{"id":7946,"date":"2008-05-01T00:00:11","date_gmt":"2008-04-30T22:00:11","guid":{"rendered":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/?p=7946"},"modified":"2008-05-01T00:00:11","modified_gmt":"2008-04-30T22:00:11","slug":"por-que-fracasan-los-itinerarios-de-educacion-en-la-fe","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/por-que-fracasan-los-itinerarios-de-educacion-en-la-fe\/","title":{"rendered":"\u00bfPor qu\u00e9 fracasan los itinerarios de educaci\u00f3n en la fe?"},"content":{"rendered":"

Jes\u00fas Rojano es te\u00f3logo y pastoralista, pertenece al Consejo de redacci\u00f3n de Mision Joven.<\/strong>
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\nS\u00cdNTESIS DEL ART\u00cdCULO<\/strong>
\nAnaliza el art\u00edculo la sensaci\u00f3n de fracaso que existe en torno a los itinerarios de educaci\u00f3n a la fe, entrando en sus posibles causas externas e internas. Desde el an\u00e1lisis llega a proponer algunas sugerencias pastorales, subrayando la necesidad de itinerarios abiertos, que cuiden la iniciaci\u00f3n integral a la vivencia de la fe, preocupados por la dimensi\u00f3n misionera y por abrir caminos nuevos. Se trata en realidad no simplemente de nuevas metodolog\u00edas, sino de una nueva catequesis, capaz de \u201cengendrar\u201d en la fe, no simplemente de transmitirla.
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  1. Sensaci\u00f3n de fracaso de los itinerarios<\/strong><\/li>\n<\/ol>\n

     
    \nDesde hace ya bastantes a\u00f1os se vienen publicando de vez en cuando itinerarios para la catequesis infantil y juvenil, algunos hechos con mucho cuidado, con tiempo y por excelentes equipos de redacci\u00f3n. No entraremos en este art\u00edculo, por cierto, a juzgar proyectos publicados, ni recomendaremos ninguno, a\u00fan reconociendo que los hay muy buenos. El caso es que, sobre todo cuando se habla de la catequesis de adolescentes y j\u00f3venes, existe entre los agentes pastorales una com\u00fan sensaci\u00f3n de que los diversos itinerarios no funcionan, y que a\u00fan los mejores y m\u00e1s concienzudos planes acaban en la estanter\u00eda de libros inservibles m\u00e1s pronto que tarde.
    \nSi esto pasa con los libros o materiales catequ\u00e9ticos, \u00bfqu\u00e9 podr\u00edamos decir de las personas a las que van dirigidas dichos procesos catecumenales? La sensaci\u00f3n de fracaso \u2013 al menos en lo que a las grandes tendencias se refiere- parece aqu\u00ed mayor. Tenemos la sensaci\u00f3n de estar siempre empezando, de que los j\u00f3venes que llevan a\u00f1os en grupos de fe nunca terminan de ser cristianos maduros y de integrarse de verdad en comunidades cristianas adultas, sean parroquiales u otras. Esos j\u00f3venes que llenan puntualmente encuentros masivos juveniles, \u00bfd\u00f3nde est\u00e1n luego cada domingo? \u00bfPor qu\u00e9 no hay apenas relevo para los\/as catequistas, responsables de Caritas<\/em>parroquiales, consejos pastorales, equipos de liturgia\u2026? \u00bfNo es verdad que los chicos\/as que entran y se apuntan a procesos catecumenales tardan poco en salir y abandonar dichos procesos, dando una desoladora sensaci\u00f3n de \u201cpuerta giratoria\u201d (se entra, se permanece un rato y se vuelve a salir)?
