{"id":8211,"date":"2006-10-01T00:00:19","date_gmt":"2006-09-30T22:00:19","guid":{"rendered":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/?p=8211"},"modified":"2006-10-01T00:00:19","modified_gmt":"2006-09-30T22:00:19","slug":"la-fe-de-los-jovenes-un-desafio-para-la-parroquia","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/la-fe-de-los-jovenes-un-desafio-para-la-parroquia\/","title":{"rendered":"La fe de los j\u00f3venes: un desaf\u00edo para la parroquia"},"content":{"rendered":"
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\n
\nNOTA PREVIA<\/strong>
\nEl presente art\u00edculo es en su origen la conferencia que el autor pronunci\u00f3 en el reciente Congreso que tuvo lugar en Madrid para p\u00e1rrocos, vicarios parroquiales y agentes de pastoral de las parroquias salesianas de Espa\u00f1a. Ofrecemos el texto original tal como fue pronunciado por el autor. Pensamos que puede resultar de inter\u00e9s para todos los agentes de pastoral que trabajan en parroquias.
\n\u00a0<\/strong>
\nDecir parroquia salesiana significa afirmar la especial cualidad pastoral que debe caracterizar a una parroquia animada por los salesianos. Salesiana<\/em> es un adjetivo calificativo. Hace referencia al sustantivo parroquia<\/em>con el pretexto de ofrecer una dimensi\u00f3n cualificante del propio sustantivo.\u00a0 No indica, en consecuencia, qui\u00e9nes son los gestores, sino la cualidad de la pastoral que se desarrolla en ella. Por eso se refiere realmente a todos los que trabajan en la parroquia salesiana, con encargos y responsabilidades diversas.
\nExplico en qu\u00e9 consiste esta \u201ccualidad\u201d caracterizadora. Los Reglamentos<\/em> de la Congregaci\u00f3n aportan una respuesta institucional: \u201cLa parroquia confiada a la Congregaci\u00f3n, dist\u00edngase por su car\u00e1cter popular y la atenci\u00f3n a los j\u00f3venes, sobre todo a los m\u00e1s pobres\u201d (n. 26). En esta afirmaci\u00f3n se basa el estudio y se entrecruzan las posibles respuestas concretas. Ofrezco una sugerencia propia: se refiere casi \u00fanicamente a la capacidad de acoger los retos que provienen de ser joven en este tiempo, a trav\u00e9s de un proyecto de evangelizaci\u00f3n capaz de desarrollar la atenci\u00f3n educativa, t\u00edpica del carisma salesiano. Se podr\u00edan decir m\u00e1s cosas desde otros puntos de vista.
\nUna convicci\u00f3n orienta mi propuesta: una parroquia que vive de este modo (atenci\u00f3n a los j\u00f3venes y sensibilidad educativa) se convierte en un don precioso para la misi\u00f3n de toda la comunidad eclesial, porque propone un modo concreto para servir a la vida y a la esperanza de todos en el nombre de Jes\u00fas.
\nLa atenci\u00f3n preferente a los j\u00f3venes<\/strong>
\n
\nLa parroquia salesiana se caracteriza por una atenci\u00f3n especial\u00edsima a los j\u00f3venes. La calidad de nuestra respuesta a las cuestiones que ellos nos proponen en el actual contexto cultural y social, representa, por tanto, una indicaci\u00f3n central, el n\u00facleo de la cuesti\u00f3n, la referencia de autenticidad.
\nEl tema es bastante pac\u00edfico. Incluso cuando la obediencia encarga a alguien servicios pastorales distintos a los que hab\u00eda so\u00f1ado al acoger la invitaci\u00f3n del Esp\u00edritu Santo a entrar en la Familia Salesiana, ciertamente no podemos renunciar a la raz\u00f3n de fondo de nuestra existencia. Y nos queda dentro, inquieta y estimulante, una gran nostalgia del contacto directo con los j\u00f3venes.
\nPero esto no es todo. Como salesianos no s\u00f3lo estamos convencidos de que los j\u00f3venes son el amor apasionado de toda nuestra vida (\u201cme basta que se\u00e1is j\u00f3venes para amaros\u201d, dec\u00eda don Bosco). Creemos firmemente que la opci\u00f3n por los j\u00f3venes no es una opci\u00f3n exclusiva ni discriminatoria; es una opci\u00f3n preferencial y funcional. Escogiendo a los j\u00f3venes pretendemos llegar, de modo original, a todas las personas para ser un don del Esp\u00edritu a todos los hombres y mujeres.
\nVoy a considerar esto atentamente. Adolescencia y juventud son una edad especial en el transcurso de la existencia de una persona. Muchos elementos caracterizan este fragmento importante de la vida. \u00c9stos se van modificando progresivamente, hasta expresarse en dimensiones existenciales, capaces de arrastrar hacia la madurez adulta. Es importante conocer y reconocer estos aspectos caracter\u00edsticos de la personalidad juvenil. Muchas disciplinas los estudian y nos dan un retrato que, a grandes rasgos, vale para todas las \u00e9pocas.
\nEn este modelo la opci\u00f3n preferencial por los j\u00f3venes comporta la atenci\u00f3n a una categor\u00eda y el rechazo de las dem\u00e1s. Es algo como escoger un equipo de f\u00fatbol y rechazar los dem\u00e1s competidores. Este modo de hacer no responde a la invitaci\u00f3n a dar preferencia a los j\u00f3venes que los Reglamentos de la Congregaci\u00f3n se\u00f1alan a la parroquia salesiana.
