{"id":8049,"date":"2007-09-01T00:00:45","date_gmt":"2007-08-31T22:00:45","guid":{"rendered":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/?p=8049"},"modified":"2007-09-01T00:00:45","modified_gmt":"2007-08-31T22:00:45","slug":"pastoral-de-juventud-en-una-sociedad-laica","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/pastoral-de-juventud-en-una-sociedad-laica\/","title":{"rendered":"PASTORAL DE JUVENTUD EN UNA SOCIEDAD LAICA"},"content":{"rendered":"
Jos\u00e9 Luis P\u00e9rez \u00c1lvarez Supremac\u00eda de la persona sobre la instituci\u00f3n, de la conciencia sobre la norma, de la libertad personal sobre los sistemas. Necesidad de tolerancia y di\u00e1logo ante la pluralidad de ideolog\u00edas, creencias y proyectos, buscando el bien com\u00fan democr\u00e1ticamente en el respeto a las personas y a las opciones.<\/p>\n Una sociedad democr\u00e1tica implica la participaci\u00f3n de los ciudadanos en el desarrollo de la misma. La necesidad de la socializaci\u00f3n est\u00e1 alentada por la experiencia de las injusticias en la sociedad y entre los pueblos, por el influjo de los medios de comunicaci\u00f3n, por el predominio de las nuevas tecnolog\u00edas, por la masificaci\u00f3n y el anonimato de las grandes urbes, por la necesidad de control sobre el ejercicio del poder, y por la necesidad de \u00e1mbitos nuevos de relaciones y de comunicaci\u00f3n entre personas y grupos. Las exigencias de la socializaci\u00f3n afectan a todas las instituciones y relaciones modernas tanto en los \u00e1mbitos afectivos, como en los profesionales c\u00edvicos y eclesiales.<\/p>\n Entendemos por secularizaci\u00f3n un proceso social creciente de independencia, de consistencia y de relevancia de las realidades temporales en s\u00ed mismas, independientemente de las creencias y de las instituciones espec\u00edficamente religiosas. La sociedad civil organizada, en el conjunto de sus valores, relaciones y estructuras, ya no tiene como fundamento una espec\u00edfica referencia y pertenencia religiosa. Las religiones, como creencias y como instituciones, son un factor m\u00e1s en la sociedad pluralista, teniendo su sentido y su fuerza como factor personal y social, pero sin fundamentar la identidad, la pertenencia social y la legalidad civil de las personas en cuanto ciudadanos en una sociedad plural y laica. Ser\u00e1 preciso distinguir entre laicidad y laicismo entre secularizaci\u00f3n y secularismo. La laicidad y la secularizaci\u00f3n son fen\u00f3menos sociol\u00f3gicos. El laicismo y el secularismo son fen\u00f3menos ideol\u00f3gicos.<\/p>\n La modernidad proyect\u00f3 el futuro con optimismo. La evoluci\u00f3n cient\u00edfica y econ\u00f3mica daban la impresi\u00f3n de situarnos ante un proceso social abierto e ilimitado. Tres datos apuntaban hacia ese optimismo: el fin del colonialismo, la aceleraci\u00f3n de los cambios cient\u00edfico-t\u00e9cnicos, y los diferentes esfuerzos de una estructuraci\u00f3n socialista de la convivencia humana. La prospectiva liberadora creciente contribu\u00eda en gran manera a dar importancia a la militancia pol\u00edtica. La praxis liberadora adquir\u00eda valor supremo tanto pol\u00edtico como epistemol\u00f3gico y teol\u00f3gico. La cultura de la militancia era un claro desaf\u00edo en la vivencia de la religiosidad de muchos j\u00f3venes creyentes. Las nuevas tecnolog\u00edas han producido desempleo e inseguridad en las generaciones j\u00f3venes. La b\u00fasqueda de seguridad y de bienestar fue predominando sobre el compromiso. Las ideolog\u00edas ut\u00f3picas han ido perdiendo fuerza e inter\u00e9s, viviendo la vida de forma m\u00e1s fragmentaria.. Los objetivos a perseguir son m\u00e1s individuales, inmediatos y concretos. Las relaciones interpersonales y afectivas se satisfacen y explicitan en objetivos y contenido m\u00e1s inmediatos y ef\u00edmeros. La satisfacci\u00f3n y el \u201csentirse bien\u201d son criterios b\u00e1sicos de discernimiento y de b\u00fasqueda. Se debilitan la identidad y la pertenencia entre los j\u00f3venes respecto a la sociedad y al mundo adulto en general. La tolerancia ha cedido lugar al relativismo, a la privatizaci\u00f3n de las convicciones, a la confusi\u00f3n y a la indiferencia en el discernimiento de los valores. Dos factores han marcado profundamente esta etapa de la postmodernidad: el avance tecnol\u00f3gico y el neoliberalismo.<\/em><\/p>\n Se va instaurando una cultura dominante promovida por modelos sociales en los que predominan los valoresbiops\u00edquicos <\/em>(la satisfacci\u00f3n placentera) y lucrativos <\/em>(el \u00e9xito econ\u00f3mico). En ellos, la posesi\u00f3n y el placer fundamentan el \u00e9xito, la seguridad y la aceptaci\u00f3n social. – La marginaci\u00f3n social:<\/em> los j\u00f3venes est\u00e1n afectados por m\u00faltiples y crecientes necesidades objetivas y subjetivas. A muchos de ellos la sociedad les ofrece escasas oportunidades, especialmente en el \u00e1mbito profesional y laboral. Esta desproporci\u00f3n entre necesidades y oportunidades produce desesperanza en unos, pasotismo en otros, angustia e inseguridad ante el futuro… En la sociedad pluralista y laica en que vivimos, es notable la indiferencia y la lejan\u00eda de la fe de muchos j\u00f3venes, y el abandono progresivo de no pocos que han recibido instrucci\u00f3n religiosa, dada la fuerte resistencia a profundizar y crecer en su experiencia creyente[6]<\/a>. – La