que este n\u00famero, si no es m\u00e1s elevado que antes, s\u00ed que reviste unas connotaciones especiales, pues vuelven en un momento en que otros se distancian de la Iglesia. Eran ellos los que ten\u00edan que hacer el camino de vuelta. La Iglesia no ten\u00eda que hacer nada: s\u00f3lo juzgar su arrepentimiento y aceptarlos otra vez. Ellos volv\u00edan a integrarse en la normal estructura de la comunidad como si nada hubiera pasado, sin estructuras pastorales espec\u00edficas para ellos. Lo nuevo es que hoy nos planteamos qu\u00e9 es lo que la Iglesia misma tiene que hacer espec\u00edfico para este grupo de personas que vuelven. No s\u00f3lo se da un movimiento por parte de los que vuelven, sino que la Iglesia, en su acci\u00f3n pastoral, tambi\u00e9n se tiene que \u201cmover\u201d, que cambiar, que hacer algo.
\nLa vuelta de estas personas se realiza en un momento hist\u00f3rico en el que sociol\u00f3gicamente, al menos en nuestro reducido \u00e1mbito cultural, la Iglesia es percibida por muchos como poco significativa[2]<\/a>. Est\u00e1 m\u00e1s \u201cde moda\u201d apartarse de la Iglesia que regresar o permanecer en ella. Y a pesar de todo, hay personas que vuelven. La vuelta no est\u00e1 ligada a una moda, sino que se efect\u00faa como movimiento de contracorriente, lo cual indica que en esas personas que vuelven hay que descubrir un signo de la acci\u00f3n del Esp\u00edritu en nuestros d\u00edas. Por eso la acci\u00f3n pastoral debe estar atenta para acoger y para dar respuesta a quienes llaman a las puertas de la comunidad despu\u00e9s de un largo camino o de una larga ausencia.
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\nA continuaci\u00f3n comento los datos de las quince cartas-consulta que me llegaron de personas que han vuelto. Son personas que yo no conozco y a las que he podido llegar a trav\u00e9s de amigos y conocidos. Sintetizo las respuestas de los cuatro puntos que se les ped\u00edan en la carta. No se puede hablar de verdadera encuesta o consulta cient\u00edfica, pero s\u00ed de un muestreo o de una aproximaci\u00f3n a lo que algunas personas vivieron y viven en ese doble movimiento de alejamiento y de vuelta. La finalidad de presentar esta s\u00edntesis es para que quienes no han tenido trato con \u201clos que vuelven\u201d dispongan de un sencillo panorama que les oriente en esta realidad eclesial. Otros libros y otras realidades les permitir\u00e1n ampliar y profundizar los rasgos que aqu\u00ed no se reflejan y contrastarlos con otras vivencias.
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\nUn d\u00eda te alejaste de la comunidad, \u00bfpodr\u00edas verbalizar alguna raz\u00f3n?<\/em> Esta es la redacci\u00f3n de la primera pregunta de la mencionada carta-consulta. Las respuestas recibidas las agrupo en estas categor\u00edas:
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\nLa lejan\u00eda de la fe o de la Iglesia comienza con una lejan\u00eda de la parte mesurable de la religi\u00f3n, como es la pr\u00e1ctica religiosa. Abandonada la celebraci\u00f3n de manera sistem\u00e1tica, se va produciendo, al menos en los que han respondido, un progresivo abandono u olvido de la Iglesia y hasta de la dimensi\u00f3n m\u00e1s personal de relaci\u00f3n con Dios, la fe. Todo sucede aparentemente de manera progresiva y casi sin darse uno cuenta. No existen razones que afiancen a la persona a una comunidad, a una profesi\u00f3n de fe en Dios y, sin razones que den consistencia, el abandono parece normal. Todo lo religioso es tan d\u00e9bil y sin fundamentos s\u00f3lidos que se debilita o desaparece \u201csin saber muy bien por qu\u00e9.
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\nLa segunda pregunta invitaba a las personas que vuelven a narrar algo sobre los momentos de su vida en que pasaron a\u00f1os despu\u00e9s de decidir vivir al margen de todo lo religioso o eclesial. Es la pregunta que menos se comenta y cuando se hace se realiza a grandes rasgos, sin describirla. Peque\u00f1as frases lo dicen todo. Dos categor\u00edas sobresalen en los datos que aportaron.
