{"id":7991,"date":"2008-01-01T00:00:49","date_gmt":"2007-12-31T22:00:49","guid":{"rendered":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/?p=7991"},"modified":"2008-01-01T00:00:49","modified_gmt":"2007-12-31T22:00:49","slug":"jesus-educador-de-los-doce-en-lucas","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/jesus-educador-de-los-doce-en-lucas\/","title":{"rendered":"Jes\u00fas, educador de los doce, en lucas"},"content":{"rendered":"

Jordi Latorre<\/strong> es profesor de Sagrada Escritura en el Centro Teol\u00f3gico Salesiano Mart\u00ed Codolar (Barcelona)
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\nS\u00cdNTESIS DEL ART\u00cdCULO
\nEl art\u00edculo reflexiona sobre la actividad educativa de Jes\u00fas, tal como aparece en el evangelio de Lucas. Desde sus comienzos est\u00e1 dinamizada por la presencia del Esp\u00edritu, que lo pone a la escucha de la Escritura. La Escritura obrar\u00e1 una acci\u00f3n educativa en Jes\u00fas y \u00e9l la propondr\u00e1 a sus disc\u00edpulos. Ungido por el Esp\u00edritu anuncia el Reino, poni\u00e9ndose totalmente al servicio de este anuncio. Y esta tarea evangelizadora revela al mismo tiempo el pecado de las personas y la misericordia de Dios. Desde aqu\u00ed, Jes\u00fas educa a toda la personas cristiana, sus actitudes b\u00e1sicas, la oraci\u00f3n, la fortaleza, la fidelidad, el compromiso, haciendo de los disc\u00edpulos, evangelizadores.
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\nEl evangelio de Lucas muestra una especial sensibilidad por presentarnos la tarea educativa de Jes\u00fas hacia sus disc\u00edpulos. No lo hace de forma sistem\u00e1tica, a modo de tratado de educaci\u00f3n, sino de forma narrativa, a modo de evangelio. Jes\u00fas mismo se pone a la escucha de Dios y de su palabra como profeta del Reino de Dios que irrumpe en este mundo a trav\u00e9s de su persona, de sus palabras y de sus gestos. Es \u00e9l quien se escoge un grupo de disc\u00edpulos, los Doce, con los que comparte vida y misi\u00f3n. En el desarrollo de su tarea Jes\u00fas va educando el coraz\u00f3n del cristiano y el coraz\u00f3n del disc\u00edpulo, conform\u00e1ndolo poco a poco con su persona y su destino. Jes\u00fas conocer\u00e1 el des\u00e1nimo, e incluso el fracaso en su tarea educativa, pero ser\u00e1 el esp\u00edritu del Resucitado quien llevar\u00e1 a cumplimiento dicha tarea; hasta el punto que los disc\u00edpulos se convertir\u00e1n en evangelizadores y educadores de la fe de otros disc\u00edpulos.
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\n1. La presencia educativa del Esp\u00edritu en Jes\u00fas<\/strong>
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\nDesde sus primeras p\u00e1ginas, el evangelio de Lucas nos presenta la actuaci\u00f3n del Esp\u00edritu como el agente dinamizador de la historia de salvaci\u00f3n. No en vano, el tercer evangelio ha sido calificado como el evangelio del Esp\u00edritu Santo. Es \u00e9l quien act\u00faa en Mar\u00eda, en Isabel y en Jes\u00fas, y en los disc\u00edpulos a partir de Pentecost\u00e9s.
\nLa tarea educativa que Jes\u00fas desarrolla a lo largo de toda su vida p\u00fablica, tal como aparece reflejada en el evangelio de Lucas, est\u00e1 \u00edntimamente dinamizada por el Esp\u00edritu de Dios. As\u00ed, ya en el comienzo de su actividad p\u00fablica, Jes\u00fas, cuya concepci\u00f3n en el seno de Mar\u00eda fue ya obra del Esp\u00edritu, recibe el testimonio p\u00fablico de ese mismo Esp\u00edritu, en forma visible como una paloma (cf. 3,22a). La presencia del Esp\u00edritu es acompa\u00f1ada por la voz del Padre: \u201cT\u00fa eres mi Hijo amado, en ti me complazco\u201d (cf. 3,22b). La voz del cielo es un recurso frecuente en la literatura rab\u00ednica de la \u00e9poca y quiere mostrar c\u00f3mo aquello que proclama se integra en el plan salvador de Dios: Jes\u00fas es Hijo.
\nEn la literatura b\u00edblica, principalmente en la literatura sapiencial, el hijo es el objeto de la atenci\u00f3n educativa del padre. Misi\u00f3n preferencial de todo buen jud\u00edo es educar a sus hijos en la tradici\u00f3n religiosa y en el temor de Dios. No se ahorra la correcci\u00f3n, e incluso el castigo, en esta tarea formativa. El autor de la carta a los Hebreos nos lo hace notar de forma clara: \u201cDios os trata como a hijos y os hace soportar todo esto para que aprend\u00e1is\u2026 Si a nuestros padres de la tierra los respet\u00e1bamos cuando nos correg\u00edan, \u00a1cu\u00e1nto m\u00e1s hemos de someternos al Padre del cielo para tener vida!\u201d (Heb 12,7.9; cf. 12,4-13). La muestra que somos hijos es que el Padre, que nos ama, nos educa para tener vida.
\nLa voz del cielo, al presentarnos a Jes\u00fas como a Hijo amado, nos lo presenta como aquel a qui\u00e9n \u00e9l educar\u00e1, desde ahora, por el camino de la cruz, a fin de que llegue a poseer el don de la vida eterna.
\nY la tarea educadora del Padre en Jes\u00fas comienza a continuaci\u00f3n en el relato de las tentaciones. \u201cEl Esp\u00edritu lo condujo al desierto\u201d afirma el relato lucano (cf. 4,1). Es el Esp\u00edritu quien dirige la acci\u00f3n. El diablo es el instrumento de la prueba. En la tradici\u00f3n b\u00edblica, la prueba<\/em> no es un simple control de calidad. La prueba es lugar de verificaci\u00f3n, pero tambi\u00e9n de transformaci\u00f3n y de crecimiento: la prueba es educativa. En el relato de las tentaciones, Jes\u00fas, movido por el Esp\u00edritu, y en confrontaci\u00f3n con la palabra de la Escritura, es educado en la fidelidad a la misi\u00f3n, venciendo el impulso de la riqueza, del honor y del dominio. Jes\u00fas sale de la prueba, fortalecido en s\u00ed mismo, y preparado para la misi\u00f3n del Reino.
\nEn un tercer momento,\u00a0 Lucas nos presenta la acci\u00f3n del Esp\u00edritu en Jes\u00fas. Al regresar los setenta y dos disc\u00edpulos de su praxis pastoral de haber anunciado el Reino por las aldeas de alrededor, esto, llenos de alegr\u00eda, exclaman: \u201cSe\u00f1or, hasta los demonios se nos someten en tu nombre\u201d (10,17). El anuncio ha sido efectivo: han logrado reducir la acci\u00f3n demon\u00edaca en las personas: Jes\u00fas ve caer a Satan\u00e1s del cielo como un rayo (cf. 11,18).
