{"id":8323,"date":"2006-01-01T00:00:48","date_gmt":"2005-12-31T22:00:48","guid":{"rendered":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/?p=8323"},"modified":"2006-01-01T00:00:48","modified_gmt":"2005-12-31T22:00:48","slug":"rejuvenecer-la-iglesia-hacia-una-relacion-entre-jovenes-e-iglesia","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/rejuvenecer-la-iglesia-hacia-una-relacion-entre-jovenes-e-iglesia\/","title":{"rendered":"Rejuvenecer la Iglesia: Hacia una relaci\u00f3n entre j\u00f3venes e Iglesia"},"content":{"rendered":"
Riccardo Tonelli (Universidad Pontificia Salesiana de Roma)
\n <\/p>\n
\u00a0<\/strong> Riccardo Tonelli (Universidad Pontificia Salesiana de Roma) La perspectiva El tema que vamos a tratar puede ser estudiado bajo muchos puntos de vista. Escojo uno. Pero debo precisarlo y justificar las razones de mi preferencia. Mi atenci\u00f3n se centra en el evento de la Iglesia y me pregunto por qu\u00e9 intentar operaciones de […]<\/p>\n","protected":false},"author":3,"featured_media":0,"comment_status":"closed","ping_status":"closed","sticky":false,"template":"","format":"standard","meta":{"_et_pb_use_builder":"","_et_pb_old_content":"","_et_gb_content_width":"","footnotes":""},"categories":[1029,94,277],"tags":[],"class_list":["post-8323","post","type-post","status-publish","format-standard","hentry","category-colaboraciones-348_349","category-mision-joven-2","category-riccardo-tonelli"],"_links":{"self":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/8323"}],"collection":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/posts"}],"about":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/types\/post"}],"author":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/users\/3"}],"replies":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/comments?post=8323"}],"version-history":[{"count":0,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/8323\/revisions"}],"wp:attachment":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/media?parent=8323"}],"wp:term":[{"taxonomy":"category","embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/categories?post=8323"},{"taxonomy":"post_tag","embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/tags?post=8323"}],"curies":[{"name":"wp","href":"https:\/\/api.w.org\/{rel}","templated":true}]}}
\nEl tema que vamos a tratar puede ser estudiado bajo muchos puntos de vista. Escojo uno. Pero debo precisarlo y justificar las razones de mi preferencia.
\nMi atenci\u00f3n se centra en el evento de la Iglesia y me pregunto por qu\u00e9 intentar operaciones de rejuvenecimiento respecto de ella y c\u00f3mo realizar eventualmente tal operaci\u00f3n. Sugiero algunas hip\u00f3tesis con la \u00fanica pretensi\u00f3n de orientar una confrontaci\u00f3n y, con los elementos que hayamos compartido, proyectar intervenciones coherentes.
\n
\n1.1. Desde la parte de los j\u00f3venes<\/strong>
\n
\nEl subt\u00edtulo describe un punto preciso de perspectiva desde el cual debemos examinar la cuesti\u00f3n. No lo he escogido yo…, pero me agrada (y no s\u00f3lo por honradez profesional) compartirlo y asumirlo.
\nEn esta propuesta estudio, sobre todo, el evento de la Iglesia y no su relaci\u00f3n con los j\u00f3venes. La b\u00fasqueda de una radiograf\u00eda de la relaci\u00f3n \u201cj\u00f3venes e Iglesia\u201d me llevar\u00eda lejos y deber\u00eda embarcarme en una empresa en la que soy poco competente y que correr\u00eda el riesgo de ser excesivamente localizada.
\nSin embargo, no tengo la intenci\u00f3n de ofrecer una teolog\u00eda de la Iglesia, aburriendo con cosas m\u00e1s que sabidas y bastante in\u00fatiles para afrontar nuestros problemas. Me parece m\u00e1s urgente elaborar una eclesiolog\u00eda en situaci\u00f3n, reflexionando sobre el evento de la Iglesia \u201cdesde la parte de los j\u00f3venes\u201d. Es decir, considero a los j\u00f3venes (sobre todo el hecho de ser j\u00f3venes en este tiempo de hoy: el dato global y cultural) como un especial tema generador, que me permite captar mejor los desaf\u00edos y los problemas y que, sobre todo, puede orientar hacia perspectivas operativas f\u00e1cilmente generalizables.
\nPor consiguiente, estudio la cuesti\u00f3n del \u201crejuvenecer la Iglesia\u201d desde la parte de los j\u00f3venes, convencido de que el resultado de este proceso tiene muchas cosas que decirnos a todos los disc\u00edpulos de Jes\u00fas, prescindiendo del factor edad.
\n
\n1.2. Rejuvenecer… haciendo memoria<\/strong>
\n\u00a0<\/strong>
\nQuien no tiene pasado, o quien tiene de \u00e9l una nostalgia desconsiderada, no tiene futuro. El presente queda prisionero de su trama agitada e ingobernable. Quedamos envueltos en una pesada cubierta de desesperaci\u00f3n. As\u00ed, entre nostalgia y se\u00f1or\u00edo del presente, sufre profunda crisis la esperanza. En efecto, esperanza es reconocer en el futuro lo que da vida al presente y nos hace capaces de transformarlo. Para encontrar sentido y esperanza por el presente, tenemos necesidad de descubrir el pasado de modo original: inventivo y no repetitivo.
\nHe pensado en la Iglesia y en su posible rejuvenecimiento desde esta perspectiva. He descubierto una memoria, rica y estimulante tambi\u00e9n para gente de memoria corta y de pretensi\u00f3n de funcionalidad inmediata y segura.
\nPor eso, he decidido poner ante mi investigaci\u00f3n sobre la tarea de \u201crejuvenecer la Iglesia\u201d el libro de los Hechos de los Ap\u00f3stoles<\/em> y, sobre todo, un cierto modo de leerlo y de meditarlo. Este libro propone la hip\u00f3tesis criteriol\u00f3gica de la que yo parto y a la que me referir\u00e9 frecuentemente. Precisamente a causa de esta opci\u00f3n, mi reflexi\u00f3n tendr\u00e1, sobre todo, el sabor de la narraci\u00f3n de una esperanza.
\n <\/p>\n\n
\nRejuvenecer<\/em> es una exigencia normal y continua. Nace de la experiencia y de la convicci\u00f3n de que los a\u00f1os no pasan nunca sin dejar huellas. \u00bfPodemos hablar tambi\u00e9n de \u201crejuvenecer la Iglesia\u201d…, como si se tratase de una r\u00e1pida operaci\u00f3n de lifting<\/em>, que se hace en las instituciones para hacerlas mayormente significativas?
\n
\n2.1. Entre misterio y cultura<\/strong>
\n
\nYa al comienzo del libro de los Hechos de los Ap\u00f3stoles<\/em> hay un detalle interesante, capaz de suscitar multiples sugerencias. Despu\u00e9s de la desaparici\u00f3n de Jes\u00fas y de la entrega de la comunidad apost\u00f3lica a la responsabilidad de Pedro, lo primero que salta a la vista es el abandono de Judas. Esto ha producido un desajuste en el grupo restringido de los que tienen la responsabilidad institucional m\u00e1s plena. Alguno debe ocupar el puesto dejado vacante, como para\u00a0 recomenzar renovados. \u00bfC\u00f3mo escoger al sustituto?
