{"id":9027,"date":"2005-01-01T00:00:01","date_gmt":"2004-12-31T22:00:01","guid":{"rendered":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/?p=9027"},"modified":"2005-01-01T00:00:01","modified_gmt":"2004-12-31T22:00:01","slug":"la-adolescencia-en-el-cine","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/la-adolescencia-en-el-cine\/","title":{"rendered":"LA ADOLESCENCIA EN EL CINE"},"content":{"rendered":"
<\/p>\n <\/p>\n <\/p>\n
\nLunes, d\u00eda 15<\/strong>
\n\u00a0<\/strong>
\nTengo que empezar a preparar mi art\u00edculo para el Misi\u00f3n Joven. <\/em>Algo sobre cine y adolescencia. As\u00ed, a primera vista, el tema parece prometedor. Primera decisi\u00f3n: \u00bfhablar sobre el cine que ven los adolescentes o sobre las im\u00e1genes que de los adolescentes nos ofrece el cine? El primer enfoque, aunque interesante, me arrastrar\u00e1, sospecho, a terreno trillado: llegar desde Scarie movie 3, American pie, Alien vs. Predator <\/em><\/strong>o S\u00e9 lo que hiciste el \u00faltimo verano<\/em><\/strong> a las cabezas y corazones de los futuros adultos me llevar\u00eda a consideraciones del tipo \u201cnecesitan argumentos esquem\u00e1ticos\u201d, o \u201cel humor, la acci\u00f3n, el horror deben expresarse de forma l\u00edmite para estimularlos\u201d . En conclusi\u00f3n: amenazantes lugares comunes. Adem\u00e1s, si tengo mal d\u00eda, podr\u00eda caer en juicios generalizadores y pesimistas sobre la educaci\u00f3n para la sensibilidad que les estamos dando. No ser\u00eda justo, puesto que yo, en mis tiempos mozos, era exactamente igual \u201cde adobe\u201d, palmo m\u00e1s, palmo menos, que ellos. En fin: hablaremos de los adolescentes tal y como aparecen retratados en la pantalla.
\nMe bajo al videoclub. Antes de meterme en faena, quiero rastrear sus estanter\u00edas, a la caza y captura de material fresco. Veamos: pel\u00edculas con adolescentes de las \u00faltimas temporadas. Primera pieza: Sue\u00f1os de adolescente<\/em> <\/strong>(2000, T. Davis). La car\u00e1tula del disco est\u00e1 presidida por la siguiente frase-gancho: \u201cMi madre tardar\u00e1 veinte minutos. \u00bfQuieres que lo hagamos de nuevo?\u201d. Contin\u00fao con mis pesquisas. Entre copias innumerables de Yo robot <\/em><\/strong>y La pasi\u00f3n de Cristo, <\/em><\/strong>me topo con un nuevo t\u00edtulo, Tart Quiero probarlo<\/em><\/strong> (2003, C. Wayne). \u00bfQue qu\u00e9 quiere probar? Imagino que lo mismo que quer\u00eda \u201chacer de nuevo\u201d la protagonista de mi primer hallazgo. Sumo y sigo. Kevin &Perry. Hoy mojamos<\/em><\/strong> (2003, E. Bye). Bueno, bueno. Parece que ese es el asunto: \u201cel asunto\u201d, o sea, el sexo. Por ah\u00ed tenemos una l\u00ednea tem\u00e1tica. M\u00e1s material: Chicas al ataque <\/em><\/strong>(2001, D. Gansel), Ingenuas y peligrosas<\/em><\/strong> (2001, F. McDougal), \u00a1A por todas!<\/em><\/strong> (2000, P. Reed)… <\/em><\/strong>Contagiado por los tres primeros espec\u00edmenes, me inclino a pensar que estos tres t\u00edtulos tambi\u00e9n est\u00e1n cargados de picard\u00eda y remiten a las hormonas en efervescencia, al despertar sexual, al descubrimiento, entre m\u00e1gico y escabroso, del otro sexo; aunque, para desilusi\u00f3n m\u00eda, constato que s\u00f3lo el primero cumple con creces mis expectativas, pues las otras dos pel\u00edculas pertenecen a esa original e incomprensible tendencia del cine norteamericano a facturar celuloide (que luego nosotros nos comemos) cuyas protagonistas sean animadoras deportivas. Ya se sabe: falditas cortas y camisetas ajustadas al servicio de cuerpos pujantes, descaro, pompones y mucho ritmo, cha, cha, cha… O sea, m\u00e1s de lo mismo (\u201cel asunto\u201d) bajo otra bandera.
