{"id":8178,"date":"2006-12-01T00:00:45","date_gmt":"2006-11-30T22:00:45","guid":{"rendered":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/?p=8178"},"modified":"2006-12-01T00:00:45","modified_gmt":"2006-11-30T22:00:45","slug":"breve-reflexion-sobre-la-tarea-profetica-en-el-momento-presente","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/breve-reflexion-sobre-la-tarea-profetica-en-el-momento-presente\/","title":{"rendered":"Breve reflexi\u00f3n sobre la tarea prof\u00e9tica en el momento presente"},"content":{"rendered":"
Julio Lois<\/strong>, te\u00f3logo. Profesor em\u00e9rito del Instituto Superior de Pastoral de Madrid. Comencemos por se\u00f1alar algunos rasgos gen\u00e9ricos que configuran al profeta y tambi\u00e9n su tarea. Esta es, tal vez, la pregunta fundamental que debemos plantear y responder en relaci\u00f3n con el tema del profetismo. La pregunta adquiere para nosotros mayor inter\u00e9s si la reformulamos con mayor concreci\u00f3n: \u00bfqu\u00e9 tareas prof\u00e9ticas son m\u00e1s urgentes y decisivas hoy, en Espa\u00f1a, teniendo en cuenta la situaci\u00f3n de la sociedad civil y de la Iglesia y a partir de lo dicho sobre los rasgos y momentos que configuran al profeta y a la acci\u00f3n prof\u00e9tica? Es esta \u00faltima pregunta la que vamos a intentar responder con la brevedad a que nos obliga el espacio de que disponemos. Necesitamos hoy en Espa\u00f1a profetas que, con la libertad y audacia de los primeros testigos, nos animen, por una parte, a realizar un vigoroso esfuerzo de reinterpretaci\u00f3n de la fe orientado a una recomposici\u00f3n de nuestras creencias y, por otra, a ir hacia una reconversi\u00f3n de la instituci\u00f3n eclesial, con la finalidad de caminar hacia una Iglesia m\u00e1s pobre y de los pobres, m\u00e1s cr\u00edtica y liberadora y con un mayor grado de comunicaci\u00f3n y participaci\u00f3n, para superar as\u00ed la discriminaci\u00f3n de la mujer y otras muchas discriminaciones que se observan en su seno. El cantautor Ricardo Cantalapiedra en una de sus conocidas canciones se preguntaba: \u00bfen d\u00f3nde est\u00e1n los profetas que en otros tiempos nos dieron las esperanzas y fuerzas para andar? Y \u00e9l mismo respond\u00eda: \u201cen las ciudades, en los campos, entre nosotros est\u00e1n\u201d. Es escuchando las \u201cvoces prof\u00e9ticas\u201d que brotan de la vida y mensaje de tales personas como podremos conseguir que el cristianismo ofrezca a nuestra sociedad espa\u00f1ola la contribuci\u00f3n positiva que puede y debe ofrecer.<\/p>\n JULIO LOIS FERN\u00c1NDEZ<\/p>\n estudios@misionjoven.org<\/p>\n Julio Lois, te\u00f3logo. Profesor em\u00e9rito del Instituto Superior de Pastoral de Madrid. S\u00cdNTESIS DEL ART\u00cdCULO La vocaci\u00f3n cristiana conlleva la vocaci\u00f3n prof\u00e9tica. Pero la profec\u00eda es tambi\u00e9n carisma especial que el Esp\u00edritu concede para hablar de Dios y en nombre de Dios. El profeta se encarna entre las v\u00edctimas y anuncia la salvaci\u00f3n liberadora […]<\/p>\n","protected":false},"author":3,"featured_media":0,"comment_status":"closed","ping_status":"closed","sticky":false,"template":"","format":"standard","meta":{"_et_pb_use_builder":"","_et_pb_old_content":"","_et_gb_content_width":"","footnotes":""},"categories":[1098,508,94],"tags":[],"class_list":["post-8178","post","type-post","status-publish","format-standard","hentry","category-estudios-359","category-julio-lois-fernandez","category-mision-joven-2"],"_links":{"self":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/8178"}],"collection":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/posts"}],"about":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/types\/post"}],"author":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/users\/3"}],"replies":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/comments?post=8178"}],"version-history":[{"count":0,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/8178\/revisions"}],"wp:attachment":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/media?parent=8178"}],"wp:term":[{"taxonomy":"category","embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/categories?post=8178"},{"taxonomy":"post_tag","embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/tags?post=8178"}],"curies":[{"name":"wp","href":"https:\/\/api.w.org\/{rel}","templated":true}]}}
\n
\nS\u00cdNTESIS DEL ART\u00cdCULO<\/strong>
\nLa vocaci\u00f3n cristiana conlleva la vocaci\u00f3n prof\u00e9tica. Pero la profec\u00eda es tambi\u00e9n carisma especial que el Esp\u00edritu concede para hablar de Dios y en nombre de Dios. El profeta se encarna entre las v\u00edctimas y anuncia la salvaci\u00f3n liberadora de Jes\u00fas. Hace presente hoy la memoria de los crucificados de nuestro mundo y el horizonte de esperanza que proporciona la memoria del Resucitado. Hoy como ayer, el profeta tiene unas tareas urgentes que cumplir en los distintos \u00e1mbitos (econ\u00f3mico-social, ideol\u00f3gico-cultural, jur\u00eddico-pol\u00edtico) que configuran la realidad actual tanto de la sociedad civil como de la Iglesia.