    \nIncluso los\/as j\u00f3venes que llevan adelante la formaci\u00f3n catequ\u00e9tica de otros muchachos menores que ellos (se llamen animadores, catequistas, monitores\u2026) transmiten -con honrosas excepciones-, a poco que se les trate, una sensaci\u00f3n de formaci\u00f3n cristiana muy endeble, muy d\u00e9bil, con apenas tres o cuatro t\u00f3picos asimilados por encima y con muy poca capacidad de discernimiento maduro cristiano. Al menos en la realidad espa\u00f1ola, los que llevamos m\u00e1s a\u00f1os en estos ambientes tenemos tambi\u00e9n la impresi\u00f3n, cuando se habla con sinceridad de las situaciones locales, de que hay gran diferencia entre la generaci\u00f3n de j\u00f3venes catequistas y animadores de la fe de hace diez o doce a\u00f1os y los de ahora. En este momento parece abundar ese perfil de cristiano poco formado que Gabino Ur\u00edbarri ha calificado con el nombre de \u201ccristianismos insuficientes\u201d[1]<\/a>. Esto no deber\u00eda extra\u00f1arnos tanto, pues estos catequistas han salido de esos procesos que reconocemos que funcionan de mala manera\u2026
    \nPor si esto fuera poco, da la impresi\u00f3n de que tambi\u00e9n ciertos grupos neotradicionales, detr\u00e1s de un aparente \u00e9xito inicial, ofrecen a la larga -aunque parezca mentira- otra versi\u00f3n de lo mismo. Y es que tambi\u00e9n es un cristianismo muy endeble el que se ci\u00f1e a f\u00f3rmulas aprendidas \u201ca marchamartillo\u201d, pero no razonadas a partir de una base bien profundizada. Nos gustar\u00eda recordar aqu\u00ed el famoso \u2013por otras razones- discurso de Benedicto XVI en Ratisbona, seg\u00fan el cual las mejores s\u00edntesis cristianas a lo largo de la historia nunca despreciaron la raz\u00f3n ni fueron fide\u00edstas o amigas de lo irracional. Llama la atenci\u00f3n lo desapercibido que pasa esta afirmaci\u00f3n decisiva para algunos que se identifican s\u00f3lo para ciertas cosas con las posturas del Papa. En cualquier caso, no es momento de descalificaciones o fobias mutuas entre orientaciones cristianas distintas, sino de aprender unos de otros: no somos de Apolo o Pablo\u2026 sino de Cristo (palabras paulinas que, aunque no todos se den cuenta, valen tambi\u00e9n para los cristianos del siglo XXI).
    \nUno de los grandes catequetas europeos, Andr\u00e9 Fossion, del Centro Lumen Vitae<\/em> de Bruselas, nos pinta un cuadro parecido y m\u00e1s completo del problema: \u201cEste proceso catequ\u00edstico en crisis est\u00e1 organizado en el ritmo escolar anual, en lugar del lit\u00fargico, y propone el mismo esquema para todos. La preparaci\u00f3n presacramental se le conf\u00eda a un grupo de catequistas y se desarrolla, por lo general, sin tener en cuenta el conjunto de actividades de la parroquia y de la vida comunitaria. Aunque este cl\u00e1sico sistema de catequesis est\u00e9 dando todav\u00eda algunos frutos, adolece de crecientes dificultades, no s\u00f3lo en raz\u00f3n de sus limitaciones, sino, sobre todo, debido a su progresiva inadecuaci\u00f3n a la evoluci\u00f3n sociocultural de la sociedad, lo cual est\u00e1 generando una crisis, cuyos s\u00edntomas nos son bien conocidos: disminuci\u00f3n constante de ni\u00f1os catequizados, abandono frecuente despu\u00e9s de la recepci\u00f3n de los sacramentos, falta de motivaci\u00f3n de los padres, folclorizaci\u00f3n de los ritos religiosos de paso, dificultad para encontrar catequistas, envejecimiento de los mismos, problemas de inserci\u00f3n de los j\u00f3venes en las comunidades, etc.\u201d
    [2]<\/a>.
