{"id":8940,"date":"2005-07-01T00:00:46","date_gmt":"2005-06-30T22:00:46","guid":{"rendered":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/?p=8940"},"modified":"2005-07-01T00:00:46","modified_gmt":"2005-06-30T22:00:46","slug":"religiosidad-juvenil-y-pastoral","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/religiosidad-juvenil-y-pastoral\/","title":{"rendered":"RELIGIOSIDAD JUVENIL Y PASTORAL"},"content":{"rendered":"
Javier Cort\u00e9s Soriano Comenzaremos por una selecci\u00f3n cualitativa de algunos de los datos de la encuesta sin \u00e1nimo de cubrir todos los elementos que el informe nos ofrece. Estas tres l\u00edneas que proponemos tienen una virtualidad que las puede hacer muy fecundas de cara a construir unos planteamientos pastorales mucho m\u00e1s concretos: son tres orientaciones radicales, es decir, enraizadas lo m\u00e1s nuclear de la vida cristiana. A lo largo de este \u00faltimo a\u00f1o he tenido la oportunidad de compartir estas reflexiones m\u00e1s o menos sistematizadas con muchos grupos de agentes de pastorales de \u00e1mbitos eclesiales diversos. La inmensa mayor\u00eda de ellos estaban y est\u00e1n absolutamente comprometidos en el mundo de la pastoral en especial de la pastoral juvenil. He podido constatar que entre todos ellos se daba una sensibilidad mucho m\u00e1s compartida de lo que parece sobre todos estos temas y que existen muchas y muy ricas realidades pastorales extraordinariamente cercanas a estas reflexiones. Quiz\u00e1 est\u00e1n demasiado calladas y muy poco coordinadas entre s\u00ed pero manifiestan con claridad que algo se est\u00e1 moviendo en el \u00e1mbito de la pastoral juvenil. JAVIER MART\u00cdNEZ CORT\u00c9S<\/p>\n estudios@misionjoven.org<\/p>\n Javier Cort\u00e9s Soriano Javier Cort\u00e9s Soriano es Director General del Grupo SM. S\u00cdNTESIS DEL ART\u00cdCULO Desde los datos que afloran en el Informe \u201cJ\u00f3venes 2000 y Religi\u00f3n\u201d, el art\u00edculo inicia una reflexi\u00f3n situando estos mismos datos dentro del actual contexto social y cultural para sugerir luego algunas l\u00edneas de acci\u00f3n en la pastoral […]<\/p>\n","protected":false},"author":3,"featured_media":0,"comment_status":"closed","ping_status":"closed","sticky":false,"template":"","format":"standard","meta":{"_et_pb_use_builder":"","_et_pb_old_content":"","_et_gb_content_width":"","footnotes":""},"categories":[987,389,94],"tags":[],"class_list":["post-8940","post","type-post","status-publish","format-standard","hentry","category-estudios-342_343","category-javier-martinez-cortes","category-mision-joven-2"],"_links":{"self":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/8940"}],"collection":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/posts"}],"about":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/types\/post"}],"author":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/users\/3"}],"replies":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/comments?post=8940"}],"version-history":[{"count":0,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/8940\/revisions"}],"wp:attachment":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/media?parent=8940"}],"wp:term":[{"taxonomy":"category","embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/categories?post=8940"},{"taxonomy":"post_tag","embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/tags?post=8940"}],"curies":[{"name":"wp","href":"https:\/\/api.w.org\/{rel}","templated":true}]}}
\n
\nJavier Cort\u00e9s Soriano es Director General del Grupo SM.
\n
\nS\u00cdNTESIS DEL ART\u00cdCULO
\nDesde los datos que afloran en el Informe \u201cJ\u00f3venes 2000 y Religi\u00f3n\u201d, el art\u00edculo inicia una reflexi\u00f3n situando estos mismos datos dentro del actual contexto social y cultural para sugerir luego algunas l\u00edneas de acci\u00f3n en la pastoral juvenil: centrada en la experiencia religiosa cristiana, en la construcci\u00f3n de la identidad personal, y apasionada por la justicia. Indica, adem\u00e1s, algunas orientaciones muy sugerentes y concretas.
\n
\nHace ahora a\u00f1o y medio se public\u00f3 el \u00faltimo estudio de la Fundaci\u00f3n Santa Mar\u00eda sobre los j\u00f3venes espa\u00f1oles[1]<\/sup><\/sup><\/a> titulado J\u00f3venes y Religi\u00f3n. <\/em>A diferencia de los anteriores en este caso la investigaci\u00f3n se ci\u00f1\u00f3 casi exclusivamente al an\u00e1lisis de la religiosidad juvenil. Los resultados del estudio invitan a una profunda reflexi\u00f3n sobre nuestros esquemas de evangelizaci\u00f3n y m\u00e1s en concreto sobre las l\u00edneas de fuerza de nuestras acciones pastorales. Esta aportaci\u00f3n quiere contribuir al debate que este estudio ha suscitado en el seno de la comunidad cristiana. Lo hacemos desde la cercan\u00eda y el reconocimiento a tantas y tantos agentes pastorales que d\u00eda a d\u00eda se entregan al servicio del anuncio del mensaje de Jes\u00fas y desde el convencimiento de que tambi\u00e9n hoy, cabe la posibilidad de encontrar la palabra significativa que el evangelio posee para todos los que se acercan a \u00e9l.