tarea pastoral m\u00e1s urgente y definitiva consiste en el testimonio y en la acci\u00f3n pastoral de una<\/em><\/strong>comunidad <\/em><\/strong>itinerante en la b\u00fasqueda de los j\u00f3venes, instaurando entre ellos presencias nuevas y significativas[7]<\/a>, favoreciendo el encuentro abierto a la actividad solidaria, al di\u00e1logo y a propuestas diversas y progresivas[8]<\/a>. Muchos j\u00f3venes est\u00e1n inmersos en valores y formas de vida cerrados en s\u00ed mismos, condicionando y limitando su mente y su coraz\u00f3n a realidades inmediatas y vanales. Sin apertura a la trascendencia es imposible ser sensibles a la instancia y a la oferta religiosa[12]<\/a>. Por esto la educaci\u00f3n a la trascendencia es objetivo fundamental de la acci\u00f3n pastoral. Se trata de descubrir los reclamos recibidos desde fuera e interiorizarlos mediante la apertura a un proceso de interrogantes y de respuestas que van m\u00e1s all\u00e1 de lo inmediato y ef\u00edmero. La comunidad cristiana que sepa ser cauce de actividades solidarias a favor de los desfavorecidos, ser\u00e1 la que mejor pueda transmitir el testimonio de la fraternidad y de la vivencia del amor cristiano. En la actividad solidaria los j\u00f3venes no solamente realizan servicios a favor de los necesitados, sino que tambi\u00e9n adquieren una nueva conciencia y desde \u00e9sta una conversi\u00f3n a nuevos valores y comportamientos[14]<\/a>. La expectativa en la vivencia interior de toda persona o grupo que lucha por el cambio en las realidades personales o sociales sometidas a la injusticia y a la impotencia. La expectativa es el fundamento y el motor de todo intento de superaci\u00f3n. La expectativa por el cambio es la base de la estructura humana y es trampol\u00edn para descubrir y valorar la fe cristiana como respuesta. Nada m\u00e1s contrario a la expectativa que el pasotismo, la indiferencia, el fatalismo, el individualismo y el conformismo, producidos por la falta de sentido profundo de la vida.<\/p>\n La actividad solidaria de los j\u00f3venes con y desde la comunidad pastoral va creando, desde el ejercicio de la solidaridad, una experiencia de comuni\u00f3n en el grupo y en la comunidad y un sentimiento de pertenencia que fortalece una nueva identidad interior y unas nuevas relaciones abiertas a instancias m\u00e1s profundas y al testimonio de la fe vivida, celebrada y comprometida. La comunicaci\u00f3n de las vivencias en el grupo y la aportaci\u00f3n de la comunidad en ella, es cauce de profundizaci\u00f3n en los sentimientos, motivaciones y opciones de cada uno de sus componentes.<\/p>\n De este modo apostamos por una cultura de la persona interior, creciendo en la capacidad para reflexionar, discernir, amar y optar en libertad. Se trata de formar unas personas entra\u00f1ables, sensibles a los reclamos radicales de la existencia. Sin interiorizaci\u00f3n es imposible un proceso de fe. JOS\u00c9 LUIS PEREZ \u00c1LVAREZ<\/p>\n Jos\u00e9 Luis P\u00e9rez \u00c1lvarez Comunidades Adsis (Madrid) S\u00cdNTESIS DEL ART\u00cdCULO El punto de partida del art\u00edculo es la situaci\u00f3n social en que hoy hemos de realizar la actividad pastoral. Se\u00f1ala c\u00f3mo modernidad y postmodernidad configuran la actual sociedad laica y su influjo en los j\u00f3venes, especialmente en la religiosidad. Desde aqu\u00ed subraya la necesidad […]<\/p>\n","protected":false},"author":3,"featured_media":0,"comment_status":"closed","ping_status":"closed","sticky":false,"template":"","format":"standard","meta":{"_et_pb_use_builder":"","_et_pb_old_content":"","_et_gb_content_width":"","footnotes":""},"categories":[1174,1176,94],"tags":[],"class_list":["post-8049","post","type-post","status-publish","format-standard","hentry","category-estudios-368","category-jose-luis-perez-alvarez","category-mision-joven-2"],"_links":{"self":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/8049"}],"collection":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/posts"}],"about":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/types\/post"}],"author":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/users\/3"}],"replies":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/comments?post=8049"}],"version-history":[{"count":0,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/8049\/revisions"}],"wp:attachment":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/media?parent=8049"}],"wp:term":[{"taxonomy":"category","embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/categories?post=8049"},{"taxonomy":"post_tag","embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/tags?post=8049"}],"curies":[{"name":"wp","href":"https:\/\/api.w.org\/{rel}","templated":true}]}}
\nComunidades Adsis (Madrid)
\n
\nS\u00cdNTESIS DEL ART\u00cdCULO<\/strong>
\nEl punto de partida del art\u00edculo es la situaci\u00f3n social en que hoy hemos de realizar la actividad pastoral. Se\u00f1ala c\u00f3mo modernidad y postmodernidad configuran la actual sociedad laica y su influjo en los j\u00f3venes, especialmente en la religiosidad. Desde aqu\u00ed subraya la necesidad de verdaderas comunidades cristianas en las que se viva, celebre y comprometa la fe. S\u00f3lo en y desde la comunidad es posible llegar a redescubrir nuevos proyectos y formas de transmisi\u00f3n de la fe, proyectando el testimonio de la fraternidad solidaria y buscando nuevos m\u00e9todos y nuevos lenguajes.