\nSigamos adelante. Con un poquito de atenci\u00f3n puedo reconocer algunas pel\u00edculas del subg\u00e9nero \u201ccomedia adolescente de instituto\u201d, la mayor\u00eda de la factor\u00eda Disney, lo que supone que la omnipotencia del \u201casunto\u201d se escarcha con az\u00facar y se confita en rom\u00e1ntica historia \u201cd`amour\u201d: As\u00ed es el amor<\/em><\/strong> (2002, T. O`Haver), Diez razones para odiarte<\/em><\/strong> (1999, G. Junger), El amor no cuesta nada <\/em><\/strong>(2003, T. Beyer)… Sin verlas, me las imagino: chica o chico conoce a chico o chica; chica o chico se aleja (en sentido literal o figurado) de chico o chica; chica o chico cae en brazos de chico o chica. Todo esto en el \u00e1mbito de una pandilla heterog\u00e9nea y \u201csuperguay\u201d, en medio de la \u201cmovida\u201d escolar, con el agobio de los ex\u00e1menes (descubro la existencia del subg\u00e9nero \u201cc\u00f3mo copiar\u201d dentro del subg\u00e9nero-instituto: Una banda de los tramposos<\/em><\/strong> (2002, A. Gurland) o La puntuaci\u00f3n perfecta <\/em><\/strong>(2004, B. Robbins)), entre unos padres que no entienden nada, pero que quieren mucho a sus poyuelos en plena edad del pavo, y unos profesores que viven en la estratosfera de su mundo acad\u00e9mico y estirado. En definitiva: las cinco o seis evidencias simples y amables sobre los adolescentes que, sin dejar de tener algo de verdad, suponen s\u00f3lo un denominador com\u00fan y, por tanto, trazan un retrato demasiado general y epid\u00e9rmico de unos sujetos, creo, un pel\u00edn m\u00e1s complejos. M\u00e1s material: Quiero ser superfamosa <\/em><\/strong>(2004, S. Sugarman),<\/em><\/strong> Lizzie Superstar<\/em><\/strong> (2003, J. Fall), Josie y las mel\u00f3dicas<\/em><\/strong> (2001, D. Kaplan y H. Elfont), pel\u00edculas sobre chicas empe\u00f1adas en triunfar en el mundo del espect\u00e1culo (la \u00faltima en un tono cr\u00edtico muy de agradecer). \u00a1Aj\u00e1! Est\u00e1n al lado de las pel\u00edculas de Britney Spears, Eminem o Mariah Carey: adolescentes tan \u201ctalluditos\u201d que ya no lo son; s\u00edmbolos, m\u00e1s bien, que act\u00faan como referentes indiscutibles para muchos muchachos y muchachas. En estas pel\u00edculas se aborda el tema de la superaci\u00f3n personal y el triunfo en el \u00e1mbito de la m\u00fasica, siempre tras un duro esfuerzo trufado de dificultades.
\nConsulto el reloj. Debo ir terminando. Reconozco un par de pel\u00edculas en la estela de El club de los poeta muertos<\/em><\/strong> (1989, P. Weir): The Emperor\u00b4s club<\/em><\/strong> (2002, M. Hoffman) y La sonrisa de Mona Lisa<\/em> <\/strong>(2003, M. Newell):<\/em><\/strong> adolescentes en medio de su proceso educativo, que caen en manos, por suerte, de un profesor excepcional quien, con su br\u00fajula m\u00e1gica, les indicar\u00e1 el verdadero sentido de la existencia. Muy visto, pero eficaz. Tambi\u00e9n est\u00e1n las pel\u00edculas con padres e hijos a la gresca (Ponte en mi lugar <\/em><\/strong>(2003, M.S. Water)), lo cual todav\u00eda se agudiza m\u00e1s si los padres provienen de otra realidad cultural (Quiero ser como Beckham<\/em><\/strong> (2002, G. Chadha)), con lo que, a los efectos s\u00edsmicos del choque generacional, se le suman las diferencias de mentalidad entre, por un lado, los progenitores, baluartes de la tradici\u00f3n y de los principios del pa\u00eds de origen, y, por otro, los hijos, integrados en parte en los modos y valores de la tierra de acogida (recuerdo, en esta misma l\u00ednea, Oriente es oriente <\/em><\/strong>(1999, D. O`Donnell)).
\nTras la batida, repaso mi lista. Si descartamos las pel\u00edculas con adolescentes para adolescentes (las arriba citadas pertenecer\u00edan a esa corriente), la n\u00f3mina de obras significativas y recientes protagonizadas por adolescentes halladas en mi videoclub podr\u00eda ser la siguiente: Thirteen<\/em><\/strong> (2003, C. Hardwicke), Ken Park <\/em><\/strong>(2002, L. Clark), Bully <\/em><\/strong>(2001, L. Clark), H\u00e9ctor<\/em><\/strong> (2003, Gracia Querejeta), Elephant <\/em><\/strong>(2003, Gus van Sant), Planta cuarta <\/em><\/strong>(2003, A. Mercero), Eres mi h\u00e9roe <\/em><\/strong>(2002, A. Cuadri) , Ciudad de Dios <\/em><\/strong>(2002, F. Mirielles) y Felices diecis\u00e9is <\/em><\/strong>(2002, K. Loach). <\/em><\/strong>Habr\u00e1 que revisarlas.
\n
\nMartes, d\u00eda 16 <\/strong>
\n\u00a0<\/strong>
\nAyer empec\u00e9 a darle vueltas al asunto del art\u00edculo. En esta fase previa es muy importante dejar volar la imaginaci\u00f3n. As\u00ed que, antes de nada, me siento en mi rinc\u00f3n de trabajo y anoto, en una lluvia de ideas, algunas intuiciones previas a prop\u00f3sito de los adolescentes que aparecen en las pel\u00edculas. Recurriremos, pues, al m\u00e9todo inductivo. Mordisqueo el l\u00e1piz, me rasco con el l\u00e1piz mordisqueado el ombligo, aun a riesgo de infecciones, y anoto: \u201cAdolescentes\u201d. Luego garabateo: \u201cAdultos\u201d, que tambi\u00e9n empieza por \u201cad-\u201c. Doy dos o tres vueltas al folio y sigo escribiendo: \u201c Las pel\u00edculas con adolescentes las ruedan y las escriben adultos\u201d. Simple, pero cierto. De ah\u00ed, imagino, esa tendencia a situar muchos de los argumentos con protagonistas j\u00f3venes en el pasado, en un pasado hasta cierto punto ideal (recuerdo, a bote pronto, Esperanza y gloria <\/em><\/strong>(1987, J. Boorman), Casi