{"id":8175,"date":"2006-12-01T00:00:24","date_gmt":"2006-11-30T22:00:24","guid":{"rendered":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/?p=8175"},"modified":"2006-12-01T00:00:24","modified_gmt":"2006-11-30T22:00:24","slug":"ejercitarse-en-profecia-en-la-iglesia-de-nuestros-dias","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/ejercitarse-en-profecia-en-la-iglesia-de-nuestros-dias\/","title":{"rendered":"Ejercitarse en profec\u00eda en la Iglesia de nuestros d\u00edas"},"content":{"rendered":"
Jos\u00e9 Mar\u00eda Arnaiz,<\/strong> te\u00f3logo y escritor, consultor de PPC para Am\u00e9rica Latina \u00a0<\/strong> JOS\u00c9 MAR\u00cdA ARNAIZ SM<\/p>\n estudios@misionjoven.org<\/p>\n <\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":" Jos\u00e9 Mar\u00eda Arnaiz, te\u00f3logo y escritor, consultor de PPC para Am\u00e9rica Latina S\u00cdNTESIS DEL ART\u00cdCULO El profeta no nace; se hace. Pero los profetas est\u00e1n en la tierra, en las calles y en las plazas. No pueden faltar en la Iglesia. Es m\u00e1s, los cristianos, en este comienzo de siglo, estamos urgidos a un […]<\/p>\n","protected":false},"author":3,"featured_media":0,"comment_status":"closed","ping_status":"closed","sticky":false,"template":"","format":"standard","meta":{"_et_pb_use_builder":"","_et_pb_old_content":"","_et_gb_content_width":"","footnotes":""},"categories":[1098,1099,94],"tags":[],"class_list":["post-8175","post","type-post","status-publish","format-standard","hentry","category-estudios-359","category-jose-maria-arnaiz","category-mision-joven-2"],"_links":{"self":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/8175","targetHints":{"allow":["GET"]}}],"collection":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/posts"}],"about":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/types\/post"}],"author":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/users\/3"}],"replies":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/comments?post=8175"}],"version-history":[{"count":0,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/8175\/revisions"}],"wp:attachment":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/media?parent=8175"}],"wp:term":[{"taxonomy":"category","embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/categories?post=8175"},{"taxonomy":"post_tag","embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/tags?post=8175"}],"curies":[{"name":"wp","href":"https:\/\/api.w.org\/{rel}","templated":true}]}}
\n
\nS\u00cdNTESIS DEL ART\u00cdCULO<\/strong>
\nEl profeta no nace; se hace. Pero los profetas est\u00e1n en la tierra, en las calles y en las plazas. No pueden faltar en la Iglesia. Es m\u00e1s, los cristianos, en este comienzo de siglo, estamos urgidos a un giro prof\u00e9tico para redescubrir el cristianismo evang\u00e9lico. Ser profeta es una vocaci\u00f3n inc\u00f3moda y martirial. El profetismo no es funciones ni oficios, sino vida desbordante. El camino de la profec\u00eda es el camino de lo esencial, lo profundo, lo radical. Por eso no existe experiencia prof\u00e9tica sin un fundamento m\u00edstico.
\n
\nEn estas \u00faltimas semanas me ha tocado entrar en contacto con algunos profetas. De diversos modos he estado cerca de ellos y de ellas. Con ellos y ellas he aprendido algo m\u00e1s de profec\u00eda. De ellos y ellas parto para hablar de los riesgos, dificultades, tentaciones, miedos de la tarea prof\u00e9tica; del perfil y talante prof\u00e9tico; de lugares y tiempos de profec\u00eda. No puedo dejar de afirmar, desde un comienzo, que hablar de profec\u00eda no resulta f\u00e1cil. Corresponde a una experiencia en cierto modo inefable. Quiz\u00e1s deber\u00eda seguir el buen consejo de L. Wittgenstein: \u201cde lo que no se puede hablar es mejor callar\u201d. Consejo que, por supuesto, lo seguir\u00e9 solo en parte. Transmitir\u00e9 un poco de experiencia tanto propia como ajena sobre este servicio tan necesario y al mismo tiempo tan escaso en la Iglesia de hoy.