\n <\/p>\n\n
\nHay un primer dato muy en continuidad con estudios anteriores: los j\u00f3venes viven b\u00e1sicamente satisfechos e instalados en el sistema en el que se sienten inmersos. Es cierto que se reservan ciertos espacios para una cierta vivencia de lo alternativo, pero su nivel de satisfacci\u00f3n con lo que les rodea y especialmente con sus cotas de libertad, es alto. En su mayor\u00eda estos j\u00f3venes viven satisfechos e instalados en el sistema aunque manifiesten ciertos grados de desajuste en terrenos muy personales. Este dato sobre la satisfacci\u00f3n de los j\u00f3venes es de gran importancia para cualquier planteamiento de evangelizaci\u00f3n o de acci\u00f3n pastoral en la medida en que el anuncio del evangelio necesita de una cierta insatisfacci\u00f3n con la vida personal y social concretada en la invitaci\u00f3n a la conversi\u00f3n.
\nLa familia y los amigos siguen apareciendo como los dos grandes agentes de identidad y socializaci\u00f3n. La escuela mantiene un alto grado de aceptaci\u00f3n pero no parece que su influencia sea determinante en la configuraci\u00f3n de las opciones vitales de los j\u00f3venes. La Iglesia desapareci\u00f3 hace ya tiempo de esas posibles fuentes de sentido.
\nUno de los datos m\u00e1s relevantes de este estudio es que las creencias religiosas no solo siguen presentes en la vida de los j\u00f3venes sino que, en comparaci\u00f3n con datos de los estudios anteriores, se afianzan, aunque con caracter\u00edsticas un poco diferentes. Estas creencias han nacido desconectadas de cualquier tradici\u00f3n institucionalizada de la religi\u00f3n, y se presentan como una amalgama no solo inconexa sino a menudo radicalmente incoherente porque son el fruto de una construcci\u00f3n netamente subjetiva e \u00edntima sin espacios ni tiempos de confrontaci\u00f3n dial\u00f3gica. Estas creencias son el resultado de un proceso interior que el joven vive en soledad, del que es muy celoso, y en el que dif\u00edcilmente admite compa\u00f1eros de viaje porque \u00e9l mismo se considera autoridad suprema. El \u00e1mbito de las creencias es absolutamente propio y queda protegido por la tolerancia exigible.
\nFrente a esta realidad la Iglesia est\u00e1 siendo incapaz de situarse como \u201clugar privilegiado\u201d de acceso a Dios. Los \u201clugares\u201d en los que el joven encuentra \u201calimento y material\u201d para el desarrollo de todo ese mundo de creencias est\u00e1n m\u00e1s bien en el \u00e1mbito de su consumo cultural ya sea de cine[2]<\/sup><\/sup><\/a>, de m\u00fasica[3]<\/sup><\/sup><\/a> o de literatura[4]<\/sup><\/sup><\/a>. El alejamiento de los j\u00f3venes con respecto a la religi\u00f3n cristiana no procede, pues, como pudo ser en otro tiempo, de la cr\u00edtica demoledora contra un Dios carnaza del ate\u00edsmo filos\u00f3fico. Simplemente consideran que la Iglesia no les ofrece ninguna resonancia para sus inquietudes espirituales. Es m\u00e1s, la consideran incapacitada para ello.
\nSin embargo estos j\u00f3venes no manifiestan ning\u00fan rechazo hacia las experiencias de Iglesia que han tenido en su vida. En general estos contactos est\u00e1n ligados a los sacramentos. En este sentido son m\u00e1s distantes que beligerantes. Simplemente esa participaci\u00f3n en actos de Iglesia les ha resultado irrelevante de cara a la construcci\u00f3n de identidad personal. Este dato refuerza algo ya conocido desde a\u00f1os y es el fracaso de la pastoral sacramental en la que, quer\u00e1moslo o no, seguimos inmersos.
\nEn este contexto de las relaciones de los j\u00f3venes con las acciones de evangelizaci\u00f3n de la Iglesia se les preguntaba por primera vez sobre la posible influencia en sus vidas de los viajes del fallecido papa Juan Pablo II. Para la inmensa mayor\u00eda de ellos este tipo de concentraciones ha resultado irrelevante. Por el contrario Jesucristo sigue siendo un valor firme y mantienen, como en las encuestas anteriores, una alta admiraci\u00f3n por los misioneros y por todos aquellos sectores de la Iglesia que trabajan en \u00e1mbitos de pobreza y marginaci\u00f3n.
\nCuando se cruzan los grupos de j\u00f3venes con mayor factores positivos en sus vidas (nivel de felicidad, de \u00e9tica y valores, de compromiso social, de asociacionismo, etc.) con los grupos de j\u00f3venes cat\u00f3licos practicantes o cercanos a la vida cristiana, ambos se acercan mucho. Esto quiere decir que aquellos j\u00f3venes en los que la acci\u00f3n evangelizadora hace brotar la fe, no son bichos raros sino que se convierten en personas con m\u00e1s elementos de plenitud en sus vidas. En definitiva, all\u00e1 donde el mensaje cuaja el resultado no es malo, nuestros j\u00f3venes cristianos se alinean con lo mejor de nuestra sociedad.
