{"id":8991,"date":"2005-04-01T00:00:17","date_gmt":"2005-03-31T22:00:17","guid":{"rendered":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/?p=8991"},"modified":"2005-04-01T00:00:17","modified_gmt":"2005-03-31T22:00:17","slug":"la-confortable-levedad-de-las-marcas","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/la-confortable-levedad-de-las-marcas\/","title":{"rendered":"La confortable levedad de las marcas"},"content":{"rendered":"
Federico de Carlos Otto<\/strong> Me miraste con cierto desd\u00e9n.<\/p>\n No te lo dije, pero inmediatamente pens\u00e9: \u201ceste es de los m\u00edos\u201d. \u00bfQue por qu\u00e9 no te lo dije? Porque en principio \u2013 mil\u00e9simas de segundo en mi cerebro \u2013 tu respuesta me molest\u00f3. Mejor dicho: me molest\u00f3 que la posici\u00f3n que expresaba tu respuesta coincidiera en el fondo con la m\u00eda. A mi tampoco me gustan las rebajas. Enseguida, sin embargo, me di cuenta de que la coincidencia entre nosotros era muy primaria y superficial. Mi rechazo de las rebajas es tan pragm\u00e1tico como ego\u00edsta y comod\u00f3n: detesto las aglomeraciones y adem\u00e1s tengo una cierta desconfianza \u2013 bastante paleta, lo reconozco \u2013 hacia productos rebajados con los que sospecho que el comerciante me quiere enga\u00f1ar. S\u00e9 de sobra que no es as\u00ed, pero me cuesta liberarme del prejuicio (no olvides que nac\u00ed en la posguerra y tambi\u00e9n entonces los comerciantes ten\u00edan que salir adelante aunque fuera a codazos, lo que generaba no pocas veces cierta desconfianza en el comprador). Sin dejarte terminar, te espet\u00e9: los peores polos que he tenido en mi vida fueron unos \u201cLacoste\u201d que compr\u00e9 en una \u201csupertienda\u201d especializada hace ya bastantes a\u00f1os.<\/p>\n Entonces pasaste a otros argumentos: las marcas te hacen sentirte importante, aumentan tu autoestima, te destacan y te sacan de la vulgaridad y el anonimato. \u00bfY no ser\u00e1, te pregunt\u00e9, que te sientes inseguro? \u00bfNo te parece que necesitar el refrendo de una marca pone de manifiesto tu falta de seguridad, tu carencia de poso? Me sali\u00f3 el predicador que llevo dentro. Te dije: \u00bftan poco crees en ti mismo, en tus cualidades, en la formaci\u00f3n que vas adquiriendo, en lo absolutamente \u00fanico, irrepetible e intransferible de tu yo \u2013 f\u00edsico y ps\u00edquico \u2013 que necesitas \u2013 repito \u2013 el refrendo de un logotipo que casi siempre no es otra cosa que el sello superpuesto al final de un proceso de producci\u00f3n que si lo conocieras de cerca tal vez te decepcionar\u00eda para siempre? Puedes imaginar que cada d\u00eda que llov\u00eda sal\u00eda yo a la calle con mi \u201cBurberry\u00f1a\u201d y hac\u00eda alg\u00fan gesto para llamar la atenci\u00f3n de mis \u201ccompis\u201d, ninguno de los cuales llevaba marca alguna y fing\u00edan despreciarme\u2026 por pijo londinense. Y a lo tonto a lo tonto, cuando terminado mi poleo, ca\u00ed en la contradicci\u00f3n de pedir un Rioja, y t\u00fa \u2013 genio y figura \u2013 le dijiste al camarero que te trajera un Bloody Mary, me di cuenta de que nuestro encuentro fortuito nos hab\u00eda deparado la oportunidad de mirar de frente y sin miedo a eso que llamamos muchos la alternativa cristiana. Federico de Carlos Otto<\/p>\n estudios@misionjoven.org<\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":" Carta a un joven \u201cmarcado\u201d Federico de Carlos Otto Federico de Carlos Otto, doctor en Teolog\u00eda y licenciado en Filosof\u00eda S\u00cdNTESIS DEL ART\u00cdCULO Con un estilo epistolar, el art\u00edculo entra de lleno en el debatido tema de la importancia-fatuidad de las marcas entre los j\u00f3venes, reflexionando sobre su sentido y su verdadero