\n\u00a0<\/strong><\/p>\n\n
\n\u201cNo hay duda que la matriz del profetismo es siempre la crisis moral, religiosa, cultural y sociopol\u00edtica de los pueblos y de la Iglesia. El profetismo es la crisis de la crisis<\/em>. El verdadero profeta es v\u00edctima de lo que denuncia y por tanto sufre doblemente\u2026 La apocal\u00edptica sigue la evoluci\u00f3n, a la vez dram\u00e1tica y popular, del proceder de los profetas. Va m\u00e1s all\u00e1. Pide una intervenci\u00f3n directa del Mes\u00edas para salvar a su pueblo. La crisis parecer no tener remedio\u2026 se necesita una revancha desde arriba y una nueva creaci\u00f3n. Trae consigo la exigencia de mucha\u00a0paciencia y resistencia. La tem\u00e1tica prof\u00e9tico mesi\u00e1nica ha sido la habitual en el continente latinoamericano\u2026Pero me parece que no faltan motivos para apuntar m\u00e1s bien a\u00a0 una interpretaci\u00f3n apocal\u00edptica de los signos actuales<\/em>. La crisis que nos toca vivir tiene rasgos c\u00f3smicos inquietantes (la crisis ecol\u00f3gica), pol\u00edticos y econ\u00f3micos de\u00a0 todos los colores y tiene rasgos eclesiales. La Iglesia, que deber\u00eda ser la crisis del mundo desde las exigencias del Reino, en nuestros d\u00edas no lo es\u2026 El g\u00e9nero apocal\u00edptico nos da las claves para llegar a lo totalmente nuevo que necesitamos. En el meollo de esta pugna intra-eclesial permanente surge la Vida consagrada. Ella desde el fondo radicalmente carism\u00e1tico, asume o tendr\u00eda que asumir la responsabilidad de poner a la Iglesia en crisis de Evangelio desde la interpretaci\u00f3n\u00a0 del sufrimiento del mundo y desde la irrupci\u00f3n del Reino como exigencia de cambio radical… Detr\u00e1s de este debate, de repente demasiado sutil, se esconde una cuesti\u00f3n mucho m\u00e1s grave y urgente: el futuro de la esperanza para los hombres y mujeres de hoy en el mundo y en el continente de Am\u00e9rica Latina\u201d.
\nEstas ideas y estas palabras expon\u00eda Sim\u00f3n Pedro Arnold, monje benedictino, hace un par de meses en Lima en la semana de Vida Consagrada de Per\u00fa. Yo las escuchaba y las recib\u00eda como palabras prof\u00e9ticas. Me desafiaban, casi me dejaban intranquilo; hab\u00eda que entrar en un tiempo apocal\u00edptico\u2026 Me hicieron mucho bien. M\u00e1s de una vez me dec\u00eda a mi mismo: \u201ceste hermano benedictino est\u00e1 ejerciendo la profec\u00eda\u2026 se est\u00e1 arriesgando a ser profeta. Va a levantar ampollas\u201d. Y as\u00ed ocurri\u00f3. Y de hecho las levant\u00f3. A continuaci\u00f3n me tocaba hablar a mi. Fueron muchas las veces que muy de dentro me sal\u00eda la expresi\u00f3n: \u201ccomo dec\u00eda hace un momento Sim\u00f3n Pedro\u201d As\u00ed mis palabras pasaban de la sabidur\u00eda a la profec\u00eda pero sin llegar a la fuerza apocal\u00edptica que nos invita a ir a la crisis de la crisis para renovar la esperanza. Sim\u00f3n Pedro terminaba su presentaci\u00f3n con una fuerte invitaci\u00f3n: \u201c<\/em>El mar Rojo nos espera, la cruz nos invita. Como dice la carta a los Hebreos: Todav\u00eda no hemos sufrido hasta la Sangre<\/em>. Tal vez sea una de las horas hist\u00f3ricas donde nuestro compromiso radical por Jes\u00fas y su evangelio nos exija el martirio\u201d.<\/em>
\nA los pocos d\u00edas estaba en Colombia y ah\u00ed la interpelaci\u00f3n prof\u00e9tica tuvo tinte, tono y forma femenina. Una mujer, religiosa que hab\u00eda sido \u201cdesplazada\u201d con otras tres hermanas Lauritas confesaba con una serenidad que brotaba de un profundo sufrimiento: \u201cDios siempre est\u00e1 delante\u2026cuando se pone atr\u00e1s es para proteger. Nunca para retroceder\u201d. Por supuesto que no intent\u00f3 hacer ninguna conferencia al compartir su experiencia. Experiencia que consist\u00eda en que junto con otras 800 personas de una vereda hab\u00edan sido desplazados. Hab\u00edan tenido que dejar todo: campos, animales, casas, posesiones y alejarse campo a trav\u00e9s a m\u00e1s de 100 Km. por orden de la guerrilla. Su hablar era testimonial y de profeta de pocas palabras. A m\u00ed me dej\u00f3 con fuertes llamadas tanto es as\u00ed que le pregunt\u00e9 cu\u00e1l era el secreto para vivir lo que viv\u00eda y transmitir lo que transmit\u00eda. No hubo mucha respuesta en palabras pero su modo de proceder era suficiente.\u00a0 Me dej\u00f3 pensativo. Por mi parte ten\u00eda que hablar de un tema poco f\u00e1cil a un numeroso auditorio de j\u00f3venes. \u201cC\u00f3mo devolver el encanto a la Vida consagrada\u201d. Luz <\/em>\u00a0me doy la nota para comenzar el canto entonado con evangelio. Las crisis, ni siquiera las m\u00e1s duras, son motivo para tener miedo y retroceder. Desde Isa\u00edas y hasta el Apocalipsis el Dios en el que creemos hace todo nuevo. Nunca restaura lo nuevo. Una nueva vida nos espera. Qued\u00e9 impactado con la fortaleza que deja la fe viva.
