{"id":8099,"date":"2007-05-01T00:00:07","date_gmt":"2007-04-30T22:00:07","guid":{"rendered":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/?p=8099"},"modified":"2007-05-01T00:00:07","modified_gmt":"2007-04-30T22:00:07","slug":"si-dios-es-amor-que-es-creer","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/si-dios-es-amor-que-es-creer\/","title":{"rendered":"Si Dios es Amor, \u00bfqu\u00e9 es creer?"},"content":{"rendered":"
Jos\u00e9 Ignacio Calleja<\/strong> S\u00e1enz de Navarrete<\/strong> es Profesor de Teolog\u00eda Moral en la Facultad de Teolog\u00eda de Vitoria-Gasteiz <\/strong> Jos\u00e9 Ignacio Calleja S\u00e1enz de Navarrete es Profesor de Teolog\u00eda Moral en la Facultad de Teolog\u00eda de Vitoria-Gasteiz S\u00cdNTESIS DEL ART\u00cdCULO Contempla el art\u00edculo la fe cristiana como compromiso de amor con el ser humano; piensa, por tanto, la fe como compromiso personal y social. De manera breve fundamenta la identidad de la fe cristiana […]<\/p>\n","protected":false},"author":3,"featured_media":0,"comment_status":"closed","ping_status":"closed","sticky":false,"template":"","format":"standard","meta":{"_et_pb_use_builder":"","_et_pb_old_content":"","_et_gb_content_width":"","footnotes":""},"categories":[1136,1137,94],"tags":[],"class_list":["post-8099","post","type-post","status-publish","format-standard","hentry","category-estudios-364","category-jose-ignacio-calleja-saenz-de-navarrete","category-mision-joven-2"],"_links":{"self":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/8099"}],"collection":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/posts"}],"about":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/types\/post"}],"author":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/users\/3"}],"replies":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/comments?post=8099"}],"version-history":[{"count":0,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/8099\/revisions"}],"wp:attachment":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/media?parent=8099"}],"wp:term":[{"taxonomy":"category","embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/categories?post=8099"},{"taxonomy":"post_tag","embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/tags?post=8099"}],"curies":[{"name":"wp","href":"https:\/\/api.w.org\/{rel}","templated":true}]}}
\n <\/strong>
\nS\u00cdNTESIS DEL ART\u00cdCULO<\/strong>
\nContempla el art\u00edculo la fe cristiana como compromiso de amor con el ser humano; piensa, por tanto, la fe como compromiso personal y social. De manera breve fundamenta la identidad de la fe cristiana en la cristolog\u00eda, para mostrar c\u00f3mo si vivir en cristiano es seguir a Jes\u00fas, hay que hacerlo desde su compromiso con los peque\u00f1os, los pobres y pecadores. Subraya especialmente el horizonte estructural y pol\u00edtico del compromiso; se\u00f1ala sus tentaciones y peligros sociales, para llegar a presentar el rostro del compromiso social de la fe como la forma de actual en la sociedad con un talante m\u00e1s evang\u00e9lico y mayor densidad pol\u00edtica.
\n <\/strong>
\nVamos a contemplar la fe cristiana como compromiso de amor <\/em>con el ser humano, compromiso <\/em>con una vida digna para cada uno de los seres humanos y para todos juntos. Hace a\u00f1os estuvo muy en boga referirse a la fe bajo esta preocupaci\u00f3n encarnada<\/em> y liberadora<\/em>. En nuestros d\u00edas, por razones que ahora no vamos a exponer, otras dimensiones de la fe han adquirido un protagonismo m\u00e1s destacado. Con todo, nadie duda ya, al menos no deber\u00eda hacerlo, de que la teolog\u00eda y la experiencia cristianas son inteligencia del amor<\/em> y pr\u00e1ctica misericordiosa<\/em>.
\nSe discute de uno u otro modo sobre los significados de esta definici\u00f3n, advirtiendo de su especificidad y diferencias por comparaci\u00f3n con las luchas humanas identificadas con la justicia \u201cpol\u00edtica\u201d, pero, en cuanto a su puesto caracter\u00edstico en la vida de fe, nadie deja de reconocer la condici\u00f3n comprometidamente liberadora<\/em> de la fe cristiana.\u00a1Porque no es cualquier compromiso<\/em> al que convoca la fe, sino aqu\u00e9l que puede ser reconocido en sinton\u00eda con la vida y palabra de Jes\u00fas, es decir, integralmente<\/em> liberador<\/em> del ser humano en todas sus dimensiones! Con ello estoy diciendo, desde el principio, que no elegimos nosotros el car\u00e1cter liberador<\/em> de la fe, ni depende de nuestros gustos personales entender de uno u otro modo lo de liberador<\/em>. Ciertamente es objeto de un discernimiento prudente y concreto en cada circunstancia personal y social, s\u00ed, pero bajo las pautas fundamentales de la persona de Jes\u00fas, el Cristo de Dios, de su vida, de sus palabras, de sus actitudes y de sus preferencias, y, entre todas ellas, la compasi\u00f3n por los pobres, d\u00e9biles y pecadores. Discernimiento, por supuesto, en comuni\u00f3n con la Iglesia, pero que ella misma tiene que obedecer para vivir y actuar en el Esp\u00edritu<\/em> de Jesucristo<\/em>.
