{"id":8363,"date":"2005-11-01T00:00:05","date_gmt":"2005-10-31T22:00:05","guid":{"rendered":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/?p=8363"},"modified":"2005-11-01T00:00:05","modified_gmt":"2005-10-31T22:00:05","slug":"vivir-en-cristiano-la-familia","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/vivir-en-cristiano-la-familia\/","title":{"rendered":"Vivir en cristiano la familia"},"content":{"rendered":"
Eugenio Alburquerque Frutos Eugenio Alburquerque<\/p>\n estudios@misionjoven.org<\/p>\n Eugenio Alburquerque Frutos Eugenio Alburquerque es Director de Misi\u00f3n Joven S\u00cdNTESIS DEL ART\u00cdCULO El art\u00edculo es una reflexi\u00f3n b\u00e1sica sobre la perspectiva antropol\u00f3gica y teol\u00f3gica de la familia. Desde la antropolog\u00eda se\u00f1ala las notas principales que la definen como comunidad y como instituci\u00f3n social. Desde la teolog\u00eda, a partir de las mismas ra\u00edces […]<\/p>\n","protected":false},"author":3,"featured_media":0,"comment_status":"closed","ping_status":"closed","sticky":false,"template":"","format":"standard","meta":{"_et_pb_use_builder":"","_et_pb_old_content":"","_et_gb_content_width":"","footnotes":""},"categories":[1016,465,94],"tags":[],"class_list":["post-8363","post","type-post","status-publish","format-standard","hentry","category-estudios-346","category-eugenio-alburquerque-frutos","category-mision-joven-2"],"_links":{"self":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/8363","targetHints":{"allow":["GET"]}}],"collection":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/posts"}],"about":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/types\/post"}],"author":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/users\/3"}],"replies":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/comments?post=8363"}],"version-history":[{"count":0,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/8363\/revisions"}],"wp:attachment":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/media?parent=8363"}],"wp:term":[{"taxonomy":"category","embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/categories?post=8363"},{"taxonomy":"post_tag","embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/tags?post=8363"}],"curies":[{"name":"wp","href":"https:\/\/api.w.org\/{rel}","templated":true}]}}
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\nEugenio Alburquerque<\/strong> es Director de Misi\u00f3n Joven
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\nS\u00cdNTESIS DEL ART\u00cdCULO<\/strong>
\nEl art\u00edculo es una reflexi\u00f3n b\u00e1sica sobre la perspectiva antropol\u00f3gica y teol\u00f3gica de la familia. Desde la antropolog\u00eda se\u00f1ala las notas principales que la definen como comunidad y como instituci\u00f3n social. Desde la teolog\u00eda, a partir de las mismas ra\u00edces evang\u00e9licas, intenta presentar los valores que han de caracterizar a la familia humana y proyectar el significado aut\u00e9ntico de la familia cristiana.
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\nCuenta una leyenda india que una princesa bell\u00edsima recibi\u00f3 de su prometido un pesado paquete como regalo en el d\u00eda de su cumplea\u00f1os. Impaciente por la curiosidad, lo abri\u00f3 enseguida y, en medio de abundante envoltorio encontr\u00f3 una gruesa bala de ca\u00f1\u00f3n. Se qued\u00f3 muy desilusionada y llena de furia tir\u00f3 contra el suelo el proyectil de bronce. Al caer se abri\u00f3 la capa exterior y apareci\u00f3 una peque\u00f1a bola de plata. La princesa mud\u00f3 de color y agach\u00e1ndose la recogi\u00f3. Al tomarla en sus delicadas manos y empezar a darle vueltas, la bola de plata se abri\u00f3 tambi\u00e9n y apareci\u00f3 un peque\u00f1o estuche de oro. Ahora la princesa estaba radiante; abri\u00f3 el estuche con mucho cuidado y, en su interior, sobre un blando terciopelo azul, destacaba una maravillosa sortija engarzada con espl\u00e9ndidos brillantes, que hac\u00edan corona a dos sencillas palabras: \u201cte amo\u201d.
\nEs posible que en nuestra sociedad se est\u00e9 extendiendo la impresi\u00f3n de que la familia no es nada m\u00e1s que un pesado paquete que hay que arrinconar en el desv\u00e1n de la historia. \u00bfPor qu\u00e9 no atreverse a desatarlo y abrirlo para ver lo que hay dentro? \u00bfPor qu\u00e9 antes de enviarlo al ba\u00fal de los recuerdos, de almacenarlo entre los trastos viejos, de retirarlo de la circulaci\u00f3n, no desembalarlo, examinar y reconocer su contenido? Esta es la intenci\u00f3n de este art\u00edculo: analizar y sopesar la verdad de la familia desde las mismas ra\u00edces de la condici\u00f3n humana y de la fe cristiana.