famosos <\/em><\/strong>(2001, C. Crowe), Las v\u00edrgenes suicidas <\/em><\/strong>(2000, S. Coppola), Liberty Heights<\/em><\/strong> (1999, B. Levison), Los juncos salvajes <\/em><\/strong>(1994, A. T\u00e9chin\u00e9), Las bicicletas son para el verano<\/em><\/strong> (1984, J. Chavarri), Los chicos de mi vida <\/em><\/strong>(2002, P. Marshall) y un largo etc\u00e9tera), que remite al propio pasado de guionistas y realizadores. De esa primera idea se deducen otras tres que corro a formular. Primera: \u201cLa adolescencia suele ser un tiempo m\u00edtico, la \u00e9poca de \u201cla primera vez que…\u201d. A consecuencia de esta visi\u00f3n evocadora y nost\u00e1lgica, en las pel\u00edculas se insin\u00faa que nunca la amistad, el amor, la magia o la intensidad de la vida volvi\u00f3 (volver\u00e1) a ser como entonces\u201d. Segunda: \u201cLa adolescencia, en esos casos, constituye m\u00e1s un estado de las cosas, una actitud hacia la existencia, que una edad concreta\u201d. Por eso son tan adolescentes los ni\u00f1os de doce a\u00f1os de Cuenta conmigo<\/em><\/strong> (1986, R. Reiner) como los quincea\u00f1eros de Cielo de octubre <\/em><\/strong>(1999, J. Johnston) o, incluso, los j\u00f3venes que rondan la mayor\u00eda de edad en Rebelde sin causa<\/em><\/strong> (1955, N. Ray). Ser adolescente, en definitiva, es estar en el momento clave, en \u201cel D\u00eda D\u201d o \u201cla Hora H\u201d de la encrucijada vital. Tercero: \u201cDe todo lo anterior se deduce que, si la adolescencia aparece enunciada en pasado, es, sobre todo, porque all\u00ed, en sus l\u00edmites inciertos, se est\u00e1 configurando el futuro\u201d. El adolescente \u201cde cine\u201d prefigura un adulto, mientras se desembaraza de su piel envejecida de ni\u00f1o. Y ese adulto a\u00fan por llegar, ese \u201cser prometido\u201d, se reconoce, se adivina, se anticipa en el dejar de ser del ni\u00f1o que relata las pel\u00edculas. El adolescente, por tanto, concentra infancia, pubertad y madurez en su sola figura, con las posibilidades reflexivas y creadoras que para un artista conlleva semejante visi\u00f3n global del ser humano.
\nCarraspeo, me levanto, paseo. Creo que me estoy acercando. No s\u00e9 d\u00f3nde, pero estoy cerca. Casi me he comido medio l\u00e1piz cuando vuelvo a escribir: \u201cSi la adolescencia es, en esencia, el maravilloso o\/y horroroso o\/y desconcertante tr\u00e1nsito del ni\u00f1o al hombre (de la ni\u00f1a a la mujer), los personajes adultos de pel\u00edcula encontrar\u00e1n en el adolescente, o bien la inocencia incontaminada infantil, o bien una perversa prefiguraci\u00f3n del adulto antes de tiempo: de ah\u00ed la atracci\u00f3n que ejercer\u00e1n en ellos estas criaturas bullentes\u201d. Es verdad: el adolescente es siempre una tentaci\u00f3n para el adulto, unas veces la tentaci\u00f3n de la pureza, del \u00e1ngel, del bien, del ni\u00f1o que ellos dejaron de ser (recuerdo, por ejemplo, Beautiful girls<\/em><\/strong> (1996, T. Demme), La flaqueza del bolchevique <\/em><\/strong>(2003, M. Mart\u00edn Cuenca),<\/em><\/strong> o El hombre que nunca estuvo all\u00ed<\/em><\/strong> (2001, J. Coen)), otras, el abismo de lo prohibido, de la trasgresi\u00f3n y el desorden (de Lolita<\/em><\/strong> (1962, S. Kubrick) en adelante, hasta llegar a American Beauty <\/em><\/strong>(1999, S. Mendes)). En este mismo sentido, para el adulto constituye siempre un reto la iniciaci\u00f3n del adolescente, y, por ello, acompa\u00f1ar, conducir hacia la madurez a quien est\u00e1 a punto de salir del cascar\u00f3n dorado de la infancia resulta un tema muy cinematogr\u00e1fico. Hay, en esta l\u00ednea, una innumerable n\u00f3mina de pel\u00edculas protagonizadas por maestros (Profesor Holland<\/em><\/strong> (1995, S. Herek), J\u00f3venes prodigiosos<\/em><\/strong> (2000, C. Hanson), El incre\u00edble Will Hunting <\/em><\/strong>(1997, G. V. Sant), por citar tres que no sean la omnipresente El club de los poetas muertos<\/em><\/strong>), por mentores en los m\u00e1s diversos oficios o encomiendas (Descubriendo a Forrester<\/em><\/strong> (2000, G. V. Sant), Little Voice <\/em><\/strong>(1998, M. Herman), Las normas de la casa de la sidra<\/em><\/strong> (1999, L. Hallstr\u00f6m)) o por familiares que, con un lento y meditado empuj\u00f3n, facilitan u ocasionan el ingreso de sus pupilos o pupilas en los \u00e1speros l\u00edmites de la adultez. Menci\u00f3n aparte merecer\u00eda el tan socorrido argumento de la iniciaci\u00f3n sexual del adolescente a manos del adulto (desde la m\u00edtica Verano del 42<\/em><\/strong> (1971, R. Mulligan) hasta obras como La belleza de las cosas <\/em><\/strong>(1995, B. Winderberg)o la reciente Una mujer dif\u00edcil<\/em><\/strong> (2004, T. Willians)), que acaban por insinuar, con cierta tendencia a la simplificaci\u00f3n, que el \u00fanico conflicto que el adolescente debe resolver para salir del atolladero de su indefinici\u00f3n es el que se establece con sus genitales… \u201cAsunto\u201d que no es balad\u00ed, reconozc\u00e1moslo, pero tampoco \u00fanico.
\nEs tarde. Con tirar de este hilo de las relaciones adultos\/adolescentes , acabar\u00eda top\u00e1ndome con un eje tem\u00e1tico crucial: las problem\u00e1ticas avenencias y desavenencias padre-madre\/adolescente, tema, creo, central de las pel\u00edculas sobre las que deber\u00e9 escribir en breve. Pero de eso tomar\u00e9 notas otro d\u00eda, que ahora tengo hambre.
