{"id":8951,"date":"2005-07-01T00:00:10","date_gmt":"2005-06-30T22:00:10","guid":{"rendered":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/?p=8951"},"modified":"2005-07-01T00:00:10","modified_gmt":"2005-06-30T22:00:10","slug":"la-iglesia-lugar-de-encuentro-antropologico","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/la-iglesia-lugar-de-encuentro-antropologico\/","title":{"rendered":"LA IGLESIA, LUGAR DE ENCUENTRO ANTROPOL\u00d3GICO"},"content":{"rendered":"

Carmen Pellicer Iborra
\n\u00a0<\/em>
\nCarmen Pellicer es licenciada en Teolog\u00eda y en Pedagog\u00eda
\n 
\nS\u00cdNTESIS DEL ART\u00cdCULO<\/strong>
\nRecreando la par\u00e1bola del Padre con los dos hijos, la autora se\u00f1ala los rasgos de los j\u00f3venes que actualmente son objeto de la atenci\u00f3n pastoral eclesial. Se detiene en la situaci\u00f3n de \u201clos que se van\u201d, constatando que los j\u00f3venes \u201cno est\u00e1n\u201d, y analiza el por qu\u00e9 se van y de d\u00f3nde se van; se fija tambi\u00e9n en \u201clos que se quedan\u201d, quiz\u00e1s porque est\u00e1n de paso, y en \u201clos que vuelven\u201d para subrayar que la evangelizaci\u00f3n ha de pasar de ser confesional a ser confesante y para se\u00f1alar algunas prioridades de la acci\u00f3n pastoral entre los j\u00f3venes: acogida, acompa\u00f1amiento, iniciaci\u00f3n a la oraci\u00f3n, iniciaci\u00f3n cristiana, testimonio comprometido.
\n <\/p>\n

    \n
  1. Un hombre ten\u00eda dos hijos<\/strong>
    \n<\/strong><\/li>\n<\/ol>\n

    Cuando cre\u00edamos que ten\u00edamos todas las respuestas, de pronto, cambiaron todas las preguntas. <\/em>(Mario Benedetti, 1920)<\/p>\n

