{"id":8026,"date":"2007-11-01T00:00:46","date_gmt":"2007-10-31T22:00:46","guid":{"rendered":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/?p=8026"},"modified":"2007-11-01T00:00:46","modified_gmt":"2007-10-31T22:00:46","slug":"factores-de-riesgo-menores","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/factores-de-riesgo-menores\/","title":{"rendered":"Factores de riesgo \u201cmenores\u201d"},"content":{"rendered":"

Jos\u00e9 Joaqu\u00edn G\u00f3mez Palacios pertenece al Consejo de Redacci\u00f3n de Mision<\/em>Joven.<\/em> Es Delegado de Escuelas de la Provincia Salesiana de Valencia.<\/strong>
\n\u00a0<\/strong>
\nS\u00cdNTESIS DEL ART\u00cdCULO<\/strong>
\nEste art\u00edculo se sit\u00faa expl\u00edcitamente en una perspectiva de atenci\u00f3n educativa preventiva. Detecta un amplio conjunto de factores de riesgo (individuales, familiares, sociales) que actualmente se ciernen ya sobre los adolescentes y preadolescentes. La opci\u00f3n del autor es fijarse casi exclusivamente en los que llama factores de riesgo \u201cmenores\u201d y que, quiz\u00e1s por ello, se les presta menor atenci\u00f3n, porque se trata de situaciones ordinarias y habituales, pero que, sin embargo, pueden ocasionar situaciones y conductas preocupantes. Pero la finalidad del art\u00edculo no es tanto detectar y describir los s\u00edntomas, cuanto proponer de manera pedag\u00f3gica algunas orientaciones para padres y educadores.
\n 
\nLa conducta social desajustada, las adicciones, la violencia, la depresi\u00f3n, la apat\u00eda, las crisis de ansiedad y angustia, los trastornos alimenticios graves\u2026 son situaciones no deseables que definen un cierto malestar individual y social. La mayor\u00eda de las situaciones citadas, en sus fases agudas, comportan graves prejuicios para quien las sufre, pudiendo llegar a ser causa de exclusi\u00f3n social. La infancia y la adolescencia son colectivos vulnerables.
\nLa prevenci\u00f3n aparece como una v\u00eda de mejora \u00f3ptima y deseable. Educaci\u00f3n y prevenci\u00f3n forman actualmente un binomio educativo de primer orden. Ambos conceptos se dan la mano en un intento de atajar los problemas antes de que sucedan.
\nLa prevenci\u00f3n de estos trastornos implica el an\u00e1lisis de las variables que intervienen en su origen. Los factores de riesgo var\u00edan tambi\u00e9n en funci\u00f3n de la persona y del contexto social. Una misma realidad negativa afecta a algunos ni\u00f1os y adolescentes, mientras que otros son capaces de enfrentarla sin sucumbir.
\nLa mayor parte de los factores de riesgo que se citan en el presente art\u00edculo no son graves. Todos ellos pueden definirse como situaciones ordinarias y habituales, raz\u00f3n por la cual se les denomina con el t\u00edtulo de \u201cmenores\u201d. Pero cuando persisten en el tiempo, cuando no son objeto de atenci\u00f3n por parte de padres y educadores y derivan a otras dimensiones de la persona\u2026 pueden convertirse en trampolines hacia situaciones preocupantes.
\nSe han clasificado en individuales, familiares y sociales. Junto a la descripci\u00f3n somera de cada uno de ellos se indican sencillas orientaciones para padres y educadores. Esta enumeraci\u00f3n no queda cerrada. Una observaci\u00f3n atenta ayudar\u00e1 al educador a detectar nuevos factores \u201cmenores\u201d
\n <\/p>\n