\nHoy la atenci\u00f3n se traslada del hecho de ser joven a la constataci\u00f3n de ser joven en una \u00e9poca de una cultura social determinada. Para captar el rostro de los j\u00f3venes en las mil im\u00e1genes en que se manifiesta, se impone estudiar con atenci\u00f3n el contexto cultural y el ambiente social. El aspecto psicoevolutivo se expresa de hecho dentro del condicionamiento antropol\u00f3gico y social.
\nLa atenci\u00f3n a ser joven como hecho cultural, marcado por el contexto pluralista en el que vivimos, no es por tanto una opci\u00f3n discriminatoria, sino un modo concreto para realizar un enfoque unificador, dentro del pluralismo y de la complejidad. De aqu\u00ed mi convicci\u00f3n: una parroquia salesiana, capaz de dialogar con los j\u00f3venes de modo acogedor y promocional, asegura una habilidad especial para realizar un anuncio del Evangelio en medio de nuestro tiempo, dialogando con los desaf\u00edos que \u00e9ste lanza a la comunidad eclesial.
\nHablo por tanto de los j\u00f3venes y del anuncio del Evangelio para ellos, pero pienso en los profundos cambios culturales que estamos viviendo y sugiero l\u00edneas de intervenci\u00f3n que podr\u00edan incidir sobre el compromiso global de una comunidad eclesial que se interroga sobre su servicio de evangelizaci\u00f3n. De este modo comprendo tambi\u00e9n la dimensi\u00f3n \u201cpopular\u201d con la que los Reglamentos califican la parroquia salesiana. Popular quiere decir abierta a todas las capas sociales, escogiendo a los j\u00f3venes y a los pobres como categor\u00eda que nos ayuda a dialogar realmente con todos. \u00c9ste es nuestra ofrenda a quien en la Iglesia quiere anunciar el Evangelio de modo significativo y cre\u00edble.
\nLa evangelizaci\u00f3n como don para la vida y la esperanza<\/strong>
\n
\nLa parroquia salesiana reconoce, como toda comunidad eclesial comprometida, la urgencia irrenunciable del anuncio de que s\u00f3lo Jes\u00fas es el Se\u00f1or. Sabe que en este frente se juega la raz\u00f3n y el significado de su misi\u00f3n. Advierte toda su urgencia en una \u00e9poca en la que muchas intervenciones de suplencia han entrado en crisis, al menos a causa de una feliz pero despiadada competencia.
\nPero no basta con reconocer y proclamar la urgencia. Frente a los desaf\u00edos que los j\u00f3venes de este tiempo nos plantean, debemos repensar su cualidad y su intenci\u00f3n y, en consecuencia, la modalidad comunicativa.
\nUna respuesta a la b\u00fasqueda de esperanza<\/strong>
\n
\nSobre todo en el mundo juvenil \u2013 como signo elocuente del mundo actual \u2013 existe hoy una profunda, difundida y perturbada expectativa de razones que devuelvan a la existencia cotidiana aquella perspectiva de misterio imprevisible e ingobernable\u2026, pero de la que nos podemos fiar hasta confiarle las propias aspiraciones para el futuro. Interpretada y analizada dentro de un modelo de existencia, la podemos llamar una pregunta de sentido y de esperanza. Pero no podemos olvidar que este sue\u00f1o de futuro se vive de muy diversos modos y se manifiesta con muchos nombres. El hecho permanece m\u00e1s all\u00e1 de las diferencias.
\n
\nMe gusta considerar esta expectativa de sentido y de esperanza no como una expl\u00edcita y consciente demanda de evangelizaci\u00f3n\u2026, sino como urgencia de encontrar eventos, personas y proyectos capaces de saciar las expectativas. Los disc\u00edpulos de Jes\u00fas se sienten provocados en la ra\u00edz de su identidad, porque reconocen que, en \u00faltimo t\u00e9rmino, esta expectativa puede ser interpretada justamente como una fuerte demanda de evangelizaci\u00f3n.
\nCompruebo algo m\u00e1s. Son muchos los que llevan dentro, en nuestro mundo occidental, esta dolorosa b\u00fasqueda de razones de esperanza, m\u00e1s all\u00e1 de lo que poseemos y somos capaces de construir. Pero no todos est\u00e1n en esta situaci\u00f3n. Por desgracia, muchos se han conformado y viven al d\u00eda como si la cuesti\u00f3n no fuese relevante. La sacan a la luz en situaciones extremas y despu\u00e9s la adormecen de nuevo tranquilamente. Alguno, tal vez excesivamente apresurado, interpreta esta resignaci\u00f3n como ausencia de preguntas y sonr\u00ede esc\u00e9ptico cuando se habla de expectativa de sentido y de esperanza.
\nLa parroquia salesiana, que cree en la vida y la ama, se siente interpelada tambi\u00e9n a este nivel, justo en su identidad carism\u00e1tica. Adormecer la b\u00fasqueda de sentido o la resignada ausencia de esperanza es una amenaza para la vida cotidiana\u2026 y la vida es un bien de todos. Quien vive la vida cotidiana sin perspectiva se convierte en un peligro p\u00fablico, justo a nivel del \u00fanico bien sobre el que la globalizaci\u00f3n es un dato de hecho innegable.
\nConsciente de todo esto, la parroquia redescubre la alegr\u00eda y la presunci\u00f3n de la evangelizaci\u00f3n tambi\u00e9n en lo que respecta a estos indiferentes, no por motivos de proselitismo ni mucho menos por razones \u201cinherentes\u201d a la misma fe, sino por el bien de estas personas (que Jes\u00fas nos ha entregado \u201cpara amar\u201d y servir) y para el bien y la felicidad (la tranquilidad) de todos. Y \u00e9sta es una gran raz\u00f3n que justifica esfuerzo y pasi\u00f3n.
