{"id":8016,"date":"2007-12-01T00:00:07","date_gmt":"2007-11-30T22:00:07","guid":{"rendered":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/?p=8016"},"modified":"2007-12-01T00:00:07","modified_gmt":"2007-11-30T22:00:07","slug":"anunciar-el-evangelio-hoy-exigencias-y-retos","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/anunciar-el-evangelio-hoy-exigencias-y-retos\/","title":{"rendered":"Anunciar el evangelio hoy: exigencias y retos"},"content":{"rendered":"

Emilio Alberich es catequeta (Sevilla)<\/strong>
\n 
\nS\u00cdNTESIS DEL ART\u00cdCULO<\/strong>
\nPara la Iglesia, el anuncio evang\u00e9lico no es una tarea m\u00e1s, entre otras posibles, sino la tarea esencial. Se realiza cuando la presencia cristiana es anuncio y testimonio. Desde estas premisas, el art\u00edculo destaca la urgencia actual de recuperar el primer anuncio<\/em> y la primera evangelizaci\u00f3n<\/em>. En el centro est\u00e1 el Reino de Dios, el proyecto de Jes\u00fas de un mundo fraterno. La acci\u00f3n pastoral entre los j\u00f3venes se realiza en este horizonte, pero ha de tener en cuenta tambi\u00e9n, con realismo, la situaci\u00f3n de la sociedad actual y respetar las nuevas coordenadas culturales.
\n 
\nEl anuncio del Evangelio, hoy, se presenta como un cometido dif\u00edcil, complejo, dadas las condiciones y circunstancias de la sociedad actual. Son muchos los retos que el mundo de hoy lanza a la tarea evangelizadora de la Iglesia, en especial por lo que se refiere al mundo juvenil. Estas l\u00edneas quisieran ayudar a esclarecer su identidad y su importancia, subrayando al mismo tiempo algunas caracter\u00edsticas y exigencias relacionadas con su contenido y su eficaz realizaci\u00f3n.
\n <\/p>\n

    \n
  1. EVANGELIZACI\u00d3N: NO UNA TAREA, SINO \u00abLA TAREA\u00bb DE LA IGLESIA.<\/strong><\/li>\n<\/ol>\n

     
    \nEl anuncio del Evangelio es un aspecto esencial de la evangelizaci\u00f3n. Ahora bien, sabemos que la Iglesia existe para evangelizar, que la evangelizaci\u00f3n ha sido redescubierta, en nuestro tiempo, como la identidad m\u00e1s profunda de su misi\u00f3n:
    \n 
    \n\u00abCon gran gozo y consuelo hemos escuchado Nos, al final de la Asamblea de octubre de 1974, estas palabras luminosas: \u201cNosotros queremos confirmar, una vez m\u00e1s, que la tarea de la evangelizaci\u00f3n de todos los hombres con\u00adstituye la misi\u00f3n esencial de la Iglesia\u201d: una tarea y misi\u00f3n que los cambios amplios y profundos de la sociedad actual hacen cada vez m\u00e1s ur\u00adgentes. Evangelizar constituye, en efecto, la dicha y vocaci\u00f3n propia de la Iglesia, su identidad m\u00e1s profunda\u00bb.[1]<\/strong><\/a><\/em>
    \n <\/em>
    \nEn la conciencia actual de la Iglesia, la evangelizaci\u00f3n tiene un significado de gran amplitud. Ya en el S\u00ednodo de 1974 se lleg\u00f3 a la convicci\u00f3n de que no se debe limitar la evangelizaci\u00f3n al anuncio misionero en sentido estricto, dirigido a los no creyentes, sino de entender con ella toda la actividad misionera de la Iglesia, en todas sus formas. La Exhortaci\u00f3n Evangelii<\/em> nuntiandi<\/em> ha ratificado este significado amplio del t\u00e9rmino, explicitando su complejidad (EN 17) y la riqueza de sus dimensiones:
    \n 
    \n\u00abLa evangelizaci\u00f3n, hemos dicho, es un proceso complejo, con elementos variados: renovaci\u00f3n de la humanidad, testimonio, anuncio expl\u00edcito, ad\u00adhesi\u00f3n del coraz\u00f3n, entrada en la comunidad, acogida de los signos, ini\u00adciativas de apostolado\u00bb<\/em> (EN 24).
    \n 
    \nNo perdamos de vista esta concepci\u00f3n fundamental: el anuncio evang\u00e9lico no es una tarea o funci\u00f3n entre otras, dentro de la misi\u00f3n de la Iglesia: es su identidad m\u00e1s profunda, su misi\u00f3n esencial. La Iglesia existe para evangelizar. Y lo hace \u2013lo debe hacer- con sus palabras, con sus acciones, y sobre todo con su ser. Toda ella debe ser anuncio.