\nPedro se encuentra ante dos candidatos. Debe elegir. En este punto la referencia al Esp\u00edritu se hace expl\u00edcita. Pero, para escuchar la voz del Esp\u00edritu, echa a suertes. Un modo realmente extra\u00f1o de dejarse guiar por el Esp\u00edritu. Es extra\u00f1o para nosotros, que somos de otra cultura y nos re\u00edmos con gusto ante quien elige jugando a los dados y por medio de procedimientos un poco m\u00e1gicos. No lo era para Pedro, convencido de que pod\u00eda expresar toda su confianza en la presencia misteriosa del Esp\u00edritu, utilizando un modo de obrar habitual en su cultura.
\nComo se advierte, los primeros pasos de la vida de la Iglesia van marcados por aquella relaci\u00f3n entre fe y cultura que empapa todo el libro de losHechos<\/em>. \u00c9ste es el dato fundamental que est\u00e1 en la ra\u00edz de la necesidad de proceder a \u201crejuvenecer la Iglesia\u201d. No es ni una moda ni una exigencia para no perder la credibilidad. Se desprende radicalmente de su constituci\u00f3n fundamental. Su misterio toma, en efecto, continuamente la carne humana de la cultura dentro de la que se expresa.
\n
\nUna estaci\u00f3n de profundos cambios culturales<\/strong>
\n
\nQuien debe comunicarse con una persona cuya lengua ignora, no est\u00e1 en crisis acerca de las cosas que debe decir, sino acerca del instrumento de que debe servirse para expresarse. Puede salir de la dificultad, buscando un int\u00e9rprete o someti\u00e9ndose a un curso acelerado de aprendizaje. Pero no necesita nada para verificar el contenido de su propuesta. \u00a0\u00a0\u00a0 La crisis que atraviesa hoy el anuncio del Evangelio, en una sociedad compleja, \u00bfes s\u00f3lo a este nivel o, al contrario, las dificultades se encuentran en otra parte? \u00bfEl problema es s\u00f3lo de hoy o ha acompa\u00f1ado siempre el proceso de evangelizaci\u00f3n?
\nDios habla al hombre con palabras de hombre. Lo que se ve, se constata, se oye lleva dentro un misterio, inexplicable, que es la presencia y la palabra de Dios. \u00a0\u00a0\u00a0 Es importante constatar que esta trama misteriosa se refiere, de forma radical, al evento de la Revelaci\u00f3n. Pero tambi\u00e9n afecta a su traducci\u00f3n en el plano concreto y cotidiano de la vida de la comunidad eclesial: la evangelizaci\u00f3n. Como hizo Jes\u00fas, as\u00ed tambi\u00e9n hoy los disc\u00edpulos de Jes\u00fas siguen hablando de Dios a los hombres, pronunciando palabras humanas para dar rostro y palabra al misterio inefable de Dios.
\nTambi\u00e9n la respuesta que el hombre da a la llamada contenida en la Revelaci\u00f3n repite el mismo esquema comunicativo. La comunidad eclesial es consciente de que en la palabra de Dios, en la presentaci\u00f3n de esta palabra a trav\u00e9s de la evangelizaci\u00f3n y en la respuesta del hombre, la presencia de Dios y la decisi\u00f3n de acoger esta presencia de amor, se expresa y se realiza revistiendo aquel evento misterioso de libertad y de amor -que es el don de Dios y la respuesta del hombre- de la propia cultura y de la cultura del contexto en que nos encontramos insertos. Por este motivo, nos lanzamos a decir el Evangelio de Jes\u00fas con una fidelidad que sabe renovarse, bajo las provocaciones de los cambios culturales. De hecho, no se trata de repetir pasivamente la experiencia cristiana, sino de hacerla vital y comprensiblemente presente en otras culturas.
\nReconocemos que la potencia del Esp\u00edritu hace que nuestra \u201cpalabra\u201d sea capaz de suscitar y expresar la fe. Lo hace siempre en la trama de las l\u00f3gicas humanas cotidianas de las que ha decidido no librar ni siquiera la palabra de Dios.
\n
\nEl choque sobre los modelos culturales en la experiencia eclesial de los\u00a0 j\u00f3venes<\/strong>
\n
\nEl choque entre mundos culturales diversos se vuelve violento o resignado sobre todo en el \u00e1mbito juvenil, por la distancia notabil\u00edsima que existe entre la cultura que da la carne humana a la experiencia eclesial y la t\u00edpica del ser joven en este nuestro tiempo.
\nNo se trata de constatar de qu\u00e9 parte est\u00e1 la raz\u00f3n. Se trata de tomar conciencia de que el di\u00e1logo se hace dif\u00edcil por las diversas situaciones culturales y existenciales. Efectivamente, la transformaci\u00f3n cultural en acto pone en crisis referencias que en el modelo tradicional parec\u00edan insuperables. Me basta aludir a ellas… porque hemos hablado y escrito incluso demasiado. \u00c9ste es el \u00e1mbito en que las reflexiones te\u00f3ricas surgen como provocaciones pr\u00e1cticas. He aqu\u00ed algunos elementos de confrontaci\u00f3n y de choque:
\nla relaci\u00f3n entre subjetividad y objetividad: el mundo pac\u00edfico de hoy y el igualmente pac\u00edfico de la comunidad eclesial, preocupada por una verdad intangible;
\nconocimiento reflejo y expreso de los contenidos de la fe que lleva a buscar todos los medios para asegurar el conocimiento preciso y verificable que ya no somos capaces de constatar ni siquiera entre los j\u00f3venes m\u00e1s cercanos;
\nlas condiciones de pertenencia: los par\u00e1metros oficiales y consolidados en el plano institucional parecen hoy definitivamente difuminados en el plano de la experiencia;
\ndesconexi\u00f3n entre experiencia de fe y experiencia \u00e9tica a causa del subjetivismo y entre pr\u00e1ctica cotidiana y experiencias fuertes (por ejemplo en el plano lit\u00fargico y sacramental);
\ncrisis casi irreversible de los procesos de transmisi\u00f3n de la fe, tambi\u00e9n por la falta de adultos significativos que sean testimonios cre\u00edbles de este proceso.
\n
\n2.2.\u00a0 Un ejemplo concreto: la b\u00fasqueda de espiritualidad<\/strong>
\n
\nLo que he declarado con referencias te\u00f3ricas, lo quiero retomar con una indicaci\u00f3n concreta: un ejemplo que puede ayudarnos a pensar en el tema del orden del d\u00eda, a partir de las vivencias cotidianas.
\nTodos hemos quedado fuertemente impresionados por lo que sucedi\u00f3 a la muerte de Juan Pablo II. Ni siquiera las personas m\u00e1s entusiastas o m\u00e1s gravemente nost\u00e1lgicas habr\u00edan podido imaginar la multitud imprevisible de personas (j\u00f3venes, sobre todo), convocada por este acontecimiento, dispuesta a esperas extenuantes y a noches insomnes con tal de verlo en persona. Alguien lo ha llamado milagro y ha proclamado el retorno de los tiempos antiguos y felices.