\nComo s\u00edntesis de este peque\u00f1o recorrido por los resultados de la encuesta podemos concluir que los j\u00f3venes no est\u00e1n alejados del mundo espiritual<\/em>. Dios, o m\u00e1s bien, lo divino en sentido gen\u00e9rico, no ha muerto, aunque a causa del fracaso de la socializaci\u00f3n religiosa que pudo en alg\u00fan momento llevar a cabo la Iglesia, esa realidad no se vive en clave cristiana sino m\u00e1s bien en clave de peque\u00f1as o grandes sacralizaciones o de religiones sustitutivas.
\n
\n2. De los datos al conocimiento \u00bfqu\u00e9 religiosidad?<\/strong>
\nEn contra de lo que a veces se considera, los j\u00f3venes no constituyen una tipolog\u00eda distinta de la sociedad de los adultos, sino que m\u00e1s bien manifiestan, sin tapujos ni controles, las claves culturales y de sentido que sus adultos contempor\u00e1neos manejan. Son , como en el caso del iceberg, la parte emergente y manifiesta de lo que est\u00e1 sucediendo en el interior de la sociedad. As\u00ed pues la pregunta va dirigida hacia ese tipo de religiosidad presente en nuestra sociedad y de la cual nuestros j\u00f3venes son claro exponente.
\nEs conveniente empezar constatando el trasfondo de la situaci\u00f3n cultural actual. Vivimos en una \u201ctonalidad epocal\u201d apagada en todos los \u00e1mbitos, no solo en el religioso. Declive e incertidumbre parecen ser dos buenos calificativos. Frente a ello lo que se demanda no est\u00e1 en la l\u00ednea de la radicalidad o del compromiso sino m\u00e1s bien en la b\u00fasqueda de seguridad y de comuni\u00f3n ext\u00e1tica. Dos claves para entender la vivencia de la religiosidad actual e incluso su cierto auge.
\nA diferencia de lo que se profetiz\u00f3 hace ya algunos a\u00f1os, nuestro mundo global, hoy, es m\u00e1s religioso que antes, con las dos \u00fanicas excepciones que sit\u00faan los soci\u00f3logos de la religi\u00f3n. La excepci\u00f3n geogr\u00e1fica (la vieja Europa descristianizada) y la excepci\u00f3n sociocultural (las \u00e9lites culturales, est\u00e9n donde est\u00e9n, suelen abandonar la religi\u00f3n). En unas partes del mundo la religi\u00f3n refuerza las identidades, encauza la lucha o simplemente acompa\u00f1a las vidas carentes de todo, y en otras partes m\u00e1s desarrolladas aquilata la seguridad y justifica la superioridad y hasta las barreras.
\nEsta cierta omnipresencia de la religi\u00f3n convive con una deslegitimaci\u00f3n instalada sobre la religi\u00f3n institucional, concretada muy en especial en la Iglesia Cat\u00f3lica, que provoca un silencio sobre sus actividades solo roto por los esc\u00e1ndalos que ella misma provoca o por los desajustes de algunas de las manifestaciones de su jerarqu\u00eda.
\nPodr\u00edamos afirmar que se march\u00f3 la religi\u00f3n institucionalizada y qued\u00f3 una espiritualidad difusa. Secularizaci\u00f3n no significa desinter\u00e9s por lo religioso. Es m\u00e1s, en expresi\u00f3n de Jos\u00e9 Antonio Marina no es dif\u00edcil detectar una cierta \u201ccredulidad rampante\u201d[5]<\/sup><\/sup><\/a>, o, siguiendo los an\u00e1lisis de Ignacio Ramonet, podr\u00edamos hablar de un \u201cascenso de lo irracional\u201d[6]<\/sup><\/sup><\/a>. Asistimos seg\u00fan muchos de los analistas de nuestra cultura a un \u201creencantamiento de lo finito\u201d. Parece que nuestra \u00e9poca hace buena la frase de Chesterton: \u201ccuando se deja de creer en Dios no se deja de creer en todo sino que m\u00e1s bien se empieza a creer en todo\u201d.
\nLa vivencia espiritual que encaja en estos par\u00e1metros consiste en una experiencia que queda relegada a \u201cbienes de car\u00e1cter espiritual\u201d (consuelo interior, creencia en el m\u00e1s all\u00e1, cierta experiencia afectiva de fraternidad, etc.), que vienen a unirse a los otros bienes de car\u00e1cter m\u00e1s material. Esta experiencia espiritual de baja intensidad no pretende convertirse en eje y pilar de toda una identidad personal sino m\u00e1s bien su funci\u00f3n parece ser la de completar de alguna forma el conjunto de bienes que la persona maneja en su tarea de ir dando sentido a su d\u00eda a d\u00eda. Una tal experiencia espiritual resulta de un constructo estrictamente personal. Como en todo lo dem\u00e1s, es el sujeto quien se convierte en el criterio \u00fanico. Este proceso de construcci\u00f3n personal desdogmatizada y ecl\u00e9ctica viene reforzado por la creencia ampliamente compartida y apoyada hasta la saciedad por los defensores de un laicismo radical de que la religi\u00f3n es un asunto absolutamente privado en el que nadie tiene nada que decir excepto la propia persona. Tan preocupados est\u00e1n por deslegitimizar cualquier religi\u00f3n m\u00ednimamente institucionalizada que han hecho desaparecer del mapa cualquier acci\u00f3n externa sobre el sentimiento religioso b\u00e1sico. El ni\u00f1o se escap\u00f3 con el agua de la ba\u00f1era. Ese sentimiento religioso natural sin intervenci\u00f3n educativa de ninguna clase, y sin posibilidad de contrastes en su propia racionalidad, se manifiesta en el conjunto de pseudotrascendentes que nuestra sociedad ofrece en formas de esoterismos o similares y sobre los cuales algunos se han apresurado a montar su negocio. Parece que todos estos nuevos \u201csacerdotes\u201d omnipresentes en los medios de comunicaci\u00f3n y en los mercados de consumo no tiene por qu\u00e9 ser objeto de la cr\u00edtica de los cr\u00edticos radicales de la religi\u00f3n. Esta queda reservada exclusivamente a las religiones institucionalizadas.