    \n <\/p>\n

      \n
    1. LA EVANGELIZACI\u00d3N: ANUNCIO Y TESTIMONIO<\/strong><\/li>\n<\/ol>\n

       
      \nDecir que toda la actividad y todo el ser de la Iglesia es, o debe ser, evangelizaci\u00f3n puede llevar a la ilusi\u00f3n peligrosa de pensar que, haga lo que haga, la Iglesia est\u00e1 siempre evangelizando. No, la evangelizaci\u00f3n tiene lugar cuando la actividad y la presencia de la Iglesia, de los cristianos, llega a ser, efectivamente, anuncio y testimonio del Evangelio del Reino. Y sabemos muy bien que esto no acontece de forma autom\u00e1tica, como si fuera suficiente la vida ordina\u00adria de la Iglesia, realizada de cualquier modo, para que se lleve a cabo la acci\u00f3n evangelizadora. Es necesario que la acci\u00f3n eclesial llegue a adquirir la calidad y la transparencia de un aut\u00e9ntico testimonio evang\u00e9lico. La acci\u00f3n de la Iglesia no evangeliza,
      \n 
      \n\u00abno tiene pleno sentido, m\u00e1s que cuando se convierte en testimonio, provoca la admira\u00adci\u00f3n y la conversi\u00f3n, se hace predicaci\u00f3n y anuncio de la Buena Nueva\u00bb <\/em>(EN 15).
      \n 
      \nDicho de otra manera: hay evangelizaci\u00f3n cuando el Evangelio es anunciado, testimoniado y percibido como verdadera \u00abbuena Nueva\u00bb, como \u00abfuerza para vivir\u00bb y \u00absentido de la vida\u00bb.
      [2]<\/a> O, como afirmaba un texto famoso mandado en nombre del Papa a Par\u00eds en 1964, cuando la palabra evangelizadora de Dios es percibida por cada uno
      \n 
      \n\u00abcomo una apertura a sus problemas, una respuesta a sus preguntas, una dilataci\u00f3n de los propios valores y al mismo tiempo la satisfacci\u00f3n de sus aspiraciones m\u00e1s profundas: en una palabra, como el sentido de su existencia y el significado de su vida\u00bb.<\/em>
      [3]<\/a>
      \n 
      \nPara el esclarecimiento de nuestro tema es importante destacar el v\u00ednculo indisoluble que une el anuncio evang\u00e9lico con el testimonio. Y esto porque, en el fondo, el eje portante de toda evangelizaci\u00f3n eficaz y de todo anuncio cristiano es la categor\u00eda del \u00abtestimonio\u00bb.
      [4]<\/a> El anuncio de Jesucristo resulta ineficaz \u2013 por lo general \u2013 si no va acompa\u00f1ado del testimonio: s\u00f3lo un testimonio convincente evangeliza. Estamos ante un dato constante a lo largo de la historia de la experiencia cristiana.
      \nEn efecto, el testimonio aparece, en toda la historia de la revelaci\u00f3n cristiana, como ingrediente esencial del anuncio, sobre todo en el Nuevo Testamento. Jes\u00fas es el testigo fiel por excelencia (Ap 1,5), venido al mundo para dar testimonio de la verdad (Jn 18,37), el que ante Poncio Pilato rinde su solemne testimonio (1 Tm 6,13). Y lo mismo vale para los ap\u00f3stoles, que son constitu\u00eddos \u00abtestigos\u00bb (Hech 1,8) y cuyo anuncio principal se presenta como un solemne testimonio, especialmente de la resurrecci\u00f3n de Cristo (Hech 1,22; 2,32, etc.). Tambi\u00e9n S. Pablo, a partir de la experiencia decisiva en el camino de Damasco, se convierte en testigo delante de todos (Hech 22,15). Y hablando en t\u00e9rminos generales, los cristianos se presentar\u00e1n, en su actividad evangelizadora, como \u00abtestigos del Testigo\u00bb,
      [5]<\/a> como aquellos que pueden decir: \u00abLo que exist\u00eda desde el principio, lo que hemos o\u00eddo, lo que hemos visto con nuestros ojos, lo que contemplamos y tocaron nuestras manos acerca de la Palabra de vida \u2013 pues la vida se manifest\u00f3, y nosotros la hemos visto y damos testimonio\u00bb (1 Jn 1).
      \nEn los primeros siglos del cristianismo, la evangelizaci\u00f3n se ha desarrollado sobre todo por medio del testimonio:
      \n 
      \n\u00abLa historia de los primeros siglos cristianos nos orienta hacia los medios ordinarios por los que las comunidades desarrollaron la evangelizaci\u00f3n: el testimonio plasmado en la forma de vivir en el que desempe\u00f1a un papel preponderante la caridad, el amor mutuo de sus miembros, la hospitalidad y el cuidado de los pobres. \u201cDe no haber sido por esto (el testimonio de las comunidades) el mundo seguir\u00eda siendo pagano\u201d<\/em> (A. J. Festugi\u00e8re)\u00bb.
      [6]<\/a>
      \n 
      \nPodemos decir, en definitiva, que el cristianismo es la religi\u00f3n del testimonio y de la fe. El anuncio cristiano exige intr\u00ednsecamente el testimonio, pues solo de esta manera es posible transmitir un mensaje tan alto e inefable como es el misterio del Dios revelado en Cristo. Y en el fondo de todo est\u00e1 la revelaci\u00f3n trinitaria: el cristianismo es la religi\u00f3n del testimonio precisamente porqu\u00e9 es la manifestaci\u00f3n del misterio de las personas divinas.
      \nEl testimonio cristiano adquiere su valor m\u00e1s alto y m\u00e1s convincente cuando tiene lugar p\u00fablicamente ante los tribunales y antes las autoridades, cuando llega, como sabemos por la historia de la Iglesia, hasta el derramamiento de la sangre en la \u00abmartyria\u00bb o testimonio supremo: el martirio. No hay que extra\u00f1arse, por lo tanto, de que las distintas formas del anuncio y de la comunicaci\u00f3n de la fe est\u00e9n siempre vinculados a la presencia del testimonio.