     
    \nLa Iglesia ha ido definiendo el modelo de pastoral juvenil poco a poco: toda aquella presencia y todo conjunto de acciones a trav\u00e9s de las cuales la Iglesia ayuda a los j\u00f3venes a preguntarse y descubrir el sentido de su vida, a descubrir y asimilar la dignidad y exigencias de ser cristianos, les propone las diversas posibilidades de vivir la vocaci\u00f3n cristiana en la Iglesia y en la sociedad, y les anima y acompa\u00f1a en su compromiso por la construcci\u00f3n del Reino<\/em>. (OPJ,1991). Sin embargo las iniciativas pastorales concretas parecen girar alrededor de modelos similares a los anteriores, e insistimos en perfeccionar las mismas f\u00f3rmulas. Estas formulas, los encuentros mas o menos masivos, los grupos estables vinculados a un esquema escolar, la pastoral del tiempo libre… respond\u00edan al modelo de las tres etapas en el modelo de evangelizaci\u00f3n: misionera, catecumenal y pastoral. La primera correspond\u00eda a los otros<\/em>, porque \u00e9stos<\/em> ya estaban aqu\u00ed; la segunda se situaba en la familia, la escuela y la catequesis. Y quedaba la tercera. Los j\u00f3venes, creyentes de incipiente madurez necesitaban de un acompa\u00f1amiento motivador que facilitara su transici\u00f3n completa a la vida del cristiano adulto, que pod\u00eda resolverse con actividades m\u00e1s o menos creativas. \u00bfCu\u00e1nto hace que se rompi\u00f3 este esquema? Quiz\u00e1 cuando nos dimos cuenta de que \u00e9stos<\/em> no estaban aqu\u00ed, que \u00e9stos<\/em> eran otros<\/em> diferentes a los que conoc\u00edamos.
    \n 
    \n\u00bfEn qu\u00e9 son diferentes? No se trata aqu\u00ed de hacer una descripci\u00f3n exhaustiva. Pero cada uno selecciona desde su experiencia pastoral aquellos rasgos que le resultan m\u00e1s retadores. Quiz\u00e1 por comparaci\u00f3n con los j\u00f3venes de mis grupos de hace no tantos a\u00f1os, destacar\u00eda los siguientes:
    \n 
    \nSon adolescentes mucho antes. Las chicas parecen entrar en la preadolescencia hacia los nueve o diez a\u00f1os Los chicos tardan un poco m\u00e1s. Pero luego la adolescencia parece una enfermedad interminable que dura hasta pasados los veinte. Los viejos manuales de psicolog\u00eda evolutiva que nos sirvieron para dise\u00f1ar los programas de contenidos pastorales y de educaci\u00f3n en la fe han quedado totalmente obsoletos.
    \n 
    \nSon dif\u00edciles de catalogar. Entre ellos existe una inmensa diversidad, entre los g\u00e9neros, los intereses, los marcos de edad, la procedencia social, las experiencias de ocio, que son las que los clasifican entre ellos, el poder adquisitivo, la relaci\u00f3n con la marginalidad, la autonom\u00eda vital, la cultura, las expectativas, y por supuesto las experiencias religiosas. Ya no hablamos de \u201cla juventud\u201d, sino de los j\u00f3venes.
    \n 
    \nViven en un mundo aparte del mundo adulto. Sus espacios vitales, desde su rinc\u00f3n, su cuarto, su est\u00e9tica, sus intereses, sus diversiones, son otro mundo diferente, en el que se desarrollan al margen de la vida adulta, y cuyos lenguajes propios son ajenos y muchas veces incomprensibles. En ese mundo son los \u00fanicos protagonistas. Los ritos de paso cada vez son m\u00e1s tard\u00edos y m\u00e1s desdibujados, y la transici\u00f3n a la vida adulta se retrasa cada vez m\u00e1s.
    \n 