\nEn todo este proceso alguien ha salido triunfante. Resulta que este tipo de experiencia espiritual encaja perfectamente con los \u201cintereses\u201d del estilo de vida consumista, base del sistema econ\u00f3mico imperante y triunfante. Este sistema econ\u00f3mico travestido en \u201ccapitalismo de ficci\u00f3n\u201d[7]<\/sup><\/sup><\/a> con su invitaci\u00f3n al consumo de productos y de sensaciones se encuentra muy c\u00f3modo con este tipo de experiencia espiritual desencarnada de la historia. Las dificultades que hoy encuentra el evangelio para abrirse paso entre tanta promesa de felicidad no son, en primer lugar, un problema de raz\u00f3n o de moral apolog\u00e9ticas, sino m\u00e1s bien una contradicci\u00f3n de estilo de vida real y concreto. Deberemos recordar una y otra vez que los grandes enemigos del mensaje del Reino en el evangelio son precisamente el poder (valor y superioridad del individuo sobre todo lo que le rodea) y el dinero (la materializaci\u00f3n de los valores). Ambos, poder y dinero constituyen dos piezas claves del estilo de vida que interesa al sistema econ\u00f3mico y frente al cual han claudicado todas las fuerzas, empezando por las ideol\u00f3gicas.
\nSin el Dios que nos han contado desde las religiones institucionales todo funciona, la \u00e9tica, la pol\u00edtica, la ciencia, la econom\u00eda, e incluso la relaci\u00f3n con lo divino. Entonces \u00bfpara qu\u00e9 Dios?
\n
\n3. L\u00edneas para una pastoral<\/strong>
\nFrente a este panorama \u00bfqu\u00e9 posibilidades nos quedan para la proclamaci\u00f3n del evangelio entre los j\u00f3venes? La situaci\u00f3n requiere grandes dosis de libertad que solo puede nacer de la confianza en la acci\u00f3n del Esp\u00edritu en el aqu\u00ed y ahora. Lo que normalmente nos paraliza no es tanto la ausencia de futuro sino el miedo a los desaf\u00edos.
\nA la luz de estos an\u00e1lisis y desde una mirada cr\u00edtica hacia nuestros esquemas pastorales actuales proponemos tres grandes ejes para una acci\u00f3n pastoral y de evangelizaci\u00f3n significativa.
\n
\n3.1.Una pastoral centrada en la experiencia religiosa cristiana<\/strong>
\nHoy se demanda religi\u00f3n. Si lo que ofertamos en pastoral es \u00e9tica, valores, derechos humanos, ecolog\u00eda o simple ritualismo de cristiandad, nuestros j\u00f3venes canalizar\u00e1n sus insatisfacci\u00f3n espiritual hacia otras formas de religiosidad. Dicho esto no concebimos una experiencia religiosa cristiana sin \u00e9tica, sin valores y sin ritos. Pero no en primera instancia. El gran reto de la evangelizaci\u00f3n y de la pastoral actual consiste en centrarse en la experiencia del Dios cristiano manifestado en Jes\u00fas. Una tal experiencia derivar\u00e1 sin ninguna duda en los compromisos concretos de transformaci\u00f3n personal y social.
\nCreo que esta primera afirmaci\u00f3n puede ser ampliamente compartida. Por eso el siguiente paso es imprescindible: \u00bfqu\u00e9 entendemos por experiencia religiosa cristiana? En mi opini\u00f3n los agentes de pastoral y sus equipos no han reflexionado y compartido suficientemente esta inquietud. Desde los responsables de pastoral se convoca con fervor al trabajo pero quiz\u00e1 menos a estas preguntas previas absolutamente claves. \u00bfEstamos de verdad seguros de que nuestros agentes de pastoral, nuestros catequistas est\u00e1n trabajando con el mismo horizonte? En un contexto, como hemos visto, en el que la experiencia religiosa es reivindicada por tantas instancias, se hace todav\u00eda m\u00e1s necesario profundizar en la especificidad de la experiencia religiosa cristiana. No toda experiencia espiritual es religiosa y no toda experiencia religiosa es cristiana.