    \n
  1. Factores de riesgo \u201cmenores\u201d<\/strong><\/li>\n<\/ol>\n

    \u00a0\u00a0\u00a0 \u00c1rea individual<\/strong>
    \n 
    \n1.1 Inseguridad personal<\/strong>
    \n 
    \nLas personas necesitan un m\u00ednimo de autoestima en todas las etapas de su existencia. La autoestima ayuda a potenciar las propias posibilidades y a realizar las tareas de la vida con inter\u00e9s y eficacia. Durante la adolescencia aumenta considerablemente su necesidad. Esta cualidad personal evita estados de inseguridad e inferioridad.
    \nLa seguridad en uno mismo es el convencimiento de que se posee la capacidad suficiente para resolver los problemas que se presentan y para ofrecer algo valioso a quienes nos rodean. La falta de autoestima, y la inseguridad personal derivada de su carencia, es un factor de riesgo. Convienen reforzar la identidad personal y la autoestima de ni\u00f1os y adolescentes como elemento para minimizar riesgos.
    \nPadres y educadores deben desarrollar la autoestima \u201cmerecida\u201d. Es decir, aquella que se fundamenta en logros reales, la que perdura, la que se sustenta en el esfuerzo diario por ser cada vez un poco mejor y alcanzar nuevas metas de forma aut\u00f3noma. Todo ello se consigue formando el car\u00e1cter, educando la voluntad, generando h\u00e1bitos de esfuerzo, promoviendo el trabajo bien hecho, facilitando una visi\u00f3n positiva de la propia persona, desarrollando el autodominio y la disciplina y abri\u00e9ndose progresivamente a los dem\u00e1s. Una persona servicial y generosa presenta cotas altas de autoestima.
    \nHay que evitar aquella concepci\u00f3n err\u00f3nea de autoestima en la que se alaba a ni\u00f1os y adolescentes por sistema, independientemente de su comportamiento. Este falso concepto busca que los menores no sufran, no se sientan avergonzados y que no consideren que se critica lo que dicen o hacen, reduciendo la autoestima a una tolerancia total.
    \nLa autoestima aut\u00e9ntica es fuente de seguridad personal y contribuye a fortalecer la persona, haci\u00e9ndola m\u00e1s resistente y menos vulnerable a los problemas.
    \n 
    \n1.2 Prejuicios y \u201cetiquetas\u201d<\/strong>
    \n 
    \nLas personas estamos en constante cambio y transformaci\u00f3n. Nuestra capacidad de adaptaci\u00f3n es muy grande. Para que las transformaciones lleguen a ser realidad y se d\u00e9 un crecimiento en la madurez, debe existir un ambiente que lo posibilite.
    \nLas \u201cetiquetas\u201d son esos prejuicios y estereotipos que impiden el cambio positivo de quienes las soportan. Cuando los educadores resaltan con \u00e9nfasis las facetas negativas de ni\u00f1os y adolescentes, est\u00e1n yendo contra varios principios fundamentales de la educaci\u00f3n: comprensi\u00f3n, afecto, aliento y reconocimiento del esfuerzo realizado y de los logros.
    \nExisten educadores que cuelgan \u201cetiquetas\u00bb a ni\u00f1os y adolescentes ante errores repetidos. Estas \u201cetiquetas\u201d pueden limitar el desarrollo de los menores, impidi\u00e9ndoles cualquier tipo de transformaci\u00f3n. El educador debe animar y ofrecer siempre nuevas oportunidades de cambio, evitando que chicos y chicas queden anclados en sus facetas negativas.
    \nMayor atenci\u00f3n se debe prestar a las \u00abetiquetas\u00bb impuestas por amigos y compa\u00f1eros. Estas catalogaciones negativas paralizan a quienes las reciben, evitando la evoluci\u00f3n positiva. Quien soporta una \u201cetiqueta\u201d ha sido juzgado de antemano por los compa\u00f1eros y compa\u00f1eras y condenado a ser tal como se le ha catalogado previamente.
    \n 
    \n1.3 Baja tolerancia a la frustraci\u00f3n<\/strong>
    \n 
    \nUno de los objetivos fundamentales de la educaci\u00f3n es el desarrollo de personas maduras, responsables y aut\u00f3nomas. La cercan\u00eda personal, el afecto y la comunicaci\u00f3n son instrumentos esenciales para una buena educaci\u00f3n.
    \nPero tambi\u00e9n es funci\u00f3n esencial de la educaci\u00f3n se\u00f1alar l\u00edmites claros y coherentes, aunque a veces resulte complicado e ingrato. Decir un \u201cno\u201d a tiempo es conveniente y necesario. Existe un cierto miedo a que el ni\u00f1o y el adolescente sufra la frustraci\u00f3n de recibir un \u00abno\u00bb. No obstante, el ense\u00f1ar a interiorizar unas normas y trasmitir una disciplina, les hace m\u00e1s responsables, les ayuda a madurar y a tornarse resistentes antes los conflictos de la vida. Una persona adquiere mayor nivel de madurez cuando sabe integrar las dificultades y no se derrumba con el sufrimiento; cuando es resistente a la frustraci\u00f3n y sabe gestionarla adecuadamente.
    \nResulta sencillo decir \u00abno\u00bb a los ni\u00f1os peque\u00f1os. Es m\u00e1s dif\u00edcil proponer l\u00edmites a los adolescentes. El adolescente vive una etapa compleja y cuesta mostrarle que existen actitudes y comportamientos que no son convenientes para su desarrollo personal arm\u00f3nico.
    \nPadres y educadores suelen tener miedo a poner l\u00edmites. Sin embargo, es saludable ense\u00f1ar a soportar el esfuerzo y el sufrimiento, siempre que \u00e9ste sea proporcionado y que ni\u00f1os y adolescentes sientan a su lado la presencia de padres y educadores ayud\u00e1ndoles a superar estos momentos. Los chicos y chicas que desarrollan una adecuada capacidad de esfuerzo y resistencia al sufrimiento, presentan menor riesgo de ver alterada su persona y conducta por factores ambientales.
    \n 
    \n1.4 Mentalidad anor\u00e9xica<\/strong>
    \n 
    \nLa anorexia y la bulimia nerviosa son dos enfermedades que se han instalado en nuestra sociedad y preocupan grandemente. Cuando la mentalidad anor\u00e9xica se desarrolla y se convierte en enfermedad, tiene una curaci\u00f3n larga y costosa.
    \nLa mayor\u00eda de padres y educadores, aunque no se tengan que enfrentar directamente con esta enfermedad, s\u00ed deben prevenir las consecuencias de la llamada \u00abcultura de la delgadez\u00bb. Esta cultura es un factor de riesgo. Se caracteriza por el deseo de pesar cada vez menos, por el miedo a convertirse en una persona obesa, y por una cierta presi\u00f3n psicol\u00f3gica y social que impulsa, a ni\u00f1os y adolescentes, a percibirse m\u00e1s gruesos de lo que en realidad son.
    \nLa mentalidad anor\u00e9xica se desarrolla progresivamente, pudiendo ser detectada en sus fases iniciales. Las personas afectadas por esta alteraci\u00f3n comienzan con una intensa dieta alimenticia, un ejercicio f\u00edsico excesivo y se someten a purgas, v\u00f3mitos provocados, laxantes, diur\u00e9ticos…
    \nEsta perturbaci\u00f3n se desencadena activada por factores tales como:<\/p>\n

      \n
    • Los cambios f\u00edsicos y emocionales de la adolescencia.<\/li>\n
    • Insatisfacci\u00f3n general y falta de valores.<\/li>\n
    • No integraci\u00f3n de la propia imagen corporal.<\/li>\n
    • Ausencia de h\u00e1bitos bien estructurados y normas estables.<\/li>\n
    • Sobrepeso y obesidad.<\/li>\n
    • Baja capacidad para resolver los conflictos.<\/li>\n
    • Pobre comunicaci\u00f3n con los dem\u00e1s.<\/li>\n
    • Estereotipos culturales femeninos como la delgadez extrema.<\/li>\n
    • Pensamientos err\u00f3neos respecto al peso, la comida y la figura.<\/li>\n<\/ul>\n

       
      \nPara una detecci\u00f3n precoz de este factor de riesgo, padres y educadores pueden fijarse en los siguientes indicadores:<\/p>\n

        \n
      • Cambios en los h\u00e1bitos alimenticios y en la forma de comer. Por ejemplo: evitar tomar alimentos como: dulces, carne, fritos, pan\u2026<\/li>\n
      • Atracones de comida de forma compulsiva.<\/li>\n
      • Ir al ba\u00f1o sistem\u00e1ticamente despu\u00e9s de las comidas o durante las mismas.<\/li>\n
      • Hacer ejercicio f\u00edsico excesivo, inquietud general, desplazarse siempre andando.<\/li>\n
      • Car\u00e1cter irritable por motivos sin importancia. Cambios repentinos de un humor.<\/li>\n
      • Desmedido inter\u00e9s por el aspecto f\u00edsico e insatisfacci\u00f3n con su figura.<\/li>\n<\/ul>\n