\nEn aquel momento, \u201cel Esp\u00edritu Santo llen\u00f3 de alegr\u00eda a Jes\u00fas\u201d (10,21a). El gozo del Esp\u00edritu invade a Jes\u00fas, y exclama: \u201cYo te alabo, Padre, Se\u00f1or del cielo y de la tierra, porque has ocultado estas cosas a los sabios y a los prudentes y se la has revelado a los sencillos\u201d (10,21b). El gozo es uno de los frutos del Esp\u00edritu en la vida del creyente, junto con el amor y la fe, ense\u00f1a Pablo a los G\u00e1latas (cf. Gal 5,22). El Esp\u00edritu hace fructificar en Jes\u00fas ese gozo, que no es un simple sentimiento de euforia, sino aquel hondo optimismo que, m\u00e1s all\u00e1 de la dureza de la realidad, posibilita el percibir un marco de futuro m\u00e1s amplio. En este caso, el gozo del Esp\u00edritu ense\u00f1a a Jes\u00fas a percibir la hondura de la acci\u00f3n de Dios, que se esconde a los sabios y prudentes y se revela a los sencillos.
\nAqu\u00ed los sabios y prudentes no son expresi\u00f3n de aquel sabio<\/em> que en la literatura sapiencial del Antiguo Testamento es modelo de creyente, sino que son expresi\u00f3n de aquellos seguros de s\u00ed mismos y de sus tradiciones que, en su ceguera, no saben descubrir la acci\u00f3n de Dios a su alrededor. El sencillo es el capaz de maravillarse por lo peque\u00f1o y humilde que es signo y expresi\u00f3n de la mano bondadosa de Dios. El gozo del Esp\u00edritu educa a la contemplaci\u00f3n de la humilde obra de Dios en las personas. Y el Esp\u00edritu hizo de Jes\u00fas un contemplativo.
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\n2. Jes\u00fas a la escucha de la Escritura<\/strong>
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\nLa Escritura es la expresi\u00f3n humana y can\u00f3nica de la Palabra inefable de Dios. De ah\u00ed la veneraci\u00f3n por la Escritura en el pueblo jud\u00edo, como fuente de conocimiento de Dios y medio de di\u00e1logo con \u00e9l. El lugar privilegiado de la escucha de la Escritura es la celebraci\u00f3n sinagogal de los s\u00e1bados, donde, en clima de oraci\u00f3n, el pueblo escucha las maravillas de Dios en la historia y le da gracias. As\u00ed la Escritura obrar\u00e1 una acci\u00f3n educativa en Jes\u00fas, y \u00e9sta la propondr\u00e1 a sus disc\u00edpulos.
\nYa hemos se\u00f1alado c\u00f3mo, en la prueba en el desierto, Jes\u00fas sale fortalecido en su fidelidad a la misi\u00f3n. En el desierto el Esp\u00edritu lo ha puesto a la escucha de la Escritura, y en su escuela Jes\u00fas ha aprendido a rechazar la triple oferta del diablo. Frente a la posibilidad de convertir en pan todo lo que toque, la opci\u00f3n de hacer de la palabra de Dios el propio alimento; frente a la posibilidad de obtener gloria y prestigio social indefinidos, la opci\u00f3n de referir la propia vida s\u00f3lo a Dios por encima de todo; frente al dominio universal y absoluto, la opci\u00f3n de saberse en manos de Dios y de confiarse s\u00f3lo a \u00e9l. La Escritura ha hecho fructificar en Jes\u00fas un coraz\u00f3n creyente.
\nEn la per\u00edcopa siguiente, encontramos a Jes\u00fas en la sinagoga de Nazaret, entre los suyos. Y un s\u00e1bado, en la sinagoga, recibe el honor de hacer la lectura prof\u00e9tica y pronunciar la homil\u00eda. Lee el texto de Isa\u00edas: \u201cEl Esp\u00edritu del Se\u00f1or est\u00e1 sobre m\u00ed porque me ha ungido para anunciar la buena noticia a los pobres\u2026\u201d (Lc 4,16-19; cf. Is 61,1-2). De nuevo el Esp\u00edritu lo impulsa a Galilea (cf. 4,1) y lo mueve a leer en la Escritura la revelaci\u00f3n de su presencia; una presencia misionera para anunciar la buena noticia a los pobres. El pobre, en la literatura prof\u00e9tica, es prototipo del creyente, porque as\u00ed como el pobre depende en todo de los dem\u00e1s para subsistir, as\u00ed tambi\u00e9n el aut\u00e9ntico creyente se sabe s\u00f3lo en manos de dios para poder subsistir. Y al comenzar su homil\u00eda, Jes\u00fas expone dos ejemplos de pobre: la viuda hambrienta de Sarepta, a las puertas de la muerte por falta de alimento, y el general sirio Naam\u00e1n, a las puertas de la muerte por la lepra que lo corroe. Independientemente de su posici\u00f3n social, o de sus bienes personales, o de su procedencia, ambos son pobres porque ponen su confianza s\u00f3lo en Dios y en sus enviados: El\u00edas y Eliseo, dos profetas movidos por el Esp\u00edritu.
\nEl mismo Jes\u00fas que, por el Esp\u00edritu, ha aprendido en la Escritura la fidelidad a Dios y la misi\u00f3n del anuncio a los pobres, propondr\u00e1 la Escritura como el lugar donde los disc\u00edpulos pueden aprender a comprender el misterio del Mes\u00edas y a sacar fuerzas en su camino y en su misi\u00f3n.
\nCamino de Ema\u00fas encontramos a dos disc\u00edpulos cariacontecidos por el fracaso y la muerte. No han sabido comprender el signo de la tumba vac\u00eda, ni han cre\u00eddo el anuncio de las mujeres. Y a ellos Jes\u00fas se dirige: \u201c\u00a1Qu\u00e9 torpes y sois para comprender, y qu\u00e9 cerrados est\u00e1is para creer lo que dijeron los profetas!\u201d (24,25). Y recorriendo desde la Torah de Mois\u00e9s y siguiendo por los libros prof\u00e9ticos, les explic\u00f3 \u201clo que dec\u00edan de \u00e9l las Escrituras\u201d (24,27).
\nDe nuevo, frente a los Once, Jes\u00fas les recuerda las Escrituras que \u00e9l les hab\u00eda explicado y ellos no hab\u00edan comprendido: \u201cCuando a\u00fan estaba con vosotros ya os dije que era necesario que se cumpliera todo lo que est\u00e1 escrito sobre m\u00ed en la ley de Mois\u00e9s, en los profetas y en los salmos\u201d (24,44). Pero ahora el resucitado, lleno del Esp\u00edritu les abre la inteligencia para que comprendan las Escrituras (cf. 24,45) y les garantiza el mismo Esp\u00edritu que lo ha educado a \u00e9l en la fidelidad a Dios, y lo ha fortalecido en su misi\u00f3n: \u201cPor mi parte, os voy a enviar el don prometido por mi Padre. Vosotros quedaos en la ciudad hasta que se\u00e1is revestidos de la fuerza que viene de lo alto\u201d (24,48-49).
\nLa Escritura ha jugado un papel capital en la preparaci\u00f3n de Jes\u00fas y ahora \u00e9l quiere que juegue el mismo papel en la vida de los disc\u00edpulos. No es ajena a todo ello la asistencia y la acci\u00f3n del Esp\u00edritu Santo.
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\n3. Jes\u00fas al servicio del anuncio del Reino<\/strong>
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\nYa hemos visto a Jes\u00fas que se proclama ungido por el Esp\u00edritu para lleva la buena noticia del Reino; de hecho Jes\u00fas se colocar\u00e1 enteramente al servicio de ese anuncio, hasta el punto de convertirlo en el sentido de su vida, y su actividad exclusiva.
\nDe Nazaret, en las colinas, se traslada a Cafarna\u00fan, junto al lago de Galilea, \u201cy los s\u00e1bados ense\u00f1aba a la gente, que estaba admirada de su ense\u00f1anza\u201d (4,31b-32a). Jes\u00fas, el educado por el Esp\u00edritu y la Escritura, se convierte en el educador de la gente. La gente lo admira y busca retenerlo, pero \u00e9l no se ata a un lugar ni a unas personas, sino que se dispone para una misi\u00f3n universal: \u201cTambi\u00e9n en las dem\u00e1s ciudades debo anunciar la buena noticia de Dios, porque para eso he sido enviado\u201d (4,43).