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\nCon motivo de la celebraci\u00f3n del\u00a0 A\u00f1o Internacional de la Familia, se difundi\u00f3 como\u00a0 slogan<\/em> que intentaba definir su sentido m\u00e1s genuino y profundo: \u201cla m\u00e1s peque\u00f1a democracia en el coraz\u00f3n de la sociedad\u201d.\u00a0 Se subrayaba as\u00ed su naturaleza social y el esp\u00edritu que deber\u00eda sostenerla e impulsarla din\u00e1micamente. La familia ha sido considerada siempre como la expresi\u00f3n primera de la naturaleza social del hombre. Aparece inmediatamente como una instituci\u00f3n, como un grupo social y tambi\u00e9n como un peculiar sistema de comunicaci\u00f3n, participaci\u00f3n y socializaci\u00f3n. Realmente constituye la c\u00e9lula primera y vital de la sociedad.
\nAbundan las definiciones sobre la familia, consider\u00e1ndola desde diversas perspectivas: antropol\u00f3gica, sociol\u00f3gica, \u00e9tica o jur\u00eddica. Pero dif\u00edcilmente nos encontramos con una definici\u00f3n que logre satisfacer plenamente a todos. En general resultan gen\u00e9ricas, ambiguas, excesivamente amplias. Con estas ambig\u00fcedades se encuentra el derecho de la familia: no parte de una definici\u00f3n precisa. La Constituci\u00f3n Espa\u00f1ola, por ejemplo, le reconoce un lugar muy importante como instituci\u00f3n fundamental de convivencia y le asegura la protecci\u00f3n social, econ\u00f3mica y jur\u00eddica por parte de los poderes p\u00fablicos (art. 39); pero, sin embargo, no la define. Lo cual motiva que los cambios y transformaciones que se producen o que se quieren introducir pretendan todos ampararse en la Constituci\u00f3n. Lo mismo se podr\u00eda decir sobre la Constituci\u00f3n Europea, en la que la familia incluso ocupa un lugar muy reducido.
\nAnte tales dificultades y ambig\u00fcedades, desde una perspectiva antropol\u00f3gica, conviene fijarse m\u00e1s que en una definici\u00f3n concreta, en los datos que provienen de la antropolog\u00eda y la sociolog\u00eda y que describen su rostro m\u00e1s genuino.
\nSociol\u00f3gicamente es posible describir la familia como una instituci\u00f3n social, es decir, como una entidad socialmente reconocida, mediante la cual se realizan unos servicios y se cumplen unas tareas importantes para el desarrollo de los individuos y de los grupos sociales. Es cierto que el Estado asume hoy muchas funciones que tradicionalmente desempe\u00f1aba la familia (por ejemplo, en el cuidado de ancianos y enfermos o en el campo de la educaci\u00f3n), y que los medios de comunicaci\u00f3n transmiten tambi\u00e9n comportamientos y valores de los que se ocupa la familia. Pero, a pesar de estas tendencias, permanecen un conjunto de servicios, funciones y tareas que la familia sigue desempe\u00f1ando. Actualmente, figuran entre ellos, ante todo, el cuidado y la educaci\u00f3n de los hijos y la creaci\u00f3n de un \u00e1mbito de vida privada.
\nPor tanto, la familia se comprende como un grupo social que tiene su fundamento, en primer lugar, en la relaci\u00f3n de los esposos entre s\u00ed y entre padres e hijos. Constituye el grupo social primario por excelencia. Se caracteriza por una asociaci\u00f3n y cooperaci\u00f3n \u00edntimas, cuyo resultado es una cierta fusi\u00f3n de los individuos dentro del todo com\u00fan. Como todo grupo primario, atiende a las necesidades psicol\u00f3gicas de los individuos, modela los elementos centrales de la personalidad y responde a sus necesidades de afecto, seguridad e intimidad. Es el \u00e1mbito natural en el que el hombre adquiere conciencia de su dignidad, del hecho de ser amado y querido por s\u00ed mismo. Deviene as\u00ed, el lugar del desarrollo personal: no s\u00f3lo los hijos, sino tambi\u00e9n los mismos padres encuentran en la familia un est\u00edmulo o un obst\u00e1culo para su realizaci\u00f3n y desarrollo.
\nEn este sentido, representa un sistema de comunicaci\u00f3n y socializaci\u00f3n. Como han advertido algunos soci\u00f3logos, la familia funciona como una especie de \u00abtaller antropol\u00f3gico\u00bb.\u00a0 Dentro de \u00e9l, el ser humano es gestado, arropado y educado; es incluso acompa\u00f1ado hasta su muerte. A diferencia de cualquier otra forma o instituci\u00f3n social, s\u00f3lo en la familia importa el individuo en s\u00ed mismo y por s\u00ed mismo. Es decir, el lazo familiar es un lazo personal y propio; cada ser humano importa por ser \u00e9l mismo, independientemente de la utilidad o rentabilidad social, cultural, profesional. El reci\u00e9n venido a este mundo, para desarrollarse humanamente, tiene muchas necesidades y exigencias a las que, aunque sea de manera desigual, seg\u00fan la situaci\u00f3n real, responde la familia. Entre estas exigencias se encuentran especialmente: la necesidad de acogida, afecto, aprendizaje y comunicaci\u00f3n. La familia representa el habitat<\/em> personal y primario del hombre, donde nace, crece y muere como persona humana. De manera que la condici\u00f3n de ser familia no es otra cosa que realizar el nacer, vivir y morir seg\u00fan las exigencias de un amor radical e incondicional que surge de la dignidad personal de quien nace, vive y muere.