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\nMi\u00e9rcoles, d\u00eda 17<\/strong>
\n\u00a0<\/strong>
\nReviso el listado de mis pel\u00edculas, a ver con qu\u00e9 material cuento para empezar a trabajar sobre im\u00e1genes concretas. Los grandes cl\u00e1sicos del cine, en general, desprecian al adolescente como personaje cinematogr\u00e1fico. O, en su defecto, trasladan a un adulto \u201cnovato\u201d en su oficio (de conducir ganado, de robar bancos, de navegar los mares) las contradicciones, las zozobras, la precipitaci\u00f3n y el apasionamiento del adolescente. Desde este punto de vista, pel\u00edculas como Centauros del desierto <\/em><\/strong>(1956) de John Ford o R\u00edo Rojo<\/em><\/strong> (1948) de Howard Hawks, obras que tienen mucho de iniciaci\u00f3n vital por parte de un joven biso\u00f1o e impulsivo, se podr\u00edan considerar magn\u00edficas pel\u00edculas sobre la adolescencia sin adolescentes.
\nQuieto ah\u00ed: el art\u00edculo no ha de ser erudito. Como me ponga en plan cin\u00e9filo, espanto al personal. As\u00ed que abrevio mi recorrido. Destaco algunos t\u00edtulos, por si me resultan despu\u00e9s de utilidad, pero sin intenci\u00f3n de diseccionarlos m\u00e1s adelante, s\u00f3lo como mera filmograf\u00eda de cabecera para iniciados: Fellini y sus recuerdos de adolescencia entre hiperrealistas y on\u00edricos en Amarcord<\/em><\/strong> (1973), W. Allen y los suyos, te\u00f1idos de nostalgia, en D\u00edas de radio<\/em><\/strong> (1987)…<\/em><\/strong> Y, c\u00f3mo no, Manhattan<\/em><\/strong> (1979), <\/em><\/strong> con la adorable Mariel Hemingway, esa madura jovencita de dieciocho a\u00f1os de la que se enamora perdidamente, sin saberlo hasta el final, nuestro imprescindible y s\u00f3lo adulto en apariencia jud\u00edo; <\/em><\/strong>la inolvidable El r\u00edo <\/em><\/strong>(1950) de Jean Renoir, en la que una ni\u00f1a lo deja de ser en el ambiente entre sensual, mortuorio y embrujado de la India, Los olvidados <\/em><\/strong> (1950) de Luis Bu\u00f1uel (adolescencia y marginaci\u00f3n: cuesti\u00f3n clave. Que no se me olvide Los cuatrocientos golpes<\/em><\/strong> (1959) de Truffaut), el cine de Henry Hathaway (revisar Valor de ley <\/em><\/strong>(1969) o Los cuatro hijos de Katie Elder<\/em> <\/strong>(1966), pel\u00edculas del oeste con el aprendizaje como motivo clave), la memorable Viento en las velas<\/em><\/strong> (1965) de Mackendrick (\u00a1ese pirata enamorado en silencio de la preadolescente que ha secuestrado!). Y las adolescentes-tentaci\u00f3n de Eric Rohmer en sus Cuentos morales<\/em>, que sacan a relucir con su magnetismo incontaminado y su franqueza las hipocres\u00edas y mezquindades de los adultos (ah\u00ed est\u00e1n La coleccionista<\/em><\/strong> (1966), Pauline en la playa <\/em><\/strong>(1983) o La rodilla de Clara<\/em><\/strong> (1970)). Y el d\u00edptico de Coppola sobre las novelas de Susan E. Hinton Rebeldes <\/em><\/strong>(1983) y La ley de la calle <\/em><\/strong>(1983).<\/em><\/strong> Y… ah…Aqu\u00ed est\u00e1: Rebelde sin causa<\/em><\/strong> de Nicholas Ray. Por aqu\u00ed debo empezar. Sin duda.
\nHabr\u00e9 visto esta pel\u00edcula quince o diecis\u00e9is veces. Y, para el caso que nos va a ocupar, se trata de una obra fundamental: por la riqueza de matices con que presenta a sus personajes, porque habla de adolescentes con un estilo arrebatado y po\u00e9tico que es la adolescencia misma, porque demuestra c\u00f3mo el sentir rom\u00e1ntico est\u00e1 en la ra\u00edz del sentir adolescente. Jim, Judy y Plat\u00f3n son tres j\u00f3venes desorientados, que buscan unos padres (un padre, sobre todo) que no encuentran: Jim (el m\u00edtico James Dean) presencia crispado c\u00f3mo su padre se somete a una mujer autoritaria que lo anula y, a los ojos del muchacho, lo humilla hasta condenarlo al sacrificio de su dignidad masculina; Judy (la no menos rutilante Natalie Wood) se niega a aceptar que est\u00e1 creciendo, sobre todo porque eso supone que su padre rechace sus gestos de cari\u00f1o, asustado en cierto sentido por su feminidad incipiente; Plat\u00f3n, el malogrado Sal Mineo, el personaje m\u00e1s tr\u00e1gico de los tres, vive con una ni\u00f1era en una mansi\u00f3n tan lujosa como desoladora, mientras sus padres, separados, siempre de viaje, se limitan a enviarle cheques con que suplantar un afecto inexistente. Los tres, profundamente desarraigados y presos de una angustia sin nombre, reaccionar\u00e1n a la contra antes esas carencias, ante ese referente adulto que no encuentran: Jim intentar\u00e1 acorazarse en una hombr\u00eda, en una valent\u00eda y unos modos violentos que contrapesen la ausencia de virilidad del padre; Judy potenciar\u00e1 su sensualidad, sus impulsos pasionales no satisfechos por el cari\u00f1o paterno; Plat\u00f3n, solo, sin amigos, para paliar su abandono se entregar\u00e1 a la amistad con Jim con tal arrebato que esa dependencia absoluta ocasionar\u00e1, indirectamente, su tr\u00e1gico final. \u00bfRebeldes sin causa? Quiz\u00e1s no tanto.