\nUn modo concreto de proyectar el futuro<\/strong>
\n
\nMuch\u00edsimas personas est\u00e1n preocupadas como nosotros por consolidar vida y esperanza. Y much\u00edsimas est\u00e1n dispuestas a colaborar si el objeto del esfuerzo es el servicio a la vida. Pero temo que se hagan diferencias muy pronto cuando intentemos decidir la calidad de\u00a0 vida a la que queremos servir y el fundamento sobre el que queremos anclar la esperanza.
\nUn nuevo reto nos interpela: el n\u00facleo de la cuesti\u00f3n lo representa la \u201ccalidad de la vida\u201d. Reaccionando ante la ola de apariencia\u00a0 y de consumismo que nos rodea, con el coraje de los m\u00e1rtires de una \u00e9poca lejana, la comunidad grita, con hechos y palabras, que podemos estar en la vida y permanecer radicados en la esperanza s\u00f3lo si aceptamos entregar nuestra existencia al misterio de Dios en el proyecto de Jes\u00fas y nos comprometemos a vivir nuestra misma existencia y a construir estructuras de servicio en la l\u00f3gica de este mismo proyecto. Es verdad,\u00a0 el poder de Dios en Jes\u00fas obra m\u00e1s radical y eficazmente que el nivel de conciencia reflexiva que poseemos y no es prisionera de los confines eclesiales. El amor a la vida impulsa a la comunidad eclesial a ampliar progresivamente esta conciencia, porque quien reconoce el misterio en el que est\u00e1 envuelto y vive, puede trabajar por su vida y la de los dem\u00e1s de modo m\u00e1s aut\u00e9ntico y eficaz. Evangeliza para ofrecer la raz\u00f3n y la esperanza m\u00e1s fuerte del don de la vida del que es signo e inicio.
\nEl servicio\u00a0 a la vida y a la esperanza se traduce inmediatamente en decisiones concretas y en opciones operativas: las numerosas actividades que llenan el calendario de una parroquia. Hay muchas actividades en una parroquia salesiana. Algunas son las tradicionales y constitutivas de su ser (las celebraciones sacramentales, la catequesis\u2026). Otras las inventa en una fantas\u00eda desencadenada que nace del amor. En todas, las primeras y las segundas, se deja confrontar por momentos de evaluaci\u00f3n. El criterio fundamental es siempre \u00fanico e inquietante: \u00bfestamos ayudando a vivir, consolidando la esperanza? Si la respuesta no es segura, estoy convencido de que hay que cambiar algo, porque la \u00fanica norma inmutable, que nos da el Evangelio, es la que Jes\u00fas se atribuye a s\u00ed mismo: \u201cQue todos tengan vida y la tengan en abundancia\u201d (Jn. 10, 10).
\n\u00c9sta es la ra\u00edz y la raz\u00f3n, reescrita hoy d\u00eda, de aquel coraje apasionado que impulsaba a don Bosco a arriesgarlo todo, cuando est\u00e1 de por medio el bien (la salvaci\u00f3n, dec\u00eda \u00e9l) del joven. En una situaci\u00f3n de crisis, de incertidumbre, de b\u00fasqueda afanosa y de desesperaci\u00f3n como la nuestra, la parroquia salesiana inventa y prueba todas las v\u00edas para decir a voz en grito que Jes\u00fas es el \u00fanico nombre en el que tener esperanza. No se desalienta por las desilusiones y no se rinde frente a los problemas.
\nNo queda tiempo para los miedos y los c\u00e1lculos refinados. Entrevemos una perla preciosa y para conquistarla estamos dispuestos a todo.
\nEn busca de un nuevo lenguaje<\/strong>
\n
\nUna de las tareas hoy m\u00e1s urgentes para ofrecer sentido y esperanza a quien busca con el ansia del sediento o a quien est\u00e1 distra\u00eddo por otras preocupaciones y corre el riesgo de perderse en la desesperaci\u00f3n, hace referencia a la experimentaci\u00f3n de nuevos lenguajes, capaces de comunicar la fe en un mundo profundamente cambiado.
\nLo digo con decisi\u00f3n, convencido de la urgencia, sobre todo hoy, en una \u00e9poca como es la que estamos viviendo, en la que vuelven nostalgias hacia los contenidos seguros y las f\u00f3rmulas precisas. El lenguaje afecta, como sabemos, al mismo tiempo a contenidos y a modelos comunicativos. No es cierto, al menos para m\u00ed, que sepamos ya qu\u00e9 decir y que necesitemos s\u00f3lo sugerencias sobre como decirlo. Para expresar la fe necesitamos nuevos modelos comunicativos, capaces de implicar contenidos y m\u00e9todos, para descubrir, como el escriba del Evangelio, cosas nuevas y cosas antiguas del mismo tesoro.
\nCierto, el discurso se har\u00eda largo. Ser\u00edan necesarias muchas distinciones y precisiones. Tengo empe\u00f1o en lanzar una provocaci\u00f3n para impulsar a quien ama a los j\u00f3venes y quiere compartir con ellos la fe a comprometerse seriamente tambi\u00e9n en este frente.
\nLos modelos comunicativos se pueden imaginar diseminados en una especie de plataforma ling\u00fc\u00edstica, que tiene su centro y su periferia. S\u00f3lo cuando colocamos nuestro lenguaje dentro de esta plataforma compartida podemos realizar una comunicaci\u00f3n correcta: capaz de exponer en modo correcto los contenidos y, al mismo tiempo, capaz de permitir a los interlocutores la confrontaci\u00f3n, la condivisi\u00f3n y la decisi\u00f3n sobre lo meritorio de la propuesta.
\nPero dentro de la misma plataforma hay diversas colocaciones. Nuestro lenguaje debe escoger una, orient\u00e1ndose entre las diversas posiciones. La decisi\u00f3n de cu\u00e1l sea esta colocaci\u00f3n depende de la naturaleza del objeto comunicado y de la funci\u00f3n que se pretende reservar a la comunicaci\u00f3n misma.