    \nInstalados en la inmediatez, cada vez son menos proclives a construir proyectos personales o colectivos a largo plazo. La pregunta del \u00bfqu\u00e9 voy a ser de mayor?<\/em>, ha sido sustituida por algo as\u00ed c\u00f3mo \u00bfcual es la mejor manera de conseguir el dinero que necesito para…?<\/em>, de modo que el trabajo ha sido desprovisto de su sentido profundo humanizador y constructor de sociedad, para convertirse en el intervalo irremediable entre los ocios deseados. Los compromisos son dif\u00edciles de consolidar, y aunque son sensibles a las necesidades ajenas, pocas veces se involucran en iniciativas que exijan esfuerzos, renuncias o sacrificios.
    \n 
    \nHan cambiado los lenguajes. El lenguaje verbal se complementa hoy con otras formas de comunicarse que tejen universos simb\u00f3licos muy potentes. Como entre los m\u00e1s j\u00f3venes las llamadas perdidas<\/em> se traducen por estoy pensando en ti<\/em>, as\u00ed muchos de sus recursos remiten al mundo de las emociones y los sentimientos. El discurso racional ha perdido su fuerza motivadora y referente de madurez cultural, para cederle el protagonismo a ‘los efectos especiales’ tecnol\u00f3gicos y los lenguajes no verbales
    \n 
    \nSus modelos ya no son l\u00edderes. En un momento de la vida en que se construye el proyecto existencial de ser y vivir, los adultos de referencia son modelos d\u00e9biles: En las familias porque la crisis en la comprensi\u00f3n de los roles, y de la identidad de ambos g\u00e9neros, as\u00ed como la crisis de la articulaci\u00f3n de la autoridad, deja a los padres sin la fuerza determinante para ser, bien imitados, bien combatidos, de las generaciones de anta\u00f1o. Los adultos en los medios de comunicaci\u00f3n, atrapados en los traumas de sus propias generaciones, son demasiado difusos o lejanos como para tener una coherencia permanente en el modelado de sus vidas, o demasiado ef\u00edmeros para provocar seguimientos permanentes.
    \n 
    \nTambi\u00e9n ha habido un cambio profundo en la vivencia de la sexualidad. No solo por los cambios en los patrones de conducta y la edad de iniciaci\u00f3n a la vida sexual (ese 80% de j\u00f3venes que inician sus relaciones sexuales entre los 14 y los 20 a\u00f1os), sino por dos fen\u00f3menos asociados a la comprensi\u00f3n de lo sexual que modifican sustancialmente el lugar en el proceso de personalizaci\u00f3n: la ruptura de la conexi\u00f3n entre sexualidad y compromiso, que se est\u00e1 viendo sustituida r\u00e1pidamente por la ruptura entre relaci\u00f3n sexual y afectividad. Y, en segundo lugar, la desaparici\u00f3n de los lenguajes morales y religiosos sobre lo sexual en sus universos de sentido, sustituidos por discursos sanitarios o l\u00fadicos.
    \n 
    \nPor \u00faltimo, se han roto los procesos \u201csemiautom\u00e1ticos\u201d de socializaci\u00f3n religiosa. Tienen una ignorancia profunda de la cultura religiosa, de sus s\u00edmbolos, manifestaciones y creencias, que les importan muy poco, ni siquiera para oponerse a ellas. Pero, a pesar de ello no se perciben a s\u00ed mismos como no religiosos, y de forma aleatoria seleccionan un sistema de creencias a base de retazos de lo que permanece tras sus procesos de abandono silencioso de los modelos establecidos de religiosidad. Algo as\u00ed, como que seleccionan intuitivamente aquello que no les molesta pero que tampoco afecta ni altera de modo perceptible sus vidas. Desde una afirmaci\u00f3n radical de la subjetividad, lo leg\u00edtimo para ellos es precisamente esa selecci\u00f3n de una religiosidad ‘a la carta’ alejada de cualquier referente doctrinal e incluso moral.
    \n\u00a0<\/strong><\/p>\n