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\nSi el abandono de la fe y de la Iglesia se puede dar \u201ccasi sin darse uno cuenta\u201d, la vuelta es algo muy pensado. No se vuelve \u201ccasi sin darme cuenta\u201d, sino \u201cd\u00e1ndome cuenta perfectamente\u201d. La vuelta no es una \u201ccasualidad\u201d, sino una opci\u00f3n que se hace lentamente. Comienza por una \u201casomarse\u201d a los creyentes y despu\u00e9s, en la mayor\u00eda de los casos, se contin\u00faa adelante. Al preguntar a los que vuelven por lo que les hizo ponerse de vuelta hacia la Iglesia o hacia la fe hay dos categor\u00edas que est\u00e1n presentes pr\u00e1cticamente en todas las respuestas recibidas. Es posible que predomine una sobre la otra, pero casi habr\u00eda que decir que no se da la una sin la otra.
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\nUna persona, al releer su historia de lejan\u00eda y de vuelta, concluye diciendo: \u201cSiento que Dios no me abandon\u00f3 nunca\u201d. Es una reflexi\u00f3n que s\u00f3lo la persona singular puede realizar y esto, a posteriori. Ser capaces de ver que todo el entramado de la vida est\u00e1 tejido en una historia donde Dios est\u00e1 presente siempre <\/em>quiz\u00e1 no es meta a la que todos pueden llegar. Algunos lo consiguen.
\nEl retorno, como el alejamiento, no es algo puntual. Tenemos que hablar de procesos, de caminos largos. Pero s\u00ed que es posible determinar algunos hechos que sirven de revulsivo o de referencia para iniciar el retorno. Algo nos pone en marcha y despu\u00e9s ya es cuesti\u00f3n de ir recorriendo el camino. Los factores o elementos m\u00e1s destacados que los que vuelven verbalizan son dos: uno hace referencia al influjo que recibieron de fuera, generalmente de personas que coincidieron en su camino. El otro alude a lo que les pasa en su adentro a las personas que retornan, a lo que el retorno tiene de cambio interior y personal.
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\nLo diferente <\/em>no es qu\u00e9 intimidad o relaci\u00f3n la persona tiene con Dios, sino la relaci\u00f3n que se entabla con el que viene, con el hermano. Y quiz\u00e1 se pueda ser acogedor con el hermano porque se intima mucho con Dios. De hecho, lo que m\u00e1s subrayan los que vuelven es el encuentro con creyentes diferentes. <\/em>Y la diferencia est\u00e1 en el trato y acogida que se les dispensa, no como algo postizo o como anzuelo para pescar a alguien, sino porque perciben que son actitudes vividas con la m\u00e1xima normalidad.
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\nHasta aqu\u00ed el panorama que nos refleja un poco el \u201cuniverso\u201d en el que se mueven los que un d\u00eda se marcharon y un d\u00eda decidieron volver.
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\nNo basta conocer lo que acontece en las personas que vuelven a la Iglesia. Si nos asomamos a su mundo desde la preocupaci\u00f3n de la acci\u00f3n pastoral de la comunidad cristiana es para proponer acciones eclesiales que respondan a su realidad concreta de la mejor manera posible. En la Iglesia hay cosas que acontecen \u201ca pesar\u201d de los creyentes, a pesar de las estructuras. En muchos casos, los que vuelven a la Iglesia no lo hacen por una acci\u00f3n programada por la comunidad, sino por una acci\u00f3n del Esp\u00edritu en lo secreto de su libertad que ellos mismos deciden secundar. Es responsabilidad de la comunidad creyente acoger y encauzar los susurros del Esp\u00edritu en la corriente de vida que la comunidad cristiana protagoniza.
\n <\/p>\n\n
\nPodemos caer en la tentaci\u00f3n de las \u201cmodas pastorales\u201d y pensar que todos los adultos que traen los hijos a catequesis, o se hacen alguna pregunta, o pisan alguna vez por la iglesia despu\u00e9s de un cierto tiempo de ausencia, etc., ya entran en la categor\u00eda de \u201clos que vuelven\u201d.