    \n <\/p>\n

      \n
    1. Las razones del fracaso<\/strong><\/li>\n<\/ol>\n

       
      \n2.1. Causas ajenas<\/strong>
      \n 
      \nLa situaci\u00f3n que acabamos de describir es bien conocida. Muchos se han desanimado y han optado por tirar la toalla. Para los que crean, en cambio, que abandonar la catequesis de adolescentes y j\u00f3venes ser\u00eda traicionar el mandato de Jes\u00fas (\u201cId por todo el mundo y anunciad el evangelio\u201d; \u201cAy de mi si no evangelizare\u2026\u201d), un primer paso para intentar buscar soluciones consiste en examinar las razones de este fracaso.
      \nDejemos la palabra de nuevo a un catequeta del Instituto Lumen Vitae<\/em>, en este caso Henri Derroitte: \u201cNo hay una toma de posici\u00f3n actual acerca de la transmisi\u00f3n de la fe y la misi\u00f3n cristiana que no comience por un an\u00e1lisis de la situaci\u00f3n religiosa acabando con una constataci\u00f3n de la crisis. La mayor\u00eda de los autores se\u00f1alan, por otra parte, las mismas causas y los mismos efectos. Podr\u00edamos, a t\u00edtulo de ilustraci\u00f3n, exponer los seis motivos de la crisis de la transmisi\u00f3n de la fe puestos de relieve en un coloquio reciente por Giancarlo Collet: desaparici\u00f3n en Occidente de la religiosidad tradicional; situaci\u00f3n multirreligiosa y multicultural; p\u00e9rdida de plausibilidad de la vida eclesial; imposibilidad de una socializaci\u00f3n en un medio cristiano; rechazo de tradiciones con car\u00e1cter normativo constrictivo; esfuerzo de reflexi\u00f3n constante por parte del sujeto para construirse una identidad plena\u201d
      [3]<\/a>. Estas palabras nos hacen ver que el problema es de cambio o mutaci\u00f3n cultural, no s\u00f3lo de que antes hac\u00edamos las cosas bien y un d\u00eda, de pronto, empezamos a hacerlas mal.
      \nParafraseando el famoso dicho pedag\u00f3gico, podemos afirmar que \u201cpara dar catequesis a Juan, hay que conocer los contenidos catequ\u00e9ticos, pero tambi\u00e9n -\u00bfsobre todo?- a Juan\u201d. Esta es una de las razones que explica por qu\u00e9 lo que antes funcionaba ahora fracasa, adem\u00e1s de los motivos mencionados en el p\u00e1rrafo citado de Derroitte. Hoy los itinerarios catequ\u00e9ticos encuentran un tipo de sujeto humano muy distinto, y adem\u00e1s, a unos sujetos muy distintos unos de otros. Como dec\u00eda J. B. Metz, \u201cel europeo moderno es cada vez m\u00e1s su solo experimento personal. Existe el peligro de que, a la velocidad vertiginosa en que vivimos, lleguemos a sentirnos cada vez m\u00e1s extra\u00f1os a nosotros mismos\u201d
      [4]<\/a>. Ahorramos al lector, por demasiado conocidos, los discursos sobre la inestabilidad y labilidad del actual sujeto posmoderno (o tardo-moderno\u2026 o como se le quiera llamar). Sin duda, esto influye decisivamente en el problema que estamos abordando: a efectos de la dificultad para la maduraci\u00f3n del creyente, nos encontramos con la dificultad que Jos\u00e9 Mar\u00eda Rodr\u00edguez Olaizola<\/em> ha denominado las \u201cpertenencias flexibles\u201d (ahora estoy, ahora no\u2026) o la figura descrita por Jos\u00e9 M\u00aa Mardones del \u201ccreyente hermen\u00e9utico\u201d, que interpreta y adapta la fe a su aire. Es evidente que as\u00ed se siega la hierba bajos los pies de cualquier proceso catequ\u00e9tico de maduraci\u00f3n a largo plazo.