\nPocos d\u00edas despu\u00e9s de estos encuentros, el 27 de agosto, fallec\u00eda en Brasil Don Luciano Mendes de Almeidaal que alguien hab\u00eda llamado \u201cimagen bonita de Deus\u201d. Lo vi solo dos veces en mi vida pero una de ellas conviv\u00ed con \u00e9l varios d\u00edas.\u00a0 Para algunos, Don Luciano no era ni profeta ni hereje; era \u201cs\u00f3lo\u201d poeta. Cre\u00f3 vida con su tarea de jesuita, de pastor, de presidente de la CRBB, con sus palabras y su presencia. Traigo aqu\u00ed su memoria porque le vi. actuar prof\u00e9ticamente. Ese proceder prof\u00e9tico que nac\u00eda de una mirada simple y afectuosa de la realidad y de una\u00a0 voz fuerte para defender a los \u201csin tierra\u201d y para afirmar que la bondad hab\u00eda hecho fecunda su vida. Prof\u00e9ticas fueron sus palabras cuando delante de una gran muchedumbre con ocasi\u00f3n de sus 25 a\u00f1os de Obispo lleg\u00f3 a decir: \u201cNo s\u00e9 si ustedes ya vieron un hombre feliz. Yo lo soy\u201d.\u00a0 Una religiosa muy cercana a Don Luciano recordaba que \u00e9l no parec\u00eda lo que era, un profeta. De los profetas que son capaces de afirmar que \u201c<\/em>la mayor densidad de valores est\u00e1 en el coraz\u00f3n de los pobres\u201d y de \u201cabrir las puertas de su casa y de las Iglesias para albergar en la noche a los pobres\u201d.
\nEn ese mismo d\u00eda que mor\u00eda don Luciano aparec\u00eda en el diario el Pa\u00eds, en Espa\u00f1a,\u00a0 una estupenda entrevista al Abad del Monasterio de Montserrat. En la entrevista hay palabra, tono, talante y ganas de ejercer la necesaria profec\u00eda. En ella todo nace de lo alto \u2013Montserrat-, est\u00e1 en lo alto, de una serena actitud ante la vida, de una actitud prepositiva y dialogante. Hace una cr\u00edtica al modo de proceder de algunos pastores en Espa\u00f1a. Lo hace desde una gran libertad y con unas palabras claras, precisas y fuertes y en el fondo desde una gran ternura y misericordia. Ama lo que quiere ver diferente. \u201cLa Iglesia se resiste a revisar sus criterios poni\u00e9ndolos en el contexto de los avances de la ciencia, de la medicina, de la antropolog\u00eda y yo creo que urge esa reflexi\u00f3n\u201d.\u00a0 Esta claro que profec\u00eda en este caso y para Joseph M Soler es hablar, denunciar, proponer y arriesgar. Lo hace despu\u00e9s de haber callado y rezado. Por eso le sale tan bien.\u00a0 Lo hace \u201centre la plaza del mercado y el desierto\u201d.\u00a0 Ha querido convertirse en una voz\u00a0 m\u00e1s y para nada pol\u00e9mica. Con todo, al terminar de leer esta entrevista me he dado cuenta que es la voz de muchos. Mejor a\u00fan, ha sabido dar voz a lo que tantos piensan y sienten y no pueden o no quieren decirlo. Lo menos que se me ocurre afirmar que en estas respuestas hay audacia y lucidez. Quiero a\u00f1adir que era necesaria esta voz. En \u201clos tiempos recios\u201d (Santa Teresa de \u00c1vila) se necesita profec\u00eda.\u00a0 No dudo que la entrevista habr\u00e1 sido bien le\u00edda y por supuesto por muchos.