\nEn mi opini\u00f3n la experiencia religiosa cristiana consiste en vivir, en el \u00e1mbito de la comunidad cristiana y por la acci\u00f3n del Esp\u00edritu Santo, el encuentro con Cristo resucitado que conduce a una nueva identidad personal manifestada en un estilo de vida caracterizado por la salida de s\u00ed mismo.<\/em>
\nEl elemento central y nuclear de esta experiencia est\u00e1 en alcanzar la vivencia del encuentro. La experiencia religiosa cristiana es, en primer lugar, una experiencia de presencia mediada por la comunidad real y concreta, por sus personas, por sus celebraciones, por su acompa\u00f1amiento personal. El lugar de la persona donde este encuentro se produce es el mismo lugar donde se vive toda la dimensi\u00f3n relacional restante ll\u00e1mesele como se le llame (coraz\u00f3n, n\u00facleo afectivo, yo profundo, etc.). A este encuentro no se accede por medio de la exposici\u00f3n clara sistem\u00e1tica y bien estructurada de las verdades de la fe y de la moral cristianas. Estos mensajes van m\u00e1s bien dirigidos a la informaci\u00f3n racional con la intenci\u00f3n de mover las voluntades hacia el cambio de conducta pero en la mayor\u00eda de las ocasiones no pasan por el encuentro afectivo interior, no se enraizan en el entramado afectivo que constituye b\u00e1sicamente a la persona.
\nSolamente si se llega a este nivel de la persona la experiencia religiosa cristiana tiene posibilidades de ir configurando una nueva identidad, que, solo m\u00e1s tarde, ir\u00e1 brotando y manifest\u00e1ndose en una vida comprometida. En demasiadas ocasiones nuestras ofertas pastorales \u201curgen\u201d cambios en la identidad y en el compromiso sin pasar por el encuentro amoroso cultivado en la experiencia de fraternidad.
\nSin esta mediaci\u00f3n real y concreta es muy dif\u00edcil poder transmitir la especificidad del Dios Padre manifestado en Jes\u00fas. Debemos recordar y reivindicar hoy m\u00e1s que nunca por las caracter\u00edsticas de \u00e9poca que hemos descrito antes, la gran ruptura que supuso en el contexto religioso vivido hasta entonces la propuesta religiosa de Jes\u00fas. La religiosidad humana natural, hoy quiz\u00e1 m\u00e1s desbocada, remite al \u201c\u00a1baja de la cruz!\u201d, a ese Deus ex machina que descend\u00eda pesadamente en medio de la tragedia griega para ordenar la vida de los hombres y que luego retornaba a su particular Olimpo. El Dios cristiano , encarnado, d\u00e9bil y sufriente, pero resucitado, renuncia de modo expl\u00edcito a esa forma de poder divino y opta por el encuentro real e \u00edntimo como forma de encarnaci\u00f3n. Remite a la propia responsabilidad de renacidos. Un Dios que act\u00faa desde dentro y que opta por manifestar su omnipotencia, no en intervenciones deslumbrantes sino en la inmensidad de su amor.
\nNecesitamos con urgencia rescatar esta especificidad de la experiencia religiosa cristiana. Una religi\u00f3n del tiempo <\/em>(la vida, la historia personal y social, el devenir, la biograf\u00eda) frente a una religi\u00f3n del espacio<\/em> (arriba-abajo, religioso-profano, divino-humano). Desde Jes\u00fas nada en el mundo es sagrado (ni este monte ni el otro) sino que m\u00e1s bien todo el mundo es sacramental. Hoy m\u00e1s que nunca la experiencia religiosa cristiana est\u00e1 llamada a desacralizar tanto pretendido trascendente para poder vivir religiosamente lo profano. El Reino no es otro mundo sino este mundo transformado en otro por la fuerza del encuentro con el resucitado. Solo desde esta perspectiva de encarnaci\u00f3n radical del amor y la fuerza de Dios en el mundo se podr\u00e1n superar los falsos dualismos a los que tan aficionada es esta espiritualidad difusa que nos rodea. Necesitamos de una pastoral iniciadora en este Misterio del Dios manifestado (y tambi\u00e9n oculto) en Jes\u00fas y esto solo se puede hacer si abandonamos la pastoral-respuesta a cualquier duda o inquietud. Un Dios que cifra su misterio no en la incomprensibilidad racional sino en la imprevisibilidad y radicalidad de un amor que excede y sobreabunda, necesita de un anuncio menos racional y m\u00e1s de iniciaci\u00f3n experiencial.
\nDesde esta perspectiva la transmisi\u00f3n de la fe se llevar\u00e1 a cabo m\u00e1s por la experiencia compartida que por la informaci\u00f3n doctrinal por muy \u00fatil que esta sea para saber nombrar la experiencia. La fe m\u00e1s como b\u00fasqueda del Misterio del Dios hecho palabra cercana y de sentido en Jes\u00fas que como correcta respuesta a la ortodoxia. M\u00e1s el camino que las respuestas.
\nUna fe m\u00e1s desnuda de ropajes filos\u00f3ficos y conceptuales y que rescate el s\u00edmbolo como lugar de encuentro. As\u00ed la celebraci\u00f3n y la fiesta, la liturgia, como medio privilegiado del encuentro, se convierten en el lugar de la desprivatizaci\u00f3n de la experiencia religiosa cristiana.