      \n <\/p>\n

        \n
      1. URGENCIA DE LA PRIMERA EVANGELIZACI\u00d3N Y DEL PRIMER ANUNCIO<\/strong><\/li>\n<\/ol>\n

         
        \nEn los planteamientos pastorales de hoy est\u00e1 muy clara la conciencia de una seria urgencia: recuperar y actuar la \u00abprimera evangelizaci\u00f3n\u00bb y el \u00abprimer anuncio\u00bb del Evangelio. La raz\u00f3n es evidente. En el contexto de la situaci\u00f3n religiosa actual, ya no es posible suponer la opci\u00f3n de fe en nuestros destinatarios, en las personas con las cuales trabajamos. Hoy d\u00eda necesitamos cristianos con fe personalizada, personas que hayan hecho una personal opci\u00f3n de fe cristiana, y esto supone destacar la primera etapa del proceso evangelizador, la \u00abprimera evangelizaci\u00f3n\u00bb, que en una situaci\u00f3n de \u00abcristiandad\u00bb parec\u00eda no tener vigencia alguna.
        \nDe por s\u00ed, \u00abprimera evangelizaci\u00f3n\u00bb y \u00abprimer anuncio\u00bb no son la misma cosa. La primera evangelizaci\u00f3n, en efecto, es m\u00e1s amplia, pues se puede llevar a cabo con toda clase de actividades y testimonios (ejemplo, compromiso, celebraci\u00f3n, experiencia) y con frecuencia tiene lugar antes del primer anuncio expl\u00edcito de Jesucristo.
        \nDe hecho, se dan muchas formas de testimonio evang\u00e9lico que son ya evangelizaci\u00f3n, aunque no se llegue al anuncio expl\u00edcito. Como afirma la enc\u00edclica \u00abRedemtoris missio\u00bb: \u00abel testimonio de la vida cristiana es la primera e insustituible forma de la misi\u00f3n\u00bb (RM 42). En la l\u00f3gica del proceso evangelizador, el primer momento, seg\u00fan el decreto conciliar Ad Gentes, es precisamente el testimonio de vida y el di\u00e1logo (AG 11), junto con la pr\u00e1ctica de la caridad (AG 12): \u00abLa Buena Nueva debe ser proclamada, en primer lugar, mediante el testimonio\u00bb (EN 21). Y este testimonio constituye ya por s\u00ed mismo una forma de anuncio, aunque no se llegue al anuncio pleno del Cristo:
        \n 
        \n\u00abLos disc\u00edpulos de Cristo, unidos \u00edntimamente en su vida y en su trabajo con los hombres, esperan poder ofrecerles el verdadero testimonio de Cristo y trabajar por su salvaci\u00f3n, incluso donde no pueden anunciar a Cristo plenamente. [\u2026] As\u00ed se ayuda a los hombres a conseguir la salvaci\u00f3n por medio del amor de Dios y del pr\u00f3jimo y empieza a esclarecerse el misterio de Cristo, en quien apareci\u00f3 el hombre nuevo, creado seg\u00fan Dios, y en quien se revela el amor divino\u00bb<\/em> (AG 12).
        \n 
        \nEn este sentido se pueda hablar ya de primera evangelizaci\u00f3n, puesto que \u00abeste testimonio constituye ya de por s\u00ed una proclamaci\u00f3n silenciosa, pero tambi\u00e9n muy clara y eficaz, de la Buena Nueva\u00bb (EN 21). En el fondo, podemos comprender que el testimonio es ya evangelizaci\u00f3n, porque contiene, como contenido, el mensaje existencial del Evangelio. Es una forma concreta de anunciar y ofrecer \u00abla nueva manera de ser y de vivir que caracteriza a los cristianos\u00bb.
        [7]<\/a> Se trata de una experiencia y de una conducta que pueden provocar la admiraci\u00f3n y hacer surgir la pregunta decisiva:
        \n 
        \n\u00abA trav\u00e9s de este testimonio sin palabras, estos cristianos hacen plantearse a quienes contemplan su vida interrogantes irresistibles: \u00bfPor qu\u00e9 son as\u00ed? \u00bfPor qu\u00e9 viven de esa manera? \u00bfQu\u00e9 es o qui\u00e9n es el que los inspira? \u00bfPor qu\u00e9 est\u00e1n con nosotros?\u00bb<\/em> (EN 21).
        \n 
        \nEl dinamismo abierto de la primera evangelizaci\u00f3n puede ir creando las condiciones oportunas para llegar al di\u00e1logo y al anuncio expl\u00edcito de Jesucristo y de su mensaje, que debe ser siempre el normal punto de llegada del proceso evangelizador. Como afirma con claridad Evangelii<\/em> nuntiandi<\/em>, \u00abno hay evangelizaci\u00f3n verdadera mientras no se anuncie el nombre, la doctrina, la vida, las promesas, el reino, el misterio de Jes\u00fas de Nazaret Hijo de Dios\u00bb (EN 22).
