{"id":8315,"date":"2006-03-01T00:00:25","date_gmt":"2006-02-28T22:00:25","guid":{"rendered":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/?p=8315"},"modified":"2006-03-01T00:00:25","modified_gmt":"2006-02-28T22:00:25","slug":"testigos-y-maestros-de-oracion","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/testigos-y-maestros-de-oracion\/","title":{"rendered":"TESTIGOS Y MAESTROS DE ORACI\u00d3N"},"content":{"rendered":"

\u00c1ngel Moreno Sancho<\/strong>
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Angel<\/strong> Moreno<\/strong> es Vicario Episcopal para la Vida Religiosa de la di\u00f3cesis de Sig\u00fcenza-Guadalajara y capell\u00e1n del Monasterio de Buenafuente del Sistal.<\/td>\n<\/tr>\n<\/tbody>\n<\/table>\n

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\nS\u00cdNTESIS DEL ART\u00cdCULO<\/strong>
\nDesde una doble mirada \u2013la del testimonio orante de los grandes maestros y la mirada hacia nosotros mismos- el art\u00edculo plantea una reflexi\u00f3n muy viva sobre la oraci\u00f3n cristiana exponiendo c\u00f3mo quienes en la acci\u00f3n pastoral tienen la misi\u00f3n de iniciar a otros en la oraci\u00f3n, no pueden quedar en una ense\u00f1anza especulativa, en puro adoctrinamiento: el pedagogo debe ser testigo. De la mano de la Palabra de Dios, sugiere adem\u00e1s un conjunto de orientaciones concretas.
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\nEl t\u00edtulo de mi aportaci\u00f3n exige, para quienes tenemos el don precioso de la experiencia del amor de Dios y el deber de transmitir la fe, que se respira en la pr\u00e1ctica de la oraci\u00f3n, una doble mirada: la que se fija en quienes de manera hist\u00f3rica y emblem\u00e1tica han dado testimonio de su relaci\u00f3n orante, por su experiencia de amistad teologal, y por ello se han convertido en aut\u00e9nticos maestros de oraci\u00f3n, en amigos de Dios, y la mirada hacia nosotros, interpelados por la persona de Jes\u00fas, verdadero y \u00fanico Maestro, invitados a estar con \u00c9l y a predicarlo, es decir a dar testimonio de su persona.
\nEn el Evangelio la llamada a los disc\u00edpulos tiene siempre esta doble dimensi\u00f3n: Para que estuvieran con \u00e9l y para enviarlos a predicar<\/em> (Mc 3, 13-14). Ambas visiones se dejan sentir en el \u00e1mbito del trato amistoso con el Se\u00f1or, que es la oraci\u00f3n. En ella nos viene la memoria de los orantes y la ense\u00f1anza misma del \u00fanico Maestro.
\nLa doble mirada no debe ser especulativa, como la de quien intenta analizar los fen\u00f3menos espirituales para convertirse en experto, sino que debe ser un conocimiento sapiencial, es decir escuchado en el trato creyente con Dios. Tampoco puede ser fruto exclusivo de un estudio sociol\u00f3gico, para permanecer pertrechado en la seguridad del conocimiento num\u00e9rico, sin quedar afectados. La misma pregunta sobre los testigos y maestros de oraci\u00f3n nos interpela, especialmente a cuantos por generaci\u00f3n o lugar en la sociedad debemos iniciar a otros en la experiencia de la fe.
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  1. Llamados a la oraci\u00f3n<\/strong><\/li>\n<\/ol>\n