\nEn su anuncio Jes\u00fas ense\u00f1a y ejerce de maestro, pero tambi\u00e9n act\u00faa y realiza gestos prof\u00e9ticos que autentifican la misi\u00f3n y anticipan la futura salvaci\u00f3n universal. As\u00ed, en la sinagoga de Cafarna\u00fan, donde ense\u00f1a, cura a un endemoniado que, gritando, se revuelve contra \u00e9l y lo se\u00f1ala como el Santo de Dios (cf. 4,34). Jes\u00fas, manda salir al demonio que lo atenaza, devolviendo la serenidad y el equilibrio al desdichado. El asombro y el reconocimiento llena la boca de los presentes: \u201c\u00a1Qu\u00e9 palabra la de este hombre! Manda con autoridad y poder a los esp\u00edritus inmundos y \u00e9stos salen\u201d (4,36).
\nJes\u00fas ense\u00f1a con autoridad<\/em> se\u00f1alan los evangelios. Esa autoridad proviene de la eficacia de su palabra y del ejemplo y coherencia de su vida. Aquello que \u00e9l vive es lo que ense\u00f1a y espera de los dem\u00e1s.
\nLa autoridad de Jes\u00fas resulta ambigua a sus contempor\u00e1neos. De hecho hab\u00eda otros predicadores y otros curanderos que se ganaban la vida de pueblo en pueblo. Jes\u00fas pod\u00eda ser observado como uno de tantos por ojos malintencionados u ojos torpes para distinguir la acci\u00f3n de Dios. Y as\u00ed es acusado de ser esbirro de Satan\u00e1s: \u201cexpulsa los demonios con el poder de Belceb\u00fa, pr\u00edncipe de los demonios\u201d (11,15). Otros le ped\u00edan una se\u00f1alar espectacular del cielo, que mostrara su aut\u00e9ntica autoridad, sin ambig\u00fcedades.
\nJes\u00fas reconoce que no es el \u00fanico en expulsar demonios<\/em>, de hecho, tambi\u00e9n otros lo hacen, y con \u00e9xito. Pero Jes\u00fas lo realiza con una intencionalidad particular: sus gestos curativos son signo<\/em> que el Reino de Dios, con su acci\u00f3n sanadora en las dolencias humanas, \u201cha llegado a vosotros\u201d (11,30). Y signo es todo aquello que se\u00f1ala y muestra, que hace presente anticipando. De hecho, la entera vida de Jes\u00fas llegar\u00e1 a ser signo de la presencia eficaz del Reino entre nosotros.
\nJes\u00fas no es un francotirador, ni act\u00faa como tal. Desde el comienzo se ha preocupado por formar grupo, por formar equipo, por formar comunidad. De entre sus seguidores crear\u00e1 un grupo estable para que comparta su vida y su misi\u00f3n: a ellos da el nombre de ap\u00f3stoles<\/em> (cf. 6,12-16), es decir, de enviados<\/em>, en griego. Y a ellos env\u00eda a aprender a realizar su misi\u00f3n al servicio del Reino.
\nJes\u00fas convoc\u00f3 a los Doce y les dio poder para expulsar toda clase de demonios y para curar las enfermedades. Luego los envi\u00f3 a predicar el Reino de Dios y a curar a los enfermos\u2026 Ellos se marcharon y fueron recorriendo las aldeas, anunciando el evangelio y curando por todas partes<\/em> (9,1-2.6).
\nSon diversos los grupos enviados por Jes\u00fas a compartir su misi\u00f3n: los Doce (cf. 9,1-6), y los setenta y dos (cf. 10,1-16). A partir de su propia experiencia, Jes\u00fas instruye y ense\u00f1a a misionar. La mies es de Dios, ellos s\u00f3lo son obreros del Se\u00f1or, aut\u00e9ntico amo de la mies. No deben pecar de ingenuos, pues su misi\u00f3n se realiza entre lobos depredadores. El \u00e9xito no depende de los recursos, de hecho deben realizar el anuncio sin bolsa ni alforja, confiando en la providencia divina. La urgencia de la llegada del Reino provoca que el mensajero no se entretenga en saludos in\u00fatiles. El anuncio se realiza no en la publicidad de la calle sino en la intimidad de la casa familiar: all\u00ed el deseo de paz de parte de Dios resulta capital. La misi\u00f3n por las casas posibilita el compartir alimento, techo y anuncio.
\nJes\u00fas no es ingenuo. \u00c9l mismo ha experimentado le rechazo y la indiferencia. El enviado no ser\u00e1 ajeno a ello, pero no debe inquietarse: es responsabilidad del destinatario no aceptar el anuncio de la salvaci\u00f3n. El mensajero sabe irse, contento porque hay otros lugares y otras personas que esperan su anuncio.
\nEl evangelizador se ha convertido en maestro de evangelizadores; el servidor del Reino, en educador de otros servidores. Jes\u00fas ha sabido implicar otras personas y las ha identificado con su vida y su misi\u00f3n. La tarea no ha resultado f\u00e1cil, pero han tenido un buen maestro.<\/p>\n

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4. Jes\u00fas revela el pecado en la persona<\/strong>
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\nLa tarea evangelizadora de Jes\u00fas comienza por revelar el pecado de la persona, a fin de que esta sienta la necesidad de la misericordia de Dios. El pecado es el punto de partida, la situaci\u00f3n inicial. Desde el momento en que esta se conciencia y se muestra evidente, la persona puede ponerse en camino de crecimiento personal.
\nEl encuentro con Padre, tal como nos lo presenta Lucas resulta significativo. Jes\u00fas ha estado predicando la palabra de Dios (cf. 5,1), la gente se ha agolpado a su alrededor y toma prestada una barca como tribuna desde la que hablar con mayor facilidad a la muchedumbre. Al acabar, ordena a Pedro echarse mar a dentro y pescar. Su palabra busca un signo que exprese su eficacia. Pedro expresa su objeci\u00f3n: \u201chemos estado toda la noche\u00a0 faenando sin pescar nada\u201d (5,5a), pero, al mismo tiempo, su confianza en la palabra del maestro: \u201cpero por tu palabra, echar\u00e9 las redes\u201d (5,5b). La fuerza de la palabra de Jes\u00fas, junto con la confianza del disc\u00edpulo, resulta eficaz ya que capturaron una gran cantidad de peces.
\nAnte este efecto de la palabra de Jes\u00fas, Pedro exclama: \u201cAp\u00e1rtate de m\u00ed, Se\u00f1or, que soy un pecador\u201d (5,8). Pedro descubre su pecado, revelado por la palabra y la acci\u00f3n del maestro. El pecado de la propia indignidad. Pero, as\u00ed como el haber faenado in\u00fatilmente toda la noche no resulta obst\u00e1culo insalvable para una buena pesca, tampoco la indignidad del disc\u00edpulo resulta obst\u00e1culo para la llamada y la transformaci\u00f3n personal: \u201cdesde ahora ser\u00e1s pescador de hombres\u201d (5,10). Y dej\u00e1ndolo todo, lo sigui\u00f3\u2026
\nEl pecado atenaza a las personas y las deshumaniza. Es lo que experimentaba el paral\u00edtico descolgado del techo por sus amigos (cf. 5,17-26). El hombre yac\u00eda postrado en una camilla, sin autonom\u00eda personal; depende de otros para presentarse ante Jes\u00fas. Sin duda \u00e9l s\u00f3lo buscaba su curaci\u00f3n, pero Jes\u00fas va m\u00e1s all\u00e1 y descubre el pecado en el trasfondo de su situaci\u00f3n. Jes\u00fas dijo: \u201cHombre, tus pecados quedan perdonados\u201d (5,20). Sigue el consiguiente estupor de los presentes, y las dudas de los maestros de la Ley: \u00bfqui\u00e9n puede perdonar los pecados sino s\u00f3lo Dios?