\nLa comunicaci\u00f3n de reglas matem\u00e1ticas, las normas jur\u00eddicas y las econ\u00f3micas piden formulaciones precisas y exigentes. La elecci\u00f3n de otras modalidades se har\u00eda en perjuicio de la comunicaci\u00f3n misma. Las declaraciones de amor, la poes\u00eda y el arte se colocan en la periferia de esta plataforma: de la modalidad denotativa se desplaza decididamente hacia la evocativa, donde prevalece la referencia al objeto a trav\u00e9s de juegos de libertad y responsabilidad muy personales. En el centro de la plataforma se reclama la repetici\u00f3n de las f\u00f3rmulas. En la periferia prevalece su invenci\u00f3n, medida sobre el evento que se quiere compartir.
\nEl lenguaje religioso, es decir el que estamos utilizando para compartir las experiencias fundamentales de la existencia, del sentido y de la esperanza, por el objeto al que se refiere y por la intenci\u00f3n que regula la relaci\u00f3n interpersonal, es siempre de frontera\u2026 No s\u00f3lo no se puede colocar en el centro de la plataforma ling\u00fc\u00edstica asumiendo su l\u00f3gica y sus exigencias (como si fuese una expresi\u00f3n jur\u00eddica o econ\u00f3mica), sino que necesita incluso salir m\u00e1s all\u00e1 del conf\u00edn natural para poder hacer presente m\u00e1s eficazmente el evento comunicado. Tiene sus normas y las debe observar. Pero son las de un lenguaje de frontera y no las de un lenguaje del centro de la plataforma ling\u00fc\u00edstica.
\nCuando decimos que Dios nos ama, no podemos pretender en absoluto un lenguaje denotativo como si formul\u00e1semos reglas matem\u00e1ticas o jur\u00eddicas. Estamos frente a un juego de libertad y responsabilidad, que nace de la experiencia de quien comparte algo de su existencia y se preocupa de suscitar nuevos acontecimientos experienciales. Espont\u00e1neamente se piensa en la frase con la que empieza la primera carta de Juan<\/em>: \u201c\u2026Lo que hemos o\u00eddo, lo que hemos visto con nuestros ojos, lo que hemos contemplado y lo que nuestras manos han tocado acerca de la Palabra de la vida, pues la vida se ha hecho visible y nosotros la hemos visto y de ello damos testimonio, y os anunciamos la vida eterna que estaba junto al Padre y que se nos manifest\u00f3\u201d.
\nDe esta constataci\u00f3n escojo dos indicaciones operativas que tienen mucho que sugerir a la parroquia salesiana que ama a los j\u00f3venes y acoge sus desaf\u00edos.
\nLa primera se refiere a la fuente de las informaciones. Hay noticias que provienen del estudio y de la investigaci\u00f3n. Incluso cuando las compartimos con pasi\u00f3n no nos pertenecen y quien encauza la informaci\u00f3n se reconoce s\u00f3lo como una especie de tr\u00e1mite funcional. Nadie le pide cuentas de su vida cuando afirma el teorema de Pit\u00e1goras o alguna ley de la termodin\u00e1mica. El contenido de la fe, al que damos voz en el acto de la evangelizaci\u00f3n, es fundamentalmente algo de nuestra existencia: un evento que se nos da gratuitamente, encontrado en un juego misterioso de libertades que dialogan, que hemos compartido gozosamente y que queremos hacer llegar a otros para que la vida que ha nacido en nosotros se haga tambi\u00e9n vida donada para otros. Tambi\u00e9n en el proceso de evangelizaci\u00f3n el estudio y la investigaci\u00f3n son indispensables, la confrontaci\u00f3n con las fuentes autorizadas de la fe es irrenunciable, pero en el acto comunicativo \u2013 que es la evangelizaci\u00f3n en acto concreto \u2013 destaca en primer plano la vivencia personal que se hace anuncio gozoso.
\nLa segunda conclusi\u00f3n se refiere al \u201cidioma\u201d adecuado para este tipo de comunicaci\u00f3n. Con una expresi\u00f3n\u2026 provocadora, me gusta recordar que, en el acto de la evangelizaci\u00f3n, debemos darnos prisa en olvidar la lengua que utilizamos para otras comunicaciones, para experimentar, aprender, utilizar otra, muy distinta.
\nLa lengua que debemos olvidar es el \u201cmatematiqu\u00e9s\u201d: el instrumento ling\u00fc\u00edstico a trav\u00e9s del que comunicamos las informaciones, seguras y precisas, del centro de la plataforma ling\u00fc\u00edstica (las nociones de matem\u00e1ticas y las normas jur\u00eddicas). La que tenemos que aprender a usar es el \u201camor\u00e9s\u201d: el instrumento ling\u00fc\u00edstico a trav\u00e9s del cual, con palabras y signos, expresamos a los dem\u00e1s nuestro amor, nuestra estima, nuestros proyectos de vida. Esa es la lengua t\u00edpica del \u201clenguaje de frontera\u201d. Adem\u00e1s, \u00e9sta es la estructura de los evangelios, la narraci\u00f3n de la experiencia de estar con Jes\u00fas, que los disc\u00edpulos legan a todos, para que la vida encontrada se convierta en vida y esperanza tambi\u00e9n para nosotros.
\nUna vida cristiana \u201cvisible\u201d para los j\u00f3venes de hoy<\/strong>
\n
\nLa reflexi\u00f3n sobre la evangelizaci\u00f3n, sobre su urgencia y sobre el modelo educativo adecuado pone en primer plano la cuesti\u00f3n del modelo de cristiano hacia el que orientamos todo nuestro servicio.