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    \nPlanteo la reflexi\u00f3n desde la sorpresa que al creyente le produce conocer la capacidad del ser humano de relacionarse con Dios. Capacidad conferida por el mismo Creador, por su opci\u00f3n misericordiosa de querer encontrarse con nosotros, con cada uno. Y desde la fascinaci\u00f3n por conocer su rostro, su presencia permanente junto a nosotros, aunque no le veamos.
    \nLa mayor esperanza en el tema que tratamos no consiste en que con el tiempo podamos aprender a orar o iniciarnos en los secretos de la relaci\u00f3n espiritual, contemplativa, sino en que Dios quiere encontrarse con el hombre. \u00a1Dios quiere encontrarse conmigo! As\u00ed lo revela la Biblia desde el principio, cuando describe el paseo del Creador por el jard\u00edn al caer la tarde y el hombre oye sus pasos y llega a verlo, aunque s\u00f3lo sea por detr\u00e1s. Lo fascinante es que Dios, por su cuenta, sale al encuentro en nuestra andadura, se hace el encontradizo de muchas maneras y llega a dejar sentir en el coraz\u00f3n la irresistible llamada de su amistad. Cuando San Francisco de As\u00eds descubri\u00f3 esta verdad se quedaba toda la noche extasiado con tan s\u00f3lo traer a su pensamiento la verdad de que \u00a1Dios es mi Dios! San Juan de la Cruz nos ha dejado su b\u00fasqueda enamorada: \u201cAd\u00f3nde te escondiste Amado, y me dejaste con gemido, sal\u00ed tras ti clamando y eras ido\u201d. Y la pregunta se convirti\u00f3 en hallazgo en la hermosura de la creaci\u00f3n y el hueco de las rocas escarpadas, en la hondura del coraz\u00f3n.
    \nEn estos tiempos se experimenta una fuerte atracci\u00f3n hacia todo lo que hace referencia al mundo espiritual, se manifieste con expresiones cristianas, precristianas o postcristianas. Hoy la culturapresentista, de consumo, hedonista y materialista va dejando en lo m\u00e1s \u00edntimo de las personas experiencia de insatisfacci\u00f3n, y aunque no se tenga valor o fuerzas para abandonar lo que dan de s\u00ed las cosas y el trato con las personas, sus afectos y relaciones, sin embargo se intuye, a veces de manera secreta y hasta dram\u00e1tica e inconfesable, por no aparecer en sociedad como un ser extra\u00f1o ni menesteroso, la necesidad espiritual de buscar la dimensi\u00f3n trascendente. Hay quien vive momentos desesperanzados hasta encontrar el horizonte de sentido de su existencia y viaja como vagabundo sin cobijo ni meta.
    \nSe ha llegado a juzgar a la posmodernidad como un movimiento de descomposici\u00f3n, cr\u00edtico frente a la comodidad de una sociedad establecida, conformista con sus hallazgos y cotas de felicidad, con sus c\u00e1nones de armon\u00eda y de belleza, con su religiosidad can\u00f3nica y autojustificativa; un movimiento que ha producido una convulsi\u00f3n y cambio de valores como protesta y a su vez como intento de b\u00fasqueda o grito de socorro, m\u00e1s all\u00e1 del vac\u00edo y del v\u00e9rtigo de la nada; que a veces clama denuncias en formas esperp\u00e9nticas para manifestar la necesidad esencial del absolutamente Otro, del que no cabe en ninguna f\u00f3rmula o arquetipo manipulado por ideolog\u00eda o cultura. Hay muchos casos en que esta reacci\u00f3n se manifiesta aconfesional.
    \nHoy emerge una nueva necesidad afectiva, como un nuevo romanticismo, que se desvanece cuando se limita a mendigar la relaci\u00f3n pasajera. Ante esta fenomenolog\u00eda, la respuesta de la experiencia de oraci\u00f3n se convierte en vaso de agua en hora de sed, sombra en la hora de mayor calor, refrigerio en el agotamiento. Las hospeder\u00edas mon\u00e1sticas son testigos privilegiados de esta b\u00fasqueda espiritual.
    \nHoy anidan en el coraz\u00f3n del hombre sentimientos que necesitan discernimiento, pues no suele tener experiencia ni c\u00f3digo interpretativo de ellos, por lo que son necesarios los maestros espirituales y testigos para saber discernir e interpretar la interioridad del ser, donde aparece -muchas veces sin ser reconocida- la llamada de Dios: \u201cAd\u00e1n, \u00bfd\u00f3nde est\u00e1s?\u201d \u201cEl\u00edas, \u00bfqu\u00e9 haces aqu\u00ed?\u201d
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      \n
    1. La oraci\u00f3n cristiana<\/strong><\/li>\n<\/ol>\n