\nLa palabra de Jes\u00fas es eficaz en cuanto que es transformadora de las situaciones y de las personas. Pedro ya lo ha experimentado. Ahora lo experimentar\u00e1 el paral\u00edtico. Por ello Jes\u00fas a\u00f1ade: \u201cLev\u00e1ntate, toma tu camilla y vete a tu casa\u201d (5,24). El pecado ha sido perdonado, y la par\u00e1lisis ha sido sanada. Ha surgido una nueva persona: la que toma su propia camilla y camina, sin depender ya de nadie. Y el estupor de los presentes se transforma en alabanza a Dios.
\nUn nuevo ejemplo nos lo ofrece la mujer pecadora en casa del fariseo que hab\u00eda invitado a Jes\u00fas a comer (cf. 7,36-50). La presencia de la prostituta escandaliza al anfitri\u00f3n y a sus invitados. La mujer ha debido vencer una gran verg\u00fcenza y resistencia interior para presentarse ante Jes\u00fas, con esa importunidad y frente a tales espectadores. Pero su pecado en grande y su arrepentimiento mayor; las l\u00e1grimas le brotan de los ojos. El coraje mostrado por la mujer y sus muestras de cari\u00f1o en los pies de Jes\u00fas son expresi\u00f3n de su mucho amor, por ello le dice al anfitri\u00f3n: \u201cTe aseguro que si da tales muestras de amor es porque se le han perdonado sus muchos pecados\u201d (7,47). Y Jes\u00fas le dice a la mujer: \u201cTus pecados quedan perdonados\u201d (7,48). La presencia de Jes\u00fas le ha revelado a la mujer su pecado, y su perd\u00f3n la ha transformado.
\nLa palabra o la presencia de Jes\u00fas han revelado el pecado en Pedro, en el paral\u00edtico y en la mujer. La indignidad, la dependencia de la inmovilidad, el sexo sin amor aparecen a plena luz frente a Jes\u00fas. El reconocimiento del ser pecador es la condici\u00f3n previa a la sanaci\u00f3n que obra el perd\u00f3n de Jes\u00fas. Esa transformaci\u00f3n se expresa en la llamada vocacional, en la alabanza y en la autonom\u00eda, y, finalmente, en el mucho amor de quien se sabe reconciliado.<\/p>\n

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5. Jes\u00fas revela la misericordia de Dios<\/strong>
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\nUna vez revelado el pecado, Jes\u00fas nos revela la misericordia de Dios. Ya lo hemos visto ofreciendo su perd\u00f3n transformador. Adem\u00e1s, \u00e9l nos revela al Dios misericordioso, a trav\u00e9s de sus par\u00e1bolas. B\u00e1stenos alg\u00fan ejemplo.
\nEl cap\u00edtulo 15 del tercer evangelio, est\u00e1 todo \u00e9l centrado el revelarnos el car\u00e1cter misericordioso de Dios. Nos presenta, en primer lugar, dos par\u00e1bolas similares. La de la oveja perdida (15,4-7) y la de la moneda perdida (15,8-10). En ambas par\u00e1bolas se nos presenta una conducta desconcertante del personaje principal: el pastor que deja sus noventa y nueve ovejas para salir a buscar a una sola oveja perdida, y la mujer que pone de patas arriba toda su casa para barrer y buscar una sola moneda. Ambos personajes dedican un esfuerzo considerable a buscar lo que est\u00e1 perdido y, habi\u00e9ndolo encontrado, experimentan una alegr\u00eda contagiosa que se expande a sus amigos y vecinos.
\nEn el mismo cap\u00edtulo, a continuaci\u00f3n, nos presenta la par\u00e1bola del hijo pr\u00f3digo o, mejor, la del padre misericordioso (15,11-32). Igualmente resulta desconcertante la actitud del padre hacia sus dos hijos. Hacia el menor que ha dilapidado pr\u00f3digamente su parte de la herencia y que, al final, regresa a casa mendigando un pan que no encuentra en ning\u00fan otro sitio. Pero tambi\u00e9n hacia el hijo mayor que, indignado por la desfachatez del hermano, se niega a entrar en casa. El padre, rompiendo los esquemas de conducta l\u00f3gica, sale de la casa al encuentro de los dos hijos, invit\u00e1ndoles a entrar en casa, como si nada hubiera pasado, y a participar de la fiesta de bienvenida que ha organizado.
\nEn las tres par\u00e1bolas, el personaje principal \u2013el pastor, la mujer, el padre\u2013 representa a Dios. \u00c9l es el que busca lo que se encuentra perdido: la oveja, la moneda, los dos hijos. Y \u00e9l es el que, lleno de alegr\u00eda, organiza una fiesta para celebrar lo que \u201cestaba perdido, pero, por fin, se ha encontrado\u201d.
\nLa iniciativa de la b\u00fasqueda nace de Dios, quien muestra una actitud magn\u00e1nima al no echar en cara del extrav\u00edo, sino en devolver a casa al perdido, como si nada hubiera pasado. Es m\u00e1s, todo concluye en una alegr\u00eda desbordante. La alegr\u00eda del perd\u00f3n que s\u00f3lo un coraz\u00f3n misericordioso puede aportar. As\u00ed es el Dios que nos revela Jes\u00fas en su actuar y en sus par\u00e1bolas.<\/p>\n

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6. Jes\u00fas educa a la oraci\u00f3n<\/strong>
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\nJes\u00fas, movido por el Esp\u00edritu Santo, evangelizando se convierte en educador de sus disc\u00edpulos. El n\u00facleo del misterio de la persona de Jesucristo lo constituye su \u00edntima relaci\u00f3n filial con Dios, el Padre. De su misterio brota su misi\u00f3n, y en su misi\u00f3n descubre su misterio. El lugar en el que se palpa con mayor profundidad el misterio de Jes\u00fas es la oraci\u00f3n. En ella se explicita con mayor facilidad su ser Hijo del Padre.
\nYa hemos visto a Jes\u00fas, lleno de gozo por el Esp\u00edritu, dando gracias a Dios por haber revelado a los sencillos el triunfo sobre Satan\u00e1s. En su oraci\u00f3n, Jes\u00fas a\u00f1ade: \u201cS\u00ed, Padre, as\u00ed te ha parecido bien. Todo me lo ha entregado mi Padre y nadie conoce qui\u00e9n es el Hijo sino el Padre; y qui\u00e9n es el Padre sino el Hijo y aquel a quien el Hijo se lo quiere revelar\u201d (11,21b-22). Con una fraseolog\u00eda de corte jo\u00e1nico, el tercer evangelio une la oraci\u00f3n gozosa de Jes\u00fas, fruto del Esp\u00edritu, con el misterio de la \u00edntima relaci\u00f3n del Padre con el Hijo, y viceversa. En la oraci\u00f3n de Jes\u00fas se revela el misterio de la filiaci\u00f3n en el seno de la trinidad. Y esa oraci\u00f3n gozosa \u00a1ha estallado a partir del anuncio del \u00e9xito en la misi\u00f3n de los disc\u00edpulos! La misi\u00f3n ha desembocado en la oraci\u00f3n, y \u00e9sta en la revelaci\u00f3n.