\nFuera de discusi\u00f3n,\u00a0 \u00e9ste y otros casos semejantes son eventos de experiencia espiritual notable, que hablan de eclesialidad y dan la impresi\u00f3n de que no hay necesidad de rejuvenecer… cuando basta relanzar. Pero tengo miedo de generalizar con excesiva facilidad. Todos conocemos la capacidad de agregaci\u00f3n que otros eventos, poco eclesiales, poseen… con peticiones bastante semejantes a las exigidas por los eventos eclesiales citados.
\nLa constataci\u00f3n nos abre, por fuerza, a un discernimiento cr\u00edtico. Introduce, al menos a nivel de ejemplo, la necesidad de…rejuvenecer la Iglesia para no dejar a los hechos (muchas veces equ\u00edvocos) la palabra \u00faltima y definitiva.
\n <\/p>\n\n
\nPara rejuvenecer tenemos necesidad de poner ante nuestra mirada un sue\u00f1o sobre la Iglesia, lleno de futuro, capaz de lanzarnos m\u00e1s all\u00e1 de las experiencias cotidianas. Este sue\u00f1o nos inquietar\u00e1… pero nos estimular\u00e1 a seguir adelante en la obra de rejuvenecimiento de la Iglesia, si nace y se arraiga en lo concreto cotidiano, a\u00fan cuando lo supera y lo arrastra en la ola del futuro que se nos da.
\nNo me gusta apoyarme en las teor\u00edas. Prefiero tratar de construir un sue\u00f1o \u201cde colores\u201d (para que sea verdaderamente un sue\u00f1o) y \u201ccon los pies arraigados en lo cotidiano\u201d (para que sea un sue\u00f1o realizable, uno de esos que, si lo deseamos ardientemente, un d\u00eda u otro tendremos la alegr\u00eda de ver realizado).
\nMi sue\u00f1o se articula alrededor de los n\u00facleos esenciales de la vida eclesial actual (pertenencia, experiencia, corresponsabilidad), releyendo lo que sucedi\u00f3 a la Iglesia apost\u00f3lica, en uno de los momentos m\u00e1s dram\u00e1ticos de su historia y que desemboc\u00f3 en uno de los acontecimientos m\u00e1s valientes y felizmente repetidos. Pienso en el problema dram\u00e1tico que estaba dividiendo la comunidad de Antioqu\u00eda y en la soluci\u00f3n que en Jerusal\u00e9n se elabor\u00f3, inventando el Concilio y una criteriolog\u00eda formidable (cf. Hech 15).
\n
\n3.1.\u00a0 La cuesti\u00f3n<\/strong>
\n\u00a0<\/strong>
\nEl relato del libro de los Hechos<\/em> describe el problema en toda su gravedad, capaz de suscitar disputas encendidas, tensiones y recelos. Se preguntaba: aquellos que se decid\u00edan por la fe cristiana y no proven\u00edan del mundo jud\u00edo, \u00bfdeb\u00edan vivir sometidos a la ley de Mois\u00e9s? Los puntos calientes eran, sobre todo, tres: la observancia escrupulosa de la Ley mosaica, la pr\u00e1ctica de la circuncisi\u00f3n y la abstinencia de ciertos tipos de carne. La soluci\u00f3n no era f\u00e1cil.
\nEsto es lo que aparece a primera vista. Pero detr\u00e1s hab\u00eda una grave cuesti\u00f3n cristol\u00f3gica: Jes\u00fas es el salvador, el \u00fanico nombre para alcanzar la salvaci\u00f3n. \u00bfBasta \u00c9l solo o se necesitan otras cosas? \u00bfMois\u00e9s, las tradiciones, el respeto y la observancia de las leyes, la devoci\u00f3n hacia personajes especiales, son una condici\u00f3n indispensable que hay que a\u00f1adir? Todos estaban de acuerdo en reconocer la centralidad absoluta de Jes\u00fas para la salvaci\u00f3n; se daban plenamente cuenta de que su mediaci\u00f3n salv\u00edfica pod\u00eda quedar manchada si se admit\u00edan otras exigencias concurrentes. Pero era dif\u00edcil decidir la importancia concreta de esta orientaci\u00f3n de fondo.
\nEntrando un poco en esta situaci\u00f3n, tengo la impresi\u00f3n de que hay algo todav\u00eda m\u00e1s comprometedor. Poco a poco pasamos as\u00ed de problemas viejos a cuestiones de viv\u00edsima actualidad. Si se discute sobre la circuncisi\u00f3n o sobre su abolici\u00f3n, s\u00f3lo vemos el pasado. Si se nos pregunta hasta qu\u00e9 punto los disc\u00edpulos de Jes\u00fas tienen el valor de reconocer que la salvaci\u00f3n es don gratuito de Dios en Jes\u00fas, no asegurada ni garantizada a trav\u00e9s de otras mediaciones…, caemos\u00a0 r\u00e1pidamente en nuestro hoy. Pero hay todav\u00eda mucho m\u00e1s.
\nLos primeros disc\u00edpulos ten\u00edan la convicci\u00f3n \u2013estimulada por muchos testimonios- de que el tiempo era ya corto y la venida del Se\u00f1or inminente. Se encontraban viviendo el presente con la conciencia de su relatividad y provisionalidad. En una situaci\u00f3n como aqu\u00e9lla, era una necedad plantearse problemas que pronto habr\u00edan quedado resueltos por el futuro que estaba a las puertas. Con esta conciencia, sab\u00edan que estaban forzados a escoger las cosas que cuentan, dejando entre par\u00e9ntesis tantas cosas in\u00fatiles o, al menos, marginales.
\nY, en cambio, el tiempo se alarga: el presente se estaba ampliando, con sus compromisos, repleto de inc\u00f3gnitas, marcado por una serie de urgencias que no se pod\u00edan postergar. Estaban habituados, como buenos hebreos, a mirar el presente desde la perspectiva del pasado. Hab\u00edan hecho una conversi\u00f3n radical de mentalidad para mirar el pasado y el presente desde el lado del futuro. Y ahora se sienten forzados a medirse con un presente que impulsa casi a olvidar pasado y futuro.
\nLa cuesti\u00f3n es teol\u00f3gica…, porque el presente es el lugar del Reino de Dios que se est\u00e1 realizando en el tiempo, como el peque\u00f1o grano llega a hacerse un \u00e1rbol grande. \u00bfC\u00f3mo vivir el Reino de Dios entre recuerdo, espera y compromiso?
\n
\n\u00a03.2.\u00a0\u00a0 Hacia decisiones de futuro<\/strong>
\n
\nEl problema debe resolverse. Y deprisa. \u00bfQui\u00e9n puede resolverlo? La p\u00e1gina de los Hechos<\/em> que estamos reflexionando, abre una ventana sobre un modo de dirigir la comunidad, que hace pensar. Tres movimientos se entrelazan, como las notas de una sinfon\u00eda lograda.