\nAl contemplar<\/em> la fe <\/em>por el lado del compromiso<\/em>, como he dicho, no olvidamos ni callamos que su \u00faltima ra\u00edz es una experiencia personal y honda de Dios, una experiencia religiosa. El compromiso cristiano, lo que llamamos pr\u00e1ctica de la caridad personal y social, <\/em>est\u00e1 referido a Dios, a la experiencia que tenemos del Amor de Dios, como a su ra\u00edz m\u00e1s profunda. \u00a1Cuidado, por tanto, con que no se nos reseque! Reconocemos la necesidad de cultivar esa experiencia religiosa radical, la nuestra, experiencia de la misericordia entra\u00f1able de Dios con nosotros. Corregir nuestros olvidos y descuidos en este sentido, es muy importante. Vital, dir\u00eda yo. Pero, a\u00f1ado de inmediato, \u00a1atenci\u00f3n!, que nadie crea que puede encontrar a Dios, el gran Otro, fuera y lejos de los otros, nuestros pr\u00f3jimos; que nadie crea que, si se debilita esta experiencia religiosa, ya no merece la pena la acci\u00f3n solidaria y justa de los cristianos, pues puede ser, en \u00e9pocas de invierno para la Iglesia y la fe, el rescoldo que nos queda para calentar nuestros esp\u00edritus,<\/em> mientras llega la primavera del Esp\u00edritu<\/em>; y que nadie crea, menos a\u00fan, que la oraci\u00f3n desencarnada puede sustituir con ventaja la falta de compromiso cristiano. Sigue siendo necesario subrayar y probar, yo as\u00ed lo creo todav\u00eda, que el olvido del compromiso nunca puede ser suplido por la oraci\u00f3n fervorosa; y es que nunca las buenas intenciones son igual a las mejores acciones caritativas. Rectas intenciones ten\u00edan todos en la par\u00e1bola del buen samaritano, pero s\u00f3lo \u00e9ste confes\u00f3 la fe en el verdadero Dios, haci\u00e9ndose pr\u00f3jimo<\/em> del necesitado. Este vuelco en la fe es sustancial, para comprender el compromiso caritativo liberador<\/em> como el comienzo real de la oraci\u00f3n cristiana y de su teolog\u00eda.
\nPor tanto, vamos a pensar la fe como compromiso personal y social, quiero insistir, sin ceder un mil\u00edmetro al error de querer vivirla con olvido de los pobres reales, los predilectos de Dios, \u201cla ni\u00f1a de sus ojos\u201d. Quiero dejar bien clara esta idea, antes de profundizar un poco en el alma caritativa de la fe, es decir, en c\u00f3mo la fe<\/em>cristiana es esencialmente compromiso pr\u00e1ctico<\/em>, hist\u00f3rico, social<\/em> y p\u00fablico. Debemos adem\u00e1s pensar todo esto, finalmente, sin olvido de los contextos o escenarios<\/em> sociales del compromiso de los cristianos: contextos deinjusticia<\/em> estructural, creciente, globalizada y televisada. No los vamos a tener como objeto directo a describir en nuestra reflexi\u00f3n, pero est\u00e1n ah\u00ed condicion\u00e1ndonos en todo y a todos. Olvidarlos al hablar de la fe comocompromiso liberador,<\/em> ser\u00eda tanto como hablar de las bondades del alpinismo sin hablar de la orograf\u00eda y el clima del lugar al que vamos a viajar.
\nEn la pauta de la fe como compromiso personal y social, se ha dicho, con raz\u00f3n, que creer es comprometerse<\/em>, y esto mismo ha obligado a muchos a indagar en los porqu\u00e9s de esa condici\u00f3n pr\u00e1ctica de la fe. Pero, \u00bfel compromiso<\/em> no se referir\u00e1 s\u00f3lo a la caridad entre las personas? \u00bfNo ser\u00e1 una pr\u00e1ctica evangelizadora que se sustancia, sin m\u00e1s, como anuncio p\u00fablico del evangelio? \u00bfPor qu\u00e9 el compromiso social ha de ser territorio de la fe? \u00bfNo estamos hablando de dos realidades o mundos separados, distintos y, al menos, sin mezcla<\/em>, como se fue entendiendo desde que San Agust\u00edn hablara de las dos ciudades, la de Dios y la Terrena, o, m\u00e1s a\u00fan, desde que Jes\u00fas dijera aquello de \u201cdad C\u00e9sar lo que es del C\u00e9sar, y a Dios lo que es de Dios\u201d? Estas preguntas no son ret\u00f3rica, sino bien ciertas y presentes en el sentir com\u00fan de la mayor\u00eda de los cristianos y, m\u00e1s si cabe, de no pocos ciudadanos laicos.