\n <\/p>\n\n
\nConviene recordar, en primer t\u00e9rmino, que la profec\u00eda no debe concebirse como un ejercicio de adivinaci\u00f3n o predicci\u00f3n del futuro \u2013y eso a\u00fan sabiendo que en la misma Biblia, en ocasiones, la tarea prof\u00e9tica se asocia con tal ejercicio[1]<\/a>-, ya que esencialmente el profeta lo que hace es hablar en nombre de Dios para comunicar a quien quiera o\u00edrle lo que la divinidad le ha inspirado en orden a iluminar el sentido de la existencia.
\nEn un sentido amplio es preciso decir que la vocaci\u00f3n cristiana lleva consigo aparejada la vocaci\u00f3n prof\u00e9tica y por eso puede y debe decirse, con el Concilio Vaticano II, que todo \u201cel Pueblo santo de Dios participa de la funci\u00f3n prof\u00e9tica de Cristo\u201d[2]<\/a>. Sin embargo, eso no impide hablar del don particular o carisma de la profec\u00eda que el Esp\u00edritu concede a algunos de los miembros de ese mismo Pueblo. A ese don, junto con otros, se refiere Pablo cuando se\u00f1ala que \u201cen la comunidad Dios ha establecido a algunos en primer lugar como ap\u00f3stoles; en segundo lugar, como profetas; en tercer lugar, como maestros; luego hay obras extraordinarias\u2026\u201d[3]<\/a>. Los rasgos que configuran al profeta son fundamentalmente los siguientes:
\n– El profeta o la profetisa es un hombre o una mujer de Dios, es decir, personas profundamente relacionados con \u00c9l. Es precisamente tal relaci\u00f3n la que les permite hablar en Su nombre.
\n– El profeta o la profetisa es, pues, una persona que habla en nombre de Dios. Pero es preciso a\u00f1adir que lo hace en di\u00e1logo con su momento hist\u00f3rico o en conexi\u00f3n con los \u201csignos propios de su tiempo\u201d. Habla, pues, en nombre de Dios \u201choy\u201d, tras discernir el alcance de tales signos, es decir, su positividad \u2013y entonces su voz tiene car\u00e1cter de anuncio- o su negatividad, que le convierte en denunciante.
\n– Es fundamental subrayar que esa operaci\u00f3n de discernir y valorar la realiza el profeta mediante una \u201cmirada espec\u00edfica\u201d que es la que le proporciona el mirar siempre \u201cdesde y hacia abajo\u201d. Esto significa que ve el mundo y lo valora con la mirada propia de los sin-nombre, de los humillados y vencidos de la historia, de los pobres y excluidos, de las v\u00edctimas, en suma. De las v\u00edctimas de ayer y de las de hoy, de cuya causa se siente solidario. De esta forma el profeta, encarnado en el lugar social de las v\u00edctimas, se distancia de la mirada propia del espectador neutral, pues sabe que s\u00f3lo la atenci\u00f3n al sufrimiento de los otros permite entender la verdad de lo real. Con esta su \u201cmirada espec\u00edfica\u201d el profeta se convierte en un testigo que se alza contra el olvido, pues conserva la memoria de las v\u00edctimas de ayer, e incorpora adem\u00e1s la valoraci\u00f3n de la realidad actual, teniendo as\u00ed siempre en cuenta todas las demandas pendientes de realizaci\u00f3n que brotan tanto del ayer como del hoy. Desde la incorporaci\u00f3n de esa memoria y desde la solidaridad real con la causa justa de las v\u00edctimas de hoy, el profeta ve y desvela lo que la mirada de sus contempor\u00e1neos ni siquiera es capaz de sospechar. Lo que hace, en realidad, es conducir lo silenciado a su palabra[4]<\/a> para as\u00ed denunciar toda injusticia y anunciar las novedades posibles que descubre, no adivinando el futuro sino hurgando en el pasado y en el presente de las v\u00edctimas, que es el \u201clugar\u201d en el que se pueden descubrir las posibilidades latentes de redenci\u00f3n o salvaci\u00f3n que deben abrirnos esperanzados a lo que est\u00e1 por venir
\n– Los profetas, al desvelar y anunciar posibilidades nuevas ocultas a la mirada de tantos, cuestionan radicalmente el mito de la \u201cinmutabilidad social\u201d o del \u201cfin de la historia\u201d y nos proyectan hacia utop\u00edas intrahist\u00f3ricas, que son como la concreci\u00f3n de la utop\u00eda cristiana universal de plenitud -ya anunciada y prometida por Jes\u00fas de Nazaret- en cada situaci\u00f3n hist\u00f3rica concreta. Como indica el te\u00f3logo m\u00e1rtir I. Ellacur\u00eda \u201csin profetismo no hay posibilidad de hacer una concreci\u00f3n cristiana de la utop\u00eda y, consiguientemente, una realizaci\u00f3n hist\u00f3rica del reino de Dios. Sin un ejercicio intenso y aut\u00e9ntico del profetismo no se puede llegar te\u00f3ricamente y, mucho menos, pr\u00e1cticamente, a la concreci\u00f3n de la utop\u00eda cristiana\u201d[5]<\/a>.
