{"id":7960,"date":"2008-04-01T00:00:35","date_gmt":"2008-03-31T22:00:35","guid":{"rendered":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/?p=7960"},"modified":"2008-04-01T00:00:35","modified_gmt":"2008-03-31T22:00:35","slug":"crecimiento-en-la-fe-y-modelos-de-evangelizacion-en-san-pablo","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/crecimiento-en-la-fe-y-modelos-de-evangelizacion-en-san-pablo\/","title":{"rendered":"Crecimiento en la fe y modelos de evangelizaci\u00f3n en San Pablo"},"content":{"rendered":"

\u00bfUn reto para la pastoral de hoy?<\/h1>\n

Juan Pablo Garc\u00eda Maestro OSST, es profesor en el Instituto Superior de Pastoral (UPSA-Madrid).<\/strong>
\n <\/strong>
\nS\u00cdNTESIS DEL ART\u00cdCULO<\/strong>
\nDesde el mensaje central paulino y teniendo en cuenta el esquema de la iniciaci\u00f3n cristiana que presenta el Ap\u00f3stol de las Gentes, el art\u00edculo llega a proponer un conjunto de retos para la acci\u00f3n pastoral entre los j\u00f3venes hoy, que apuntan al proceso de maduraci\u00f3n de la fe, al amor a la Iglesia no desprovisto de un esp\u00edritu cr\u00edtico, a una espiritualidad centrada en el seguimiento de Jes\u00fas y a la necesidad de aprender de los otros, lo que implica la urgencia de una verdadera inculturizaci\u00f3n de la fe.
\n 
\nDentro de unos meses dar\u00e1 comienzo el A\u00f1o Jubilar dedicado a san Pablo, con ocasi\u00f3n del Bimilenario de su nacimiento, que los historiadores sit\u00faan entre los a\u00f1os 7 y 10 d.C.
\nCon este motivo Benedicto XVI ha querido que desde el 28 de junio de 2008 al 29 de junio de 2009 se celebre en toda la Iglesia un tiempo especialmente dedicado al Ap\u00f3stol de las Gentes.
\nEl Papa desea que durante esta celebraci\u00f3n se dedique especial atenci\u00f3n a un tema particularmente importante para el Pont\u00edfice: se trata de la dimensi\u00f3n ecum\u00e9nica.
\nA lo largo de nuestro an\u00e1lisis destacaremos c\u00f3mo San Pablo tuvo conciencia de que era \u201cap\u00f3stol por vocaci\u00f3n\u201d, es decir, no por auto-candidatura ni por encargo humano, sino solamente por llamada y elecci\u00f3n divina.
\nEn su epistolario, el Ap\u00f3stol de Tarso, repite muchas veces que todo en su vida es fruto de la iniciativa gratuita y misericordiosa de Dios (cfr. 1 Co 15, 9-10; 2 Co 4, 1; Ga 1, 15). Fue escogido \u201cpara anunciar el Evangelio de Dios\u201d (Rm 1, 1), para propagar el anuncio de la gracia divina que reconcilia en Cristo al hombre con Dios, consigo mismo y con los dem\u00e1s.
\nEn sus cartas, despu\u00e9s del nombre de Dios, que aparece mas de quinientas veces, el nombre mencionado con m\u00e1s frecuencia es el de Cristo (380 veces).
\nLa historia de aquel ap\u00f3stol, nacido en la actual Turqu\u00eda, permite comprender c\u00f3mo Jesucristo puede influir en la vida de una persona y, por tanto, tambi\u00e9n en nuestra misma vida.
\nSan Pablo descubri\u00f3 la Iglesia gracias a una intervenci\u00f3n directa de Cristo, quien al revelarse en el camino de Damasco, se identific\u00f3 con la Iglesia y le dio a entender que perseguir a la Iglesia era perseguirle a \u00c9l, el Se\u00f1or: \u201cSaulo, Saulo, \u00bfpor qu\u00e9 me persigues? (cfr Hch 9, 4). Entonces, Pablo se convirti\u00f3, al mismo tiempo, a Cristo y a la Iglesia (Benedicto XVI).
\nEl Ap\u00f3stol de los gentiles llega a presentar a la Iglesia como esposa de Cristo, retomando as\u00ed una antigua met\u00e1fora prof\u00e9tica, que hac\u00eda del pueblo de Israel la esposa del Dios de la alianza.
\n <\/p>\n

    \n
  1. La fe nace de un encuentro con Jes\u00fas de Nazaret<\/strong><\/li>\n<\/ol>\n

