{"id":8037,"date":"2007-10-01T00:00:08","date_gmt":"2007-09-30T22:00:08","guid":{"rendered":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/?p=8037"},"modified":"2007-10-01T00:00:08","modified_gmt":"2007-09-30T22:00:08","slug":"busqueda-de-interioridad","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/busqueda-de-interioridad\/","title":{"rendered":"B\u00daSQUEDA DE INTERIORIDAD"},"content":{"rendered":"

Javier Melloni<\/strong>\u00a0 Facultad de Teolog\u00eda de Catalu\u00f1a
\n 
\nS\u00cdNTESIS DEL ART\u00cdCULO<\/strong>
\nEntre las muchas y complejas causas de la actual b\u00fasqueda de interioridad, el art\u00edculo se fija\u00a0 especialmente en: crisis de los modelos religiosos tradicionales, ritmo acelerado y fren\u00e9tico de nuestra sociedad, reconversi\u00f3n del deseo. En el fondo est\u00e1 la sed de trascendencia, cuya b\u00fasqueda se emprende desde distintos veh\u00edculos. Desde esta perspectiva, de manera pedag\u00f3gica, se\u00f1ala algunos de estos veh\u00edculos para iniciar el camino: educaci\u00f3n de los sentidos, tiempos y espacios sagrados, m\u00e9todos de silenciamiento, capacidad de ritualizaci\u00f3n.
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\nEn medio de una vida trepidante y con muchas ocasiones para dejarse llevar por la dispersi\u00f3n o por la banalidad, tambi\u00e9n estamos asistiendo a una b\u00fasqueda espiritual y de interioridad por parte de no pocos de nuestros contempor\u00e1neos. Entiendo por interioridad ese espacio que se abre entre nosotros y las cosas, entre nosotros y las personas, entre nosotros y nuestras im\u00e1genes de Dios, que permite redimensionar la calidad de nuestra existencia y que tiene que ver con la atenci\u00f3n, la capacidad de contenci\u00f3n y de vivir en el presente, con serenidad, sin avidez, en actitud de receptividad, agradecimiento y ofrenda. Quisiera dejar claro desde el comienzo que interioridad no se opone a exterioridad, sino a superficialidad y dispersi\u00f3n. La interioridad es la otra cara de la exterioridad, aquella que le da su sabor y su profundidad.
\nA comienzos del siglo pasado, Miguel de Unamuno respond\u00eda con estas palabras a un joven que le hab\u00eda escrito pidi\u00e9ndole consejo:
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\n\u201cMe dices en tu carta que si hasta ahora tu divisa ha sido: \u00a1Adelante!, a partir de ahora ser\u00e1: \u00a1Arriba! Deja eso de delante y atr\u00e1s, de arriba y abajo; deja de jugar a progresismos y carquismos; d\u00e9jalo a los progresistas y a los retr\u00f3grados, a los ascendentes y descendentes, que se mueven tan s\u00f3lo en el espacio exterior, y busca el otro, tu \u00e1mbito interior, el de tu alma. Lucha por meter en ella el universo entero, que es la mejor manera de derramarte en \u00e9l (\u2026). En vez de decir: \u00a1Adelante! o \u00a1Arriba!, di: \u00a1Adentro! Reconc\u00e9ntrate para irradiar. D\u00e9jate llenar para que reboses luego, conservando el manantial. Rec\u00f3gete en ti mismo para mejor darte a los dem\u00e1s, todo entero e indiviso. \u201cDoy cuanto tengo\u201d, dice el generoso. \u201cDoy cuanto soy\u201d, dice el h\u00e9roe. \u201cMe doy a m\u00ed mismo\u201d, dice el santo; di t\u00fa con \u00e9l al darte: \u201cDoy conmigo el universo entero\u201d. Para ello tienes que hacerte universo, buscando dentro de ti. \u00a1Adentro!\u201d.<\/em>
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\nEstas palabras son de una acuciante actualidad. Tres son las causas que pueden explicar las razones de esta b\u00fasqueda entre nuestros contempor\u00e1neos, rasgos que no voy a presentar por orden de importancia sino en simultaneidad, porque los procesos que vivimos son muy complejos y est\u00e1n compuestos por muchos elementos a la vez.