        \nNuestros esfuerzos evangelizadores deben reflejar normalmente esta dial\u00e9ctica testimonio-anuncio, fieles a la relaci\u00f3n indisoluble que, en la econom\u00eda de la revelaci\u00f3n cristiana, une las obras a las palabras:
        \n 
        \n\u00abEl plan de la revelaci\u00f3n se realiza por obras y palabras intr\u00ednsecamen\u00adte ligadas; las obras que Dios realiza en la historia de la salvaci\u00f3n manifiestan y confirman la doctrina y las realidades que las palabras si\u00adgnifican; a su vez, las palabras proclaman las obras y explican su mi\u00adsterio\u00bb.<\/em>
        \n 
        \nEn este sentido, el testimonio de vida viene a dar la necesaria garant\u00eda de credibilidad a la palabra eclesial, en sus distintas formas (predicaci\u00f3n, catequesis, exhortaci\u00f3n, etc.), una palabra que con demasiada frecuencia utiliza lenguajes que no comunican, que no convencen, que carecen de significatividad. Nuestros esfuerzos evangelizadores se deben mover siempre en una din\u00e1mica de factores complementarios, en una bipolaridad siempre abierta y en continua interacci\u00f3n: \u00abTambi\u00e9n la evangelizaci\u00f3n, que transmite al mundo la Revelaci\u00f3n, se realiza con obras y palabras. Es, a un tiempo, testimonio y anuncio, palabra y sacramento, ense\u00f1anza y compromiso\u00bb (DGC 39)
        \nEn relaci\u00f3n con este proceso bipolar, siempre necesario, se insiste hoy con frecuencia en la necesidad de no hacer esperar mucho tiempo para llegar al anuncio expl\u00edcito, de no tener miedo de hacer la propuesta concreta, sin esperar que surja la pregunta expl\u00edcita provocada por el testimonio. Entre otras razones porque hubo un tiempo, concretamente en los primeros a\u00f1os del posconcilio, en que se insisti\u00f3 tanto en la eficacia casi autom\u00e1tica de las obras, que se lleg\u00f3 a pensar que bastaba este testimonio para que espont\u00e1neamente brotase, sin necesidad de palabras, la pregunta sobre el sentido e incluso la confesi\u00f3n de fe. La experiencia concreta ha obligado a cambiar ruta y a valorar el papel necesario del anuncio verbal
        \nEn todo caso, se impone, tarde o temprano, la urgencia del anuncio expl\u00edcito de Jesucristo, si queremos completar la tarea evangelizadora. Ahora bien, \u00bfen qu\u00e9 consiste propiamente tal anuncio? \u00bfqu\u00e9 es lo que, de hecho, hay que anunciar?
        \n <\/p>\n

          \n
        1. EN EL CENTRO DEL ANUNCIO: EL EVANGELIO DEL REINO DE DIOS<\/strong><\/li>\n<\/ol>\n

           
          \nEl primer anuncio se refiere, evidentemente, a la proclamaci\u00f3n del Evangelio, al anuncio de Jesucristo y de su mensaje. Se trata de anunciar lo que Dios nos ha revelado por medio de Jesucristo, su proyecto de salvaci\u00f3n.
          \nEl anuncio evang\u00e9lico puede resonar de muchas maneras y con distintas expresiones. Podemos hablar de \u00e9l como \u00abhistoria de salvaci\u00f3n\u00bb, como \u00abplan de redenci\u00f3n\u00bb, como \u00abmisterio pascual\u00bb de Cristo, como revelaci\u00f3n de Dios-Amor, etc. Pero hoy consideramos como privilegiado el modo preferido por Jes\u00fas: el anuncio del Reino. El \u00abReino de Dios\u00bb es el plan grandioso de Dios sobre la humanidad, el proyecto anunciado en Jesucristo de un mundo reconciliado y fraterno, realizaci\u00f3n de los valores que sue\u00f1a desde siempre el coraz\u00f3n humano: el amor, la vida, la verdad, la felicidad, la justicia, la paz. El anuncio del Reino, como realidad y como promesa, constituye hoy probablemente la manera m\u00e1s estimulante y comprensible de proclamar en nuestro mundo la novedad del Evangelio de Jes\u00fas.
          \nMir\u00e1ndolo bien, el anuncio del Reino descoloca a la Iglesia, descoloca a nuestras comunidades, pues nos obliga a superar toda obsesi\u00f3n confesional y eclesioc\u00e9ntrica, la concepci\u00f3n tradicional de la Iglesia como centro y lugar casi exclusivo de los valores del Reino, pr\u00e1cticamente identificada con el Reino de Dios. Si en cambio pensamos en la Iglesia como \u00absacramento del Reino\u00bb, como signo y anuncio del gran proyecto de Dios que ata\u00f1e a todos los hombres, entonces se ampl\u00eda enormemente el horizonte de la evangelizaci\u00f3n. En esta perspectiva, es ese proyecto del Reino, y por tanto la suerte de la humanidad, el punto de mira de los afanes evangelizadores. Se supera la obsesi\u00f3n eclesioc\u00e9ntrica (Iglesia preocupada de s\u00ed misma, de su conservaci\u00f3n y expansi\u00f3n) para asumir una orientaci\u00f3n misionera, como pueblo mesi\u00e1nico que se siente enviado al coraz\u00f3n del mundo para testimoniar y servir.