     
    \nSi hay algo que sigue vigente en la experiencia fundante del cristianismo es el encuentro de los primeros disc\u00edpulos con la persona de Jes\u00fas de Nazaret. Su vivencia fue \u00fanica y singular\u00edsima: conocieron al Jes\u00fas hist\u00f3rico, lo siguieron como testigos oculares, tras dejar su oficio y su familia, porque escucharon su invitaci\u00f3n radical: \u201cVenid conmigo\u2026\u201d. \u201cY dejando las redes le siguieron\u201d (Mt 4, 18-22; Mc 1, 16-20; Lc 5, 1-11). Los primeros disc\u00edpulos comenzaron una experiencia de fe <\/em>no a partir de creencias o verdades abstractas, sino desde una opci\u00f3n por una persona concreta que les fue instruyendo, en un estilo de vida muy determinado y alternativo. El proyecto de vida por el que optaron era aquel programa mesi\u00e1nico que narra el evangelio de Lucas: Jes\u00fas en la sinagoga deNazaret toma el volumen del profeta Isa\u00edas y desenroll\u00e1ndolo hall\u00f3 el pasaje donde estaba escrito: \u201cEl Esp\u00edritu del Se\u00f1or est\u00e1 sobre m\u00ed, porque me ha ungido para anunciar a los pobres la Buena Nueva, me ha enviado a proclamar la liberaci\u00f3n a los cautivos y la vista a los ciegos, para dar la libertad a los oprimidos y proclamar un a\u00f1o de gracia del Se\u00f1or<\/em>\u201d (Lc 4, 18 ss). Concluye diciendo que ese pasaje se ha cumplido, porque en \u00e9l aquellos que viv\u00edan bajo el peso de la esclavitud, de la enfermedad, de la pobreza, han encontrado la verdadera liberaci\u00f3n.
    \nSi el episodio de la sinagoga fue central para los disc\u00edpulos, no fue menos el que muchos han definido como la carta fundacional de la Iglesia de los pobres: las Bienaventuranzas<\/em>.
    \nA partir de aqu\u00ed, m\u00e1s los avisos de Jes\u00fas durante su vida p\u00fablica a sus disc\u00edpulos (a saber, que al Hijo del hombre ser\u00eda entregado a manos de los hombres, condenado a muerte y que resucitar\u00eda) los disc\u00edpulos comprenden que optar por Jes\u00fas y tener fe en \u00e9l exigen disposici\u00f3n a perder la vida para poder ganarla. La fe en Jes\u00fas lleva a un compromiso por la justicia y a desenmascarar a aquellos que en nombre de la religi\u00f3n provocan sufrimiento a los dem\u00e1s.
    \nEl crecimiento en la fe exige dar el salto cualitativo de confesar a Jes\u00fas como Mes\u00edas, pero no un Mes\u00edas sin cruz, que es la experiencia prepascual de Pedro, que se escandaliza de que el Hijo del Dios viviente vaya a ser entregado en manos de los hombres, sino un Mes\u00edas que s\u00f3lo puede ser entendido a partir de su enfrentamiento con las autoridades religiosas y que exige un seguimiento exigente que conlleva persecuciones y la cruz (cfr. Mc 8, 27-37). No lo entendieron los hijos del Zebedeo que andaban buscando los primeros puestos, seguramente ambicionados por los dem\u00e1s disc\u00edpulos. Jes\u00fas tiene que reprenderles para que no sean como los jefes de las naciones que oprimen; aquellos que quieran ser sus disc\u00edpulos habr\u00e1n de servir en vez de dominar: los que quieran ser los primeros tendr\u00e1n que ser los \u00faltimos y servidores de todos (cfr. Mc 10, 35-44).
    \nEn la vida de Pablo de Tarso, autodenominado \u201cap\u00f3stol de Jesucristo\u201d en su ardiente celo por seguir al Resucitado, se da tambi\u00e9n ese salto cualitativo. Su vocaci\u00f3n es al tiempo una radical conversi\u00f3n, en el sentido de un aut\u00e9ntico cambio de mentalidad y forma de estar en este mundo. De Pablo, jud\u00edo cumplidor de la Ley a disc\u00edpulo de Jesucristo, a pesar de no haberle conocido hist\u00f3rico, de perseguidor y ejecutor de cristiano a m\u00e1rtir por causa de su Se\u00f1or, supone un cambio tan profundo que s\u00f3lo se explica por la experiencia intens\u00edsima del encuentro con Jes\u00fas Resucitado, y su mensaje de libertad<\/strong> que desborda la l\u00f3gica de la ley (\u201cPara ser libres nos liber\u00f3 Cristo ( Gal). Por pura gracia se siente disc\u00edpulo del Se\u00f1or y llamado a hacer part\u00edcipe de su evangelio a los gentiles.
    \nDel mensaje de Pablo intuimos que en la medida en que el hombre va siendo liberado en Jesucristo, act\u00faa como hombre nuevo[1]<\/a>. Hemos sido salvados por la gracia mediante la fe; y esto no viene de nosotros, sino que es don de Dios; tampoco proviene de las obras, para que as\u00ed nadie se glor\u00ede. As\u00ed lo expresa san Pablo en una de sus cartas: \u201cNada cuentan ni la circuncisi\u00f3n, ni la incircuncisi\u00f3n, sino la creaci\u00f3n nueva\u201d (Ga 6, 15). Para Pablo el esquema de la iniciaci\u00f3n cristiana consta de tres momentos:<\/p>\n

    a) El anuncio de la salvaci\u00f3n en Cristo<\/strong>. Pues Jes\u00fas no s\u00f3lo nos llama a seguirle, sino que ofrece un camino donde encontramos la salvaci\u00f3n.<\/p>\n

    b) La fe<\/strong>, que al cristiano como a Abraham, se le reputa como justicia. Se le hace justo partiendo de su realidad de injusticia.<\/p>\n

    c) Se sella, <\/strong>se garantiza realmente y se hace eficaz que la persona es una criatura nueva, porque ha nacido de nuevo por la fe por el bautismo. Pablo se atrever\u00e1 a calificar al bautismo cristiano de adultos como un sumergirse en la muerte de Cristo (cfr. Rom 6, 2-3)[2]<\/a>.<\/p>\n

     
    \nLa resurrecci\u00f3n se hace germinalmente presente en los cristianos, cuando en el hombre se da un nuevo modo de vivir. Como consecuencia de la resurrecci\u00f3n de Jes\u00fas aparece la posibilidad de una humanidad distinta. En esta l\u00ednea, uno de los te\u00f3logos del siglo XX que m\u00e1s ha insistido en la relaci\u00f3n entre resurrecci\u00f3n de Cristo y justificaci\u00f3n es Karl Barth, dando as\u00ed una muestra m\u00e1s de su m\u00e9todo de deducir la antropolog\u00eda de la cristolog\u00eda
    [3]<\/a>.
    \n <\/p>\n