\n <\/p>\n

    \n
  1. Tres rasgos de la situaci\u00f3n actual<\/strong><\/li>\n<\/ol>\n

     
    \nEn primer lugar, convenimos en constatar que nos hallamos ante una crisis generalizada de los modelos religiosos tradicionales. No s\u00f3lo de los religiosos, sino que tambi\u00e9n han ca\u00eddo las ideolog\u00edas. Se han disuelto los contenidos, las creencias concretas que ordenaban todo un imaginario de sentido, pero no ha desaparecido el Horizonte hacia el cual apuntaban. Despu\u00e9s de la polvareda provocada por tal derrumbe, ese anhelo de trascendencia y del esp\u00edritu vuelve a apuntar a lo lejos como una llamada, y este reclamo de la Lejan\u00eda es lo que se convierte en b\u00fasqueda de interioridad. De aqu\u00ed las palabras prof\u00e9ticas de Unamuno: \u201cDeja de jugar a progresismos y carquismos; d\u00e9jalo a los progresistas y a los retr\u00f3grados, a los ascendentes y descendentes, que se mueven tan s\u00f3lo en el espacio exterior, y busca el otro, tu \u00e1mbito interior, el de tu alma\u201d. Este anhelo de silencio, de espiritualidad m\u00e1s all\u00e1 de los modelos religiosos tradicionales se pone de relieve no s\u00f3lo en la generaci\u00f3n joven, sino entre los que actualmente tienen entre cuarenta y cincuenta a\u00f1os. Tras una etapa de rechazo de la herencia cristiana, no pocas personas, despu\u00e9s de haber hecho un rodeo por Oriente o por la militancia pol\u00edtica, vuelven a sus propios or\u00edgenes para ver si pueden rescatar algo de profundidad y de sentido.
    \nPor otro lado, vivimos bajo la presi\u00f3n de un ritmo acelerado, cuando no fren\u00e9tico, en una sociedad que, por querer acumular cada vez m\u00e1s experiencias, conocimientos y objetos, provoca un angustiante desvivirnos, con un consiguiente desgaste energ\u00e9tico y psicol\u00f3gico graves que cada vez acusa m\u00e1s gente. La interioridad es buscada como una alternativa a este bombardeo de actividad, informaci\u00f3n, im\u00e1genes, ruidos, posibilidades, etc. que nuestra cultura ha generado. La interioridad, en un primer momento, se anhela aunque sea s\u00f3lo como un alivio, una detenci\u00f3n, una ocasi\u00f3n de respiro entre tanto ruido, un \u00e1rea virgen frente a tanta saturaci\u00f3n, un tiempo de desintoxicaci\u00f3n frente a tanto bombardeo.
    \nEn el Jap\u00f3n se est\u00e1 produciendo un fen\u00f3meno significativo entre los j\u00f3venes. Ante la jungla urbana, agobio de muchedumbres y exigencias de un trabajo fr\u00edo y despersonalizador, se refugian en sus peque\u00f1os apartamentos y pasan semanas o meses sin salir, llevando una vida casi de ermita\u00f1os. \u00bfHasta qu\u00e9 punto se trata esto de una inmersi\u00f3n en la interioridad? Lo es en la medida que hay un recogimiento de los sentidos y un deseo de estar consigo mismos en lugar de perderse en medio de una masa despersonalizadora donde uno se siente mero objeto de los anuncios publicitarios, pero todav\u00eda no es la interioridad de la que queremos hablar aqu\u00ed en la medida en que conlleva una atrofia y un bloqueo de las capacidades relacionales y de desinter\u00e9s por la trasformaci\u00f3n del entorno y donde tampoco no hay un trabajo sobre la profundidad espiritual. Por otro lado, aunque se confinan en un espacio cerrado, se fugan a trav\u00e9s de Internet, de los canales televisivos o de las conversaciones por chats o por m\u00f3vil. El reto est\u00e1 en que los caminos religiosos sean capaces de conectar con esta necesidad de interiorizaci\u00f3n todav\u00eda arcaica de esos j\u00f3venes, de modo que seamos capaces de responder y acompa\u00f1ar su situaci\u00f3n, llev\u00e1ndoles a regiones m\u00e1s amplias, m\u00e1s profundas y de mayor pureza, de manera que su confinamiento no sea un retraimiento, sino una potenciaci\u00f3n de sus recursos espirituales y humanos que les capacite para interactuar con su entorno y transformarlo, en lugar de eludirlo mientras viven parasitariamente en \u00e9l.