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      \nLa oraci\u00f3n cristiana revela el secreto por el que se puede caminar constantemente confiados y acompa\u00f1ados, como peregrinos hacia una meta. Actualmente, muchos ejercicios espirituales se realizan para obtener el beneficio de la relajaci\u00f3n. As\u00ed las escuelas de silencio, la iniciaci\u00f3n en la contemplaci\u00f3n est\u00e9tica, el encuentro ecol\u00f3gico con la naturaleza, la relaci\u00f3n adecuada con la corporeidad, el dominio de la mente y hasta del coraz\u00f3n con ense\u00f1anzas ancestrales y llenas de sabidur\u00eda, ayudan en muchos casos a serenarse, a silenciarse por dentro, a recuperar el \u00e1nimo y la estabilidad emocional, por el propio conocimiento y crecimiento de la estima personal.
      \nLa oraci\u00f3n cristiana no rechaza ninguna t\u00e9cnica que suponga apoyo para la armon\u00eda e integraci\u00f3n del ser, para el crecimiento y maduraci\u00f3n personales. Sin embargo, lo que ofrece es la posibilidad y la conciencia de una relaci\u00f3n interpersonal, abre al trato con Dios a trav\u00e9s del Mediador, que es su Hijo, Jesucristo, ejercicio de personalizaci\u00f3n plenificadora.
      \nNo se debe confundir la proyecci\u00f3n religiosa, que es constitutiva del ser humano, con la pr\u00e1ctica de la oraci\u00f3n cristiana. Aunque sea un ejercicio noble, la religiosidad antropol\u00f3gica no pone rostro a la relaci\u00f3n o si lo pone puede quedar encerrada en alg\u00fan de\u00edsmo. La oraci\u00f3n cristiana es el encuentro con el T\u00fa esencial, con el T\u00fa revelado, con el T\u00fa divino, hecho carne, con Jesucristo y a trav\u00e9s de \u00c9l con Dios. Aunque no suceda de manera consciente, la esencia de la oraci\u00f3n cristiana es el saberse ante el Otro, en concreto ante el que se ha hecho uno de tantos (Cf. Flp, 2) siendo Dios, y que desea encontrarse con nosotros. Este principio es fundamento para la ense\u00f1anza de la oraci\u00f3n. Sin \u00e9l cabe que lo que llamamos oraci\u00f3n sea un ejercicio de ensimismamiento en el mejor caso placentero, cuando puede llegar a ser esclavizante.
      \nLa oraci\u00f3n cristiana tiene muchas formas, la m\u00e1s comprensible para nosotros es la s\u00faplica por las necesidades, como el Centuri\u00f3n (Mt 8,5); tambi\u00e9n existe la petici\u00f3n humilde de perd\u00f3n, como el publicano (Lc 18,13) y el ruego insistente ante la prueba, como la viuda (Lc 18,1-8). Pero si fuera posible valorar las formas de orar, la adoraci\u00f3n, el estar por amistad a los pies del Maestro como Mar\u00eda en Betania (Lc10,39), derrochar el frasco de perfume costoso del tiempo en alabanza, en presencia gratuita, como fue reconocido y valorado por el mismo Jes\u00fas de forma \u00fanica (Mt 26,6-13), ser\u00edan las mejores maneras de hacer oraci\u00f3n.
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      \n2.1. Jes\u00fas, testigo de oraci\u00f3n<\/strong>
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      \nSiempre me ha extra\u00f1ado, al leer los Evangelios, que Jes\u00fas diera lugar a que sus disc\u00edpulos sintieran como un agravio comparativo con los disc\u00edpulos de Juan (Lc 5,33; 11,1), porque mientras el Precursor ense\u00f1aba a rezar a sus seguidores, el Nazareno permanec\u00eda ante los suyos discreto, respetuoso, sin impartir al parecer la ense\u00f1anza expl\u00edcita de la oraci\u00f3n, aunque estuviera incorporada constantemente en su vida (Mt 14, 23).
      \nEl evangelio nos presenta a Jes\u00fas orando a su Padre (Lc 6,12), hasta en medio de la noche, en soledad, por los caminos, a la hora de actuar de manera magn\u00e1nima en favor de los enfermos y en el momento supremo de bendecir el pan y entregar la vida. El evangelista San Marcos llega a proponer de manera sintetizada la jornada de Jes\u00fas, y en ella se\u00f1ala los cuatro espacios emblem\u00e1ticos: la oraci\u00f3n en la sinagoga, la estancia en la casa de Pedro, las curaciones en las calles de Cafarnaum y el retiro a un lugar desierto y solitario (Mc 1,35).
      \nEn varios momentos de la vida de Jes\u00fas, se nos narra c\u00f3mo se apartaba para orar, sin decir nada a los suyos y cuando ellos le echaban en falta y lo buscaban, lo encontraban en actitud orante (Mc 6,46). El Maestro quiso introducir a sus m\u00e1s \u00edntimos en la experiencia de la oraci\u00f3n de forma emulativa, d\u00e1ndoles ejemplo con su manera de vivir siempre buscando la voluntad de su Padre.
      \nEl testimonio de Jes\u00fas centra la oraci\u00f3n en la filiaci\u00f3n, en la confianza y el abandono, en la seguridad que le concede la certeza del amor de su Padre (Jn 8, 28; 10, 15.30; 12, 28; 17). \u00c9ste ser\u00e1 uno los ejes esenciales y transversales en su ense\u00f1anza.
      \nSi el Pedagogo de la oraci\u00f3n, Jesucristo, ha querido mostrarse constantemente en su relaci\u00f3n filial, no ha sido para mostrarnos una identidad inalcanzable; por el contrario, San Pablo llegar\u00e1 a decir que el Esp\u00edritu dice a nuestro esp\u00edritu que somos hijos de Dios, y si hijos, tambi\u00e9n herederos.
      \nLa revelaci\u00f3n que Jes\u00fas nos ofrece en su modo de orar, se convierte en la ense\u00f1anza de la sabidur\u00eda de la fe y nos lleva al atrevimiento de llamar a Dios: \u201cPap\u00e1\u201d, \u201cPadre\u201d (Rm 8, 15). Cuando se da cr\u00e9dito a esta identidad, el orante se convierte en testigo y el testigo en misionero, porque es imposible conocer al Se\u00f1or de manera ego\u00edsta. La experiencia de la oraci\u00f3n o se hace misionera porque incorpora la necesidad de la humanidad o mueve a anunciar la verdad de Jesucristo a tantos como sea posible.
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      \n2.2. Jes\u00fas, maestro de oraci\u00f3n<\/strong>
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      \nDespu\u00e9s de la petici\u00f3n de los disc\u00edpulos, Jes\u00fas se constituye en verdadero maestro y de manera expl\u00edcita y concisa transmite a sus amigos el secreto de su oraci\u00f3n, que es tratar a Dios como a Padre (Mt 6,9). El Maestro se llev\u00f3 a los tres disc\u00edpulos al monte alto y se transfigur\u00f3 delante de ellos (Lc 9,28); los introdujo en la casa de la ni\u00f1a muerta, para que fueran testigos del poder sobre la muerte (Lc 8,51-56); en la noche de Getseman\u00ed (Mt 26,36), en medio de toda la angustia, los despert\u00f3 y alert\u00f3 para que oraran sin desfallecer. En los tres casos su ense\u00f1anza consisti\u00f3 en dejarse ver y o\u00edr. En el monte alto donde se transfigur\u00f3 se oy\u00f3 la voz del cielo, \u201c\u00c9ste es mi Hijo\u201d; en casa de la ni\u00f1a, demostr\u00f3 el poder sobre la muerte; en el Huerto de los Olivos, en la hora m\u00e1s oscura, les ense\u00f1\u00f3 el secreto de la procedencia de la fuerza para atravesar la prueba y el sufrimiento, la frontera terrible de la soledad m\u00e1s existencial: la confianza en Dios, al poderlo llamar \u201cAbb\u00e1\u201d (Mc 14,36).
      \nLa ense\u00f1anza de Jes\u00fas permite, superando todo complejo y falta de autoestima, cruzar toda barrera y saberse ante Dios como un ni\u00f1o en brazos de su madre, seg\u00fan describe el salmista (cf. Sal 130). Ense\u00f1a a llamar \u201cPadre\u201d a Dios (Mt 6,9). Jes\u00fas se declara amigo de sus disc\u00edpulos (Jn 15, 15). Por gracia cabe que se experimente la llamada a la intimidad nupcial, ejemplo repetido en el caso de las v\u00edrgenes sensatas, y de los invitados al banquete de bodas (Mt 25, 10; 22, 1-10). \u00c9l asegura que a quien le ame, su Padre tambi\u00e9n le amar\u00e1, \u201cy vendremos a \u00e9l y haremos morada en \u00e9l\u201d (Jn 14, 23). La morada divina en el coraz\u00f3n del hombre es secreto que revela el Maestro a quienes siguen de cerca su ense\u00f1anza.
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      1. Testigos m\u00e1s que maestros<\/strong><\/li>\n<\/ol>\n