\n
\nLa pastoral de juventud propiamente dicha asume tres proyectos sucesivos: evangelizaci\u00f3n, iniciaci\u00f3n cristiana, inserci\u00f3n eclesial y opciones vocacionales espec\u00edficas.
\nEn el presente art\u00edculo detendremos nuestra reflexi\u00f3n en los aspectos previos que hacen posible la pastoral propiamente dicha. El alejamiento y la indiferencia de tantos adolescentes y j\u00f3venes respecto a la fe y a la Iglesia, es una sociedad secularizada y laica, nos obligan a plantearnos los interrogantes previos: \u00bfC\u00f3mo es posible el acercamiento de los j\u00f3venes a la propuesta cristiana? \u00bfQui\u00e9n puede provocar este acercamiento? \u00a1Qu\u00e9 opciones pastorales est\u00e1n a la base de todo ello?<\/em>[1]<\/strong><\/em><\/a>.<\/em> Tratamos los siguientes apartados:
\n– Fen\u00f3menos que configuran la sociedad laica.
\n– Incidencia en los j\u00f3venes.
\n– La Comunidad sujeto y \u00e1mbito de encuentro y de transmisi\u00f3n.
\n– Opciones pastorales prioritarias.
\n– La propuesta de Jes\u00fas, liberaci\u00f3n en el amor.
\n– Mediaciones, m\u00e9todo y lenguaje.
\n
\n 1. Modernidad y postmodernidad configuran la sociedad laica<\/strong>
\n
\nIndiquemos, en primer lugar, algunos fen\u00f3menos propios de la cultura en que vivimos y las instancias pastorales que suscitan en la transmisi\u00f3n de la fe.
\n1.1. Fen\u00f3menos sociales propios de la modernidad<\/strong><\/p>\n\n
\n
\n
\n
\nLas principales instancias pastorales<\/em><\/strong> de fondo, que surgen ante estos fen\u00f3menos de la modernidad, son entre otras:
\n– La necesidad de personalizaci\u00f3n de la fe como proceso de conversi\u00f3n y de compromiso.<\/em>
\n– La participaci\u00f3n corresponsable y la pertenencia afectiva y efectiva en \u00e1mbitos comunitarios donde se viva, se celebre y se comprometa la fe desde el seguimiento a Jes\u00fas<\/em>
\n– El reconocimiento de la racionalidad propia de los valores y compromisos seculares y laicos, y la relaci\u00f3n de fermento prof\u00e9tico y de di\u00e1logo positivo y cr\u00edtico que la fe ejerce respecto a ellos.<\/em>
\n– La prospectiva de liberaci\u00f3n integral que la fe ofrece en las dimensiones personales, comunitarias, sociales y pol\u00edticas del hombre.<\/em><\/p>\n\n
\n
\n
\nSe evidencian as\u00ed unas instancias pastorales <\/em><\/strong>que respondan:
\n– a una educaci\u00f3n en valores abiertos a un proyecto de vida con sentido[2]<\/strong><\/a>,<\/em>
\n– a la recuperaci\u00f3n de la utop\u00eda desde el ejercicio de la solidaridad,<\/em>
\n– a la configuraci\u00f3n del coraz\u00f3n con capacidad de un amor nuevo,<\/em>
\n– a la profunda y fuerte pertenencia en una comuni\u00f3n abierta a la tolerancia y al di\u00e1logo[3]<\/strong><\/a>.<\/em>
\n
\n2. Incidencia en los j\u00f3venes<\/strong>
\n <\/strong><\/p>\n\n
\n– Crisis de utop\u00eda y de innovaci\u00f3n:<\/em> los j\u00f3venes han dejado de ser una fuerza de innovaci\u00f3n social, de originalidad con capacidad cr\u00edtica y operativa en la sociedad. La falta de proyectos globales, abiertos a la adultez de la vida, les sume en una prolongada adolescencia con la consiguiente huida hacia compensaciones paralizantes y cerradas en su propio mundo.
\n– Contexto social diferenciado:<\/em> la sociedad pluralista y laica ha generado un contexto cultural tan diferenciado y complejo que produce en los j\u00f3venes fen\u00f3menos de fragmentaci\u00f3n y desconexi\u00f3n en las formas de pensar y de actuar, sin una concepci\u00f3n unificadora que d\u00e9 sentido radical y convergente a los diversos aspectos de la vida.
\n– Centralidad de lo privado:<\/em> la mayor\u00eda de los j\u00f3venes actuales viven m\u00e1s centrados en lo privado que en lo social. La autorrealizaci\u00f3n es su principal preocupaci\u00f3n. Unos viven esta tendencia con marcado car\u00e1cter individualista; otros con sentido m\u00e1s personalista. En ambos casos, los j\u00f3venes viven centrados en la cultura de sus necesidades inmediatas, hostigados por la cultura dominante ya descrita. La sociedad en que viven los estimula al consumo y, al mismo tiempo, reduce sus posibilidades de promoci\u00f3n y autonom\u00eda. Por ello su alergia a los modelos institucionales dominantes y la tendencia a vivir su propia experiencia en relaciones cerradas en su propio mundo.
\n– Nueva racionalidad:<\/em> la cultura de lo inmediato se manifiesta en una forma de vida centrada en la satisfacci\u00f3n, en el saber productivo, en la sexualidad gratificante, en las relaciones de acogida y de comunicaci\u00f3n espont\u00e1nea, en la huida hacia lo festivo y hacia las experiencias fuertes y novedosas. Unos j\u00f3venes buscar\u00e1n llenar su vac\u00edo existencial en m\u00faltiples est\u00edmulos y sensaciones. Otros encontrar\u00e1n en la amistad positiva y en la solidaridad activa un sentido m\u00e1s profundo y satisfactorio.