\nNicholas Ray rueda con maestr\u00eda y aliento la desaz\u00f3n de estos muchachos destinados a encontrarse, su pureza confusa, sus profundas contradicciones (fruto de la vulnerabilidad de unos caracteres que se resuelve en una fachada de consistencia y madurez demasiado f\u00e1cil de resquebrajar). Adem\u00e1s, no se limita a trazar un retrato sociol\u00f3gico, sicol\u00f3gico y l\u00edrico de unos muchachos de clase media-alta que no se encuentran a s\u00ed mismos porque carecen de espejos donde mirarse, sino que tambi\u00e9n nos remite a su perfil profundo o trascendente, a esa secreta zozobra existencial que habita en cualquier adolescente: el planetario, decorado que aparece en las secuencias clave de la pel\u00edcula, se convertir\u00e1 en un espacio simb\u00f3lico, pues en ese lugar los protagonistas tomar\u00e1n conciencia de su peque\u00f1ez ante el cosmos, de su insignificancia, de su extrema pero admirable debilidad, que es tambi\u00e9n ra\u00edz de su sensibilidad… Pero debo dejar de pensar en voz baja en la pel\u00edcula y tomar alguna nota:
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\n4.-Plat\u00f3n: \u00a1Qu\u00e9 solo! \u00a1Qu\u00e9 indefensa su presencia! Detenido, al principio, en la comisar\u00eda, por \u00a1matar a unos perrillos reci\u00e9n nacidos! (suicidio simb\u00f3lico). La misma pistola, al final, (un arma que le queda grande, como deber\u00eda quedar grande a cualquier ser humano) ocasionar\u00e1 que la polic\u00eda, inconsciente de su real indefensi\u00f3n, lo acribille a balazos. S\u00f3lo querido por Judy y Jim, sus padres putativos, y por esa criada cuya presencia transmite un hondo patetismo. Nada m\u00e1s acaba de conocer a Jim, confiesa, casi al instante, que es su mejor amigo, en una declaraci\u00f3n que invita a la compasi\u00f3n, al arrebato de ternura. Muere con la cazadora de Jim; en el gesto final , este, una vez muerto su mejor amigo (que lo era), le sube la cremallera de la misma y dice: \u201cSiempre ten\u00eda fr\u00edo\u201d: emoci\u00f3n, entrega, generosidad, desesperaci\u00f3n: palabras todas de la misma familia que \u201cadolescencia\u201d.
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\nJueves, d\u00eda 18<\/strong>
\n\u00a0<\/strong>
\nSoy amigo de buscar en los videoclubes cintas o discos de segunda mano a buen precio. Mira por d\u00f3nde, hoy he encontrado, por dos euros, Ken Park<\/em><\/strong> de Larry Clark, una de adolescentes. La tengo en la lista. La car\u00e1tula no se anda con chiquitas: vemos el rostro de un chaval entre las piernas y el vientre desnudo de una mujer. \u201cEl asunto\u201d sin tapujos. El que conozca algo el cine de este director americano puede sospechar, sin miedo a equivocarse, lo que va a encontrar dentro de esta caja: un retrato inmisericorde y provocador de adolescentes l\u00edmite, marcados por relaciones paterno-filiales aberrantes (los problemas familiares de los protagonistas de Rebelde sin causa<\/em><\/strong> son una fiesta en comparaci\u00f3n con las atrocidades que padecen estos muchachos), entregados a las drogas, la violencia y, sobre todo, al sexo, que, al final, constituye tanto una forma m\u00e1s de deshumanizaci\u00f3n como la \u00fanica v\u00eda de salida a sus tortuosos cadalsos particulares. Encendamos el v\u00eddeo y agarr\u00e9monos al asiento, que, seguro, vendr\u00e1n curvas.
\nLa pel\u00edcula comienza con un muchacho en monopat\u00edn. Llega a una pista para skaters. <\/em>Se sienta en el suelo. Saca una c\u00e1mara de v\u00eddeo. Se enfoca a s\u00ed mismo. Saca una pistola. Se vuela los sesos. Ese es (era) Ken Park (al final sabremos que se ha suicidado tras haber dejado embarazada a su \u201cchica\u201d). Todav\u00eda no se me han atragantado las palomitas, pero casi. El resto es bastante peor: al protagonista lo conocemos en su casa, mientras tiene cogido contra el suelo a su hermano peque\u00f1o y le obliga a la fuerza a decirle que le quiere (\u201cc\u00f3mo conseguir el amor del enemigo sin dejar marcas\u201d podr\u00eda titularse el episodio). Poco despu\u00e9s, cuando nuestro h\u00e9roe p\u00faber, ya solo, se marcha de casa, mantiene la siguiente conversaci\u00f3n con su madre. \u201cTu hermano me ha dejado un mensaje para ti\u201d, pregunta la madre, despu\u00e9s de pedir un cigarro a su pimpollo. \u201c\u00bfQu\u00e9?\u201d. \u201cQue te den por culo, mam\u00f3n\u201d. Digamos que este ha sido uno de los momentos m\u00e1s tiernos de la pel\u00edcula. De su casa el sujeto en cuesti\u00f3n pasar\u00e1 a la de su novia. La hermana peque\u00f1a de esta se entretiene viendo un v\u00eddeo… \u00bfDisney? No: de muchachas en tanga (planos de traseros por aqu\u00ed y por all\u00e1, todos bien torneados y, en este contexto, vagamente absurdos). Al poco tiempo nos enteramos (lo veremos, m\u00e1s bien, con todos los pelos (literal) y se\u00f1ales) de que el protagonista mantiene relaciones sexuales con la madre de su novia un d\u00eda s\u00ed y al siguiente tambi\u00e9n… Y as\u00ed sucesivamente. El caso es que este es uno, pero hay otros tres adolescentes en las mismas…o peor: uno es insultado y machacado continuamente por su padre, que lo acusa de ser un marica<\/em>, hasta que este hombre ejemplar, una noche, tras regresar borracho a casa, intenta abusar de \u00e9l; otro vive con sus abuelos, se inventa historietas protagonizadas por ni\u00f1os africanos desnutridos cuyas fotos colecciona y a los que bautiza juguetonamente, se masturba estimulado por los jadeos de las tensitas en pleno esfuerzo deportivo, mientras medio se asfixia para aumentar su placer con una corbata y, al final, asesina a sus abuelos… \u00a1porque hacen trampa al jugar a palabras cruzadas!… Suma y sigue. Faltar\u00eda la chica, pero \u00bfpara qu\u00e9 continuar? S\u00f3lo advierto que es ferviente religiosa…
\nAdolescentes americanos de clase media que creen vivir en Los \u00c1ngeles cuando habitan en el infierno sin saberlo. Son hijos de familias deformes, cuya anormalidad ellos incrementan con su tremebunda ignorancia. Carecen de valores, de prop\u00f3sitos, de metas. Est\u00e1n vac\u00edo, los han vaciado de alma (no s\u00e9 si el director o las circunstancias). S\u00f3lo buscan saciar su cuerpo de placer. En la escena final, cuando tres de ellos, los dos primeros descritos y la chica, hacen el amor sin descanso, me entero de cu\u00e1l es su idea del para\u00edso: una isla donde mantener relaciones sexuales sin riesgo de embarazo a todas las horas, diecis\u00e9is, no, diecisiete veces al d\u00eda. Sin m\u00e1s, sin otro horizonte. Tambi\u00e9n sin otros problemas.