valor, […]<\/p>\n","protected":false},"author":3,"featured_media":0,"comment_status":"closed","ping_status":"closed","sticky":false,"template":"","format":"standard","meta":{"_et_pb_use_builder":"","_et_pb_old_content":"","_et_gb_content_width":"","footnotes":""},"categories":[969,856,94],"tags":[],"class_list":["post-8991","post","type-post","status-publish","format-standard","hentry","category-estudios-339","category-federico-de-carlos-otto","category-mision-joven-2"],"_links":{"self":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/8991","targetHints":{"allow":["GET"]}}],"collection":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/posts"}],"about":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/types\/post"}],"author":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/users\/3"}],"replies":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/comments?post=8991"}],"version-history":[{"count":0,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/8991\/revisions"}],"wp:attachment":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/media?parent=8991"}],"wp:term":[{"taxonomy":"category","embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/categories?post=8991"},{"taxonomy":"post_tag","embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/tags?post=8991"}],"curies":[{"name":"wp","href":"https:\/\/api.w.org\/{rel}","templated":true}]}}
\n
\nFederico de Carlos Otto, doctor en Teolog\u00eda y licenciado en Filosof\u00eda
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\nS\u00cdNTESIS DEL ART\u00cdCULO<\/strong>
\nCon un estilo epistolar, el art\u00edculo entra de lleno en el debatido tema de la importancia-fatuidad de las marcas entre los j\u00f3venes, reflexionando sobre su sentido y su verdadero valor, sobre su levedad y su falso brillo. Pero, sobre todo, desde una perspectiva pastoral, propone la verdadera alternativa cristiana: una personalidad fraguada en el interior, abierta y solidaria ante el sufrimiento de los m\u00e1s necesitados.
\n
\nQuerido Fernando:
\nMe ha extra\u00f1ado mucho tu carta. Ni siquiera esperaba un E-mail. Una llamada de tel\u00e9fono, tal vez. Pero, en cualquier caso, nunca tan pronto, y menos, con ese contenido. Te doy mi palabra: me has descolocado. Es esta, por cierto, una expresi\u00f3n que vosotros, los j\u00f3venes, utiliz\u00e1is bastante y que, a mi juicio, os redime un tanto \u2013 s\u00f3lo un tanto \u2013 de la pena que merec\u00e9is por tratar tan mal al lenguaje. De lo que no se puede dudar, desde luego, es de que ten\u00e9is capacidad de influencia en esto de las jergas. Sin propon\u00e9roslo, hab\u00e9is logrado que muchos, muchos \u2013 probablemente demasiados \u2013 hayamos terminado adoptando algunas palabrejas de vuestro espantoso l\u00e9xico. Sin ir m\u00e1s lejos, el otro d\u00eda le\u00eda en un peri\u00f3dico digital a un ilustre soci\u00f3logo, especialista en esto del bien hablar, utilizar la palabra \u201cmogoll\u00f3n\u201d, qued\u00e1ndose tan pancho. De entrada, me escandaliz\u00f3, pero bien pensado, \u00bfpor qu\u00e9 no? El lenguaje es vida, y si algo derroch\u00e1is los de tu edad, si hacemos caso al t\u00f3pico, es precisamente eso: fuerza vital, casi siempre en un estado algo salvaje, pero vida y fuerza al fin y al cabo.
\nVuelvo a tu misiva. Veo que te impresion\u00f3 nuestro encuentro. Te aseguro que ni siquiera sospech\u00e9 que te diera que pensar lo que hablamos; pero ahora que me has escrito \u2013 y adem\u00e1s, con tanta amplitud \u2013 no me importa confesarte que me alegro.
\nLos encuentros en la ciudad son muchas veces temibles, pero otras nos deparan ratos realmente gratificantes. A la sorpresa y a la casualidad, no pocas veces se une un rato de intercambio personal que adem\u00e1s de agradar, enriquece.
\nHac\u00eda mucho que no nos ve\u00edamos. Cuando te conoc\u00ed, estudiabas ya eso de la ESO, o algo equivalente (llevo casi d\u00e9cadas perdido en la jungla de las siglas educativas). Ahora est\u00e1s en la Universidad, y como todos tus colegas, muestras una mezcla de ilusi\u00f3n y sospecha, de ganas y frustraci\u00f3n que te homologa con toda tu generaci\u00f3n. Te encontr\u00e9, de todas formas, m\u00e1s maduro. Y me alegr\u00e9 extraordinariamente de ello.