\n– Cultura de la experiencia:<\/em> vivir es experimentar y experimentar es descubrir la realidad desde acciones, relaciones y sensaciones novedosas. Seg\u00fan la calidad y el sentido de todas ellas, los j\u00f3venes se abren a valores, actitudes y sentimientos peculiares[5]<\/a>.<\/p>\n\n
\nCiertamente hay que admitir el hecho de un creciente alejamiento de los j\u00f3venes respecto a la Iglesia. Basta comprobarlo en tantas parroquias Por otra parte es evidente que tanto la familia como la escuela dejan mucho que desear como correas de transmisi\u00f3n de la fe.
\nSe a\u00f1aden a todo ello las dificultades derivadas del sustrato humano de los j\u00f3venes como son la falta de integraci\u00f3n personal, la conciencia adormecida por el consumo, la influencia de los medios de comunicaci\u00f3n social, la falta de referentes y la dificultad para conectar con sus focos de inter\u00e9s y expectativas.
\nEn ciertos sectores, sin embargo, se manifiestan un hambre de sentido y de valores, el ejercicio de la solidaridad personal y grupal, y un atisbo por acceder a nuevas formas de explicitar y vivir las creencias en orden a una fe m\u00e1s aut\u00e9ntica y purificada.<\/p>\n\n
\n– El primer objetivo de la comunidad cristiana respecto a los j\u00f3venes es conseguir que \u00e9stos sean capaces de abrirse al evangelio<\/em><\/strong>.<\/em> Sin capacidad y sin necesidad de abrirse a las instancias \u00faltimas de la vida, sin un coraz\u00f3n configurado por experiencias de alteridad y donaci\u00f3n, sin la b\u00fasqueda de sentido profundo ante el dolor y la injusticia…, los j\u00f3venes no sienten la necesidad de abrirse a la Buena Noticia porque carecen de expectativa respecto a una propuesta salvadora y comprometida[9]<\/a>.
\n
\n3. La Comunidad sujeto y \u00e1mbito de encuentro y de transmisi\u00f3n<\/strong>
\n
\nLa fe no es simplemente un mensaje que se propaga. Es ante todo una experiencia de vida que surge del encuentro amoroso y salvador con el Padre, en Jes\u00fas por el Esp\u00edritu. Este encuentro se inicia y se acrecienta en el seno de la comunidad de los disc\u00edpulos como hijos, hermanos y siervos cara al proyecto del Reino.
\nLa Iglesia es ante todo un cuerpo, una trama de comunidades, encarnadas en la vida, en la cultura y en la historia de los hombres desde una intensa dial\u00e9ctica entre la comuni\u00f3n y la misi\u00f3n.
\nLas instituciones y las estructuras pastorales necesitan ser revitalizadas por comunidades que, en la pluralidad de los carismas y desde la comuni\u00f3n eclesial, sean fermento vivificador en el testimonio y en la transmisi\u00f3n de la fe. Necesitamos optar por formar verdaderas comunidades en las que, desde unas relaciones interpersonales de comunicaci\u00f3n y de pertenencia, se viva, se celebre y se comprometa la fe como proyectoglobalizante de la vida, desde el seguimiento a Jes\u00fas, con creciente apertura y participaci\u00f3n de los \u201cvecinos\u201d.
\n– Comunidades portadoras de sentido desde la radicalidad del evangelio, samaritanas empe\u00f1adas en la solidaridad activa con los pobres, abiertas al di\u00e1logo y a la oferta desde la vecindad y la secularidad.
\n– Comunidades en las que la fraternidad, la comunicaci\u00f3n de bienes, la acogida en sus relaciones y el gozo en su convivencia, susciten interrogantes e inter\u00e9s por su \u201ccalidad de vida\u201d[10]<\/a>.
\n– Comunidades que ofrezcan experiencias profundas de solidaridad compartida, y procesos y acompa\u00f1amientos de interiorizaci\u00f3n y de apertura a la propuesta de Jes\u00fas, que sean \u00e1mbito de formaci\u00f3n permanente con propuestas adecuadas y plurales.
\n– Comunidades que tengan predilecci\u00f3n por la convocatoria a los j\u00f3venes y el servicio a los m\u00e1s pobres.
\n– Comunidades educativas que acrecienten la dimensi\u00f3n evangelizadora de la escuela y de otras instituciones educativas y sociales de la Iglesia y de la sociedad, siendo, al mismo tiempo, fermento de comuni\u00f3n y de servicio en las Iglesias locales, en las parroquias y en las relaciones interreligiosas.
\nLa fe se trasmite por contagio y a trav\u00e9s de la participaci\u00f3n en la vida de la comunidad. Hemos de volver alven y ver\u00e1s <\/em>del Evangelio, y al testimonio del amor nuevo<\/em> que son criterios y signos por los que nos conocer\u00e1n como disc\u00edpulos de Jes\u00fas.
\nEl empe\u00f1o por recrear, en los tiempos presentes, nuevas formas de vida comunitaria m\u00e1s secular y encarnada, y por renovar las existentes desde la pluralidad de formas y carismas, es fundamental y decisivo para la vivencia y la transmisi\u00f3n de la fe. En el seno de la comunidad, cada uno de sus miembros encontrar\u00e1 los medios para crecer en la vivencia de su fe, en la formaci\u00f3n como transmisor de la misma y en los compromisos personales y comunitarios. La vivencia de la oraci\u00f3n y de las celebraciones sacramentales, la comunicaci\u00f3n de vida y la formaci\u00f3n permanente ser\u00e1n elementos fundamentales en el proyecto personal y comunitario.
\n
\n4. Opciones pastorales prioritarias<\/strong>
\n
\nLa fe cristiana es una adhesi\u00f3n a la persona de Jes\u00fas y a su proyecto como respuesta al sentido \u00faltimo de la vida. Para ello es fundamental suscitar las preguntas e instancias \u00faltimas porque es imposible que sin preguntas se valore y asuma una respuesta.