      \n
    1. Los que se van<\/strong><\/li>\n<\/ol>\n

      Un hombre ten\u00eda dos hijos. El menor dijo al padre: Padre, dame la parte de la fortuna que me corresponde. El les reparti\u00f3 los bienes. A los pocos d\u00edas el hijo menor reuni\u00f3 todo y emigr\u00f3 a un pa\u00eds lejano, donde derroch\u00f3 su fortuna viviendo como un libertino <\/em>(Lc 15).<\/p>\n

       
      \n\u00bfPor qu\u00e9 quiso irse el hijo dela casa del padre, si tan bien se estaba en ella?. No parece que el padre intentara imped\u00edrselo, ni proteger su hacienda, ni avisarle de los peligros que le esperaban. Quiz\u00e1 no se estuviera tan bien, o quiz\u00e1 el padre ya sab\u00eda de la inutilidad de los discursos sobre lo mal que se est\u00e1 fuera. Quiz\u00e1 ya sab\u00eda del coraz\u00f3n del hijo mayor… \u00bfY si la casa no resultaba tan atractiva? Los que se quedaban no parec\u00edan tan felices… y lo de ser libertino tiene mucho encanto…
      \n 
      \nLos j\u00f3venes no est\u00e1n. Algunos nunca han estado, pero muchos que han pasado por nuestras aulas, nuestras catequesis, celebraciones, predicaciones… se van. M\u00e1s all\u00e1 de las estad\u00edsticas, todos aquellos que trabajamos en la pastoral del mundo de la juventud compartimos un sentimiento de impotencia, de no saber muy bien c\u00f3mo seguir adelante. Nos entretenemos en an\u00e1lisis de los cambios sociol\u00f3gicos y psicol\u00f3gicos que van experimentando de modo vertiginoso cada generaci\u00f3n, y sin embargo, las respuestas pastorales no se han modificado sustancialmente ante esos cambios. Seguimos haciendo casi lo mismo en nuestras parroquias y comunidades. A esto hay que a\u00f1adir la reticencia de muchos responsables ante los datos objetivos de esos cambios que retratan una realidad menos optimista de la que querr\u00edan dibujar.
      \n 
      \n\u00bfPor qu\u00e9 se van?… Marchan sin grandes dramas. Quedan para el recuerdo aquellas discusiones apasionadas sobre la Biblia y la ciencia, la iglesia y los dineros, los curas y la castidad. Simplemente van separ\u00e1ndose poco a poco sin que se produzca una crisis manifiesta. Muchos dicen que no tienen tiempo. Otras cosas mucho m\u00e1s importantes ocupan su atenci\u00f3n y van ganando terreno r\u00e1pidamente a lo que se queda como las cosas de ni\u00f1os, las cosas de las monjas, las cosas de la abuela. Quiz\u00e1 se van porque nunca llegaron a percibir como propia la experiencia de la fe. O para muchos no hubo experiencia religiosa real en sus vidas pasadas, que les permita sobrevivir a los avatares de una adolescencia que remueve de forma excitante todas sus certezas infantiles. En esa vivencia infantil de la fe , a muchos les falt\u00f3 tiempo y oportunidades para consolidar los relatos de la propia vida a la luz del evangelio, un relato que los educadores siempre dimos por sobreentendido, sin que hubiera oportunidades para una verdadera interiorizaci\u00f3n.
      \n 
      \n\u00bfY t\u00fa qu\u00e9 quieres, que sea como esa?.<\/em> No se puede reproducir en el papel el tono despectivo hacia los modelos de cristiano adulto que proponemos, que utilizan muchos de ellos. Se van porque no parece que los adultos cristianos maduros con los que se relacionan sean precisamente atrayentes. En un tiempo en el que est\u00e1n definiendo quienes son y sobre todo quienes van a ser, ni siquiera consideran valiosa la propuesta de estilo personal de vida adulta que adjetivamos cristiana<\/em>. Reconocemos en nuestros an\u00e1lisis, que la televisi\u00f3n, la calle, el ordenador, la m\u00fasica, la noche… han sustituido a la familia, la escuela o los libros como agentes de socializaci\u00f3n primarios, que ofrecen modelos de ser. Sin embargo, si hacemos una recorrido r\u00e1pido por quienes son los que est\u00e1n en esos mundos con el cartel de creyente, la imagen es descorazonadora: Desde la profesora de religi\u00f3n de \u201clos Serrano\u201d, rid\u00edcula, anticuada, ingenua, tonta, y dando clase en medio del desinter\u00e9s general de sexualidad cristiana<\/em>, hasta los curas de \u201cAqu\u00ed no hay quien viva\u201d, que tocan la guitarra con la est\u00e9tica de los 70, ante la indiferencia y burla general, mientras piden dinero, como sus colegas de \u201cMis adorables vecinos\u201d. Los \u00fanicos cantantes confesantes cristianos, pertenecen al folklore espa\u00f1ol, y las letras de las canciones \u00a1menos mal que no entienden ingles!. Y en la noche y la calle, seguimos pensando que solo habitan los hijos de las tinieblas… Se van… existencialmente se van yendo, porque quedarse no presenta muchas ventajas aparentes.
      \n 
      \nMuchos se van porque tampoco parece hacer falta quedarse. No tienen conciencia de haber perdido la fe. Para las tres cuartas partes de ellos, la Iglesia no hace falta para tener fe, y mantienen una referencia difusa a \u201ccreer en algo\u201d que definen de forma ecl\u00e9ctica recurriendo al lenguaje y las referencias religiosas. Pero ese ‘algo’ en lo que creen no altera para nada sus vidas, sus valores, sus elecciones. De hecho no perciben ninguna diferencia apreciable entre la vida con algo<\/em> y la vida sin algo<\/em>, excepto quiz\u00e1s que en los momentos de crisis ayuda a autoconsolarse.
      \n 
      \nTambi\u00e9n se van, los menos, tras alguna herida sin curar, rebotados ante la imagen de un Dios justiciero que los culpabiliza, o incluso que si existi\u00f3 no tuvo tiempo para ellos. Son los que se van despu\u00e9s haber estado de una forma intensa en casa, sin que quiz\u00e1 hubi\u00e9ramos tenido tiempo para perderlo con ellos en los momentos cruciales. Son m\u00e1s combativos y son esa minor\u00eda que sabe que no est\u00e1. Incluso unos pocos buscan una casa mejor.
      \n <\/p>\n

        \n
      1. Los que se quedan<\/strong><\/li>\n<\/ol>\n

        Hace muchos a\u00f1os que te sirvo sin desobedecer nunca tus ordenes,y nunca me diste un cabrito para celebrar una fiesta con mis amigos.<\/em><\/p>\n