\nPero, aunque la familia constituye una instituci\u00f3n social, no es, sin embargo, simplemente, una realidad o estructura socio-cultural. Sus ra\u00edces m\u00e1s hondas son las antropol\u00f3gicas. Es decir, la familia es una estructura exigida por el ser mismo del hombre y que ata\u00f1e al nivel m\u00e1s profundo de sus necesidades. De suyo, pertenece a la estructura misma de ser hombre. Su verdad m\u00e1s fundamental radica en que el hombre es un \u00abser familiar\u00bb. Es decir, la familia no nace simplemente de estructuras sociales o econ\u00f3micas, ni se sostiene fortuitamente; constituye, m\u00e1s bien, la premisa de la existencia y de cualquier nueva vida humana.
\nLa familia arranca de la uni\u00f3n conyugal; est\u00e1 conformada por lo que constituye la esencia misma de esta uni\u00f3n; y llega a ser un \u00abnosotros\u00bb, una comunidad de personas que constituye, en realidad, la primera sociedad humana. Realmente, m\u00e1s que una unidad social, econ\u00f3mica o jur\u00eddica, como a veces se entiende simplemente, la familia es una comunidad de amor y de solidaridad<\/em>. Es decir, la familia encuentra su fundamento no en la organizaci\u00f3n social, en el contrato, o en la ley, sino en la capacidad de amar familiarmente y desarrollarse solidariamente.
\nAmar familiarmente significa amar en la familia y desde la familia, sintiendo vivamente esta pertenencia que llega a impregnarlo todo. Desde la perspectiva familiar, el amor promueve la vida y el bien de todos sus miembros; unos y otros comparten rec\u00edprocamente lo mejor de s\u00ed mismos. En la familia, el amor constituye la fuerza interior que la orienta e impulsa a una unidad cada vez m\u00e1s profunda, que es el fundamento de la comunidad conyugal y familiar.
\nY es adem\u00e1s comunidad de solidaridad. No se trata, simplemente, de la solidaridad entendida como valor \u00e9tico; es la solidaridad que atraviesa las barreras y fronteras humanas y que nos hace sentir la cercan\u00eda y el influjo de los otros, que promueve el reconocimiento de todos, la participaci\u00f3n y el compartir juntos. Esta trama de solidaridad alcanza su mayor intensidad precisamente en la familia, porque en ella se encuentran las ra\u00edces de la existencia. La solidaridad no es algo abstracto e indeterminado; m\u00e1s bien se trata de un valor muy concreto y preciso. En la familia llega al grado m\u00e1s alto de intensidad y proximidad. As\u00ed, por ejemplo, los hijos llevan impresas las pruebas de la solidaridad que los une a sus padres, no s\u00f3lo en el esp\u00edritu sino tambi\u00e9n en todo el cuerpo. Y no es s\u00f3lo la herencia gen\u00e9tica, sino tambi\u00e9n el influjo educativo, que es siempre decisivo.
\nEsta comprensi\u00f3n de la familia como comunidad de amor y de solidaridad manifiesta algunos aspectos irrenunciables de su verdadera naturaleza humana. Y desde esta comprensi\u00f3n antropol\u00f3gica es posible llegar tambi\u00e9n a la representaci\u00f3n de la familia como microsociedad, como verdadera c\u00e9lula constitutiva de la sociedad; no s\u00f3lo en el sentido que la sociedad engloba la familia, sino tambi\u00e9n en un sentido m\u00e1s existencial, en virtud del cual, dentro de la familia crecen y maduran los individuos a una relaci\u00f3n familiar m\u00e1s universal, a la fraternidad y solidaridad con todos los hombres.
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\nPara llegar a comprender el sentido de la familia, es importante llegar a sus ra\u00edces y or\u00edgenes. \u00bfC\u00f3mo y por qu\u00e9 surge? \u00bfqui\u00e9n la instituye? \u00bfes simplemente algo natural? Nadie parece dudar hoy que la familia tiene un origen natural o biol\u00f3gico; tanto la atracci\u00f3n sexual entre la pareja como las funciones b\u00e1sicas de la procreaci\u00f3n y del cuidado de los hijos parecen avalarlo. La misma especie humana necesita organizar los v\u00ednculos de parentesco (de matrimonio y de filiaci\u00f3n) para asegurar as\u00ed la continuaci\u00f3n del grupo humano. Pero, al mismo tiempo, no se puede negar tampoco su car\u00e1cter cultural: la estructura y las funciones de la instituci\u00f3n familiar est\u00e1n sometidas a las variaciones de la evoluci\u00f3n hist\u00f3rica. De manera que la familia es, al mismo tiempo, una realidad natural y cultural, y en cuanto tal es moldeada por la cultura de cada pueblo y de cada tiempo.
