{"id":8313,"date":"2006-03-01T00:00:41","date_gmt":"2006-02-28T22:00:41","guid":{"rendered":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/?p=8313"},"modified":"2006-03-01T00:00:41","modified_gmt":"2006-02-28T22:00:41","slug":"sobre-la-disciplina","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/sobre-la-disciplina\/","title":{"rendered":"Sobre la Disciplina"},"content":{"rendered":"

Santiago Galve<\/strong>
\n\u00a0<\/strong>
\nYa he hablado varias veces del tipo de educaci\u00f3n, excesivamente rigorista, que imperaba en los tiempos en que comenc\u00e9 mi tarea educativa. Tal vez en aquella \u00e9poca la disciplina fuese el principal valor en los Colegios. Una disciplina que se entend\u00eda de un modo radical, y que llegaba a convertirse en un fin en s\u00ed misma. Similar actitud imperaba en las familias.
\nPero la historia, seg\u00fan teor\u00eda hegeliana \u2014aquello de tesis, ant\u00edtesis y s\u00edntesis\u2014, avanza cumpliendo la ley del p\u00e9ndulo, y en la actual situaci\u00f3n, esta cualidad educativa, la disciplina, ocupa el lado opuesto del movimiento pendular, y es desde\u00f1ada con la misma intensidad con que en la anterior etapa era ensalzada.
\nPienso que lo m\u00e1s acertado es encontrar el punto central del p\u00e9ndulo. Pienso que el aut\u00e9ntico sentido de la disciplina ha de rescatarse. Pienso que la disciplina ni es castrante ni frustrante, y pienso que educar en ella es el modo m\u00e1s id\u00f3neo para que los adolescentes no crean, como sucede con demasiada frecuencia, que los perros se atan con longanizas, <\/em>que todo es f\u00e1cil y que basta con pedir a pap\u00e1, o quien competa, lo que les apetece, para conseguirlo, ya que esta actitud est\u00e1 llevando a los adolescentes a trasformar el mandato b\u00edblico de comer\u00e1s el pan con el sudor de tu frente<\/em> en otro mucho m\u00e1s actual: comer\u00e1s el pan con el sudor del de enfrente<\/em>. Los de enfrente suelen ser pap\u00e1 y mam\u00e1. Y pienso que el consejo de mi viejo Maestro sigue siendo v\u00e1lido, si bien, buscando el oportuno equilibrio, habr\u00eda que reducir los a\u00f1os a trimestres, o hasta incluso a meses:
\n\u00a0<\/strong><\/p>\n

El primer a\u00f1o, Sancho el Bravo. El segundo, Sancho el Fuerte.<\/strong><\/p>\n