\nVenimos de una \u00e9poca en la que sab\u00edamos todo sobre las dimensiones constitutivas del ser cristiano y lo transmit\u00edamos con seguridad. Pod\u00edamos hacer grandes elencos de virtudes y de modos de ser, f\u00e1cilmente identificables como buenos o malvados, y nadie pod\u00eda contradecirnos. En el fondo el problema no estaba en la meta, sino en la coherencia personal al confrontarnos con la meta misma.
\nEn estos \u00faltimos a\u00f1os, bajo el impulso de los cambios culturales y de la fuerte conciencia hermen\u00e9utica, estas seguridades han ido desapareciendo. Las incertidumbres se refieren a la meta misma y s\u00f3lo despu\u00e9s \u2013 en una actitud de ulterior relativizaci\u00f3n personal \u2013 a la coherencia con la meta.
\n\u00bfQu\u00e9 posici\u00f3n tomar? \u00bfExisten alternativas, en el plano \u00e9tico y de perspectivas, a la subjetivizaci\u00f3n desenfrenada y al objetivismo, privado de toda duda? La parroquia salesiana \u00bfse dedica a buscar modelos y experiencias de espiritualidad y santidad del nuevo milenio o advierte s\u00f3lo la responsabilidad de reproponer lo que forma parte de nuestro patrimonio consolidado? Intento sugerir algunas indicaciones, relanzando el precioso trabajo hecho en estos a\u00f1os en torno a un proyecto de espiritualidad juvenil.
\n\u00bfQui\u00e9n es cristiano?<\/strong>
\n
\n\u00bfQu\u00e9 figura de santidad podemos proponer a los j\u00f3venes en la comunidad eclesial de hoy? La vida cristiana es un fiarse, total y gratuitamente, de Dios en Jes\u00fas. Por eso tiene en su ra\u00edz la conciencia, gritada a todos los niveles, de que s\u00f3lo Dios es el Se\u00f1or. Hemos sido salvados en la cruz del Resucitado, porque nuestra vida ha florecido plena y abundante, justo cuando parec\u00eda que todo se hab\u00eda precipitado hacia el fracaso. Estamos vivos por don de Dios en la muerte de Jes\u00fas.
\nNo somos cristianos s\u00f3lo porque nos dedicamos a hacer cosas buenas y sabias para la vida de todos, lanz\u00e1ndonos a un compromiso social y a una labor pol\u00edtica seria y responsable. No somos cristianos porque nos portamos bien desde el punto de vista \u00e9tico y observamos los mandamientos y todos los dem\u00e1s preceptos. No lo somos ni siquiera porque contamos la historia de Jes\u00fas para la vida de los hombres. Somos cristianos de verdad \u00abs\u00f3lo si nos decidimos a adorar a Dios absolutamente; s\u00f3lo si tratamos de amarlo con una osad\u00eda en apariencia totalmente desproporcionada a nuestras fuerzas; si enmudecidos, nos rendimos frente a su incomprensibilidad y aceptamos tal capitulaci\u00f3n de la conciencia y de la vida como el evento de la m\u00e1xima libertad y de la salvaci\u00f3n eterna\u00bb (K. Rahner).
\nReconocemos a Dios radicalmente distinto de todas las dem\u00e1s realidades que constituyen nuestra tierra. No es uno de nuestros muchos interlocutores. Ni siquiera es el \u00fanico recurso que sirve para equilibrar la balanza en situaci\u00f3n de crisis. S\u00f3lo \u00e9l es la realidad verdadera. Frente a \u00e9l se vuelve irreal todo lo que consideramos como realidad firme y consistente.
\n\u00c9l es el gran \u00absue\u00f1o de futuro\u00bb, misterio incomprensible y siempre presente, que sostiene y orienta todo, justo cuando todo se relativiza. Nos da la palabra. Y nos hunde en el silencio, donde las palabras ya no bastan.
\nVenimos de una ra\u00edz que no hemos plantado; peregrinamos por un camino que desemboca en la incomprensible libertad de Dios; nos movemos entre el cielo y la tierra y no tenemos ni el derecho ni la posibilidad de renunciar a ninguno de los dos. Ni siquiera sabemos, de modo absolutamente cierto, c\u00f3mo se est\u00e9 orientando concretamente nuestra libertad en el juego de nuestra existencia.
\nLa existencia del cristiano es por eso mismo un salto en el abismo ilimitado de Dios, en Jes\u00fas, el \u00fanico nombre en el que podemos estar en la vida por la solidaridad con su muerte y resurrecci\u00f3n, y en el seno materno de la comunidad eclesial, el apoyo, el sacramento, la gu\u00eda de nuestra confesi\u00f3n de fe y de vida. Nuestra esperanza resulta practicable y sensata s\u00f3lo mediante el fundamento que no podemos comprender ni manipular.
\nEl reconocimiento de la cruz de Jes\u00fas impulsa al cristiano a vivir inmerso en el misterio, desligado de tantas cosas que por el contrario fascinan a sus amigos, capaz de concentrarse en las cosas que cuentan, lleno de nostalgia por el futuro que espera con ansiedad y que anticipa con preocupaci\u00f3n.
\nPero al mismo tiempo vive con los pies bien plantados en tierra. Por su tierra tiene una gran pasi\u00f3n. Por ella se compromete, buscando la compa\u00f1\u00eda de todas las personas que aman la vida y la quieren abundante y feliz para todos. Sabe que la plenitud de felicidad est\u00e1 reservada para cuando vuelva\u00a0 definitivamente a casa. Pero hasta entonces no quiere renunciar a ella, y la busca con el ansia del sediento que busca a tientas manantiales de agua fresca.