\n <\/p>\n\n
\n1.1. Una apelaci\u00f3n a la Cristolog\u00eda<\/em><\/strong>
\n <\/em>
\nHagamos una reflexi\u00f3n primera, pero inapelable, para fundamentar<\/em> la condici\u00f3n<\/em> hist\u00f3rica y social de la fe cristiana. Muchas son las formas de probar esta identidad de la fe cristiana, pero la principal, y que ahora propongo, es la vida y la persona misma de Jes\u00fas, el Cristo de Dios. Jes\u00fas no es un pol\u00edtico, ni tiene un proyecto pol\u00edtico, ni pretendi\u00f3 un mensaje pol\u00edtico. Pero toda su vida, sus palabras, sus solidaridades, sus acciones, su muerte de cruz y hasta su resurrecci\u00f3n tienen una inequ\u00edvoca significaci\u00f3n p\u00fablica. La primac\u00eda de los pobres<\/em> ante todo, la centralidad del Reino de Dios como buena nueva<\/em> de justicia, la muerte como consecuencia p\u00fablica de \u201cesa\u201d vida y la resurrecci\u00f3n como el s\u00ed de Dios a c\u00f3mo Jes\u00fas vivi\u00f3, habl\u00f3 y am\u00f3, y contra los poderosos de la pol\u00edtica y la religi\u00f3n que lo condenan, y lo seguir\u00edan (siguen) haciendo hoy por las mismas razones, est\u00e1n ah\u00ed con una claridad inapelable. As\u00ed que si vivir en cristiano es seguir a Jes\u00fas en sus actitudes y persona, hacerlo desde su compromiso<\/em>con, y entre los peque\u00f1os, pobres y pecadores, ha de ser definitivamente importante para decir con sentido, \u201cCreo\u201d y \u201cPadre Nuestro\u201d. Estoy hablando de la Encarnaci\u00f3n<\/em> como ley constitutiva de la \u00danica Historia<\/em> de <\/em>la Salvaci\u00f3n<\/em>. Sino se captan los significados de esta ley<\/em> para la evangelizaci\u00f3n, todo est\u00e1 perdido antes de ponernos en marcha.
\nNo me extender\u00e9 m\u00e1s en esta relevancia p\u00fablica de la vida y persona de Jes\u00fas, salvo en un detalle irrenunciable. Al fondo de esa primac\u00eda de los pobres y peque\u00f1os en la vida de Jes\u00fas hay una experiencia radical que la sostiene: es la convicci\u00f3n de intimidad con Dios como Padre de Misericordia, Dios de Bondad radical, Dios de la Compasi\u00f3n entra\u00f1able con los \u00faltimos de la tierra. La<\/em> identidad de Dios, del Dios de Jes\u00fas,<\/em> se nos ofrece como misericordia entra\u00f1able con la suerte inhumana de las v\u00edctimas y los pecadores. \u201cYo obro as\u00ed, dir\u00e1, porque Dios es as\u00ed. Y dichoso aqu\u00e9l que no se escandalice de m\u00ed\u201d.
\nEn la ra\u00edz del compromiso de caridad del cristianismo, por tanto, hay una espiritualidad<\/em> recia y hermosa, adulta y madura, que vive de la experiencia de la bondad de Dios, el que nos arropa cuando experimentamos la pobreza personal y ajena. Ayer, hoy y siempre, \u00e9ste es el pozo de donde brota la caridad cristiana[1]<\/a>, interpersonal, y, tambi\u00e9n, social y pol\u00edtica. La militancia y el voluntariado cristianos, la teolog\u00eda y la acci\u00f3n pastoral, tienen aqu\u00ed su m\u00e1s radical experiencia de sentido: el Padre desvelado como gratuidad, misericordia y perd\u00f3n, entre y para los hombres m\u00e1s peque\u00f1os y pecadores. He aqu\u00ed el valor inconfundible de una ortopraxiscristiana por samaritana<\/em>; he aqu\u00ed el germen de unas actitudes espirituales, \u00e9ticas y sociales, que cobran un sentido y una radicalidad \u00fanicos<\/em> en la confianza <\/em>en el Dios de la Misericordia, el Dios que dijo de Jes\u00fas \u201c\u00e9ste es mi Hijo Amado\u201d y que se nos revela, como en ning\u00fan otro lugar humano, en lo m\u00e1s d\u00e9bil y sencillo del mundo[2]<\/a>, es decir, en el compromiso <\/em>liberador con los que m\u00e1s sufren, en la vida hecha sencillez, verdad y justicia, entre los grupos, pueblos y personas m\u00e1s olvidados de la tierra y de los pueblos donde vivimos.
\n
\n1.2. No olvidar los contextos y las estructuras sociales<\/em><\/strong>
\n <\/em>
\nAl hablar de la fe como compromiso liberador<\/em>, la referencia a la justicia, en su condici\u00f3n estructural o pol\u00edtica,<\/strong><\/em> es una necesidad que nos libra de entradas en falso en lo real. El lector sabe que estoy pensado en formas de interpretar la realidad donde, con apariencia de espiritualidad<\/em>, estamos evitando cargar con los problemas humanos en toda su crudeza, cuando no, acallando nuestra complicidad en su aparici\u00f3n o desarrollo. A la vez, nos abre a una interpretaci\u00f3n de la fe y la caridad[3]<\/a> muy particular. Por la misma, la fe y la caridad nos piden que tratemos de acceder a la naturaleza \u00faltima, \u00a1hist\u00f3ricamente hablando!, de los mecanismos donde se originan la mayor\u00eda de las pobrezas y marginaciones.