\nEjercitarse en el ministerio de la profec\u00eda es dif\u00edcil y costoso. Nace de una llamada sorpresiva que reciben en sus vidas algunos creyentes. La respuesta a esta llamada tantas veces se paga cara. Nadie nace profeta. Se aprende a trav\u00e9s de tanteos, huidas, miedos, errores, sufrimientos, b\u00fasquedas y amenazas. Como se ha dicho \u201cpocos son los profetas que mueren en su casa y en su cama\u201d. No hay profetismo sin sufrimiento. Para mantenerse firmes en esta l\u00ednea,\u00a0 es bueno recordar que en los mejores momentos de la vida de la Iglesia la profec\u00eda ha sido\u00a0sustento y vigor de la Iglesia; le ha dado savia vital. Es lo que ha sacado a los creyentes de la frialdad y la rutina, de la ingenuidad excesiva y de la falsedad. La acci\u00f3n prof\u00e9tica significa mucho: \u201cEl testimonio prof\u00e9tico se manifiesta en la denuncia de todo aquello que contradice la voluntad de Dios y en el escudri\u00f1ar nuevos caminos de actuaci\u00f3n del Evangelio para la construcci\u00f3n del Reino de Dios\u201d (Vita<\/em> consecrata<\/em>, 84). De hecho esta fuerza prof\u00e9tica permea la vida del creyente si acierta a recoger el susurro m\u00edstico y se hace cantor obligado ya que como se\u00f1ala el poeta: \u201cYo que tanto callar ya no pod\u00eda decid\u00ed que mi vida fuera la debida\u201d (Garcilaso de la Vega).
\n\u00a0<\/strong><\/p>\n\n
\nAs\u00ed comenzaba el presentador de la televisi\u00f3n nacional de Alemania en 1970 un programa en el que se le entrevist\u00f3 a Dom Helder C\u00e1mara por espacio de 40 minutos. Y as\u00ed intent\u00f3 describirle: Vean un hombre menudo, d\u00e9bil, con mirada profunda, defiende el pan y la alegr\u00eda, habla no s\u00f3lo con la boca, tambi\u00e9n con las manos. Tiene el alma en el cuerpo, ve lo invisible y comunica lo que el Se\u00f1or le dicta y se nota en el tono de su voz. Respira un aire liberador; es todo vida, vigor\u2026 La suya es una profec\u00eda de los ojos abiertos.\u00a0 Estamos ante una persona que le anima una gran convicci\u00f3n. Sabe que al final de su vida le van a examinar del amor (San Juan de la Cruz) y est\u00e1 aprendiendo a amar amando preferentemente a los que no son amados. As\u00ed trata de sacarse buena nota.
\nAl terminar la estupenda entrevista el moderador sugiri\u00f3 un t\u00edtulo para su tumba: \u201cFue un profeta\u201d. DonHelder habl\u00f3 ya en esa ocasi\u00f3n de la\u00a0 globalizaci\u00f3n de la solidaridad, de lo que ocurre cuando Jesucristo desaparece del horizonte de una persona, de la esperanza que es algo muy distinto de un ingenuo optimismo; ofreci\u00f3 alternativa y utop\u00eda al hombre y a la mujer de nuestros d\u00edas; mostr\u00f3 lo nuevo de lo nuevo. Abri\u00f3 los ojos, para el que quiso entender, para contemplar el mundo con la mirada compasiva de Dios y as\u00ed descubrir la realidad como sacramento y lugar de encuentro con \u00e9l y con lo dem\u00e1s.\u00a0 Intent\u00f3 hacer de su sue\u00f1o individual un sue\u00f1o colectivo. No hay duda que consigui\u00f3\u00a0 contagiar el virus prof\u00e9tico a los que segu\u00edamos el di\u00e1logo. Al verle se convenc\u00eda uno que la profec\u00eda nace de la m\u00edstica. Ya su presencia nos evocaba una \u201cterapia de choque\u201d para nuestra sociedad. Dentro de \u00e9l estaba el Reino de Dios y es lo que transmit\u00eda.
\nVer y o\u00edr\u00a0 a Don Helder\u00a0 esa tarde fue terminar con la imagen del profeta aguafiestas; para nada profiri\u00f3 una sola amenaza o condena. Era una persona de una sinceridad insobornable. Se ve\u00eda en \u00e9l una armon\u00eda afectiva con Cristo y una simpat\u00eda \u00fanica con \u00e9l. De ellas sacaba fuerzas. Una vez m\u00e1s, sent\u00ed al escucharle que el profeta despierta demasiado pronto, cuando todav\u00eda es de noche y los dem\u00e1s estamos durmiendo; m\u00e1s a\u00fan, es centinela de noche pero no deja de ser compa\u00f1ero del d\u00eda. .