\nDe la casa del Padre \u2013 su verdadera morada y el resultado de todos sus sue\u00f1os \u2013 tiene nostalgia, pero no tiene ninguna prisa por alcanzarla. Sabe que no puede cantar los cantos del Se\u00f1or mientras recorre los caminos de este mundo, y sin embargo comparte con alegr\u00eda y con entusiasmo juvenil los cantos festivos que inundan los caminos de nuestra historia.
\nSu fe y la condici\u00f3n de la esperanza lo impulsan a una inmersi\u00f3n intensa en la vida de todos. No pretende una mesa reservada cuando se sienta a comer, porque la compa\u00f1\u00eda de los dem\u00e1s comensales es buscada y agradecida. Pero posee sensibilidad, intuici\u00f3n, pasi\u00f3n\u2026, reconoce exigencias y advierte urgencias que lo obligan a una palabra original, inc\u00f3moda, inquietante.
\nCuando todos resbalan hacia la desesperaci\u00f3n, sabe ofrecer una palabra de esperanza que permite vencer la corriente. Cuando se propaga la convicci\u00f3n de haber resuelto todos los problemas, o al menos de poseer la clave del futuro, relanza con los pies en la tierra y redimensiona los sue\u00f1os demasiado seguros.
\nSabe hablar de muerte y de vida. Propone la confrontaci\u00f3n con la muerte para amar verdaderamente la vida. Relanza la victoria de la vida para restituir a todos el gozo de ser se\u00f1ores incluso de la muerte.
\nExperimentar \u201cdirectamente\u201d la vida cristiana<\/strong>
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\nEste proyecto de existencia cristiana, juvenil y actual, lo so\u00f1amos todos intensamente y tratamos de realizarlo con esfuerzo en lo concreto de nuestras comunidades eclesiales. \u00c9stas, de hecho, representan el lugar preciso y cotidiano donde encontrar \u201cdirectamente\u201d la experiencia cristiana. La propuesta del Evangelio no es en s\u00ed una operaci\u00f3n intelectual ni la oferta de contenidos elaborados y preparados para usar, sino un encuentro con amigos, testigos en sus vivencias, y una relaci\u00f3n interpersonal alta y significativa.
\nLa funci\u00f3n de la comunidad eclesial verdaderamente es generadora: referencia en la b\u00fasqueda, apoyo en la decisi\u00f3n, propuesta de un modo de ser y de actuar que sabe conjugar la funci\u00f3n orientadora de la tradici\u00f3n y la novedad del ser joven en esta \u00e9poca.
\nPero tengo miedo de que cierta resistencia a la decisi\u00f3n de fe \u2013 frecuente en tantos j\u00f3venes \u2013 sea expresi\u00f3n de un malestar cultural o, en positivo, que una aceptaci\u00f3n demasiado entusiasta provenga de una peligrosa e impl\u00edcita nostalgia de los hermosos tiempos pasados.
\nLa primera, grande y concreta respuesta a la pregunta por la calidad de la vida cristiana se nos ofrece en el ritmo cotidiano de la experiencia de la comunidad cristiana que encarna cada parroquia. Basta analizar lo que experimentamos cotidianamente: la estructura del edificio de la Iglesia, los elementos iconogr\u00e1ficos que la embellecen, los ricos manuales lit\u00fargicos y devocionales, los textos de la fe y los de la moral\u2026 La parroquia es una especie de \u201cseno materno\u201d que nutre, sostiene y hace madurar hoy nuestra experiencia de fe.
\nMe parece urgente reconstruir un tejido nuevo de capacidad reflexiva y cr\u00edtica, en una especie de plataforma de racionalidad meditada, como condici\u00f3n fundamental para una progresiva madurez cristiana.
\nLa atenci\u00f3n a la racionalidad meditada tambi\u00e9n en la propuesta y en la experiencia de vida cristiana y de santidad no coincide tranquilamente con la nostalgia, hoy difundida, de modelos en los que prevalezca el aspecto cognitivo, como si bastase \u201cconocer\u201d bien para vivir bien, o en los que la crisis \u00e9tica se reconduzca a la crisis cognitiva. El reclamo a la racionalidad, como dimensi\u00f3n importante de la existencia cristiana, no lo interpreto en esta l\u00ednea. Para m\u00ed se trata de una \u201cracionalidad sabia\u201d, orientada a recoger la urgencia de una capacidad expresiva correcta (de palabras y hechos) de la propia fe, para expresar esta misma fe en la comunidad eclesial, seg\u00fan el testimonio de todos (en el pasado y actualmente); y de una racionalidad capaz de hacer espacio a las emociones y a los sentimientos, tan decisivos en la calidad de vida de un joven.
\nDe este modo es posible tambi\u00e9n asegurar una dimensi\u00f3n, hoy particularmente urgente: la relaci\u00f3n entre generaciones. La relaci\u00f3n se vuelve enriquecedora rec\u00edprocamente. Los j\u00f3venes son impulsados por los adultos a controlar mejor la espont\u00e1nea emotividad juvenil. A los adultos les ayuda a mirar al futuro, renunciando a las actitudes nost\u00e1lgicas y repetitivas que pueden ser, un poco a veces, apoyo y seguridad.
\nAbordar la vida cotidiana para hacer experimentar la esperanza
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\nLa parroquia salesiana, que cree en la educaci\u00f3n y sabe ofrecer el Evangelio de Jes\u00fas acogiendo tiempos y l\u00f3gicas educativas, se dedica a inventar y a consolidar lugares en los que sea posible \u201chacer experimentar\u201d la esperanza. Por eso est\u00e1 llamada al esfuerzo de abordar la vida cotidiana, para introducir las semillas de esperanza all\u00ed donde continuamente experimentamos tantos signos de desesperaci\u00f3n.