    \nEn tercer lugar, la b\u00fasqueda de la interioridad tiene mucho que ver con la reconversi\u00f3n del deseo. Frente al empacho de cosas provocado por nuestra incapacidad de contenernos, nos experimentamos atrapados por la inmediatez de la pulsi\u00f3n-satisfacci\u00f3n, lo cual nos est\u00e1 intoxicando y haciendo que vivamos en la superficialidad de relaciones, goces, placeres, informaciones, experiencias est\u00e9ticas, etc., a costa de depredar el planeta y de mantener un orden internacional injusto. Cada vez m\u00e1s gente percibe que desear m\u00e1s quita calidad al disfrute de lo que deseamos y que nos priva de la capacidad de solidaridad. Frente a la excitaci\u00f3n del deseo, la interioridad se vislumbra como un camino de contenci\u00f3n. Esta percepci\u00f3n convive con dos otros caminos: el compromiso \u00e9tico y el ecol\u00f3gico. El adentramiento en la interioridad es una llamada a ir a la fuente del deseo en lugar de derramarse por sus agujeros. El origen del deseo est\u00e1 en el adentro de uno mismo y de las cosas. Aqu\u00ed vuelven a resonar las palabras de Unamuno: \u201cReconc\u00e9ntrate para irradiar. D\u00e9jate llenar para que reboses luego, conservando el manantial. Rec\u00f3gete en ti mismo para mejor darte a los dem\u00e1s, todo entero e indiviso\u201d.
    \n <\/p>\n

      \n
    1. Marcos de interiorizaci\u00f3n<\/strong><\/li>\n<\/ol>\n

       
      \nAunque las causas y motivos de esta b\u00fasqueda son diversas y complejas, su fondo es uno: el ser humano tiene una sed constitutiva de trascendencia. Sin ella, nos mecanizamos o idiotizamos, conden\u00e1ndonos a llevar una existencia plana, atrapada en la inmediatez, la voracidad o la utilizaci\u00f3n. En un tiempo de anonimato y masificaci\u00f3n, donde tendemos a contar s\u00f3lo como n\u00fameros de carnets de identidad, s\u00f3lo la interioridad \u2013junto con la solidaridad- son capaces de abrir el verdadero horizonte de personalizaci\u00f3n. Ahora bien, en nuestra sociedad plural, los caminos de esa profundidad se difractan seg\u00fan sensibilidades e itinerarios. Simplificando, se pueden distinguir tres grandes marcos. Cada uno de ellos est\u00e1 caracterizado por sus propios veh\u00edculos.
      \n 
      \n2.1.\u00a0 El redescubrimiento de la tradici\u00f3n cristiana\u00a0<\/em><\/strong>
      \n 
      \nPara unos, esta b\u00fasqueda de interioridad est\u00e1 suponiendo un reencuentro y una profundizaci\u00f3n de la herencia cristiana, marcada por el anhelo de una experiencia relacional con el T\u00fa de Dios y de Jes\u00fas. Ese T\u00fa es el que otorga la densidad y capacidad de entrega de la propia persona. Ello se manifiesta, por lo menos, en tres fen\u00f3menos:
      \n– En la multiplicaci\u00f3n de los grupos de oraci\u00f3n. Lo que antes eran comunidades de revisi\u00f3n de vida, hoy, cansadas de palabras, las que perduran, se encuentran primordialmente para orar. No desean planificar, revisar ni discutir, sino recogerse, silenciarse y nutrirse de otro modo de estar con Dios y con los dem\u00e1s. Si las parroquias no est\u00e1n disponibles, las casas particulares se convierten en espacios de oraci\u00f3n, con velas, iconos e incienso.