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        \nDesde la pedagog\u00eda de Jes\u00fas con sus disc\u00edpulos y la actual sensibilidad, se comprenden mejor las palabras de Pablo VI en la Evangelii<\/em> Nuntiandi, <\/em>que se han hecho referencia cl\u00e1sica: \u201cEl hombre contempor\u00e1neo escucha m\u00e1s a gusto a los que dan testimonio que a los que ense\u00f1an, y si escuchan a los que ense\u00f1an es porque dan testimonio\u201d[1]<\/a>. El testimonio y el magisterio van de la mano en la ense\u00f1anza de la oraci\u00f3n. En otras \u00e1reas cabe quedar al margen de lo que se ense\u00f1a, sin implicar la propia vida en la defensa de la doctrina. Un profesor de historia o de arte, de geograf\u00eda o de ciencias puede ser un verdadero sabio y entendido en su materia y vivir despu\u00e9s ajeno de su ciencia. En lo que se refiere a la oraci\u00f3n, no se trata de conceptos ni de f\u00f3rmulas magistrales, sino de transmitir una experiencia teologal, de la que se ha tenido suficiente constataci\u00f3n y vivencia para comunicarla con la autoridad del que no s\u00f3lo la ense\u00f1a porque est\u00e1 convencido, sino que intenta vivirla.
        \nEl testimonio de la oraci\u00f3n no se puede plantear como un ejercicio exhibicionista, pues precisamente el Maestro ense\u00f1a a orar dentro de la celda, cerradas las puertas, y Dios, que ve lo secreto y oye antes que la palabra llegue a los labios, ser\u00e1 quien acoja la s\u00faplica, la adoraci\u00f3n y la alabanza (Mt6,5-7). Sin embargo, hay una ense\u00f1anza evang\u00e9lica que transforma el grupo humano en sacramento: cuando dos o m\u00e1s se re\u00fanen en el nombre de Jes\u00fas, sobre todo cuando lo hacen para ponerse de acuerdo en pedir algo a Dios, la promesa es de que el Se\u00f1or se hace presente y escucha la s\u00faplica. Luego la oraci\u00f3n no es s\u00f3lo para un ejercicio intimista e individual. Adem\u00e1s, de la ense\u00f1anza de Jes\u00fas, se deduce la expresividad comunitaria: Cuando or\u00e9is, decid: Padre nuestro<\/em>, expresi\u00f3n que engendra fraternidad, relaci\u00f3n orante entre los disc\u00edpulos que se saben hijos de Dios y amigos de Jes\u00fas y dan cauce a la gracia del Esp\u00edritu Santo, que es quien clama dentro de nosotros y llega a gritar, con gemidos inenarrables:Abb\u00e1, Padre.
        \nAnte este argumento es posible que se d\u00e9 una reacci\u00f3n aparentemente honesta: si no hay experiencia de oraci\u00f3n, no se puede ense\u00f1ar a rezar. La generaci\u00f3n de los adultos debe ser la generaci\u00f3n de los padres y de los maestros y deben asumir la misi\u00f3n que se les conf\u00eda de engendrar y de ense\u00f1ar, de alimentar y acompa\u00f1ar a los j\u00f3venes y a los ni\u00f1os. Es verdad que el maestro debe ser testigo para que se le escuche con atenci\u00f3n y se reciba su doctrina, pero tambi\u00e9n es verdad un axioma: que al maestro lo hacen los disc\u00edpulos. En este sentido, quienes ocupamos en la historia actual el tramo de vida de los adultos deberemos dejarnos interpelar por la necesidad espiritual de las generaciones sucesivas y esta mirada nos debe suscitar la necesidad de iniciarnos nosotros mismos en lo que ellos necesitan, pues si al maestro lo hacen los disc\u00edpulos, tambi\u00e9n es verdad que a los disc\u00edpulos los hace el maestro. Al menos, un buen pedagogo sabe provocar la pregunta que \u00e9l mismo desea responder.
        \nHoy la generaci\u00f3n que debe engendrar y ense\u00f1ar tiene m\u00e1s que nunca la exigencia de saber transmitir aquello de lo que andan hu\u00e9rfanos los j\u00f3venes. Hoy se ha llegado a afirmar que Dios ha muerto, y con \u00c9l la dimensi\u00f3n trascendente de la vida: que se ha muerto el padre, todo principio de autoridad, y ahora quien se muere es la madre, la ternura, la gratuidad, lo entra\u00f1able. Nos corresponde dar sentido y esperanza, y esto se ofrece desde la dimensi\u00f3n trascendente y confiada, amorosa que se recibe en la experiencia de la oraci\u00f3n.
        \n 
        \n3.1. Testimonios<\/strong>
        \n 
        \nSuele hacer bien conocer c\u00f3mo a lo largo de la historia ha habido hombres y mujeres de Dios que han sabido relacionarse con \u00c9l de forma que su experiencia se ha convertido para nosotros en indicio de que es posible esa relaci\u00f3n, adem\u00e1s de que nos avisa de las dificultades que pueda haber en el camino. Gracias a ellos, resolvemos tantas veces las dudas o los argumentos tentadores de creer que la oraci\u00f3n es s\u00f3lo para los consagrados o para los monjes, para quienes encarnan de alguna manera el oficio de Mar\u00eda de Betania. Sin embargo, Santa Teresa, mujer contemplativa y enamorada de Jesucristo, nos libera de la permanente tensi\u00f3n entre activos y contemplativos, entre la oraci\u00f3n y el apostolado, cuando asegura que \u201cadan juntas Marta y Mar\u00eda\u201d