\n– Los profetas cristianos, por ser portadores de la palabra del Dios que se nos ha revelado en Jes\u00fas, son siempre, al denunciar y al anunciar, portadores de una Buena Noticia de salvaci\u00f3n liberadora para los seres humanos. \u201cLar\u00faah<\/em>, <\/em>el soplo de Dios, que pasa por las manos de los profetas, es un soplo de vida y de liberaci\u00f3n. No puede entenderse el profetismo sin compromiso total en el proceso de liberaci\u00f3n humana\u201d[6]<\/a>.
\nTeniendo en cuenta lo dicho hasta aqu\u00ed podr\u00edan se\u00f1alarse como rasgos o momentos del ejercicio prof\u00e9tico los que siguen:
\n* Momento de silencio <\/strong>para suplicar la fuerza del Esp\u00edritu y para contemplar agradecidos y fascinados, movidos por ese mismo Esp\u00edritu, la belleza y la fecundidad de la palabra de Dios que el profeta ha de transmitir.
\n* Momento de encarnaci\u00f3n o inserci\u00f3n<\/strong>, traducido en presencia sencilla, atenta, paciente y cercana. Encarnaci\u00f3n que, como se dijo, ha de realizarse en el mundo de las v\u00edctimas, de los pobres y excluidos de la tierra, y que sit\u00faa al profeta en el \u201clugar\u201d que le permite ser honrado con la realidad, captar su verdad y escuchar sus demandas. La \u00fanica encarnaci\u00f3n, en suma, que, evang\u00e9licamente hablando, capacita para ver y sentir la realidad con los ojos y el coraz\u00f3n de Dios.
\n* Momento de compromiso.<\/strong> La presencia encarnada en el mundo de todas las v\u00edctimas de la injusticia es un fin a su vez finalizado en el compromiso liberador, que lleva a la acci\u00f3n transformadora de la realidad orientada a realizar esas \u201cposibilidades latentes de salvaci\u00f3n\u201d que est\u00e1n interesadamente ocultadas o silenciadas. Un compromiso que permite vivir la historia seg\u00fan el plan salv\u00edfico de Dios.
\nEl silencio, la presencia encarnada en el sentido referido y el compromiso configuran al testigo-profeta, que, como ya se dijo, no puede ser mero espectador u observador neutral de la realidad. El amor del Padre Dios que es fuente de redenci\u00f3n y salvaci\u00f3n debe ser testimoniado a trav\u00e9s de la vida encarnada y comprometida de los profetas si su voz quiere ser escuchada de forma significativa y cre\u00edble[7]<\/a>.
\n* Momento de la proclamaci\u00f3n expl\u00edcita<\/strong> de la palabra prof\u00e9tica en forma de anuncio y de denuncia. Anuncio de posibilidades nuevas, de utop\u00edas intrahist\u00f3ricas capaces de mediar la salvaci\u00f3n de Dios en la historia y denuncia de todo lo que a esa novedad se opone y cierra la historia a toda transformaci\u00f3n liberadora.
\n <\/p>\n\n
\nLa respuesta, sabiendo, como se dijo, que la profec\u00eda supone la contrastaci\u00f3n cr\u00edtica de la plenitud del reino de Dios con una situaci\u00f3n hist\u00f3rica determinada, implica, como es obvio, la consideraci\u00f3n de la situaci\u00f3n hist\u00f3rica concreta de la realidad espa\u00f1ola actual, tanto de la sociedad civil como de la Iglesia.