          \nEs un \u00e1ngulo de visi\u00f3n que resalta el sentido profundo del anuncio como un servicio desinteresado y como un testimonio de amor:
          \n 
          \n\u00abel anuncio de la fe est\u00e1 indisolublemente vinculado al servicio y es, en s\u00ed mismo, un acto de caridad con el que el testigo ofrece a otra persona lo mejor que posee, no ante todo para convertirlo, sino para testimoniar el amor que le tiene\u00bb<\/em>.
          [8]<\/a>
          \n 
          \nVista a la luz del evangelio del Reino, la evangelizaci\u00f3n es tambi\u00e9n anuncio y testimonio de la presencia del Esp\u00edritu Santo en la humanidad, del continuo emerger de los valores del Reino m\u00e1s all\u00e1 de las fronteras confesionales, dondequiera que haya hombres y mujeres de buena voluntad:
          \n 
          \n\u00abEn este contexto, se comprende que evangelizar es estimar y valorar el \u201cya ah\u00ed\u201d [le \u201cd\u00e9j\u00e0 l\u00e0\u201d] de la vida del Esp\u00edritu Santo en el dinamismo que anima a nuestros contempor\u00e1neos, a fin de que el Evangelio pueda llegar a convertir, a renovar esos dinamismos y a reajustarlos continuamente al Esp\u00edritu que los suscita\u00bb<\/em>.
          [9]<\/a>
          \n 
          \n\u00abLa evangelizaci\u00f3n tambi\u00e9n consiste en descubrir el Evangelio ya hecho, ya practicado, ya presente y operativo en el mundo, incluso m\u00e1s all\u00e1 de las fronteras confesionales de la Iglesia. Consiste tambi\u00e9n en reconocer lo que hay de Evangelio en la historia humana, dentro y fuera de las Iglesias. Reconocer la presencia activa del Evangelio en la sociedad es buena noticia para la humanidad, tambi\u00e9n para los cristianos. Cuando descubrimos la presencia operativa del Evangelio en la humanidad, el evangelizador se alegra. Pero, adem\u00e1s, se siente evangelizado por la propia humanidad. El hecho de que Cristo llegue primero o antes del predicador, el evangelizador o el misionero es muy importante e invita a una nueva forma de pensar la evangelizaci\u00f3n\u00bb.
          [10]<\/a>
          \nEsta ampliaci\u00f3n del horizonte evangelizador no debe en modo alguno enfriar el empe\u00f1o por el anuncio expl\u00edcito de Jesucristo, pero puede iluminar y confirmar los esfuerzos apost\u00f3licos de quienes, por actuar en contextos o con personas confesionalmente lejanas, no consiguen llegar a tal anuncio. Y son situaciones que cada vez nos van a afectar m\u00e1s, dado el pluralismo cultural y religioso en que vivimos y ante la opaca y persistente indiferencia religiosa de muchos hombres y mujeres de nuestra sociedad secularizada.
          \nPero volvamos al mensaje propiamente dicho del anuncio evang\u00e9lico. Y m\u00e1s que detenernos en explicitar su contenido, bien conocido, interesa destacar sus caracter\u00edsticas originales, sus dimensiones t\u00edpicas, las connotaciones que aseguran su novedad y significado. Las podemos resumir de este modo: la proclamaci\u00f3n del Reino es al mismo tiempo anuncio y encuentro con una Persona, testimonio y comunicaci\u00f3n de una experiencia, narraci\u00f3n de una historia, revelaci\u00f3n de un misterio o proyecto de salvaci\u00f3n.
          \nEl anuncio evang\u00e9lico es, ante todo, anuncio y encuentro con una Persona, Cristo Jes\u00fas, m\u00e1xima notificaci\u00f3n de Dios al hombre. El cristianismo, se ha podido decir, no es algo, es Alguien. En su entra\u00f1a m\u00e1s profunda est\u00e1 el encuentro con una Persona adorable, la intimidad con una Persona que satisface los deseos m\u00e1s profundos del coraz\u00f3n humano. La evangelizaci\u00f3n debe ser, antes que nada, comunicaci\u00f3n personal e invitaci\u00f3n a un encuentro personal. Es la exigencia que la evangelizaci\u00f3n comparte con una de sus formas tradicionales, la catequesis:
          \n 
          \n\u00abEn el centro de la catequesis encontramos esencialmente una Persona: la de Jes\u00fas de Nazaret […]. En este sentido, el fin definitivo de la ca\u00adtequesis es poner a uno no s\u00f3lo en contacto sino en comuni\u00f3n, en intimi\u00addad con Jesucristo\u00bb<\/em>.
          [11]<\/a>
          \n 
          \nEl resultado de nuestra acci\u00f3n evangelizadora depende, naturalmente, de muchos factores, pero el m\u00e1s importante, el desencadenante de todo el proceso de transformaci\u00f3n y de conversi\u00f3n, es el encuentro con Jesucristo. Cuando este encuentro reviste una gran intensidad cautivadora, repercute en las actitudes que uno toma en la vida y constituye una referencia esencial para definir la propia identidad y el propio proyecto de vida.
          \nEl anuncio evang\u00e9lico es, en segundo lugar, testimonio y comunicaci\u00f3n de una experiencia. El encuentro con Jesucristo se realiza por lo general, no por v\u00eda intelectual de razonamiento o de transmisi\u00f3n de conocimientos, sino como resultado de una experiencia, de una realidad vivida y experimentada que ilumina la existencia y da sentido a la vida. Es una ley estructural en el plan de Dios, ya que su revelaci\u00f3n se hace presente en nuestra historia a trav\u00e9s de experiencias que dan sentido a la existencia y abren el coraz\u00f3n a la esperanza.