\nLa oraci\u00f3n de Jes\u00fas juega un papel destacado en el marco de su pasi\u00f3n y de su muerte. En Getseman\u00ed, Jes\u00fas invita a los suyos a orar para poder hacer frente a la prueba (cf. 22,40); y \u00e9l mismo se arrodilla y ora intensamente: \u201cPadre, si quieres aleja de m\u00ed esta copa de amargura; pero no se haga mi voluntad, sino la tuya\u201d (22,42). Contrasta la actitud de los disc\u00edpulos con la de Jes\u00fas. \u00c9stos no captan la urgencia de la oraci\u00f3n, caen dormidos, y no llegar\u00e1n a superar la prueba, huyendo y dejando solo al Maestro. Jes\u00fas, en cambio, en la oraci\u00f3n renuncia de forma definitiva a su propia voluntad y se coloca en manos de Dios; por eso ser\u00e1 capaz de superar la prueba, haciendo frente con valor a la pasi\u00f3n, y permaneciendo fiel hasta la muerte. Su muerte ser\u00e1 redentora.
\nEn la cruz, Jes\u00fas sigue orando: \u201cPadre, perd\u00f3nalos porque no saben lo que hacen\u201d y \u201cPadre, a tus manos encomiendo mi esp\u00edritu\u201d (23,34.46). En estos momentos su oraci\u00f3n es continuidad de su vida. La salvaci\u00f3n de Dios, de la que \u00e9l ha sido profeta con gestos y palabras, abraza incluso a sus propios verdugos en forma de perd\u00f3n. Y sus \u00faltimas palabras son continuaci\u00f3n de su oraci\u00f3n en Getseman\u00ed.
\nLa oraci\u00f3n ha acompa\u00f1ado a Jes\u00fas a lo largo de su vida: en el bautismo (cf. 3,21), en la elecci\u00f3n de los Doce (cf. 6,12), en la transfiguraci\u00f3n (cf. 9,29), en la pasi\u00f3n. En la oraci\u00f3n, Jes\u00fas ha expresado lo m\u00e1s \u00edntimo de su persona y de su misi\u00f3n. Su oraci\u00f3n ha sido transformadora: lo ha sostenido en la prueba y lo ha colocado en manos del Padre.
\nPero Jes\u00fas ha sido tambi\u00e9n maestro de oraci\u00f3n para los suyos. Y as\u00ed, atiende el ruego del disc\u00edpulo an\u00f3nimo: \u201cSe\u00f1or, ens\u00e9\u00f1anos a rezar, como Juan ense\u00f1\u00f3 a sus disc\u00edpulos\u201d (11,1). El disc\u00edpulo, como bueno jud\u00edo ya sab\u00eda rezar. No pide al maestro que le ense\u00f1e una oraci\u00f3n<\/em>, sino que le ense\u00f1e a rezar<\/em>. La oraci\u00f3n de Jes\u00fas revela una relaci\u00f3n especial con Dios, y de ah\u00ed la s\u00faplica del disc\u00edpulo. Y Jes\u00fas no defrauda, responde: \u201cCuando rec\u00e9is, decid: Padre\u2026\u201d (11,2). Aqu\u00ed se halla toda la especificidad de la oraci\u00f3n cristiana, en la palabra Padre<\/em>. Ella expresa el misterio de la filiaci\u00f3n de Jes\u00fas, y en ese misterio nos introduce cada vez que nos identificamos con Jes\u00fas y la hacemos nuestra de todo coraz\u00f3n.<\/p>\n

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7. Jes\u00fas educa a la persona cristiana<\/strong>
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\nUna vez nos ha educado a rezar con la misma filial confianza que \u00e9l experimenta, Jes\u00fas educa las actitudes b\u00e1sicas de la vida cristiana. En el llamado serm\u00f3n del llano<\/em> (cf. 6,17-49), que corresponde al serm\u00f3n de la monta\u00f1a<\/em> de Mateo (cf. Mt 5\u20137), Jes\u00fas va desgranando una serie de consecuencias pr\u00e1cticas que se desprenden del anuncio evang\u00e9lico de la llegada del Reino.
\nEn primer lugar las bienaventuranzas<\/em> del Reino (cf. Lc 6,20-26). En ellas Jes\u00fas, mezclando el lenguaje sapiencial con la tonalidad prof\u00e9tica, hace propiamente una confesi\u00f3n de fe. M\u00e1s all\u00e1 de las apariencias sociales, aquellos que padecen la pobreza, el hambre, el dolor, la persecuci\u00f3n\u2026 participar\u00e1n plenamente de la acci\u00f3n salv\u00edfica de Dios: ellos poseer\u00e1n el Reino, ellos ser\u00e1n saciados, ellos reir\u00e1n, ellos recibir\u00e1n la recompensa del cielo. Constituye una aut\u00e9ntica confesi\u00f3n de fe, basada en la experiencia de Dios como padre misericordioso, que sale al encuentro del necesitado. Por eso ellos, en su desgracia, se saben en manos del Dios que siempre retribuye en la plenitud del Reino.
\nJes\u00fas a\u00f1ade el contraste de las malaventuranzas<\/em>. No como amenaza a los que disfrutan de una situaci\u00f3n holgada y feliz. Sino como motivo de recapacitaci\u00f3n para aquellos que han puesto su ilusi\u00f3n en el propio bienestar presente. Ello contradice la esperanza del Reino que llega.
\nAs\u00ed, Jes\u00fas nos educa a saber descubrir los planes parad\u00f3jicos de Dios m\u00e1s all\u00e1 de la situaci\u00f3n humana presente, por desconcertante que parezca.
\nEn segundo lugar, Jes\u00fas nos educa a amar a los enemigos<\/em> (cf. 6,27-36). El Antiguo Testamento ense\u00f1a el amor al pr\u00f3jimo, entendido como el miembro del propio clan (cf. Lev 19,18). En tiempos de Jes\u00fas, el juda\u00edsmo de la \u00e9poca entend\u00eda por pr\u00f3jimo<\/em> a los miembros del pueblo jud\u00edo; los dem\u00e1s eran los extranjeros<\/em>, o bien, los enemigos<\/em>. Entre jud\u00edos deb\u00edan considerarse pr\u00f3jimos y ayudarse all\u00ed donde se encontrasen. Jes\u00fas rompe las barreras de raza, religi\u00f3n, naci\u00f3n, e incluso de familia: todos somos pr\u00f3jimos unos de otros, por ello el amor abarca tambi\u00e9n a los enemigos. Este \u00faltimo t\u00e9rmino, ya en la \u00e9poca apost\u00f3lica, cuando la persecuci\u00f3n se hace habitual en las comunidades cristianas del Mediterr\u00e1neo, el t\u00e9rmino enemigo<\/em> abraza \u201c\u2026a los que os odian\u2026 os maldicen\u2026 os calumnian\u201d (6,27-28). Debo considerar hermano incluso al que atenta contra mi vida.
\nLa regla negativa \u201cno quieras para los dem\u00e1s lo que no quieres para ti\u201d, Jes\u00fas la transforma en su versi\u00f3n positiva que resulta m\u00e1s comprometida: \u201cTratad a los dem\u00e1s como quer\u00e9is que ellos os traten a vosotros\u201d (6,31). De esta manera la iniciativa parte del disc\u00edpulo. No espera que le hagan el bien para devolverlo, sino que se anticipa gratuitamente a hacer el bien, aunque no puedan o no quieran devolv\u00e9rselo: \u201csin esperar nada a cambio\u201d (6,35a).
\nLa norma de conducta es Dios mismo, ya que \u201c\u00e9l es bueno para los ingratos y malos\u201d (6,35b). Y concluye: \u201cSed misericordiosos como vuestro Padre es misericordioso\u201d (6,36).