y el tercero, Sancho Panza<\/strong><\/p>\n

 
\nActualmente trabajo en bastantes Colegios, de diversa geograf\u00eda y situaci\u00f3n acad\u00e9mica. Es curioso c\u00f3mo en el primer contacto que tengo con ellos, s\u00f3lo por el modo de entrar y colocarse los alumnos \u2014suelo impartir mis charlas de educaci\u00f3n sexual a todas las clases del mismo curso juntas, por lo que ha de hacerse en un lugar diferente al aula\u2014 ya puedo hacerme una idea del nivel de disciplina que hay en cada Centro.
\nMi cuento de hoy tuvo lugar en un Colegio de Madrid:
\nEl cursillo ser\u00eda impartido a las cuatro clases de 2\u00ba de BUP (actual 4\u00ba de ESO) \u2014unos ciento treinta alumnos\u2014 y fueron entrando, con sus tutores y algunos profesores, en el sal\u00f3n-auditorio. Tardaron en estar todos sentados no menos de diez minutos.
\nMe present\u00f3 el Director del Colegio.
\nDurante aquella breve presentaci\u00f3n, percib\u00ed que los alumnos no guardaban silencio. El Director levant\u00f3 su fornida voz, coloc\u00f3 su discurso, con moralina incluida, y se march\u00f3 de la sala. Yo pens\u00e9: si as\u00ed escuchan nada m\u00e1s y nada menos que al Director del Colegio, qu\u00e9 podr\u00e1n hacer con un desconocido…
\nRecord\u00e9 el consejo de mi Maestro. Me coloqu\u00e9 delante de ellos con los brazos cruzados, sin pronunciar una palabra, mir\u00e1ndoles fijamente, y con semblante de pocos amigos.
\nPas\u00f3 el primer minuto \u2014os aseguro que sesenta segundos en esta actitud se hacen eternos\u2014 y los cuchicheos continuaban. Los alumnos m\u00e1s revoltosos profer\u00edan risitas, escondiendo la cabeza, eso s\u00ed, detr\u00e1s del compa\u00f1ero. Ninguno de los tutores o profesores tom\u00f3 la iniciativa de pedir silencio a los alumnos de su clase. Incluso una profesora, de estas que consideran que deben ser coleguillas<\/em> de los alumnos, me indicaba con gestos, se\u00f1alando el reloj, que comenzara. Es significativo que, en una actitud muy educativa, <\/em>estaba sentada sobre la mesa de proyecciones y apoyando los pies en el respaldo de la butaca de delante.
\nTodav\u00eda transcurrieron otros tres minutos y ya los alumnos m\u00e1s responsables fueron haciendo callar a los m\u00e1s d\u00edscolos. En total, cuatro minutos de reloj los que aguant\u00e9 en mi actitud.
\nLes tuve, ahora s\u00ed, un minuto m\u00e1s en absoluto silencio.
\nSin abrir la boca, se\u00f1al\u00e9 con el dedo, uno a uno, a tres de los alumnos que hab\u00eda observado eran los m\u00e1s jaraneros. Les hice una se\u00f1a para que se pusiesen de pie, y luego, con otra se\u00f1a les indiqu\u00e9 la puerta de salida. Cuando ya salieron, tom\u00e9 la palabra, muy bajito, y dije:
\n\u2014 Mirad. Para m\u00ed la cualidad m\u00e1s importante de la persona es su palabra. Yo nunca voy a hablar mientras cualquiera de vosotros est\u00e9 hablando. Por lo tanto, exijo el mismo derecho. Mientras yo sea el responsable de esta actividad, s\u00f3lo hablar\u00e1 uno. Pod\u00e9is hablar cuanto quer\u00e1is y de lo que quer\u00e1is, pero s\u00f3lo uno.
\nLa primera hora de clase la impart\u00ed de una manera muy seria, omitiendo ciertos dichos o an\u00e9cdotas que en otros Colegios suelo narrar y ante los que los alumnos r\u00eden con ganas.
\nDespu\u00e9s del recreo, tante\u00e9 si ya dominaba la situaci\u00f3n. Cont\u00e9 algo que les hizo re\u00edr. Hice luego un gesto como indicando \u00a1basta!, y se callaron.
\nEn la tercera hora ya les ten\u00eda en el bote<\/em> y me pude permitir el lujo de ejercer de Sancho Panza.
\n\u00a0<\/strong>
\n\u25a0 Consejos<\/strong>
\n\u00a0<\/strong>
\n\uf0b7 En tantos a\u00f1os de docencia he presenciado los graves problemas que algunos profesores tienen con sus alumnos, y que suelen salpicar al buen funcionamiento del Colegio. En muchos casos la causa ra\u00edz est\u00e1 en el no cumplimiento del consejo de mi buen Maestro. Es preciso empezar muy serio, luego ya te podr\u00e1s permitir el lujo de ser gracioso.
\n 
\n\uf0b7 Este consejo tambi\u00e9n ha de aplicarse a los padres. Si los hijos no perciben seriedad en la exigencia justa, desde muy ni\u00f1os, luego es muy dif\u00edcil hacerse escuchar, y m\u00e1s dif\u00edcil a\u00fan hacerse obedecer en cosas esenciales.
\n 
\n\uf0b7 Son dos los principios que rigen el comportamiento de las personas. El principio del Placer, que se enuncia as\u00ed: Si me gusta una cosa la hago, si no me gusta no la hago; <\/em>y el principio del Deber: Si debo hacer algo, me guste o no me guste, lo hago.<\/em> Si no se educa en estos dos principios, igualitariamente, no se est\u00e1 ayudando a hacer crecer a la persona. A quienes en las primeras edades no se les exige, tendr\u00e1n graves problemas cuando accedan al mundo laboral, a la convivencia en pareja, a una situaci\u00f3n familiar y social.
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