\n\u00a1Qu\u00e9 mal cuerpo! Quiero enjuagarme la boca. \u00a1Ver\u00e9 un cap\u00edtulo de \u201cBarrio S\u00e9samo\u201d de mi hijo para desintoxicarme de tanta sordidez! \u00bfMe valdr\u00e1n para mi art\u00edculo estas dos horas en compa\u00f1\u00eda de seres que s\u00f3lo son humanos en la apariencia? No s\u00e9 si Larry Clark me ha querido mostrar o explicar algo, o si se trata s\u00f3lo de un director con ganas de incomodar a toda costa. Su cine es como una pesadilla: una deformaci\u00f3n, una exageraci\u00f3n sin misericordia de ese lado oscuro que todos escondemos. Una caricatura extrema de la adolescencia, de sus fantasmas y sus aristas. Ah\u00ed algo de verdad, s\u00ed, un riesgo, una prefiguraci\u00f3n apocal\u00edptica de hacia d\u00f3nde podemos estar yendo; pero… no s\u00e9. Recuerdo Thirteen<\/em><\/strong>, esa historia de una muchacha de trece a\u00f1os que va cayendo en el abismo a consecuencia del influjo de una mala amiga. En esa obra, el personaje acababa cuestionando su propia situaci\u00f3n, su madre intentaba rescatarla del precipicio, hab\u00eda, en fin, cierta lucha entre la luz y las tinieblas. En Ken Park<\/em><\/strong> todo es sombra, sin un atisbo de esperanza, ni un resquicio para el sentido. Los adolescentes son monstruos inconscientes de su monstruosidad. Creo que me ahorrar\u00e9 Bully<\/em><\/strong> , la otra pel\u00edcula de este director que pensaba visionar: Larry Clark ya me ha vomitado encima bastante por hoy. Y por los siglos de los siglos.
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\nViernes, d\u00eda 19 <\/strong>
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\nBusco, ente mis notas sobre pel\u00edculas, algunas que guarden relaci\u00f3n con adolescentes. En concreto, cuatro de ellas tienen escrita en rojo la palabra \u201cAdolescentes en positivo\u201d y \u201cMuy recomendables para trabajar en clase\u201d. Leo lo que anot\u00e9 en su d\u00eda:
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\nCielo de octubre<\/em><\/strong> (1999, J. Johnston). <\/em><\/strong>
\nArgumento<\/em>: Basada en hechos reales. Historia de un muchacho que, en los a\u00f1os cincuenta, embarca a tres amigos en la aventura de construir un cohete en miniatura. Su empe\u00f1o por rozar las estrellas choca con los prop\u00f3sitos de su padre, el superintendente de una mina de carb\u00f3n, que aspira a que sus hijos contin\u00faen su estela bajo tierra. El trabajo, la ilusi\u00f3n, la fuerza de voluntad de este muchacho en un pueblo perdido de Am\u00e9rica obtiene sus frutos al ganar un premio nacional en una feria cient\u00edfica, lo que supondr\u00e1 la oportunidad para \u00e9l y para sus amigos de estudiar en una universidad importante.
\nComentario<\/em>: Una historia de superaci\u00f3n, de sue\u00f1os cumplidos, en los que el esfuerzo se sobrepone a las dificultades. La relaci\u00f3n paterno-filial, llena de detalles, logra expresar con muchos matices el conflicto entre el proyecto, la visi\u00f3n de la vida y la mentalidad del padre, y las ilusiones del hijo, de manera que los afectos, la atracci\u00f3n\/rechazo que se tienen se formula sin demasiadas concesiones al ternurismo hasta el previsible y emotivo final. Propuesta idealista, muy del gusto americano, nada sorprendente, pero que con eficacia y sin excesivo alm\u00edbar nos habla de la necesidad de no doblegarnos ante los retos, de c\u00f3mo el af\u00e1n humano de progreso puede llevar a la persona a alcanzar las metas m\u00e1s altas.