      \n
    1. San Pablo testigo de la experiencia de la fe<\/strong><\/li>\n<\/ol>\n

      <\/strong>
      \nQuitad de la biograf\u00eda de Pablo el encuentro personal con el Se\u00f1or y el personaje resultante no podr\u00e1 ser identificado con el Pablo que conocemos. En verdad lo que llamamos experiencia de Dios termina por no ser otra cosa que la toma de conciencia de que \u201csomos del Se\u00f1or<\/em>\u201d.
      \nLa fe que nace de un encuentro del Dios que viene a nuestro encuentro, que nos transforma y que marca un antes y un despu\u00e9s en nuestras vidas se verifica en la manera de estar en el mundo.
      \nLos tres relatos de la conversi\u00f3n
      [4]<\/a> contenido en el libro de los Hechos de los Ap\u00f3stoles (cfr cap. 9, 1; 22, 3-17 y 26, 9-18) contienen id\u00e9nticos interrogantes: \u00bfQui\u00e9n eres Se\u00f1or?, \u00bfqu\u00e9 debo hacer? Se trata de la respuesta de todos los convertidos, de todos los creyentes, a la irrupci\u00f3n de Dios en su vida. A su vez, en este encuentro, el Se\u00f1or les encomienda una misi\u00f3n: \u201cPara llevar mi nombre\u201d, \u201chas de ser testigo m\u00edo\u201d (cfr Hch 9, 15).
      \nAl igual que a Pedro y a los doce, se le ha aparecido a Saulo (cfr. 1 Cor 15, 8). A partir de entonces, Pablo dispone de un nuevo conocimiento de Jes\u00fas, que no es \u201cel conocimiento seg\u00fan la carne\u201d (2 Cor 5, 16) pues lo descubre a la luz del Misterio de Dios
      [5]<\/a>.
      \n\u00bfEn qu\u00e9 ha consistido esa visi\u00f3n? San Pablo insistir\u00e1 en la reflexi\u00f3n contenida en sus grandes cartas: que en todo momento el encuentro es una relaci\u00f3n que ha tenido lugar en la fe, de forma que la misma visi\u00f3n sucede en el interior de la fe y s\u00f3lo ella permite el acceso al Misterio de Dios que habita en Jesucristo; s\u00f3lo ella instaura una relaci\u00f3n que salva y justifica a quienes viven.
      \nPero si la experiencia del encuentro tiene lugar en la fe, \u00e9sta no se reduce en absoluto a la adhesi\u00f3n a unas verdades que exceden la capacidad de la raz\u00f3n humana. Es una experiencia que afecta a la persona toda, que impregna su vida completa y origina una vida nueva. Por eso dice Pablo, citando al profeta: \u201cEl justo vive de la fe\u201d (Ga 3, 11; Rm 1, 17). Y de s\u00ed mismo a\u00f1ade: \u201cAhora, en la vida normal, vivo en la fe de Dios y de Cristo que me am\u00f3 y se entreg\u00f3 a s\u00ed mismo por m\u00ed\u201d (Ga 2, 20). Y esa vida en la fe y de la fe origina una nueva existencia que se caracteriza por la donaci\u00f3n del Esp\u00edritu consistente en existir no ya cerca de, ni junto a, sino en Cristo Jes\u00fas: \u201c\u00bfRecibisteis el Esp\u00edritu de Dios por las obras de la ley o por la fe? (Ga 3, 2).
      \nFe que hace habitar a Cristo en el coraz\u00f3n de los creyentes: \u201cQue Cristo habite por la fe en vuestros corazones\u201d (Ef 3, 17) y que les permite no s\u00f3lo saber de \u00e9l, sino \u201cvivir en \u00e9l<\/em>\u201d, pues \u201cel que est\u00e1 en Cristo es una nueva creaci\u00f3n\u201d (2 Cor 5, 17).
      \nPor eso, Pablo resumi\u00e9ndolo todo en una confesi\u00f3n admirable dir\u00e1: \u201cPara m\u00ed la vida es Cristo y la muerte, ganancia\u201d (Flp 1, 2). Y, a su vez, expresa la unidad de su persona a Cristo en una vinculaci\u00f3n interior: \u201cVivo yo, pero no yo; es Cristo quien vive en m\u00ed\u201d (Gal 2, 20).
      \nEn la segunda carta a la Comunidad de Corinto dir\u00e1 que \u201ccaminamos en la fe<\/em> y no en la visi\u00f3n<\/em>\u201d (5, 7). Ese \u201ccaminamos\u201d remite a una forma de vivir, requiere un ejercicio permanente que abarca toda la vida: \u201cLa vida que vivo en el presente la vivo en la fe en Dios y de Cristo\u201d (Ga 2, 20). Y ese ejercicio se concreta en la vigilancia, la constancia y la firmeza: \u201cVelad y manteneos firmes en la fe\u201d (1 Cor 16, 3). La fe est\u00e1 llamada a desarrollarse y a crecer: \u201cProducir\u00e9is toda clase de buenas obras y crecer\u00e9is en el conocimiento de Dios\u201d (Col 1, 9-10).
      \nPara describir el crecimiento<\/em> y el progreso<\/em> de la vida de la fe, utilizan los escritos paulinos diferentes expresiones. El primero es \u201csabidur\u00eda de Dios\u201d. Una sabidur\u00eda que es desarrollo de la fe y no sabidur\u00eda carnal o mundana y que se ha manifestado en Jesucristo y en su cruz (cfr. 1 Cor 1, 6-16); que est\u00e1 en Jesucristo: \u201cEn quien est\u00e1n ocultos todos los tesoros de la sabidur\u00eda y de la ciencia\u201d (Col 2, 3) y que es don del Esp\u00edritu Santo (cfr 1 Cor12, 8).
      \nEl segundo camino del conocimiento de la sabidur\u00eda tiene connotaciones pr\u00e1cticas de orden moral. As\u00ed se expresa en una de sus cartas: \u201cLlevar\u00e9is as\u00ed una vida digna del Se\u00f1or, agradable en todo, dando como fruto toda suerte de buenas obras y creciendo en el conocimiento de Dios\u201d (Col 1, 9).
      \nPero, con todo, la sabidur\u00eda no es la m\u00e1s alta posibilidad de la vida cristiana. El desarrollo \u00faltimo del conocimiento de Dios lo procura el amor<\/strong> que es lo que nos introduce en el misterio insondable de Dios. \u201cEl saber engr\u00ede: s\u00f3lo el amor es de verdad provechoso. Si alguno cree que sabe algo, es que todav\u00eda ignora c\u00f3mo hay que saber. Pero si ama a Dios, entonces Dios est\u00e1 unido a \u00e9l\u201d (1Cor 8, 1-11).
      \n <\/p>\n

        \n
      1. Del Reinado de Dios a la justificaci\u00f3n por la fe<\/strong><\/li>\n<\/ol>\n

         
        \nLa justificaci\u00f3n por la fe es usada por Pablo para evitar diferencias y luchas internas, y garantizar la convivencia pac\u00edfica de las comunidades. \u00bfDe qu\u00e9 servir\u00eda predicar el evangelio si dentro de la propia comunidad es imposible el amor y la convivencia sincera?
        \nSer\u00eda trist\u00edsimo que aquellos que son ap\u00f3stoles del Reinado de Dios no sepan convivir ni colaborar entre s\u00ed, pues eso da\u00f1ar\u00eda irremediablemente la causa a la que sirven e impedir\u00eda a la Iglesia ser \u201ccomunidad alternativa\u201d o \u201csacramento del Reino\u201d.
        \nEn este contexto, el mensaje liberador paulino es que s\u00f3lo el saberse aceptado incondicionalmente por Dios libera de esa necesidad de autoafirmaci\u00f3n y de protagonismo individual que se filtra en nuestro esfuerzo moral y en todas las comunidades y grupos humanos.
        \nS\u00f3lo la justificaci\u00f3n por la fe libera a la convivencia y al trabajo humano de degenerar en una plataforma para la justificaci\u00f3n propia. Por eso hay que hacer la revoluci\u00f3n como un perdonado<\/em>, no como un liberador.
        \nLa tendencia humana a utilizar el propio hacer como una fuente para el valer y la propia autoafirmaci\u00f3n es tan fuerte que la misma justificaci\u00f3n por la fe puede ser devuelta al esquema de la justificaci\u00f3n por la Ley (o por las obras propias), convirti\u00e9ndola en una excusa para atacar a los dem\u00e1s. En esta l\u00ednea, Paul Tillich denunciaba: \u201cNo convirtamos nuestro orgullo de no poseer nada en una nueva posesi\u00f3n\u201d
        [6]<\/a>.
        \nPablo pone la teor\u00eda de la justificaci\u00f3n en la carta a los Romanos donde hab\u00eda un conflicto entre jud\u00edos y paganos. Por eso, el ap\u00f3stol de los gentiles viene a decirles: \u201cque todos son pecadores<\/em>\u201d (Rom 3, 23) y que todos son incondicional y gratuitamente aceptados por Dios en Jes\u00fas. \u201cSi el Reino de Dios es pura gratuidad (y por eso barre todas las diferencias entre los hombres), s\u00f3lo el justificado por la fe podr\u00e1 ser un autentico \u201chombre del Reino\u201d
        [7]<\/a>.
        \nLa f\u00f3rmula paulina que mejor traduce la categor\u00eda de Reino (incomprensible para los cristianos de origen no jud\u00edo), ser\u00eda aquella tan querida por Pablo, y que ya anteriormente hemos mencionado: \u201cEn el Se\u00f1or<\/em>\u201d. Y en Cristo Jes\u00fas desaparecen todas las diferencias: entre var\u00f3n y mujer, se\u00f1or y esclavo, religioso y no religioso (cfr G\u00e1l 3, 27-28).
        \nSan Pablo habla expresamente del Reino de Dios, y lo hace en una de las cartas b\u00e1sicas para su ense\u00f1anza de la justificaci\u00f3n por la fe: \u201cEl Reino de Dios no es comida ni bebida, sino justicia y paz gozo en el Esp\u00edritu Santo\u201d (Rom 14, 17).
        \nEl Reino de Dios supone, pues, aquella ascesis que sea necesaria para acabar con la injusticia y la insolidaridad. El texto que acabamos de citar podr\u00edamos parafrasearlo as\u00ed: \u201cEl Reino de Dios no consiste en un ego\u00edsmo insolidario, sino en una justicia interhumana que brota de la gratuidad, y en la paz que brota de esa justicia\u201d.
        \nEntonces, de Pablo aprendemos a reconocernos, no como protagonistas sino en la l\u00ednea se\u00f1alada por Jes\u00fas de Nazaret, buscando los \u00faltimos puestos.
        \n <\/p>\n