\nEn tercer lugar, Jes\u00fas previene al cristiano contra el juicio y la hipocres\u00eda<\/em>. El juicio corresponde a Dios, por lo que no nos corresponde ni juzgar, ni condenar al pr\u00f3jimo, s\u00f3lo perdonar: \u201cNo juzgu\u00e9is y Dios no os juzgar\u00e1; no conden\u00e9is, y Dios no os condenar\u00e1; perdonad y Dios os perdonar\u00e1\u2026 porque con la medida que mid\u00e1is, Dios os medir\u00e1 a vosotros\u201d (6,37-38). De esta manera se alarga la regla anterior: la actitud que mantenemos hacia los dem\u00e1s, marca la actitud que Dios mantendr\u00e1 hacia nosotros. Pensar diferentemente ser\u00eda hipocres\u00eda: considerarnos ante Dios mejores que el hermano (cf. 6,39-42).
\nEn cuarto lugar, Jes\u00fas nos educa a evaluar nuestra fe<\/em> seg\u00fan la correspondencia de nuestras obras. Fe y actuaci\u00f3n forman un todo, el criterio \u00faltimo reside en las obras. La comparaci\u00f3n del \u00e1rbol y sus frutos (cf. 6,43-45) nos muestra que la bondad o no del \u00e1rbol la decide el tipo de frutos que produce. Al igual el hombre, el bueno produce buenas obras, el malo malas.
\nFinalmente, Jes\u00fas nos enfrenta a la necesidad de dar solidez a nuestra vida cristiana<\/em>. La par\u00e1bola de la casa construida sobre arena o sobre roca (cf. 6,46-49) nos presenta dos cimientos. El cimiento de la inconsistencia y el de la autenticidad. El que escucha el mensaje del Reino y lo pone en obra en su vida, ciment\u00e1ndola sobre la autenticidad de las opciones personales, se parece al que construye su casa sobre roca firme: all\u00e1 no lo alcanzar\u00e1s las riadas. Por el contrario, el que escucha el mensaje pero no lo hace vida, construye sobre arena: la tentaci\u00f3n o las dificultades mostrar\u00e1n su falta de temple y mandar\u00e1n al traste su fe.
\nUna par\u00e1bola y un di\u00e1logo, que Lucas nos ofrece en su cap\u00edtulo 10, trazan el retrato robot del cristiano, educado en el camino del evangelio por la palabra y el ejemplo de Jes\u00fas. Nos referimos a la par\u00e1bola del buen samaritano y al di\u00e1logo de Jes\u00fas con Marta y Mar\u00eda en la visita a su casa.
\nLa par\u00e1bola del buen samaritano (cf. 10,25-37) ilustra la cuesti\u00f3n ya vista sobre el pr\u00f3jimo. Pr\u00f3jimo lo fue el jud\u00edo herido para el extranjero samaritano, aunque no lo hab\u00eda sido para el levita y el sacerdote, sus conciudadanos. Es m\u00e1s, el samaritano, toma la iniciativa, no espera nada a cambio, y gasta su dinero en atender al desconocido. Por otra parte, en el di\u00e1logo con las dos hermanas (cf. 10,38-42), frente al atento servicio de Marta, Jes\u00fas sobrepone la escucha de la palabra: \u201cMar\u00eda ha escogido la mejor parte\u201d (10,42).
\nA lo largo de sus palabras, Jes\u00fas ha ido educando las actitudes y las opciones de fondo de todo cristiano, la fe y el amor, principalmente. Pero en la base de todo est\u00e1 la escucha de la palabra<\/em>. Y as\u00ed, todo aquel que la escucha y la pone en obra (cf. 8,21) cimienta su casa sobre roca y, como Mar\u00eda, escoge la mejor parte. De la palabra brota la fe, la acogida, el servicio.<\/p>\n

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8. Jes\u00fas educa al disc\u00edpulo comprometido<\/strong>
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\nLos evangelios, tambi\u00e9n Lucas, distinguen entre la ense\u00f1anza de Jes\u00fas a todos, y aquella que \u00e9l dirige a sus disc\u00edpulos, de forma particular. Hemos visto c\u00f3mo Jes\u00fas ha querido educar a sus oyentes en el evangelio del Reino de Dios. Vamos a ver ahora como su ense\u00f1anza hacia los disc\u00edpulos, aquellos que le siguen en su itinerancia hacia Jerusal\u00e9n, se vuelve m\u00e1s comprometida.
\nEn primer lugar, Jes\u00fas invita a la confianza plena en Dios<\/em>, aun en los momentos m\u00e1s comprometidos. Frente al temor al rechazo y a la persecuci\u00f3n, es m\u00e1s, frente al miedo a perder la propia vida, Jes\u00fas nos invita a confiar, poniendo como ejemplo a los p\u00e1jaros, cuya vida apenas vale nada: \u201cY, sin embargo, Dios no se olvida ni de uno solo de ellos\u2026 Vosotros val\u00e9is m\u00e1s que todos los p\u00e1jaros\u201d (12,6.7). La verdadera preocupaci\u00f3n del disc\u00edpulo no se centra en esta vida perecedera. El destino eterno es el que cuenta. \u201cNo tem\u00e1is a los que matan al cuerpo, y no pueden hacer nada m\u00e1s. Temed a aquel que, despu\u00e9s de matar, tiene poder de arrojar al fuego eterno\u201d (12,4-5).
\nDe la confianza brota la fortaleza para confesar a Jes\u00fas<\/em> en medio de la prueba. En el momento en que confesar a Jes\u00fas resulta peligroso y est\u00e1 perseguido, s\u00f3lo la fidelidad hasta el extremo nos hace participar del destino de Jes\u00fas: \u201cSi uno se declara a mi favor delante de los hombres, tambi\u00e9n el Hijo del hombre se declarar\u00e1 a favor suyo delante de los \u00e1ngeles del cielo\u201d (12,8). En ese momento la fortaleza proviene de Dios, \u00e9l asiste con su Esp\u00edritu, como asisti\u00f3 a Jes\u00fas en la prueba del desierto: \u201cel Esp\u00edritu Santo os ense\u00f1ar\u00e1 en ese momento lo que deb\u00e9is decir\u201d (12,12). La prueba puede llegar incluso en el seno de la propia familia, con la oposici\u00f3n de los padres, los hijos u otros parientes (cf. 12,52-53).
\nJes\u00fas educa a relativizar las cuestiones referentes a esta vida temporal<\/em> y perecedera, por necesarios sean: ni el vestido, ni el alimento, ni la casa, \u00a1ni aun la propia vida! Dios ya se ocupa de ello (cf. 12,22-30). La preocupaci\u00f3n del disc\u00edpulo es la de buscar el Reino, que el Padre ha querido darnos (cf. 12,31). Jes\u00fas pide libertad frente a los recursos temporales, a fin de que el coraz\u00f3n pueda asentarse en el don de Dios, que es el Reino: \u201cVendad vuestras posesiones\u2026 acumulad bienes en el cielo\u2026 porque donde est\u00e1 vuestro tesoro all\u00ed est\u00e1 vuestro coraz\u00f3n\u201d (12,33-34). La par\u00e1bola del rico insensato que s\u00f3lo piensa en construir graneros para prevenir un ma\u00f1ana que no llegar\u00e1 ilustra la ense\u00f1anza de Jes\u00fas: \u201cAs\u00ed sucede a quien atesora para s\u00ed, en lugar de hacerse rico ante Dios\u201d (12,21).