\nEs cierto que, frente a todo simplismo social, reconoceremos el car\u00e1cter pluridimensional<\/em> y multicausal<\/em> de esa realidad del mundo<\/em> en que personas, grupos, pueblos y territorios, quedan excluidos de los procesos de cohesi\u00f3n socio-econ\u00f3mica. Pero al indagar en la estructura definitiva de su vulnerabilidad, marginaci\u00f3n y exclusi\u00f3n, es evidente que nos topamos con el modelo social del mundo rico, llam\u00e9moslo tardocapitalismo<\/em>, y el potencial marginador de sus entra\u00f1as estructurales, como el haz y el env\u00e9s del mismo problema[4]<\/a>. \u00c9sta es \u00abla cuesti\u00f3n social\u00bb cuyo tratamiento nos reclama al fondo del compromiso caritativo de los cristianos. M\u00e1s cerca, desde luego, est\u00e1n los problemas y las personas concretas, pero, al fondo, no conviene perder de vista este horizonte. De hecho, podemos saberlo todo sobre la caridad social, o sobre las dem\u00e1s virtudes pr\u00e1cticas del cristianismo, pero, al cabo, no podremos evitar las estructuras y relaciones sociales y pol\u00edticas en que vamos a practicarlas.
\nEl voluntariado social<\/em>, y merecen ser pensadas estas ideas de Joaqu\u00edn Garc\u00eda Roca, se acerca a los necesitados para ayudar y dar, pero termina aprendiendo que nadie da si no sabe recibir, o no es consciente de sus propias necesidades y carencias, o no descubre que la acci\u00f3n voluntaria es una experiencia de reciprocidad entre sujetos que se reconocen y apoyan; el voluntariado social<\/em> comienza entregando una parte de su tiempo libre a los pobres y termina cuestionado en todas las dimensiones de su vida personal, porque tiene que vivir, si \u201cquiere ser honesto\u201d, con y como aqu\u00e9llos cuya exclusi\u00f3n ha provocado su conversi\u00f3n. El voluntariado social<\/em>, <\/strong>sigo reproduciendo el pensamiento del mismo autor, se acerca a los pobres con la idea de ayudarles y, cuando roza esa experiencia, toda su vida, personal, familiar y p\u00fablica, queda complicada. Ocurre que la emoci\u00f3n, la reflexi\u00f3n y la interpelaci\u00f3n trastocan la caridad como beneficencia, y no menos, la caridad como vanguardismo, para convertirla en reconocimiento de la reciprocidad en los protagonismos, las responsabilidades y las ganancias. El voluntariado social<\/em> echa a andar tras la asistencia de los m\u00e1s d\u00e9biles, se plantea la rehabilitaci\u00f3n de todos como sujetos y acaba encontr\u00e1ndose en la promoci\u00f3n de los contextos y en la lucha pol\u00edtica contra la exclusi\u00f3n estructural. Elvoluntariado social<\/em> confiaba en el crecimiento lineal de la historia, atendiendo al desarrollo y la producci\u00f3n a gran escala, y ha terminado aprendiendo que ni la historia es una l\u00ednea recta de \u00abprogreso\u00bb, ni la sostenibilidad de todo lo creado est\u00e1 naturalmente garantizada, ni la justicia universal se nutre de una sola contribuci\u00f3n de privilegiados; por el contrario, la historia de la libertad y la justicia es la de contribuciones incontables a escala humana. Ampararlas, animarlas y protagonizarlas, compartiendo vida personal y proyectos con los insignificantes del mundo, de los que no hayan renunciado a su dignidad pol\u00edtica, es el camino, el \u00fanico camino dir\u00eda un cristiano, para que pueda llevarse a cabo la promesa de que \u201clos \u00faltimos ser\u00e1n los primeros\u201d, de que los pobres no s\u00f3lo son destinatarios privilegiados del mensaje del Reino, sino tambi\u00e9n sus portadores[5]<\/strong><\/a><\/em>.
\n
\n1.3. La Iglesia mira a la identidad de Dios como Amor<\/em><\/strong>
\n
\nAl pensar la experiencia de fe bajo el prisma del compromiso de caridad con el pr\u00f3jimo necesitado, me gustar\u00eda referirme de pasada a la Deus<\/em> Caritas<\/em> est<\/em>, por lo que representa de respaldo del magisterio social de la Iglesia a esta intuici\u00f3n ([6]<\/a>). Evitemos la lucha por hacernos con la opini\u00f3n del Papa de turno a nuestro favor, pero reconozcamos que algo nuevo ha resonado en esa carta program\u00e1tica de Benedicto XVI. Un cristianismo que coloca en el centro de su fe a Dios como amor o bondad absolutos, como misericordia, compasi\u00f3n y perd\u00f3n ofrecidos a todos los hombres y, en primer lugar, a los m\u00e1s necesitados<\/em> en todos los \u00f3rdenes de la vida, digo que este cristianismo tiene muchas posibilidades de purificarse, y hasta de poner a la Iglesia ante el espejo de lo nuclear del evangelio<\/em>. \u00a1No se sorprenda el lector, pues la Iglesia tambi\u00e9n quiere evitar aquello del evangelio<\/em> que le devuelve su imagen m\u00e1s grotesca!