         
        \n\u00bfDe d\u00f3nde se van? Tenerlos en casa significaba un determinado modelo de ‘joven cristiano practicante’, que iba a misa los domingos, era generoso y practicaba una cierta moral conservadora en sus formas externas, sin grandes excesos ni profundizaciones, d\u00f3cil a la autoridad y que estaba all\u00ed cuando se le convocaba. La pastoral del n\u00famero todav\u00eda sigue muy obsesionada por cu\u00e1ntos est\u00e1n m\u00e1s que por c\u00f3mo est\u00e1n. La famosa frase de la soci\u00f3loga brit\u00e1nica Grace Davies, \u201ccreer sin pertenecer\u201d contrasta justamente con la prioridad contraria en muchas de nuestras iniciativas pastorales: \u201cpertenecer sin creer\u201d, que desemboca en una pastoral que no acaba de desengancharse de la sacramentalizaci\u00f3n, como si la recepci\u00f3n de los sacramentos garantizara ese pertenecer que tanto nos preocupa. Se hace necesario, yo dir\u00eda que urgente, redefinir el modelo de creyente que esperamos en los procesos de transmisi\u00f3n de la fe y de acompa\u00f1amiento pastoral, no s\u00f3lo por los que se van sino tambi\u00e9n por los que se quedan : \u00a1Tanto tiempo en describir a la oveja perdida que nos hemos olvidado de las que quedaron en el redil!
        \n 
        \nLos que se quedan, muchos est\u00e1n de paso… especialmente a intervalos vitales: en los momentos de catequesis sacramentales de amplio arraigue social, como la comuni\u00f3n, o en momentos ligados a la escuela y los movimientos escolares . En sus mentes, como el hijo pr\u00f3digo, saben que crecer significa marchar, pero dejan la puerta abierta. Volver\u00e1n a llamar a la puerta en ocasiones, de vez en cuando, cuando la vida les empuje a celebrar o ritualizar los momentos importantes.
        \n 
        \nAlgunos se quedan s\u00f3lo seg\u00fan donde. Se sienten fuertemente vinculados a grupos o movimientos peque\u00f1os, que crean sus propios mundos socioafectivos y celebrativos. Quiz\u00e1 tendr\u00edamos que preguntarnos por aquellas intuiciones v\u00e1lidas de muchos de ellos, que han recuperado comunidades de rostros concretos y cercanos, que recuperan la fuerza celebrativa de la liturgia y fomentan de forma potente los s\u00edmbolos y est\u00e9ticas de identificaci\u00f3n, y que aprenden a narrarse a ellos mismos desde la palabra de Dios, recuperando el poder transformador de sus relatos. Que solo se quedan en su habitaci\u00f3n, por seguir con la met\u00e1fora de la casa del padre, es un problema, pero quiz\u00e1s podr\u00edamos aprender de aquello que les hace esa habitaci\u00f3n tan atractiva, para decorar de nuevo la casa y quiz\u00e1s tambi\u00e9n para invitarles a abrir la puerta.
        \n 
        \nY adem\u00e1s est\u00e1n esa minor\u00eda que se queda, a duras y maduras… que llegan a nuestras parroquias y comunidades y siempre est\u00e1n con nosotros, de ni\u00f1os, de catequistas de ni\u00f1os, de monitores del campamento, el d\u00eda que hay que pintar la iglesia o cuando tenemos que montar el bel\u00e9n…que dejan de ser j\u00f3venes en los grupos de j\u00f3venes, y como el hijo mayor de nuestra par\u00e1bola, hace muchos a\u00f1os que te sirve sin desobedecer nunca tus ordenes<\/em>. \u00bfY somos capaces de dise\u00f1ar una pastoral para que los que no van a irse hagan fiesta? Nuestras iniciativas de pastoral juvenil suelen ser univocas, como si todos los que est\u00e1n necesitasen estar de la misma manera. Y muchas veces recaen los esfuerzos y responsabilidades sobre esta minor\u00eda que no siempre tiene espacios para crecer a un ritmo diferente.
        \n 
        \nDejar que la casa mantenga muchas habitaciones supone abrir nuestras expectativas sobre lo que significa quedarse. Y sobre todo, supone perder el miedo a perder el control sobre ‘los resultados’. \u00a1La invitaci\u00f3n evang\u00e9lica no es a ser una buena oveja sino un buen pastor! Por eso es preciso dise\u00f1ar procesos pastorales diferentes seg\u00fan las situaciones y las necesidades de cada uno de ellos, con distintos modos de hacer y de encontrarse, con distintos modos de pertenecer y permanecer.
        \n <\/p>\n

          \n
        1. Los que vuelven<\/strong><\/li>\n<\/ol>\n

          Cuando lo hab\u00eda gastado todo, sobrevino una gran carest\u00eda en aquella comarca, y el muchacho comenz\u00f3 a padecer necesidad.<\/em><\/p>\n