\n
\n3. 2. Una pastoral centrada en la construcci\u00f3n de la identidad personal<\/strong>
\nLa materia prima de la identidad son las vivencias personales, en principio discontinuas y fragmentadas, pero que adquieren sentido en el contexto de una narraci\u00f3n. No somos aquello que vivimos sin o aquello que hacemos con lo que vivimos. Este proceso de construcci\u00f3n de la identidad tiene lugar en esa intimidad interior a la persona, en ese n\u00facleo en el que se entrelazan todos los encuentros, donde residen todas las \u201cpresencias\u201d que nos acompa\u00f1an. De ah\u00ed, de nuestra propia historia y experiencia acumulada, nacen las valoraciones y los ideales en torno a los cuales nos definimos como proyecto de personas.
\nUn planteamiento como el que hemos hecho anteriormente sobre la experiencia religiosa cristiana invita a desarrollar una presencia m\u00e1s en ese n\u00facleo: la presencia del amor del Dios Padre de Jes\u00fas. En la medida en que la identidad vivida es el resultado de la lectura que hacemos de nuestras vivencias, una pastoral que quiera desarrollar identidades personales cristianas deber\u00e1 introducir la presencia del amor de Dios como un elemento real de la interpretaci\u00f3n de nuestro pasado de nuestro presente y de nuestro futuro. Estos tres pilares de la identidad (mi historia, el pasado; la imagen que tengo de m\u00ed mismo, el presente; mis ideales personales, el futuro) son recorridos constantemente por las personas en el proceso de creaci\u00f3n y de recreaci\u00f3n de la identidad. Solo colaboraremos en la construcci\u00f3n de identidades cristianas si somos capaces de iniciar a los catec\u00famenos en esa presencia amorosa de Dios que no tiene cuentas del pasado, que acoge el fracaso del presente reconstruyendo d\u00eda a d\u00eda la propia imagen y que te susurra el \u201cno teng\u00e1is miedo\u201d de cara al futuro.
\nUna pastoral centrada en lo nuclear de la experiencia religiosa cristiana transita inevitablemente por los itinerarios de la construcci\u00f3n identitaria personal. Una identidad que ir\u00e1 surgiendo m\u00e1s como acumulaci\u00f3n de experiencias interiores (la identidad por experimentaci\u00f3n) que como resultado de la imitaci\u00f3n y reproducci\u00f3n de modelos externos (la identidad por reproducci\u00f3n). Se necesita una elaboraci\u00f3n personal de la identidad en clave experiencial de la vivencia cristiana.
\nEsto supone una pr\u00e1ctica pastoral m\u00e1s tolerante con la falta de ortodoxia, menos preocupada por el inmediato reflejo moral externo del compromiso cristiano y mucho m\u00e1s centrada en un camino que hay que recorrer desde la persona y el encuentro con Dios.
\nNo es extra\u00f1o escuchar entre los agentes de pastoral que el mensaje del evangelio no cuaja porque \u201cno hay sujeto\u201d, porque, seg\u00fan parece, no se dan las condiciones m\u00ednimas de estructuraci\u00f3n personal (conocimiento de s\u00ed mismo, capacidad de dirigir la propia vida, estructura de deseo y voluntad, etc.). Efectivamente nuestra cultura no parece muy interesada en desarrollar personas de peso identitario. Pero frente a ello, en lugar de reclamar que nos hagan el trabajo previo, quiz\u00e1 debamos renovar nuestra fe en la capacidad sanadora de la relaci\u00f3n con Dios y centrar los esfuerzos de nuestra pastoral en permitir ese acceso a la Presencia que libera purifica y potencia. Esa es la aut\u00e9ntica ra\u00edz de la identidad cristiana.
\n
\nUna pastoral comprometida de firme con la construcci\u00f3n de la identidad personal no har\u00e1 ascos a las debilidades de los sujetos que nos llegan, sino se que se convertir\u00e1 en una experta en acompa\u00f1amiento y desarrollo de eso que llamamos vida interior. La pastoral como camino concreto de acceso al coraz\u00f3n en el sentido m\u00e1s b\u00edblico de la palabra.
\n
\n3.3. Una pastoral apasionada por la justicia
\n<\/strong>
\nEsta recuperaci\u00f3n de la centralidad y radicalidad de la experiencia religiosa cristiana no solo transita por el sendero de la identidad sino que invita constantemente a retomar la \u201ccarne\u201d del Reino (los ciegos ven, los cojos andan). Es m\u00e1s, el amor de Dios, expresado en el crucificado, liga esa identidad al destino de los dem\u00e1s hombres y mujeres del mundo.
\nDe manera muy concreta, hoy la \u201ctragedia global\u201d constituye un lugar privilegiado de iniciaci\u00f3n y desarrollo de la experiencia religiosa cristiana adem\u00e1s de ser el lugar natural de encuentro de los cristianos con todos los hombres y mujeres de buena voluntad. La experiencia religiosa cristiana y por tanto sus mediaciones pastorales no tienen vocaci\u00f3n de sacrist\u00eda ni de gueto. M\u00e1s bien salen urgidas al encuentro de tantos hombres y mujeres como trabajan por un mundo m\u00e1s humano. Este camino \u201chacia fuera\u201d tiene que ser promovido por las acciones pastorales desde el primer momento. Esta tragedia global no es un \u201clugar al que voy a trabajar por los pobres\u201d desde mi propia seguridad personal como una manifestaci\u00f3n de mi propio poder, sino m\u00e1s bien un lugar de encuentros que se transforman en presencias interiores en medio de los cuales emerge la experiencia del Dios cristiano.