          \n
        1. Retos para la pastoral de hoy<\/strong><\/li>\n<\/ol>\n

          <\/strong>
          \nPara la pastoral actual en la Iglesia emergen una serie de retos que podemos entresacar de la vida y teolog\u00eda de Pablo.
          \n 
          \n4.1. <\/em> Hacia una fe madura<\/em><\/strong>
          \n <\/em>
          \nEn primer lugar, en lo que se refiere al proceso de maduraci\u00f3n en la fe, Pablo reclama el don de la libertad. El miedo a ser libres es producto de una fe inmadura
          [8]<\/a>. Pablo reclama la absoluta libertad del creyente, pero establece a su vez sus l\u00edmites, por los peligros de caer en el paganismo (cfr. 1 Cor 10, 1-11).
          \nCreo que actualmente esta libertad se requiere en la Iglesia, porque si Pablo se enfrent\u00f3 al problema de la circuncisi\u00f3n, y supo ponerse por encima de la Ley, para no poner cargas pesadas a los que proced\u00edan de otras culturas, hoy en nombre de una verdadera inculturaci\u00f3n habr\u00eda que revisar en nuestra Iglesia costumbres que hemos implantado en otras culturas y que vienen a ser una carga para tantos hermanos nuestros. No en vano, alg\u00fan te\u00f3logo contempor\u00e1neo sostiene que hoy no necesitamos de un Concilio Vaticano III, sino de un II Concilio de Jerusal\u00e9n, en donde se afronten temas y problemas que son del mismo calado que el problema de la circuncisi\u00f3n. No voy a enumerar aqu\u00ed ninguno, pues dejo al lector que piense con honestidad los temas que hoy la Iglesia deber\u00eda afrontar y que requieren de una verdadera respuesta y discernimiento.
          \nDesde mi experiencia personal, creo que habr\u00eda que liberar en la Iglesia, en las comunidades religiosas, en la formaci\u00f3n de los seminarios, en la organizaci\u00f3n de las parroquias etc.. de muchas normas, leyes y costumbres que no nos dejan vivir con la libertad que nos vienen de la fe en Jes\u00fas el Cristo. Para la libertad nos liber\u00f3 Jes\u00fas<\/em>, pero se han a\u00f1adido tantas cosas secundarias que nos impiden vivir lo que realmente est\u00e1 en las entra\u00f1as del cristianismo. Estas normas a veces nos impiden ser verdaderamente humanos. Y no olvidemos que el misterio de la Encarnaci\u00f3n, comprendido en su integridad, nos lleva a estar con los pies firmes en este mundo, y a confirmar el adagio de los santos Padres: que todo lo humano es nuestro<\/em>. Por eso damos la impresi\u00f3n de gente rara que no est\u00e1 preparada para vivir en la sociedad plural y secularizada que estamos viviendo.
          \nEn esa l\u00ednea, me parece muy acertado lo que sostiene el biblista Juan Jos\u00e9 Bartolom\u00e9, en el art\u00edculo ya citado, que \u201csi nuestras comunidades hoy, como la de Corinto ayer, dispusieran de evangelizadores que pudieran presentar su libertad apost\u00f3lica como argumento y paradigma de sus exigencias, ser\u00edan, sin duda, de nuevo evangelizadas. Si, como Pablo ayer, los ap\u00f3stoles hoy cifraran su ilusi\u00f3n en ejercitar su libertad haci\u00e9ndose solidarios con sus destinatarios, no menguar\u00eda la capacidad de salvar que tiene el evangelio al que sirven como enviados de Dios\u201d
          [9]<\/a>.
          \n 
          \n4.2. Amor a la Iglesia pero con esp\u00edritu cr\u00edtico<\/em><\/strong>
          \n <\/em>
          \nOtro peligro que no deja crecer en la fe, es la sumisi\u00f3n ciega a la instituci\u00f3n eclesi\u00e1stica. En nuestra Iglesia muchos prefieren que existan feligreses sumisos, m\u00e1s que creyentes maduros y cr\u00edticos. El amor a la Iglesia no consiste en una sumisi\u00f3n c\u00f3moda y ciega a la Jerarqu\u00eda, y mucho menos que sean los obispos y el Papa los que piensen por m\u00ed. Pero que en realidad es lo que quieren algunos pastores: creyentes sumisos e infantiles. Tambi\u00e9n hay feligreses que creen que el amor a la Iglesia consiste en la fidelidad ciega al Papa y a los obispos. El d\u00eda que superemos este problema, tendremos un clero y un laicado m\u00e1s s\u00f3lido y maduro.
          \nEn esta l\u00ednea, es de sumo inter\u00e9s recordar que Pablo se enfrenta con Pedro en la pol\u00e9mica acerca de obligar a los gentiles a adoptar el modo de vida jud\u00edo. Este conflicto de Antioqu\u00eda
          [10]<\/a> se encuentra en el relato deGa 2, 11-14:
          \n 
          \n\u201cPero cuando vino Cefas a Antioquia, me opuse a \u00e9l cara a cara, porque era culpable. En efecto, antes de venir ciertos individuos enviados por Santiago, participaba en las comidas comunitarias con los gentiles; pero cuando \u00e9sos llegaron, comenz\u00f3 a retraerse y a separarse, por temor a los circuncisos. Tambi\u00e9n los dem\u00e1s jud\u00edos se unieron a \u00e9l en esa hipocres\u00eda, de tal modo que el mismo Bernab\u00e9 se dej\u00f3 arrastrar tambi\u00e9n a ella. Yo, en cambio, cuando vi que no se comportaban rectamente conforme a la verdad del evangelio, dije a Cefas delante de todos: \u201cSi t\u00fa, que eres jud\u00edo, vives al estilo gentil y no al estilo jud\u00edo, \u00bfc\u00f3mo es que intentas obligar a los gentiles a adoptar el modo de vida jud\u00edo?\u201d.<\/em>
          \n 
          \n4.3. Por una espiritualidad centrada en el seguimiento<\/em><\/strong>
          \n <\/em>
          \nLa conciencia apost\u00f3lica radica en la experiencia pascual vivida por Pablo. Si toparse con el Se\u00f1or Jes\u00fas constituy\u00f3 a Pablo ap\u00f3stol de Cristo, la ra\u00edz de la misi\u00f3n cristiana est\u00e1 en el encuentro con el Resucitado: quien no tiene experiencia pascual, no tiene el mundo como tarea apost\u00f3lica.
          \nEste planteamiento nos lleva a\u00fan m\u00e1s lejos, y es el recuperar en nuestra Iglesia el sentido del seguimiento<\/em>. \u201cEs necesario devolver al pueblo cristiano el \u201cideal\u201d del seguimiento de Jes\u00fas\u201d
          [11]<\/a>. Tenemos que preguntarnos cu\u00e1l es nuestra Galilea, nuestro Damasco, o el lugar y la situaci\u00f3n en los que somos invitados a seguir a Jes\u00fas. Tenemos que ir hasta los or\u00edgenes para saber en qu\u00e9 consiste el seguimiento de Jes\u00fas, en qu\u00e9 consiste la vida cristiana, la vida al estilo de Jes\u00fas, la vida en Cristo[12]<\/a>.