        [2]<\/a>. Hoy se escribe mucho de \u201ccontemplativos en la acci\u00f3n\u201d, \u201cel desierto y la plaza del mercado\u201d, \u201clucha y contemplaci\u00f3n\u201d… De San Juan Bosco se dice que tuvo dificultades en su proceso de canonizaci\u00f3n porque objetaban que no le vieron rezar. El Papa Le\u00f3n XIII lleg\u00f3 a responder a esta objeci\u00f3n: \u201cD\u00edganme cu\u00e1ndo no rezaba\u201d. La familia de Don Bosco tiene por lema \u201cactivos y contemplativos\u201d, y alguien ha querido hacer ex\u00e9gesis desde el original italiano y con tan solo acentuar la conjunci\u00f3n, se convierte el lema en \u201cactivo es contemplativo\u201d. Todo depende del amor con que se hagan las cosas.
        \nUn principio es fundamental: la convicci\u00f3n de que es necesario orar, seg\u00fan la ense\u00f1anza de Jes\u00fas y la de sus testigos acreditados. Santa Teresa afirma: \u201cSi no tornan a la oraci\u00f3n, han de ir de mal en peor\u201d
        [3]<\/a>. Juan Pablo II nos ha invitado a ser los primeros contempladores del rostro del Se\u00f1or: \u201c\u00bfY no es quiz\u00e1 cometido de la Iglesia reflejar la luz de Cristo en cada \u00e9poca de la historia y hacer resplandecer tambi\u00e9n su rostro ante las generaciones del nuevo milenio? Nuestro testimonio ser\u00eda, adem\u00e1s, enormemente deficiente si nosotros no fu\u00e9semos los primeros contempladores de su rostro\u201d[4]<\/a>.
        \nSin duda que el Evangelio es la fuente de toda espiritualidad cristiana y la vida de Jes\u00fas el paradigma de la relaci\u00f3n orante. Sin embargo, ver hecha historia concreta la ense\u00f1anza evang\u00e9lica en circunstancias semejantes a las que podemos estar viviendo, nos puede ayudar para vencer el des\u00e1nimo por creernos incapaces de llevar una vida de oraci\u00f3n.
        \nNo son los testigos modelos para imitar mim\u00e9ticamente, queriendo reproducir sus formas y gestos, sus palabras y sentimientos, sino que se convierten en signos esperanzadores de la posibilidad que tiene cada ser humano de encontrarse con Dios, cada uno en su individualidad y peculiaridad, en sus circunstancias y forma de vida.
        \nLa oraci\u00f3n franciscana, teresiana, sanjuanista, carism\u00e1tica o mon\u00e1stica, pueden ser cauces de la oraci\u00f3n personal y para muchos se convierten en gu\u00edas, como padrinos de la propia oraci\u00f3n. Nos har\u00edamos injusticia a nosotros mismos y parecer\u00eda que pretendemos enmendar la voluntad de Dios si quisi\u00e9ramos parecernos totalmente a otros, aunque fuera en algo tan noble como orar. Santa Teresa llega a advertir a las Prioras:
        \nNo ha de pensar la priora que conoce luego las almas. Deje esto para Dios, que es solo quien puede entenderlo; sino procure llevar a cada una por donde Su Majestad la lleva, presupuesto que no falta en la obediencia ni en las cosas de la Regla y Constituci\u00f3n m\u00e1s esenciales<\/em>
        [5]<\/a>.
        \nEste principio es muy importante a la hora de transmitir la ense\u00f1anza de la oraci\u00f3n, porque aunque se pueda hablar de escuelas y de m\u00e9todos, en definitiva, la oraci\u00f3n es una experiencia personal que se aprende con el ejercicio y se consolida con el transcurso del tiempo, en el que no faltan horas oscuras y des\u00e1nimos. Precisamente en estas circunstancias conviene mucho tener en cuenta a quienes antes que nosotros han recorrido los senderos de la oraci\u00f3n y han superado las pruebas de la insensibilidad, del hast\u00edo, o nos permiten objetivar en su justo valor los sentimientos m\u00e1s afectivos y las horas luminosas.
        \nLos maestros espirituales lo son en la medida en que han podido pasar por los mismos par\u00e1metros y han sabido responder, de tal manera que tienen la posibilidad de discernir, aconsejar y animar a otros que, ante los sentimientos y efectos experimentados en la oraci\u00f3n, se sienten aturdidos y tentados por no comprender el lo que les sucede.
        \nUn testimonio reconocido por todos es el de Santa Teresa de Jes\u00fas, maestra de oraci\u00f3n, precisamente por ser testigo privilegiado del trato \u00edntimo con Jes\u00fas, pero que a su vez sabe ense\u00f1arnos de manera sencilla el camino. Ella asegura que \u201cel aprovechamiento del alma no est\u00e1 en pensar mucho, sino en amar mucho\u201d
        [6]<\/a>. Y con ingenio y ternura advierte: \u201cGran negocio no traer el alma arrastrada, como dicen, sino llevarla con suavidad \u201c[7]<\/a>.
        \nLa oraci\u00f3n se plantea como cuesti\u00f3n de amor, y aunque se exija la soledad, la meta no es el aislamiento que podr\u00eda entenderse con la expresi\u00f3n \u201ctratar a solas con Dios\u201d