\n
\n\u201cQu\u00e9, \u00bfa las rebajas?\u201d
\n<\/strong>
\nCuriosamente, los dos \u00edbamos al mismo sitio: El Corte Ingl\u00e9s. Haci\u00e9ndome el listo, te pregunt\u00e9:<\/p>\n\n
\n
\nTu rechazo de las rebajas, sin embargo, aunque no absoluto como me reconociste, tiene otras causas. T\u00fa lo quieres todo de marca; y las marcas – \u00a1s\u00f3lo faltaba! \u2013 casi nunca se rebajan a rebajarse. Cuando te pusiste a hablar de este tema, me confesaste que la cosa te ven\u00eda de la infancia. Todos tus compa\u00f1eros rivalizaban tratando de exhibir, sobre todo en los recreos, la marca m\u00e1s cotizada del mercado, la m\u00e1s publicitada en TV, la que \u201cmolaba\u201d m\u00e1s; aquella sin la cual, uno se convert\u00eda, lisa y llanamente, en un paria, un \u201cpringao\u201d, un don nadie. Y para qu\u00e9 hablar de los coches y de las motos. Adem\u00e1s de conocerlo todo sobre el particular, cultivabais sin recato la envidia por lo que no ten\u00edais y el deseo de lo ansiado.
\nTus padres \u2013 yo ya lo sab\u00eda \u2013 acud\u00edan at\u00f3nitos y molestos al espect\u00e1culo de un hijo suyo, por lo dem\u00e1s encantador, que perd\u00eda los estribos cuando no le compraban no un buen jersey, no unas buenas deportivas, no un magn\u00edfico anorak, sino un jersey, unas deportivas y un anorak\u2026 de marca, y a poder ser de esta marca concreta, esa, precisamente, que \u201cmarcaba\u201d la diferencia con los dem\u00e1s e imped\u00eda una ubicaci\u00f3n casi casi humillante.
\n
\nMarcados por las marcas<\/strong>
\nTodo aquello, me dijiste, te influy\u00f3 decisivamente. Fuiste creciendo rodeado del resplandor de las marcas. Y las marcas te marcaron. Rechazabas de plano que te llamaran pijo \u2013 \u201c\u00bfpijo yo?\u201d -; pero sab\u00edas que lo eras, sobre todo, cuando llegaba el d\u00eda de tu cumplea\u00f1os y cuando escrib\u00edas tu carta a los Reyes.
\nLa otra tarde te pregunt\u00e9 directamente por todo esto. Te vi algo m\u00e1s dubitativo, aunque sin llegar al desencanto. De hecho, estuviste a punto de comprar una bufanda preciosa, digna de cualquier primera marca; pero como no viste, despu\u00e9s de mirar y remirar, el logotipo de rigor, terminaste rechaz\u00e1ndola. Yo me la hubiera comprado sin dudar, pero es que \u2013 como te dije \u2013 a mi no me gustan las bufandas.
\nAl principio no sab\u00edas muy bien qu\u00e9 decirme.<\/p>\n\n
\n
\nTe cont\u00e9 entonces, ante una coca-cola t\u00fa, un poleo yo, lo de mi gabardina Burberrys. No dabas cr\u00e9dito al relato, pero como te dije, era \u2013 y es \u2013 real como la vida misma.