          \nDicho con otras palabras: en el centro del anuncio evang\u00e9lico no se encuentra una doctrina, sino unaexperiencia (o mejor, una \u00abcorrelaci\u00f3n\u00bb de experiencias) que, en cuanto tal, debe ser narrada y testimoniada. Su efecto debe ser la escucha de un relato significativo e interpretativo de la existencia que hace memoria del misterio de Cristo y pone en relaci\u00f3n con la vida de Dios Trinidad.
          \nEste rasgo esencial de la comunicaci\u00f3n evangelizadora, su dimensi\u00f3n experiencial, resulta providencial en la labor con los j\u00f3venes de hoy, ya que \u00e9stos consideran cre\u00edbles solamente las cosas que son objeto de experiencia, que es posible experimentar. En cierto sentido se puede decir que, para los j\u00f3venes de nuestra sociedad, vale lo que consta por experiencia, lo que puede ser confirmado a trav\u00e9s de la experiencia. Esto trae consigo, ciertamente, consecuencias negativas, pues descalifica ya de entrada el valor de la verdad, del razonamiento, el magisterio de la historia, el argumento de autoridad. Pero asegura por otra parte la credibilidad y el valor de la fe experiencial, algo que es condici\u00f3n necesaria para una actitud convincente de fe. El reto es de envergadura: hoy no es posible anunciar a Cristo como salvador si no se comunica y se vive una aut\u00e9ntica experiencia de salvaci\u00f3n. No vale decir que en Jes\u00fas encontramos el sentido de la vida y de la felicidad si no hacemos ver, experimentalmente, que realmente Jesucristo ha transformado nuestra vida y nos hace felices.
          \nEl anuncio evang\u00e9lico es tambi\u00e9n, necesariamente, narraci\u00f3n de una historia. La revelaci\u00f3n de Dios se ha realizado en una historia concreta, tiene entre sus connotaciones esenciales la de la historicidad. Se ha encarnado y se encarna en acontecimientos hist\u00f3ricos, culturalmente condicionados, teniendo en su centro el evento hist\u00f3rico de Jes\u00fas de Nazaret. De ah\u00ed que su comunicaci\u00f3n suponga necesariamente poner en contacto con una serie de hechos hist\u00f3ricos e invitar a insertarse vitalmente en un proceso hist\u00f3rico, que es ante todo el amplio marco de la creaci\u00f3n de Dios y, m\u00e1s concretamente, la experiencia hist\u00f3rica de Israel (narrada en el AT), la experiencia extraordinaria de la Iglesia apost\u00f3lica con Jes\u00fas de Nazaret (el NT), y los acontecimientos postb\u00edblicos de la historia de la Iglesia.
          \nEste car\u00e1cter hist\u00f3rico de la revelaci\u00f3n imprime un sesgo muy particular a todo proceso de comunicaci\u00f3n de la fe. No puede faltar en este sentido el relato, la narraci\u00f3n, el poner en contacto con hechos concretos que dibujan un proyecto salvador y que tienen una relevancia fundamental para nuestra vida. De ah\u00ed tambi\u00e9n la consecuencia de que el lenguaje de la narraci\u00f3n constituye una pieza esencial de todo anuncio evang\u00e9lico.
          \nEl anuncio evang\u00e9lico es, finalmente, revelaci\u00f3n de un misterio o proyecto de salvaci\u00f3n. No es una historia cualquiera. No se limita nunca a relatar hechos por el gusto de conocer el pasado o de ampliar la erudici\u00f3n hist\u00f3rica. No, se trata sobre todo de narrar una historia (concentrada en una persona excepcional: Jes\u00fas deNazaret) que contiene y anuncia un \u00abmisterio\u00bb (en su significado de \u00abbuena noticia\u00bb, de \u00absecreto\u00bb, de \u00abplan de vida y de salvaci\u00f3n\u00bb). En el coraz\u00f3n de la comunicaci\u00f3n evangelizadora tenemos una serie de acontecimientos que anuncian y encierran una experiencia de liberaci\u00f3n y de vida, un mensaje de amor y de esperanza, una clave de interpretaci\u00f3n y de sentido de la existencia. Esto significa que el anuncio evang\u00e9lico debe asumir, entre otros aspectos, tambi\u00e9n la forma de una narraci\u00f3n de hechos salv\u00edficos, los \u00abmirabilia Dei\u00bb, narraci\u00f3n de una historia cargada de sentido, como anuncio de una Persona que revela e invita a un proyecto de amor. Se habla de una Persona y de una historia que tienen una enorme significaci\u00f3n para la vida de las personas: el Evangelio debe ser percibido como \u00abuna fuerza para vivir\u00bb, como fuente de sentido y de alegr\u00eda, como camino de humanizaci\u00f3n y potencia de renovaci\u00f3n. Debe responder a la demanda de sentido, a la b\u00fasqueda de la verdad, a los deseos m\u00e1s profundos de paz, de justicia, de amor, de realizaci\u00f3n cabal de la propia vida. S\u00f3lo de esta manera el anuncio de Jesucristo y la narraci\u00f3n de su aventura humana y divina llega a ser de verdad la \u00abbuena noticia\u00bb que transforma la existencia y que permite, como dicen los franceses, \u00abse tenir dans la vie en croyants\u00bb.