\nA Don Helder le cuadran bien las palabras de J. P. Jossua cuando dice que al profeta le toca ser \u201chumilde, sensato, profundo, libre y comunitario para que compense la dureza autoritaria en el seno de la Iglesia y denuncie, en nombre de Dios, lo abominable de una explotaci\u00f3n y de una destrucci\u00f3n de tantos hombres y mujeres por parte de otros, entre los que no faltan los que se llaman cristianos\u201d. Sabemos bien, que Don Helder en su vida se le romp\u00eda el coraz\u00f3n cuando ve\u00eda el mal, sobre todo el que causa la injusticia. Su compasi\u00f3n era fuerte y llegaba a ser persistente. Sab\u00eda estar a lado de las v\u00edctimas. Y se sab\u00eda, tambi\u00e9n, entre dos fuegos; el de Dios y de las personas humanas. Era consciente que su vida se hab\u00eda transformado en una profec\u00eda en acci\u00f3n. La animaba la pasi\u00f3n por Dios y la pasi\u00f3n por la humanidad. Hablaba en nombre de Jes\u00fas y dejaba a Jes\u00fas hablar a trav\u00e9s de susexistencia. Se preocupaba del evangelio.
\nEn los \u00faltimos a\u00f1os varias veces me he sorprendido oyendo y viendo hombres y mujeres que por su modo de expresarse,\u00a0 por sus mensajes y por su manera de actuar me han dejado la convicci\u00f3n de que escuchaba a profetas, a creyentes con el carisma de la profec\u00eda. Estoy convencido que a veces pasan a nuestra vera m\u00edsticos y profetas de mucha talla y no los reconocemos. \u00bfQu\u00e9 tiene su palabra? (Lc 4, 37) \u00bfQu\u00e9 tiene su rostro? \u00bfD\u00f3nde se les encuentra? Vamos a dar algunas pistas.
\n <\/p>\n\n
\n\u00bfD\u00f3nde est\u00e1n los profetas?. Est\u00e1n en la tierra; y de la tierra parten para llegar hasta Dios. Les interesan las cosas p\u00fablicas y cotidianas. Son buenos ciudadanos. Se les encuentra en la calle y en la plaza. Les interesa la vida y la vida que se vive apasionadamente. Les gusta estar en el fragor del mediod\u00eda del mundo actual. El profeta quiere vivir y quiere que vivan. Los profetas llegan y se hacen presentes en la historia y en la geograf\u00eda del mundo en el momento debido y en lugar justo.
\nLa vida religiosa ha sido, por vocaci\u00f3n propia y por tradici\u00f3n, uno de los lugares paradigm\u00e1ticos que ha \u201cproducido\u201d, iniciado y sostenido a muchos e importantes profetas. \u201cVivir en la cresta de la profec\u00eda es misi\u00f3n de la vida consagrada y lo es especialmente de algunos grupos de Iglesia\u201d. Hay Institutos religiosos especialmente atentos a este aspecto. Hace un a\u00f1o celebraban su Capitulo general las Carmelitas de la Caridad de Vedruna. Su documento final se titula M\u00edstica y Profec\u00eda<\/em>. Las Carmelitas se ven enviadas a caminar hacia un mundo alternativo. Para ello quieren ejercitarse en profec\u00eda y en m\u00edstica.
\nLugares f\u00edsicos de testimonio y anuncio prof\u00e9tico han sido los santuarios, sobre todo los marianos que a veces se convierten en un Magnificat gritado y transformado en compromiso. A mi me ha llevado a la acci\u00f3n prof\u00e9tica uno de los\u00a0 Movimientos\u00a0 eclesiales de reciente creaci\u00f3n, el de San Egidio. Sabe mover a la acci\u00f3n prof\u00e9tica en relaci\u00f3n con los \u201cbarboni\u201d de la ciudad de Roma, con los m\u00e1s pobres de Barcelona, con los que est\u00e1n en el corredor de la muerte de USA, con los terminales del Sida de \u00c1frica, con la acci\u00f3n inteligente y sostenida a favor de la paz hecha realidad donde hay guerra en determinados pa\u00edses de \u00c1frica.\u00a0 Es un profetismo que nace de laicos y laicas y que aciertan a compartir muy bien con el resto de los integrantes de la Iglesia y de una manera especial con los religiosos.