\nPara poder hablar de los que vuelven, con Roland Lacroix[3]<\/a> precisamos que s\u00f3lo se pueden denominar como \u201cpersonas que vuelven\u201d a quienes se les proporciona un lugar y un acompa\u00f1amiento en el que su b\u00fasqueda sea acogida y donde ellos puedan \u201crecomenzar\u201d. Lacroix define como persona que vuelve \u201ca quien participa en un grupo que le propone un camino de iniciaci\u00f3n o de recomenzar<\/em>[4]<\/a>\u201d. Existen posiblemente otros muchos que vuelven pero lo hacen de manera diferente: integr\u00e1ndose en la comunidad sin m\u00e1s, sin un proceso, sin la necesidad de plantearse en grupo preguntas y comportamientos que necesitan aclarar. \u00c9stos no entrar\u00edan en el grupo que aqu\u00ed nos ocupa.
\nLos que vuelven son, en primer lugar, bautizados alejados que quieren emprender de nuevo un camino responsable de vida cristiana en la comunidad, no al margen de ella. Cada uno est\u00e1 donde est\u00e1 y viene de donde viene. Unos necesitar\u00e1n reiniciar un proceso desde cero. Otros ya han recorrido por su cuenta, leyendo libros o hablando con personas que ellos se buscaron, tramos importantes de camino. Todos rechazan vivamente que se les impongan ritmos, metas, metodolog\u00edas que les encasillen y les priven de libertad personal.
\nOtro rasgo descriptivo de los que vuelven y aqu\u00ed consideramos es que regresan, de ordinario, por caminos que no son las ofertas pastorales ordinarias de la comunidad cristiana. \u00c9stas se dirigen, casi con exclusividad, a los que est\u00e1n en la comunidad o en su radio m\u00e1s cercano. Los que vuelven llegan por otros caminos, especialmente por acontecimientos puntuales, unas veces son sacramentales, otras son acontecimientos personales ya sea de dolor o de alegr\u00eda. Y buscan no tanto lo que ya tenemos funcionando en la comunidad, sino algo que les d\u00e9 respuesta a su realidad particular, a su b\u00fasqueda, a su retorno. El punto de partida radica en considerar a los que vuelven como personas en camino y en proceso de b\u00fasqueda. No es que lo tengan todo claro ni que est\u00e9n decididos ya a formar parte de la Iglesia. Vienen buscando; prefieren darse tiempo, revisar su vida y revisar la vida de la comunidad para evaluar los l\u00edmites de sus posturas dentro de la comunidad.
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\n2.2. El don de la escucha<\/strong>
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\nLos que vuelven tiene necesidad de poder hablar, de poder expresar lo que han vivido y lo que est\u00e1n viviendo en su interior sin la \u201camenaza\u201d de ser juzgados, que es uno de los indicativos que mejor refleja la comprensi\u00f3n o incomprensi\u00f3n que se da al otro.
\nEs muy revelador lo que los Obispos franceses[5]<\/a> proponen a este respecto: \u201cLa experiencia actual de la evangelizaci\u00f3n implica esta comprobaci\u00f3n inicial: existe actualmente en nuestra sociedad un cierto n\u00famero de personas que esperan algo de la Iglesia y que tienen la posibilidad de manifestar su expectativa cuando, de una manera y otra, entran en relaci\u00f3n con la Iglesia para solicitar el sacramento del bautismo o del matrimonio, con ocasi\u00f3n de acontecimientos especiales alegres o tristes que marcan su existencia, gracias a encuentros ocasionales con una comunidad cristiana, con un grupo m\u00e1s o menos informal, o incluso con un movimiento organizado que les propone un camino de iniciaci\u00f3n al Evangelio, en funci\u00f3n de su situaci\u00f3n humana.
\n\u00bfNo debemos quiz\u00e1 admitir que encuentros de este tipo cuestionan e incluso trastocan la l\u00f3gica misionera que llev\u00e1bamos en nuestro interior? <\/em>Porque de hecho, hemos podido imaginarnos, seg\u00fan una l\u00f3gica m\u00e1s o menos comercial, o al menos exclusivamente funcional, que la Iglesia, para evangelizar, deber\u00eda hacer intervenir una especie de ley de la oferta y la demanda, situ\u00e1ndose ella en el lado de la oferta, y los dem\u00e1s, las personas que esperan, del lado de la demanda [\u2026] Estas personas que esperan no deben considerarse pura y llanamente, seg\u00fan una l\u00f3gica comercial, como clientes de la Iglesia, dispuestos a consumir pasivamente lo que tenemos que proponerles. Son, por encima de todo, hombres y mujeres que, por su expectativa y su camino, dan fe de la libertad de Dios <\/em>y de la obra del Esp\u00edritu Santo, que puede despertar en todo ser humano el deseo de ir m\u00e1s all\u00e1 de cuanto vive en lo inmediato. A su manera, a veces desconcertante, estas personas nos recuerdan que el terreno fundamental de la evangelizaci\u00f3n es el de la existencia humana, y que no existe evangelizaci\u00f3n aut\u00e9ntica sin esta confrontaci\u00f3n efectiva entre el Evangelio de Cristo, la Revelaci\u00f3n de Dios y las expectativas profundas de las que todo ser humano es portador\u201d.