           
          \nHe o\u00eddo decir a veces, entre algunos, cuando coment\u00e1bamos que los j\u00f3venes no estaban que ‘ya volver\u00e1n’ … \u00bfcu\u00e1ndo? \u00bfa casarse y enterrarse? \u00bfa traer a sus hijos? \u00bfa consolarse si las cosas van mal?… \u00bfcu\u00e1ndo volver\u00e1n?. Es una cierta parte del discurso de a\u00f1oranza pastoral hacia otros tiempos mejores, que canonizan ese modelo de permanecer del que hemos hablado. Pero no volver\u00e1n. Al menos no a ese cristianismo sociol\u00f3gico que ha resuelto en el pasado necesidades de identidad, hoy profundamente secularizadas.
          \n 
          \n\u00bfVolver\u00e1n cuando se den cuenta de que est\u00e1n mal? Porque, por el momento, los j\u00f3venes est\u00e1n muy bien y no tienen ninguna conciencia de necesitar ser salvados. Y menos con la clase de salvaci\u00f3n que creen que ofrecemos. Esto sugiere una vieja pregunta: \u00bfqu\u00e9 nos queda del convencimiento de que la buena noticia es buena? No hace tanto que evangeliz\u00e1bamos desde el convencimiento de la necesidad de los sacramentos para la salvaci\u00f3n escatol\u00f3gica , que justificaba todos los desvelos del hijo mayor que quedaba en la casa. Hoy en d\u00eda, ante la desescatologizaci\u00f3n de nuestra experiencia cristiana, la necesidad de evangelizar surge m\u00e1s bien desde la necesidad de ofrecer un modelo de vida mejor en medio de esta cultura deshumanizadora, y eso conlleva siempre la tentaci\u00f3n de un discurso excesivamente moralizante, tanto de ‘derechas’ como de ‘izquierdas’, que provoca reacciones contrarias a las pretendidas entre los j\u00f3venes.
          \n 
          \nLa evangelizaci\u00f3n est\u00e1 llamada a pasar de ser confesional a ser confesante. Los que vuelven necesitan poder recordar al padre que seguro que les acoge. Por eso la pastoral debe pasar de pretender retenerles a ofrecerles un lugar<\/em> donde volver, un lugar m\u00e1s all\u00e1 de los espacios y los tiempos, un lugar del abrazo a mitad camino, de la experiencia del amor incondicional que te envuelve sin condiciones previas ni posteriores. Los que vuelven lo hacen a veces vacilantes, a veces decididos, pero la mayor\u00eda de veces temblorosos e inseguros de lo que van a encontrar. Y necesitan ver al padre antes de entrar en la casa. Por eso las prioridades las marca la experiencia de encuentro con \u00c9l, y giran alrededor de algunos acentos:
          \n <\/p>\n

            \n
          • La acogida<\/strong>, primero humana, que responda a sus necesidades de hablar, de ser escuchados, de tener encuentros profundamente humanos que les permitan reconocerse y reconstruirse, y que se constituye tambi\u00e9n como momento privilegiado de la evangelizaci\u00f3n, como ese ‘primer anuncio’ de una pastoral que ha de convertirse en misionera. Y la acogida no se produce \u201cen casa\u201d. Hay que salir fuera con valent\u00eda a los lugares donde es posible iniciar el di\u00e1logo y establecer los encuentros, acerc\u00e1ndose de forma personal a cada uno de ellos, sin demonizar los \u00e1mbitos y las realidades que les resultan relevantes, ni canonizar las nuestras.<\/li>\n<\/ul>\n

             <\/p>\n

              \n
            • El acompa\u00f1amiento personal<\/strong>, que parte del convencimiento de que el encuentro es una riqueza mutua y que avanza poco a poco, comunicando la experiencia propia de fe en los lenguajes que son comprensibles e inciden en la vida del otro, de modo que el testimonio de la propia vida se transforma en sabidur\u00eda existencial. Desde el respeto a la libertad, se trata de ir desvelando el rostro de Dios encarnado en Jes\u00fas, e invitando a la b\u00fasqueda personal de una experiencia de encuentro.<\/li>\n<\/ul>\n

               <\/p>\n

                \n
              • La iniciaci\u00f3n a la oraci\u00f3n<\/strong>, que es el encuentro con \u00c9l. La pastoral debe ganar tiempos a la velocidad de sus existencias para la oraci\u00f3n, para la contemplaci\u00f3n, para descender a lo m\u00e1s profundo del coraz\u00f3n y encontrarse con \u00c9l. Debe descubrir todas las formas de provocar esos encuentros y proporcionar lenguajes para comenzar a enamorarse del Se\u00f1or, ense\u00f1\u00e1ndoles a permanecer e insistir, a superar el sentimentalismo, tejiendo juntas la Palabra y la historia personal para narrar la propia vida desde el evangelio.<\/li>\n<\/ul>\n