\nUna acci\u00f3n que a uno le transforma en profeta es la de la reconciliaci\u00f3n y sanaci\u00f3n de personas, de grupos, de pa\u00edses. Hacer pasar del odio al amor, de la dureza a la misericordia, de la venganza a la aceptaci\u00f3n de la culpa, de la acusaci\u00f3n al reconocimiento de la propia falta, del rechazo a la comuni\u00f3n pide profetas.
\nLa comunidad, el grupo de creyentes reunidos en nombre de Jes\u00fas, es otro lugar para la profec\u00eda. La profec\u00eda se afirma en el contacto con los dem\u00e1s. Nunca nace en el aislamiento silencioso de un coraz\u00f3n centrado en si mismo. Surge en un sustrato humano valioso que se abre a la realidad comunitaria, a la atenci\u00f3n a Dios, a un descentramiento de si para bien de los otros y en una cercan\u00eda a otros profetas que pueden constituir la realidad de una comunidad de profetas. Por tanto la profec\u00eda se debe compartir y vivir en di\u00e1logo de corazones y de esp\u00edritus.
\nPo\u00e9ticamente la CLAR ha se\u00f1alado que los caminos son lugar de profec\u00eda; la casa lugar de m\u00edstica. Ya en el evangelio encontramos a mujeres como la samaritana o Mar\u00eda Magdalena asumir el profetismo de los caminos. El camino es una estupenda met\u00e1fora para describir la vida humana y cristiana. El creyente est\u00e1 siempre en marcha; hace\u00a0 procesos. El profeta nos mueve a que andemos los caminos de Jes\u00fas. Miqueas, el profeta, nos invita a quecaminemos humildemente con el Se\u00f1or <\/em>(Miq 6,8). El profeta hace caminar, nos mueve; pide al peregrino que haga la andadura con poco peso, paso ligero y con la mirada puesta en la meta. Los profetas son peregrinos y caminantes y en el camino les encontramos. La profec\u00eda supone caminar por la vida, con la gente, en di\u00e1logo con todos.
\n <\/p>\n\n
\nEstos personajes, esta forma de ser y de vivir, este talante\u00a0 no puede faltar. No pueden faltar, tampoco, los mensajes prof\u00e9ticos como no debe haber cantante sin canci\u00f3n.<\/em>
\n\u00bfPara qu\u00e9 sirve la voz si la callamos?<\/em>
\n\u00bfLa sangre si no la empuja el coraz\u00f3n?<\/em>
\n\u00bfPara qu\u00e9 sirve una mano en el bolsillo?<\/em>
\n\u00bf<\/em>Para qu\u00e9 sirve un cantante sin canci\u00f3n\u201d<\/em>
\n(Conjunto Voces de barro).
\n
\nQu\u00e9 bien nos hacen las palabras de profeta. Dejan poso en nuestras vidas, sobre todo si no falta humildad para acogerlas. Estoy convencido que los cristianos de este comienzo de siglo estamos urgidos de un giro prof\u00e9tico. Nos encontramos bajo m\u00ednimos en profec\u00eda. Como que ha llegado el momento de ponernos todos un poco locos y descubrir el cristianismo evang\u00e9lico, radical, dulcemente arrebatado que nos viene de las p\u00e1ginas de la Escritura\u00a0 y de las cr\u00f3nicas de los m\u00e1rtires, de las florecillas de San Francisco o de las poes\u00edas de San Juan de la Cruz.
\nLa presencia de hombres y mujeres que den ese tono a la vivencia de la fe es indispensable. Por supuesto que ser profetas no es una profesi\u00f3n y, por supuesto, menos de las bien retribuidas. Es una vocaci\u00f3n inc\u00f3moda y a veces martirial; un desborde, una irrupci\u00f3n del fulgor del Dios indignado y compasivo, silencioso y hablador.\u00a0<\/em>Cuando miramos el panorama de la Iglesia y de la vida religiosa de nuestros d\u00edas nos encontramos con las situaciones m\u00e1s diversas. Con profetas que no quieren profetizar. Les hay, tambi\u00e9n, que hablan lenguas dif\u00edciles. Su mensaje no llega, no nos toca. Tambi\u00e9n hay creyentes que no quieren escuchar los mensajes prof\u00e9ticos. Les ponen nerviosos. Es uno de los servicios eclesiales que m\u00e1s hay que cuidar y acompa\u00f1ar sabiendo que no es f\u00e1cil encontrar las personas que lo ofrecen debidamente. .