\nPrecisamente por ser una realidad social, a lo largo de la historia se han desarrollado distintos tipos de familia, unos muy simples y otros m\u00e1s amplios y extensos. En la actualidad, se tiende a la llamadafamilia nuclear<\/em>; es la familia elemental, reducida, formada por marido, mujer e hijos, aunque en algunos casos convivan tambi\u00e9n con ellos una o m\u00e1s personas (por ejemplo, los abuelos). Es el tipo m\u00e1s universal y representa ya el modelo tradicional<\/em> en las sociedades occidentales.
\nPero actualmente se habla tambi\u00e9n de familia post-nuclear<\/em> como una variaci\u00f3n o alternativa a la familia nuclear. Este nuevo modelo de familia tender\u00eda a separar un conjunto de aspectos que en la familia nuclear se han vivido unidos (necesidades sexuales, procreaci\u00f3n, intimidad).\u00a0 Hoy nos encontramos ante nuevas formas de familia que se han ido generando desde los comienzos del siglo XX: comunas, amor libre, cohabitaci\u00f3n, parejas de hecho, matrimonio abierto o colectivo, familias monoparentales, etc. Se trata no solo de m\u00faltiples situaciones in\u00e9ditas, sino tambi\u00e9n de una gran variedad de formas y de matices seg\u00fan las clases sociales, las creencias religiosas y los niveles culturales. \u00bfHasta qu\u00e9 punto es posible reconocer en estas nuevas formas sociales el significado que alcanza la familia? \u00bfPueden desarrollar y cumplir las funciones propias de la familia?
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\n2.1. Funciones de la familia<\/strong>
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\nSea cual sea el modelo cultural, la instituci\u00f3n familiar ha tenido y tiene asignadas un conjunto de funciones que cumplir y desempe\u00f1ar. Se han se\u00f1alado con mayor frecuencia y relevancia: satisfacer las necesidades f\u00edsicas de sus miembros (alimento, vestido, vivienda, salud), formar los roles sexuales, cubrir las necesidades afectivas,\u00a0 favorecer la salud mental, fortalecer la personalidad, estimular las actitudes de aprendizaje, apoyar la creatividad, preparar para la participaci\u00f3n, integraci\u00f3n y aprendizaje social. Teniendo esto en cuenta, parece posible concentrarlas en torno a cuatro grandes funciones a las que la familia est\u00e1 llamada a atender hoy de una manera especial.
\nExiste, ante todo, una primera funci\u00f3n procreadora, que no termina en el acto de dar a luz, sino que requiere tambi\u00e9n la ayuda y protecci\u00f3n para el desarrollo humano, as\u00ed como el quehacer educativo. Pero, adem\u00e1s, asegurar el sucederse de las generaciones, la continuidad de la historia y, en definitiva, el servicio a la vida, sigue siendo funci\u00f3n primaria de la familia humana. En realidad, la procreaci\u00f3n constituye la prueba m\u00e1s clara de la necesidad natural de la familia. Pero es necesario superar un sentido meramente biol\u00f3gico de procreaci\u00f3n. Los avances cient\u00edficos, el desarrollo de las t\u00e9cnicas de reproducci\u00f3n in vitro<\/em> pueden suplantar a la familia como unidad de reproducci\u00f3n si \u00e9sta se entiende simplemente como un hecho biol\u00f3gico, pero no si se comprende su sentido verdaderamente humano. No se trata de la simple propagaci\u00f3n de la especie, sino de propagarla humanamente<\/em>. Esa es la fuerza humanizadora de la familia, que aparece ya desde el mismo momento de la manifestaci\u00f3n de su funci\u00f3n procreadora.
\nLa instituci\u00f3n familiar representa, adem\u00e1s, la c\u00e9lula primaria de la sociedad. Lo es, porque en ella, la persona es afirmada por vez primera como persona por s\u00ed misma y de forma gratuita; y porque contribuye a la integraci\u00f3n del individuo en su contexto socio-econ\u00f3mico y cultural. Es el agente socializador por excelencia, especialmente en la primera infancia. Es, realmente, la primera y fundamental escuela de socialidad. Esta funci\u00f3n social caracteriza la vida diaria de la familia y representa una aportaci\u00f3n fundamental a la sociedad. Implica un conjunto de aspectos importantes en la realizaci\u00f3n de las personas: el sentido de pertenencia al grupo, la capacidad de situarse en \u00e9l con identidad propia, el aprendizaje de los valores culturales, \u00e9ticos y religiosos, que contienen los ideales hacia los que el hombre se orienta. Se realiza esta funci\u00f3n socializadora siendo ejemplo y est\u00edmulo para implantar un sistema de relaciones sociales sobre los valores que constituyen el clima familiar, como el respeto, el di\u00e1logo, el amor. La familia es para cada individuo el primer lugar de encuentro con el bien, la verdad y la belleza, y, al mismo tiempo, el \u00e1mbito para sentir la necesidad de realizarse en coherencia con ello.
