{"id":8100,"date":"2007-05-01T00:00:25","date_gmt":"2007-04-30T22:00:25","guid":{"rendered":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/?p=8100"},"modified":"2007-05-01T00:00:25","modified_gmt":"2007-04-30T22:00:25","slug":"presencia-activa-en-la-sociedad","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/presencia-activa-en-la-sociedad\/","title":{"rendered":"Presencia activa en la sociedad"},"content":{"rendered":"

Claves para la acci\u00f3n<\/h1>\n

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\nGorka Ruiz<\/strong> ha sido miembro de la Comisi\u00f3n Permanente del Consejo de la Juventud de Euskadi y de Espa\u00f1a. Trabaja en Bakeola, Servicio para la Mediaci\u00f3n y Regulaci\u00f3n de Conflictos de la Fundaci\u00f3n EDE
\n <\/strong>
\nS\u00cdNTESIS DEL ART\u00cdCULO<\/strong>
\nTambi\u00e9n esta comunicaci\u00f3n fue presentada por el autor en el XV Congreso Estatal de Centros Juveniles Salesianos (Valencia, 11-15 octubre, 2006). Se centra en la participaci\u00f3n activa en la sociedad como cristianos, se\u00f1alando los espacios, las finalidades, las formas, la necesidad de organizarla. Analiza las consecuencias de la falta de participaci\u00f3n, y se detiene sobre todo en los aspectos esenciales de una verdadera participaci\u00f3n en red.
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    \n
  1. \u00bfQu\u00e9 significa tener una presencia activa en la sociedad?<\/strong><\/li>\n<\/ol>\n

     
    \nEmpiezo como dicen que hay que empezar, definiendo las tres ideas fundamentales de este rato que vamos a compartir buscando claves para la acci\u00f3n para una presencia activa en la sociedad. El primer concepto es la presencia, estar presente. Aunque parezca una idea muy b\u00e1sica, tenemos que ser conscientes de los espaciosd\u00f3nde queremos estar presentes; en muchas asociaciones y grupos, centros juveniles, etc. nos parece que el hecho de acudir o \u201cechar un cable\u201d es m\u00e1s que suficiente. Sin embargo, para que una asociaci\u00f3n est\u00e9 presente, deber\u00eda promover o propiciar una presencia en tres niveles:
    \n– en la propia asociaci\u00f3n o centro juvenil,
    \n– en el entorno pr\u00f3ximo de las personas destinatarias y
    \n– en el entorno social de la asociaci\u00f3n.
    \nEn ocasiones, en nuestras asociaciones nos es complicado mantener un equilibrio a la hora de estar presentes en estos tres estratos sociales. Si el \u00e1mbito de actuaci\u00f3n transciende de lo local, estos niveles o planos de presencia de la entidad se proyectan a una dimensi\u00f3n mayor.
    \nEn segundo lugar, nos preguntamos para qu\u00e9<\/strong> queremos tener una presencia en la sociedad. Las respuestas, seg\u00fan el tipo de asociaci\u00f3n variar\u00e1n, pero siendo Don Bosco una Confederaci\u00f3n de Centros Juveniles, de car\u00e1cter cristiano me animo a poner encima de la mesa algunas propuestas de para qu\u00e9 quer\u00e9is estar presentes:
    \n– Para transformar la sociedad en la que vivimos, en una sociedad justa, solidaria e igualitaria.
    \n– Para acompa\u00f1ar y empoderar a \u201clos \u00faltimos\u201d, a todas las personas que viven en situaci\u00f3n de exclusi\u00f3n.
    \n– Para comunicar, informar y sensibilizar a nuestro entorno de que el actual modelo no se sostiene.
    \n– Para reconstruir una sociedad que se sostenga, en la que la persona y su desarrollo individual, grupal y social, sean una prioridad, una opci\u00f3n estrat\u00e9gica central.
    \n– Para ser felices, tanto las personas en las que volcamos todos nuestros esfuerzo como nosotros y nosotras mismas. Nuestra presencia nos tiene que satisfacer, de lo contrario, en algo no estamos acertando.
    \nA pesar de que desde algunos sectores de la Iglesia se presentan estas pretensiones como \u201celemento diferenciador de las personas cristianas\u201d, no deber\u00edamos dejarnos llevar por el ombliguismo, ya que a lo largo de nuestra vista, podemos comprobar como muchas personas y colectivos, sin tener ninguna relaci\u00f3n con el proyecto cristiano, comparten con nosotros y nosotras este camino de transformaci\u00f3n de la sociedad, para que otro mundo sea posible, aqu\u00ed y ahora.
    \nEn tercer lugar, tenemos que dar respuesta a c\u00f3mo<\/strong> queremos estar presentes en la sociedad. El t\u00edtulo de la ponencia lo indica nuevamente, de manera activa. Este adjetivo, es uno de los que m\u00e1s se ha devaluado de unos a\u00f1os a esta parte. De hecho, hay otra palabra (activismo) muy parecida, pero que genera justo los efectos opuestos en nuestra participaci\u00f3n. Tener una presencia activa en la sociedad, significa:
    \n– Analizar la sociedad y el entorno social del que formamos parte, identificando las situaciones de injusticia, analizando sus causas y los mecanismos para su transformaci\u00f3n.
    \n– Planificar la acci\u00f3n, teniendo en cuenta lo que somos y midiendo nuestra capacidad real de incidencia.
    \n– Embarcarse con otras personas y asociaciones en este camino de transformaci\u00f3n, para multiplicar el impacto.
    \nEn contraposici\u00f3n al activismo, que en ocasiones deriva, en el desgaste personal y el progresivo debilitamiento de la asociaci\u00f3n, tenemos los denominados \u201cgrupos estufa\u201d; muchos grupos parroquiales, asociaciones y centros juveniles cuyo objetivo es el sentirse a gusto y la realizaci\u00f3n personal; las energ\u00edas acaban por concentrarse en ver satisfecha esta necesidad, importante en la vida de toda persona, pero que quiz\u00e1 no sea el lugar adecuado donde buscar nuestras relaciones personales. En otros casos, la asociaci\u00f3n o el centro juvenil, se parece a un reino de taifas gobernado por grupo selecto de personas que acaba por asfixiar a la propia asociaci\u00f3n, vi\u00e9ndose reducida la participaci\u00f3n inicial. Tambi\u00e9n existen los grupos que debido a factores internos (relevos generacionales, marcos de referencia contrapuestos, desniveles formativos, personalismos, falta de liderazgo, voluntarismo, etc.) invierten la mayor parte de su tiempo en abordar todas estas cuestiones internas, relegando a un segundo plano las necesidades de las personas destinatarias de nuestra acci\u00f3n.
    \nPartiendo de la premisa de que queremos tener una presencia activa en la sociedad, que queremos transformarla y para ello, situamos la participaci\u00f3n, como una de las estrategias prioritarias de nuestra organizaci\u00f3n.
    \n <\/p>\n