         
        \nLa dedicaci\u00f3n y la cercan\u00eda personal de padres y educadores esfundamental para que los adolescentes encuentren soluciones. Para ello:<\/p>\n

          \n
        • Dedicar tiempo y mostrarse interesados para que los adolescentes expliquen si tienen alg\u00fan problema.<\/li>\n
        • No conviene preguntar directamente si est\u00e1n padeciendo un trastorn\u00f3 alimentario. Lo m\u00e1s probable es que se encierren en s\u00ed mismos y no se resuelvan el problema. Quien sufre esta alteraci\u00f3n no suele ser consciente de la misma.<\/li>\n
        • Ofrecer valores profundos que ayuden a situar la corporalidad en su lugar.<\/li>\n<\/ul>\n

           
          \nLa preocupaci\u00f3n por el cuerpo no es en s\u00ed un \u00edndice de riesgo. Todos los adolescentes se enfrentan a su propio cuerpo en b\u00fasqueda de una imagen personal adecuada. La preocupaci\u00f3n por la corporalidad y por la propia imagen personal y social, son actitudes normales durante la adolescencia.
          \n 
          \n1.5 El estr\u00e9s mantenido<\/strong>
          \n 
          \nMuchos adultos consideran que el estr\u00e9s es un problema propio de la etapa adulta. Sin embargo, algunos de ni\u00f1os y adolescentes tambi\u00e9n presentan cuadros de estr\u00e9s. Muchos chicos y chicas llevan vidas agitadas y forman parte de esta sociedad anclada en la prisa, la exigencia y las constantes adaptaciones al medio cambiante.
          \nEl estr\u00e9s es una respuesta de la persona ante una situaci\u00f3n que requiere mayor tensi\u00f3n. Es algo habitual y positivo. Ayuda a mantenernos alerta ante situaciones de la vida que requieren m\u00e1xima concentraci\u00f3n. No obstante, estos estados de activaci\u00f3n prolongados son negativos para nuestro organismo. Cuando el nivel de estr\u00e9s es superior al que podemos resistir, y de excesiva duraci\u00f3n, se convierte en algo problem\u00e1tico y en factor de riesgo.
          \nVarios son los contextos que pueden conducir a los chicos y chicas a niveles de estr\u00e9s no deseables:<\/p>\n

            \n
          • Cualquier cambio que tenga lugar en su vida y en su entorno pr\u00f3ximo y le exija una adaptaci\u00f3n.<\/li>\n
          • Experiencias traum\u00e1ticas como accidentes de tr\u00e1fico, fallecimiento de un familiar, separaciones de padres no bien asimiladas…<\/li>\n
          • En los adolescentes son tambi\u00e9n origen y fuente de estr\u00e9s: las tareas escolares de creciente dificultad, los cambios en el cuerpo, la no aceptaci\u00f3n de la propia imagen, los problemas con los amigos y amigas, el hecho de vivir en un barrio poco seguro,…<\/li>\n<\/ul>\n

             
            \nCuando el estr\u00e9s es superior a la capacidad de reacci\u00f3n que tiene el adolescente puede llevar a situaciones de ansiedad, retraimiento, tristeza y soledad, conducta agresiva, alternativas equivocadas como las drogas y el alcohol, enfermedades f\u00edsicas… Para conseguir que la situaci\u00f3n de estr\u00e9s no se enquiste y genere mayores problemas, padres y educadores deben procurar:<\/p>\n

              \n
            • Escuchad con atenci\u00f3n y afecto a ni\u00f1os y adolescentes para ayudarles a sobrellevar y dar respuestas positivas a la nueva situaci\u00f3n.<\/li>\n
            • Dialogar continuamente, facilitando la expresi\u00f3n de sus sentimientos.<\/li>\n
            • Motivar a la participaci\u00f3n en deportes, m\u00fasica, teatro y otras actividades sociales.<\/li>\n
            • Favorecer el ejercicio f\u00edsico y la regularidad en las comidas.<\/li>\n
            • Ense\u00f1arles t\u00e9cnicas para enfrentarse a la situaci\u00f3n que producen el estr\u00e9s. Por ejemplo dividir trabajo grande en peque\u00f1as tareas f\u00e1ciles de realizar.<\/li>\n
            • Tomar descanso de aquellas situaciones que provocan estr\u00e9s.<\/li>\n<\/ul>\n

               <\/p>\n

                \n
              1. Factores de riesgo \u201cmenores\u201d<\/strong><\/li>\n<\/ol>\n

                \u00a0\u00a0\u00a0 \u00c1rea familiar<\/strong>
                \n\u00a0<\/strong>
                \n2.1 La sobreprotecci\u00f3n<\/strong>
                \n 
                \nLa protecci\u00f3n en exceso trae m\u00e1s problemas que ventajas. Padres y educadores se esfuerzan por conseguir lo mejor para ni\u00f1os y adolescentes. Pero con una exagerada protecci\u00f3n se est\u00e1 perjudicando el desarrollo de la personalidad. Es com\u00fan ver padres y educadores que hacen todo lo posible para evitar a chicos y chicas situaciones que pueden resultar conflictivas o dif\u00edciles de resolver. Lo adecuado no es evitarlas, sino prepararles para que aprendan a dar respuestas positivas. La hiperprotecci\u00f3n se da cuando la familia del menor procura:<\/p>\n

                  \n
                • Anticiparse a los caprichos y exigencias de los chicos y chicas, ofreci\u00e9ndoles lo que pudieran desear antes de haberlo pedido.<\/li>\n
                • Entender que el prestigio social requiere que los hijos est\u00e9n dotados de todos medios posibles para facilitarles la vida, a fin de que no sea menos que sus compa\u00f1eros.<\/li>\n
                • Defender a ultranza al menor, culpabilizando al entorno de sus equivocaciones o circunstancias dif\u00edciles.<\/li>\n
                • Inculcar temor y miedo ante cualquier situaci\u00f3n que se desarrolle fuera del ambiente familiar.<\/li>\n<\/ul>\n