\nViv\u00eda yo durante aquel verano en una parroquia en Inglaterra; concretamente, en una ciudad bastante cerca de Londres. Un domingo, despu\u00e9s de celebrar la Eucarist\u00eda, se acerc\u00f3 a saludarme una familia de feligreses, gallegos ellos, que llevaban viviendo en esa ciudad la tira de a\u00f1os. Cari\u00f1osos como ellos solos (todos los emigrantes que he conocido, y no son pocos, me han impresionado por su calor humano y su gran bondad), me invitaron un d\u00eda a ir a cenar a su casa. All\u00ed descubr\u00ed con admiraci\u00f3n que la ocupaci\u00f3n de la se\u00f1ora era cortar y confeccionar gabardinas a las que, una vez terminadas, les pon\u00eda la c\u00e9lebre etiqueta que todos conocemos y que a vosotros os deslumbra, y que adem\u00e1s, hace que, como poco, se cuadruplique su precio de mercado: \u201cBurberrys\u201d. No pude por menos que desmitificar, en ese mismo momento, la mencionada marca. La se\u00f1ora \u2013 es verdad \u2013 trabajaba muy bien; supongo que la firma le exig\u00eda y le controlaba la calidad del proceso de fabricaci\u00f3n, pero Burberrys, \u201cmade in England\u201d, con precios desorbitados en los mismos almacenes en los que est\u00e1bamos esa tarde t\u00fa y yo, en adelante ser\u00eda para m\u00ed, y para siempre, la se\u00f1ora gallega de Reading (esa era la ciudad, no creas que estoy fantaseando) que, por cierto, me dio para cenar un \u201cpulpo a feira\u201d mil veces mejor que cualquier \u201croast-beef\u201d de cualquier tienda gourmet de la City guisado por mis amigos ingleses.<\/p>\n\n
\nEsto \u00faltimo que te digo, en broma como puedes comprender, me lleva a comentar otra consideraci\u00f3n que me hiciste. Las marcas, me diste a entender, te permiten relacionarte con los dem\u00e1s en una posici\u00f3n a veces de superioridad y casi siempre de igualdad, bien entendido que se trata de una igualdad siempre en la escala alta. Yo te dec\u00eda que este razonamiento se me antojaba falaz y poco digno. \u00bfEs que se puede valorar a una persona por las etiquetas de sus prendas de vestir, por la marca del autom\u00f3vil que conduce o de la moto con la que frecuentemente se juega la vida? Te vi vacilar, pero segu\u00edas aferrado a tu \u201cvisi\u00f3n del mundo\u201d desde el submundo de las marcas y las etiquetas. Yo te reconoc\u00ed que me parec\u00eda plenamente aceptable comprar cosas buenas, de calidad, ya se trate de prendas de vestir, de aparatos o de autom\u00f3viles, y que es verdad que con mucha frecuencia son las grandes marcas las que tienen m\u00e1s cualidades, aunque tambi\u00e9n es verdad que se dan clamorosas excepciones, como la que te he contado de mis polos, y como las protestas que tant\u00edsimas veces suscitan determinados coches muy renombrados, pero que a un gran n\u00famero de usuarios les salen peor que mal.
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\nDel hast\u00edo y el desencanto al anhelo de lo indeleble<\/strong>
\nEntrados ya en filosof\u00edas, me vino algo a la cabeza y me atrev\u00ed a compartirlo contigo; algo que yo explicaba siempre en mis clases sobre el bautismo, cuando expon\u00eda el tema de los sacramentos cristianos. Me dio cierto miedo meterme por esos vericuetos, pero como sab\u00eda que eres inteligente y receptivo, y como adem\u00e1s no ignoras que jam\u00e1s trato de disimular lo que soy, lo que pienso, y aquello desde lo que trato de vivir, entr\u00e9 con tranquilidad en materia.
\nTe hice saber que en los primeros siglos del cristianismo a los que se bautizaban les llamaban los \u201csellados\u201d, los \u201cmarcados\u201d. \u201cDame el sello\u201d, era la forma equivalente de solicitar el bautismo, de decir: \u201cbaut\u00edzame\u201d.
\nDespu\u00e9s de toda esa conversaci\u00f3n sobre las marcas mientras segu\u00edamos movi\u00e9ndonos entre ellas – \u00a1Dios m\u00edo, qu\u00e9 agobio! -, te suger\u00ed que, teniendo en cuenta lo que te hab\u00eda dicho, nadie tan capacitado para entender el valor de la marca y de relativizar todas las marcas como un cristiano. Cuando las marcas muestran su inanidad, cuando se logra hacer la cr\u00edtica del narcisismo al que conducen y en el que instalan, cuando se descubre que las relaciones interpersonales no tienen sentido ni pueden ser duraderas y gratificantes a no ser que se fundamenten en lo m\u00e1s hondo y valioso que llevamos dentro, entonces se pone en marcha un proceso que tiene dos fases:<\/p>\n\n
\nMe vinieron a la cabeza toda clase de escr\u00fapulos. Me dije: no tienes remedio; en cuanto te dejan, sueltas una catequesis o colocas una homil\u00eda. Sin embargo, registr\u00e9, all\u00e1 en el subconsciente, que saliste de aquella inmensa e interminable tienda, en la que no estuvimos menos de dos horas, sin comprar absolutamente nada. Tuve la sensaci\u00f3n \u2013 insisto: subconsciente \u2013 de que antes de mi \u201chomil\u00eda\u201d, hab\u00edas comenzado a hacer una cierta opci\u00f3n, llevado probablemente por una pregunta tan tonta como eficaz: \u201c\u00bfy para qu\u00e9 quiero yo esto si realmente no lo necesito?\u201d
\n
\nLa alternativa verdaderamente cristiana<\/strong>
\nTu carta me lo ha aclarado todo. En ella me dices que nuestra conversaci\u00f3n fue simplemente el empuj\u00f3n que necesitabas para dar en tu vida una especie de golpe de estado y avanzar unos pasos hacia la madurez.