\nEs importante tambi\u00e9n la funci\u00f3n de maduraci\u00f3n de todos los miembros de la familia. Una visi\u00f3n global del comportamiento humano permite comprobar que las relaciones que se establecen en el seno de la familia tienen un influjo de primera magnitud en el proceso de maduraci\u00f3n de las personas. Esto es posible siempre que se llegue a una intimidad conyugal que transcienda el egocentrismo y a un horizonte de vida en com\u00fan. Hoy, la cultura occidental dominante tiende a hacer dif\u00edcil la percepci\u00f3n del amor aut\u00e9ntico. Si a esto se unen otros factores sociales (como, por ejemplo, la movilidad espacial o la independencia econ\u00f3mica de la mujer) es posible comprender la crisis en la pareja y, quiz\u00e1s, tambi\u00e9n en los hijos. Lo importante entonces ser\u00e1 poder encontrar los dinamismos capaces de resolverla.
\nFinalmente, es posible hablar de una funci\u00f3n terap\u00e9utica: la pareja compenetrada y que vive en armon\u00eda favorece el desarrollo de personalidades estables y equilibradas. Por el contrario los conflictos en la pareja, la falta de estabilidad y armon\u00eda, repercuten negativamente en el desarrollo y educaci\u00f3n de la prole.
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\n2.2. La sociedad necesita la familia<\/strong>
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\nTodos los estudios de antropolog\u00eda cultural destacan la importancia de la familia en la sociedad. Es una instituci\u00f3n presente en todas las culturas. Durante muchos siglos, las relaciones sociales han estado profundamente caracterizadas por la presencia de la familia en el tejido social. Quiz\u00e1s, puede aparecer esto de manera especial en la cultura greco-romana. Seg\u00fan Arist\u00f3teles, los Estados surgen de las familias, de manera que la sociedad encuentra su m\u00e1s s\u00f3lido fundamento en el entramado constituido por los v\u00ednculos familiares.
\nEn el mismo sentido subrayaba Cicer\u00f3n que el n\u00facleo de los Estados y sociedades es la familia. En ella tienen su origen todas las instituciones de los pueblos, incluso el Estado: \u201ctodos los seres vivos tienden por instinto a la procreaci\u00f3n, y por ello la primera sociedad es el matrimonio y la siguiente los hijos, es decir la casa donde las cosas son comunes. Este es el principio de la ciudad y, por as\u00ed decirlo, el granero del Estado\u201d (Sobre los deberes<\/em> I, 17). La familia constituye el \u00e1mbito primario de la dimensi\u00f3n social del hombre. Antes de ser ciudadano, el hombre es hijo, hermano, esposo-esposa, padre-madre, es decir, es miembro de una familia; y precisamente por ser miembro de una familia es miembro de una sociedad concreta.
\nLa familia es, pues, un bien muy importante para la sociedad, no s\u00f3lo porque de ella depende la continuidad de su existencia, sino, sobre todo, porque en la familia se establecen, comunican y transmiten los valores, la cultura, los modos de entender la vida. Por eso, la sociedad necesita a la familia y no s\u00f3lo en el sentido demogr\u00e1fico y econ\u00f3mico, sino en un sentido mucho m\u00e1s hondo. Realmente constituye la c\u00e9lula b\u00e1sica de la sociedad: su bienestar est\u00e1 \u00edntimamente unido al bienestar de la familia. De manera que si la familia est\u00e1 en crisis, debilitada y postergada, toda la sociedad resulta tambi\u00e9n amenazada. Por raz\u00f3n de la misma sociedad, por el bien com\u00fan, interesa mucho que el Estado, el derecho, la cultura la promuevan y defiendan a trav\u00e9s de un esfuerzo de renovaci\u00f3n y actualizaci\u00f3n.
\n <\/p>\n\n
\nLa familia cristiana no es diferente de las dem\u00e1s familias. Por eso, desde la teolog\u00eda, lo primero que se debe afirmar es que la fe no impone un modelo familiar, ni tampoco desde la fe se puede imponer un determinado tipo de familia, porque el evangelio no lo propone. Los modelos de familia tienen, m\u00e1s bien, ra\u00edces antropol\u00f3gicas, sociales, culturales. Lo propio de la familia cristiana no est\u00e1 en el sustantivo (familia), sino en el adjetivo (cristiana). Es decir, la diferencia radica en ser una comunidad creyente y eclesial. En la familia cristiana hay una opci\u00f3n de fe que orienta el discernimiento de los modelos y el compromiso por los valores humanos y evang\u00e9licos. En este sentido podemos decir que m\u00e1s que hablar de familia cristiana habr\u00eda que hablar de vivir en cristiano la familia.
\nDesde la iluminaci\u00f3n b\u00edblica y la perspectiva de los recientes documentos de la Iglesia voy a intentar reflexionar sobre el proyecto que nos llega desde el evangelio, y a profundizar en la relaci\u00f3n familia-Iglesia. Existen ciertamente en la teolog\u00eda actual las bases para situar la familia como realidad eclesial, lugar de experiencia y anuncio de la fe, \u00e1mbito de evangelizaci\u00f3n y compromiso en la construcci\u00f3n del Reino.
\nEl proyecto cristiano de la familia tiene que confrontarse necesariamente con el evangelio. Aunque en \u00e9l no encontremos un modelo sociol\u00f3gico de la familia, v\u00e1lido para todos los tiempos y todas las culturas, s\u00ed es posible encontrar el horizonte y los valores que han de caracterizar toda la familia humana. Y el proyecto cristiano ha de mirar tambi\u00e9n a la Iglesia primitiva, en la que la casa familiar era el lugar de maduraci\u00f3n en la fe, de la catequesis y la oraci\u00f3n.