\nPues bien, dec\u00eda que ese cristianismo de la Deus<\/em> Caritas<\/em> est<\/em>, a mi juicio, tiene m\u00e1s potencialidades que otros, mucho m\u00e1s extendidos ahora, que acogen la caridad s\u00f3lo como una dimensi\u00f3n<\/em> de la vida de fe, incluso como una gran consecuencia<\/em>, pero consecuencia al cabo. \u00a1Y tampoco es despreciable esta opci\u00f3n, sobre todo si la comparamos con los cristianismos desencarnados tan a la moda! El cristianismo de la Deus<\/em> Caritas<\/em> est<\/em> afirma ese compromiso caritativo como una condici\u00f3n de la fe y de la misi\u00f3n de la iglesia<\/em> y esto son palabras mayores. Como dice la enc\u00edclica varias veces, una \u201ccondici\u00f3n de la fe\u201d<\/em> porque pertenece a su esencia, a la estructura fundamental de la fe, a su naturaleza m\u00e1s \u00edntima; tan constitutiva de esa fe y misi\u00f3n evangelizadora, como el anuncio de Jesucristo y la celebraci\u00f3n lit\u00fargica de los Sacramentos.
\nEste entronque radical de la caridad en lo m\u00e1s constitutivo de la fe y de la vida eclesial es lo que me anima a mantener lo de sorpresa<\/em> para referirme a la Deus<\/em> caritas est,<\/em> entendiendo que el cristianismo no podr\u00e1 acallar las virtualidades tambi\u00e9n sociales de la caridad, por m\u00e1s que en la reflexi\u00f3n de Benedicto XVI est\u00e9n bastante ausentes. Prima en \u00e9l, como es sabido, una comprensi\u00f3n muy personalista y real de la caridad, pero, sin duda, poco pol\u00edtica o estructural. En este sentido, Juan Pablo II represent\u00f3 en su ense\u00f1anza social<\/em> una posici\u00f3n teol\u00f3gica mucho m\u00e1s social<\/em> y pol\u00edtica<\/em> que la de Benedicto XVI, hasta el momento. Con todo, el modo de entender por \u00e9ste el lugar de la caridad<\/em> en la identidad de Dios y de la fe, y el modo de entender la propia doctrina social de la Iglesia, a mi juicio, ofrecen m\u00e1s potencialidades finales a la fe como compromiso caritativo y social. Una vez puesto el dedo en la llaga<\/em> del amor de Dios en los pobres, la fe no puede menos que recuperar sus potencialidades pol\u00edticas<\/em>. Estoy seguro, aunque el modo de lograrlo ser\u00e1 lento y la amenaza de vuelta atr\u00e1s, real.
\n <\/p>\n\n
\nMi lectura optimista de las potencialidades liberadoras de la fe, no me oculta que el compromiso social de los cristianos tiene tentaciones<\/em> y peligros<\/em> varios, que no lo facilitan demasiado. Algunas son muy visibles y f\u00e1ciles de criticar; por ejemplo, la solidaridad sin deberes, sin exigencias personales, es decir, \u201ccuando quiero, lo que quiero y como quiero\u201d; o la solidaridad tramposa que se hace espect\u00e1culo televisado; o la solidaridad como una modo poco convencional del individualismo, es decir, \u201csolidaridad para realizarme como persona\u201d; o la tentaci\u00f3n de quienes realizan proyectos concebidos como una exclusiva de humanidad para sus afiliados, como se ha dicho, \u201crefugios para gente con papeles\u201d; o la tentaci\u00f3n de evitar la pol\u00edtica y, a tal fin, elegir alg\u00fan cauce de voluntariado (supuestamente) apol\u00edtico.
\nHay otras tentaciones, sin embargo, menos visibles. As\u00ed, la asunci\u00f3n por los cristianos y sus grupos de la atm\u00f3sfera cultural que se adapta a lo que hay, es decir, al capitalismo neoliberalmente<\/em> gestionado<\/em> como el \u00fanico sistema posible, acogiendo con resignaci\u00f3n, si no gran contento, su imparable y peculiar globalizaci\u00f3n<\/em>. A mi juicio, es el comienzo de una acci\u00f3n caritativa<\/em> y pol\u00edtica<\/em> inmune a la transformaci\u00f3n de la realidad. Si no es posible una alternativa social, se acaba pensando, \u00bfpor qu\u00e9 cuestionar ingenuamente lo existente?
\nCasi sin soluci\u00f3n de continuidad, est\u00e1 la tentaci\u00f3n de aceptar la l\u00f3gica del crecimiento como soluci\u00f3n a las pobrezas,<\/strong><\/em> so\u00f1ando con el incremento en los gastos sociales como soluci\u00f3n definitiva para la injusticias sociales. La cuesti\u00f3n de qu\u00e9 tipo de crecimiento<\/em>, su sustentabilidad y su justicia, y \u00abc\u00f3mo<\/em>\u00ab, es decir, la de si estamos asegurando una plena igualdad de derechos y deberes de los grupos excluidos, con todas sus consecuencias pol\u00edticas, quedan olvidadas. Las peculiares relaciones internacionales, poco o nada cuestionadas por el lado de la com\u00fan familia humana que todos los pueblos formamos, y la din\u00e1mica tutelar de la acci\u00f3n social bajo el primado de la ideolog\u00eda del progreso, el crecimiento y la modernizaci\u00f3n, cobran el signo de lo que nos parece normal<\/em>.
