{"id":8341,"date":"2005-12-01T00:00:49","date_gmt":"2005-11-30T22:00:49","guid":{"rendered":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/?p=8341"},"modified":"2005-12-01T00:00:49","modified_gmt":"2005-11-30T22:00:49","slug":"ante-el-dinamismo-consumista","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/ante-el-dinamismo-consumista\/","title":{"rendered":"Ante el dinamismo consumista"},"content":{"rendered":"

S\u00ed, nada,<\/em><\/p>\n

nada<\/em> era nuestro ya: todo nuestro amo<\/em><\/p>\n

(Claudio Rodr\u00edguez)<\/p>\n

 
\nExplica Daniel Bell que la verdadera revoluci\u00f3n de la sociedad moderna se produjo en el curso de los a\u00f1os veinte cuando la producci\u00f3n de masa y un fuerte consumo empezaron a transformar la vida de la clase media. Desde entonces, el punto de referencia m\u00e1s crucial para caracterizar la sociedad y el individuo moderno es seguramente el consumo. De manera muy f\u00e1cil nos hemos habituado a denominaciones como sociedad de consumo, civilizaci\u00f3n de consumo, era de consumo, homo consumens<\/em> (Carlos Diaz<\/strong>). Sin duda, uno de los datos m\u00e1s reveladores de los h\u00e1bitos y de la conciencia del hombre occidental es el dinamismo consumista que nos envuelve y arrastra. Constituye la gran religi\u00f3n de las sociedades desarrolladas. Seduce y atrae de forma irrestible.
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\nEl consumo est\u00e1 realmente en la m\u00e9dula de\u00a0 nuestra sociedad. Pero hablar de sociedad consumista no significa hablar de una sociedad en la que todo el mundo consume, sino de una sociedad en la que las gentes consumen bienes fundamentalmente superfluos. Es decir, una sociedad consumista es aquella cuyo dinamismo central est\u00e1 configurado por los bienes de consumo superfluo. En nuestra sociedad es f\u00e1cilmente perceptible c\u00f3mo se ha pasado de la satisfacci\u00f3n a la insaciabilidad de las necesidades y c\u00f3mo se ha desbordado el af\u00e1n de tener y consumir. Y la excesiva posibilidad de alcanzar toda clase de bienes materiales \u201chace a los hombres esclavos de la posesi\u00f3n y del goce inmediato sin otro horizonte que la multiplicaci\u00f3n o continua sustituci\u00f3n de los objetos que se poseen\u201d (SRS 28).
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\nRealmente, ante el af\u00e1n consumista, hay que proclamar con el poeta que nada es nuestro ya; el tener, el consumir se ha convertido en nuestro amo. Nos volvemos siervos. Como explica Carlos Diaz, cuanto m\u00e1s posees, menos te posees. Porque el tener ahoga el ser, embota la sensibilidad, genera soledad y propicia actitudes depredadoras, competitividad desaforada y sumisi\u00f3n fetichista a los poderosos. Supone un cambio profundo de valores, que alcanza al hombre, al estilo de vida, a las relaciones sociales, y que produce alienaci\u00f3n (V\u00edctor Renes<\/strong>). Se convierte en el valor supremo de la vida y a \u00e9l se sacrifica todo. El tener llega a apropiarse del ser y esta clausura antropol\u00f3gica impide comprender la verdadera solidaridad interhumana. Se llega a pensar que cuanto m\u00e1s se tiene, m\u00e1s se es. De ah\u00ed, la fiebre posesiva y acumulativa, alimentada por la competitividad psicol\u00f3gica (no ser menos que el otro) y por la apariencia.
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\nEs necesario y urgente que la tarea educativa se sit\u00fae ante esta situaci\u00f3n antropol\u00f3gica y social para orientar y conducir a las personas a ser capaces de llegar a tener las riendas de su consumo, porque, como se\u00f1alaba m\u00e1s arriba, realmente uno de los primeros riesgos del consumo consiste en quedar prisionero entre sus redes. Pero, sobre todo, la educaci\u00f3n tiene que situar el consumo frente a la justicia y promover un consumo justo. Lo es, cuando no da\u00f1a ni a los dem\u00e1s seres humanos ni al medio ambiente. Exige estilos de vida sostenibles, responsabilidad y lucidez para valorar las posibles nocivas consecuencias. Quiz\u00e1s, desde esta perspectiva, tiene que ser capaz de promover, en vez de una sociedad del consumo, una sociedad de la austeridad.
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\nTambi\u00e9n pastoralmente es necesario discernir que los valores del consumo se sit\u00faan en el polo opuesto al camino del ser, que significan la m\u00e1s fuerte contradicci\u00f3n a la calidad de la vida humana. Pero, sobre todo, hay que subrayar su car\u00e1cter idol\u00e1trico: es un tremendo rival de Dios, porque \u201cno es posible servir a Dios y al dinero\u201d (Lc 16,13). En la sociedad y en la persona consumista no hay sitio para la solidaridad, ni para la gratuidad; pero tampoco lo hay para Dios.
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\nY Dios se nos da y se nos entrega gratuitamente. Una vez m\u00e1s, en esta Navidad. Por este don, por este regalo, tambi\u00e9n los humanos podemos traspasar las barreras del ego\u00edsmo y de la indiferencia, del tener y del consumir. Podemos darnos fraterna y solidariamente. Amigos y amigas de Misi\u00f3n Joven<\/strong> \u00a1feliz Navidad en Aquel que es amor y nos lo regala!<\/p>\n

EUGENIO ALBURQUERQUE<\/p>\n

directormj@misionjoven.org<\/p>\n

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