\nEl no echar ra\u00edces en las cosas perecederas de este mundo conlleva otras dos actitudes, la vigilancia y la fidelidad<\/em>. La vigilancia frente al Se\u00f1or que puede llegar en cualquier momento del d\u00eda o de la noche, y la fidelidad en el servicio encomendado, de manera que, cuando llegue el Se\u00f1or, podamos darle cuentas, sin avergonzarnos, de la gesti\u00f3n realizada. La par\u00e1bola de los criados que esperan a que su se\u00f1or llegue de la boda (cf. 12,35-40), y la del administrador fiel y prudente que cumple su funci\u00f3n (cf. 12,42-48) ejemplifican las actitudes del buen disc\u00edpulo de Jes\u00fas.
\nOtra actitud que Jes\u00fas ense\u00f1a al disc\u00edpulo es la del discernimiento<\/em>, el saber interpretar cada situaci\u00f3n para saber qu\u00e9 est\u00e1 obrando Dios en medio nuestro. Si sabemos discernir el clima observando el cielo, \u00bfno sabemos discernir el plan de Dios, mirando la tierra? (cf. 12,54-57).
\nLa recomendaci\u00f3n de reconciliarnos con el adversario a\u00fan antes de llegar al tribunal (cf. 12, 58-59) muestra la determinaci\u00f3n y la urgencia<\/em> que Jes\u00fas pide al disc\u00edpulo. Actuar antes de que sea demasiando tarde y ya s\u00f3lo nos quede pagar la multa o ingresar en la prisi\u00f3n. Es urgente convertirse, y no postergar la decisi\u00f3n, no sea que al final sea ya demasiado tarde. El caso de los galileos muertos por Pilatos en el santuario, o bien de los dieciocho muertos al desplomarse la torre de Silo\u00e9 acaban con la recomendaci\u00f3n de Jes\u00fas: \u201cOs digo que si no os convert\u00eds, todos perecer\u00e9is igualmente\u201d (13,5).
\nLa educaci\u00f3n del disc\u00edpulo, que sigue al maestro, desemboca en la ense\u00f1anza referente a la renuncia y a la aceptaci\u00f3n de la cruz<\/em>. Jes\u00fas ya ha educado a relativizar los recursos temporales, ahora da un paso adelante y pide al disc\u00edpulo que renuncie a lo m\u00e1s sagrado: la familia, \u00a1y la propia vida!
\n\u201cSi alguno quiere venir conmigo y no est\u00e1 dispuesto a renunciar a su padre y a su madre, a su mujer y a sus hijos, hermanos y hermanas, e incluso a s\u00ed mismo, no puede ser disc\u00edpulo m\u00edo. El que no carga con su cruz y viene detr\u00e1s de m\u00ed, no puede ser disc\u00edpulo m\u00edo\u201d (14,26-27).
\nJes\u00fas vale m\u00e1s que la propia familia, e incluso que la propia vida. Quien no asume esta exigencia no puede seguirle. Jes\u00fas no es un valor entre otros muchos. Jes\u00fas es \u201cel tesoro\u201d, ya que en \u00e9l se revela Dios en persona, y acogerle a \u00e9l es acoger a Dios, mientras que rechazarle supone rechazar a Dios y, por ello, a la vida eterna.
\nRelativizar la familia y la propia vida por seguir a Jes\u00fas, conlleva compartir su suerte y su destino, es decir, la cruz. Por ello, quien no est\u00e1 dispuesto a padecer la cruz, es decir, el rechazo, el fracaso, la persecuci\u00f3n hasta el extremo de la tortura y la ejecuci\u00f3n, como lo sufri\u00f3 Jes\u00fas en persona, no puede ser disc\u00edpulo suyo. O todo o nada, sin medias tintas.
\nUna nueva comparaci\u00f3n nos sale al paso al acabar Jes\u00fas su ense\u00f1anza particular al disc\u00edpulo: la sal. Si el que escucha la palabra de Dios y la vive se parece al que construy\u00f3 su casa sobre roca, el que renuncia a todo por seguirle, depositando su absoluta confianza s\u00f3lo en Dios, es como la sal; pero el que no, es como la sal ins\u00edpida que hay que tirarla, pues no sirve ya para nada.
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\n9. Jes\u00fas, el educador fracasado<\/strong>
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\nComo todo educador, tambi\u00e9n Jes\u00fas conoci\u00f3 la dificultad y el fracaso. Ya al comienzo de su misi\u00f3n evangelizadora, se presenta ante sus paisanos de Nazaret, quienes le invitan a predicar en la sinagoga y a instruirles en su ense\u00f1anza. Jes\u00fas les habla de la acci\u00f3n libertadora del Esp\u00edritu de Dios en \u00e9l (cf. 4,16-22). La tensi\u00f3n se desata cuando exigen que realice entre ellos los mismos signos que ya ha realizado en Cafarna\u00fan, y llega a su extremo cuando Jes\u00fas se compara con los profetas El\u00edas y Eliseo que atendieron a las viudas y a los enfermos extranjeros, pero no a los de casa (cf. 4,23-26). Furiosos, sus compatriotas, lo echaron fuera de la poblaci\u00f3n e intentaron incluso despe\u00f1arlo (cf. 4,27-30). El primer rechazo lo experimenta de aquellos que lo conocen desde ni\u00f1o. Y es que \u201cning\u00fan profeta es bien acogido en su tierra\u201d (4,24).
\nEl grupo de los Doce tambi\u00e9n constituye una causa de insatisfacci\u00f3n para Jes\u00fas. Aquellos que comparten su vida, que escuchan su ense\u00f1anza, que son testigos de sus signos, que le han contemplado transfigurado en el monte (cf. 9,28-36), son incapaces de curarlo\u2026 \u00a1por falta de fe! Jes\u00fas, en un ex abrupto<\/em>, exclama: \u201c\u00a1Generaci\u00f3n incr\u00e9dula y pervertida! \u00bfHasta cu\u00e1ndo tendr\u00e9 que estar entre vosotros y soportaros?\u201d (9,41). Jes\u00fas se muestra cansado \u00a1de sus propios amigos! La escena es demasiado dram\u00e1tica para los disc\u00edpulos de Jes\u00fas, y el propio Lucas la mitiga en su relato evang\u00e9lico (cf. 9,37-43), mientras que Marcos y Mateo la transcriben con todo el dramatismo original (cf. Mc 9,14-27 y Mt 17,14-18). Mateo a\u00f1ade una recriminaci\u00f3n: si al menos tuvieran la fe del tama\u00f1o de un grano de mostaza, ser\u00edan capaces de mover monta\u00f1as; pero ni siquiera pueden curar un muchacho enfermo.
\nM\u00e1s adelante, la situaci\u00f3n no mejora. Frente a los anuncios que realiza Jes\u00fas sobre su inminente final de pasi\u00f3n, cruz y resurrecci\u00f3n, los disc\u00edpulos siguen sin entender: \u201cEllos, sin embargo, no entendieron nada de esto; aquel lenguaje les resultaba totalmente oscuro. Y no pod\u00edan comprender el sentido de sus palabras\u201d (Lc 18,34). El hecho de convivir con Jes\u00fas y de acompa\u00f1arlo en su acci\u00f3n evangelizadora no les ha ayudado a descubrir y comprender su misterio. Su manera de entender al maestro se rige todav\u00eda por los par\u00e1metros tradicionales del juda\u00edsmo de la \u00e9poca: un mesianismo abocado al fracaso de la cruz no resulta aceptable, como tampoco una resurrecci\u00f3n esperada para el final de los tiempos.