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\n3.1. La familia desde el evangelio<\/strong>
\n
\nEn el tiempo de Jes\u00fas, la familia israelita est\u00e1 organizada seg\u00fan el modelo de la familia patriarcal. Evidentemente este modelo familiar es muy distinto del modelo actual. Pero conviene tenerlo en cuenta porque las ense\u00f1anzas de Jes\u00fas hay que situarlas y leerlas a la luz del contexto social de aquel tiempo.
\nDos son las categor\u00edas en torno a las cuales podemos enmarcar la ense\u00f1anza evang\u00e9lica sobre la familia: el seguimiento y el Reino de Dios. El seguimiento expresa la relaci\u00f3n fundamental del creyente con Jes\u00fas; y el reino de Dios constituye el n\u00facleo central de su predicaci\u00f3n y la causa a la que entrega toda su vida.
\nLo primero que llama la atenci\u00f3n en los evangelios es la insistencia con que afirman que quienes siguen a Jes\u00fas tienen que estar dispuestos a abandonar la familia (Mt 8,22; Lc 9,59-61). De hecho, los primeros disc\u00edpulos responden a la llamada al seguimiento, dejando inmediatamente al propio padre (Mt 4,22; 19,27; Mc 10,28; Lc 5,11). Jes\u00fas contrapone la relaci\u00f3n que sus seguidores han de tener con \u00e9l, con las relaciones familiares: \u00abel que quiere a su padre o a su madre m\u00e1s que a m\u00ed no es digno de m\u00ed; el que ama a su hijo o a su hija m\u00e1s que a m\u00ed, no es digno de m\u00ed\u00bb (Mt 10,37). Claramente las exigencias de Jes\u00fas entran en conflicto con la familia. Jes\u00fas afirma que no ha venido a traer paz, sino divisi\u00f3n y enfrentamiento tambi\u00e9n entre los miembros de una misma familia (cf. Lc 12,51-53).
\nSin embargo, la ense\u00f1anza de Jes\u00fas sobre la familia no se reduce a estas afirmaciones. Son muchos los textos en que defiende las relaciones de familia o en los que presenta estas relaciones como modelo de comportamiento para sus disc\u00edpulos. En este sentido podemos apreciar la defensa de la estabilidad del matrimonio y la condena del repudio o del divorcio. Pero, adem\u00e1s, las relaciones de familia le sirven, con frecuencia, a Jes\u00fas para explicar el significado del reino de Dios y la bondad del Padre del cielo. En efecto, Dios es como el padre que escucha y atiende siempre a sus hijos (Mt 7,9), que perdona y acoge al hijo que se va de casa (Lc 15,20-32). Es decir, Jes\u00fas reconoce la familia como una realidad social importante y como una instituci\u00f3n de origen divino que debe regirse de acuerdo con la voluntad de Dios. Es significativo el mismo hecho de que \u00e9l quisiera vivir tanto tiempo en el seno de la familia. Pero no la propone como un valor absoluto. La adhesi\u00f3n a Jes\u00fas est\u00e1 por encima del amor entre padres e hijos.
\nEste es tambi\u00e9n el mensaje que ofrece la reflexi\u00f3n teol\u00f3gica desde la perspectiva del reino de Dios. Jes\u00fas lo presenta como la \u00fanica alternativa de salvaci\u00f3n que se ofrece a los hombres (Mt 6,33). Constituye el verdadero proyecto de vida que \u00e9l impulsa. Es la idea central de su predicaci\u00f3n. Por \u00e9l ha vivido, actuado y dado la vida. Y ciertamente, lo que fue decisivo para Jes\u00fas, debe serlo tambi\u00e9n para la familia.
\nJes\u00fas defiende, sin duda, la instituci\u00f3n familiar y la estabilidad del matrimonio. Pero para \u00e9l, hay algo que es anterior y est\u00e1 por encima: el reino de Dios y su justicia. Lo decisivo para Jes\u00fas, no es la familia de carne sino la que tiene que constituirse bajo el reinado del \u00fanico Padre, la gran familia de los hijos de Dios que se basa en la igualdad y en la fraternidad de todos los hombres. Y es en este sentido en el que hay que entender que si la propia familia resulta un obst\u00e1culo para seguir a Jes\u00fas y acoger el Reino, la exigencia evang\u00e9lica es la ruptura de esta relaci\u00f3n familiar.
\nEl mensaje del evangelio supone, pues, la superaci\u00f3n de una concepci\u00f3n privada y ego\u00edsta de la familia; e implica tambi\u00e9n un fuerte sentido de libertad respecto a la propia familia, la misma que los seguidores de Jes\u00fas han de tener respecto al dinero, al poder y al prestigio. Jes\u00fas no presenta la unidad familiar como un valor absoluto. El absoluto est\u00e1 en la adhesi\u00f3n a \u00c9l y en el Reino que anuncia.