      \nYa hace a\u00f1os que Peter Berger, por ejemplo, viene hablando de que hoy la fe no se elige de una vez para siempre, sino que es elegida (o rechazada) continuamente, debido a la pluralidad de ofertas en el mercado de las cosmovisiones y de las religiones
      [5]<\/a>. Esa puesta en cuesti\u00f3n continua de las convicciones de fe hace dif\u00edcil el crecimiento como creyente, y por tanto la realizaci\u00f3n de cualquier itinerario.
      \n 
      \n2.2. Causas internas<\/strong>
      \n 
      \nA veces, los fracasos de los itinerarios se deben a que, sin darnos cuenta, hacemos las cosas mal. El siguiente testimonio del fil\u00f3sofo y te\u00f3logo mallorqu\u00edn Gabriel Amengual habla por s\u00ed solo, cuando se refiere a la \u201cexperiencia frustrante del compromiso que han tenido grupos de j\u00f3venes de Iglesia, y en general, grupos pol\u00edticos o socialmente comprometidos, movidos por grandes ideales, que posteriormente, ya adultos, se han deshecho de casi todo compromiso para intentar por encima de todo vivir su vida privada pl\u00e1cidamente. Se quemaron por la entrega excesiva y\/o por los fracasos, y se lleg\u00f3 a la decepci\u00f3n cuando no consiguieron realizar sus sue\u00f1os. As\u00ed lo confiesa uno de ellos: \u201cAquel proyecto se echa a perder y es parte de tu juventud y de tu vida. Era algo a lo que hab\u00edamos dedicado muchas horas y por lo que hab\u00edamos tenido muchas inquietudes. Y, de pronto, aquel peque\u00f1o mundo que te hab\u00edas montado alrededor de unos ideales, de unas metas, todo cae. \u00bfQu\u00e9 hacemos? De este modo evidentemente te vas fuera. Lo que haces es dedicarte un poco m\u00e1s a tu persona, a tu familia si la tienes, y si no, a ti\u201d (HELENA B\u00c9JAR, La cultura del yo<\/em>, Madrid, Alianza, 1993). Esta experiencia de quemarse<\/em> tendr\u00eda que ser objeto de reflexi\u00f3n seria por la pastoral y la teolog\u00eda. Se quemaron<\/em> bajo el peso de las exigencias, por la vivencia de un cristianismo convertido en moralismo, falto de m\u00edstica, de sosiego y acogida \u2013de oraci\u00f3n-, falto, en definitiva, de Esp\u00edritu y la gracia, que no eran vividos como dones, sino s\u00f3lo, o mayoritariamente, como donaci\u00f3n y entrega sacrificada de uno mismo, como activismo mesi\u00e1nico y compromiso voluntarista. El acompa\u00f1amiento pastoral y la teolog\u00eda tal vez no estuvieron a la altura del compromiso de los j\u00f3venes (o tal vez se identificaron demasiado con \u00e9l, sin poder ver las carencias de entonces y las consecuencias que vendr\u00edan despu\u00e9s)\u201d
      [6]<\/a>. Hay procesos catequ\u00e9ticos o itinerarios que, por querer quemar etapas o por falta de equilibro en las experiencias propuestas, fracasan y queman<\/em> a los catequizandos en el sentido que dice aqu\u00ed Amengual<\/em>.