\nAnte todo, los cristianos de Antioqu\u00eda (lejos de Jerusal\u00e9n…, donde pod\u00edan resolverse tranquilamente los problemas sin a\u00f1adir interferencias in\u00fatiles) apelan a la autoridad. Van a Pedro y a los ap\u00f3stoles y les proponen la cuesti\u00f3n. La vida de la comunidad eclesial no est\u00e1 guiada por los pareceres iluminados de los expertos, sino por la responsabilidad apost\u00f3lica de aquellos hermanos a los que Jes\u00fas ha confiado el compromiso de guiar la comunidad en la unidad hacia la verdad.
\nPedro y los ap\u00f3stoles no deciden ellos solos, cerrando puertas y ventanas sobre la realidad para no ser molestados. Al contrario, convocan la asamblea. Inventan el Concilio, la gran asamblea de los disc\u00edpulos de Jes\u00fas, confiando en el Esp\u00edritu, para escuchar juntos su voz y encontrar juntos las v\u00edas para realizar su proyecto en el tiempo. Aunque no se llega a una forma tan solemne, la relaci\u00f3n con la comunidad es siempre fuerte y plena de vida.
\nLa asamblea de Jerusal\u00e9n (el primer Concilio, como me gusta decir) no es una reuni\u00f3n indiscriminada, donde es m\u00e1s escuchado quien grita m\u00e1s o logra influir m\u00e1s astutamente en las decisiones de los dem\u00e1s. Se trata de una asamblea \u201cjer\u00e1rquicamente constituida\u201d, como decimos nosotros en nuestro lenguaje. Est\u00e1 dirigida por Pedro. En ella hablan antes de todo los ap\u00f3stoles. El documento conclusivo est\u00e1 firmado por el Esp\u00edritu Santo y por Pedro y los ap\u00f3stoles.
\n
\n\u00a03.3.\u00a0 La criteriolog\u00eda<\/strong>
\n
\nTambi\u00e9n el modo con que en Jerusal\u00e9n se encontr\u00f3 la soluci\u00f3n al problema, tiene mucho que decirnos\u00a0 a nosotros, siempre en busca de nuevas l\u00edneas de acci\u00f3n. La asamblea de Jerusal\u00e9n no trata de romper un pelo en cuatro, refinando an\u00e1lisis y documentaciones. Ni siquiera busca la m\u00ednima componenda que asegura la unanimidad en lo m\u00ednimo. Al contrario, propone una conclusi\u00f3n innovadora a trav\u00e9s de una criteriolog\u00eda de verificaci\u00f3n bastante original.
\nPedro cuenta su experiencia, aquella aventura extra\u00f1\u00edsima de la que ha sido protagonista en Joppe (Hech 10,9-30). Como buen disc\u00edpulo de Jes\u00fas, que es reconocido como lleno del Esp\u00edritu, parece decirnos: escuchemos los hechos. En ellos habla el Esp\u00edritu, si nos dejamos guiar por \u00e9l, tambi\u00e9n para interpretarlos correctamente. En el hecho citado el Esp\u00edritu declara, a trav\u00e9s de la interpretaci\u00f3n superior de Pedro: \u201cDios, que conoce el coraz\u00f3n de los hombres, ha mostrado que los acoge con agrado: en efecto, les ha dado tambi\u00e9n a ellos el Esp\u00edritu Santo, como a nosotros. \u00c9l no ha establecido diferencia alguna entre nosotros y ellos: ellos han cre\u00eddo y por eso Dios los ha librado de sus pecados\u201d. El mismo procedimiento sigui\u00f3 Pablo: tambi\u00e9n \u00e9l cuenta lo que sucedi\u00f3 para hacer tocar con la mano de qu\u00e9 parte parece orientar el Esp\u00edritu. Entre otras cosas, hace algo que podr\u00eda suscitar sorpresa y contrariedad: durante el viaje a Jerusal\u00e9n, en busca de la soluci\u00f3n del problema, no se queda mano sobre mano ni espera la soluci\u00f3n antes de moverse, sino que anuncia el evangelio a los paganos, con el mismo estilo con que se hac\u00eda en Antioqu\u00eda, desencadenando las pol\u00e9micas.
\nLuego interviene otra referencia decisiva, fruto de la sabidur\u00eda de Pedro y de Santiago, otro de aquellos criterios que logra conducir a decisiones de futuro, forzando a dejar fuera las disputas meramente intelectualistas. \u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0Pedro y Santiago proponen trasladar la atenci\u00f3n de los principios a la experiencia normativa que todos hab\u00edan hecho estando con Jes\u00fas: la posibilidad de experimentar la bondad de Dios. Continuando la praxis de Jes\u00fas, es preciso hacer experimentar a los hombres qui\u00e9n es Dios: el Padre bueno y acogedor, que no pide cosas in\u00fatiles, como en cambio hace quien manda por el gusto de hacerse obedecer. No es posible anunciarlo en la verdad, si la palabra proclamada va luego acompa\u00f1ada de una serie de pretensiones in\u00fatiles, motivadas por la dejaci\u00f3n y por el miedo.
\n
\n3.4.\u00a0 La presencia activa de Dios para so\u00f1ar<\/strong>
\n
\nEl libro de los Hechos<\/em> relata un sue\u00f1o. Pero se trata de un\u00a0 sue\u00f1o especial. Tiene a Dios como protagonista. \u00c9l es nuestro sue\u00f1o de futuro que nos permite vivir el presente, anticipando fragmentos de futuro hasta la plenitud -experimentada en la alegr\u00eda- de nuestro sue\u00f1o. \u00c9l hace realizar los sue\u00f1os. Desde la perspectiva del futuro descubrimos mejor, con una mirada mucho m\u00e1s penetrante, el l\u00edmite que atraviesa nuestro presente. No desesperamos y ni siquiera nos resignamos. Seguimos so\u00f1ando, en la certeza de que nuestros sue\u00f1os, precisamente cuando son hermosos realmente, tendremos la alegr\u00eda de verlos realizados.
\nPor esto, la comunidad apost\u00f3lica se concentra por completo en la celebraci\u00f3n de la Eucarist\u00eda. En este evento conjuga el presente con sus problemas, con el pasado donde encuentra las cosas maravillosas que Dios ha realizado por su pueblo, y experimenta la alegr\u00eda del futuro en los pliegues sufridos del presente, donde todos los sue\u00f1os se convertir\u00e1n en experiencia directa.
\n <\/p>\n\n
\nLas notas precedentes ofrecen un retrato de Iglesia, que va de la constataci\u00f3n de lo existente al sue\u00f1o hacia el que orientar la obra de rejuvenecimiento. Pero lo que he contado forma parte del pasado. \u00bfY hoy?
\nHoy tenemos nuestros problemas y, lo que es peor, no tenemos el entusiasmo del estado naciente. Vuelve con frecuencia una constataci\u00f3n preocupante: est\u00e1 bien trabajar para rejuvenecer la Iglesia; pero si en esta operaci\u00f3n la vaci\u00e1semos, hasta construir algo que se parece realmente poco al proyecto que Jes\u00fas ha confiado a sus disc\u00edpulos, \u00bfde qu\u00e9 nos valdr\u00eda?
\nNos preocupa el hecho que, de vez en cuando, despuntan personas y grupos todos comprometidos en volver a dar cr\u00e9dito y hacer que se escuche a la Iglesia, asegurando una fidelidad a prueba de resistencia y relanzando pr\u00e1cticas y modelos que parecen desaparecidos. Algunos luego los cita como ejemplo, tambi\u00e9n con la fuerza de los resultados.