          \nSi se hiciera una encuesta a nivel popular preguntando en qu\u00e9 consiste la vida cristiana, es posible que en las respuestas apareciera muy escasamente el ideal del seguimiento de Jes\u00fas. Con el tiempo, muchos cristianos dejaron de ver la vida cristiana como el seguimiento de Jes\u00fas. Y muchos cristianos llegaron a considerar que la vocaci\u00f3n al seguimiento de Jes\u00fas es cosa de monjes y monjas. Para la mayor\u00eda de los cristianos ser cristiano significa mantener ciertas creencias religiosas, practicar ciertos rituales y actos religiosos, cumplir los mandamientos de la ley de Dios y de la santa madre Iglesia y mantenerse en su seno. Quiz\u00e1 la raz\u00f3n es que un d\u00eda, all\u00e1 por el siglo IV, los monjes se hicieron cargo del seguimiento radical de Jes\u00fas y dejaron a la gran masa de los cristianos la tarea de cumplir los diez mandamientos. La intenci\u00f3n era buena: que no se olvidara en qu\u00e9 consiste una vida evang\u00e9lica radical, una vida cristiana tomada en serio. Porque, efectivamente, no todo es compatible con la vida cristiana. En este sentido, la vida religiosa salv\u00f3 el ideal del seguimiento radical de Jes\u00fas. Pero, al mismo tiempo, este hecho tuvo algunas consecuencias negativas para la vida cristiana. Con el tiempo, la vida religiosa se apropi\u00f3 la vocaci\u00f3n al seguimiento de Jes\u00fas. En vez de animar el seguimiento de Jes\u00fas en toda la comunidad, la vida religiosa asumi\u00f3 una tarea de suplencia y acab\u00f3 dispensando a la gran masa cristiana del seguimiento radical de Jes\u00fas: \u201cNosotros los seguiremos por vosotros (en lugar vuestro)\u201d
          [13]<\/a>.
          \nAs\u00ed se lleg\u00f3 a establecer una fuerte contraposici\u00f3n entre dos formas de vida cristiana: la de los consejos evang\u00e9licos o de los votos, propia de los religiosos y las religiosas, y la de los mandamientos, propia de los laicos. Esta forma de vida ser\u00eda la propia de los cristianos d\u00e9biles, incapaces de afrontar las renuncias de la profesi\u00f3n religiosa. Como se puede ver, los fieles cristianos se llevaron la peor parte, y todav\u00eda hoy los laicos padecen esta marginaci\u00f3n.
          \nEntre tanto surge una pregunta: \u00bfSeguir o imitar a Jes\u00fas?
          [14]<\/a>
          \nEn los evangelios se utilizan con frecuencia los t\u00e9rminos \u201cseguir\u201d y \u201cseguimiento\u201d. Apenas se utiliza el t\u00e9rmino \u201cimitar\u201d una vez, pero es para desaconsejarlo: no imit\u00e9is a los escribas y fariseos (Mt 23, 3). Lo m\u00e1s perecido es la frase: \u201csed perfectos, como es perfecto el Padre celestial\u201d (Mt 5, 48). En los dem\u00e1s escritos del Nuevo Testamento apenas aparece el t\u00e9rmino \u201cseguimiento\u201d y es sustituido por otros t\u00e9rminos: \u201ccamino\u201d e \u201cimitaci\u00f3n\u201d.
          \nEn los Hechos de los Ap\u00f3stoles <\/em>se habla sobre todo del \u201cCamino\u201d (9, 2; 16, 17; 18, 25-26; 19, 9-23; 22, 4; 24, 14-22). Jes\u00fas es el Camino. Sus disc\u00edpulos son quienes siguen el camino. El t\u00e9rmino \u201cCamino\u201d es utilizado para designar \u201cel camino de salvaci\u00f3n\u201d (Hch 16, 17) \u201cel camino del Se\u00f1or\u201d (18, 25), \u201cla comunidad cristiana\u201d (24, 14). Seguir el camino significa creer en Jes\u00fas y vivir al estilo de Jes\u00fas, animados por su Esp\u00edritu.
          \nEl t\u00e9rmino \u201cimitaci\u00f3n\u201d se utiliza sobre todo en los escritos de san Pablo. Pablo pide a los cristianos que le imiten como \u00e9l procura imitar a Cristo (1 Cor 11,1; 4, 16; Flp 3, 17; 1 Tes 1, 6; 2 Tes 3, 7.9\u2026). Una vez pide a los cristianos que sean imitadores de Dios (Ef 5, 1). Otra vez la imitaci\u00f3n se refiere al Se\u00f1or (1 Tes 1, 6). En Hebreos<\/em>se pide a los cristianos que imiten a aquellos que han sido modelos en la fe y en la perseverancia (6, 12; 13, 7).
          \n\u00bfCu\u00e1l es el ideal de la vida cristiana: el seguimiento de Cristo o la imitaci\u00f3n de Cristo? Unas veces se ha preferido una expresi\u00f3n; otras, la otra. Ser\u00eda un error convertir la vida cristiana en un problema de palabras. Es un problema de vida. Hoy algunos autores tienen sus dudas con respecto al ideal de la \u201cimitaci\u00f3n\u201d.
          \nDicen que es un ideal con sabor a pagano: querer parecerse a los dioses. \u00c9ste ser\u00eda como el pecado original: querer ser igual a Dios (Gn 3, 5). Pero el Dios revelado en Jes\u00fas no se parece a los dioses paganos: no abusa de su poder; se encarna en la debilidad y recorre el camino de la cruz (Flp 2, 5-11). Imitar a este Dios encarnado en Cristo no es buscar grandezas; es m\u00e1s bien un compromiso que pone en peligro la vida. Es imitar a una persona que ha entregado su vida hasta el final. Y creo que este camino es el que eligi\u00f3 San Pablo al poner en el centro de su teolog\u00eda la sabidur\u00eda de la cruz.
          \nHay quienes piensan que el ideal de la imitaci\u00f3n suele ser repetitivo y conservador. Quien imita se limita a copiar y no es creativo. La fidelidad en la vida cristiana es imposible sin un poco de creatividad, sin una actualizaci\u00f3n de la vida cristiana. El ideal del seguimiento es m\u00e1s din\u00e1mico, creativo y abierto a la novedad.
          \nAmbos t\u00e9rminos tienen sus ventajas y desventajas. No hay que perderse demasiado en discusiones. La cuesti\u00f3n principal es la siguiente: \u00bfQu\u00e9 significa hoy ser cristiano? \u00bfEn qu\u00e9 consiste hoy el seguimiento de Jes\u00fas y la imitaci\u00f3n de Cristo?
          \nHabr\u00e1 que recordar con Johann B. Metz que \u201cha llegado la hora del seguimiento\u201d, y \u00e9ste ha de ser para todo cristiano, si queremos de verdad que todos avancemos hacia una madurez en la fe. En realidad, lo que no ayuda a madurar en la fe es creer que el estilo de vida de Jes\u00fas es cosa de unos pocos
          [15]<\/a>.
          \n 
          \n4.4. Evangelizamos para aprender tambi\u00e9n de los otros<\/em><\/strong>
          \n <\/em>
          \nPablo, en sus cartas, aparece como paradigma de lo que significa una verdadera inculturaci\u00f3n a la hora de evangelizar