\nEn una sociedad laica es preciso redescubrir nuevos proyectos y formas de transmisi\u00f3n de la fe. Pero, al mismo tiempo, hemos de advertir que los j\u00f3venes actuales no pueden sentirse atra\u00eddos por la propuesta del evangelio si nos son capaces de Evangelio, <\/em><\/strong>es decir si no hacen un recorrido educativo que les lleve a ser capaces de instancias y de expectativas adecuadas a la respuestas y a la propuesta del Evangelio de Jes\u00fas.
\nTodo ello supone un proceso educativo que lleve al joven a la b\u00fasqueda del sentido \u00faltimo y radical <\/em><\/strong>sobre la vida y la existencia personal y social. La palabra \u201csentido\u201d tiene tres acepciones: significado de la realidad, justificaci\u00f3n de la misma y orientaci\u00f3n de la vida. La b\u00fasqueda de sentido trata de descubrir la realidad en s\u00ed misma, sus causas y consecuencias, la utop\u00eda y la esperanza que nos mueven al interpretarla y asumirla[11]<\/a>. Este proceso educativo-pastoral implica apertura a la trascendencia y a la alteridad, cultura de la solidaridad, apertura a la expectativa, experiencia de comuni\u00f3n y de pertenencia, configuraci\u00f3n del coraz\u00f3n y de sus vivencias interiores.<\/em><\/p>\n\n
\nLa apertura a la naturaleza<\/em> en su belleza y misterio que nos sobrepasan y que nos descubren como parte de un cosmos cuya naturaleza y evoluci\u00f3n provocan admiraci\u00f3n, af\u00e1n de conocimiento y responsabilidad activa. La apertura a los otros<\/em> como compa\u00f1eros de camino, dotados de formas culturales y sociales de vida, sujetos de derechos y deberes, necesitados de relaciones integradoras de afectos y de compromisos nos sit\u00faan ante la responsabilidad de una respuesta responsable y fiel, nos abren al descubrimiento de la alteridad como vivencia constituyente de la propia personalidad, nos hacen superar la cerraz\u00f3n y el ego\u00edsmo de la propia conducta, nos hacen responsables en el seno de la familia, de los amigos, de la sociedad en sus diversos \u00e1mbitos de relaciones e intereses.
\nEsta apertura a la trascendencia nos lleva a la b\u00fasqueda y al encuentro con el Otro<\/em> como creador y fuente de nuestra existencia y de nuestro destino, descubre nuestra condici\u00f3n de criaturas llamadas al verdadero amor y a la vida responsable y comprometida. Descubrimos en Dios creador el ser que nos sustenta y en \u00e9l nuestra identidad y pertenencia definitivas[13]<\/a>. La apertura a la trascendencia conlleva la educaci\u00f3n al an\u00e1lisis de la realidad y el ejercicio de la contemplaci\u00f3n profunda de los acontecimientos y de las personas.<\/p>\n\n
\nLa identificaci\u00f3n con los problemas, necesidades y luchas de los pobres, la toma de posturas cr\u00edticas ante una sociedad injusta, la orientaci\u00f3n de su vida personal y grupal hacia las exigencias derivadas de compartir tiempo, bienes, sentimientos y actividades son la mejor plataforma para la apertura del coraz\u00f3n al mensaje liberador del Reino de Dios.<\/p>\n\n
\n
\n
\nLa comunidad debe ser plataforma que transmite los valores del hombre y de la mujer interiores. Se trata de que los j\u00f3venes puedan descubrir y asumir los valores trascendentes<\/em> propios de quienes viven abiertos a la expectativa por una sociedad m\u00e1s justa y solidaria. La acertada jerarqu\u00eda de valores es fundamental para tener acceso a la adhesi\u00f3n creyente. La fraternidad y la solidaridad son valores y opciones que reconducen el resto a su funci\u00f3n mediacional.
\nJunto a los valores predominantes se trata de que los j\u00f3venes crezcan en fuerza interior, sensibilidad educada y abierta, gozo y sabor de la vida<\/em> anclada en la amistad, la belleza, el amor y el conocimiento, experiencia de una libertad liberada desde la opci\u00f3n fundamental que da pleno sentido a toda la vida[15]<\/a>. As\u00ed su coraz\u00f3n y sus vivencias est\u00e1n preparadas para valorar la persona y el Evangelio de Jes\u00fas como oferta y raz\u00f3n \u00faltima<\/em> que responde a las expectativas m\u00e1s profundas del ser humano y a las instancias \u00faltimas de la existencia.
\n
\n5. La propuesta de Jes\u00fas, liberaci\u00f3n en el amor<\/strong>
\n
\nDentro del recorrido educativo descrito, la comunidad va proyectando el testimonio de la fraternidad solidaria, con la explicitaci\u00f3n de la Palabra que desvela la fuente de su calidad de vida. La comunidad pone m\u00e1ximo empe\u00f1o en interiorizar y proyectar la novedad y la radicalidad del acontecimiento emergente en la Buena Noticia. La fidelidad a la Palabra y a la historia de los pobres entra\u00f1an las vivencias del amor nuevo<\/em> que es, bajo la acci\u00f3n del Esp\u00edritu, la aportaci\u00f3n pastoral fundamental de la comunidad a los j\u00f3venes.
\nEn la transmisi\u00f3n de la fe y en su progresiva interiorizaci\u00f3n entre los j\u00f3venes, la comunidad pastoral ha de priorizar las dimensiones siguientes:
\n– Asumir la historia de los hombres como principal mediaci\u00f3n en la que acontece el proyecto liberador de Dios en Cristo.