\nLa tradici\u00f3n educativa (sobre todo la que ha caracterizado el servicio eclesial) ha hecho siempre grandes actos de confianza en los lugares formativos oficiales. Razones hab\u00eda muchas realmente y no las podemos eliminar ciertamente con una r\u00e1pida sentencia. \u00c9stas representaban por ejemplo un espacio seguro y protegido, donde las propuestas se pod\u00edan filtrar f\u00e1cilmente y donde era m\u00e1s f\u00e1cil ser propositivos precisamente por la fuerza del clima y de los modelos significativos. Conscientes de esta preciosa funci\u00f3n, a menudo tenemos muchos recursos para asegurar a estos espacios educativos la fascinaci\u00f3n que podr\u00eda funcionar como invitaci\u00f3n, control e impulso.
\n\u00c9sta es la historia de nuestros oratorios, del asociacionismo, de los grupos de compromiso y de catequesis, de las numerosas experiencias formativas llevadas a cabo.
\nTodo esto ha sido atravesado por una corriente contestataria, en la que se alternaban la fuerza de hechos incontrolables y la seducci\u00f3n de mil razones diversas.
\nPara muchos j\u00f3venes la \u201cplaza\u201d se ha convertido en el lugar educativo por excelencia (el grupo de iguales, los lugares de encuentro espont\u00e1neo y no estructurado, los centros comerciales y las discotecas\u2026). Los lugares eclesiales, destinados a consolidar la identidad del cristiano tambi\u00e9n a trav\u00e9s de una trama de relaciones, se han convertido en \u201cno-lugares\u201d, espacios donde predomina el anonimato y donde la relaci\u00f3n es s\u00f3lo funcional, para dar y recibir servicios.
\nLos educadores atentos han descubierto que no pueden \u201cdesescolarizar\u201d la evangelizaci\u00f3n, esperando poder convertir en lugar de experiencias maduradoras los espacios an\u00f3nimos, impersonales, desestructurados.\u00a0 Pero tampoco podemos so\u00f1ar con el retorno a los viejos esquemas: su consolidaci\u00f3n requiere \u201cinversiones\u201d (sobre todo culturales) desproporcionadas e injustificadas.
\nNecesitamos instituciones y educadores capaces de meterse en los espacios de vida cotidiana de los j\u00f3venes, abordando su conciencia, convivencia, presencia gozosa y compartida. En estos espacios de vida se puede experimentar una cualidad nueva de vida, capaz de difundirse en torno para\u00a0 vida y\u00a0 esperanza de todos.
\nEn este frente recogemos los desaf\u00edos que nos lanzan los j\u00f3venes de este tiempo. Nos ponemos a proyectar y proponer experiencias eclesiales capaces de conquistar el inter\u00e9s y la participaci\u00f3n de los j\u00f3venes, para hacerlos capaces de transformar la vida cotidiana de todo el mundo.
\nTambi\u00e9n \u00e9ste es un modo de reafirmar la dimensi\u00f3n popular de la parroquia salesiana. No hace pros\u00e9litos para tenerlos dentro, sino que acoge, consolida y reenv\u00eda. Es consciente de ser realmente, para todos, un lugar donde experimentar una calidad de vida evang\u00e9lica, para consolidar una nueva calidad de vida, en los espacios normales de la vida cotidiana. En estos nuevos lugares educativos podemos rescribir y hacer experimentar tambi\u00e9n el sentido de pertenencia eclesial, indispensable en la educaci\u00f3n a la fe y en la evangelizaci\u00f3n.
\nNo podemos renunciar a la experiencia de pertenencia eclesial s\u00f3lo porque a menudo estamos oprimidos por las dificultades. La mediaci\u00f3n eclesial funciona, en efecto, en la medida en que se asegura la identificaci\u00f3n con una instituci\u00f3n concreta.
\nEn este nuestro tiempo, la consolidaci\u00f3n de la pertenencia eclesial pasa por concretar condiciones precisas y concretas. \u00c9stas se desplazan cada vez m\u00e1s hacia la vertiente de la subjetividad y de la percepci\u00f3n experiencial. Recuerdo con insistencia tres.
\nNecesitamos propuestas fuertes y aseguradoras, pero que sean plenamente respetuosas con la libertad y con la responsabilidad de cada individuo. El entusiasmo, suscitado por las grandes manifestaciones eclesiales de estos a\u00f1os, no es ciertamente suficiente para consolar a aquellos que se ponen seriamente de parte de los j\u00f3venes, de todos los j\u00f3venes y ante todo de los m\u00e1s pobres.
\nEs necesario abrir los lugares eclesiales a una real comunicaci\u00f3n rec\u00edproca como estrategia para ir m\u00e1s all\u00e1 del sujeto individual y de las tentaciones de ser propia referencia.
\nEs necesario, en fin, asegurar en cada uno de estos lugares eclesiales la posibilidad de hacer la experiencia de una fuerte pertenencia a trav\u00e9s de un clima de acogida, en un estilo de paciencia, de responsabilidad y de solidaridad.
\nLa eucarist\u00eda, experiencia fundamental de evangelizaci\u00f3n<\/strong>
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\nLa celebraci\u00f3n eucar\u00edstica es el evento, especial y original, en el que la parroquia salesiana sabe recoger los desaf\u00edos que los\u00a0 j\u00f3venes de este tiempo lanzan a los disc\u00edpulos de Jes\u00fas y donde la propuesta de su Evangelio se convierte en una gran experiencia de esperanza.