          [12]<\/a>
          \nEs toda una invitaci\u00f3n a sumergirse existencialmente en un proyecto fascinante y a adherir con fe y amor a una Persona. Como es f\u00e1cil comprender, todo esto no excluye el aspecto doctrinal del anuncio y, por tanto, la existencia de verdades que se deben acoger y profesar, pero esto no es ciertamente el elemento m\u00e1s importante y decisivo.
          \n <\/p>\n

            \n
          1. ANUNCIAR A JESUCRISTO A LOS J\u00d3VENES: EL VALOR DE LA PROPUESTA<\/strong><\/li>\n<\/ol>\n

             
            \nComo hemos podido comprobar, la tarea evangelizadora se presenta muy rica y compleja, con acentos y rasgos diversificados. Son muchas y muy variadas las facetas que puede asumir una acci\u00f3n eficazmente evangelizadora. Pero en todo caso, como ya hemos indicado, nuestra pastoral debe encontrar tambi\u00e9n los caminos para llegar al anuncio expl\u00edcito de Cristo y al encuentro con \u00c9l. No hemos de tener miedo de anunciar expl\u00edcitamente la buena nueva de Jesucristo a los j\u00f3venes de nuestro tiempo.
            \nEso s\u00ed, normalmente ser\u00e1 importante esforzarse por suscitar la pregunta religiosa, hacer emerger de alguna manera el interrogante vital que abre el camino al anuncio evang\u00e9lico. No nos suceda, como ha denunciado uncatequeta mexicano, Francisco Merlos, refiri\u00e9ndose a la catequesis, que damos \u00abrespuestas que nadie entiende a preguntas que nadie se hace\u00bb. En esto ciertamente nos topamos con una gran dificultad, dado que nuestra sociedad parece empe\u00f1ada en apagar o marginar toda inquietud religiosa.
            \nHay que decir, sin embargo, que no es necesario esperar siempre que la pregunta venga formulada espont\u00e1neamente por los mismos j\u00f3venes para decidirse, solo despu\u00e9s, a darles una respuesta y anunciarles a Jesucristo. Uno se puede adelantar, en forma de propuesta, como testimonio de algo que llena tu vida, que le da sentido pleno, que responde a tus m\u00e1s profundas aspiraciones. En un contexto sociocultural pluralista y en una sociedad que promueve la libertad religiosa, tambi\u00e9n las creencias religiosas tienen carta de ciudadan\u00eda, por lo que tiene que resultar absolutamente normal que la propuesta cristiana pueda ofrecerse a la libre elecci\u00f3n de cuantos quieran escucharla y acogerla.
            \nEs verdad que el anuncio cristiano no deber\u00e1 presentarse nunca con visos de imposici\u00f3n o, menos a\u00fan, recurriendo al adoctrinamiento o al proselitismo. Debe significar, en cambio, una oferta libre, una invitaci\u00f3n, una propuesta: \u00abven y ver\u00e1s\u00bb. Lo que no significa que no deba al mismo tiempo ser formulado con decisi\u00f3n y claridad, como clave de lectura del sentido de la vida, secreto de realizaci\u00f3n y de felicidad, fuente de esperanza.
            \nUna \u00faltima aclaraci\u00f3n. El dinamismo evangelizador de los cristianos de hoy, de la Iglesia actual, debe tener en cuenta con realismo la situaci\u00f3n en que se encuentra y respetar las nuevas coordinadas culturales. Esto exige, concretamente, un nuevo talante y nuevas actitudes, abandonando las posturas tradicionales heredadas del per\u00edodo de cristiandad. Nuestro anuncio evangelizador se deber\u00e1 realizar \u00abdesde la debilidad institucional\u00bb, sin sentimientos de revancha, o esp\u00edritu de cruzada, o resentimiento y nostalgia del pasado. Tendr\u00e1 que apoyarse en una actitud de sincero amor y simpat\u00eda hacia el mundo de hoy, evitando demonizaciones y f\u00e1ciles condenas, sabiendo que este mundo es amado de Dios.
            \nY sobre todo no deber\u00e1 perder de vista la serena convicci\u00f3n de que es Dios, es el Esp\u00edritu Santo el que mueve los corazones, el que puede eficazmente convertir a las personas: no somos nosotros, por muy decididos y preparados que nos sintamos. Toda conversi\u00f3n a la fe, toda apertura a la Palabra de Dios es siempre algo inesperado, constituye siempre una sorpresa, algo que nadie puede programar de antemano. En ese sentido, debemos sentirnos felices de hacer lo que est\u00e1 de nuestra parte, como disc\u00edpulos y servidores del Evangelio, desde la aceptaci\u00f3n serena de nuestra falta de control, de nuestra imposibilidad de dominar la situaci\u00f3n, aquello que con bella expresi\u00f3n nuestros amigos de lengua francesa llaman la \u00abheureuse d\u00e9ma\u00eetrise\u00bb.
            \n <\/p>\n

            EmilioAlberich<\/p>\n

             
            \n
            [1]<\/a> Exhortaci\u00f3n apost\u00f3lica de Pablo VI \u00abEvangelii<\/em> nuntiandi<\/em>\u00bb (8.12.1975, = EN), 14.
