{"id":907,"date":"1997-05-01T19:08:44","date_gmt":"1997-05-01T19:08:44","guid":{"rendered":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/index2.php\/?p=907"},"modified":"1997-05-01T19:08:44","modified_gmt":"1997-05-01T19:08:44","slug":"ser-cristianos-hoy-hacia-que-vocacion-orientar","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/ser-cristianos-hoy-hacia-que-vocacion-orientar\/","title":{"rendered":"Ser cristianos hoy: \u00bfhacia qu\u00e9 vocaci\u00f3n orientar?"},"content":{"rendered":"
Jos\u00e9 A. Warletta<\/strong> es profesor del Instituto Superior de Ciencias Catequ\u00e9ticas \u00abSan P\u00edo X\u00bb.<\/em><\/p>\n Lejos de la \u201catm\u00f3sfera light\u201d que pretende invadirlo todo y dentro del \u00abproyecto de vida\u201d que debe poner en marcha cada propuesta de pastoral juvenil, la \u201cvocaci\u00f3n cristiana\u201d se hace invitaci\u00f3n y acompa\u00f1amiento<\/em> para, desde la comunidad, 2evocar, provocar y con\u00advocar\u201d. La \u201cseducci\u00f3n de Dios\u201d, por otro lado, debe irse concretando en el compromiso por el Reino.<\/p>\n En su mensaje para la 34\u00aa<\/sup> Jornada <\/em>Mundial <\/em>de Oraci\u00f3n por las vocaciones<\/em>, Juan Pablo II destacaba que \u201cla catequesis juvenil debe ser ex\u00adpl\u00edcitamente vocacional y ha de guiar a los j\u00f3ve\u00adnes a comprobar, a la luz de la Palabra de Dios, la posibilidad de una llamada personal y la belle\u00adza de la entrega total a la causa del Reino\u201d. Aun\u00adque en el contexto del documento las palabras del Papa parecen referirse a la urgencia de la promoci\u00f3n expl\u00edcita de las \u201cvocaciones al sacer\u00addocio (mejor habr\u00eda que decir, para ser m\u00e1s cla\u00adros, al presbiterado; <\/em>si en el resto de este art\u00edcu\u00adlo utilizo los t\u00e9rminos sacerdocio o sacerdotal<\/em> en referencia al ministerio presbiterial, por conven\u00adcionalidad del lenguaje, ruego al lector recuerde esta salvedad), a la vida consagrada masculina y femenina, y a la vida misionera y contemplati\u00adva\u201d, podr\u00eda tener otra lectura m\u00e1s apropiada, en el sentido de asumir la llamada como elemento dinamizador de la acci\u00f3n pastoral.<\/p>\n En estas l\u00edneas intentaremos abarcar ambas lecturas, por entender que son necesariamente complementarias en una visi\u00f3n correcta del trabajo pastoral con j\u00f3venes. Las vocaciones, llamemos, espec\u00edficas,<\/em> carecen de significativi\u00addad desligadas de la<\/em> vocaci\u00f3n <\/em>primera del cris\u00adtiano (y no viceversa). As\u00ed, la consagraci\u00f3n reli\u00adgiosa, y en otro sentido la sacerdotal, son una referencia radical de la consagraci\u00f3n del cris\u00adtiano, a\u00f1adiendo una nueva perspectiva a las relaciones fundamentales en las que se articu\u00adla la vida humana.<\/p>\n En el muro de una ciudad, entre centena\u00adres de otros grafitti <\/em>sin mayor pretensi\u00f3n, se po\u00add\u00eda leer: \u201cDios ha muerto; Marx ha muerto, y yo \u00faltimamente no me encuentro muy bien\u00bb.<\/p>\n A la \u00e9poca actual se le ha calificado, entre otras aproximaciones defin\u00edtorias y a riesgo de simplifi\u00adcar las cosas, como \u201c<\/sup>fragmentada\u201d1<\/a>. Esta afir\u00admaci\u00f3n alude a la ausencia en el pensamiento <\/em>actual de una visi\u00f3n unitaria o globalizante del mundo que ayude a encontrar sentido a la reali\u00addad, lo que obliga al hombre a refugiarse en la comprensi\u00f3n de los fragmentos <\/em>del mismo. Esto lleva a un rechazo, por no encajar en esta visi\u00f3n puzzle<\/em> de la vida, de todo aquello que implique o legitime un fundamento <\/em>\u00faltimo<\/em>, sea del orden que sea. Frente a un saber global, \u00fanico, total, fir\u00adme, se aboga por un pensamiento d\u00e9bil (light), <\/em>parcial, local, privado, provisional e incierto. Es un pensamiento que propugna el multicriterio subje\u00adtivo frente a la norma com\u00fan y el pensamiento \u00fanico; la experiencia personal frente a la historia com\u00fan; los microrrelatos (las historias)<\/em>frente a los macrorrelatos (la Historia)<\/em>, la est\u00e9tica frente a la \u00e9tica; lo subjetivo frente a lo objetivo; la esponta\u00adneidad frente a la legalidad; lo ef\u00edmero frente a lo estable; el placer sobre el ascetismo; lo particu\u00adlar frente a lo universal; lo que diferencia frente a lo que une; lo local frente a lo global; las implica\u00adciones provisionales frente a los compromisos definitivos, y as\u00ed sucesivamente.