{"id":9045,"date":"2004-12-01T00:00:14","date_gmt":"2004-11-30T22:00:14","guid":{"rendered":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/?p=9045"},"modified":"2004-12-01T00:00:14","modified_gmt":"2004-11-30T22:00:14","slug":"maestra-television","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/maestra-television\/","title":{"rendered":"Maestra televisi\u00f3n"},"content":{"rendered":"

En las semanas pasadas se reunieron, en Madrid, los directivos de las principales cadenas de televisi\u00f3n para poner freno a la telebasura. Consumidores, profesionales, pol\u00edticos, educadores… todos est\u00e1n alarmados por la proliferaci\u00f3n de este tipo de programas y se intenta proteger, especialmente, el horario infantil (algunos piden un horario protegido de 6 de la ma\u00f1ana a 10 de la noche). Tambi\u00e9n se ha creado un comit\u00e9 de sabios para que estudie el medio televisivo en nuestro pa\u00eds y se\u00f1ale algunas pautas para mejorarlo. Algo est\u00e1 pasando alrededor de la televisi\u00f3n.
\nEsta preocupaci\u00f3n en la sociedad y entre la clase pol\u00edtica no se constata s\u00f3lo en Espa\u00f1a. La mayor parte de los organismos internacionales concernidos, la Uni\u00f3n Europea y numerosos pa\u00edses, se han embarcado en una cruzada para cambiar la tele<\/em> que vemos. Estas noticias muestran el inter\u00e9s que nuestra sociedad se est\u00e1 tomando en este medio de comunicaci\u00f3n. Inter\u00e9s que nace de la alarma que suscita la proliferaci\u00f3n de contenidos de muy bajo nivel y, sobre todo, de la convicci\u00f3n de la fuerte influencia que el medio televisivo tiene como educador de la sociedad.
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\n1.- Vemos la televisi\u00f3n… que no nos gusta<\/strong>
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\nY es que la televisi\u00f3n es la reina entre los medios de comunicaci\u00f3n. El 99\u20195 % de los hogares espa\u00f1oles tiene un receptor y, de media, dedicamos 3 horas y media a ver televisi\u00f3n. A\u00fan sigue conservando un puesto central en los salones de nuestras casas y, como polo de atracci\u00f3n, re\u00fane a la familia alrededor suyo. Aunque, tambi\u00e9n es cierto que ya son numerosos los hogares, m\u00e1s del 60% , que disponen de dos o m\u00e1s aparatos de televisi\u00f3n y que el consumo es, cada vez, m\u00e1s individual.
\nConfirma esta tendencia el Anuario de la Televisi\u00f3n del Gabinete de Estudios de la Comunicaci\u00f3n Audiovisual de 2003, que se\u00f1ala que de esas tres horas y media que pasamos delante del televisor, el 44%, unos 96 minutos, es individual; un consumo solitario.
\nPor otra parte, es habitual o\u00edr invectivas hacia el actual modelo televisivo, a lo que nos ofrecen las distintas cadenas. En los peri\u00f3dicos y tertulias de radio, en las charlas de caf\u00e9 entre amigos, o\u00edmos con frecuencia fuertes cr\u00edticas a lo que conocemos como telebasura<\/em>. Las cr\u00edticas, sin embargo, coinciden con el alto \u00edndice de audiencia de muchos de los programas criticados. Parece que pensamos que ese tipo de contenidos influye negativamente… pero en los dem\u00e1s.
\nNos movemos, pues, en la paradoja de estar consumiendo una televisi\u00f3n que no nos gusta. Y los \u00edndices de audiencia suben. Esos \u00edndices de audiencia son, precisamente, el argumento utilizado por productores y responsables de esos programas para justificar la existencia de dichos programas. La gente ve lo que quiere, se dice, y la televisi\u00f3n ofrece lo que la gente quiere ver. Los consumidores, por su parte, suelen aducir que la oferta es pr\u00e1cticamente igual entre las cadenas, a todas horas lo mismo, se comenta. Pero, \u00bfqui\u00e9n es capaz de apagar el televisor?
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\n2.- Audiencia infantil y juvenil y consumo televisivo<\/strong>
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\nY si los adultos, m\u00e1s maduros y, se supone, con criterio m\u00e1s formado consumimos tanta (mala) televisi\u00f3n, \u00bfqu\u00e9 pasa en el mundo infantil y juvenil? Se\u00f1alemos algunos datos que deben hacernos pensar.
\nUn estudio realizado por el Consejo Audiovisual de Catalu\u00f1a se\u00f1alaba que los ni\u00f1os entre 4 y 12 a\u00f1os pasan 990 horas delante de pantallas electr\u00f3nicas -fundamentalmente televisi\u00f3n, pero tambi\u00e9n videoconsolas y ordenador- y 960 en la escuela (La Vanguardia 25-01-2004). Aunque los datos se refieren al \u00e1mbito de la Comunidad Catalana, no dejan de ser significativos: 19 horas semanales ante el televisor; 30 si se a\u00f1aden otros dispositivos electr\u00f3nicos. Y esto teniendo en cuenta, adem\u00e1s, que s\u00f3lo un 25 % de ese tiempo corresponde a programas infantiles.
\nEn el citado estudio se se\u00f1ala, tambi\u00e9n, que la franja horaria en la que m\u00e1s peque\u00f1os se concentran ante el televisor es de la que va desde las 9 de la noche a las 24\u201900 horas. Es decir, fuera del horario que, normalmente, se considera como horario protegido.