\nLa escucha tal como se entiende aqu\u00ed no es un acto de cortes\u00eda: dejar hablar al otro para despu\u00e9s decirle que est\u00e1 equivocado. Dejar hablar y escuchar la palabra pronunciada por el otro es un acto de fe y un acto de encuentro. Dios est\u00e1 tambi\u00e9n \u201cmanos a la obra\u201d (Jn 5,17) m\u00e1s all\u00e1 de nuestras propias fronteras: los que vuelven (\u00a1y los que no vuelven!) son, en palabras de los Obispos franceses, \u201cpor encima de todo, hombres y mujeres que, por su expectativa y su camino, dan fe de la libertad de Dios y de la obra del Esp\u00edritu Santo, que puede despertar en todo ser humano el deseo de ir m\u00e1s all\u00e1 de cuanto vive\u201d. As\u00ed entendida la escucha de la que aqu\u00ed hablamos, es, ante todo, una escucha de la obra de Dios en la vida del otro. Y lo de Dios no se percibe siempre bien a la primera ni con nitidez. Lo de Dios no es siempre clasificable dentro de los esquemas aprendidos en libros o en los apuntes de clase en el seminario o en las aulas de la universidad. Lo de Dios llevar\u00e1 m\u00e1s de una vez a los creyentes a la oraci\u00f3n, a la contemplaci\u00f3n, al silencio para captar la se\u00f1al de su paso por las vidas de los hombres y mujeres que se acercan y nos interrogan con su vida y su palabra.
\nY no es que el creyente tenga que enmudecer. Le basta el silencio. Porque la verdadera escucha provoca palabra. \u201cAl comprender estas expectativas humanas y responder a ellas, contin\u00faan los mencionados Obispos, la Iglesia tiene la responsabilidad de mostrar que no se conforma con responder a unas demandas inmediatas, sino que ejerce una misi\u00f3n que ha recibido de Cristo y que consiste en mostrar y abrir los caminos que conducen a \u00e9l[6]<\/a>.\u201d la vida de muchos nos deja sin palabras, en silencio respetuoso. Y es el silencio y la oraci\u00f3n el lugar de encuentro y de surgimiento de la palabra oportuna, de la acci\u00f3n precisa, de la mano tendida.
\nMuchos de los que vuelven son conscientes de que no tienen por qu\u00e9 renunciar a todo lo vivido anteriormente. Su vida pasada es una riqueza y est\u00e1 llena de elementos que no tienen por qu\u00e9 abandonar. Fuera de la fe y de la vida comunitaria han hecho descubrimientos y han madurado determinadas facetas de la dimensi\u00f3n humana perfectamente v\u00e1lidas. Tienen que aclararse hasta descubrir qu\u00e9 les exige la confesi\u00f3n de fe en Cristo Jes\u00fas, la plena participaci\u00f3n en la vida comunitaria y lo que ellos est\u00e1n viviendo. Se abre aqu\u00ed un campo de di\u00e1logo, de an\u00e1lisis, de espera, de acompa\u00f1amiento y de acogida que exige a la comunidad cristiana renunciar a querer que todos \u201cpasen por el aro\u201d de una forma de entender a la persona y de entenderse como comunidad.
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\nLa educaci\u00f3n en la fe, el descubrimiento del Se\u00f1or necesita algo sistem\u00e1tico y org\u00e1nico[7]<\/a>. La palabra camino hace referencia a una direcci\u00f3n que hay que seguir para llegar a un determinado lugar. El principio pastoral de trabajo con los que vuelven tiene que ser la construcci\u00f3n de un camino abierto desde la realidad de las personas que vuelven. Si este principio puede ser referencia b\u00e1sica para todo grupo de reflexi\u00f3n en la fe, lo es m\u00e1s trat\u00e1ndose de personas que vuelven.