\n– Interiorizar, con expectativa confiada y alegre, el Reino de Dios como una oferta de salvaci\u00f3n integral del hombre en todas sus dimensiones, conduci\u00e9ndole a una vida nueva y definitiva por caminos de verdad trascendente, de amor solidario, de fraternidad universal y de bienaventuranza.
\n– Descubrir y asumir la opci\u00f3n prioritaria por los pobres, los peque\u00f1os y los perdidos, invitados a la mesa del Se\u00f1or, y preferidos por el amor misericordioso, en cuya recuperaci\u00f3n encuentra el Padre su m\u00e1xima alegr\u00eda.
\n– Interiorizar las exigencias liberadoras del amor nuevo que Jes\u00fas nos propone como \u00fanica ley. Amor a todas las personas, en todas sus dimensiones personales y sociales, amor trascendente como corresponde a su origen, dignidad y destino, amor gratuito y fiel.
\n– Interiorizar, mediante el discernimiento espiritual, las exigencias de la Palabra, la celebraci\u00f3n de la vida en los sacramentos, la diacon\u00eda del servicio como reveladores de sentido y fuente de energ\u00eda en todos los aspectos de la vida personal y social.
\n– Abrir la mente y el coraz\u00f3n a la acci\u00f3n del Esp\u00edritu en la oraci\u00f3n, asumiendo nuestra condici\u00f3n de hijos, hermanos y siervos tanto en nuestras relaciones con Dios como con los hombres y mujeres de nuestro entorno.
\nEl Evangelio de Jes\u00fas ir\u00e1 dando respuesta en plenitud a un coraz\u00f3n abierto a la trascendencia, a la solidaridad, a las instancias interiores del amor y de la felicidad, a los reclamos que surgen del dolor, de la injusticia y de la desesperanza, a las inc\u00f3gnitas de la muerte. La palabra sembrada en tierra buena y abonada dar\u00e1 fruto enabundancia.
\nLa actividad pastoral necesita entre los j\u00f3venes m\u00e1s profec\u00eda que doctrina, m\u00e1s celebraci\u00f3n que ritos, m\u00e1s opciones de amor nuevo que prohibiciones, m\u00e1s comunidad participativa que iglesias de clientela. La alegr\u00eda es la mejor profec\u00eda. Los j\u00f3venes admiran a los h\u00e9roes pero no quieren imitarlos. Envidian a los que se muestran m\u00e1s felices por su calidad de vida y desean seguirlos y experimentar con ellos.
\n
\n6. Mediaciones, m\u00e9todo y lenguaje<\/strong>
\n <\/strong>
\n6.1. Mediaciones pastorales<\/strong>
\nPara lograr estos objetivos previos ser\u00e1 necesario asumir las siguientes mediaciones pastorales:<\/em><\/strong>
\n– La comunidad fraterna y solidaria<\/em><\/strong> portadora de sentido, abierta a la itinerancia y a la solidaridad, sujeto y oferta de relaciones nuevas, inductora de trascendencia y de expectativa, portadora de Buena Noticia, educadora en el compromiso.
\nEl primer empe\u00f1o de la comunidad no ha de ser el reclutamiento de los j\u00f3venes hacia s\u00ed misma, sino la emigraci\u00f3n de s\u00ed misma con los j\u00f3venes a ambientes y contextos vitales donde la experiencia de la injusticia y de la pobreza provocan desasosiego y reclaman urgencias de solidaridad[16]<\/a>. Desde ah\u00ed, la comunidad ofrece experiencias vivas y \u00e1mbitos de comunicaci\u00f3n, ofrece la palabra de Jes\u00fas abierta a la narraci\u00f3n del pasado, a la vida del presente y a la utop\u00eda del futuro, celebra la fe de forma participativa, encarnada y festiva, invita a unirse a ella en compromisos de amor solidario. As\u00ed la comunidad vive de la memoria y de la expectativa de Jes\u00fas.
\n– Experiencias mayores <\/em><\/strong>que estimulen en los j\u00f3venes vivencias fuertes de solidaridad, de interioridad, de relaciones abiertas, de convivencias comunitarias plurales, de comunicaci\u00f3n profunda con testigos cualificados, de proyectos y actividades compartidas interculturales e interreligiosas, etc. Vivencias que han de ser comunicadas y reflexionadas en grupo, confrontadas con la Palabra, profundizadas con una adecuada formaci\u00f3n e interiorizaci\u00f3n y abiertas a posteriores compromisos[17]<\/a>.
\n– El grupo vinculado a la comunidad <\/em><\/strong>como \u00e1mbito de comunicaci\u00f3n, de formaci\u00f3n y de compromiso en el que las relaciones se consolidan como fuente de identidad y de pertenencia personales. De alguna manera el crecimiento en la fe como vocaci\u00f3n que globaliza la vida va unido a la vivencia y a la pertenencia comunitarias[18]<\/a>. Es tambi\u00e9n sumamente importante la relaci\u00f3n y la participaci\u00f3n de los grupos en encuentros, iniciativas y celebraciones m\u00e1s amplias y plurales con otros grupos, Movimientos y Comunidades para acrecentar la riqueza en las vivencias de la fe y vivir con mayor sentido la comuni\u00f3n eclesial en el mundo.
\n– Acompa\u00f1amiento personal <\/em><\/strong>que ayude al joven a discernir planteamientos, actitudes y opciones nuevos, referidos a los diversos aspectos personales y sociales de su proyecto de vida. Cuando lleguen los momentos adecuados, el acompa\u00f1amiento personal se intensifica en Convivencias, en Retiros y en Ejercicios Espirituales.
\n– Compromisos de acci\u00f3n <\/em><\/strong>que sit\u00faan al grupo y a las personas como fermento de servicio a favor de la justicia y de la solidaridad en medio de los desfavorecidos, asumiendo progresivamente en la vida personal los reclamos que surgen de estos compromisos[19]<\/a>.