            \n
            [2]<\/a> \u00abProponer la fe en la sociedad actual. Carta de la Conferencia Episcopal Francesa a los cat\u00f3licos de su pa\u00eds (Lourdes, 9 de noviembre de 1996)\u00bb, en: D. MART\u00cdNEZ – P. GONZ\u00c1LEZ – J. L. SABORIDO (Eds), Proponer la fe hoy.<\/em>De lo heredado a lo propuesto<\/em>. Santander, Sal Terrae 2006, introducci\u00f3n.
            \n
            [3]<\/a> Card. A. CICOGNANI, Carta en nombre del Papa al IV Congreso Nacional franc\u00e9s sobre la ense\u00f1anza religiosa (23.3.1964): \u00abLa Documentation catholique\u00bb 46 (1964) N. 1422, col. 503.
            \n
            [4]<\/a> J. MART\u00cdN VELASCO, \u00abReflexi\u00f3n sobre los medios para la evangelizaci\u00f3n, en el XXX aniversario de Evangeliinuntiandi\u00bb, en: F. ELIZONDO et al., Evangelizar, esa es la cuesti\u00f3n. En el XXX aniversario de Evangelii nuntiandi<\/em>. Madrid, PPC 2006, 99.
            \n
            [5]<\/a> Cf C. FLORIST\u00c1N, \u00abTestimonio\u00bb, en: ID (Ed), Nuevo Diccionario de Pastoral<\/em>, Madrid, San Pablo 2003, 1496-1498.
            \n
            [6]<\/a> J. M. VELASCO, La respuesta a crisis de transmisi\u00f3n de la fe (III)<\/em>, \u00abCatequistas\u00bb N. 180 (2007) 6.
            \n
            [7]<\/a> CONGREGACION PARA EL CLERO, Directorio General para la Catequesis<\/em> (= DGC). Madrid, EDICE 1997, 48.
            \n
            [8]<\/a> A. FOSSION, Le renouveau cat\u00e9ch\u00e9tique. \u00c0 propos d’une th\u00e8se r\u00e9cente<\/em>, \u00abLumen Vitae\u00bb 62 (2007)2, 236.Podemos recodar el ejemplo de Madre Teresa de Calcuta, cuya solicitud se dirig\u00eda a los m\u00e1s pobres y desheredados de la India. La mayor\u00eda de ellos era hind\u00fa, y permanec\u00edan hind\u00faes, y Madre Teresa los ayudaba a morir como buenos hind\u00faes. A ella le interesaba simplemente hacerles vivir una experiencia de amor aut\u00e9ntico, ser signo del amor de Dios por los \u00faltimos.
            \n
            [9]<\/a> J.-L. SOULETIE, La cat\u00e9ch\u00e8se ou la gr\u00e2ce d’initier dans un monde pluraliste<\/em>, \u00abLumen Vitae\u00bb 62 (2007)2, 143.
            \n
            [10]<\/a> F. MART\u00cdNEZ D\u00cdEZ, \u00ab\u00bfQu\u00e9 es evangelizar hoy? Hacia la Evangelii nuntiandi del a\u00f1o 2005\u00bb, en: ELIZONDO et al., Evangelizar, esa es la cuesti\u00f3n<\/em>, 61.
            \n
            [11]<\/a> JUAN PABLO II, Exhortaci\u00f3n apost\u00f3lica Catechesi<\/em> tradendae <\/em>(16.10. 1979), 5.
            \n
            [12]<\/a> \u00abmantenerse en pi\u00e9 como creyentes en la vida\u00bb: CONF\u00c9RENCE DES \u00c9V\u00caQUES DE FRANCE, Texte national pour l’orientation de la cat\u00e9ch\u00e8se en France et principes d’organisation<\/em>. Paris, Bayard-Centurion \/ Cerf \/ Fleurus-Mame2006, 1.5.<\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":"

            Emilio Alberich es catequeta (Sevilla)   S\u00cdNTESIS DEL ART\u00cdCULO Para la Iglesia, el anuncio evang\u00e9lico no es una tarea m\u00e1s, entre otras posibles, sino la tarea esencial. Se realiza cuando la presencia cristiana es anuncio y testimonio. Desde estas premisas, el art\u00edculo destaca la urgencia actual de recuperar el primer anuncio y la primera evangelizaci\u00f3n. […]<\/p>\n","protected":false},"author":3,"featured_media":0,"comment_status":"closed","ping_status":"closed","sticky":false,"template":"","format":"standard","meta":{"_et_pb_use_builder":"","_et_pb_old_content":"","_et_gb_content_width":"","footnotes":""},"categories":[251,1196,94],"tags":[],"class_list":["post-8016","post","type-post","status-publish","format-standard","hentry","category-emilio-alberich-sotomayor","category-estudios-371","category-mision-joven-2"],"_links":{"self":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/8016","targetHints":{"allow":["GET"]}}],"collection":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/posts"}],"about":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/types\/post"}],"author":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/users\/3"}],"replies":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/comments?post=8016"}],"version-history":[{"count":0,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/8016\/revisions"}],"wp:attachment":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/media?parent=8016"}],"wp:term":[{"taxonomy":"category","embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/categories?post=8016"},{"taxonomy":"post_tag","embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/tags?post=8016"}],"curies":[{"name":"wp","href":"https:\/\/api.w.org\/{rel}","templated":true}]}}