\nTambi\u00e9n muchos j\u00f3venes se dejan atraer por estas experiencias. Y alguno llega pronto a concluir que basta un poco de valor y de fuerza de propuesta para resolver felizmente los problemas. Se dice que no sirven las realizaciones con colores fuertes. Basta la tradici\u00f3n, el compromiso, la santidad.
\n\u00bfRejuvenecer la Iglesia no podr\u00eda querer decir devolverla de golpe a lo que nos fue confiado, como relanzar nuestras Congregaciones religiosas no podr\u00eda significar volver valientemente al fundador y a los primeros testimonios? La seducci\u00f3n es fuerte e incluso confortada por alguna recomendaci\u00f3n de personas con autoridad.
\nNo me gusta afrontar una cuesti\u00f3n tan complicada vali\u00e9ndome del entusiasmo, de las frases con efecto o, peor a\u00fan, sobre la ola de los resultados num\u00e9ricos. Estoy convencido de que est\u00e1 en juego un problema serio de identidad: \u00bfqui\u00e9nes somos nosotros como disc\u00edpulos de Jes\u00fas y hacia d\u00f3nde debemos orientar nuestra existencia cotidiana? Para rejuvenecer… debemos reconstruir una identidad estable y segura. \u00bfQu\u00e9 identidad?
\nUna vez m\u00e1s me dejo ayudar por la memoria. El primer cap\u00edtulo de los Hechos de los Ap\u00f3stoles<\/em> ofrece un cuadro de referencias formidables. Comprendidas, meditadas y actualizadas pueden verdaderamente convertirse en criterio seguro para afrontar nuestro compromiso de rejuvenecer la Iglesia. Efectivamente retratan la identidad operativa de los disc\u00edpulos del Resucitado. Las recuerdo con frases r\u00e1pidas.
\n
\n4.1.\u00a0\u00a0 De la nostalgia a la misi\u00f3n<\/strong>
\n
\nLa nostalgia de Jes\u00fas es fort\u00edsima. Y es l\u00f3gico que as\u00ed sea. Pero quien tiene misiones que cumplir no se puede permitir el lujo de la nostalgia. El reproche puesto en la boca de los dos hombres vestidos de blanco hace pensar: \u00bfQu\u00e9 hac\u00e9is ah\u00ed mirando al cielo como si todo estuviese all\u00ed? Hay un trabajo grande que hacer. Jes\u00fas os lo ha encomendado y es tiempo de lanzarse a realizarlo. Ahora es el tiempo de la fatiga, del trabajo, de los proyectos y de las realizaciones. Luego volver\u00e1n los tiempos felices en que se podr\u00e1 gustar de nuevo de la dulce compa\u00f1\u00eda de Jes\u00fas.
\nVolver\u00e1, \u00bfcu\u00e1ndo? No lo sabemos y no debemos devanarnos los sesos para imaginarlo. Lo \u00fanico cierto es que volver\u00e1 y que, sin embargo, ahora estamos comprometidos en llevar adelante la misi\u00f3n que se nos ha confiado: ser testigos del Evangelio de Jes\u00fas hasta los confines m\u00e1s remotos del mundo.
\nEl reproche, seg\u00fan el relato del libro de los Hechos, toca precisamente los dos elementos fundamentales de la existencia de los disc\u00edpulos de Jes\u00fas. Nos gustar\u00eda saber con antelaci\u00f3n c\u00f3mo van las cosas, poseer aquel fragmento de conocimiento reservad\u00edsimo que nos da fuerza y seguridad. Nos gustar\u00eda, pero no hay nada que hacer. Los tiempos est\u00e1n en el misterio de Dios y nadie tiene el derecho de conocerlos. Tambi\u00e9n los que simulan tener la llave de los secretos, al final tampoco ellos tienen nada que proponer con la seguridad que posee quien tiene la llave de la verdad. Su presunci\u00f3n se funda s\u00f3lo en la falta de conocimiento. \u00c9sta es la esperanza de los cristianos. Por esta esperanza hablan del presente como si viesen lo invisible y reconocen, al mismo tiempo, que lo invisible est\u00e1 continuamente sustra\u00eddo a toda pretensi\u00f3n nuestra.
\nLa falta de informaciones seguras no constri\u00f1e a la inercia. Por el contrario, estimula a la acci\u00f3n, valiente y animada por una esperanza activa. Jes\u00fas ha confiado a los ap\u00f3stoles una misi\u00f3n grande que realizar. La pasi\u00f3n por esta misi\u00f3n \u2013que es como la perla preciosa para lograr la cual estamos dispuestos a todo (Mt 13,46)- da sentido y perspectiva a la vida. No trabajamos por el Reino de Dios porque estamos \u201cinformados\u201d. Lo hacemos porque somos gente \u201capasionada\u201d, que se f\u00eda de Dios y conf\u00eda en \u00c9l…, dej\u00e1ndonos guiar por el Esp\u00edritu de Jes\u00fas que nos ha transformado desde dentro.
\nEn verdad, la nostalgia deja el puesto a la fatiga de realizar el proyecto que se nos ha\u00a0 confiado. Con los ap\u00f3stoles descendemos del monte para llenar Jerusal\u00e9n del fragor de nuestra pasi\u00f3n por la vida y la esperanza.
\n
\n\u00a04.2.\u00a0\u00a0 Un tiempo para la contemplaci\u00f3n<\/strong>
\n
\nUna segunda caracter\u00edstica de la identidad cristiana nos la comunican tambi\u00e9n los ap\u00f3stoles, con su modo de obrar. Son estimulados a la acci\u00f3n y, cosa extra\u00f1\u00edsima para gente como nosotros, se detienen para ponerse en oraci\u00f3n: \u201cse reun\u00edan regularmente para la oraci\u00f3n con las mujeres, con Mar\u00eda, la madre de Jes\u00fas, y con sus hermanos\u201d (Hech 1,14). Tienen la misi\u00f3n de testimoniar el Evangelio hasta los confines del mundo y se encierran en el piso superior de la casa, dedicando mucho tiempo a una actividad que se asemeja poco al activismo\u00a0 al que hab\u00edan sido invitados. Tal vez hay un innegable componente de miedo. El Esp\u00edritu todav\u00eda no los hab\u00eda transformado. Pero ciertamente los hab\u00eda marcado profundamente la experiencia de Jes\u00fas, que ten\u00eda la costumbre de pasar las noches en oraci\u00f3n antes de las grandes empresas.
\nPero un dato mayor atraviesa esta constataci\u00f3n. Nos lleva una vez m\u00e1s al coraz\u00f3n de la misi\u00f3n apost\u00f3lica y eclesial. Los disc\u00edpulos est\u00e1n al servicio de la vida y de la esperanza en el Reino de Dios. Pero todo esto no puede nunca ser considerado como el fruto del esfuerzo humano, aunque se requiere intensamente. El Reino prometido es don. Lo hab\u00eda dicho Jes\u00fas con fuerza: \u201cLa causa de la vida preocupa ante todo a Dios: es su pasi\u00f3n y su empe\u00f1o. \u00c9l la realiza. Pero \u00c9l me la ha confiado a m\u00ed; yo la conf\u00edo a vosotros, porque sois mis amigos\u201d. Y a\u00f1ade en seguida: \u201cCuando hayamos hecho todo lo que deb\u00edamos hacer, debemos tener el valor de reconocernos s\u00f3lo como siervos… sin excesivas pretensiones. De la vida y de la esperanza s\u00f3lo Dios es due\u00f1o. Nosotros somos s\u00f3lo siervos, precios\u00edsimos porque la causa de la vida se nos ha confiado a nosotros, pero s\u00f3lo siervos, porque el proyecto pertenece a Dios\u201d.