\nDe trazo m\u00e1s fino es la tentaci\u00f3n que lleva al compromiso social cristiano a concebirse, o a ser concebido, como complemento de la acci\u00f3n social p\u00fablica, profesional y remunerada, <\/em>y a desarrollarse en analog\u00eda con ella<\/em>, como encargo de la comunidad cristiana a sus profesionales, liberando a todos los dem\u00e1s de semejantes cuitas sociales. Esta profesionalizaci\u00f3n es inevitable y necesaria, pero debemos saber que su complemento natural es la acci\u00f3n solidaria de todos los cristianos. De otro lado, esta solidaridad<\/em>, a medida que cristaliza como pr\u00e1ctica pol\u00edtica y cultural de contestaci\u00f3n solidaria desde los m\u00e1rgenes, termina complicando la vida del militante y cuestionando los refugios materiales y simb\u00f3licos del voluntariado social.
\nReferido espec\u00edficamente al compromiso social de los cristianos, y a su voluntariado de caridad, se ha escrito muchas veces, haci\u00e9ndose eco del sentir com\u00fan de muchos voluntarios cristianos, sobre una tentaci\u00f3n muy caracter\u00edstica entre nosotros. Es la tentaci\u00f3n de evitar la consideraci\u00f3n pol\u00edtica<\/em> de los problemas humanos y sus soluciones. Para que la diacon\u00eda social de los cristianos entre con su aportaci\u00f3n espec\u00edfica, \u00a1no necesariamente exclusiva!, en el ecumenismo del voluntariado social alternativo, -a\u00f1adimos ahora-, en cuanto pr\u00e1ctica simb\u00f3lica y pol\u00edtica liberadora, <\/em>por tanto, nacida desde los m\u00e1rgenes sociales y a favor de su causa<\/em>, no cabe otra opci\u00f3n querepolitizarnos<\/em>; <\/em>es decir, pensar las acciones liberadoras<\/em> desde las necesidades de las personas reales, buscar la mejora de sus contextos de vida y, por tanto, cambiar las estructuras m\u00e1s injustas. M\u00e1s profundamente, mostrar la condici\u00f3n p\u00fablica de la fe y la caridad, -recordemos lo dicho al principio-, verificando su potencial humanizadorpara los individuos y las estructuras sociales en que vivimos. Esta propuesta, desde luego, no significa cerrar los otros frentes de la caridad,<\/em> sobre todo los m\u00e1s urgentes, los de naturaleza asistencial[7]<\/a>, sino dotarlos de su contexto pol\u00edtico expreso en cuanto atenci\u00f3n expl\u00edcita al conocimiento de las causas y de las estructuras, y en cuanto actividad concreta de denuncia y propuesta<\/em>. Es, sin duda, uno de los trabajos imprescindibles en el seno del voluntariado cristiano y de sus \u201ccolectivos\u201d, poco dados a calar en el tejido pol\u00edtico<\/em> de sus actuaciones, cuando no a permanecer anclados, pura y llanamente, en una pretensi\u00f3n, est\u00e9ril e imposible, de apoliticismo, confundiendo apoliticismo como apartidismo. La prueba del fracaso del \u201capoliticismo\u201d queda a la vista -se ha escrito[8]<\/a>– al evaluar las ayudas sociales y ver qu\u00e9 poco han hecho en incentivar la responsabilidad propia de los receptores y qu\u00e9 poco han hecho por dirigirse a las causas que provocan marginaci\u00f3n, pobreza y desigualdad.
\nCuando el problema de fondo de la convivencia p\u00fablica, -a\u00f1ado por mi parte-, es el modelo de sociedad y sus v\u00edctimas<\/em>, es decir, una sociedad del desarrollo material extremo, <\/em>pr\u00e1cticamente una civilizaci\u00f3n desarrollista y sus consecuencias<\/em> m\u00e1s negativas sobre las personas, grupos sociales y pueblos excluidos, \u00faltima expresi\u00f3n de unas condiciones objetivas nada humanizadoras, no podemos refugiarnos en la acci\u00f3n caritativa interpersonal para salvarnos de la pol\u00edtica.<\/em>
\nEvidentemente, frente a la tentaciones de la fe para evitar su vivencia como compromiso<\/em> social, \u00e9stas y otras que el lector haya pensado, est\u00e1n la conversi\u00f3n y el coraje para superarlas, y a ello aspiramos desde elEvangelio<\/em>, en la Iglesia, Pueblo de Dios <\/em>en el mundo de su tiempo<\/em>, unidos a los hombres y mujeres de buena voluntad.