        [8]<\/a>. Y de este principio se desprende que: \u201cAcostumbrarse a soledad es gran cosa para la oraci\u00f3n; y pues \u00e9ste ha de ser el cimiento de esta casa, es menester traer estudio en aficionarnos a lo que a esto m\u00e1s nos ayuda\u201d[9]<\/a>. Por encima de la sabidur\u00eda de la soledad, est\u00e1 la raz\u00f3n por la que permanecer a solas con el Se\u00f1or. \u201cQue no es otra cosa oraci\u00f3n mental, a mi parecer, sino tratar de amistad, estando muchas veces tratando a solas con quien sabemos nos ama\u201d[10]<\/a>. En definitiva, la raz\u00f3n de orar es la persona de Jes\u00fas, la relaci\u00f3n con el Otro, a quien se reconoce como Se\u00f1or, pero a quien se ama como amigo. \u201cEsta fuerza tiene el amor, si es perfecto, que olvidamos nuestro contento por contentar a quien amamos\u201d[11]<\/a>.
        \nA veces se confunde el amor con el sentimiento y se entra en la sospecha de no tener oraci\u00f3n porque hay menos emotividad. Aqu\u00ed, de nuevo nos ayuda el criterio de la Maestra: \u201cNo est\u00e1 el amor de Dios en tener l\u00e1grimas\u201d
        [12]<\/a>.
        \n 
        \n3.2. Pedagog\u00eda de la oraci\u00f3n<\/strong>
        \n <\/strong>
        \nA la hora de constituirse en testigo-maestro de oraci\u00f3n, las formas evang\u00e9licas de orar son siempre par\u00e1metros objetivadores, aunque la imaginaci\u00f3n creadora y la novedad del lenguaje puedan aportar expresiones atractivas para el ejercicio de la oraci\u00f3n. El valor del silencio, la escucha de la Palabra de Dios, compartir el rezo de la salmodia y el tiempo de adoraci\u00f3n ser\u00e1n siempre posibilidades concretas, f\u00e1ciles tanto para orar personal como comunitariamente.
        \nCon los principios expuestos, quienes en la pastoral, en la familia o en la escuela tengan la misi\u00f3n de iniciar a otros en el conocimiento de la oraci\u00f3n, saben que no es ense\u00f1anza especulativa, que no se trata de adoctrinar ni de dar recetas moralistas, que supone la experiencia o al menos la b\u00fasqueda sincera del trato orante, por las v\u00edas personales, pero tambi\u00e9n a trav\u00e9s de las mediaciones que nos ofrece la ense\u00f1anza de Jes\u00fas y la pr\u00e1ctica de los creyentes, tradici\u00f3n que va desde el salterio a la forma de orar de nuestros d\u00edas.
        \nEl pedagogo debe ser por tanto testigo; hablar, como dice San Juan en su primera carta, de aquello que ha visto y o\u00eddo, de lo que ha palpado con sus manos y no puede hacer otra cosa que anunciarlo (Cf. IJn 1,1-3).
        \nLa oraci\u00f3n es la manifestaci\u00f3n expl\u00edcita de la fe, la relaci\u00f3n necesaria del creyente y a la vez, el alimento de la misma fe. Para orar se exige la fe en la persona de Jes\u00fas. Hoy se oye que es posible el trato con Jes\u00fas sin necesidad de la Iglesia. La oraci\u00f3n, tal como nos la ense\u00f1a el Maestro, lleva consigo la pertenencia, la fraternidad, la comuni\u00f3n. En la pedagog\u00eda oracional las expresiones orantes deben ser signo de pertenencia a la fe de la Iglesia.
        \n 
        \n3.3. El silencio en la oraci\u00f3n<\/strong>
        \n <\/strong>
        \nUn primer modo de introducirse en la oraci\u00f3n es acoger la Palabra de Dios, insertarla en el mismo ejercicio de la oraci\u00f3n. Sin embargo, la misma escuela de los maestros espirituales nos avisa que para escuchar la Palabra hay que ir al desierto. Curiosamente, desierto significa en hebreo \u201clugar de la palabra\u201d. Y el profeta ense\u00f1a que Dios, para hablar en intimidad con su pueblo, lo llev\u00f3 al desierto. Por eso yo voy a seducirla; la llevar\u00e9 al desierto y hablar\u00e9 a su coraz\u00f3n<\/em> (Os 2, 16).<\/em> El desierto se puede traducir por silencio, el tiempo necesario para recoger el \u00e1nimo, serenar el coraz\u00f3n, aligerar las preocupaciones y entrar as\u00ed en el santuario de oraci\u00f3n. Es como el ejercicio que pide Dios a Mois\u00e9s: \u201cNo te acerques aqu\u00ed; quita las sandalias de tus pies, porque el lugar en que est\u00e1s es tierra sagrada\u201d<\/em> (Ex 3, 5).
        \nC\u00f3mo se gusta la verdad de la palabra despu\u00e9s del silencio del desierto. C\u00f3mo invade la paz el coraz\u00f3n cuando el interior desborda perdonanza. C\u00f3mo se descubre la exactitud de la expresi\u00f3n orante de los salmos cuando se ha peregrinado todo el d\u00eda por el camino de la plegaria, al mismo tiempo que se ha experimentado la debilidad y la pobreza.
        \nAl templo se entra a trav\u00e9s del atrio. Para habitar en el templo del Se\u00f1or, que es la oraci\u00f3n, podemos recordar lo que el salmista pide al que desea subir al monte santo:<\/p>\n