\n\u00c9ste es el dato que todos reconocemos. Representa ciertamente la convicci\u00f3n m\u00e1s profunda y el fundamento de nuestro ministerio. Debe llegar a serlo en los hechos del ritmo cotidiano. As\u00ed la eucarist\u00eda se convierte en la espera, deseada y experimentada que hace decir tambi\u00e9n a los j\u00f3venes de este tiempo: \u201cSin el domingo no podemos vivir\u201d. Y se convierte en la puerta que se abre a la vida cotidiana para transformarla en el Evangelio: \u201cSi compartimos el pan eucar\u00edstico, \u00bfno vamos a compartir el de cada d\u00eda?\u201d. La confianza en la educaci\u00f3n nos impulsa a pasar de las afirmaciones solemnes a proyectos de praxis renovados. El reciente S\u00ednodo sobre la eucarist\u00eda nos ayuda.
\nUn evento para una nueva secuencia temporal<\/strong>
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\nLa nuestra es una \u00e9poca de crisis de la relaci\u00f3n entre pasado, presente y futuro. El Evangelio de la esperanza reclama la reconstrucci\u00f3n de esta secuencia.
\nLa eucarist\u00eda es la gran fiesta cristiana del presente entre pasado y futuro, entre memoria y profec\u00eda. El pasado se evoca como fuente y raz\u00f3n de la fiesta en el presente. No es el gravoso condicionamiento que pesa sobre el presente, sino el acontecimiento que le da sentido y lo colma de razones. Tambi\u00e9n se anticipa el futuro. La celebraci\u00f3n eucar\u00edstica es descubrimiento feliz de los signos de la novedad tambi\u00e9n entre los pliegues tristes de la necesidad del presente. Por eso podemos vestirnos en el presente con los vestidos fantasiosos del futuro, sin pasar por hombres que huyen de las responsabilidades que pide el presente. Por tanto, \u00e9sta es una gran experiencia transformadora. Ayuda a romper las cadenas del presente, sin huir de \u00e9l. Es un peque\u00f1o gesto de libertad, que sabe jugar con el tiempo de la necesidad y sabe anticipar lo nuevo so\u00f1ado: el reino de la convivencia, de la libertad, de la colaboraci\u00f3n, de la esperanza, del compartir.
\nEn la verdad<\/strong>
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\nEs importante recordar que todo esto no se lleva a cabo en un juego de intereses, de realizaciones o de compromisos. Su ra\u00edz est\u00e1 en el misterio de Dios, hecho presente en la pascua del Crucificado resucitado.
\nLa estrecha relaci\u00f3n entre celebraci\u00f3n y vida cotidiana invita a quien est\u00e1 tentado de leer su propia existencia s\u00f3lo desde la perspectiva de su conclusi\u00f3n, cuando enjugada toda l\u00e1grima vivamos en los cielos nuevos y la tierra nueva, a medirse valientemente con los gestos de la necesidad, en el tiempo de las l\u00e1grimas y de la lucha. Al mismo tiempo nos ayuda a colocar nuestro presente en el futuro: en ese fragmento de nuestro tiempo que pertenece al don inesperado e impensado. Desde el futuro, el presente reencuentra su verdad, el protagonismo subjetivo acoge un principio objetivo de verificaci\u00f3n.
\nEn este descenso hacia su verdad, estamos impulsados a seguir siendo hombres de la libertad y de la fiesta, incluso cuando estamos marcados por el sufrimiento, por la lucha y por la cruz. Encontramos la intensa experiencia de verdad y de autenticidad en una \u00e9poca en la que nos seducen mil falsas perspectivas y en la que adem\u00e1s el servicio a la vida pone en duda la l\u00f3gica evang\u00e9lica de la semilla que muere enterrada para hacerse pan para todos.
\nHacia la vida cotidiana de todos<\/strong>
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\nLa eucarist\u00eda abre las puertas de par en par a la vida cotidiana. Hemos descubierto el sentido m\u00e1s profundo de la vida, del amor, del dolor y de la muerte, inmersos en la pascua del Crucificado resucitado. Y volvemos a la vida de todos, para consolidar la compa\u00f1\u00eda de todos y ayudarnos rec\u00edprocamente a vivir, transformando la realidad, seg\u00fan el proyecto de Dios que hemos encontrado y celebrado, en una compa\u00f1\u00eda que acoge y que sostiene.
\nLa invitaci\u00f3n a abrir de par en par las puertas de nuestra comunidad eclesial para sumergirnos en la responsabilidad social, cultural y pol\u00edtica nace de la eucarist\u00eda y nos empuja a volver continuamente a ella para encontrar de nuevo sentido y fundamento.
\nEn la celebraci\u00f3n aprendemos a cantar los cantos del Se\u00f1or tambi\u00e9n en tierra extranjera. Somos capaces de cantarlos, en una convivencia nutrida de esperanza, en esta nuestra tierra. Cantando los cantos del Se\u00f1or en tierra extranjera, redescubrimos nuestra tierra, provisoria y precaria, pero la \u00fanica tierra de todos. Cantando los cantos del Se\u00f1or, la tierra extranjera se convierte en nuestra tierra, a la vez que so\u00f1amos, cantando, la casa del Padre.
\nEl sue\u00f1o al que nos arrastra la eucarist\u00eda es un sue\u00f1o especial. Tiene a Dios como protagonista. \u00c9l es nuestro sue\u00f1o de futuro que nos permite vivir el presente, anticipando fragmentos de futuro mientras\u00a0 llega la plenitud de nuestro sue\u00f1o, experimentada con gozo. \u00c9l hace que se realicen nuestros sue\u00f1os. Desde el futuro descubrimos mejor, con una mirada mucho m\u00e1s penetrante, el l\u00edmite que cruza nuestro presente. No nos desesperamos y mucho menos nos resignamos. Continuamos so\u00f1\u00e1ndolo, con la certeza de que tendremos el gozo de ver realizados nuestros sue\u00f1os, precisamente cuando son realmente hermosos.<\/p>\n