\nEs una gran irresponsabilidad la de los que se dedican a enmudecer a los profetas y apagar el profetismo de una manera sutil tanto en la Iglesia como en la sociedad, en la vida religiosa como en las personas concretas. Pueden llegar a dejar a los grupos sin fuego y sin la radicalidad que tanto necesitamos para entender el misterio de la Trinidad, las exigencias de una fe que act\u00faa por la caridad, la justicia que parte de la misericordia, la alegr\u00eda que viene del sufrimiento (Eclo 48,1-4). La tarea debe ser m\u00e1s bien la opuesta. Animar a la acci\u00f3n prof\u00e9tica; promoverla. Todo ello sin olvidar que no existe experiencia prof\u00e9tica sin su fundamente m\u00edstico; ni m\u00edstica aut\u00e9ntica sin profec\u00eda verdadera. Los buenos profetas se forjan en compa\u00f1\u00eda de los m\u00edsticos; son su mejor fruto. Se hacen, se motivan, parten de la monta\u00f1a. Ah\u00ed reciben la primera inspiraci\u00f3n que se refuerza con el rostros de los crucificados y crucificadas que recorren las calles de nuestra ciudad o los caminos de nuestros campos.
\n\u00a0<\/strong><\/p>\n\n
\nHay una sabidur\u00eda prof\u00e9tica que nos pone en camino para que nuestra\u00a0 vida se vaya haciendo profec\u00eda. El mundo de los marginados es la tierra privilegiada para que nazca lo nuevo y aparezcan los brotes germinales de lo nunca visto, el mensaje nuevo y claro del profeta. La levadura prof\u00e9tica se tiene que convertir en un modo nuevo de proceder. Para que nuestra vida gane en calidad prof\u00e9tica se necesita pasar:
\nde la protesta a la propuesta,
\nde la exclusi\u00f3n a la inclusi\u00f3n,
\nde la liberaci\u00f3n a la comuni\u00f3n,
\nde la continuidad a la novedad y la alternativa,
\ndel compromiso duro y exigente a la invitaci\u00f3n entusiasta y testimonial,
\nde la denuncia al anuncio,
\ndel hacer al ser,
\nde la justicia al amor,
\nde la idolatr\u00eda a la adoraci\u00f3n.
\nNuestra vida se hace profec\u00eda cuando nos preocupamos de d\u00f3nde duermen los pobres esta noche y a rengl\u00f3n seguido decidimos recorrer las calles para llevarles un plato de comida y una manta. Cuando nuestra vida se va haciendo profec\u00eda entramos en una escuela en la que se aprende a ver y a mirar, a escuchar, a hablar de modo diferente, a pensar y sentir, a celebrar; as\u00ed se llega hasta a un nuevo modo de ser. Con ese modo de ser nuevo se vive la fidelidad creativa, se perfora la creatividad, se habitan otros horizontes, se adquiere una especial sinergia; se decide, como nos recuerda Machado, llegar a las metas no los primeros y solos sino a tiempo y bien acompa\u00f1ados. Por supuesto, esto no es poco.
\nEn el proceso hacia una vida hecha profec\u00eda hay una piedra millar, la que marca lo recorrido y lo por recorrer. Ah\u00ed se tiene que situar la atenci\u00f3n y denuncia expl\u00edcita al brutal sistema neoliberal que genera los pobres, los emigrantes, los que carecen de pan y de agua, los que no tienen medios para salir de la enfermedad\u00a0 y en el fondo, los que est\u00e1n en el origen de que hombres y mujeres pasen la noche en la calle sufriendo el fr\u00edo intenso. Hay que acertar a rebatir en\u00e9rgicamente la frase de un ministro de econom\u00eda de Argentina, Mart\u00ednez de Hoz: \u201cPara que haya ricos tiene que haber pobres\u201d. Y por supuesto \u00e9l quer\u00eda que hubiera ricos aunque para eso tuvieran que multiplicarse los pobres.
\nCuando la profec\u00eda es el hilo conductor de nuestro proceder cristiano nos sale muy espont\u00e1neamente este deseo: \u201cOjal\u00e1 todo el pueblo del Se\u00f1or fuera profeta y recibiera el Esp\u00edritu del Se\u00f1or\u201d<\/em> (Nm 11,29). Este es el gran deseo al llegar a la conclusi\u00f3n de esta reflexi\u00f3n.
\nLa palabra profec\u00eda no debe perder su carga dinamizadora. Es una palabra que encontramos, sobre todo, en al Biblia como ya se ha comentado en otro art\u00edculo de esta revista. Tambi\u00e9n est\u00e1 en el Concilio Vaticano II, en la boca de los Papas y de los grandes l\u00edderes de la Iglesia de nuestros d\u00edas. Est\u00e1 en el sentir, decir y hacer de los miembros de las comunidades eclesiales de base. Esta conversi\u00f3n hacia la profec\u00eda es urgente y en parte es un movimiento en marcha. Movimiento que tiene que luchar contra todo lo que es desencanto y tiene que cultivar el encanto sano y profundo, renovador y apasionado.