          [16]<\/a>. En \u00e9l se ven dos modelos. En el primero, Pablo a la entrada de Atenas se encuentra con un letrero y un monumento: en el primero est\u00e1 escrito: \u201cAl Dios desconocido\u201d. Pablo, dirigi\u00e9ndose a los atenienses, les dice que ese Dios al que adoran es el que \u201cos vengo a anunciar\u201d (Hch 17, 23). Se trata de un modelo ascendente de evangelizaci\u00f3n, de ser conscientes que tambi\u00e9n en los otros pueblos y culturas se ha dado una verdadera revelaci\u00f3n sobrenatural y no s\u00f3lo natural[17]<\/a>. El conocimiento de Dios no ha sido revelado s\u00f3lo a algunas religiones, sino que todas han gozado de ese Dios que ha tomado primero la iniciativa de revelarse por amor a todas las naciones y ha hecho alianzas con todos los pueblos (cfr. Gn 9, 12-16). Desde una identidad abierta, en los textos del Antiguo Testamento, podemos ver que el pueblo de Israel tom\u00f3 conciencia de que Dios estaba haciendo alianza con otros pueblos (cfr Is 19, 19-21; Am 9, 7). As\u00ed, en la Biblia se advierte que no basta con sentirse como pueblo elegido por Dios, si despu\u00e9s no se practica la justicia y el derecho (cfr. Dt 24, 14-15; Ex 22, 21-23; Pr 17, 5; Ml 1, 9-11). As\u00ed tambi\u00e9n en el Nuevo Testamento, Jes\u00fas pone como ejemplo de verdadera fe, a personas que no son miembros jud\u00edos. Recordemos a aquel centuri\u00f3n que pidi\u00f3 a Jes\u00fas que curara a su siervo, pero que no hac\u00eda falta que fuera Jes\u00fas a su casa, pues bastaba s\u00f3lo con una palabra para que su siervo quedara curado. Y Jes\u00fas le lleva a exclamar ante los que estaban a su alrededor: \u201cNo he visto en todo Israel un hombre con tanta fe\u201d (Lc 7, 9). Y as\u00ed tambi\u00e9n Pedro en su encuentro en la casa de Cornelio, reconoce que \u201cDios no hace acepci\u00f3n de personas, sino que en cualquier naci\u00f3n el que teme y practica la justicia le es grato\u201d ( Hch 10, 34-35)[18]<\/a>.
          \nEs verdad que Pablo en su encuentro en Atenas termina anunciando a los atenienses al Jes\u00fas resucitado, y les habla de la resurrecci\u00f3n, aunque no con mucho \u00e9xito. Pablo no deja de proclamar aquello que nos identifica como cristianos: el Kerigma, Jes\u00fas muerto y resucitado por la salvaci\u00f3n de toda la humanidad. En Atenas, sabemos que al o\u00edrle hablar de la resurrecci\u00f3n algunos se marcharon. El texto dice tambi\u00e9n que otros creyeron en \u00e9l (cfr Hch17, 32-34). La pluralidad de religiones no nos exime de predicar el evangelio: \u00a1ay de m\u00ed si no predico el evangelio! dijo Pablo. No puede haber di\u00e1logo y encuentro con las otras culturas y religiones si no existe una verdadera identidad. Pero hoy necesitamos de una identidad abierta que nos ayuda a descubrir y reconocer \u201clo bueno y santo que hay en las otras religiones\u201d (Nostra aetate, 2).
          \nPor eso, la Iglesia est\u00e1 llamada a afinar el lenguaje a la hora de juzgar a las otras religiones. Es dudoso que se pueda sostener que las dem\u00e1s religiones son simples creencias,<\/em> y el cristianismo posee una fe teologal<\/em> (cfr.Dominus<\/em> Iesus, <\/em>7). La idea que hemos mantenido hasta ahora, siguiendo la l\u00ednea del te\u00f3logo Hans Urs vonBalthasar, de que el cristianismo es la \u00fanica religi\u00f3n con una revelaci\u00f3n sobrenatural y las dem\u00e1s religiones solamente un conocimiento natural, creo que deber\u00eda ser reconsiderada. Desde los estudios de Fenomenolog\u00eda de la Religi\u00f3n, todas las religiones de alg\u00fan modo se consideran reveladas
          [19]<\/a>. Tal vez Troeltsch pueda tener raz\u00f3n cuando afirmaba que \u201cel hombre religioso necesita la certeza de estar en el recto camino, pero no necesita pensar que s\u00f3lo \u00e9l est\u00e1 en la verdad. Le basta con saber que su religi\u00f3n es la m\u00e1s elevada, pero no necesita pensar que sea absoluta. Necesita del Absoluto de Dios, pero no necesita creer que lo posee de forma absoluta. Pretender tener al Absoluto en la historia de forma absoluta, en un \u00fanico punto de la historia, es una locura\u201d[20]<\/a>.
          \nNo olvidemos que Karl Barth, que sostuvo un exclusivismo cristoc\u00e9ntrico<\/em>, fue muy cuestionado en sus planteamientos y hoy la mayor\u00eda de los te\u00f3logos no los comparten. No es f\u00e1cil de argumentar que s\u00f3lo el cristianismo sea fe y, por tanto, la \u00fanica religi\u00f3n con derecho a evangelizar, y que las dem\u00e1s religiones, por el mero hecho de ser religiones y no fe, son falsas y deben convertirse al cristianismo
          [21]<\/a>.
          \nPor eso, hoy d\u00eda, sin perder el ardor misionero, estamos llamados a evangelizar, pero no s\u00f3lo para ense\u00f1ar, sino tambi\u00e9n para aprender de los otros. Tenemos ejemplos claros en la historia de utilizaci\u00f3n de m\u00e9todos que nada ten\u00edan que ver con el esp\u00edritu de Jes\u00fas precisamente por esa convicci\u00f3n de superioridad. Tampoco podemos olvidar que no habr\u00e1 en el mundo paz sino hay paz entre las religiones.
          \nPablo se mud\u00f3 de un juda\u00edsmo fariseo, fiel y convencido de lo que cre\u00eda, al seguimiento fiel del Se\u00f1or en una concepci\u00f3n abierta, cosmopolita y universalista. El antiguo perseguidor de los cristianos (cfr. Ga 1, 13-14) cuando vivi\u00f3 la experiencia de haber sido alcanzado por Jes\u00fas, afirm\u00f3 que todo lo consideraba una p\u00e9rdida con tal de haber ganado a Cristo. Pero siempre consider\u00f3 la alianza hecha por Dios al pueblo de Israel nunca derogada
          [22]<\/a>. Incluso defender\u00eda a sus hermanos jud\u00edos hasta el punto de hacerse anatema por ellos (cfr. Rm 9, 1-5).
          \nJUAN PABLO GARC\u00cdA MAESTRO
          \n 
          \n
          [1]<\/a> C. Elorriaga, Las grandes cartas de san Pablo: Romanos, 1 y 2 Corintios, G\u00e1latas, Efesios, <\/em>Ediciones Grafite, Bilbao 2003, 73.
          \n
          [2]<\/a> Desde hace un centenar de a\u00f1os, muchos investigadores han opinado que Pablo se deja influir conscientemente por el ideario de las religiones paganas en su concepci\u00f3n del bautismo del mismo modo que utiliza el concepto pagano de \u201cdivinidad que muere y resucita\u201d para interpretar la muerte de Cristo. Pero hay que precisar que Pablo no copia sin m\u00e1s, sino que ofrece lo propio envuelto en un lenguaje ajeno a modo de superaci\u00f3n: lo cristiano supera cualquier expectativa que quisieran ofrecer las religiones paganas. En las religiones mist\u00e9ricas no queda tan claro que el iniciado imite o se sumerja en la muerte de la divinidad salvadora; m\u00e1s bien simpatizaba o se un\u00eda al dolor por la muerte del dios. Pero en la interpretaci\u00f3n paulina del bautismo hay una perspectiva a\u00f1adida: el cristiano imita y se sumerge por el bautismo en la muerte de Cristo. El fiel que recibe el bautismo es \u201csepultado\u201d en el agua y muere al pecado participando de la muerte de Cristo. Pero, como \u00e9l, resucitar\u00e1 tambi\u00e9n. Por eso, los bautizados cristianos recib\u00edan en la ceremonia del bautismo un vestido nuevo. Ello significaba que romp\u00edan absolutamente con la vida anterior a la vez que recib\u00edan una nueva vida.