      \n– En el redescubrimiento de los monasterios como oasis de silencio. El \u00e9xito inesperado de una pel\u00edcula tan sobria como El Gran Silencio<\/em> (2005) de Peter Gr\u00f6ing sobre los cartujos es un reflejo de ello. Las hospeder\u00edas de los monasterios, anta\u00f1o olvidadas, se est\u00e1n llenando de gente. Ya por los a\u00f1os 70, el movimiento de Taiz\u00e9 se anticip\u00f3 a ello. Desde entonces, para diversas generaciones de j\u00f3venes, la estancia en ese pueblecillo mon\u00e1stico de Francia ha significado el descubrimiento de la interioridad en un entorno de calidez ambiental y tambi\u00e9n de sobriedad de medios. Para muchos ha supuesto un antes y un despu\u00e9s en su modo de orar. Y buscan c\u00f3mo mantenerse en ello.
      \n– Tambi\u00e9n est\u00e1 cambiando el modo de acercarse a las Escrituras. Despu\u00e9s de la necesaria desmitologizaci\u00f3n del m\u00e9todo hist\u00f3rico-cr\u00edtico, vuelve la necesidad de reencontrarse con la Palabra de Dios desde la misma unci\u00f3n y profundidad con las que fue escrita. Se descubre la pr\u00e1ctica de la lectio<\/em> divina<\/em>, en la que los textos b\u00edblicos y de los Evangelios se abren seg\u00fan las profundidades del alma.
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      \n2.2. Las pr\u00e1cticas orientales<\/em><\/strong>
      \n 
      \nA diferencia del marco anterior, en \u00e9ste no hay un T\u00fa expl\u00edcito que invocar, sino que la interioridad se abre mediante el contacto con la propia corporeidad. Inicialmente, este camino fue descubierto y transitado por parte de personas que, por las razones que fueran, estaban marcadas por una experiencia traum\u00e1tica o desoladora frente a un T\u00fa divino desp\u00f3tico o inaccesible. Aunque cada vez es m\u00e1s practicado tambi\u00e9n por personas que siguen permaneciendo en los referentes cristianos. La entrada en la experiencia espiritual queda desbloqueada a trav\u00e9s del contacto con la conciencia corporal. Las posturas del yoga<\/em>, del chi<\/em> qung<\/em>, del tai chi<\/em>, del aikido<\/em>, se convierten en pasajes hacia la interioridad gracias a estas pr\u00e1cticas corporales que, mediante su aparente sencillez, posibilitan un nuevo modo de relacionarse con la realidad. La atenci\u00f3n se dirige a la respiraci\u00f3n, a cada gesto, a cada movimiento, lo cual supone despertar a una nueva calidad de la propia existencia y la toma de conciencia de habitar en el Ser. Ello hace entrar en contacto con el presente, con la fuerza del aqu\u00ed y del ahora, lo cual detiene el flujo de la mente, siempre dispersa entre un futuro que est\u00e1 por llegar y que se quiere controlar, y un pasado ya inexistente que se desea conservar o cambiar. En vez de ello, se abre esa llamada al Adentro que otorga una nueva cualidad a la profundidad de lo Real.
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      \n2.3. El marco secular<\/em><\/strong>
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      \nExiste un tercer tipo de cultivo de la interioridad sin que se explicite o identifique con lo religioso. Lo hallamos en la atracci\u00f3n por la naturaleza, en ciertas pr\u00e1cticas deportivas pausadas y no competitivas, en el gusto por la m\u00fasica, por la lectura u otras formas de ocio que no vac\u00eden sino que nutran. En algunos sectores de la poblaci\u00f3n, este fen\u00f3meno tiene un nombre: Slow<\/em> life <\/em>\u201cvida lenta\u201d, m\u00e1s t\u00e9cnicamente, slow<\/em> lane style<\/em>, \u201csendero de estilo lento\u201d. Se trata de una tendencia o movimiento an\u00f3nimo y espont\u00e1neo que promueve todo aquello que posibilite un modo pausado y silencioso de vivir: alimentos \u201clentos\u201d (slow<\/em> Food<\/em> frente al fast<\/em> Food<\/em>), m\u00fasicas suaves, colores tenues, veh\u00edculos silenciosos, arquitectura acogedora, agendas descargadas, proyectos no inmediatos, etc. Esto no es todav\u00eda lo que entendemos por interioridad, pero ciertamente que indica una sensibilidad af\u00edn que posibilita un primer paso hacia una profundidad mayor y m\u00e1s comprometida, abierta a la trascendencia.