                 <\/p>\n

                  \n
                • La iniciaci\u00f3n cristiana<\/strong>. La pastoral juvenil no puede partir de la falacia de suponer que porque est\u00e1n ya son. La vieja frase de Tertuliano: el cristiano no nace, se hace<\/em>, recobra su actualidad. La comunidad cristiana entera debe implicarse en cada itinerario personal. No vale crear compartimentos estanco, ni la pastoral de especialistas y comisiones que trabajan en paralelo alrededor de esquemas y no de personas. Los grupos ya no garantizan, ni siquiera constituyen la mejor manera de iniciaci\u00f3n a la fe de los j\u00f3venes, que no se sienten identificados con ellos. Esto supone un cambio profundo de mentalidad, que multiplique las mediaciones y genere itinerarios personalizados de iniciaci\u00f3n que hagan posible la vuelta a la fe, a la vinculaci\u00f3n con la comunidad que la vive y la celebra, y al propio testimonio personal.<\/li>\n<\/ul>\n

                   <\/p>\n

                    \n
                  • El testimonio comprometido<\/strong>, que les haga exclamar mirad como se aman<\/em>, de modo que puedan provocarse experiencias referentes de vida cristiana. Los que vuelven necesitan ver experiencias de vida cristiana que fundamenten su retorno. No bastan las palabras ni convencen los discursos, sino son los testimonios de amor radical aquello que les provocan los procesos de identificaci\u00f3n y solidaridad con los pobres de este mundo. La iniciaci\u00f3n cristiana que se hab\u00eda quedado en muchas ocasiones en mera transmisi\u00f3n de conocimientos te\u00f3ricos, debe conducir hoy a la iniciaci\u00f3n a la caridad, al amor y la entrega desinteresada, a la experiencia de gratuidad.<\/li>\n<\/ul>\n

                     <\/p>\n

                      \n
                    1. Un lugar donde volver<\/strong><\/li>\n<\/ol>\n

                      Entonces, recapacitando, record\u00f3: a cu\u00e1ntos jornaleros de mi padre es sobra el pan mientras yo me muero de hambre.<\/em><\/p>\n

                      \u00bfCu\u00e1nto dur\u00f3 el viaje del hijo pr\u00f3digo? No sabemos. Cada uno tiene sus tiempos y sus velocidades. Tampoco sabemos si esta vez se qued\u00f3 para siempre. Puede que volviera a marchar. Si hemos dicho que no existe la juventud sino j\u00f3venes con rostros distintos, no podemos crear recetas \u00fanicas sino multiplicar las propuestas pastorales, que ya no tienen la pretensi\u00f3n de aglutinar mayor\u00edas sino de ofrecer oportunidades para el encuentro personal. La multiplicaci\u00f3n de mediaciones exige por lo tanto una renovaci\u00f3n profunda de las comunidades cristianas, que cada vez m\u00e1s van adquiriendo la conciencia de que son minor\u00edas llamadas a evangelizar de forma activa. No se trata de ‘encargar’ a los de pastoral la tarea de atraerlos, sino de recuperar la tensi\u00f3n que hace que todos salgamos al encuentro en nuevas formas de presencia y testimonio que marque diferencias frente a la indiferencia.
                      \n 
                      \nUna comunidad que vive lo que cree, anuncia lo que vive <\/em>(EN 76) La comunidad es la protagonista de la misi\u00f3n, toda ella es agente de pastoral. Por eso toda ella debe centrarse en incrementar la conciencia evangelizadora y formarse para ello. La formaci\u00f3n no tiene un car\u00e1cter meramente te\u00f3rico sino que debe adquirir un car\u00e1cter mystag\u00f3gico, que lea, discierna y traduzca la salvaci\u00f3n que ya experimenta y celebra para contagiar la alegr\u00eda del Reino. Por eso, la formaci\u00f3n de los agentes de pastoral juvenil es la formaci\u00f3n de la comunidad que evangeliza a los j\u00f3venes. Y aquellos que animan los procesos y se responsabilizan de gestar de forma creativa los itinerarios, comienzan por intensificar su vida comunitaria para constituirse a s\u00ed mismos en el lugar donde volver.
                      \n 
                      \nEl hijo pr\u00f3digo volvi\u00f3 porque pudo recordar. La renovaci\u00f3n de la pastoral juvenil exige la renovaci\u00f3n de la pastoral de infancia. Dedicamos muchos de nuestros recursos y desvelos a las edades m\u00e1s inestables, dejando un poco a su aire las experiencias cristianas de los primeros a\u00f1os de vida, que se dan por supuestas. Los cambios en los patrones de vida familiar deben hacer que nos replanteemos las iniciativas pastorales de la infancia y las presencias en el tiempo en que se gestan los recuerdos. Cambiar de una pastoral para retenerles a una pastoral para que puedan volver supone un cambio tambi\u00e9n en las estrategias y la misma organizaci\u00f3n de las iniciativas catequ\u00e9ticas, que no pueden anclarse en la a\u00f1oranza de la familia que fue pero que no volver\u00e1 a ser.
                      \n <\/p>\n