                   
                  \nNi\u00f1os y adolescentes tratados de esta forma, dif\u00edcilmente alcanzar\u00e1n la madurez. No aprender\u00e1n a resolver por s\u00ed mismos las dificultades diarias a las que deben enfrentarse, provocando una disminuci\u00f3n en su seguridad personal y dej\u00e1ndose abatir cuando lleguen problemas y desenga\u00f1os.
                  \nLa superprotecci\u00f3n es un factor de riesgo porque crea personalidades dependientes, ni\u00f1os insaciables que no saben valorar aquello que tienen y piden de forma compulsiva.
                  \nLos ni\u00f1os y adolescentes hiperprotegidos encuentran serias dificultades para relacionarse adecuadamente con sus amigos y amigas.
                  \n 
                  \n2.2 Ni\u00f1os tiranos<\/strong>
                  \n 
                  \nEs normal que los ni\u00f1os peque\u00f1os sean egoc\u00e9ntricos durante una etapa de su vida. Pero es importante evitar que esta conducta quede anclada y se convierta en un factor de riesgo. Los ni\u00f1os tiranos suelen mostrar las siguientes caracter\u00edsticas:<\/p>\n

                    \n
                  • Son propensos a los caprichos.<\/li>\n
                  • Molestan a los dem\u00e1s pero no soportan ninguna molestia.<\/li>\n
                  • Muestran muy baja tolerancia a la frustraci\u00f3n.<\/li>\n
                  • Reaccionan de forma desmesurada ante dificultades y fracasos.<\/li>\n
                  • Precisan llamar continuamente la atenci\u00f3n.<\/li>\n
                  • Desean ser el centro de la atenci\u00f3n sin importarles los dem\u00e1s.<\/li>\n
                  • Cogen berrinches, enfadados y rabietas.<\/li>\n
                  • Manejan el chantaje afectivo y hacen sentirse culpables a padres y educadores utilizando la comparaci\u00f3n con otros ni\u00f1os.<\/li>\n<\/ul>\n

                     
                    \nEste tipo de conducta, aunque molesta, es controlable cuando el ni\u00f1o es peque\u00f1o. Pero cuando el adolescente ha adquirido estos h\u00e1bitos negativos, llegando a configurar su personalidad, el problema adquiere mayores proporciones. Ni\u00f1os y adolescentes \u00abtiranos\u00bb consiguen que sus educadores se vayan transformando en sus servidores y sus padres en sus esclavos.
                    \nSalvador Minuchin, psic\u00f3logo familiar, afirma: \u00abCuando un tirano peque\u00f1o aterroriza a una familia entera, se debe suponer que tiene un c\u00f3mplice. Para que un tirano, que no se eleva m\u00e1s de un metro del suelo, cause tales desacatos, es preciso que est\u00e9 subido a los hombros de alg\u00fan adulto. En todos los casos se supone con certeza que los padres se descalifican el uno al otro o est\u00e1n en desacuerdo con la manera de educar al ni\u00f1o, lo que le concede al tirano una posici\u00f3n de poder y control de la familia\u201d.
                    \nEs f\u00e1cil conseguir que un ni\u00f1o se convierta en un caprichoso absoluto. Para ello basta con consentirle todo, no decirle nunca \u00abno\u00bb y doblegarse siempre a sus peticiones y caprichos. Para evitar que ni\u00f1os y adolescentes fijen su personalidad en estas facetas negativas es conveniente:<\/p>\n

                      \n
                    • No claudicar continuamente ante sus peticiones y caprichos.<\/li>\n
                    • Endurecerse lo suficiente para aceptar que el ni\u00f1o tambi\u00e9n debe sufrir la parte correspondiente a su edad y capacidad.<\/li>\n
                    • Aprender a poner l\u00edmites educativos.<\/li>\n
                    • Mantener una actitud educativa firme cuando sea necesaria.<\/li>\n
                    • Evitar dejar al ni\u00f1o peque\u00f1o excesivo tiempo en manos de los abuelos u otras personas que siempre presentan menor exigencia a la hora de imponer disciplina.<\/li>\n
                    • No considerar a los ni\u00f1os como \u00fanicos o especiales.<\/li>\n<\/ul>\n

                       
                      \n2.3 Actitudes agresivas<\/strong>
                      \n\u00a0<\/strong>
                      \nEste comportamiento suelen tener su ra\u00edz y origen en la infancia. Hay ni\u00f1os y ni\u00f1as acostumbrados a coger rabietas ante sus padres cuando no consiguen lo que desean, a pegar a los compa\u00f1eros de clase, a hacer caso omiso a sus maestros y profesores\u2026 Esta conducta, si no se ataja en el \u00e1mbito familiar, crece y termina por convertirse en un problema mayor. La agresividad suele ser aprendida y no hereditaria. De igual modo que se adquiere, puede ser evitada. Los comportamientos agresivos se aprenden a trav\u00e9s de modelos vistos y observados en personas del entorno.
                      \nPadres y educadores refuerzan estas conductas agresivas cuando pierden los nervios ante una conducta negativa del ni\u00f1o y responden con gritos y malos modos. De esta forma el peque\u00f1o reproduce la conducta que observa en los adultos que ejercen de modelo para \u00e9l.
                      \nEl cine y la televisi\u00f3n, como plataformas de comunicaci\u00f3n, pueden fomentar la conducta agresiva. Juegan tambi\u00e9n un papel importante en las conductas agresivas de los peque\u00f1os. Cuando la conducta agresiva se manifiesta en un ni\u00f1o peque\u00f1o, padres y educadores pueden iniciar una serie de estrategias sencillas para evitarla:<\/p>\n

                        \n
                      • Mantener la serenidad.<\/li>\n
                      • No reforzar la conducta agresiva con gritos y poni\u00e9ndose al nivel de ellos.<\/li>\n
                      • Mostrarse firmes y serenos, sin dejar llevarse por la presi\u00f3n del menor.<\/li>\n
                      • Hacer o\u00eddos sordos y no responder cuando las cosas se piden de forma agresiva.<\/li>\n<\/ul>\n

                        Modificar las conductas agresivas no es tarea f\u00e1cil pero no es imposible.
                        \n\u00a0<\/strong><\/p>\n

                          \n
                        1. Factores de riesgo \u201cmenores\u201d<\/strong><\/li>\n<\/ol>\n