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\n3.2. La familia revela y construye la Iglesia<\/strong>
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\nLa relaci\u00f3n de la familia al seguimiento y al reino de Dios propicia tambi\u00e9n su relaci\u00f3n a la Iglesia. Porque la Iglesia es la comunidad de los seguidores de Jes\u00fas, que nace y vive para ser signo y sacramento del reino de Dios.
\nEn la Iglesia primitiva, en los primeros siglos, arraiga y crece la concepci\u00f3n de la familia como una peque\u00f1a Iglesia dom\u00e9stica. As\u00ed la designan san Agust\u00edn y san Juan Cris\u00f3stomo, que dirige a los fieles la siguiente invitaci\u00f3n: \u00abQue cada uno de vosotros convierta su casa en una Iglesia\u00bb. La expresi\u00f3n tiene su origen ya en el Nuevo Testamento: los Hechos de los Ap\u00f3stoles y las cartas de san Pablo se refieren a hogares cristianos como comunidades de fe, de culto y de misi\u00f3n. El concilio Vaticano II recogi\u00f3 esta concepci\u00f3n tan rica y sugerente en la Constituci\u00f3n sobre la Iglesia (LG 11). Y desde entonces, casi imperceptiblemente, la expresi\u00f3n \u201cIglesia dom\u00e9stica\u201d se ha ido convirtiendo en una forma corriente de describir la familia cristiana (cf. FC 49).
\nEsta relaci\u00f3n familia-Iglesia encierra una gran riqueza teol\u00f3gica y pastoral; sugiere adem\u00e1as m\u00faltiples implicaciones y consecuencias. Como la Iglesia, la familia cristiana es un lugar reservado a la Palabra de Dios; en ella es escuchada, comentada y anunciada. Es tambi\u00e9n \u00e1mbito celebrativo y de oraci\u00f3n. Constituye un espacio para el servicio en la caridad. Y, sobre todo, esta concepci\u00f3n nos abre a la consideraci\u00f3n eclesial de la misi\u00f3n y funciones de la familia cristiana.
\nPero\u00a0\u00a0\u00a0 la dimensi\u00f3n eclesial de la familia se revela y realiza no s\u00f3lo a nivel del obrar, sino tambi\u00e9n del ser. En la familia, esta misi\u00f3n arranca de su mismo car\u00e1cter sacramental: del sacramento del matrimonio. Este la hace signo y presencia de la Iglesia de Cristo. Como el sacramento del matrimonio es la consagraci\u00f3n del amor de los esposos, la familia es tambi\u00e9n imagen de la Iglesia por ser, como ella, \u00abcomunidad de vida y amor\u00bb. Siendo comunidad de vida y amor, se manifiesta como Iglesia y revela la caridad de Cristo. \u00a0\u00a0 La comunidad familiar no es entonces solamente una realidad sociol\u00f3gica o jur\u00eddica, sino que es adem\u00e1s fuente de santificaci\u00f3n para los esposos e hijos, puesto que Dios se halla presente en su uni\u00f3n, en el centro de su mutuo amor, y ellos participan de la gracia de este amor.
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\n3.3. Misi\u00f3n de la familia cristiana<\/strong>
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\nEn el designio de Dios, afirma Familiaris consortio<\/em>, la familia descubre no s\u00f3lo su identidad sino tambi\u00e9n su misi\u00f3n; no s\u00f3lo lo que es, sino tambi\u00e9n lo que debe hacer. Y lo que debe hacer brota de su mismo ser y representa, al mismo tiempo, su propio desarrollo humano. Si la familia est\u00e1 constituida como \u00ab\u00edntima comunidad de vida y de amor\u00bb (GS 48), su cometido queda definido, en \u00faltima instancia, por el amor. Su misi\u00f3n ser\u00e1, pues, \u00bb comunicar el amor, como reflejo vivo y participaci\u00f3n real del amor de Dios por la humanidad y del amor de Cristo el Se\u00f1or por la Iglesia \u00bb (FC 17).
\nPartiendo del amor, los cometidos esenciales de la misi\u00f3n de la iglesia podemos concentrarlos en: la formaci\u00f3n de una comunidad de personas, el servicio a la vida, la participaci\u00f3n en el desarrollo de la sociedad y en la vida y misi\u00f3n de la Iglesia. Siguiendo de cerca la exhortaci\u00f3n apost\u00f3lica de Juan Pablo II sobre la familia, subrayo muy brevemente algunos de estos aspectos.
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\na) Ante todo, la familia est\u00e1 llamada a construir una comunidad de personas. El fundamento y el principio interior que la sustenta es el amor. Sin el amor, \u00abla familia no puede vivir, crecer y perfeccionarse\u00bb (FC 18). La familia es comuni\u00f3n de personas y tiene que crecer en comuni\u00f3n. Se expresa y desarrolla, en primer lugar, entre los mismos c\u00f3nyuges que, en virtud del amor conyugal, \u00abno son ya dos, sino una sola carne\u00bb (Gen 2,24). Y esta uni\u00f3n \u00edntima implica la donaci\u00f3n personal y total, la unidad, la fidelidad y el valor de la indisolubilidad. Adem\u00e1s la comuni\u00f3n conyugal es la base y construye tambi\u00e9n la comuni\u00f3n m\u00e1s amplia de la familia. Esta radica en los v\u00ednculos naturales de la carne y de la sangre; pero se desarrolla y perfecciona cuando maduran junto a \u00e9stos, los v\u00ednculos de la fe y del esp\u00edritu. En este sentido, todos los miembros de la familia est\u00e1n llamados a construir d\u00eda a d\u00eda la comunidad de personas y hacer de la familia una \u00abescuela de humanidad m\u00e1s completa y m\u00e1s rica\u00bb (GS 52).