\nConsiderar la realidad de la sociedad civil espa\u00f1ola, para realizar esa contrastaci\u00f3n cr\u00edtica en que consiste la profec\u00eda, exige tener en cuenta los distintos subsistemas que la configuran: el econ\u00f3mico-social, el ideol\u00f3gico-cultural y el jur\u00eddico-pol\u00edtico. No pretendemos aqu\u00ed, desde luego, hacer una consideraci\u00f3n minuciosa de dichos subsistemas, sino indicar tan s\u00f3lo algunos<\/em> rasgos de los mismos, aquellos que, en forma de retos y s\u00f3lo a t\u00edtulo de ejemplo, puedan ser m\u00e1s significativos para precisar las tareas m\u00e1s urgentes y decisivas de la profec\u00eda hoy en Espa\u00f1a.
\n2.1. <\/strong> Nivel socio-econ\u00f3mico.<\/strong>
\nEn este nivel de la realidad el dato significativo que queremos destacar es el de la injusticia actualmente existente en Espa\u00f1a, con todas sus manifestaciones de desigualdad, pobreza, marginaci\u00f3n y exclusi\u00f3n social y con todo el sufrimiento que engendra derivado de la imposibilidad real para muchos millones de nuestros conciudadanos de vivir con la dignidad que corresponde a toda persona humana.
\nYa hemos dicho que no es posible realizar aqu\u00ed an\u00e1lisis minuciosos. Nos limitamos a se\u00f1alar como expresiones de esa injusticia a que nos referimos los datos siguientes:
\n-Seg\u00fan el Informe Foessa sobre la pobreza en Espa\u00f1a, en su \u00faltima actualizaci\u00f3n de Diciembre de 2.005, existen en nuestro pa\u00eds 2.192.000 hogares en los que viven 8.509.000 personas (algo m\u00e1s del 19% de la poblaci\u00f3n) que est\u00e1n bajo el llamado \u201cumbral de la pobreza\u201d (menos del 50% de la renta media disponible). M\u00e1s en concreto: 316.000 hogares (con 1.739.800 personas) padecen \u201cpobreza severa\u201d (menos del 25% de la renta media disponible) y entre ellos un sector de 86.000 hogares (con 528.000 personas) padecen \u201cpobreza extrema\u201d (menos del 15 % de la renta media disponible).
\n– La Encuesta del Instituto Nacional de Estad\u00edstica presentada en Diciembre de 2.005 indica que hay en Espa\u00f1a 30.000 personas sin hogar (\u201clos sin techo\u201d, que viven a la intemperie) y otras 250.000 que carecen de vivienda (y sobreviven en albergues o infraviviendas). La misma Encuesta dice que el 51% de los inmigrantes viven realquilados (habitaci\u00f3n con derecho a ba\u00f1o y cocina).
\n– Hay un aumento acelerado del n\u00famero de j\u00f3venes que viven en la pobreza. Por otra parte, mientras que la especulaci\u00f3n inmobiliaria adquiere unas proporciones intolerables y enriquece a unos cuantos los j\u00f3venes tienen muchas dificultades para acceder a una vivienda que les permita formar una familia.
\n-La poblaci\u00f3n pobre en Espa\u00f1a acapara la inmensa mayor\u00eda de los males, carencias y problemas sociales existentes en nuestro pa\u00eds como el paro, el analfabetismo, las toxicoman\u00edas, la delincuencia y la marginalidad en general.
\n-Estamos hacia la cola en Europa en gasto social por habitante.
\nNo es necesario aducir m\u00e1s datos. Lo que s\u00ed interesa es destacar que este problema de la injusticia -que considerado a nivel mundial adquiere unas dimensiones enteramente intolerables- le\u00eddo a la luz de la fe cristiana no se sit\u00faa s\u00f3lo en el campo de la \u00e9tica, sino que adquiere adem\u00e1s un \u201cestatuto rigurosamente teologal\u201d. El hecho de tal injusticia, la insolidaridad que la perpet\u00faa, la mentira que la invisibiliza y la ideolog\u00eda que la justifica, oculta el rostro del Dios de Jes\u00fas y es incluso su negaci\u00f3n m\u00e1s radical[8]<\/a>.