\nCada persona tiene su historia personal. Lo que nos hace poder construir y seguir un camino nuevo que no encontraremos en ning\u00fan libro es la narraci\u00f3n de las vidas reales de quienes vuelven y participan en un grupo o se sienten acompa\u00f1adas personalmente por un miembro de la comunidad.
\nEsta propuesta de un camino abierto parece sencilla, pero encierra no poca dificultad, en primer lugar, porque nos despoja de las seguridades que nos dan los planes trazados en los libros, los temas sistem\u00e1ticos. Sistematizar, construir y organizar a partir de lo concreto de unas vidas ricas en experiencias, en b\u00fasqueda, en contradicciones, en vivencias hechas a base de haber probado un poco de todo hasta construirse un sincretismo religioso personal complejo \u201ca la carta\u201d puede resultar reto complicado\u2026
\nLa gran tentaci\u00f3n que les puede pasar por la cabeza a los agentes de pastoral encargados de atender a los que vuelven consiste en \u201cencasillarlos\u201d en lo que ya existe, porque sus preguntas son parecidas a las de todos y, en segundo lugar, acortar el proceso de integraci\u00f3n en la comunidad. Obrando as\u00ed se les niega de alguna manera su historia anterior de distanciamiento de la comunidad y se reduce este hecho importante en su vida a un acontecimiento de segunda categor\u00eda. Es posible que las preguntas fundamentales sean las que nos hacemos todos, pero \u201cel suelo\u201d del que parten y la experiencia vivida es enormemente diferente entre aquellos \u201ccristianos de siempre\u201d, que nunca abandonaron la Iglesia y los que vuelven.
\nLos que vuelven tienen que \u201cfamiliarizarse\u201d con las formas de la comunidad, con la celebraci\u00f3n y con el estilo de servicio a los dem\u00e1s, con el estilo de confesi\u00f3n de fe en el Se\u00f1or resucitado. Y tienen que aclarar la raz\u00f3n de su deseo de seguir al Se\u00f1or Jes\u00fas. Si no hay este cuidado por la realidad del otro, es posible que se les bloquee en su camino de vuelta. Hay que evitar que una persona que vuelve se encuentre en una situaci\u00f3n en la que llegue a decirse a s\u00ed misma, por poca pedagog\u00eda de los responsables de la comunidad: \u201cYo aqu\u00ed no pinto nada. Yo aqu\u00ed no tengo sitio. Yo aqu\u00ed no soy comprendida. Esto no es para m\u00ed. Esto no lo soporto. Aqu\u00ed no se me tiene en cuenta\u201d. Como el convaleciente que se reincorpora a su ritmo normal de trabajo dispone de tiempos y ejercicios programados por el m\u00e9dico seg\u00fan la operaci\u00f3n sufrida o la enfermedad superada y no pasa nada, as\u00ed los que vuelven deber\u00e1n sentirse miembros de la comunidad progresivamente. Y es previsible que a algunas personas que vuelven les queden \u201chuellas o cicatrices\u201d tan marcadas que haya detalles que no pueden asumir f\u00e1cilmente, de la misma manera que hay enfermedades que dejan secuelas, toda vez que lo esencial de la vida normal es posible realizarlo.
\nHay que reconocer que las comunidades cristianas no est\u00e1n acostumbradas a prestar servicios a los que vuelven y se encuentran sin propuestas expl\u00edcitas y sin \u201creferencias pr\u00e1cticas\u201d para actuar. Esto obliga a algunas personas que vuelven a \u201capa\u00f1\u00e1rselas como pueden\u201d. En algunos casos, es previsible que funcione el miedo en los que vuelven y prefieran reintegrarse de una manera silenciosa, como si nada hubiera pasado en su historia. Pero ha pasado. Y lo llevan dentro. Lo mejor ser\u00eda proporcionar ocasiones de encuentro donde realizar, durante un tiempo, un camino de reencuentro con la comunidad.