\n
\n\u00a04.3.\u00a0\u00a0\u00a0 Testigos de la resurrecci\u00f3n<\/strong>
\n
\nPedro tiene necesidad de indicar a la comunidad apost\u00f3lica una persona a la que confiar a t\u00edtulo pleno todas las misiones que lleva consigo la vocaci\u00f3n apost\u00f3lica. No le basta comprobar que uno de los dos es tan bueno y honrado que lleva detr\u00e1s el sobrenombre de \u201cJusto\u201d. La disponibilidad vocacional tiene necesidad de algo m\u00e1s consistente y radical.
\nPedro sugiere as\u00ed dos referencias para hacer el necesario discernimiento vocacional: la confesi\u00f3n de que s\u00f3lo Jes\u00fas es el Se\u00f1or y la capacidad de ser gente de esperanza en la fuerza de la resurrecci\u00f3n. El puesto dejado libre por Judas es para una persona que haya conocido a Jes\u00fas, haya vivido con \u00e9l desde el principio, sea un testigo seguro y de primera mano.
\nEl criterio para nosotros podr\u00eda parecer imposible. No se borran dos mil a\u00f1os de historia pasada. Y, sin embargo, la sugerencia es en verdad seria y comprometedora. Sin haber compartido apasionadamente con una persona y con la causa que ha llenado la existencia de esta persona, somos empleados, pero no ap\u00f3stoles.
\nMe he preguntado qu\u00e9 significa todo esto para nosotros hoy. La respuesta es f\u00e1cil aunque pone en crisis. Nosotros podemos traducir el criterio de Pedro con la expresi\u00f3n fundamental: se escoge a una persona fascinada por el Se\u00f1or Jes\u00fas, capaz de ponerlo en el centro de su existencia. Se trata, con otras palabras, de escoger la nueva responsabilidad en Jes\u00fas y para Jes\u00fas, evidentemente por la causa de Jes\u00fas, en fidelidad a cuanto los Evangelios dicen de Jes\u00fas y de su existencia. No se admiten personas que tengan segundas intenciones… incluso las m\u00e1s nobles desde el punto de vista religioso.
\nEl segundo elemento relanza el valor de servir con decisi\u00f3n a la esperanza. Pedro dice: el lugar de Judas es para una persona que sea capaz de ser \u201ctestigo de la resurrecci\u00f3n\u201d. Ser testigos de la resurrecci\u00f3n significa declarar con los hechos que el Crucificado es el Resucitado: el que hab\u00eda sido destruido, hasta quit\u00e1rsele incluso el rostro de hombre en el nombre de la ley, ha vencido a la muerte y es vencedor para todos. El testigo de la resurrecci\u00f3n es una persona de esperanza, que inunda de esperanza y de optimismo, por la potencia de Dios, todos los momentos de la vida cotidiana.
\n <\/p>\n\n
\nHe sugerido una serie de indicaciones, sacadas de la memoria de la vivencia eclesial de los or\u00edgenes, para imaginar el \u201crostro joven\u201d de la comunidad eclesial como la experiencia concreta capaz de ofrecer a quien busca sentido para la vida y esperanza para el futuro, algo de que fiarse y a quien confiar los propios sue\u00f1os. Tengo ante mis ojos a los j\u00f3venes de nuestro tiempo: a todos los j\u00f3venes y no s\u00f3lo aquellos que mil se\u00f1ales los declaran disponibles incluso frente al rostro actual de la comunidad eclesial.
\nPero no basta restituir juventud al rostro de la Iglesia, para concluir acerca de su fuerza de propuesta y para asegurar su capacidad de agregaci\u00f3n. Se requiere poner en pr\u00e1ctica un atento e inteligente proceso pastoral, capaz de hacer de la comunidad eclesial una realidad significativa, para que sea capaz de proponer, y rica en condiciones que aseguren un alto sentido de pertenencia. En este compromiso, que sigue al primero, concentro ahora mis \u00faltimas reflexiones, a trav\u00e9s de la sugerencia de intervenciones de car\u00e1cter prevalentemente metodol\u00f3gico.
\n
\n5.1.\u00a0 Consolidar el sentido de pertenencia<\/strong>
\n
\nEn orden a la educaci\u00f3n para la pertenencia eclesial, en estos a\u00f1os, hemos descubierto y experimentado la urgencia de un atento y profundizado camino educativo. Comprende, sobre todo, la experiencia de identificaci\u00f3n que la comunidad eclesial con que los j\u00f3venes est\u00e1n en contacto, sabe presentar y sostener. La identificaci\u00f3n es, efectivamente, el proceso que impulsa a una persona a hacer propios los valores y los proyectos en una vivencia afectiva, sentida a causa de su inserci\u00f3n en una situaci\u00f3n concreta.
\nLa pertenencia es como el resultado de la identificaci\u00f3n: el \u00e9xito evaluable del proceso que lleva a un joven a considerar la instituci\u00f3n, las personas que la componen, los valores que en ella circulan, como un punto de referencia decisivo para la evaluaci\u00f3n y para las operaciones que marcan su existencia cotidiana.
\nDe la serie de las condiciones que pueden sostener el proceso de identificaci\u00f3n con la comunidad eclesial, nacen nuestros compromisos concretos. Se requiere, ante todo, un m\u00ednimo de interacciones del individuo con la comunidad eclesial a la que se quiere pertenecer. Este m\u00ednimo debe pensarse no en t\u00e9rminos jur\u00eddicos, sino seg\u00fan las l\u00f3gicas de la din\u00e1mica de grupo (compartir los objetivos, percepci\u00f3n de su significado funcional, aceptaci\u00f3n de las normas y de las funciones, experiencias de gratificaci\u00f3n…). Y se requiere tambi\u00e9n el conocimiento y la aceptaci\u00f3n del sistema de valores, creencias y modelos que determinan la propuesta objetiva de la comunidad, hasta definir progresivamente en ellos el proyecto personal de vida.
\nEste proceso conlleva la adquisici\u00f3n y la consolidaci\u00f3n de los contenidos de la experiencia cristiana, la participaci\u00f3n afectiva en los gestos y en los ritos, el reconocimiento de una funci\u00f3n magisterial, la adopci\u00f3n de los modelos propuestos para la soluci\u00f3n de los problemas personales. Se requiere, adem\u00e1s, la percepci\u00f3n de ser aceptado en\u00a0 la comunidad. Y esto supone la inserci\u00f3n en una trama de relaciones que no deben ser ni burocr\u00e1ticos ni formalizados, una amplia distribuci\u00f3n de informaciones y de funciones, un grupo no demasiado amplio.