\nParece cierto entonces que esa operaci\u00f3n de contrastaci\u00f3n cr\u00edtica -entre la plenitud del reino de Dios con una situaci\u00f3n hist\u00f3rica determinada- en que la profec\u00eda consiste, hoy en Espa\u00f1a tiene que conducir a asumir como un desaf\u00edo insoslayable la realidad de la injusticia referida. Dicho de otra manera: hoy necesitamos en Espa\u00f1a profetas capaces, por una parte, de denunciar la injusticia reinante \u2013que se expresa en los datos indicados y en muchos otros- y, por otra, de anunciar posibilidades de superarla haciendo referencia a utop\u00edas intrahist\u00f3ricas viables. \u00bfPuede hoy en Espa\u00f1a ser cre\u00edble y significativo un profetismo que ignore el desaf\u00edo de la injusticia y centre su atenci\u00f3n preferentemente en cuestiones que s\u00f3lo muy en segundo t\u00e9rmino preocupan a las v\u00edctimas de esa injusticia? \u00bfY no es este profetismo \u201cdescafe\u00ednado\u201d al que estamos acostumbrados, salvo en muy contadas ocasiones?
\n2.2. <\/strong> Nivel ideol\u00f3gico-cultural.<\/strong>
\nEn este nivel el dato que queremos destacar como imprescindible para que el profetismo pueda hoy ser entre nosotros cre\u00edble y significativo es el de la crisis de la fe cristiana provocada por el ejercicio de la raz\u00f3n cr\u00edtica moderna y posmoderna. Ejercicio y crisis consecuente que en Espa\u00f1a se han dado tard\u00edamente, en relaci\u00f3n con otros pa\u00edses europeos, pero que en las \u00faltimas d\u00e9cadas han adquirido una intensidad creciente.
\nSe puede hablar, como se sabe, de una primera crisis cuando la raz\u00f3n moderna ilustrada, emancipada de la tutela de la fe cristiana y declar\u00e1ndose aut\u00f3noma, introduce la sospecha sobre la posibilidad de afirmar razonablemente la existencia de Dios y llega incluso a proclamar su muerte. Una crisis que se expresa en un crecimiento importante del agnosticismo y hasta del ate\u00edsmo. Este \u00faltimo cobra formas muy diversas, desde el vinculado a consideraciones humanistas \u2013que reclama la muerte de Dios como condici\u00f3n indispensable para defender la libertad, la felicidad, la adultez y la dignidad del ser humano-, hasta el derivado de esa mentalidad positivista que, informada por una racionalidad estrictamente cient\u00edfico-t\u00e9cnica, no concede posibilidad de existencia a realidad alguna que no sea verificable emp\u00edrica e intersubjetivamente.
\nLa segunda crisis ser\u00eda la provocada por algunos de los rasgos de lo que solemos llamar cultura posmoderna. Me refiero a aquellos que, cuestionando algunas de las aportaciones de la modernidad y radicalizando otras, generan una situaci\u00f3n en la que Dios y la fe cristiana aparecen con m\u00e1s dificultad en el horizonte de la existencia de los seres humanos. Una indiferencia creciente, en el seno de tal cultura, parece envolver a buena parte de nuestros contempor\u00e1neos[9]<\/a>.
\nLa palabra prof\u00e9tica tiene que situarse ante estas crisis y contrastarse cr\u00edticamente con ellas, lo cual, a mi entender, reclama una estrategia de di\u00e1logo honesto y cr\u00edtico[10]<\/a>. Esto equivale a decir que necesitamos hoy en Espa\u00f1a profetas que, ante la crisis de fe que padecemos, sepan \u201cponerse a la escucha de los hechos, acoger lo mucho que puedan ense\u00f1arnos sobre nuestros propios fallos y fracasos, y descubrir en ellos los retos, los signos a trav\u00e9s de los cuales el Esp\u00edritu nos revela la voluntad de Dios y sus designios para nuestra generaci\u00f3n\u201d[11]<\/a>. Necesitamos, en suma, profetas que nos liberen tanto de los \u201catrincheramientos cognitivos\u201d -que s\u00f3lo conducen a la irrelevancia significativa- como de f\u00e1ciles y r\u00e1pidas adaptaciones, que llevan a la p\u00e9rdida de la propia e irrenunciable identidad.
\n\u00bfPuede hoy en Espa\u00f1a ser cre\u00edble y significativo un profetismo que ignore o no tenga muy en cuenta el desaf\u00edo que supone la crisis de fe en la que estamos envueltos? \u00bfNo estamos dolorosamente acostumbrados a voces pretendidamente prof\u00e9ticas cargadas de \u201ctriunfalismo atrincherado\u201d o tambi\u00e9n, en otras ocasiones, de falsas adaptaciones que revelan inquietantes complejos de inferioridad?
\n2.3. <\/strong> Nivel jur\u00eddico-pol\u00edtico.<\/strong>
\nEl \u00fanico dato que en este nivel vamos a considerar en orden a configurar la tarea prof\u00e9tica hoy en Espa\u00f1a de forma m\u00e1s cre\u00edble y significativa es el de que Espa\u00f1a en este momento es \u2013y todo parece indicar que lo seguir\u00e1 siendo por mucho tiempo- un pa\u00eds plural, democr\u00e1tico y no confesional[12]<\/a>. Esto significa que la presencia de la fe cristiana en la vida p\u00fablica espa\u00f1ola tiene que ser comprendida y realizada hoy superando antiguas etapas caducadas de cristiandad.