\nEn una respuesta a Coalici\u00f3n Canaria, por otra parte, el Ministerio de Industria, Turismo y Comercio se\u00f1alaba que los ni\u00f1os de entre cuatro y doce a\u00f1os est\u00e1n una media diaria de dos horas y 48 minutos delante del televisor (El Mundo, 2-06-2004). 750.000 ni\u00f1os ven televisi\u00f3n despu\u00e9s de las 10 de la noche y, unos 20.000, despu\u00e9s de las 24 horas. Tambi\u00e9n entre los m\u00e1s j\u00f3venes de la audiencia est\u00e1 aumentando el consumo individual, pues el 31\u20193 % de los ni\u00f1os espa\u00f1oles dispone de televisor en su cuarto. Seg\u00fan las encuestas, el 30 % de los padres ve siempre o casi siempre la televisi\u00f3n con sus hijos.
\nTambi\u00e9n hay que se\u00f1alar que el consumo televisivo desciende entre los j\u00f3venes. En esos sectores de edad se da una mayor diversificaci\u00f3n en el consumo de medios de comunicaci\u00f3n y en las formas de ocupar el tiempo libre. De todas maneras, la televisi\u00f3n se ha convertido en la ni\u00f1era del hogar, la otra maestra que educa y modela las conductas de la audiencia, especialmente de ni\u00f1os y j\u00f3venes.
\nEn muchos hogares, y para muchos ni\u00f1os y j\u00f3venes, la televisi\u00f3n se ha convertido en un fondo<\/em>, siempre encendida que se consume aunque no se est\u00e9 mirando. Suele ser un gesto bastante frecuente llegar a casa y encender el televisor, y ponerse a realizar otras actividades. Se trata de un consumo casi \u2018radiof\u00f3nico\u2019 que refuerza el car\u00e1cter omnipresente de este medio. Con la comodidad a\u00f1adida del mando a distancia, que permite pasar de un canal a otro, se produce un consumo compulsivo buscando aquellos programas, aquellos est\u00edmulos, que satisfagan la curiosidad, la necesidad de entretenimiento o diversi\u00f3n en ese momento.
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\n3.- La Tele<\/em> nuestra de cada d\u00eda<\/strong>
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\nEste es el ecosistema televisivo en el que estamos inmersos. Obviamente no todo en televisi\u00f3n puede ser catalogado como telebasura, ser\u00eda injusto. Hay buenos programas, incluso entre los destinados a los ni\u00f1os, y buenos profesionales que realizan su trabajo con competencia y hacen que la televisi\u00f3n siga informando, entreteniendo y educando. Aunque m\u00e1s raro en nuestro pa\u00eds, existen programas educativos de calidad. Y no hay que pensar que la buena televisi\u00f3n s\u00f3lo son los sesudos debates o pel\u00edculas en versi\u00f3n original. Buena televisi\u00f3n no es s\u00f3lo televisi\u00f3n para minor\u00edas. Dentro de cada g\u00e9nero, puede haber buenos programas informativos, de variedades y espect\u00e1culo, series televisivas y telefilmes, concursos o programas de cocina, por citar algunos.
\nPero en los \u00faltimos tiempos se est\u00e1 produciendo una carrera por conseguir m\u00e1s audiencia. No olvidemos que la televisi\u00f3n es una industria, una empresa que se rige por la cuenta de resultados. Tener m\u00e1s audiencia significa tener m\u00e1s ingresos por publicidad y aumentar, as\u00ed, los beneficios. Y para conseguir la audiencia se hace todo lo que sea preciso: programas a bajos costes, donde escasea la imaginaci\u00f3n, abunda el mal gusto y sobra violencia gratuita.
\nUna televisi\u00f3n donde el espectador, parece, es el protagonista, pues compite en los concursos, manda los v\u00eddeos que llenan horas de programaci\u00f3n, participa en los debates y cuenta su propia historia en los numerosos programas testimonio. En programas que buscan las experiencias m\u00e1s fuertes, m\u00e1s raras, m\u00e1s impactantes, m\u00e1s espectaculares. Porque de eso se trata: convertir todo en espect\u00e1culo, en entretenimiento, fuegos artificiales para atraer a la audiencia, no vaya a ser que cambie de cadena. Y todo ello aderezado con una pl\u00e9yade de famosos que, sin ning\u00fan pudor, pululan por las emisoras contando los aspectos m\u00e1s escabrosos de sus relaciones.
\nEsta es la televisi\u00f3n que vemos, que ven nuestros hijos o nuestros alumnos. Y si hay un medio de comunicaci\u00f3n que, a la vez, sea un potente medio de educaci\u00f3n, es la televisi\u00f3n. La peque\u00f1a pantalla se ha convertido en la maestra televisi\u00f3n.
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\n3.1.- \u00bfPara qu\u00e9 vemos la tele?<\/strong>
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\nLos estudios sobre el medio televisivo, especialmente los referidos a los consumidores m\u00e1s j\u00f3venes, ponen de manifiesto algunas motivaciones que impulsan a ver televisi\u00f3n. Se subraya, especialmente, el entretenimiento, la obtenci\u00f3n de informaci\u00f3n y la utilidad social. Siguiendo a Garc\u00eda Galera (2000: 64 ss.) podemos se\u00f1alar algunas razones por las que los ni\u00f1os ven la televisi\u00f3n:
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