                          \u00a0\u00a0\u00a0 \u00c1rea social<\/strong>
                          \n\u00a0<\/strong>
                          \n3.1 Violencia escolar<\/strong>
                          \n 
                          \nLa violencia escolar es aquella que tiene lugar en el \u00e1mbito de la escuela. Engloba a toda aquella acci\u00f3n en la que se produce un ataque a la dignidad e integridad personal, bien sea psicol\u00f3gica, verbal o f\u00edsica. Muchas de estas situaciones, aunque no trasciendan, tienen consecuencias negativas para la persona y son un importante factor de riesgo. Es necesaria su detecci\u00f3n y tratamiento.
                          \nTanto el agresor como el agredido poseen unos patrones de conducta en los que se da baja autoestima. El agresor desarrolla la conducta violenta con la intenci\u00f3n inconsciente de fortalecer su identidad. El agredido no posee los recursos suficientes para defenderse de las agresiones. Ese tipo de comportamientos tiene su punto m\u00e1s \u00e1lgido en los inicios de la adolescencia.
                          \n 
                          \nPerfil de los agresores:<\/p>\n

                            \n
                          • Los agresores suelen formar parte de un grupo de chicos que presentan id\u00e9nticos comportamientos violentos hacia los dem\u00e1s.<\/li>\n
                          • Con ese tipo de actitudes negativas pretenden fortalecerse frente al resto de compa\u00f1eros. Es decir, el maltrato es un mecanismo de defensa ante la propia inseguridad.<\/li>\n
                          • Muchos agresores presentan problemas familiares.<\/li>\n
                          • Suelen tener carencias afectivas e inmadurez emocional.<\/li>\n
                          • Su car\u00e1cter es inestable y col\u00e9rico.<\/li>\n
                          • Presentan baja tolerancia a la frustraci\u00f3n.<\/li>\n
                          • Tienen nula capacidad de esfuerzo y una actitud negativa ante la escuela.<\/li>\n<\/ul>\n

                             
                            \nPerfil de las v\u00edctimas:
                            \n. Tienen, por lo general, un rendimiento acad\u00e9mico suficiente o superior a la media.<\/p>\n

                              \n
                            • Son m\u00e1s t\u00edmidos que el resto de compa\u00f1eros.<\/li>\n
                            • Presentan vulnerabilidad psicol\u00f3gica y f\u00edsica.<\/li>\n
                            • Poseen pocas habilidades sociales, y escasos recursos para relacionarse de forma satisfactoria con sus compa\u00f1eros y compa\u00f1eras.<\/li>\n
                            • El silencio, el aislamiento y la resignaci\u00f3n les priva de obtener ayudas para enfrentar su problema.<\/li>\n
                            • A medida crece la violencia escolar, se muestran m\u00e1s inseguros y desciende su autoestima, pudiendo llegar a niveles preocupantes.<\/li>\n<\/ul>\n

                               
                              \nUna primera terapia consistir\u00e1 en ayudarles a fortalecer la imagen de s\u00ed mismo, la responsabilidad de sus actos y la posibilidad de mejorar. Los chicos y chicas emocionalmente maduros se responsabilizan de su propia vida, act\u00faan de forma aut\u00f3noma y corren menos peligro de ser influenciados negativamente.
                              \nPadres y educadores disponen de un resorte fundamental para prevenir y atajar el maltrato entre escolares: el di\u00e1logo. Mediante esta herramienta educativa los educadores conocen los problemas, el tipo de relaciones entre compa\u00f1eros, los valores que defienden, los lugares que frecuentan, los sentimientos experimentados\u2026 Ese problema no solamente tiene lugar en el colegio o en la escuela. Se trata de un problema amplio que hunde sus ra\u00edces en distintos \u00e1mbitos de la vida.
                              \n 
                              \nSugerencias para prevenir y hacer frente a la violencia escolar:<\/p>\n

                                \n
                              • Reforzar la asertividad. Los ni\u00f1os y adolescentes con capacidad para afirmarse, dotados de autoestima y bien integrados en el grupo, tendr\u00e1n menos problemas. Para favorecer la asertividad hay que comenzar desde peque\u00f1os, fomentando su independencia, reforzando lo positivo de su persona y favoreciendo la responsabilidad en la toma de decisiones.<\/li>\n
                              • Procurar que ni\u00f1os y adolescentes pasen tiempo jugando con sus compa\u00f1eros, relacion\u00e1ndose con sus amigos. Los video-juegos y el ordenador potencian otros valores, pero no las habilidades sociales.<\/li>\n
                              • Ense\u00f1ar a desactivar los sentimientos de pesimismo. Los insultos no son realidad y aunque duelen y molestan, se deben superar.<\/li>\n
                              • Detectar los s\u00edntomas de tensi\u00f3n o estr\u00e9s. Cuando el adolescente maltratando llega a casa, no suele hablar, no quiere ir al colegio, presenta objetos personales rotos, destrozos injustificados en los libros o en el material escolar.<\/li>\n<\/ul>\n

                                 
                                \nMuchos chicos y chicas no son ni agresores ni agredidos. El grupo de los \u201cespectadores\u201d calla habitualmente y tolera el maltrato con actitud inhibida. Tambi\u00e9n es importante desarrollar determinadas habilidades educativas para este colectivo:<\/p>\n

                                  \n
                                • Trabajar el desarrollo moral.<\/li>\n
                                • Ense\u00f1arles qu\u00e9 es lo justo y lo injusto y qu\u00e9 posici\u00f3n tomar ante un compa\u00f1ero agredido.<\/li>\n
                                • Mostrarles que \u00abcallarse\u201d es legitimar la injusticia y apoyar al agresor.<\/li>\n
                                • Inculcarles que una persona de bien no puede quedar indiferente ante el sufrimiento de algunos compa\u00f1eros y compa\u00f1eras.<\/li>\n<\/ul>\n

                                   
                                  \n3.2 La desobediencia.<\/strong>
                                  \n 
                                  \nEl h\u00e1bito de la obediencia debe adquirirse en edades tempranas. Cuando no se le presta atenci\u00f3n, se corre el riesgo de que los peque\u00f1os lleguen a la adolescencia sin haber conseguido la costumbre de obedecer razonablemente.
                                  \nEn algunas ocasiones la desobediencia de los peque\u00f1os es clara y rotunda: se niegan a cumplir las \u00f3rdenes de profesores y padres, desafiando claramente la autoridad. Este tipo de desobediencia se constata f\u00e1cilmente.
                                  \nEn otras ocasiones la desobediencia se expresa de forma m\u00e1s \u00fatil: hacen como si no hubieran o\u00eddo, se amparan en excusas, recurren a comportamientos exagerados y a chantajes afectivos.
                                  \nPara garantizar la obediencia es imprescindible que padres y educadores mantengan\u00a0 sobre hijos y alumnos una autoridad positiva. Muchos educadores no consiguen este objetivo porque han dilapidado su autoridad moral. La autoridad se puede perder por varios motivos:<\/p>\n