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\nb) Dios crea al hombre y la mujer a su imagen, y los llama a participar en su amor y en su poder creador, mediante su cooperaci\u00f3n libre y responsable en la transmisi\u00f3n de la vida humana. De manera que \u00abel cometido fundamental de la familia es el servicio a la vida\u00bb (FC 28). En este sentido, la fecundidad es el signo y el fruto del amor conyugal; testimonia la entrega plena y rec\u00edproca de los esposos. En contra de una mentalidad anti-vida que crece y se extiende socialmente, la familia cristiana est\u00e1 llamada a creer y defender, como don espl\u00e9ndido de la bondad de Dios, toda la vida humana, aunque sea d\u00e9bil y enferma. Adem\u00e1s, la fecundidad del amor conyugal y el servicio a la vida no termina en la procreaci\u00f3n responsable. Contin\u00faa en la tarea educativa como respuesta a la obligaci\u00f3n de ayudar a los hijos a vivir una vida plenamente humana. El mismo amor paterno\/materno determina el deber educativo de los padres. A trav\u00e9s de la educaci\u00f3n, la familia promueve la consolidaci\u00f3n de los valores fundamentales como la libertad, un estilo de vida sencillo y austero, la justicia y \u00abel sentido del verdadero amor, como solicitud sincera y servicio desinteresado hacia los dem\u00e1s\u00bb (FC 37).
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\nc) La familia est\u00e1 llamada, adem\u00e1s, a abrirse a las dem\u00e1s familias y a asumir una funci\u00f3n social. Est\u00e1 necesariamente inmersa en la sociedad y en la cultura actual, participa de su valores y contravalores; no puede, pues, vivir fuera del mundo. Es parte viva de la sociedad, factor de cambio y laboratorio de una convivencia solidaria. En cuanto \u00abc\u00e9lula primera y vital de la sociedad\u00bb (AA 11), constituye su fundamento y alimento continuo y es, al mismo tiempo, la primera escuela de las virtudes sociales. Como sean las familias, as\u00ed ser\u00e1 la sociedad.
\nLa familia constituye en s\u00ed misma una escuela social que estimula los grandes valores (respeto, justicia, solidaridad, amor) y las relaciones comunitarias. Este ambiente de valores y actitudes compartidas en el seno de la familia tiene que ayudar a configurar un hombre capaz de vivir su vida dentro de una sociedad pluralista y conflictiva. Pero la funci\u00f3n social de la familia no se reduce al \u00e1mbito intrafamiliar. Su acci\u00f3n ha de extenderse a otras personas y situaciones. En medio de una sociedad competitiva, la familia cristiana es \u00e1mbito de acogida y hospitalidad; y siente el compromiso concreto de compartir solidariamente. Adem\u00e1s, la funci\u00f3n social de la familia tiene que manifestarse tambi\u00e9n en la intervenci\u00f3n pol\u00edtica<\/em>, \u00abes decir, las familias deben ser las primeras en procurar que las leyes y las instituciones del Estado no s\u00f3lo no ofendan, sino que sostengan y defiendan positivamente los derechos y deberes de la familia\u00bb (FC 44).
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\nd) La familia, como peque\u00f1a Iglesia, est\u00e1 necesariamente al servicio del reino de Dios. Por ello, uno de sus cometido principales es participar activamente en la vida y misi\u00f3n de la Iglesia. La familia es imagen y representaci\u00f3n hist\u00f3rica del misterio de la Iglesia. Est\u00e1 insertada de tal manera en la Iglesia, que ha de participar tambi\u00e9n en su misi\u00f3n de salvaci\u00f3n. Del mismo modo que la Iglesia no es una comunidad cerrada sino misionera y evangelizadora, la familia cristiana, en virtud del sacramento del matrimonio, est\u00e1 obligada a ser testigo y anunciadora del evangelio de Jes\u00fas. Al igual que la Iglesia, la familia debe ser un espacio donde se irradia y es trasmitido el evangelio. Ante todo, es la propia familia el lugar primero de la realizaci\u00f3n de la vocaci\u00f3n apost\u00f3lica. Dentro de la familia, los mismos miembros han de ser evangelizados. En este sentido, la familia acoge y anuncia en su seno la Palabra de Dios, cuida la catequesis familiar, se abre y educa en los valores trascendentes, y crece como comunidad orante en el di\u00e1logo con el Se\u00f1or. Pero luego, la vocaci\u00f3n apost\u00f3lica se proyecta y llega a otras familias, a la pastoral parroquial, a las iniciativas sociales, y a los movimientos eclesiales.
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