\nEn un tiempo de pluralismo, se requiere, finalmente, la capacidad de armonizar a nivel personal las diversas pertenencias, para resolver los conflictos que broten de ello, integrando y controlando las diferentes propuestas alrededor de una pertenencia que funcione como referencia totalizante.
\n
\n5.2.\u00a0\u00a0 La funci\u00f3n de los lugares eclesiales<\/strong>
\n
\nEl apoyo de la pertenencia eclesial est\u00e1 asegurado ante todo por la experiencia ofrecida por los lugares eclesiales (estructuras, grupos y movimientos, proyectos…). En nuestra tradici\u00f3n educativa tenemos muchos de estos lugares eclesiales. Pero, por desgracia, los profundos cambios culturales actuales los ponen en crisis o reducen ampliamente su funcionalidad.
\nLos j\u00f3venes definen cada vez m\u00e1s su identidad personal, captan los problemas y elaboran las respuestas fuera de los lugares educativos tradicionales. Los lugares de la vida cotidiana son vividos muchas veces como lugares alternativos respecto de los eclesiales y educativos tradicionales. En este desaf\u00edo debe repensarse decididamente la funci\u00f3n de los lugares eclesiales, para restituirles su fuerza de propuesta y su funcionalidad educativa. Tres operaciones me parecen particularmente urgentes. Las cito en frases rapid\u00edsimas.
\nSe trata, ante todo, de restituir a los lugares educativos tradicionales la capacidad de alta significatividad de que han gozado durante tanto tiempo. La identificaci\u00f3n educativa parte precisamente de esta experiencia.
\nSe requiere luego, por parte de la comunidad eclesial, la capacidad de reconciliarse con los lugares de la vida cotidiana, evitando las f\u00e1ciles generalizaciones que han introducido algunas veces juicios negativos en relaci\u00f3n con lo existente s\u00f3lo porque no logramos controlarlo como hubi\u00e9ramos deseado.
\nFinalmente, deben ponerse en acto aquellos procesos educativos que sepan restituir a los lugares eclesiales la funci\u00f3n de evaluaci\u00f3n y de referencia (y no de alternativa) respecto de la cotidianidad, sobre todo a trav\u00e9s de la funci\u00f3n de adultos significativos y responsables.
\n
\n\u00a05.3.\u00a0 Experiencias fuertes e interiorizaci\u00f3n<\/strong>
\n
\nSi queremos hacer descubrir la Iglesia, no nos basta con recorrer el camino de la informaci\u00f3n: palabras, documentos, modelos; en esta situaci\u00f3n cultural dejan realmente el tiempo que han encontrado. La confrontaci\u00f3n con muchas interesantes realizaciones impulsa a reconocer la urgencia de experiencias fuertes, capaces de desencadenar atenci\u00f3n y crisis, para abrir hacia lo in\u00e9dito, y, por consiguiente, de personalidades fuertes, capaces de crear identificaci\u00f3n y escucha. Lo exige tambi\u00e9n la calidad de la propuesta cristiana, que no puede reducirse a algo que se da por descontado y tranquilizador.
\nPero, en una situaci\u00f3n cultural como la actual, no podemos olvidar que la urgencia de hacer propuestas va fuertemente unida a la calidad de las propuestas mismas. Sobre todo, no podemos ignorar, en cualquier propuesta, la necesidad ineludible de asegurar siempre las condiciones irrenunciables para favorecer la interiorizaci\u00f3n de la propuesta y su capacidad liberadora y creadora de responsabilidades..
\nAdem\u00e1s, en un tiempo de amplia complejidad, es obligado ofrecer pluralidad de propuestas, como expresi\u00f3n diferenciada de un cuadro unitario fundamental. Esta pluralidad de propuestas es una respuesta a situaciones diferenciadas. De este modo las propuestas resultan concretas, abiertas hacia todo, orientadas hacia los referentes concretos a los que quiere dirigirse.
\n
\n\u00a05.4.\u00a0 Un itinerario<\/strong>
\n\u00a0<\/strong>
\nLa \u00faltima nota se refiere al camino l\u00f3gico que, en la actual situaci\u00f3n cultural y social, puede llevar a un sentido maduro de pertenencia eclesial. La tradici\u00f3n educativa y pastoral suger\u00eda un camino que part\u00eda de la Iglesia para llegar al encuentro con Jes\u00fas. La calidad de la vida ofrec\u00eda una especie de examen para medir la correcci\u00f3n del encuentro y de la decisi\u00f3n.
\nLa operaci\u00f3n pod\u00eda funcionar en un contexto cultural diferente del nuestro. Ahora debemos tener en cuenta la crisis producida por el subjetivismo y por la pretensi\u00f3n de hacer experiencias, midi\u00e9ndonos con los problemas y acogiendo las aportaciones positivas.
\nIntento, pues, imaginar un camino que piense el dato tradicional dentro de algunas novedades culturales y eclesiol\u00f3gicas. Lo hago dando voz a muchas realizaciones en acto y, para ello, me limito a una especie de \u00edndice razonado de intervenciones y de preocupaciones.
\n
\nLa primera etapa: una necesidad de humanidad aut\u00e9ntica<\/strong>
\n
\nPara consolidar la experiencia eclesial, ante todo, es necesario reconstruir y estabilizar una madura experiencia religiosa. La pertenencia a la Iglesia funciona seg\u00fan par\u00e1metros radicalmente diversos de los t\u00edpicos de las otras pertenencias: las ventajas son sustituidas por la entrega al misterio y por la responsabilidad vocacional.
\nConsidero la experiencia religiosa como la b\u00fasqueda de un significado para la propia vida, colocado m\u00e1s all\u00e1 de los que cada uno produce, en el ejercicio de sus opciones y de las orientaciones cotidianas. Ella es, por lo tanto, b\u00fasqueda, espera, apertura hacia la trascendencia.
\nEste modelo se coloca en el centro de los desaf\u00edos que la cultura de hoy nos lanza. Propone un modo, a veces alternativo a la l\u00f3gica del secularismo y de la autosuficiencia, pero lo hace con un estilo que resulta visible tambi\u00e9n en esta situaci\u00f3n. Y sugiere una reconstrucci\u00f3n de la identidad personal en un tiempo en que parece estar muchas veces en crisis, mediante la experiencia, la alegr\u00eda y la participaci\u00f3n, del l\u00edmite como dimensi\u00f3n aut\u00e9ntica de la existencia.
\n
\nEl encuentro con Jes\u00fas el Se\u00f1or<\/strong>
\n
\nLa experiencia religiosa representa el nivel m\u00e1s alto de maduraci\u00f3n humana: un hombre abierto a lo trascendente es verdadera y plenamente hombre. Pero nuestro servicio de educadores de la fe no termina en este nivel de humanizaci\u00f3n. Para educar en la fe debemos abrir hacia la confrontaci\u00f3n de un evento revelado: la vida cristiana plena se cumple en Jesucristo y se hace comprensible s\u00f3lo en la fe en \u00c9l.
\nPropongamos con fuerza y audacia a Jesucristo: c\u00f3mo encuentra el signo concreto y desconcertante de la presencia de Dios en la historia y de su proyecto por la vida del hombre. Narremos su Evangelio para sostener y consolidar el encuentro con \u00c9l.