          \n
          [3]<\/a> K. Barth, Dogmatique, <\/em>Ginebra 1966, 61.
          \n
          [4]<\/a> Si somos fieles a los textos, Pablo nunca llam\u00f3 \u201cconversi\u00f3n\u201d a lo que hab\u00eda ocurrido en el camino de Damasco. Siempre lo denomin\u00f3 \u201cvocaci\u00f3n\u201d o \u201cllamada\u201d (G\u00e1l 1, 15, como la vocaci\u00f3n de un profeta). \u00c9l segu\u00eda siendo jud\u00edo, pero desde su visi\u00f3n o aparici\u00f3n del Jes\u00fas resucitado (1 Cor 15, 8s) su juda\u00edsmo se completaba con la confesi\u00f3n de que ese Jes\u00fas era el Mes\u00edas, y no s\u00f3lo de los jud\u00edos, sino salvador del mundo entero. Pablo cuenta que, despu\u00e9s de esa llamada, se retir\u00f3 a meditar y a reflexionar. La vocaci\u00f3n debi\u00f3 de tener lugar hacia el 33 d.C., si se sit\u00faa la muerte de Jes\u00fas hacia el 30 d.C., unos tres a\u00f1os despu\u00e9s de \u00e9sta: A. Pi\u00f1ero, \u201cPablo de Tarso\u201d, en Gu\u00eda para entender el Nuevo Testamento, <\/em>Ed. Trotta, Madrid 2007\u00b2, 253-302.
          \n
          [5]<\/a> Cf. S. Vidal, Pablo. <\/em>De Tarso a Roma, <\/em>Sal Terrae, Santander 2007, especialmente 53-57.
          \n
          [6]<\/a> Citado por Jos\u00e9 I. Gonz\u00e1lez Faus, Calidad cristiana. <\/em>Identidad y crisis del cristianismo, Sal T\u00e9rrea, Santander 2006, 76.
          \n
          [7]<\/a> Ibidem<\/em>.
          \n
          [8]<\/a> Cf. Juan J. Bartolom\u00e9, Pablo, evangelizador y evangelio. El ap\u00f3stol, modelo de evangelizaci\u00f3n y contenido del evangelio, <\/em>en \u201cMisi\u00f3n Joven\u201d 371 (2007), 5-14, aqu\u00ed 11.
          \n
          [9]<\/a> Ibid<\/em>., <\/em>14.
          \n
          [10]<\/a> A ra\u00edz del conflicto antioqueno, Pablo se deslig\u00f3 de la comunidad de Antioquia y comenz\u00f3 su propia misi\u00f3n aut\u00f3noma. Y esa misi\u00f3n (que abarc\u00f3 dos a\u00f1os y medio: desde la primavera de 49 hasta oto\u00f1o de 51) ser\u00e1 la aut\u00e9ntica heredera del esp\u00edritu de libertad y universalidad del cristianismo helenista de los primeros tiempos. Porque la raz\u00f3n de la actitud de Pablo en el conflicto antioqueno fue precisamente la defensa de la concepci\u00f3n y la praxis universalistas que hab\u00eda tenido hasta entonces la comunidad helenista de Antioquia. Fue esa antigua tradici\u00f3n de la comunidad antioquena, discutida en el conflicto, la que Pablo pondr\u00e1 como base de su misi\u00f3n aut\u00f3noma y de las nuevas comunidades que surjan de ella.
          \nPero eso implic\u00f3 para la nueva misi\u00f3n aut\u00f3noma de Pablo una amplia y dolorosa carga de conflictividad<\/em>. La gran tensi\u00f3n que hab\u00eda surcado el conflicto antioqueno continu\u00f3 invadiendo la misi\u00f3n paulina aut\u00f3noma. Lo muestran abundantemente las cartas de Pablo, todas ellas surgidas en esa \u00e9poca. Con todo, Pablo no dej\u00f3 de insistir en la comuni\u00f3n <\/strong>b\u00e1sica del nuevo pueblo mesi\u00e1nico<\/em>. Un signo muy relevante de esa comuni\u00f3n, fue el gran gesto ecum\u00e9nico de la colecta que las comunidades paulinas realizaron en favor de la comunidad de Jerusal\u00e9n. Ese mismo esp\u00edritu ecum\u00e9nico es el que late en el \u00faltimo y m\u00e1s importante escrito que se nos ha conservado de Pablo, la carta dirigida a la comunidad de Roma, escrita inmediatamente antes de iniciar el viaje para llevar la colecta a Jerusal\u00e9n: Cf. S. Vidal, Pablo. <\/em>De Tarso a Roma,o.c., especialmente 97-109 y 181-187.
          \n
          [11]<\/a> F. Mart\u00ednez D\u00edez, \u00bfSer cristiano hoy?<\/em> Jes\u00fas y el sentido de la vida, Verbo Divino, Estella (Navarra) 2007, 262.
          \n
          [12]<\/a> Cf. J. Lois, \u201c\u00bfC\u00f3mo seguir a Jes\u00fas hoy?\u201d en J. G\u00f3mez Caffarena, T. Le\u00f3n, J. Garc\u00eda Roca y otros, El seguimiento de Jes\u00fas, <\/em>PPC (Fundaci\u00f3n Santa Mar\u00eda) Madrid 2004, 36-80.
          \n
          [13]<\/a> F. Mart\u00ednez D\u00edez, \u00bfSer cristiano hoy?, <\/em>o.c., <\/em>260.
          \n
          [14]<\/a> Env\u00edo a los siguientes estudios: M. Hengel, Nachfolge<\/em> und Charisma, <\/em>Berlin 1968; E. Vilanova, \u201cEsbozos hist\u00f3ricos del seguimiento\u201d en J.Lois, T. Le\u00f3n, J. J. Tamayo y otros, El seguimiento de Jes\u00fas, <\/em>PPC (Fundaci\u00f3n Santa Mar\u00eda), Madrid 2004, 81- 99.
          \n
          [15]<\/a> Conviene matizar que la radicalidad del seguimiento no convierte al cristianismo en un mensaje dirigido a una \u201celite de selectos\u201d.
          \n
          [16]<\/a> Para todo este asunto: G. Barbaglio, Pablo de Tarso y los or\u00edgenes cristianos, <\/em>S\u00edgueme, Salamanca 1989, especialmente 77-98; A. Badiou,San Pablo. La fundaci\u00f3n del universalismo, <\/em>Anthropos, Barcelona 1999.
          \n
          [17]<\/a> San Pablo admite la religi\u00f3n natural, por medio de la cual se pod\u00eda reconocer al verdadero Dios en el orden y en la belleza de la creaci\u00f3n (cfr Rm 1).
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          [18]<\/a> Un an\u00e1lisis m\u00e1s amplio del tema de la Biblia y las otras religiones ha sido objeto de estudio en mi libro El futuro del di\u00e1logo interreligioso.<\/em>Del di\u00e1logo al encuentro entre las religiones, Ed. acci\u00f3n Cultural Cristiana, Salamanca 2005, especialmente 21-24.
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          [19]<\/a> Env\u00edo al excelente an\u00e1lisis de Juan Mart\u00edn Velasco, \u201cAportaciones desde la Fenomenolog\u00eda de la religi\u00f3n a la Teolog\u00eda cristiana de las religiones\u201d, en: Introducci\u00f3n a la fenomenolog\u00eda de la religi\u00f3n, <\/em>Trotta, Madrid 2006, 6ed., 383-401.
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          [20]<\/a> Ibid<\/em>., <\/em>392.
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          [21]<\/a> Cf. K. Barth, La revelaci\u00f3n como abolici\u00f3n de la religi\u00f3n, <\/em>Morava\/Fontanela, Madrid\/Barcelona 1973, 192.
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          [22]<\/a> N. Lohfink, Die niemals gek\u00fcndigte Bund, <\/em>Herder, Freiburg 1989 (trad. Cast: La alianza nunca derogada. Reflexiones exeg\u00e9ticas para el di\u00e1logo entre jud\u00edos y cristianos, <\/em>Herder, Barcelona 1992.<\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":"