\n <\/p>\n\n
\nM\u00e1s arriba hemos hablado de la escucha como actitud pastoral para acoger a los que vuelven. Estas personas no regresan vac\u00edas, con las manos en los bolsillos y la maleta llena de aire. No. Vuelven cargados de vida,
\nLa primera riqueza que aportan es que la fe no es un movimiento lineal para todos. Muchos bautizados se toman \u201cunas vacaciones\u201d, se van a otros \u201clugares\u201d y retornan, cuando ellos lo deciden, por las razones que sean, a la Iglesia donde fueron bautizados. De manera pl\u00e1stica, los Obispos de Quebec han reflejado esta realidad con estas palabras: \u201cEstamos acostumbrados a pensar que la transmisi\u00f3n de la fe es como un r\u00edo que se va haciendo m\u00e1s grande poco a poco, a medida que los afluentes van acrecentando su caudal y ensanchando su curso [\u2026] Hay que reconocer que esta imagen del r\u00edo y sus afluentes no corresponde demasiado a la realidad. En la familia, con frecuencia parece que la fuente se ha secado. En la escuela, la aportaci\u00f3n de lo religioso se ha reducido, o se trata a veces de modo aleatorio. Por su parte, la parroquia, cada vez menos frecuentada, no alimenta m\u00e1s que a una d\u00e9bil parte de los bautizados, y muchos creyentes no encuentran en ella una verdadera respuesta para su hambre [\u2026] En las nuevas condiciones, que son ahora las nuestras, lo que nos importa es remontar hasta all\u00ed donde la fe tiene su fuente; es decir, hasta el coraz\u00f3n de la experiencia de la gente. La fuente est\u00e1 en las personas, en los momentos esenciales de su vida, en las experiencias m\u00e1s b\u00e1sicas en que se dieron las primeras vibraciones, los primeros rumores de la fe. Esta fuente es la que est\u00e1 en el punto de partida de todos los caminos y es la que hay que volver a buscar continuamente, abrirla, canalizarla. Como si fu\u00e9ramos zahor\u00edes, tenemos que estar atentos a este fluir, lejano o cercano, de la fuente viva. Atentos a ese pozo secreto que cada uno lleva en lo m\u00e1s profundo de s\u00ed mismo.[8]<\/a>\u201d
\n\u00bfQu\u00e9 traen en su maleta? En primer lugar la decisi\u00f3n de volver. En segundo lugar, lo mejor y lo peor de lo vivido fuera de la casa donde se bautizaron. Quiz\u00e1s traen dudas, falta de fe, una fe imperfecta hecha de muchos recortes, una lejan\u00eda de Dios o una atracci\u00f3n por Dios, o las experiencias de vivir a Dios en otros \u201c\u00e1mbitos\u201d. En tercer lugar, algo ha pasado en su realizaci\u00f3n como personas humanas en todo lo que han vivido y en aquello que les ha llevado a volver. Es riqueza el modo que han tenido de ejercitar la libertad, el amor, la entrega, la b\u00fasqueda, el dolor\u2026
\nLa vivencia de estas realidades humanas profundas en otros contextos son en s\u00ed una riqueza, hasta es posible que las hayan afrontado con una responsabilidad personal que les ha hecho madurar y descubrir nuevos horizontes y que \u00e9stos tendr\u00e1n que ser confrontados con el horizonte de la fe cristiana tal como la comunidad eclesial los vive. Donde est\u00e1 la riqueza del otro es tambi\u00e9n el lugar de la diferencia, de lo distinto, de la pobreza, por qu\u00e9 no. Estas experiencias fundamentales son las que, en ocasiones, producen en algunos cierta dificultad para formar parte de la comunidad creyente. Son posibles miedos a tener que aceptar algunos postulados de la fe o de la praxis cristiana; miedos a ser tratados de manera un poco infantil: \u201cno pienses, ya pienso yo por ti, ya te digo yo lo que tienes que decir, pensar, creer, hacer\u201d; miedos a ser juzgados y no comprendidos; miedos a la necesidad de tener que renunciar a una religi\u00f3n sincretista, hecha s\u00f3lo de lo que me apetece, de lo que me va\u2026
\nLo cierto es que no se vuelve a la fe y a la comunidad con lo puesto encima cuando la persona se alej\u00f3. La vida ha seguido y las oportunidades de madurar tambi\u00e9n. De hecho es esa vida al margen de la comunidad la que les lleva, de nuevo, a volver y a redescubrir la fe cristiana.
\nEste c\u00famulo de posibilidades es el que nos urge, como comunidad, a aceptar con originalidad a los que vuelven, a proporcionarles espacios de \u201centrenamiento\u201d y de \u201crevisi\u00f3n\u201d de su vida, de sus principios, de sus comportamientos. No podemos, sin m\u00e1s, meternos a todos en el \u201csaco de la comunidad\u201d como si nada hubiera pasado.