        El que anda sin tacha,<\/em><\/p>\n

        y<\/em> obra la justicia;<\/em><\/p>\n

        que<\/em> dice la verdad de coraz\u00f3n,<\/em><\/p>\n

        y<\/em> no calumnia con su lengua;<\/em><\/p>\n

        que<\/em> no da\u00f1a a su hermano,<\/em><\/p>\n

        ni<\/em> hace agravio a su pr\u00f3jimo<\/em> (Sal 15, 2-3);<\/p>\n

         <\/p>\n

          \n
        1. De la mano de la Palabra<\/strong><\/li>\n<\/ol>\n

          <\/strong>
          \nUn modo de orar que supera todo subjetivismo es posibilitar a los dem\u00e1s el conocimiento y saboreo de la Palabra de Dios, para que en el encuentro creyente con ella reciban la moci\u00f3n del Esp\u00edritu, la sabidur\u00eda del coraz\u00f3n.
          \nHay diversas maneras de encontrarse con las Escrituras de forma orante, que van desde la participaci\u00f3n en la Liturgia de las Horas al ejercicio de la Lectio Divina. Un m\u00e9todo acreditado es el que ayuda a saborear la Palabra de Dios con los pasos de la lectura, meditaci\u00f3n, oraci\u00f3n y contemplaci\u00f3n, acreditado desde los tiempos del Cartujano, pero que ya ven\u00eda siendo pr\u00e1ctica entre los orantes. De la Virgen Mar\u00eda se dice: \u201c\u2026conservaba cuidadosamente todas las cosas en su coraz\u00f3n<\/em> (Lc 2, 51).<\/em> Esta forma se puede llevar a los grupos, a la familia, y por experiencia s\u00e9 que quienes participan de esta manera en el encuentro orante salen gozosos y con el fruto de haber descubierto en muchos casos un sentido nuevo y pr\u00e1ctico en la Biblia y una posibilidad nueva de relaci\u00f3n entre las personas.
          \n 
          \nMeditaci\u00f3n de la Palabra<\/strong>
          \n <\/strong>
          \nEs muy beneficioso acompa\u00f1arse con la liturgia de la Palabra, seg\u00fan el leccionario de cada d\u00eda, y en la oraci\u00f3n personal o comunitaria es provechoso haber le\u00eddo y rezado anticipadamente las lecturas que tocan. Despu\u00e9s, cuando se proclaman en la celebraci\u00f3n, adquieren una resonancia mayor. Ofrezco un posible ejercicio de meditaci\u00f3n con la Sagrada Escritura:
          \n– Ante el relato b\u00edblico no presumas que ya lo conoces, no apeles a la memoria que te impide el volverte a encontrar con el texto sagrado como quien lo lee como de nuevas.
          \n– Lee pausadamente el relato, no hagas violencia, no desees encontrar lo que buscas, sino d\u00e9jate decir aquello que quiz\u00e1 no esperas.
          \n– Una vez terminada la lectura, puedes intentar reproducir el pasaje en la memoria. Aunque no retengas la literalidad del texto, al menos intenta reproducir las acciones m\u00e1s significativas, las palabras que m\u00e1s te han impactado, las palabras que se repiten, el hilo conductor de la acci\u00f3n…
          \n– Ante la Palabra no esquives su impacto, no evites su voz, no amortig\u00fces su efecto, no distraigas la mirada. Ac\u00f3gela como cuando una palabra golpea el coraz\u00f3n. Adm\u00edrate como cuando te sorprendes ante la obstinaci\u00f3n de un pensamiento, que se repite de manera intensa o cadenciosa. Al igual que cuando una imagen se queda fija en la mente y no la rechazas, sino que la acoges. Ante la Palabra.
          \n– Espera a que poco a poco, por el sentimiento afectivo, se mueva tu voluntad hacia el bien insinuado, hacia la verdad sentida, hacia la imagen representada, relacionados con el mensaje de las Escrituras, con la persona de Jes\u00fas, con la exigencia de la Palabra, .y nacer\u00e1 el fruto de la adhesi\u00f3n.
          \n <\/strong>
          \nLa oraci\u00f3n lit\u00fargica<\/strong>
          \n <\/strong>
          \nOtra forma de orar es la participaci\u00f3n en la oraci\u00f3n lit\u00fargica de la Iglesia, en la que los salmos y las peque\u00f1as lecturas de los Libros Sagrados se engarzan hechos oraci\u00f3n y posibilidad de ofrenda en nombre de todos. Conozco a familias que se re\u00fanen a orar de esta manera. Cada vez hay m\u00e1s seglares que toman la Liturgia de las Horas como forma de orar, que no agota la posibilidad de hacerlo tambi\u00e9n de forma \u00edntima.
          \nPara estos modos de orar conviene iniciarse en el conocimiento de las Escrituras, en algunas pautas de ex\u00e9gesis. Hoy suele haber cursos de iniciaci\u00f3n b\u00edblica al alcance de los fieles, muy adaptados a sus necesidades.
          \n 
          \nLa adoraci\u00f3n<\/strong>
          \n <\/strong>
          \nUna comunidad cristiana que quiera ser m\u00e1s capaz de contemplar el rostro de Cristo, en el esp\u00edritu que he sugerido en las cartas NMI y RVM, ha de desarrollar tambi\u00e9n este aspecto del culto eucar\u00edstico<\/em>
          [13]<\/a>.
          \nEncontramos ense\u00f1anzas recientes en las homil\u00edas del Papa Benedicto XVI en la Jornada Mundial de la Juventud, en Colonia: \u201cLa adoraci\u00f3n, hemos dicho, llega a ser, de este modo, uni\u00f3n. Dios no solamente est\u00e1 frente a nosotros, como el Totalmente otro. Est\u00e1 dentro de nosotros, y nosotros estamos en \u00c9l. (\u2026) La palabra griega es proskynesis. Significa el gesto de sumisi\u00f3n, el reconocimiento de Dios como nuestra verdadera medida, cuya norma aceptamos seguir. (\u2026)La palabra latina adoraci\u00f3n es ad-oratio, contacto boca a boca, beso, abrazo y, por tanto, en resumen, amor. La sumisi\u00f3n se hace uni\u00f3n, porque aquel al cual nos sometemos es Amor. As\u00ed la sumisi\u00f3n adquiere sentido, porque no nos impone cosas extra\u00f1as, sino que nos libera desde lo m\u00e1s \u00edntimo de nuestro ser\u201d.
          \nLlegado aqu\u00ed, m\u00e1s que disertar sobre la adoraci\u00f3n, ofrezco una oraci\u00f3n, y as\u00ed quiz\u00e1 se convierta en un instrumento pr\u00e1ctico que en un momento se pueda utilizar.
          \n 
          \n\u201cCabe, Se\u00f1or, que algunos me digan, un tanto cr\u00edticos, que es perder el tiempo contemplarte, pues m\u00e1s les parece tramo ensimismado, alejamiento de los gritos desgarrados de los hombres; dir\u00e1n que deje llegar hasta mi mente los enredos de las voces exteriores. En el intento de orar, adem\u00e1s, si no logro ni siquiera el silencio interno necesario, a m\u00ed mismo me puede parecer in\u00fatil la estancia ante ti, un ego\u00edsmo espiritual porque justifico la permanencia pasiva en dejarme consolar con tus promesas.
          \nS\u00e9 que estas voces se levantan dentro de m\u00ed para impedir entrar m\u00e1s adentro, en la espesura de la relaci\u00f3n m\u00e1s \u00edntima, en la nada despojada, en el vac\u00edo, donde T\u00fa \u00fanicamente moras.
          \nCreo, Se\u00f1or, que en el intento de amarte solamente, ante tanta confusi\u00f3n, es mejor abandonar toda estrategia, toda pregunta de creerse estar avanzando, subiendo m\u00e1s arriba.
          \nComo un ni\u00f1o, acallo el ruido discrepante y te digo: \u201cAqu\u00ed estoy s\u00f3lo por ti, por la certeza de tu presencia, aunque est\u00e9 escondida en el pan partido, en el Sacramento de la Cena. Aqu\u00ed estoy, y no quiero sentir la utilidad del tiempo transcurrido, en apariencia silencioso o contemplativo. S\u00f3lo T\u00fa sabes la verdad de mi atenci\u00f3n serena y amorosa. A m\u00ed me corresponde permanecer a los pies en adoraci\u00f3n.
          \nEn este tiempo que transcurre en tu presencia, y que es susceptible de vivir otra historia, quiero ser consciente, en lo que pueda; quiero declinar todo otro oficio y ofrecerte el mismo aliento que me sostiene. Aqu\u00ed y ahora, en la verdad que yo nunca sabr\u00e9 del todo, abandono mi juicio y mi sentimiento. S\u00f3lo s\u00e9 que mantengo la presencia, ni siquiera si gasto o malgasto el don precioso del tiempo entre mis manos. S\u00f3lo T\u00fa conoces si mi ofrenda corresponde a tu deseo. Si mi obsequio mereci\u00f3 este trabajo.
          \nConvierte T\u00fa, Se\u00f1or, mi estancia en sacramento, el del humano reconociendo su pobreza y adorando a su Dios, sin m\u00e1s resguardo ni deseo de mayor provecho.
          \nTe adoro, te bendigo, te amo. T\u00fa lo sabes todo, T\u00fa sabes que deseo quererte.
          \n 
          \n 
          \n
          [1]<\/a> PABLO VI, EN <\/em>41.
          \n
          [2]<\/a> Relaciones<\/em> 5, 5.
          \n
          [3]<\/a> Vida <\/em> 15,3.
          \n
          [4]<\/a> JUAN PABLO II, Novo millennio inenunte<\/em> 16.
          \n
          [5]<\/a> Fundaciones<\/em> 18, 9.
          \n
          [6]<\/a> Fundaciones<\/em> 5, 2.
          \n
          [7]<\/a> Vida <\/em> 11, 16.
          \n
          [8]<\/a> Vida<\/em> 11, 12.
          \n
          [9]<\/a> Camino de Perfecci\u00f3n<\/em> 4, 9.
          \n
          [10]<\/a> Vida<\/em> 8, 5.
          \n
          [11]<\/a> Fundaciones<\/em> 5, 10.
          \n
          [12]<\/a> Vida<\/em> 11, 13.
          \n
          [13]<\/a> JUAN PABLO II, Eclessia<\/em> de Eucarist\u00eda<\/em> 25.<\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":"