\n– Incorporar las instancias adultas de la vida <\/em><\/strong>a los valores y vivencias que surgen de una vida comprometida especialmente cara a los estudios, al ejercicio de la profesi\u00f3n y al enfoque de la afectividad cara al estado de vida[20]<\/a>.
\n6.2. Metodolog\u00eda activo-inductiva<\/strong>
\nOptamos por una metodolog\u00eda<\/em><\/strong> activo-inductiva, una metodolog\u00eda de la interiorizaci\u00f3n y de la formaci\u00f3n, una metodolog\u00eda de la comunicaci\u00f3n, una metodolog\u00eda de la oraci\u00f3n y de la celebraci\u00f3n, una metodolog\u00eda del compromiso solidario[21]<\/a>.
\nCada uno de estos aspectos configurar\u00e1 los ejes fundamentales de un proyecto progresivo en la apertura a la fe, y en la transmisi\u00f3n y educaci\u00f3n de la misma. En este esquema del camino de la fe se incluir\u00e1 la permanente preocupaci\u00f3n por centrar desde el evangelio el discernimiento y las opciones de los estados de vida, del ejercicio de la profesi\u00f3n, y de las eventuales opciones vocacionales espec\u00edficas….
\n6.3. Lenguaje narrativo<\/strong>
\nAcentuamos la necesidad de un lenguaje <\/em><\/strong>narrativo, experiencial y simb\u00f3lico, en referencia a las experiencias humanas, y en apertura a la b\u00fasqueda de sentido y de compromiso[22]<\/a>. El lenguaje de la Palabra ha de estar vinculado al lenguaje de los signos, teniendo en cuenta la cultura y la sensibilidad de los j\u00f3venes. Los signos de nuestra vivencia comunitaria de la fe han de ser liberados de soportes distorsionantes, heredados de otros tiempos y culturas. Hemos de asumir un lenguaje m\u00e1s hist\u00f3rico, m\u00e1s secular, menos filos\u00f3fico y abstracto, m\u00e1s existencial y parab\u00f3lico.
\nEl lenguaje necesita ser pronunciado en el seno de las iniciativas solidarias compartidas y de las relaciones de comunicaci\u00f3n vivencial. El lenguaje ha de responder a un acontecer provocativo de interrogantes. Los j\u00f3venes entender\u00e1n nuestro lenguaje en la medida en que vayan teniendo con nosotros experiencia de lo que en \u00e9l se narra y se afirma.
\nEl lenguaje viene configurado y condicionado por la comunidad y por las mediaciones en que encarna su experiencia creyente. Las mediaciones institucionales y estructurales son lenguaje. Comunican relaciones de uno u otro signo: servicio interesado o gratuito, encuentro o dispersi\u00f3n, vecindad o lejan\u00eda, fraternidad o empresa,itinerancia o repliegue, periferia o seguridad, altar de presbiterio o mesa de fraternidad, distanciamiento o b\u00fasqueda, sinagoga recluida o barca hacia la otra orilla…
\nEl lenguaje ha de preocuparse m\u00e1s de la misericordia amorosa que de la ortodoxia comprobada. Est\u00e1 m\u00e1s vinculado al est\u00edmulo que a la condena, m\u00e1s a la b\u00fasqueda de lo perdido que a la defensa de la instituci\u00f3n. Se trata, en fin, de contar c\u00f3mo y d\u00f3nde Dios Padre sale a nuestro encuentro cada d\u00eda en la historia humana y c\u00f3mo nos invita en Jesucristo a una vida bienaventurada y fecunda.<\/p>\n
\n[1]<\/a> Deseamos continuar en esta colaboraci\u00f3n las reflexiones anteriores realizadas en la Revista: ALBURQUERQUE FRUTOS, E., Proponer la Fe a los j\u00f3venes hoy <\/em>en Misi\u00f3n Joven, nn. 318-319, julio-agosto 2003, <\/em>pp. 27-54; GINEL A., Interrogantes desde la praxis pastoral. Perspectivas para pensar y actuar<\/em>, en Misi\u00f3n Joven nn. 318-319, julio-agosto 2003, pp. 55- 66; GINEL, A., Reflexiones para una pastoral en situaci\u00f3n de no cristiandad, <\/em>en Misi\u00f3n Joven, nn. 354-355, julio-agosto 2006, pp.5-17; MORAL J. L., Una pastoral juvenil para el cambio (de \u00e9poca), <\/em>en Misi\u00f3n Joven, nn. 354-355, julio-agosto 2006, pp. 17-32; CHORDI A., Los j\u00f3venes nos hacen mover ficha. \u00bfC\u00f3mo impulsar la pastoral con los j\u00f3venes hoy? <\/em>En Misi\u00f3n Joven, nn. 354-355, julio-agosto 2006, pp.49-61
\n[2]<\/a> AA.VV. J\u00f3venes y valores, <\/em>Fundaci\u00f3n \u201cla Caixa\u201d, Barcelona 2006, pp. 11-37; MART\u00cdN VELASCO, J., La situaci\u00f3n religiosa de los j\u00f3venes en Europa, <\/em>en Misi\u00f3n Joven n. 363, abril 2007, p. 25-33.
\n[3]<\/a> ARMEND\u00c1RIZ, L. M., Modernidad, postmodernidad y teolog\u00eda <\/em>en Pluralismo socio-cultural y fe cristiana, Mensajero, Bilbao 1990, pp. 425-429.