\nEl inter\u00e9s del trabajo por la justicia en el contexto de la vida cristiana trasciende la exigencia moral para convertirse en un lugar por el que hay que transitar si de verdad se quiere estar abierto a la presencia del amor del Dios de Jes\u00fas. No bastar\u00e1, pues, con invitar desde las propuestas pastorales al compromiso desinteresado. Ser\u00e1 necesario acompa\u00f1ar esa experiencia para que nuestros j\u00f3venes puedan interiorizarla como experiencia de Dios.
\nAl mismo tiempo cualquier oferta pastoral debe proponer una vivencia l\u00facida y cr\u00edtica hasta los niveles de denuncia y resistencia frente al sentido de la vida consumista.
\nPor \u00faltimo, y por lo que se refiere a las mediaciones pol\u00edticas, libertad e indeterminaci\u00f3n pero nunca indiferencia. Es triste constatar a pesar del paso del tiempo, que algunos agentes pastoral cifran ciertas posibilidades de una pastoral m\u00e1s fruct\u00edfera en la presencia en el poder de uno u otro partido. Lo hemos dicho antes y lo repetimos, el gran enemigo del mensaje del evangelio no est\u00e1 en determinadas opciones pol\u00edticas dentro de un sistema democr\u00e1tico, sino en el estilo de vida en el que el sistema econ\u00f3mico nos ha envuelto. Hacer residir las esperanzas de una mejor salud de nuestra pastoral en la victoria de uno u otro partido pol\u00edtico manifiesta cuando menos, una falta de fe y de confianza en la acci\u00f3n del Esp\u00edritu. Al mismo tiempo hay que afirmar que no todas las acciones pol\u00edticas que se proponen en un momento determinado en el seno de una sociedad democr\u00e1tica son iguales de cara a la construcci\u00f3n de un mundo m\u00e1s justo y fraterno. De ah\u00ed la no indiferencia le\u00edda siempre desde los m\u00e1s d\u00e9biles.
\n <\/p>\n\n
\nCon el fin de invitar a ese proceso de concreci\u00f3n me permito plantear cuatro opciones b\u00e1sicas:
\n
\n4.1.Construir una comunidad de referencia<\/strong>
\nUna comunidad que sea en primer lugar, referencia para la vida cristiana de los propios agentes de pastoral. El primer objetivo consistir\u00eda en acompa\u00f1ar la propia vivencia cristiana de las personas comprometidas en las acciones pastorales. Urgidos como estamos por las necesidades de los compromisos nos olvidamos de las enormes dificultades que los cristianos tenemos para vivir el encuentro con Dios en nuestras vidas.
\nNo estamos pensando en comunidades r\u00edgidas sino m\u00e1s bien en espacios f\u00edsicos y afectivos en los que poder compartir preguntas como la que antes plante\u00e1bamos sobre la experiencia religiosa cristiana. Comunidades flexibles y abiertas en las que puedan tener cabida las inquietudes y debilidades de los cristianos de hoy en d\u00eda, y, en el seno de las cuales, se pueda vivir de manera intensa la dimensi\u00f3n celebrativa. Comunidades a lo mejor sin grandes pretensiones de continuidad, pero que puedan acompa\u00f1ar a esos cristianos comprometidos en la acci\u00f3n pastoral por lo menos mientras dure su compromiso.
\nEstas comunidades deber\u00edan constituir el lugar natural y \u201cvisible\u201d donde desarrollar los procesos personales de los destinatarios de esa acci\u00f3n pastoral y donde pudieran tambi\u00e9n encontrar posibilidades de socializaci\u00f3n religiosa.
\n
\n4.2. Partir de la experiencia espiritual que ya tienen<\/strong>
\nLa acci\u00f3n pastoral deber\u00eda ayudar a localizar en el interior de la propia persona cu\u00e1l es el \u00b7\u201dlugar\u201d en el que se sit\u00faa la experiencia del Dios Cristiano. De otro modo, las acciones pastorales deber\u00edan ser muy conscientes de la parte de la persona a la que dirigen sus mensaje. Orientaciones m\u00e1s dogm\u00e1ticas hablan a la raz\u00f3n d\u00e1ndole argumentos a favor de la creencia, orientaciones m\u00e1s moralistas (sean del signo que sean) urgen a la voluntad para el cambio en la vida. La pastoral debe recuperar la interioridad y el coraz\u00f3n como destino final de su mensaje que no es otro que la presencia real y concreta del amor de Dios.
\nY el camino deber\u00e1 ser precisamente la constataci\u00f3n y el reconocimiento de que en ese lugar \u00edntimo la persona ya vive presencias que le trascienden con sus correspondientes reflejos afectivos. Acompa\u00f1arles en el camino hacia el interior para hacerles conscientes de las trascendencias que viven y sobre todo de las posibilidades que se abren cuando se permite la entrada del amor absolutamente trascendente del Dios Padre de Jes\u00fas.
\nEvidentemente esto exige perfiles de agentes de pastoral quiz\u00e1 un poco distintos a los que estamos cultivando. Necesitamos cristianos adultos sensibles a las realidades del mundo interior.