\nLa cristiandad puede entenderse como\u201cesa forma de presencia del cristianismo que consist\u00eda en el sometimiento de las distintas esferas de la vida humana: pol\u00edtica, social, cultural y personal al control de la Iglesia. En ella el poder pol\u00edtico se ejerc\u00eda de alguna forma en subordinaci\u00f3n al poder eclesi\u00e1stico; la sociedad se organizaba y reg\u00eda desde principios cristianos que determinaban la forma de organizaci\u00f3n del tiempo, las costumbres, los valores y el discurrir de la vida colectiva; la cultura surg\u00eda de principios cristianos y estaba determinada en la mayor parte de sus realizaciones: s\u00edmbolos, valores, obras de arte, desde el cristianismo\u201d[13]<\/a>.
\nEn la sociedad espa\u00f1ola actual \u2013plural, democr\u00e1tica y no confesional- la presencia p\u00fablica de la fe cristiana ha de respetar la consistencia aut\u00f3noma de la realidad y de los distintos saberes, la leg\u00edtima autonom\u00eda de la vida p\u00fablica y las reglas de juego de la verdadera democracia.
\nMe refiero, en primer t\u00e9rmino a esa autonom\u00eda de la realidad ya reconocida por el Concilio Vaticano II como \u201cabsolutamente leg\u00edtima\u201d: \u201cPor la propia naturaleza de la creaci\u00f3n, todas las cosas est\u00e1n dotadas de consistencia, bondad y verdad propias y de un propio orden regulado, que el hombre debe respetar con el reconocimiento de la metodolog\u00eda particular de cada ciencia o arte\u201d[14]<\/a>.
\nUna autonom\u00eda as\u00ed entendida se debe extender adem\u00e1s a la vida pol\u00edtica con la exigencia de respetar las reglas de juego de la democracia, lo cual supone, seg\u00fan creo, la aceptaci\u00f3n consecuente de la no confesionalidad del Estado y la renuncia a pretensiones hegem\u00f3nicas y, por supuesto, a toda forma de coacci\u00f3n impositiva, directa o indirecta, al intentar extender las convicciones creyentes en la sociedad, por muy verdaderas y fecundas que se consideren. Esta renuncia indispensable no supone en forma alguna postular que el campo de incidencia de la fe debe reducirse al \u00e1mbito de la vida privada. Supone, s\u00ed, que la dimensi\u00f3n p\u00fablica irrenunciable de la fe debe hacerse presente en la sociedad solamente con ofertas dirigidas a la libertad de las personas, utilizando mediaciones que sean en todo caso respetuosas con las normas que configuran el orden democr\u00e1tico[15]<\/a>.
\nNecesitamos hoy en Espa\u00f1a voces prof\u00e9ticas que sean capaces de reinvindicar la presencia p\u00fablica de la fe cristiana sin pretensi\u00f3n alguna de volver a etapas pret\u00e9ritas de cristiandad. Voces que, asumiendo sin resentimiento o falsas a\u00f1oranzas la nueva condici\u00f3n de la sociedad espa\u00f1ola plural, democr\u00e1tica y no confesional, sean fieles a la \u201cmemoria subversiva y liberadora\u201d (Metz) de aqu\u00e9l que fue crucificado precisamente por las indudables repercusiones p\u00fablicas de su vida y de su mensaje y que, desde tal fidelidad, la ofrezcan sin imposici\u00f3n alguna a quien quiera o\u00edrla con el convencimiento profundo de que puede prestar una contribuci\u00f3n positiva a la marcha de la sociedad.
\nHasta aqu\u00ed nos hemos limitado a indicar algunos datos, que por ser caracter\u00edsticos de la sociedad civil espa\u00f1ola actual, estimamos que han de ser tenidos en cuenta para que la profec\u00eda pueda ser m\u00e1s cre\u00edble y significativa en nuestro pa\u00eds. Pero la profec\u00eda tiene tambi\u00e9n que contrastar cr\u00edticamente el anuncio de la plenitud del reino de Dios con la situaci\u00f3n concreta de la Iglesia espa\u00f1ola actual.
\nSi hemos hablado ya de la situaci\u00f3n de crisis de la fe cristiana en la sociedad espa\u00f1ola, tendr\u00edamos ahora que referirnos a una crisis de significaci\u00f3n de nuestra Iglesia, que parece inequ\u00edvoca si tenemos en cuenta los \u00faltimos estudios con que contamos de sociolog\u00eda religiosa. Tener en cuenta esa crisis parece indispensable para configurar la tarea prof\u00e9tica en nuestro pa\u00eds.