\n[4]<\/a> Aconsejamos, como estudio previo, el comentario sobre el estudio sociol\u00f3gico J\u00f3venes espa\u00f1oles 2005 <\/em>de la Fundaci\u00f3n Santa Mar\u00eda publicado en esta Revista: Centro Nacional Salesiano de Pastoral Juvenil, J\u00f3venes espa\u00f1oles 2005: Comentario y pistas de reflexi\u00f3n, <\/em>en Misi\u00f3n Joven nn. 354-355, julio-agosto 2006, pp. 63-75. <\/em>
\n[5]<\/a> HURTADO S\u00c1NCHEZ, J., Una nueva cultura para los j\u00f3venes del siglo XXI, <\/em>\u00c1rea de cultura. Ayuntamiento de Sevilla, 2000, pp. 90-91;MARDONES, J. M., El reto religioso de la posmodernidad, <\/em>XVII Semana de Pensamiento y Di\u00e1logo, \u201cIglesia Viva\u201d 1990, n.197-198; JIM\u00c9NEZ ORTIZ, A., Increencia<\/em> y j\u00f3venes: datos y posibles ra\u00edces, <\/em>en Misi\u00f3n Joven n. 363, abril 2007, p. 5-15.
\n[6]<\/a> G\u00d3MEZ CAFFARENA, J., El pluralismo socio-cultural como posibilidad y desaf\u00edo de la fe <\/em>en \u201cPluralismo sociocultural y fe cristiana\u201d, Congreso de Teolog\u00eda. Mensajero, Bilbao 1990, pp. 22-24.
\n[7]<\/a> P\u00c9REZ \u00c1LVAREZ, J. L., Presencia y audacia pastorales <\/em>en Misi\u00f3n Joven 120, 1987, pp. 21-32.
\n[8]<\/a> MART\u00cdN VELASCO, J., La transmisi\u00f3n de la fe en la sociedad contempor\u00e1nea, <\/em>Sal Terrae, Santander 2002, p. 57; P\u00c9REZ \u00c1LVAREZ, JL, Retos fundamentales que la pastoral de juventud propone a la comunidad <\/em>en \u201cDios me dio hermanos\u201d, <\/em><\/strong>CCS, Madrid 1993, pp. 78-90. MALDONADO, L., La Comunidad cristiana, <\/em>Paulinas, Madrid 1992, p. 5.
\n[9]<\/a> QUINZA, X., C\u00f3mo evangelizar el nihilismo positivo de nuestra sociedad <\/em>en \u201cSal Terrae\u201d, 11, noviembre 1990; FOUREZ, G., Evangelizar en una sociedad individualista <\/em>en \u201cSal Terrae\u201d 9, septiembre 1990.
\n[10]<\/a> P\u00c9REZ \u00c1LVAREZ, J. L., Para que una comunidad sea significativa <\/em>en Frontera Hegian n. 8, Instituto Teol\u00f3gico de Vida Religiosa, Vitoria, 1995.
\n[11]<\/a> HOLZAPFEL, C., A la b\u00fasqueda del sentido, <\/em>Edit. Sudamericana, Santiago de Chile, 2005, p. 15
\n[12]<\/a> GEVAERT, J., Las huellas de la trascendencia <\/em>en \u201cLa dimensi\u00f3n experiencial de la catequesis\u201d, CCS, Madrid 1995, pp. 134-145.
\n[13]<\/a> DE PIS\u00d3N LI\u00c9BANAS, R. M., Vocaci\u00f3n esencial del ser humano <\/em>en Religi\u00f3n y Cultura 48, 1997, p. 91.
\n[14]<\/a> MARDONES, J. M\u00aa., Por una cultura de la solidaridad, <\/em>Cuadernos Fe y Secularidad, Sal Terrae, Santander, 1994, pp. 41-47
\n[15]<\/a> Chavani, E., Perfiles de la nueva humanidad, <\/em>San Esteban, Salamanca, 1993, pp. 31 ss.
\n[16]<\/a> P\u00c9REZ \u00c1LVAREZ, J. L., Entre lo propio y lo ajeno. La experiencia comunitaria en la Pastoral de juventud <\/em>en Revista de Pastoral juvenil, ICCE, Madrid, n. 423, diciembre 2005, pp. 3-14.
\n[17]<\/a> P\u00c9REZ \u00c1LVAREZ, J. L., Experiencia mayor… <\/em>en Misi\u00f3n Joven 120, 1987, p. 30 ss; GEVAERT, J., Experiencia humana y anuncio cristiano,<\/em>CCS, Madrid, 1976.
\n[18]<\/a> P\u00c9REZ \u00c1LVAREZ, J. L., La Comunidad, objetivo de la pastoral de juventud <\/em>en \u201cDios me dio hermanos\u201d, o.c. pp. 297\u2013308.
\n[19]<\/a> MALEN \u00c1LVAREZ, Juventud cristiana y compromiso: interrogantes, procesos y esperanzas <\/em>en \u201cLa Iglesia y los j\u00f3venes a las puertas del siglo XXI\u201d Edit. Verbo Divino, Estella (Navarra) 2002, pp. 205-235.
\n[20]<\/a> METTE, N., Tareas de la comunidad cristiana en la formaci\u00f3n religiosa <\/em>en Concilium 194, 1984, pp. 119 y 120.
\n[21]<\/a> P\u00c9REZ \u00c1LVAREZ, J. L., Metodolog\u00eda para un proceso de personalizaci\u00f3n <\/em>en \u201cDios me dio hermanos\u201d, CCS, Madrid 1993, pp. 101-106;GONZ\u00c1LEZ RAM\u00cdREZ, J., La pastoral juvenil:… orientaciones metodol\u00f3gicas, <\/em>Revista Medell\u00edn (Colombia), Celam-Itepal, Vol. XXIV, n. 94, junio 1998, pp. 261-266.
\n[22]<\/a> MOLARI, C., La fede e il suo linguaggio, <\/em>As\u00eds, Cittadella 1972.<\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":"