      \n
    1. Beneficios y costes de la participaci\u00f3n<\/strong><\/li>\n<\/ol>\n

       
      \nLa participaci\u00f3n tiene un costo; la no participaci\u00f3n tiene otro, a\u00fan mayor. Participar puede producir grandes satisfacciones: la experiencia del cambio en cooperaci\u00f3n, la puesta en juego de un potencial de creatividad colectiva que toda la comunidad tiene, la superaci\u00f3n del ego\u00edsmo, la construcci\u00f3n de lo nuevo.
      \nLas consecuencias de la falta de participaci\u00f3n social tanto de las organizaciones como de las personas que las conformamos son:
      \n– Individualismo.
      \n– Aislamiento.
      \n– Fatalismo.
      \n– Inmovilismo o rutina.
      \n– Indefensi\u00f3n o impotencia.
      \n– Temor, recelo, desconfianza y hostilidad ante lo desconocido.
      \n– Baja autoestima.
      \n– Incapacidad de reacci\u00f3n o avance.
      \n– Conformismo.
      \nParticipar en la sociedad significa invertir un cierto tiempo, un esfuerzo constante, una disponibilidad oportuna al servicio de cuestiones que son comunes a grupos o mayor\u00edas para organizarse, funcionar y actuar con \u00e9xito necesitan una cuota de obstinado y prolongado empe\u00f1o. Puede requerir, tambi\u00e9n, la renuncia a disponer de nuestro tiempo \u2013 y, a veces, de parte de nuestros recursos, siempre limitados \u2013 para ocuparlo en las otras muchas actividades que cada d\u00eda m\u00e1s tentadoramente se nos ofrecen. Participar en la problem\u00e1tica social y c\u00edvica supone, pues, un variable grado de militancia activa, organizada y responsable. Sin esta militancia activa, sea en pensamiento y debate, sea en acci\u00f3n, ning\u00fan cambio a favor de las mayor\u00edas advendr\u00e1. No participar tiene, pues, un costo en t\u00e9rminos de democracia y libertad, es decir, un costo social y de futuro mucho mayor[1]<\/a>.
      \nNo podemos dejar de un lado, el momento social en el que nos encontramos, al igual que en el caso de los adultos, las relaciones de los y las j\u00f3venes se desarrollan cada vez m\u00e1s en el escenario laboral o formativo, en el familiar y en el del grupo de amigos y amigas. No hay espacios \u201cp\u00fablicos\u201d m\u00e1s all\u00e1 del laboral, salvo el escaparate de los medios de comunicaci\u00f3n. No existe la ciudad, o est\u00e1 desapareciendo a marchas forzadas. La introducci\u00f3n masiva de las nuevas tecnolog\u00edas, est\u00e1 tendiendo a reforzar este efecto y va configurando una persona que jam\u00e1s ha estado tan conectada y nunca ha estado tan sola
      [2]<\/a>.
      \nSi profundizamos en los beneficios de la presencia social, podemos observar como \u201cmejoramos\u201d tanto a nivel personal (mejora de nuestro nivel de motivaci\u00f3n, competencias emocionales, planificaci\u00f3n y programaci\u00f3n, nivel formativo, capacitaci\u00f3n t\u00e9cnica, etc.) como a nivel grupal (relaciones institucionales, comunicaci\u00f3n e informaci\u00f3n, sinergias de acciones y recursos, mejora de logros e impacto, etc.) y social (cohesi\u00f3n y construcci\u00f3n social, refuerzo del tejido asociativo, efecto multiplicador de los mensajes y las acciones, etc.).
      \n <\/p>\n