                                    \n
                                  • La permisividad. Es imposible educar sin intervenir. Los educadores deben orientar en lo que est\u00e1 bien o est\u00e1 mal. Ni\u00f1os y adolescentes necesitan referentes y l\u00edmites para sentirse seguros, felices y tener orientada su conducta. El educador que nunca ha se\u00f1alado un l\u00edmite, dif\u00edcilmente ser\u00e1 tenido en cuenta cuando quiera hacerlo de pronto.<\/li>\n
                                  • Ceder despu\u00e9s de decir \u201cno\u201d. Una vez que un educador ha decidido poner un l\u00edmite, la primera regla de oro a respetarlo. Muchos padres y educadores se atreven a poner normas pero ceden f\u00e1cilmente ante el chantaje afectivo de los peque\u00f1os.<\/li>\n
                                  • El autoritarismo. Se halla en el otro extremo de la permisividad. El autoritarismo es la postura que persigue la obediencia por la obediencia. El objetivo del autoritarismo no es conseguir que el ni\u00f1o o el adolescente llegue a ser una persona equilibrada y con capacidad de autodominio, sino que se convierta en un esclavo sumiso. El autoritarismo es tan pernicioso como la permisividad.<\/li>\n
                                  • Gritar y perder la compostura. Muchos educadores pierden los nervios y gritan y tratan a los ni\u00f1os de malos modos. Este abuso de la fuerza supone una humillaci\u00f3n y un deterioro en la autoestima del ni\u00f1o o adolescente. Y lo que es m\u00e1s grave: ni\u00f1os y adolescentes se acostumbran a los gritos y a los malos modos y cada vez hacen menos caso. Gritar conlleva un peligro: cuando las voces ya no dan resultado, del enfado se pasa f\u00e1cilmente al insulto, a la humillaci\u00f3n y a los malos tratos ps\u00edquicos… en deterioro de la educaci\u00f3n.<\/li>\n<\/ul>\n
                                      \n
                                    • No escuchar. Muchos padres y educadores se quejan de que ni\u00f1os y adolescentes no les escuchan. Para exigir una actitud de escucha en ni\u00f1os y adolescentes es necesario que previamente el educador les haya escuchado. Con frecuencia los educadores juzgan, eval\u00faan, proponen que se debe hacer… pero sin escuchar nunca.<\/li>\n
                                    • Rigidez e inflexibilidad. Cuando el autoritarismo y el abuso del poder se han convertido en elementos habituales, se cierra el camino al di\u00e1logo, a la comunicaci\u00f3n y a la negociaci\u00f3n. En la adolescencia es especialmente grave porque se rompen los v\u00ednculos comunicativos entre educadores y adolescentes.<\/li>\n<\/ul>\n

                                       
                                      \nLa obediencia, la disciplina, el orden y la actuaci\u00f3n responsable son metas a largo plazo. No suelen existir los \u00e9xitos inmediatos. Es necesaria mucha paciencia y dar tiempo al aprendizaje.
                                      \nNi\u00f1os y adolescentes suelen obedecer a quien goza de ascendente personal y de una autoridad moral nacida de: la cercan\u00eda personal, la valoraci\u00f3n positiva de los logros realizados por ni\u00f1os y adolescentes, la coherencia y el ejemplo, el reconocimiento de los propios errores, el afecto y el sentido com\u00fan.
                                      \n 
                                      \n3.3 La mentira<\/strong>
                                      \n\u00a0<\/strong>
                                      \nDecir mentiras forma parte del mundo de la infancia y de la adolescencia. Puede tratarse de situaciones coyunturales. No obstante el educador y los padres deben descubrir los motivos y las causas de las mentiras para evitar que se conviertan en conducta de riesgo y en un problema a largo plazo. La mentira tiene un proceso evolutivo:<\/p>\n

                                        \n
                                      • Los ni\u00f1os peque\u00f1os suelen mentir de forma inocente. Habitualmente no quieren enga\u00f1ar, sino hacer participar al adulto de su mundo de fantas\u00eda.<\/li>\n
                                      • Cuando crecen, descubren que alterando la realidad pueden conseguir ciertos beneficios. Intentan enga\u00f1ar. Y la mentira comienza a ser un peligro.<\/li>\n
                                      • Los ni\u00f1os mayores ya elaboran mentiras interesadas para evitar responsabilidades derivadas de sus acciones.<\/li>\n
                                      • En la adolescencia se miente para proteger la privacidad, para esconder conductas negativas o para sentirse m\u00e1s libres e independientes.<\/li>\n<\/ul>\n

                                         
                                        \nPadres y educadores deben estar atentos a las causas de se esconden tras el hecho de mentir, para dar pronta soluci\u00f3n y evitar que se conviertan en un mal mayor. Algunas causas comunes son:<\/p>\n

                                          \n
                                        • Exigencia. Muchos ni\u00f1os mienten para no defraudar las exigencias y expectativas que padres y educadores han puesto en ellos.<\/li>\n
                                        • Imitaci\u00f3n. A veces mienten adoptando el modelo observado en casa o en sus educadores m\u00e1s cercanos.<\/li>\n
                                        • Miedo. Tambi\u00e9n se miente para evitar un castigo o una reprimenda. \u00c9sta suele ser la causa m\u00e1s frecuente.<\/li>\n
                                        • Llamar la atenci\u00f3n. Algunos ni\u00f1os relatan historias inventadas con gran verosimilitud para recibir atenci\u00f3n mientras cuenta la mentira, en un intento de reforzar su autoestima.<\/li>\n
                                        • Problemas. En la adolescencia se miente para ocultar otros problemas m\u00e1s serios.<\/li>\n<\/ul>\n

                                           
                                          \nCuando el adolescente, que ya va teniendo una vida propia y privada, se instala en la mentira, suele generar no pocos problemas. El educador debe determinar por qu\u00e9 se miente y qu\u00e9 motiva la mentira. La mejor manera de combatir este factor de riesgo es crear ambientes de comunicaci\u00f3n positiva en los que ni\u00f1os y adolescentes se sientan c\u00f3modos expresando lo que hicieron. Conviene:<\/p>\n