                        \n
                      1. El hijo que estaba perdido y ha sido encontrado<\/em><\/strong><\/li>\n<\/ol>\n

                        Cuando a\u00fan estaba lejos, su padre lo vi\u00f3, y, profundamente conmovido, sali\u00f3 corriendo a su encuentro, lo abraz\u00f3 y lo cubri\u00f3 de besos.<\/em><\/p>\n

                        Est\u00e1n lejos… por eso quiz\u00e1s tantos an\u00e1lisis. Sus vidas y marcos de referencia, como hemos visto, nos quedan distantes, y aunque podamos hacer an\u00e1lisis que nos permitan comprenderles, otra cosa es dejarnos conmover sin pretender cambiarles. Autom\u00e1ticamente muchos de nuestros acercamientos derivan en juicios que ellos perciben y que les excluyen. Es necesario un conocimiento profundo de quienes son que negocie<\/em> lo v\u00e1lido de sus experiencias y traduzca lo valioso de nuestra propuesta salv\u00edfica. M\u00e1s que demostrar la verdad que lo que anunciamos, se tratar\u00eda de mostrar que de verdad es salvadora y atraviesa sus vidas hasta tocar lo m\u00e1s profundo de sus corazones
                        \n 
                        \nQue la iglesia no es la casa sino el encuentro tiene profundas implicaciones para nuestra actividad pastoral. Supone pasar de que est\u00e9n a que sean, aunque tengamos que abrir las puertas y redefinir los l\u00edmites. Cuando casi el 80 % de los j\u00f3venes dicen sentirse cat\u00f3licos, algunos se rasgan las vestiduras, \u00a1c\u00f3mo pueden a pesar de todo lo dem\u00e1s!. Sin embargo tiene una lectura esperanzada… la semilla que sembramos a pesar de tanto fracasos aparentes sigue oculta en la tierra esperando fructificar. El anuncio del evangelio tiene que constituir una verdadera provocaci\u00f3n de experiencias del reino que les inviten a esa vuelta antropol\u00f3gica<\/em> al encuentro con Aquel que se conmueve al mirarnos con un amor incondicional.<\/p>\n

                        CARMEN PELLICER<\/p>\n

                        estudios@misionjoven.org<\/p>\n

                         <\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":"

                        Carmen Pellicer Iborra \u00a0 Carmen Pellicer es licenciada en Teolog\u00eda y en Pedagog\u00eda   S\u00cdNTESIS DEL ART\u00cdCULO Recreando la par\u00e1bola del Padre con los dos hijos, la autora se\u00f1ala los rasgos de los j\u00f3venes que actualmente son objeto de la atenci\u00f3n pastoral eclesial. Se detiene en la situaci\u00f3n de \u201clos que se van\u201d, constatando que […]<\/p>\n","protected":false},"author":3,"featured_media":0,"comment_status":"closed","ping_status":"closed","sticky":false,"template":"","format":"standard","meta":{"_et_pb_use_builder":"","_et_pb_old_content":"","_et_gb_content_width":"","footnotes":""},"categories":[988,987,94],"tags":[],"class_list":["post-8951","post","type-post","status-publish","format-standard","hentry","category-carmen-pellicer-iborra","category-estudios-342_343","category-mision-joven-2"],"_links":{"self":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/8951","targetHints":{"allow":["GET"]}}],"collection":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/posts"}],"about":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/types\/post"}],"author":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/users\/3"}],"replies":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/comments?post=8951"}],"version-history":[{"count":0,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/8951\/revisions"}],"wp:attachment":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/media?parent=8951"}],"wp:term":[{"taxonomy":"category","embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/categories?post=8951"},{"taxonomy":"post_tag","embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/tags?post=8951"}],"curies":[{"name":"wp","href":"https:\/\/api.w.org\/{rel}","templated":true}]}}