      \nCentr\u00e1ndonos en uno de los fallos que citaba Gabriel Amengual, veamos uno de los grandes errores que explican los fracasos de muchos itinerarios catequ\u00e9ticos. Esta deficiencia a veces no est\u00e1 en los materiales o libros escritos y en las orientaciones que ofrecen en sus introducciones, pero s\u00ed en su aplicaci\u00f3n concreta por los catequistas concretos. Nos referimos a la falta de vivencia de la fe, que hace que la iniciaci\u00f3n cristiana se reduzca a una de sus dimensiones, el adoctrinamiento intelectual, y descuide la experiencia directa y gozosa de Jesucristo vivo. Lo ha explicado magistralmente Francisco Javier Cormenzana: \u201cLas propuestas eclesiales en favor de la comunicaci\u00f3n de la fe encuentran su caldo de cultivo preferencialmente en los escenarios de la inteligencia (la doctrina), del ethos (la \u00e9tica), de la pr\u00e1ctica (el compromiso) y de la pertenencia comunitaria (la eclesialidad) de la fe. Sin embargo no terminan de encontrar su sitio en el de la uni\u00f3n cognitiva con Dios <\/em>(la m\u00edstica). <\/em>Ser iniciado e introducido en los \u00e1mbitos del contacto cognitivo con la realidad Dios (1 Jn 1, 1ss), que va m\u00e1s all\u00e1 por implicaci\u00f3n, y no por desconexi\u00f3n, de todos los dem\u00e1s aspectos de la fe, me parece decisivo para el futuro de su transmisi\u00f3n [\u2026]. La dificultad m\u00e1s honda de la transmisi\u00f3n de la fe radica en el d\u00e9ficit de iniciaci\u00f3n <\/em>a la presencia y el encuentro con Dios o \u2013dicho de forma m\u00e1s espec\u00edficamente cristiana\u2013 a la percepci\u00f3n aqu\u00ed y ahora de la salvaci\u00f3n que nos llega de Dios en Jes\u00fas de Nazaret por su Esp\u00edritu [\u2026]. Sin temor a equivocarme puedo deducir de todo ello que la mayor\u00eda de los miembros de nuestras comunidades han percibido la verdad salv\u00edfica de Dios con los registros del saber informativo y solamente una minor\u00eda con los de la experiencia espiritual\u201d
      [7]<\/a>.
      \nEso mismo (que no se han de eliminar dimensiones esenciales de la transmisi\u00f3n de la fe cristiana) lo dice expl\u00edcitamente el Directorio General para la Catequesis<\/em> de 1997: \u201cEn virtud de su misma din\u00e1mica interna, la fe pide ser conocida, celebrada, vivida y hecha oraci\u00f3n\u201d
      [8]<\/a>. Esas imprescindibles dimensiones reflexiva, activa, lit\u00fargica y orante de la catequesis con frecuencia se ven reducidas s\u00f3lo a la primera. Podemos preguntarnos con el te\u00f3logo y catequeta franc\u00e9s Gilbert Adler: \u201c\u00bfSe organizar\u00e1 del mismo modo la materia si lo que se pretende es el conocimiento de las verdades de la fe o la integraci\u00f3n de la comunidad cristiana en un proceso inici\u00e1tico o incluso hacer viva, activa y expl\u00edcita la fe?\u201d[9]<\/a> Adler nos recuerda que la catequesis postridentina privilegi\u00f3 una dimensi\u00f3n (el conocer la doctrina) sobre las otras tres, que m\u00e1s o menos quedaban satisfechas en el marco de la parroquia y de la familia. A lo largo del siglo XX, sobre todo a partir de los a\u00f1os 60-70, al constatar el desequilibrio introducido por la situaci\u00f3n de secularizaci\u00f3n, el movimiento catequ\u00e9tico procur\u00f3 fomentar lenguajes no doctrinales-intelectuales y tener en cuenta elementos pedag\u00f3gicos, psicol\u00f3gicos (\u00a1adaptarse al catequizando!), b\u00edblicos, lit\u00fargicos, experienciales\u2026 En esa l\u00ednea experiencial estaba la definici\u00f3n de catequesis de J. Audinet:<\/em> \u201cPodr\u00eda decirse que la catequesis se define de la siguiente manera: la acci\u00f3n mediante la cual un grupo humano interpreta su situaci\u00f3n, la vive y la expresa a la luz del Evangelio\u201d[10]<\/a>. Sin embargo, en palabras de Adler, \u201ccomo por un efecto pendular, tanto pegarse al catequizando corr\u00eda el riesgo de insistir menos en los datos objetivos de la fe (S\u00edmbolo de los ap\u00f3stoles, enunciados de la fe, etc.)\u201d[11]<\/a>. Esos bandazos de la catequesis (o adoctrinamiento sin vivencia o vivencia experiencial con poco contenido doctrinal) tienen mucho que ver con el desconcierto y sensaci\u00f3n de fracaso actuales. Nuestro problema es \u2013inspir\u00e1ndonos en un esquema hegeliano de andar por casa- la dificultad de que tras la tesis y la ant\u00edtesis venga la s\u00edntesis equilibrada, una catequesis que equilibre contenidos doctrinales y vivencia gozosa de la fe en la oraci\u00f3n, el compromiso y la celebraci\u00f3n comunitaria.