          \u00c1ngel Moreno Sancho Angel Moreno es Vicario Episcopal para la Vida Religiosa de la di\u00f3cesis de Sig\u00fcenza-Guadalajara y capell\u00e1n del Monasterio de Buenafuente del Sistal. S\u00cdNTESIS DEL ART\u00cdCULO Desde una doble mirada \u2013la del testimonio orante de los grandes maestros y la mirada hacia nosotros mismos- el art\u00edculo plantea una reflexi\u00f3n muy viva sobre la […]<\/p>\n","protected":false},"author":3,"featured_media":0,"comment_status":"closed","ping_status":"closed","sticky":false,"template":"","format":"standard","meta":{"_et_pb_use_builder":"","_et_pb_old_content":"","_et_gb_content_width":"","footnotes":""},"categories":[1041,1042,94],"tags":[],"class_list":["post-8315","post","type-post","status-publish","format-standard","hentry","category-angel-moreno-sancho","category-estudios-350","category-mision-joven-2"],"_links":{"self":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/8315","targetHints":{"allow":["GET"]}}],"collection":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/posts"}],"about":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/types\/post"}],"author":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/users\/3"}],"replies":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/comments?post=8315"}],"version-history":[{"count":0,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/8315\/revisions"}],"wp:attachment":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/media?parent=8315"}],"wp:term":[{"taxonomy":"category","embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/categories?post=8315"},{"taxonomy":"post_tag","embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/tags?post=8315"}],"curies":[{"name":"wp","href":"https:\/\/api.w.org\/{rel}","templated":true}]}}