\n\u00bfQu\u00e9 datos, en forma de obst\u00e1culos, est\u00e1n en la ra\u00edz de esta crisis eclesial que conduce incluso a no pocos creyentes que se sienten vinculados a Jes\u00fas de Nazaret, a su vida y a su mensaje, a sentirse al margen de la Iglesia? Podr\u00edamos se\u00f1alar, entre otros, los siguientes:<\/p>\n\n
\nNecesitamos profetas que generen el convencimiento de que la apuesta por superar los obst\u00e1culos mencionados representa hoy la postura m\u00e1s prudente y sensata y la que incluso m\u00e1s garant\u00edas ofrece de conservar la verdadera identidad de la fe, que no puede nunca confundirse con la terca repetici\u00f3n de lo heredado. Profetas, en fin, que nos hagan ver que en otro caso la Iglesia puede entrar en una imprudente \u201cdin\u00e1mica sectaria\u201d, que la puede alejar irremisiblemente del pulso de la historia[16]<\/a>.
\n <\/p>\n\n
\nNo busquemos, pues, en lugares excepcionales o extra\u00f1os, mirando hacia \u201clo alto\u201d o hacia la lejan\u00eda. No estemos pendientes del encuentro especial con h\u00e9roes o hero\u00ednas singulares. No. Entre nosotros est\u00e1n. Est\u00e1n entre nosotros esos profetas y profetisas que necesitamos para liberarnos de ese cristianismo convencional que nos envuelve. Tal vez entre nuestros vecinos, compa\u00f1eros de trabajo o en el seno de nuestra propia familia.
\nLo importante es descubrir su presencia con mirada atenta. Teniendo en cuenta lo anteriormente dicho, podr\u00edamos decir que nos encontramos con profetas o profetisas cuando nos encontramos con personas:<\/p>\n\n
\n[1]<\/a> Cf., por ejemplo, 1 Sam 9, 6-7. 20; 1 Re 14, 1-16; 2 Re 1, 16-17; 2 Re 5, 20-27; 2 Re 6, 8s; 2 Re 6, 30s\u2026
\n[2]<\/a> Cf. Lumen gentium, <\/em>n\u00ba 12.
\n[3]<\/a> Cf. 1 Cor 12, 28-31; cf. Tambi\u00e9n Rom 12, 4-8.
\n[4]<\/a> El profeta es como \u201cel \u00e1ngel de la historia\u201d del que nos habla W Benjam\u00edn en su Tesis IX \u201csobre el concepto de historia\u201d, que \u201cconoce lo que yace oculto a nuestros pies\u201d (cf. R. Mate, Medianoche en la historia. Comentarios a las tesis de W. Benjam\u00edn sobre el concepto de historia, <\/em>Ed. Trotta, Madrid, 2006, p\u00e1gs. 155-167).
\n[5]<\/a> Cf. Utop\u00eda y profetismo, <\/em>en I. Ellacur\u00eda y J. Sobrino (eds.), Mysterium<\/em> liberationis. Conceptos fundamentales de teolog\u00eda de la liberaci\u00f3n, <\/em>T.I, Ed. Trotta, Madrid, 1990, p\u00e1g. 396. Para Ellacur\u00eda la utop\u00eda y la profec\u00eda est\u00e1n dial\u00e9cticamente relacionadas y por eso el profetismo es \u201cla contrastaci\u00f3n cr\u00edtica del anuncio de la plenitud del reino de Dios con una situaci\u00f3n hist\u00f3rica determinada\u201d de tal forma que si la utop\u00eda \u201cno fuera de alg\u00fan modo realizable, correr\u00eda el peligro casi insuperable de convertirse en opio evasivo\u201d. En realidad, \u201clo que recoge y expresa el profetismo es esa interpelaci\u00f3n hist\u00f3rico-trascendente del Esp\u00edritu que hace presente la utop\u00eda ya ofrecida y la contrasta con los signos de los tiempos\u201d (cf. Ibid<\/em>., <\/em>p\u00e1gs. 396. 397. 399.
\n[6]<\/a> Cf. J. M\u00aa Gonz\u00e1lez Ruiz, Profetismo, <\/em>en C. Florist\u00e1n Y J. J. Tamayo (eds.), Conceptos fundamentales de pastoral, <\/em>Ed. Cristiandad, Madrid, 1983, p\u00e1gs. 839-840.
\n[7]<\/a> Como indica Pablo VI en la Exhortaci\u00f3n Apost\u00f3lica Evangelio nuntiandi<\/em> \u201cel hombre contempor\u00e1neo escucha m\u00e1s a gusto a los que dan testimonio que a los que ense\u00f1an, o si escucha a los que ense\u00f1an es porque dan testimonio\u201d (cf. n\u00ba 41).