\nPara retener: <\/em>a) El juego de valores y contrastes entre el cielo (su contemplaci\u00f3n y su conquista con el cohete equivalen al triunfo de los sue\u00f1os, al cumplimiento de los ideales; su simbolog\u00eda nos remite al porvenir, al misterio, al reino del hijo) y la mina (que representa la realidad, el peso de las circunstancias, el presente, las certezas, el padre), con sus poderosas connotaciones, muy bien aprovechadas. b) Los sucesivos intentos de los cuatro amigos con el cohete. Su larga n\u00f3mina de fracasos es insuficiente, sin embargo, para provocar su rendici\u00f3n: el progresivo perfeccionamiento de sus tentativas se concreta en el propio vuelo del artefacto, cada vez m\u00e1s vertical, y esa trayectoria progresivamente mejorada transmite de forma f\u00edsica y con una capacidad para cautivar y emocionar indiscutible el acercamiento a las metas anheladas. c) Los adolescentes, en esta pel\u00edcula, aprovechan su aparente candidez como fuente de energ\u00eda. La inocencia, el impulso hacia lo imposible les permite escapar de una realidad oprimente y asaltar los cielos. Adem\u00e1s, su empe\u00f1o cient\u00edfico a\u00fana el rigor de la investigaci\u00f3n con la m\u00e1s pura fantas\u00eda: desean hacer volar su invento en la \u00e9poca de los inicios de la carrera espacial, impulsados por un loable deseo de perfeccionamiento t\u00e9cnico, pero tambi\u00e9n con la gratuidad, el desinter\u00e9s y el puro apego al goce de las ilusiones cumplidas que caracteriza a cualquier ni\u00f1o. O a cualquier poeta. O al mism\u00edsimo Juan Salvador Gaviota.
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\nEuropa, Europa <\/em><\/strong>(1990, A. Holland). <\/em><\/strong>
\nArgumento: <\/em>Basada en hechos reales. Un adolescente jud\u00edo en plena Segunda Guerra Mundial vivir\u00e1 mil peripecias para librarse de la muerte. Huir\u00e1 de Polonia, residir\u00e1 una temporada en un orfanato ruso, se har\u00e1 pasar por un joven alem\u00e1n, hasta convertirse, iron\u00edas del destino, en un h\u00e9roe nazi. Su trayectoria contin\u00faa en un colegio de elite para los futuros cachorros del ejercito de Hitler. Todo ello mientras Sally, el muchacho, oculta su verdadera identidad, sus creencias y convicciones, evitando, sobre todo, que los otros descubran su pene circuncidado. Los conflictos ante esa personalidad escindida, la necesidad de interpretar continuamente un papel que a veces se acaba creyendo (el de comunista convencido en Rusia o el de ario recalcitrante en Alemania), unido todo esto a los deseos e ilusiones de cualquier adolescente, se articulan con brillantez, dando como resultado una pel\u00edcula rocambolescamente hist\u00f3rica, tan sorprendente como conmovedora.
\nComentario<\/em>: Si asumir la propia identidad para un adolescente resulta dif\u00edcil, en la situaci\u00f3n l\u00edmite que plantea la pel\u00edcula adquiere visos tragic\u00f3micos. Sally se debate entre sus or\u00edgenes jud\u00edos y esa nueva y voluble condici\u00f3n impuesta por las circunstancias, cuestion\u00e1ndose a cada momento las ra\u00edces movedizas e inaprensibles de lo que somos. Su trato directo con hombres y mujeres de toda clase y condici\u00f3n (polacos, rusos, alemanes…) le permiten constatar que, en esencia, entre unos y otros no hay otras diferencias que las construcciones ideol\u00f3gicas absurdas en que se funda cualquier intento de segregaci\u00f3n… o la presencia o ausencia de un prepucio.
\nPara retener:<\/em> magistral la utilizaci\u00f3n de la circuncisi\u00f3n de Sally como elemento dram\u00e1tico (ocultar esa marca de su juda\u00edsmo ser\u00e1 una obsesi\u00f3n continua; esa se\u00f1al f\u00edsica de su pertenencia a un pueblo es, adem\u00e1s, por nimia e insignificante, mucho m\u00e1s significativa como emblema de las absurdas causas de la discriminaci\u00f3n); merece destacarse tambi\u00e9n el papel del azar en toda la peripecia del personaje, que sobrevive gracias a que los bamboleos del destino lo colocan en cada ocasi\u00f3n en el lugar adecuado para esquivar la tragedia. La soledad desde la que se ve condenado a soportar su secreto, en medio siempre de potenciales enemigos, se traduce en una desaz\u00f3n vital que es magn\u00edfica met\u00e1fora de la volubilidad de todo adolescente. Memorables las dos escenas con personajes alemanes a los que acaba revelando su verdadero origen: un maduro soldado, que se siente atra\u00eddo f\u00edsicamente por el muchacho y que acabar\u00e1 por convertirse en su \u00fanico amigo (le dir\u00e1 una frase tan capital en el contexto de la pel\u00edcula como redonda para entender la adolescencia: \u201cA veces es m\u00e1s f\u00e1cil representar un papel que ser uno mismo\u201d), y la madre de la muchacha a la que ama, en cuyos brazos comprensivos desahogar\u00e1, con un llanto infantil y cat\u00e1rtico, la presi\u00f3n que ha ido acumulando a lo largo de toda su peripecia de encubrimiento y desorientaci\u00f3n.
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\nPonte en mi lugar<\/em><\/strong> (2003, M.S. Watter). <\/em><\/strong>
\nArgumento:<\/em> Amable comedia Disney<\/em> en la que los caracteres enfrentados de una madre viuda a punto de contraer segundas nupcias y una hija con toda su adolescencia a cuestas se ven sometidos a una experiencia m\u00e1gica que ayuda a ambas mujeres a comprenderse mejor: a consecuencia de un hechizo, intercambian sus cuerpos, de forma que han de vivir una en la piel de la otra durante todo un d\u00eda, adem\u00e1s, crucial para las dos: a lo largo de la jornada, la madre culminar\u00e1 los preparativos para la boda y la hija participar\u00e1 en un concierto important\u00edsimo con su grupo de m\u00fasica. Al final, la unidad familiar y la estima personal mutua se ven fortalecidas tras la aventura.