        \n
      1. La organizaci\u00f3n que participa, debe garantizar la participaci\u00f3n<\/strong><\/li>\n<\/ol>\n

         
        \nEn muchas ocasiones, no existe un nivel suficiente de cohesi\u00f3n interna, necesario para que se de una participaci\u00f3n real, o una presencia activa en la sociedad, por lo que es muy importante, que como grupo, asociaci\u00f3n o centro juvenil, velemos por los procesos de acogida, formaci\u00f3n, acompa\u00f1amiento y seguimiento de las personas que \u201cenviamos a participar\u201d
        [3]<\/a>.
        \nDesde el punto de vista asociativo, la presencia p\u00fablica la hemos venido posibilitado mediante la v\u00eda de la representaci\u00f3n de \u201cnuestra entidad\u201d, mediante el env\u00edo de una persona a un espacio externo a la propia entidad (a esto le solemos llamar de modo gen\u00e9rico \u201crepresentaci\u00f3n institucional\u201d y en algunos casos afirmamos que \u201ctrabajamos en red\u201d). Sin embargo, transcurridos ya unos a\u00f1os de reflexi\u00f3n sobre los diferentes modelos de participaci\u00f3n social y presencia p\u00fablica, aparecen cuatro planos diferenciados e interconectados:
        \n– Participaci\u00f3n asociativa<\/em>: centrada en la interlocuci\u00f3n con otras asociaciones o comunidades organizadas. Puede obedecer a una l\u00f3gica sectorial o una l\u00f3gica territorial.
        \n– Participaci\u00f3n de las personas o los individuos<\/em>: centrada en la interlocuci\u00f3n con los ciudadanos y ciudadanas individuales. Puede ser intensiva (cerrada) o extensiva.
        \n– Mixta<\/em>: combina personas y asociaciones.
        \n– Territorial<\/em>: posibilita otros mecanismos de participaci\u00f3n
        \n 
        \nEn la actualidad, es importante garantizar una adecuada proporci\u00f3n entre estos cuatro planos de participaci\u00f3n, con el fin de garantizar una presencia que responda a nuestra misi\u00f3n y a los valores que queremos trabajar a nivel social. As\u00ed, irrumpe un factor, la motivaci\u00f3n, que est\u00e1 estrechamente relacionada con la participaci\u00f3n. La participaci\u00f3n es m\u00e1s f\u00e1cil de lograr si:
        \n– Tenemos los objetivos claros y definidos con precisi\u00f3n.
        \n– El tema afecta directamente a las personas, est\u00e1 relacionado con cuestiones o temas concretos.
        \n– Corresponde a \u00e1mbitos territoriales reducidos (municipios, barrios) o temas espec\u00edficos que potencien la implicaci\u00f3n personal.
        \n– Se sit\u00faa en un escenario favorable para la consecuci\u00f3n de los objetivos planteados. La obtenci\u00f3n de resultados concretos en el proceso participativo es la mejor motivaci\u00f3n para la participaci\u00f3n, aunque, con frecuencia, no sea factible.
        \n– Que la participaci\u00f3n sea atractiva en s\u00ed misma; que sea imaginativa, creativa y, si es posible, divertida.
        \nDe cara a la realizaci\u00f3n de una peque\u00f1a radiograf\u00eda de nuestra asociaci\u00f3n, grupo o centro juvenil, podemos apoyarnos en las ya conocidas, fases de construcci\u00f3n de una red
        [4]<\/a>, tanto para evaluar nuestro grado de implicaci\u00f3n en las redes en la que participamos como para analizar la situaci\u00f3n de las mismas o incluso, explorar la posibilidad de participaci\u00f3n o creaci\u00f3n de otras nuevas redes.
        \n <\/p>\n