\n
\n4.3. Fuerte personalizaci\u00f3n de los procesos<\/strong>
\nUna pastoral como la que estamos planteando debe abandonar la sacralizaci\u00f3n de la mediaci\u00f3n grupal heredera de otras sensibilidades del pasado. Ni mejores ni peores, simplemente anteriores. Eso exige tiempo real y afectivo a disposici\u00f3n de la cercan\u00eda del acompa\u00f1amiento y una especial formaci\u00f3n tambi\u00e9n de los agentes de pastoral que les ayude a desarrollar las capacidades y habilidades de escucha y orientaci\u00f3n. Las acciones pastorales deber\u00edan no solo permitir sino asegurar el seguimiento de los procesos personales.
\nEstamos proponiendo con claridad una pastoral que prime lo cualitativo sobre lo cuantitativo, una pastoral de minor\u00eda, pero de ning\u00fan modo una pastoral \u201cpara\u201d minor\u00eda. Lamentablemente en este punto seguimos sin liberarnos de manera radical de los paradigmas de la pastoral de cristiandad y seguimos ignorando que vivimos tiempos de descristianizaci\u00f3n casi absoluta. Una y otra vez aparecen en \u00e1mbitos de responsables de pastoral ciertas cifras de catec\u00famenos como signo y prueba de que \u201cno estamos tan mal\u201d ignorando que todas personas pretendidamente incorporadas a la comunidad cristiana luego desaparecen.
\n
\n4.4. Un nuevo lenguaje sobre Dios<\/strong>
\nNecesitamos, por \u00faltimo, tambi\u00e9n recuperar un lenguaje m\u00e1s acorde con todo este conjunto de sensibilidades pastorales que estamos dibujando. Hoy la codificaci\u00f3n del mensaje cristiano corre el peligro de quedar atrapada entre la exactitud racional de la formulaci\u00f3n de fe y la exigencia de la moral.
\nNo tendremos que ir muy lejos para encontrar el g\u00e9nero adecuado. Basta con acudir al ejemplo de Jes\u00fas en el evangelio y rastrear los procesos que \u00e9l mismo desencadenaba en sus oyentes y seguidores: acompa\u00f1ar a la persona hasta su verdad interior por medio de la cercan\u00eda personal, invitarle a tomar su vida y a vivirla desde la presencia del amor de Dios presente y actuante en su persona. Las acciones de pastoral tienen que tener como primer tema la propia vida de los destinatarios, no experiencias forzadas ni falsamente intensas, sino la misma vida. Porque Dios quiere hacerse presente como salvador en esa vida. El mensaje de salvaci\u00f3n es universal no porque sea gen\u00e9rico sino porque es absolutamente concreto y significativo para todas y cada una de las personas en todos y cada uno de los tiempos.
\nEsto requiere abandonar cuestiones y discusiones te\u00f3ricas sobre la cuesti\u00f3n de la existencia de Dios y articular un discurso mucho m\u00e1s narrativo sobre las posibilidades de presencia en la vida de ese amor del Dios Padre de Jes\u00fas. La pregunta ya no es si crees que Dios existe o si crees en un Dios cristiano al que podemos describir con formulaciones exactas y pertinentes, sino qu\u00e9 presencias has vivido, vives o puedes vivir de ese amor de Dios manifestado en Jes\u00fas. Una vez m\u00e1s un lenguaje que pueda acompa\u00f1ar la narraci\u00f3n que cada persona hace y rehace de su vida.
\n <\/p>\n\n
\n<\/strong><\/li>\n<\/ol>\n
\nPor otro lado pude comprobar tambi\u00e9n que necesitamos compartir reflexiones de hondo calado y que, cuando se encuentra en esos niveles un territorio com\u00fan y compartido, brotan con m\u00e1s facilidad las propuestas m\u00e1s concretas plasmadas en planes y en acciones. Todos debemos acompa\u00f1arnos en esa b\u00fasqueda para seguir siendo fieles al mandato del Se\u00f1or.
\n <\/p>\n
\n[1]<\/a> AA.VV. J\u00f3venes 2000 y Religi\u00f3n. Fundaci\u00f3n Santa Mar\u00eda. Madrid. 2004.
\n[2]<\/a> Es enorme la saga de pel\u00edculas sobre temas religiosos o esot\u00e9ricos. Citemos como ejemplo la pel\u00edcula recientemente estrenada Reencarnaci\u00f3n.
\n[3]<\/a> El \u00faltimo trabajo del cantante Lenny Kravitz se llama Baptism y una de sus baladas lleva por t\u00edtulo \u201cCalling the angels\u201d. En el \u00faltimo trabajo de Bruce Springsteen la canci\u00f3n n\u00famero ocho se titula \u201dJesus Was An Only Son\u201d.
\n[4]<\/a> El fen\u00f3meno H Potter no est\u00e1 lejos de esta sensibilidad, adem\u00e1s de toda la producci\u00f3n en torno a templarios y sociedades secretas.
\n[5]<\/a> MARINA, J.A. Memorias de un investigador privado. Madrid.2003. Pg. 26
\n[6]<\/a> RAMONET, I. Un mundo sin rumbo. Barcelona. 2003. Pg. 117.
\n[7]<\/a> VERD\u00da, V. El estilo del mundo. La vida en el capitalismo de ficci\u00f3n. Barcelona. 2003.<\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":"