\nMe llama la atenci\u00f3n – \u00a1qu\u00e9 poco me lo dijiste, brib\u00f3n! \u2013 que est\u00e9s leyendo desde hace tiempo cosas sobre el Budismo, que te fascine la figura de Francisco de As\u00eds hasta el punto de haber le\u00eddo dos biograf\u00edas suyas, y que te empiece a dar cierto miedo comenzar a recorrer un camino que, aunque ahora mismo no sabes a d\u00f3nde te puede llevar, temes que te aleje para siempre de esa confortable – y no, como dicen, insoportable \u2013 levedad del ser en la que has vivido instalado tanto tiempo.
\nLa ayuda y el apoyo de Marina veo que est\u00e1n siendo determinantes. Ella \u2013 me dices \u2013 es, y ha sido siempre, radical: m\u00e1s de una vez estuvisteis a punto de romper – \u00a1bendito sea Dios! \u2013 por tu obsesi\u00f3n consumista con las marcas. A ella, me confiesas, le humillaba esa arrogancia, esa voluntad de poder, esa filosof\u00eda del desprecio que iba creciendo en ti y en tus compa\u00f1eros, atrapados todos por el falso brillo de las etiquetas.
\nMe dices que nunca se atrevi\u00f3 a reprocharte tu fatuidad, a despreciarte por vac\u00edo. Tuvo paciencia y te fue ense\u00f1ando sin sermones, pero a veces, eso s\u00ed, con plantes y sin contemplaciones, que la verdadera personalidad se fragua en el interior, que la estatura humana de la que somos capaces no nos la otorga ninguna multinacional que acierta a confeccionar ropa atractiva, o a dise\u00f1ar veh\u00edculos deslumbrantes poni\u00e9ndoles despu\u00e9s un hermoso logotipo.
\nElla, seg\u00fan me cuentas, casi nunca va a Misa, pero no lo dudes ni un minuto: posee un alma o, si prefieres, un universo mental cristiano. T\u00fa \u2013 en eso has sido constante – no hay domingo que te pierdas tu raci\u00f3n de Iglesia, pero, al menos hasta ahora, me temo que, adem\u00e1s de aburrirte en las celebraciones, no has entendido casi nada de lo que supone el evangelio.
\nProbablemente, por lo que me cuentas en tu larga carta, ha sido fundamental para tu vida el que hicieras caso a Marina y os fuerais los dos a ayudar en lo del chapapote. Amigo m\u00edo: all\u00ed te diste cuenta de que, ante el dolor y el sufrimiento de verdad, no hay marcas que valgan. Te colocaron un buzo y no te dio tiempo de saber qui\u00e9n lo hab\u00eda fabricado ni cu\u00e1l era su marca; la \u00fanica marca la tuviste aquellos d\u00edas en tus manos llenas de pegajosa porquer\u00eda. Pero aquella marca era de otro orden: fue una marca que te marc\u00f3, como te dije el otro d\u00eda que marca el bautismo cristiano: ense\u00f1\u00e1ndote a vaciarte, a renunciar, a desprenderte de todo lo superfluo. Esta marca tan original, aunque tan poco valorada, te sugiere y te invita a que te pongas el mundo por montera, porque s\u00f3lo as\u00ed podr\u00e1s hacer la experiencia de una libertad sin dependencias ni servidumbres incapaces de aportarte nada de inter\u00e9s.
\nMarcados, sellados para ofrecer a los que viven prisioneros de la exterioridad una alternativa que, porque todo lo relativiza, puede abrazarlo todo sin rendir vasallaje a nada ni a nadie.
\nTengo que terminar, Fernando. Me gustar\u00eda conocer m\u00e1s a Marina, por eso, me atrevo a hacerte esta sugerencia: \u00bfpor qu\u00e9 no nos reunimos un d\u00eda los tres, tomamos cosas ricas y nos permitimos cenar \u2013 sin que sirva de precedente \u2013 con un buen vino \u201cde marca\u201d?
\n <\/p>\n