<\/p>\n Ya he se\u00f1alado el riesgo de ser excesivamen\u00adte simplista o simplificador en esta descripci\u00f3n del momento hist\u00f3rico actual, pero es cierto que las actitudes observables y las emergentes en la sociedad de este final de milenio, y en especial en el sector joven, se aproximan bastante a es\u00adte perfil rese\u00f1ado. En tal contexto de anom\u00eda o vac\u00edo moral resultan cuanto menos extra\u00f1as las propuestas que desde la acci\u00f3n pastoral se pre\u00adsentan a los j\u00f3venes. \u00bfQu\u00e9 alcance puede tener hablar del sentido \u00faltimo de la vida, a quienes, como muchos de nuestros j\u00f3venes, ni se plan\u00adtean tal sentido, que ni creen que valga la pena plante\u00e1rselo? Si Dios y Marx han muerto (el oca\u00adso de las ideolog\u00edas: \u201cDios ha muerto, las gran\u00addes finalidades se apagan, pero a nadie le im\u00adporta un bledo: esta es la alegre novedad\u201d2<\/a>), y el propio individuo no anda tampoco muy bien (el desencanto), \u00bfde qu\u00e9 queda por hablar?\u00bfen qu\u00e9 consiste el futuro, si es que hay tal futuro? Y sin embargo, el hombre de hoy contin\u00faa incon\u00adfesada o abiertamente a la b\u00fasqueda de sentido. Lo que ocurre es que, a falta de referencias ab\u00adsolutas, porque ha renunciado a ellas o, al me\u00adnos, a tenerlas en cuenta, se aferra a microrre\u00adferencias, a la b\u00fasqueda de m\u00faltiples horizontes provisionales e insatisfactorios, para provecho de los mercaderes de soluciones, que a su vez lle\u00advan a la acumulaci\u00f3n, m\u00e1s que construcci\u00f3n, de plurales micro\u00e9ticas, siempre particulares, siem\u00adpre provisionales.<\/p>\n Quiz\u00e1 estas pinceladas que he trazado sobre la sociedad y el momento actuales pueden pare\u00adcer excesivamente negativas -1o que posible\u00admente hipotecar\u00eda cualquier intento serio de pas\u00adtoral -, pero no todo es necesariamente as\u00ed. En un interesante libro sobre el fen\u00f3meno religioso3<\/a>, R. Ribera, en la autobiogr\u00e1fica introducci\u00f3n, habla de que los j\u00f3venes de hoy, en contra de los de \u201csu \u00e9poca\u201d de juventud, no son ni creyentes ni ag\u00adn\u00f3sticos ni ateos: simplemente, en cuesti\u00f3n reli\u00adgiosa, est\u00e1n en blanco. Y esto, seg\u00fan el autor, con ser un inconveniente para otros aspectos, podr\u00eda ser una ventaja para iniciar una construcci\u00f3n de una estructura s\u00f3lida, por cuanto que carecen de prejuicios, de \u00abfantasmas\u00bb que hubiera previa\u00admente que desterrar. Por otro lado, el crecimien\u00adto de los valores diferenciales\/diferenciadores y de la pluralidad (tolerancia, aceptaci\u00f3n del \u00abotro\u00bb), incluso con todas sus desviaciones o contradic\u00adciones, no deja de ser un aporte positivo de nues\u00adtra actual cultura. Otros fen\u00f3menos igualmente emergentes, como son la sensibilidad ecol\u00f3gica y pacifista, la preocupaci\u00f3n por la calidad de vida, el creciente papel de la mujer en la sociedad, los movimientos solidarios, etc., constituyen un ele\u00admento positivo para ayudar a la toma de postura y, por ende, a un compromiso.<\/p>\n Si el Evangelio es realmente eso, una bue\u00adna noticia,<\/em> su proclamaci\u00f3n debe ser un anun\u00adcio de esperanza. Frente a esa falta de hori\u00adzontes que el joven de hoy (quiz\u00e1s m\u00e1s por ser joven) percibe en su entorno, una pastoral ju\u00advenil debe proclamar la viabilidad de la utop\u00eda alcanzable. Frente a los malos augurios mile\u00adnaristas, hay que presentar un camino por el que es posible aventurarse. Hay que ayudar al joven a plantearse interrogantes que le permi\u00adtan abrirse a otro<\/em> nivel. Hoy, como siempre o m\u00e1s que nunca, hay m\u00faltiples ofertas de \u00abres\u00adpuestas\u00bb a preguntas no planteadas. El mer\u00adcado