\n <\/p>\n\n
\nHemos visto que la cuesti\u00f3n de la caridad pol\u00edtica o liberadora<\/em>, el compromiso social en todos sus sentidos<\/em>, comenzamos a responderla en la lectura integral, tambi\u00e9n estructural<\/em>, que hacemos de los acontecimientos, porque en ese punto se inicia el umbral de ingenuidad pol\u00edtica y de injusticia social con el que estamos dispuestos a convivir. La cuesti\u00f3n del compromiso social cristiano, por tanto, no consistir\u00e1 en c\u00f3mo hacer m\u00e1s cosas, y eso que la urgencia <\/em>de tantos casos y situaciones hace bien dif\u00edcil decir esto, sino en c\u00f3mo hacer algunas con un talante m\u00e1s evang\u00e9lico y con mayor densidad pol\u00edtica<\/em>[9]<\/a>, bajo el primado de unas referencias \u00e9ticas ineludibles; y, la primera de todas, ese vernos afectados, conmovidos<\/em>, por el ser humano necesitado, el \u00abotro<\/em>\u00bb concreto, real e hist\u00f3rico, frente a otras primac\u00edas que tanto nos gustan, como los intereses y deberes de la religi\u00f3n y los amores a la nacionalidad; y la raz\u00f3n, \u00abporque Dios es as\u00ed\u00bb (Mt 18, 12-14; Lc 15, 3-7) y \u00ab\u00a1dichoso el que no se escandalice de m\u00ed!\u00bb (Lc 7, 23).
\nEsta forma de ver la caridad como realidad con significados p\u00fablicos opera, lo he advertido de varios modos, en una coyuntura social muy concreta, la mundializaci\u00f3n del capitalismo neoliberal o neoliberalmente<\/em>gestionada para los intereses de pocos<\/em>. \u00bfCondiciona esta realidad peculiar la politizaci\u00f3n del compromiso social<\/em> de los cristianos?[10]<\/a> \u00bfPor d\u00f3nde hallar posibilidades para una alternativa realista, es decir, que proponga nuevos modos de gesti\u00f3n democr\u00e1tica de la actividad econ\u00f3mica, nuevos caminos que signifiquen el triunfo de la pol\u00edtica sobre la econom\u00eda y de la cultura del ser<\/em> frente a la del tener<\/em>, en otro modelo de sociedad y hasta de civilizaci\u00f3n m\u00e1s justas?
\nA mi juicio, -he escrito por varios lugares([11]<\/a>)-, en la nueva situaci\u00f3n es definitivo que los cristianos, con nuestra peculiar convicci\u00f3n \u00faltima y nuestro sentido creyente de las cosas, nos sintamos parte de un movimiento c\u00edvico y ecum\u00e9nico que, en el Norte y en el Sur, como militancia y voluntariado, se empe\u00f1a en varias apuestas para ganar la voluntad de la sociedad civil<\/em> en torno a otras aspiraciones y fines.
\nSe trata de que la pol\u00edtica profesional, y la econom\u00eda, se atengan a un pacto democr\u00e1tico m\u00e1s equilibrado y popular, porque el objetivo del movimiento c\u00edvico, dec\u00edamos, no es s\u00f3lo<\/em> simb\u00f3lico y l\u00fadico, ni s\u00f3lo<\/em> moral y espiritual, sino plenamente pol\u00edtico<\/em>: una correlaci\u00f3n de fuerzas sociales que pueda exigir un pacto social<\/em> mucho m\u00e1s beneficioso para los sectores populares de todas las sociedades, un pacto social donde la inclusi\u00f3n como sujetos<\/em> sea m\u00e1s decisiva que la propia redistribuci\u00f3n de la riqueza y, por supuesto, incompatible con la simple beneficencia. Porque si algo debi\u00e9ramos tener claro en el compromiso social de los cristianos, al concluir esta notas, no s\u00f3lo es la m\u00e1xima de que creer es <\/em>comprometerse, sino, m\u00e1s al fondo, que nos sobran razones cristianas<\/em>y cristol\u00f3gicas<\/em> para probarlo y, desde el lado m\u00e1s humano de la vida, que no se puede falsificar, como caridad ysolidaridad<\/em>, lo que se debe a los pobres<\/em> en justicia<\/em>. La solidaridad, los sabemos, presupone la justicia, y se pervierte en beneficencia, en \u201ccaricatura de la caridad\u201d, o corporativismo, si no se fundamenta en esa justicia<\/em>. La solidaridad quiere conseguir realizaciones m\u00e1s c\u00e1lidas, humanizadas y equitativas de la justicia<\/em>, \u00a1pero, despu\u00e9s, o a la vez, de haber realizado ese valor de la justicia<\/em>! La justicia de los derechos humanos de todos, y la solidaridad debida a todos en la com\u00fan familia humana, constituyen los vectores del bien com\u00fan<\/em> de las personas, de los pueblos y de la tierra entera. Saberse comprometido con estos bienes morales, y reconocer en ese compromiso liberador, y especialmente en los pobres y las v\u00edctimas, la llamada salvadora del Dios Jesucristo, y en su rostro sufriente, el rostro del mismo Cristo<\/em>, es el modo m\u00e1s inmediato, y a la vez imperecedero, de proclamar la bondad de Dios como gracia universal y experiencia religiosa personal irrenunciable. Aqu\u00ed la fe se hace mayor de edad, y llega hasta el cielo, y lo logra, otra vez, por el camino del abajamiento entre los \u00faltimos y de beber \u00edntegramente, asumido en el sufrimiento de Cristo, su c\u00e1liz de salvaci\u00f3n.