      \nEn otros ambientes m\u00e1s alternativos, son significativas las tribus urbanas instaladas en los cascos antiguos de las ciudades europeas que, ajenas a las liturgias que se celebran en los templos oficiales casi vac\u00edos, realizan sus propios ritos con tambores y didjeridus<\/em> australianos. Pueden pasarse horas tocando, vali\u00e9ndose de una repetici\u00f3n y de un ritmo ancestral que les ayuda a ausentarse de sus inquietudes y adentrarse en otros mundos. Estas formas rudimentarias de interiorizaci\u00f3n son ya un primer paso para entrar en contacto consigo mismos.
      \nEn esta b\u00fasqueda alternativa de interioridad cabr\u00eda mencionar el mundo devastador de la droga, el cual no deja de ser s\u00edntoma de ese anhelo de trascendencia buscado al margen de los marcos convencionales. El uso depsicotropos, tambi\u00e9n llamados ente\u00f3geneos<\/em> (\u201cque generan a Dios dentro de uno mismo\u201d) por algunos antrop\u00f3logos[1]<\/a>, acaba siendo letal por no tener contenci\u00f3n ni acompa\u00f1amiento. La estimulaci\u00f3n artificial de experiencias internas abre un mundo desconocido sin dejar entrar en \u00e9l.
      \nTales son algunos de los rasgos de nuestra sociedad, en la que tan ingenuo e inconsciente ser\u00eda pretender pensar que, en su conjunto, est\u00e9 volcada hacia la interioridad, como negar la existencia de estos s\u00edntomas que tambi\u00e9n la caracterizan, aunque a veces sean dif\u00edciles de reconocer porque no se inscriben en los marcos tradicionales.
      \n <\/p>\n

        \n
      1. Pasos y veh\u00edculos para iniciar en la interioridad<\/strong><\/li>\n<\/ol>\n

         
        \nA mi modo de entender, el reto est\u00e1 en entrar como San Pablo en el are\u00f3pago de Atenas y saber reconocer las brechas que conducen hacia el Dios desconocido (Hech 17,22-28), tratando de ofrecer pautas, instrumentos y medios para que cada cual, desde donde est\u00e9, pueda recorrer el camino que le conduzca hacia una Interioridad l\u00facida y transformadora. De ah\u00ed la importancia de que haya mistagogos capaces de identificar donde se encuentra cada persona y grupo para que, a partir de donde est\u00e1n, ayuden a ir dando pasos, consolidando pr\u00e1cticas, procesos y aperturas.
        \n 
        \n3.1. La educaci\u00f3n de los sentidos<\/em><\/strong>
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        \nEs dif\u00edcil construir sobre el reclamo del consumo y de la gratificaci\u00f3n continua un camino de interioridad ytranscendimiento, porque el gusto y el placer est\u00e1n ligados a la inmediatez. Por supuesto que el adentramiento en la interioridad es fuente de gusto, de placer y de satisfacci\u00f3n, pero utilizar estas palabras no deja de ser equ\u00edvoco, ya que hay diversos \u00e1mbitos, cualidades y profundidades de gusto y de satisfacci\u00f3n.