      \nSi se nos permite una an\u00e9cdota personal, pude comprobar hace unos a\u00f1os, en un poblado chabolista de Madrid, las deficiencias de los dos modelos catequ\u00e9ticos reducidos (cuando se descuida una parte esencial). Un grupo de j\u00f3venes voluntarios cristianos, que en teor\u00eda ten\u00edan encomendada la catequesis de ni\u00f1os y j\u00f3venes del poblado, hac\u00edan una labor encomiable de promoci\u00f3n humana con actividades de alfabetizaci\u00f3n y tiempo libre. Nunca llegaban a proponer expl\u00edcitamente el evangelio porque no ve\u00edan -con buenas razones- madura la situaci\u00f3n. Una tarde a la semana, aterrizaba por all\u00ed durante una hora otro grupo de j\u00f3venes de un conocido grupo neotradicional. Llegaban con sus catecismos y le\u00edan a aquellos ni\u00f1os\/as p\u00e1rrafos sobre las misiones y relaciones trinitarias. Los ni\u00f1os no entend\u00edan nada de nada y resist\u00edan unos cinco minutos el \u201cserm\u00f3n\u201d para recibir su pu\u00f1ado de caramelos\u2026 \u00bfQu\u00e9 hubiera pasado si la promoci\u00f3n y evangelizaci\u00f3n expl\u00edcita hubieran ido juntas y equilibradas\u2026? Supongo que algo parecido al equilibrio de las diversas dimensiones de la fe que propon\u00eda el citado n\u00ba 84 del Directorio General para la Catequesis<\/em>.
      \n <\/p>\n

        \n
      1. Sugerencias para caminar en el futuro<\/strong><\/li>\n<\/ol>\n

         
        \nComo venimos diciendo, los agentes de catequesis y los que elaboran los itinerarios catecumenales se sienten hace tiempo reflejados en una de esas frases lapidarias que circulan hoy como cita recurrente: \u201cCuando ten\u00edamos todas las respuestas nos cambiaron todas las preguntas\u201d.
        \nSin embargo, m\u00e1s all\u00e1 de todo des\u00e1nimo, nuestra actitud tiene que ser la que refleja esta reflexi\u00f3n de Gabriel Amengual, que nos invita a \u201crecordar aquel dicho de Leopold Von Ranke (1795-1886): todas las \u00e9pocas son inmediatas a Dios<\/em>\u201d, que, por lo que nos toca, lo podr\u00edamos traducir por: \u201cTodas las \u00e9pocas tiene su propia pista de acceso a Dios\u201d
        [12]<\/a>. Por eso, porque tambi\u00e9n hoy merece la pena pensar y promocionar itinerarios de iniciaci\u00f3n a la fe, queremos terminar con algunas sugerencias, procedentes de lugares eclesiales muy diversos, que dan pistas sobre las pautas y rasgos que parecen adecuadas a la hora de elaborar y so\u00f1ar los itinerarios del futuro inmediato.
        \n <\/p>\n