\nEsta incapacidad para comprender el mensaje del evangelio y des sus consecuencias en la vida y en el destino de Jes\u00fas extender\u00e1 su sombra tambi\u00e9n sobre la muerte y la sepultura del maestro. La ma\u00f1ana de pascua, cuando las mujeres se dirigen al sepulcro con los aromas que hab\u00edan preparado para embalsamar el cad\u00e1ver del crucificado, no encontraron el cuerpo de Jes\u00fas. El mensaje de la resurrecci\u00f3n en boca de dos hombres con vestidos deslumbrantes las dejaron perplejas (cf. 24,1-10). Al relatar a los Once y a todos los dem\u00e1s el descubrimiento de la tumba vac\u00eda y el mensaje de la resurrecci\u00f3n, \u201cellos pensaron que se trataba de un delirio, y no las creyeron\u201d (24,11). S\u00f3lo Pedro tiene el coraje de ir a comprobar lo dicho por las mujeres, y regres\u00f3 a casa \u201cadmirado de lo sucedido\u201d (24,12).
\nPor fin, aquel mismo d\u00eda, Cleof\u00e1s y su compa\u00f1ero de camino hacia Ema\u00fas manifiestan a Jes\u00fas en persona, que se hab\u00eda acercado y se hab\u00eda puesto a caminar con ellos: \u201cNosotros esper\u00e1bamos que \u00e9l fuera el libertador de Israel, pero\u2026\u201d (24,21). Los ojos de los disc\u00edpulos estaban ofuscados para ver y reconocer al Resucitado en el caminante an\u00f3nimo, pero, al mismo tiempo, sus mentes eran torpes para comprender, y sus corazones estaban cerrados para creer lo que hab\u00edan anunciado los profetas. Cuando lo reconocen, al partir el pan y abr\u00edrseles los ojos, Jes\u00fas desaparece de su lado. Es entonces cuando comienzan a comprender todo lo vivido en el camino de Ema\u00fas: \u201c\u00bfNo ard\u00eda nuestro coraz\u00f3n mientras nos hablaba en el camino y nos explicaba las Escrituras?\u201d (24,32).
\nEs ahora cuando alcanzan, por fin, a comprender la ense\u00f1anza de Jes\u00fas, no s\u00f3lo la desgranada en el camino de Ema\u00fas, sino toda la ense\u00f1anza presentada desde Galilea a Jerusal\u00e9n: cuando, de camino, Jes\u00fas les explicaba las Escrituras, y les parti\u00f3 el pan en el Cen\u00e1culo, la v\u00edspera de su muerte.
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\n10. El Resucitado hace de sus disc\u00edpulos nuevos evangelizadores<\/strong>
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\nEl fracaso educativo de Jes\u00fas es superado definitivamente por el Resucitado. Es el quien abre los ojos del coraz\u00f3n a sus disc\u00edpulos para comprender y celebrar lo vivido con anterioridad. Lo acabamos de ver en el episodio de Ema\u00fas (cf. 24,25-35). Y ese pleno reconocimiento motiva que los que hasta ahora han sido disc\u00edpulos se conviertan en adelante en evangelizadores.
\nCleof\u00e1s y su compa\u00f1ero dejan la mesa en Ema\u00fas para ponerse de nuevo en camino, esta vez hacia Jerusal\u00e9n, a fin de anunciar y narrar lo que acaban de vivir. Al regresar encuentran a los Once y a todos los dem\u00e1s reunidos, que les dicen: \u201cEs verdad, el Se\u00f1or ha resucitado y se ha aparecido a Sim\u00f3n\u201d (24,34). Ellos, a su vez, les cuentan \u201clo que les hab\u00eda ocurrido cuando iban de camino y c\u00f3mo lo hab\u00edan reconocido al partir el pan\u201d (24,35). Unos y otros han abandonado la incomprensi\u00f3n y el temor para entregarse al anuncio de lo sucedido.
\nLa subsiguiente aparici\u00f3n del Resucitado, mientras todos est\u00e1n hablando de ello, confirma su misi\u00f3n evangelizadora: \u201cVosotros sois testigos de estas cosas\u201d (24,48). Para ello contar\u00e1n, como el propio Jes\u00fas, la asistencia del Esp\u00edritu Santo, el don del Padre, la fuerza que viene de lo alto (cf. 24,49). El n\u00facleo del mensaje y los destinatarios del mismo los expresa el mismo Resucitado: \u201cen su nombre [del Mes\u00edas] se anunciar\u00e1 a todas las naciones, comenzando desde Jerusal\u00e9n, la conversi\u00f3n y el perd\u00f3n de los pecados\u201d (24,47).
\nJes\u00fas ha ido desarrollando toda una pedagog\u00eda evang\u00e9lica que comienza en la persona del educador, en su disponibilidad para acoger al Esp\u00edritu y a la Palabra en su vida, a fin de ponerse totalmente al servicio del anuncio del Reino. A trav\u00e9s de su persona Jes\u00fas nos ha revelado por una parte el pecado de la persona y, por otro, la misericordia de Dios. De esta manera sabe partir de la situaci\u00f3n inicial del educando, el pecado, y colocarlo en el ambiente educativo id\u00f3neo, el de la misericordia. A partir de aqu\u00ed, Jes\u00fas ya puede empezar a educarnos en la oraci\u00f3n como expresi\u00f3n de la orientaci\u00f3n personal fundamental: Dios como centro de la propia existencia. De la presencia de Dios en el coraz\u00f3n del cristiano brotan las bienaventuranzas, el amor a los enemigos, la ausencia de prejuicios, las buenas obras, y la propia casa construida sobre la palabra de Jes\u00fas. Como la de Jes\u00fas, la vida del cristiano muestra un doble dinamismo: el servicio al pr\u00f3jimo y la escucha de la Palabra. Pero, adem\u00e1s, Jes\u00fas sabe que el disc\u00edpulo comprometido puede dar a\u00fan m\u00e1s, por ello le exige la urgencia de seguirlo por el camino de la cruz, compartiendo el destino del maestro, postergando incluso su propia vida por Jes\u00fas. A Jes\u00fas la tarea educativa no le exime del fracaso. S\u00f3lo el Resucitado llevar\u00e1 a cumplimiento el proceso pedag\u00f3gico iniciado antes: hacer del disc\u00edpulo un nuevo evangelizador.<\/p>\n

JORDI LATORRE<\/p>\n

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Jordi Latorre es profesor de Sagrada Escritura en el Centro Teol\u00f3gico Salesiano Mart\u00ed Codolar (Barcelona)   S\u00cdNTESIS DEL ART\u00cdCULO El art\u00edculo reflexiona sobre la actividad educativa de Jes\u00fas, tal como aparece en el evangelio de Lucas. Desde sus comienzos est\u00e1 dinamizada por la presencia del Esp\u00edritu, que lo pone a la escucha de la Escritura. […]<\/p>\n","protected":false},"author":3,"featured_media":0,"comment_status":"closed","ping_status":"closed","sticky":false,"template":"","format":"standard","meta":{"_et_pb_use_builder":"","_et_pb_old_content":"","_et_gb_content_width":"","footnotes":""},"categories":[1203,1116,94],"tags":[],"class_list":["post-7991","post","type-post","status-publish","format-standard","hentry","category-estudios-372_373","category-jordi-latorre-castillo","category-mision-joven-2"],"_links":{"self":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/7991","targetHints":{"allow":["GET"]}}],"collection":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/posts"}],"about":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/types\/post"}],"author":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/users\/3"}],"replies":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/comments?post=7991"}],"version-history":[{"count":0,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/7991\/revisions"}],"wp:attachment":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/media?parent=7991"}],"wp:term":[{"taxonomy":"category","embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/categories?post=7991"},{"taxonomy":"post_tag","embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/tags?post=7991"}],"curies":[{"name":"wp","href":"https:\/\/api.w.org\/{rel}","templated":true}]}}