        \nEl camino hacia la interioridad est\u00e1 marcado por el vac\u00edo y la renuncia, en la medida que supone un aplazamiento de la satisfacci\u00f3n inmediata, de tipo corporal o emocional, para alcanzar lugares m\u00e1s substanciales del ser. La adicci\u00f3n al gusto y al placer provoca precisamente una detenci\u00f3n en el camino, ya que el ego no queda trascendido sino reforzado. Para ello, uno de los recursos consiste en educar el modo de ejercitar los sentidos. En griego hay tres palabras cercanas: est\u00e9tica, sentidos y ascesis. Las dos primeras provienen de aisth\u00e9sis<\/em> y la tercera, de aik\u00e9sis<\/em>, que tambi\u00e9n se puede traducir como \u201cejercicio\u201d. Ello sugiere que la est\u00e9tica se puede convertir en una escuela de los sentidos. Convoc\u00e1ndolos, se puede ampliar su capacidad de percepci\u00f3n en lugar de quedarse con la epidermis de las cosas. De aqu\u00ed la diferencia entre \u201csensitividad\u201d y \u201csensualidad\u201d: \u00e9sta comporta una dependencia de la avidez de la mirada, del o\u00eddo, del gusto, etc., mientras que la sensitividad es resultado de una finura de las puertas de la percepci\u00f3n. Puede servir de modelo el itinerario de Etty Hillesum
        [2]<\/a>, esa joven jud\u00eda que estando \u00e1vida de sensaciones y experiencias, dispersa entre lecturas y relaciones, se le empez\u00f3 a abrir el \u00e1mbito desconocido de su propia interioridad gracias a la lectura de Cartas a un joven poeta<\/em> de Rilke. Acab\u00f3 entregando su vida a la causa de sus cong\u00e9neres confinados en los campos de concentraci\u00f3n nazi. Menciono este caso, porque para muchos j\u00f3venes de la actual generaci\u00f3n, la experiencia est\u00e9tica puede ser previa al despertar \u00e9tico y religioso.
        \n 
        \n3.2. Preservar tiempos y espacios sagrados<\/em><\/strong>
        \n 
        \nPara cualquier actividad humana, es fundamental precisar y proteger sus tiempos y sus espacios. Lo mismo sucede en la pr\u00e1ctica de la interioridad. Hay que conseguir delimitar momentos y lugares adecuados para que se pueda producir algo, para que se inicie alg\u00fan itinerario. Anta\u00f1o, el ritmo de la interioridad estaba protegido por el marco de la cristiandad: iglesias y conventos convocaban a la misa diaria o semanal, el toque del \u00e1ngelus, el rosario familiar, etc. Esto ya no es as\u00ed: el tiempo viene marcado por el calendario semanal que distingue entre los d\u00edas de trabajo y los fines de semana, en los que se produce el \u00e9xodo hacia la naturaleza. Con todo, el paisaje urbano se va multiplicando de centros en los que la gente acude varias veces a la semana para avanzar en la pr\u00e1ctica interior. Centros que, cuando son serios, insisten en decir que la asistencia a ellos no exime de la pr\u00e1ctica personal.
        \nEs fundamental llegar a crear estos h\u00e1bitos diarios de silenciamiento, as\u00ed como propiciar lugares en nuestras parroquias, colegios o comunidades en los que exista un espacio sagrado que invite al recogimiento y que facilite esta entrada en la interioridad. A mi modo de ver, este es uno de los servicios que las iglesias podr\u00edan aportar a la ciudad: ofrecerse como vientres mistag\u00f3gicos<\/em> en los que renacer a planos de existencia m\u00e1s hondos.
        \n 
        \n3.3. M\u00e9todos de silenciamiento<\/em><\/strong>
        \n 
        \nAhora bien, tiempos y espacios no bastan. Todos sabemos que no es f\u00e1cil alcanzar ese silencio que regenera. Los medios para llegar a esa Interioridad unificadora y regeneradora son m\u00faltiples y hay mucho escrito sobre ello
        [3]<\/a>. La dificultad no est\u00e1 en el qu\u00e9, sino en el c\u00f3mo llegar a ese punto que es anterior al comienzo, previo a todo pensamiento o deseo, en el que se llega a gustar del mero hecho de ser y en que nos disponemos a ser mayores recept\u00e1culos del Ser.
        \n <\/p>\n