\nComentario<\/em>: La pel\u00edcula vale tanto o tan poco como la idea de partida, ese trueque de personalidades que act\u00faa como experiencia emp\u00e1tica y liberadora. El retrato de la adolescente se basa en evidencias y lugares comunes de todo tipo (en plan comedia de instituto: amistades, amores y rivalidades escolares; formas de vestir y comportarse desma\u00f1adas desde una perspectiva adulta; choques y enfrentamientos con el hermano peque\u00f1o y con la madre; la m\u00fasica como fuerza liberadora y expresiva), sin demasiadas complicaciones que impidan el espect\u00e1culo reconfortante y suave. Cualquier adolescente puede reconocerse en parte en ella, sin que, en el fondo, revele lo esencial de ninguno.
\nPara retener:<\/em> Me gusta la idea de partida, ese pasar un d\u00eda en el pellejo de alguien que se encuentra en una etapa de la vida diferente a la nuestra. Los beneficios de esta pr\u00e1ctica son dobles, como se deduce de la pel\u00edcula: comprenderemos mejor las decisiones y actitudes del otro, pero tambi\u00e9n comprobaremos que aplicar un \u201ctoque\u201d de color adolescente a la monocrom\u00eda de nuestra madurez o, a la inversa, impregnar con cierta templanza adulta la adolescencia, pueden resultar maneras saludables de afrontar el d\u00eda a d\u00eda con otra cara.
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\nQuiero ser como Beckham<\/em><\/strong> (2002, G. Chadha). <\/em><\/strong>
\nArgumento: <\/em>Una muchacha de origen hind\u00fa que vive en Londres sue\u00f1a con emular a su \u00eddolo, David Beckham. Entabla amistad con una chica inglesa, en cuyo equipo de f\u00fatbol femenino empieza a jugar a espaldas de sus padres. El conflicto entre las ideas y tradiciones de sus mayores y sus propios deseos coincide, adem\u00e1s, con los preparativos de la boda de su hermana, episodio que agudiza las tensiones familiares. Los constantes enfrentamientos, sobre todo con su madre, se ven contrarrestados por el apoyo de su amiga, su entrenador, del que acabar\u00e1 enamor\u00e1ndose,\u00a0\u00a0 un amigo hind\u00fa homosexual que la anima a no sacrificar sus opciones personales y, en \u00faltima instancia, su propio padre. En un final conciliador, en el que todos los trastos se salvan (la familia, el amor, la amistad, los sue\u00f1os), la protagonista y su amiga consiguen un contrato para jugar como profesionales en Estados Unidos.
\nComentario:<\/em> Pel\u00edcula que juega a todos los palos de lo \u00e9ticamente correcto y lo argumentalmente \u201cresult\u00f3n\u201d: la convivencia entre culturas, la nueva definici\u00f3n de los roles femeninos, los m\u00faltiples devaneos que ocasiona la adolescencia, la aceptaci\u00f3n de la diferencia, sobre todo sexual, los nuevos \u00eddolos, el deporte rey… La pel\u00edcula se ajusta como un guante a la morfolog\u00eda cl\u00e1sica de las historias de superaci\u00f3n personal (Cielo de octubre, Billy Elliot <\/em><\/strong>(2000, S. Daldry), El sue\u00f1o de Jimmy Grimble<\/em><\/strong> (2000, J. Hay)…<\/em><\/strong>), aunque de la combinaci\u00f3n de tantos temas \u201cde obligado cumplimiento\u201d nace un producto, si no original, al menos heterog\u00e9neo y sugerente para el di\u00e1logo.
\nPara retener:<\/em> La distancia ir\u00f3nica con que la directora, en una \u00e9poca como la nuestra, de intolerancias \u00e9tnicas y fundamentalismos de todo pelaje, aborda el papel y el significado de las tradiciones y la diversidad, insinuando con su desparpajo y su humor que la persona est\u00e1 por encima de cualquier cultura. Sorprenden, aunque no convencen, los malabarismos con que se sostiene el gui\u00f3n para que todo cuadre sin estridencias: la protagonista, a la vez, obedece y desobedece; las tradiciones se vulneran y se respetan; la amistad se traiciona y se consolida; el amor se sacrifica y se conserva: en fin, en la intenci\u00f3n de filmar una comedia sin aristas que no incomode [nota a\u00f1adida<\/em>: el inverso perfecto al cine de Larry Clark], se sacrifica el dolor, la p\u00e9rdida, la renuncia, el fracaso, en bien de una id\u00edlica y un tanto mosqueante tendencia al \u201ctodo es posible y la vida es estupenda\u201d.
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\nNo est\u00e1 mal: me parecen cuatro visiones de adolescentes reconocibles y \u00fatiles, eso s\u00ed, m\u00e1s por lo que tienen esos personajes de tipos que de personalidades completas y perge\u00f1adas al detalle. De esa tendencia a la simplificaci\u00f3n se deriva la validez pedag\u00f3gica de estos cuatro retratos. Todos coinciden en el despliegue de una serie de cualidades positivas que rescatan al adolescente de su mala fama perpetua, a saber, la bonhom\u00eda, la honestidad, la fuerza de voluntad, la entrega a los sue\u00f1os propios (el sue\u00f1o de la supervivencia en Europa, Europa<\/em><\/strong>). A ver si este fin de semana me veo tres o cuatro pel\u00edculas recientes, protagonizadas por sujetos m\u00e1s complejos, atentas en su trama a la construcci\u00f3n de individualidades \u00fanicas y no tanto al desarrollo de una historia de superaci\u00f3n. Y, luego, habr\u00e1 que empezar a escribir el art\u00edculo, que ya va siendo hora.
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\nS\u00e1bado, d\u00eda 20 <\/strong>
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\nHe seleccionado estas tres pel\u00edculas para trabajar: H\u00e9ctor, Felices diecis\u00e9is, Eres mi h\u00e9roe.<\/em><\/strong> Descart\u00e9 las otras porque el tiempo apremia: me da rabia no revisar Elephant, <\/em><\/strong>esa original propuesta experimental sobre los cr\u00edmenes de dos adolescentes en el instituto americano de Columbine (punto de partida del archiconocido documental de Michael Moore