\n <\/p>\n\n
\nEn relaci\u00f3n con los que vuelven, una postura de la comunidad cristiana consiste en esperar que ellos den el paso. Cada vez ser\u00e1 m\u00e1s necesario la invitaci\u00f3n y la iniciativa por parte de la comunidad para acogerlos.
\nNi es f\u00e1cil, ni tenemos experiencia de salir al encuentro de los que sienten un tenue deseo de volver. S\u00ed que tenemos ocasiones pastorales para el encuentro con los que vuelven y para hacerles una invitaci\u00f3n o propuesta de emprender un camino. Estas ocasiones o lugares de encuentro con los que vuelven necesitan ser potenciadas y atendidas de manera cuidada, yo dir\u00eda, \u201cmimada\u201d.
\n <\/p>\n\n
\n <\/p>\n\n
\nOtros se acercan, por necesidad, a solicitar un \u201cpapel oficial\u201d. Detr\u00e1s del papel solicitado est\u00e1 la persona que lo solicita, con sus preguntas, con su vida, con sus alegr\u00edas y con sus penas. Hay muchas maneras de hacer un expediente. Pero el expediente puede ser una oportunidad para llegar a la persona de manera m\u00e1s concreta y humanizadora. Los despachos y los templos tenemos que redimensionarlos. Hoy son posibles lugares de misi\u00f3n, de di\u00e1logo con las personas que no vendr\u00e1n a la celebraci\u00f3n ni a los grupos. Encontrar, tomar el tel\u00e9fono del que nos visita y seguir a esas personas en su realidad humana es una sencilla tarea de servicio y de acogida sincera. Hay encuentros que no son eficaces en el momento, pero son preparaci\u00f3n para que \u201calgo pase\u201d, o para que \u201calgo se renueve dentro del coraz\u00f3n\u201d cuando llegue la plenitud del tiempo que cada persona tiene, o pueden ser referencia para saber \u201cd\u00f3nde acudir\u201d cuando la persona realmente necesite hablar con alguien y decida hacerlo.
\n <\/p>\n\n
\n <\/p>\n\n
\nAcompa\u00f1ar no es imponer caminos y pistas, sino ayudar a descubrir el camino que cada uno quiere seguir. Acompa\u00f1ar, estar presente es permitir que cada persona pueda hablar y decir la palabra que lleva dentro. Acompa\u00f1ar, estar presente es manifestar atenci\u00f3n a cada persona, porque cada persona es singular y requiere que el otro le tenga en cuenta de manera singular. El bosque no puede impedirnos mirar a cada \u00e1rbol con originalidad propia. Dar importancia a la persona de manera singular es de lo m\u00e1s movilizador y de lo que m\u00e1s puede alentar al otro a emprender caminos de vuelta. La publicidad y los comerciales se centran en la persona para \u201cvenderlos el producto\u201d. En pastoral, no tenemos nada que vender. El Se\u00f1or que nos anima es el mismo que est\u00e1 dentro del otro y precede a nuestra acci\u00f3n. Nosotros somos colaboradores que prestamos nuestra ayuda humilde para que la persona pueda decidir a acoger y a tomar en la mano los deseos profundos que le habitan. Ese es el camino para llegar al encuentro con Dios.
\n
\nPara concluir, estamos ante un mundo de posibilidades que no podemos olvidar ni relegar. El abanico de las acciones pastorales necesita ser ampliado. No basta dar respuestas a los que est\u00e1n. Hay que pensar en los que se fueron y un d\u00eda quieren regresar. Los que vuelven son hoy un reto para la acci\u00f3n pastoral de las comunidades. Centrados como est\u00e1bamos en los que estaban dentro y a los que quer\u00edamos cuidar, hoy nos abrimos a los que vienen de recorrer otros caminos insospechados.<\/p>\n
\n
\n[1]<\/a> Henri BOURGEOIS, Red\u00e9couvrir la foi, les recomme\u00e7ants, <\/em>Descl\u00e9e de Brouwer, Par\u00eds 1993. \u00c0 l\u2019appel des recommen\u00e7ants, <\/em>\u00c9ditions de l\u2019Atelier, Par\u00eds 2001. Roland LACROIX, Revisiter la foi chretienne avec les recommen\u00e7anst, <\/em>\u00c9ditions de l\u2019Atelier, Par\u00eds 2002.