\n
\nDel encuentro con Jes\u00fas al descubrimiento de la Iglesia<\/strong>
\n
\nEl encuentro con Jesucristo tiene siempre un sentido eclesial. Comienza en la experiencia de aquella Iglesia peque\u00f1a y concreta que el joven constata y comparte en la vivencia de la comunidad educativa, de los educadores y de los adultos cristianos en los que sabe reconocerse, del grupo o del movimiento al que pertenece. Se consolida en la participaci\u00f3n plena de la Iglesia,\u00a0 \u201csacramento universal de salvaci\u00f3n\u201d (LG 1).
\nSin la fe de la Iglesia, nuestra fe ser\u00eda m\u00e1s pobre: no sabr\u00edamos d\u00f3nde enraizar nuestra decisi\u00f3n por Jesucristo y carecer\u00edamos de referencias preciosas para vivir como creyentes. Sin la vida de la Iglesia estar\u00edamos lejanos del lugar donde experimentar, de modo privilegiado, el don de la salvaci\u00f3n. Pero el testimonio de fe de la Iglesia, en su largo camino, no es s\u00f3lo una repetici\u00f3n pasiva de hechos y palabras entregadas una vez por todas de forma exclusiva. Proclamando su fe, la Iglesia la interpreta, la comprende m\u00e1s a fondo, la escribe viva y actual.
\n
\nLa vida lit\u00fargica y sacramental<\/strong>
\n
\nLa vida eclesial se traduce y se expresa en una precisa e intensa dimensi\u00f3n de celebraci\u00f3n. Acerca de la importancia de este nivel formativo todos est\u00e1n de acuerdo. Las posiciones se distancian cuando la exigencia se expresa seg\u00fan modelos pr\u00e1cticos y modalidades educativas. Para no quedarnos en el aire, recuerdo algunas caracter\u00edsticas de este momento del itinerario:
\nOraci\u00f3n, liturgia y sacramentos poseen tambi\u00e9n una clara connotaci\u00f3n formativa. Representan uno de los momentos en que los j\u00f3venes son ayudados a madurar como hombres nuevos, y el momento supremo de su experiencia cristiana y eclesial. Forman, pues, parte de las intervenciones de que la comunidad eclesial se sirve para hacer madurar a los j\u00f3venes.
\nTambi\u00e9n en orden a la vida lit\u00fargica y sacramental quien comparte la referencia a la Encarnaci\u00f3n reconoce la posibilidad de intervenir, con la gradualidad y el sentido concreto que caracteriza el acto educativo. Por esto, est\u00e1 prevista la educaci\u00f3n en los s\u00edmbolos, en los ritos y en los gestos: reconstruido este tejido antropol\u00f3gico, resulta m\u00e1s f\u00e1cil celebrar la liturgia del Se\u00f1or Resucitado.
\nEn esta perspectiva encuentra significado particular la b\u00fasqueda de una metodolog\u00eda que ponga en di\u00e1logo la necesidad natural juvenil de hacer fiesta con la celebraci\u00f3n de Jesucristo, Se\u00f1or de la vida y raz\u00f3n de la fiesta sin l\u00edmites, en todas las expresiones significativas y cotidianas de la vida del joven.
\nEl compromiso de la comunidad eclesial se concentra en la revitalizaci\u00f3n y revaloraci\u00f3n de la pr\u00e1ctica sacramental de la Reconciliaci\u00f3n y de la Eucarist\u00eda. Por una parte es importante educar para acoger eventos que son don y misterio; y, por otra, expresar tambi\u00e9n estas celebraciones un estilo y con modalidades que sean cercanas, significativas y comprensibles para los j\u00f3venes, en las diversas culturas.
\n
\nAl servicio de una nueva calidad de vida<\/strong>
\n
\nUna expl\u00edcita preocupaci\u00f3n vocacional es el \u00e9xito de todo crecimiento en la madurez humana y cristiana. El punto de referencia para comprender la vocaci\u00f3n cristiana es el Reino de Dios: la pasi\u00f3n por la vida en el nombre del Dios de la vida, que se hace compasi\u00f3n para la vida de todos, al seguimiento de Jes\u00fas.
\nTodo creyente est\u00e1 llamado a vivir su cotidiana existencia como compromiso por la progresiva actuaci\u00f3n del Reino de Dios. Los modos pueden ser diversos. La intenci\u00f3n es \u00fanica y global: compartir apasionadamente la causa de Jes\u00fas. Las m\u00faltiples expresiones vocacionales son la traducci\u00f3n en situaci\u00f3n de la \u00fanica vocaci\u00f3n cristiana.
\n <\/p>\n\n
\nConcluyo mis reflexiones volviendo a la memoria de la que part\u00ed. Es interesante constatar la conclusi\u00f3n del libro de los Hechos<\/em>. No terminan, como sabemos, con la muerte de Pablo (como ser\u00eda l\u00f3gico en una \u201ccr\u00f3nica\u201d), sino en la descripci\u00f3n feliz de Pablo que anuncia el Evangelio de Jes\u00fas, a pesar de las cadenas.
\nLa Iglesia de Te\u00f3filo, a la que Lucas dedica el libro con un cl\u00e1sico juego literario, es una Iglesia que tiene miedo de lo que est\u00e1 sucediendo. LosHechos<\/em> relanzan la esperanza reclamando la responsabilidad del anuncio misionero. Bien interpretados, impulsan a la esperanza, si es verdad que basta poner a los enfermos a la sombra de Pedro para hacerles encontrar la salud y que el cojo salta y baila de alegr\u00eda, para que todos sepan que s\u00f3lo Jes\u00fas es el Se\u00f1or.
\n\u00c9sta es la esperanza anunciada en los Hechos<\/em>. El nombre de Jes\u00fas devuelve vida y futuro. Encontramos la esperanza cuando encontramos la alegr\u00eda y el valor de proclamarlo con fuerza.
\nLa propuesta de los Hechos<\/em> es de gran actualidad. Se sit\u00faa en el grito hacia la esperanza que brota de los hombres y de las mujeres de este tiempo, apremiados por la angustia de la crisis de sentido y por la desesperaci\u00f3n de la ola de muerte que nos envuelve. Sugiere tambi\u00e9n la respuesta, precisa y perentoria: el anuncio del nombre de Jes\u00fas.
\nTambi\u00e9n nosotros buscamos esperanza, en la compa\u00f1\u00eda sufrida de tantos hermanos en humanidad. Reconocemos que el don del Evangelio de Jes\u00fas se nos ha entregado para que lo compartamos entre nosotros y con los dem\u00e1s. En este servicio de evangelizaci\u00f3n, regalamos y nos regalamos esperanza. \u00a0\u00a0 En el anuncio valiente del Evangelio experimentamos qui\u00e9nes somos y para qu\u00e9 estamos. Tambi\u00e9n nosotros hoy, a pesar de los rechazos, las persecuciones, los retrasos, las incertidumbres y las traiciones, seguimos en la Iglesia anunciando el Evangelio de la esperanza hasta los confines del mundo. Y ninguna cadena puede bloquear nuestra pasi\u00f3n evangelizadora.
\n <\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":"