                                            \n
                                          • Ofrecer modelos claros de responsabilidad y sinceridad.<\/li>\n
                                          • Inculcar el valor de la honestidad.<\/li>\n
                                          • No ridiculizar a nadie por el hecho de hallarle en mentira.<\/li>\n
                                          • Felicitar por la valent\u00eda cuando se cuenta la verdad aunque traiga consecuencias duras y dif\u00edciles.<\/li>\n<\/ul>\n

                                             
                                            \n3.4 El robo<\/strong>
                                            \n 
                                            \nEs normal que los peque\u00f1os tomen alg\u00fan objeto que llama su atenci\u00f3n. Esa actitud no puede considerarse como robo hasta que el ni\u00f1o es suficientemente mayor. Los robos realizados por ni\u00f1os mayores y adolescentes son un indicador de problemas y un factor de riesgo.
                                            \nPadres y educadores deben preguntarse si el ni\u00f1o roba porque necesita recibir una mayor atenci\u00f3n. En este caso el objeto robado sustituye al afecto y al cari\u00f1o que los padres no proporcionan. Para solucionar este problema ser\u00e1 suficiente con prestar atenci\u00f3n al menor que se halla en esta situaci\u00f3n.
                                            \nCuando un adolescente roba y no existen problemas emocionales o familiares, se debe intervenir con energ\u00eda y comprensi\u00f3n al mismo tiempo:<\/p>\n

                                              \n
                                            • Indicar claramente que la actitud a robar es mala y negativa.<\/li>\n
                                            • Ayudar al adolescente a pagar o devolver el objeto robado.<\/li>\n
                                            • Asegurarse de que el adolescente que ha robado no se beneficia del robo.<\/li>\n
                                            • Evitar colocarle la etiqueta de \u201cladr\u00f3n\u201d.<\/li>\n
                                            • Dejar claro que su comportamiento es inaceptable dentro de las costumbres familiares y del entorno social.<\/li>\n
                                            • No volver a recordar el caso, de manera que el adolescente pueda reiniciar su vida sin ninguna mancha sobre ella.<\/li>\n<\/ul>\n

                                               
                                              \nSi los robos de ni\u00f1os se produce en con una cierta frecuencia pueden existir causas y motivos de mayor calado: el ni\u00f1o tiene un problema en su desarrollo emocional, tiene dificultad para confiar en los dem\u00e1s o no sabe relacionarse adecuadamente con los otros.
                                              \nMenci\u00f3n especial hay que hacer a los adolescentes que se inician en el robo para poder pagar la droga que consumen o el alcohol que toman en las fiestas en las que participan a escondidas con sus amigos… La propensi\u00f3n a tomar objetos o dinero ajeno suele ser el indicador de problemas m\u00e1s graves.
                                              \n\u00a0<\/strong>
                                              \n3.5 La vagancia y la pereza.<\/strong>
                                              \n 
                                              \nLas conductas ego\u00edstas, perezosas, pasivas y poco colaboradoras de algunos ni\u00f1os y adolescentes pueden ser la consecuencia de haber tenido de todo sin haber trabajado por conseguirlo. Este tipo de comportamiento se refuerza en la adolescencia. Muchos adolescentes disponen de un elevado n\u00famero de bienes de consumo sin haber hecho lo m\u00ednimo para poseerlos. La consecuencia de esta situaci\u00f3n es una actitud ante la vida que se rige por \u00abme gusta\u00bb, \u00abno me gustan\u201d.
                                              \nEs normal que los peque\u00f1os se comporten en sus edades tempranas como seres egoc\u00e9ntricos. Se mueven por instintos poco racionalizados. Sin embargo esta actitud es inadmisible en la adolescencia. Algunas de las caracter\u00edsticas de este tipo de conducta perezosa son las siguientes:<\/p>\n

                                                \n
                                              • Intentan salirse con la suya y viven en una queja continua.<\/li>\n
                                              • S\u00f3lo comen aquellas cosas que les apetece, tom\u00e1ndolas sin medida.<\/li>\n
                                              • Les cuesta respetar las normas de convivencia y educaci\u00f3n.<\/li>\n
                                              • Tan s\u00f3lo obedecen por temor a males mayores.<\/li>\n
                                              • No realizan las tareas escolares, y si pueden hacen trampa para eludirlas.<\/li>\n
                                              • Muestran descuido y desorden en sus cosas.<\/li>\n
                                              • Su conducta se rige por la atracci\u00f3n y el placer inmediato.<\/li>\n
                                              • No presentan capacidad de esfuerzo ni resistencia al cansancio.<\/li>\n<\/ul>\n

                                                 
                                                \nNo es f\u00e1cil enmendar estos h\u00e1bitos si se vienen reiterando desde la infancia, pero convienen que no se enquisten para no generar males mayores. Para intentar una mejora se pueden desarrollar las siguientes estrategias educativas:<\/p>\n

                                                  \n
                                                • Ense\u00f1ar a los adolescentes a resistir y esforzarse.<\/li>\n
                                                • No privarles de las experiencias desagradables se les presente la vida por azar o como consecuencia de sus acciones. La excesiva compasi\u00f3n y el deseo de eliminarles todo sufrimiento no es el mejor camino para favorecer personas activas y emprendedoras.<\/li>\n
                                                • Hacer que \u201cse ganen las cosas\u201d, acostumbr\u00e1ndoles a realizar un esfuerzo antes de conseguir cualquier petici\u00f3n.<\/li>\n
                                                • La cercan\u00eda y el acompa\u00f1amiento de padres y educadores es una buena terapia.<\/li>\n
                                                • Mostrarles metas interesantes relacionadas con sus valores y cualidades personales.<\/li>\n
                                                • Invitarles a trabajar para alcanzar lo propuesto.<\/li>\n
                                                • Ayudarles con la exigencia. Exigir no supone dejarles solos. La cercan\u00eda debe ser total y constante para que aprendan a madurar y no se conviertan en personas esclavas de sus caprichos.<\/li>\n<\/ul>\n

                                                   
                                                  \n3.6 Los suspensos.<\/strong>
                                                  \n 
                                                  \nCuando llegan las notas a casa y las calificaciones no son buenas, se produce una serie de situaciones tensas y poco reflexivas. La obtenci\u00f3n de unas notas positivas es indicador de aprovechamiento del tiempo. Cuando las notas no responden a los par\u00e1metros exigibles, indican que algo no va bien.
                                                  \nEl factor de riesgo no son las notas en s\u00ed. El problema radica en que el mal llamado \u201cfracaso escolar\u201d, llegue a convertirse en \u00abfracaso personal\u00bb. Para que esto no ocurra, cuando las notas llegan con un elevado n\u00famero de suspensos, padres y educadores deber\u00e1n procurar:<\/p>\n