\n[2]<\/a> \u201cLa Iglesia da pena. De los amigos con los que salimos, ni uno tiene preocupaci\u00f3n religiosa o est\u00e1 interesado por las cosas de Iglesia y hay que o\u00edr lo que dicen de ella, especialmente de los obispos. En el trabajo si se habla de la Iglesia es para re\u00edrse o para despellejarla. Vas a las celebraciones y no ves un joven. Las celebraciones se han hecho m\u00e1s r\u00edgidas que antes del Concilio. No atrae la Iglesia. Y no se ve una jerarqu\u00eda prof\u00e9tica. Hay una tendencia a insistir en la ley, en la norma, en lo que tiene que cumplirse que produce distancia. Y los sermones dan pena. Nos aburren. No dicen nada. Est\u00e1n al margen de la vida. No entendemos lo que dicen y no nos abren a vivir la vida con alegr\u00eda y a vivirla con perspectiva evang\u00e9lica. Pero, eso s\u00ed, no te saltes una genuflexi\u00f3n o digas una palabra que no est\u00e9 escrita en los libros lit\u00fargicos que eres poco menos que hereje. Se percibe m\u00e1s el miedo que la comprensi\u00f3n y la misericordia. Da la impresi\u00f3n de que la Iglesia est\u00e1 a la defensiva, sin iniciativas. \u00bfCu\u00e1ntos obispos o sacerdotes son referencia prof\u00e9tica hoy y vale la pena escucharles? Y despu\u00e9s, otra cosa, siempre se equivocan los dem\u00e1s; ellos nunca se equivocan. Si la gente entiende mejor un \u201cme equivoqu\u00e9\u201d que una defensa a ultranza\u201d. (Relato de c\u00f3mo Javier, creyente practicante y muy cercano por lazos de sangre, ve a la Iglesia hoy)<\/em>. Quiz\u00e1 este testimonio est\u00e9 demasiado centrado en lo negativo. No obstante, con matices, muchos creyentes practicantes viven hoy la situaci\u00f3n de nuestras comunidades con preocupaci\u00f3n; se advierte un cierto pesimismo porque ven vaciarse las iglesias. \u201cCada vez son menos y sus pelo es m\u00e1s blanco. \u00bfD\u00f3nde est\u00e1n los j\u00f3venes?\u201d Y no s\u00f3lo es cuesti\u00f3n de ofensivas que llegan del exterior. Dentro de la Iglesia hay comportamientos y formas de vivir la fe y la comunidad que invitan a decir: \u201cAh\u00ed os qued\u00e1is\u201d. \u201cMa\u00f1ana te escucharemos\u201d. \u201cEsto no puede ser verdad\u201d. \u201c\u00bfC\u00f3mo vives t\u00fa lo que predicas?\u201d.
\n[3]<\/a> Revisiter la foi chretienne avec les recommen\u00e7ants, <\/em>p. 6.
\n[4]<\/a> Lacroix, o. c., <\/em>p. 7.
\n[5]<\/a> Proponer la fe en la sociedad actual. <\/em>Carta de la conferencia Episcopal francesa a los cat\u00f3licos de su pa\u00eds. Lourdes, 9 de noviembre de 1996, <\/em>Donaciano MART\u00cdNEZ y otros, en Proponer la fe hoy. De lo heredado a lo propuesto, <\/em>Sal Terrae 2005, pp. 37-84, p. 63.
\n[6]<\/a> Ib\u00eddem, p. 64.
\n[7]<\/a> El DGC al definir la catequesis dentro del proceso evangelizador habla siempre de \u201cformaci\u00f3n org\u00e1nica y sistem\u00e1tica\u201d. Y al especificar qu\u00e9 se entiende por formaci\u00f3n org\u00e1nica, dice que \u201cla formaci\u00f3n org\u00e1nica es m\u00e1s que una ense\u00f1anza: es una aprendizaje de toda la vida cristiana, una iniciaci\u00f3n cristiana integral, que propicia un aut\u00e9ntico seguimiento de Jesucristo, centrado en su persona\u201d, cfr. DCG 67.
\n[8]<\/a> Asamblea de OBISPOS DEL QUEBEC, Proponer hoy la fe a los j\u00f3venes. Una fuerza para vivir, <\/em>marzo 2000, en Donaciano MART\u00cdNEZ y otros,Proponer la fe hoy. De lo heredado a la propuesto, <\/em>Sal Terrae, Santander 2005, pp. 161-191. La cita en pp. 168-169.<\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":"