          \u00bfUn reto para la pastoral de hoy? Juan Pablo Garc\u00eda Maestro OSST, es profesor en el Instituto Superior de Pastoral (UPSA-Madrid). S\u00cdNTESIS DEL ART\u00cdCULO Desde el mensaje central paulino y teniendo en cuenta el esquema de la iniciaci\u00f3n cristiana que presenta el Ap\u00f3stol de las Gentes, el art\u00edculo llega a proponer un conjunto de retos […]<\/p>\n","protected":false},"author":3,"featured_media":0,"comment_status":"closed","ping_status":"closed","sticky":false,"template":"","format":"standard","meta":{"_et_pb_use_builder":"","_et_pb_old_content":"","_et_gb_content_width":"","footnotes":""},"categories":[1220,1093,94],"tags":[],"class_list":["post-7960","post","type-post","status-publish","format-standard","hentry","category-estudios-375","category-juan-pablo-garcia-maestro","category-mision-joven-2"],"_links":{"self":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/7960"}],"collection":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/posts"}],"about":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/types\/post"}],"author":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/users\/3"}],"replies":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/comments?post=7960"}],"version-history":[{"count":0,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/7960\/revisions"}],"wp:attachment":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/media?parent=7960"}],"wp:term":[{"taxonomy":"category","embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/categories?post=7960"},{"taxonomy":"post_tag","embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/tags?post=7960"}],"curies":[{"name":"wp","href":"https:\/\/api.w.org\/{rel}","templated":true}]}}