\nArchivar esta palabra en el diccionario de las ideolog\u00edas y retirarla de la vida de cada d\u00eda, como se ha intentado al interior de la Iglesia, es un intento suicida de parar la historia. La sociedad y la Iglesia necesitan darse y respiro y recobrar alma. A los creyentes nos toca andar por esta historia con los ojos abiertos y dejando de lado los caminos que llevan a ninguna parte.\u00a0 El profetismo no es de funciones ni de oficios sino de vida desbordante.
\nLa profec\u00eda es una realidad pr\u00e1ctica y vital. As\u00ed la hemos querido presentar. Con ella se va haciendo un acerbo prof\u00e9tico para toda la Iglesia y la humanidad. Los buenos profetas que llegaron a ser m\u00e1rtires como Mons.Claverie dicen que \u201ces m\u00e1s importante dar nuestra vida para salvar el futuro que retirarnos para salvarnos a nosotros mismos\u201d.<\/em> El camino de la profec\u00eda es el camino de lo esencial, lo profundo y lo radical. Es el camino del \u201cpara siempre\u201d ya que es el camino de la generosidad continuada e intensa. Y por supuesto ese camino es largo y pasa por la humildad y a veces por la humillaci\u00f3n. Pide iniciaci\u00f3n y larga espera.
\nHay que perdurar en este camino. El consejo en este momento nos viene del Talmud. Y nos recuerda que\u201cno estamos obligados a completar nuestra obra, pero no somos libres para dejarla\u201d<\/em>. Se precisa permanecer en el camino emprendido. Es el que lleva a la vida.
\nLlegamos a algo que podemos considerar la meta. El coraz\u00f3n del profeta recoge toda la denuncia del pobre y se hace pobre y desde esa condici\u00f3n le pasa al rico el mensaje que necesita. As\u00ed su denuncia, llena de indignaci\u00f3n, se transforma en anuncio que lleva a una experiencia de comuni\u00f3n y tambi\u00e9n a una exigencia de justicia.
\nLo importante de la experiencia prof\u00e9tica es haberla hecho.<\/em> Importa tenerla. Saberla contagiar. Quienes la han adquirido poseen un gran tesoro que se convierte en una fuente de vida, de sentido, de fuerza, La pueden evocar constantemente. Y transmitir y para eso es atinado usar una renovada mistagog\u00eda de la experiencia prof\u00e9tica. Los que han recibido el carisma de la\u00a0 profec\u00eda necesitan ser acompa\u00f1ados para ahondar esta experiencia y compartirla. El creyente que ha entrado en la aventura de la profec\u00eda vive una continua y sana inquietud. Desde esa experiencia encuentra en las v\u00edsceras de la historia a Dios. Desde esas v\u00edsceras crece en paciencia y compasi\u00f3n, libertad y comuni\u00f3n.
\nComenc\u00e9 fijando la atenci\u00f3n en creyentes de mucha talla que ejercen la profec\u00eda en determinadas y a veces solemnes circunstancias. He terminado evocando al creyente de a pie. El que todos y cada uno somos. A todos y a cada uno nos toca ahondar e intensificar la dimensi\u00f3n prof\u00e9tica de nuestra vida cristiana. No dejo de so\u00f1ar en una nueva primavera de la vida de la Iglesia. Somos muchos los que estamos convencidos de su capacidad para incidir en la historia, para librarla de todo lo que la desfigura y fecundarla. Ese tiempo nuevo ser\u00e1 fruto de la m\u00edstica y de la profec\u00eda. De ello no hay duda. Ya lo record\u00f3 Pablo VI: \u201cLa Iglesia tiene necesidad de su Pentecost\u00e9s perenne, de fuego en su coraz\u00f3n. De palabras en sus labios y de profec\u00eda en su mirada\u201d<\/em> Que esta nueva primavera se deje ver, sobre todo, en la b\u00fasqueda de la experiencia m\u00edstica, en la compasi\u00f3n por los que sufren, en el proceder prof\u00e9tico de muchos hombres y mujeres; en hombres y mujeres que en el fondo de su coraz\u00f3n cantan con convicci\u00f3n \u201dAparecen las flores en la tierra, el tiempo de las canciones ha llegado, se oye el arrullo de la t\u00f3rtola en nuestra tierra\u201d (Cant 2,12). Para eso necesitamos la profec\u00eda.<\/p>\n