\n[8]<\/a> \u201cLo que m\u00e1s oculta hoy el rostro de Dios es la profunda injusticia que reina en el mundo. Si no luchamos contra ella y no nos ponemos del lado de las v\u00edctimas, colaboramos al actual ocultamiento de Dios\u201d (cf. Creer en tiempos de increencia, Carta Pastoral de los obispos de Pamplona y Tudela, Bilbao, San Sebasti\u00e1n y Vitoria, n\u00ba 74).
\n[9]<\/a> Cf., por ejemplo, J. Mart\u00edn Velasco, Ser cristiano en una cultura posmoderna, <\/em>Ed. PPC, Madrid, especialmente p\u00e1gs. 41-65.
\n[10]<\/a> La estrategia de di\u00e1logo propuesta supone la superaci\u00f3n de otras dos estrategias a las que se refiere el mismo J. Mart\u00edn Velasco en la obra citada en la nota anterior. La primera de ellas la describe as\u00ed: \u201cDurante mucho, demasiado tiempo, la Iglesia ha reaccionado a los cuestionamientos de la Modernidad con una postura \u2018intransigentista\u2019 que podr\u00eda situarse en lo que los soci\u00f3logos denominan estrategias de \u2018atrincheramiento cognoscitivo\u2019 y que lleva al aislamiento de los movimientos tenidos por peligrosos o a la militancia activa contra ellos\u201d. Frente a esta primera estrategia cabe otra de sentido contrario representada por \u201cuna postura de \u2018negociaci\u00f3n cognitiva\u2019 de la propia identidad que, cuando toma como criterio la adaptaci\u00f3n a la nueva situaci\u00f3n, puede terminar en una rendici\u00f3n a ella que reduce la propia identidad a las exigencias del exterior y termina en una disoluci\u00f3n de la misma\u201d (cf. Ibid<\/em>., <\/em>p\u00e1gs. 99-100).
\n[11]<\/a> Cf. Ibid<\/em>., <\/em>p\u00e1g. 100. Junto al hecho de la crisis de fe, \u00fanico que aqu\u00ed hemos considerado, habr\u00eda tambi\u00e9n que tener en cuenta, para configurar la tarea prof\u00e9tica hoy, hechos como el pluralismo religioso y cultural, con sus exigencias de di\u00e1logo e inculturaci\u00f3n. Pero no es posible considerarlos aqu\u00ed.
\n[12]<\/a> En efecto, la Constituci\u00f3n espa\u00f1ola vigente afirma en su art\u00edculo 16 que \u201cninguna confesi\u00f3n tendr\u00e1 car\u00e1cter estatal\u201d. Esta no confesionalidad no implica, en principio, rechazo del hecho religioso. En realidad, en el mismo art\u00edculo la Constituci\u00f3n \u201cgarantiza la libertad ideol\u00f3gica, religiosa y de culto de los individuos y de las comunidades sin m\u00e1s limitaci\u00f3n, en sus manifestaciones, que la necesaria para el mantenimiento del orden p\u00fablico\u201d.
\n[13]<\/a> Cf. J. Mart\u00edn Velasco, El malestar religioso de nuestra cultura, <\/em>Ed. Paulinas, Madrid, 1993, p\u00e1gs. 309-310.
\n[14]<\/a> Cf. Gaudium<\/em> et spes, <\/em>n\u00ba 36.
\n[15]<\/a> La superaci\u00f3n de etapas caducadas de cristiandad y particularmente la renuncia a toda intervenci\u00f3n per<\/em> modum auctoritatis<\/em>parece que debe urgirse muy especialmente hoy en Espa\u00f1a a las intervenciones en la vida p\u00fablica de las m\u00e1s altas instancias jer\u00e1rquicas de la Iglesia. Se evitar\u00edan as\u00ed muchas confrontaciones innecesarias que est\u00e1n da\u00f1ando la imagen de la Iglesia en amplios sectores de la poblaci\u00f3n espa\u00f1ola. Para un desarrollo de este punto, cf. J. Lois, Reivindicaci\u00f3n de la dimensi\u00f3n p\u00fablica de la fe en una sociedad plural, democr\u00e1tica y no confesional,<\/em> en \u201cFrontera-Pastoral Misionera\u201d, n\u00ba 35 (Julio-Septiembre, 2005), p\u00e1gs. 37-62.
\n[16]<\/a> Cf. J. Lois, Miedos en <\/em>la Iglesia. Alegato<\/em> a favor de la libertad, <\/em>en \u201cFrontera-Pastoral Misionera\u201d, n\u00ba 18 (Abril-Junio 2001) p\u00e1gs.49-61.<\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":"