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\nConclusi\u00f3n<\/em><\/strong>
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\nAqu\u00ed termina esta introducci\u00f3n a fe y la caridad como compromiso<\/em> personal y social con la vida justa para todos, presumiendo que en ello se expresa la entra\u00f1a \u00faltima de la fe y del Dios de la fe en Jesucristo. He querido transmitir mi convicci\u00f3n de que la fe, por la caridad, y \u00e9sta por la justicia y la solidaridad, son una mina de posibilidades p\u00fablicas solidarias, a la vez que de reservas espirituales, cuando las entendemos encarnadas<\/em> comoprojimidad<\/em> samaritana<\/em> y pol\u00edtica<\/em>.
\nLa par\u00e1bola del Buen Samaritano (Lc 10, 25-37), en este sentido, nos devuelve sin tapujos la imagen de los cristianos m\u00e1s inquietos por el compromiso hist\u00f3rico<\/em> de la fe: la solidaridad como un reto que nos alcanza en el normal discurrir de la vida cotidiana; la capacidad de mirar hacia los m\u00e1rgenes del camino y ver a las v\u00edctimas; la exigencia de dejarnos afectar por ellas y alterar nuestros planes, entrando en su mundo; el absoluto de que nada puede justificar que pasemos de largo; y, como detalle velado, pero imprescindible, dejar que las v\u00edctimas protagonicen su futuro[12]<\/a>.
\nS\u00f3lo he querido recontar para muchos cristianos, yo quisiera que para todos, con respeto de sus diversas sensibilidades y vocaciones, el porqu\u00e9 de la afirmaci\u00f3n \u201ccreer es <\/em>comprometerse\u201d, el porqu\u00e9 de los significados pol\u00edticos de la caridad, y el porqu\u00e9 de la reserva extrema de la fe ante situaciones hist\u00f3ricas de injusticia estructural y globalizada ([13]<\/a>). En suma, he querido responder a la pregunta de \u201csi Dios es Amor, \u00bfqu\u00e9 es creer?\u201d.
\n
\n[1]<\/a> Cfr., GUTI\u00c9RREZ, G., Beber en su propio pozo, Salamanca, S\u00edgueme, 1984. ID., Hablar de Dios desde el sufrimiento del inocente, Salamanca, S\u00edgueme, 1986.
\n [2]<\/a> Cfr., PEREA, J., Iglesia y voluntariado, Bilbao, DDB, 2001, 43-46 y 53-54.
\n [3]<\/a> Cfr., JARAMILLO, P., C\u00e1ritas en la Pastoral Social, en Corintios XIII 45 (1988) 75-97.
\n [4]<\/a> Cfr., La Iglesia y los pobres, pp 12 y 56. RENES, V., Ante el reto de la coherencia, en Corintios XIII 45 (1988) 31-60.
\n[5]<\/a> Cfr., GARC\u00cdA ROCA, J., El tr\u00e1nsito hacia los \u00faltimos. Cr\u00edtica pol\u00edtica del voluntariado, <\/em>Santander, Sal Terrae, 2001.
\n[6]<\/a> Cfr., mi reflexi\u00f3n Lectura de la enc\u00edclica \u201cDeus Caritas Est\u201d, <\/em>en Lumen<\/em> 54\/6 (2005) 417-438.
\n [7]<\/a> Cfr., MARDONES, J. M\u00aa., Los olvidos de la modernidad, en Iglesia Viva 156 (1991) 558 ss. ID., Fe y pol\u00edtica. El compromiso pol\u00edtico de los cristianos en tiempos de desencanto, Santander, Sal Terrae, 1993, 155 ss. CALLEJA, J. I., El car\u00e1cter pol\u00edtico de la fe cristiana, en Raz\u00f3n y fe 245 (2002) 423-443.
\n [8]<\/a> GARC\u00cdA ROCA, J., Estado y sociedad. Del antagonismo a la complementariedad, en Sal Terrae 81 (1993) 407-422.
\n[9]<\/a> Cfr., RENES, V., Ante el reto de la coherencia, en Corintios XIII 45 (1988) 31-60.
\n [10]<\/a> Cfr., VARIOS., Crisis de Valores y de Normas a finales del Siglo XX, Madrid, PS, 2000. ZAMBRANA, L., Nuevas militancias para tiempos nuevos, Barcelona C y J, 2002.
\n[11]<\/a> Cfr., CALLEJA, J. I., Moral Social Samaritana I. Fundamentos y nociones de \u00e9tica econ\u00f3mica cristiana, <\/em>Madrid, PPC, 2004, 203-207.
\n [12]<\/a> Cfr., ZUBERO, I., Situaci\u00f3n actual y retos de futuro para el voluntariado, en JORNADAS SOBRE VOLUNTARIADO Y ASOCIACIONISMO, Vitoria-Gasteiz, 16.11.99, 9-10.
\n[13]<\/a> Cfr., para profundizar en estos planteamientos, CALLEJA, J. I., Moral Social Samaritana I y II, Madrid, PPC, 2004 y 2005. ALBURQUERQUE, E., Moral social cristiana. Camino de liberaci\u00f3n y de justicia, Madrid, San Pablo, 2006. GONZ\u00c1LEZ CARVAJAL, L., Entre la utop\u00eda y la realidad. Curso de Moral Social, Santander, Sal Terrae, 1998.<\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":"