                                                    \n
                                                  • Evitar gritos y castigos. No es la mejor forma de actuar. Frecuentemente despu\u00e9s del desahogo todo vuelve a la calma y nadie se acuerda de las notas hasta la pr\u00f3xima evaluaci\u00f3n. Si esta actitud se repite con excesiva frecuencia, el chico o la chica aguanta los gritos de los padres y al d\u00eda siguiente, ya nadie se acuerda. Las notas seguir\u00e1n yendo mal y la comunicaci\u00f3n familiar se deteriorar\u00e1.<\/li>\n
                                                  • Facilitar que asuman la responsabilidad y las consecuencias de las notas obtenidas, sin dramatizaciones y con visi\u00f3n positiva de futuro.<\/li>\n
                                                  • Evitar humillaciones. El insulto y la descalificaci\u00f3n personal no conducen a nada. La humillaci\u00f3n s\u00f3lo lleva a la incomunicaci\u00f3n.<\/li>\n
                                                  • Evitar la vuelta a la soledad. Algunos padres y madres, una vez han superado el enfado de ver las calificaciones negativas, regresan a sus tareas y asuntos habituales y olvidan hacer un seguimiento educativo a sus hijos. Id\u00e9ntica actitud suelen tener algunos profesores. De esa forma los muchachos y muchachas van hundi\u00e9ndose en su soledad, rebajando su autoestima y deteriorando su persona.<\/li>\n<\/ul>\n

                                                     
                                                    \nA fin que esta situaci\u00f3n no degenere en un \u00abfracaso personal\u00bb, conviene poner en marcha algunos recursos educativos:<\/p>\n

                                                      \n
                                                    • Mantener una actitud de comunicaci\u00f3n. Padres y educadores deben escuchar al ni\u00f1o o adolescente que ha sacado malas notas. No es el momento de valorar las manifestaciones, sino de leer entre l\u00edneas los mensajes que emite y los motivos que subyace bajo los suspensos.<\/li>\n
                                                    • Proporcionar t\u00e9cnicas de estudio. Tras algunos fracasos escolares tan s\u00f3lo se esconde la carencia de destrezas adecuadas para realizar las tareas. Hay que ense\u00f1ar a estudiar.<\/li>\n
                                                    • Dar responsabilidades. Los chicos y chicas acostumbrados a colaborar en casa y en el colegio de forma responsable, tienen m\u00e1s \u00e9xito en los estudios que aquellos chicos y chicas que no se implican en nada. Tan importante como llamar la atenci\u00f3n por unas malas notas es ofrecer tareas y experiencias extraescolares que les ayuden a responsabilizarse.<\/li>\n
                                                    • Ayuda y cercan\u00eda personal. Muchos chicos y chicas, al verse fracasados en lo escolar, experimentan sensaci\u00f3n de soledad, frustraci\u00f3n y buscan sobresalir en otras facetas, frecuentemente negativas. De esta forma, el problema escolar puede convertirse en problema personal.<\/li>\n<\/ul>\n

                                                       
                                                      \nConclusi\u00f3n<\/strong>
                                                      \n\u00a0<\/strong>
                                                      \nLos padres y educadores poseen habitualmente recursos y soluciones para los problemas educativos de cada d\u00eda. Los factores de riesgo \u201cmenores\u201d enumerados en este art\u00edculo se incluyen entre esas preocupaciones diarias. Detectados a tiempo no deben ser motivo de alarma. Sin embargo, no conviene dejarlos de lado. La persistencia en el tiempo de algunos de ellos los eleva a categor\u00eda de \u201cgraves\u201d. Y lo que apareci\u00f3 como algo sin importancia, genera una alteraci\u00f3n seria de la conducta.
                                                      \nPara atajar estos \u201criesgos menores\u201d hay un factor com\u00fan, escaso en nuestros d\u00edas, pero esencial en cualquier proceso educativo que se precie de tal: La cercan\u00eda personal, el seguimiento sereno de los procesos educativos de ni\u00f1os y adolescentes, el di\u00e1logo y el tiempo compartido desde la cordialidad incondicional. Los padres y educadores que dedican tiempo a ni\u00f1os y adolescentes, detectan los problemas antes que \u00e9stos se inicien, encuentran soluciones personalizadas\u2026 y gozan de esa autoridad moral que no proviene del poder sino del afecto.
                                                      \n <\/p>\n

                                                      JOS\u00c9 JOAQU\u00cdN G\u00d3MEZ PALACIOS<\/p>\n

                                                       <\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":"

                                                      Jos\u00e9 Joaqu\u00edn G\u00f3mez Palacios pertenece al Consejo de Redacci\u00f3n de MisionJoven. Es Delegado de Escuelas de la Provincia Salesiana de Valencia. \u00a0 S\u00cdNTESIS DEL ART\u00cdCULO Este art\u00edculo se sit\u00faa expl\u00edcitamente en una perspectiva de atenci\u00f3n educativa preventiva. Detecta un amplio conjunto de factores de riesgo (individuales, familiares, sociales) que actualmente se ciernen ya sobre los […]<\/p>\n","protected":false},"author":3,"featured_media":0,"comment_status":"closed","ping_status":"closed","sticky":false,"template":"","format":"standard","meta":{"_et_pb_use_builder":"","_et_pb_old_content":"","_et_gb_content_width":"","footnotes":""},"categories":[1191,56,94],"tags":[],"class_list":["post-8026","post","type-post","status-publish","format-standard","hentry","category-estudios-370","category-jose-j-gomez-palacios","category-mision-joven-2"],"_links":{"self":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/8026","targetHints":{"allow":["GET"]}}],"collection":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/posts"}],"about":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/types\/post"}],"author":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/users\/3"}],"replies":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/comments?post=8026"}],"version-history":[{"count":0,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/8026\/revisions"}],"wp:attachment":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/media?parent=8026"}],"wp:term":[{"taxonomy":"category","embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/categories?post=8026"},{"taxonomy":"post_tag","embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/tags?post=8026"}],"curies":[{"name":"wp","href":"https:\/\/api.w.org\/{rel}","templated":true}]}}