de las soluciones inmediatas es rentable en la medida en que el individuo no se plantee adecuadamente los interrogantes, mientras per\u00admita que los gur\u00fas<\/em> de turno los formulen por \u00e9l. Ayudar a formular adecuadamente las pregun\u00adtas fundamentales sobre el sentido de la pro\u00adpia persona y su papel en la historia es tarea previa de todo proyecto pastoral. A partir de esta correcta formulaci\u00f3n se puede iniciar un proceso, un camino, para buscar ese sentido, para responder a los interrogantes. Y la oferta evang\u00e9lica (\u00abven y s\u00edgueme\u201d)<\/em> empieza a ser significativa para los j\u00f3venes.<\/p>\n Por ello, en la pastoral, y m\u00e1s en la pastoral juvenil, la esperanza no es s\u00f3lo un contenido sino un m\u00e9todo. La vocaci\u00f3n cristiana debe aparecer, pues, como la invitaci\u00f3n, personal e intransferible, a la construcci\u00f3n del futuro en clave del Reino.<\/p>\n Todo ello no se consigue con teor\u00edas, ni si\u00adquiera con una reflexi\u00f3n intelectual sobre la pa\u00adlabra de Dios, sino enfrent\u00e1ndose a acciones significativas, acerc\u00e1ndose a quienes han op\u00adtado por compromisos radicales, que ayuden a interrogarse sobre el propio compromiso o la falta de \u00e9l. De aqu\u00ed la necesidad de mode\u00adlos de referencia fuertes que sirvan a su vez como interpelaciones.<\/p>\n En s\u00edntesis y seg\u00fan Jn 1,45-46:<\/p>\n – Hemos <\/em>encontrado <\/em>a aqu\u00e9l del que ha\u00adblaron Mois\u00e9s y los Profetas…<\/em> (anuncio). O \u00bfDe – \u00bfNazaret puede salir algo bueno?<\/em> (du\u00adda razonable\/racional).<\/p>\n – Ven y lo ver\u00e1s<\/em> (v\u00eda testimonial)<\/p>\n Este \u00abven y lo ver\u00e1s\u00bb es el estilo que debe\u00admos adoptar los catequistas y cuantos inter\u00advienen en la animaci\u00f3n juvenil.<\/p>\n Vivimos malos momentos para el profe\u00adtismo, m\u00e1s por inflaci\u00f3n de presuntas procla\u00admas que por ausencia. Y sin embarg\u00f3, nunca mejor que ahora la figura de los grandes profe\u00adtas b\u00edblicos son m\u00e1s elocuentes para los j\u00f3ve\u00adnes, por cuanto reflejan similares situaciones por las que pasan \u00e9stos. Su respuesta es, pues, significativa por cuanto surgen de circunstan\u00adcias pr\u00f3ximas, con las que f\u00e1cilmente los j\u00f3\u00advenes de hoy pueden identificarse.<\/p>\n Igual que muchos j\u00f3venes de hoy, Jerem\u00ed\u00adas4<\/a> se muestra inseguro y miedoso ante la si\u00adtuaci\u00f3n social y pol\u00edtica en que vive inmerso, y mucho m\u00e1s ante el reto que se le pide de ir a profetizar (dar la cara); y se excusa: \u00ab\u00a1Mira que no s\u00e9 hablar, que s\u00f3lo soy un muchacho!\u00bb \u00bfCa\u00adbe un mayor paralelismo con lo que el joven o el adolescente de hoy puede sentir ante el re\u00adto del futuro, ante el hecho de tener que optar por algo inseguro y arriesgado? \u00abNo tengas miedo. Yo estoy contigo para librarte\u00bb.<\/p>\n Y lo mismo podr\u00eda decirse de las dram\u00e1ticas vivencias afectivas, el amor herido, de Oseas, o el compromiso, a pesar de su primer bur\u00adgu\u00e9s y seguro conformismo, de Am\u00f3s, a quien Dios arranca <\/em>de su vida instalada y le env\u00eda a denunciar las injusticias de los dirigentes.<\/p>\n Jon\u00e1s, buen religioso, se escapa literalmen\u00adte de su compromiso, pero las circunstancias le obligan a replantear su actitud y regresar. Y Job, a quien aqu\u00ed admitimos<\/em> en la n\u00f3mina de los profetas, se rebela ante lo que se presenta como un sinsentido, <\/em>como una injusticia Le pi\u00adde a Dios que le aclare algo que se le escapa desde su visi\u00f3n de l\u00f3gica humana, hasta que descubre, en un itinerario doloroso, lo interesa\u00addo de su fe. Miedos, conflictos intemos, con\u00adtradicciones afectivas, comodidad abandonis\u00adta, <\/em>deserci\u00f3n ante los retos de la vida, rebeli\u00f3n ante el aparente sinsentido <\/em>de la vida, son ras\u00adgos que aparecen en el horizonte vital del jo\u00adven, que f\u00e1cilmente se identifica con aquellos que viven similares dramas personales.<\/p>\n Y desde luego, las grandes figuras del Nue\u00advo Testamento, con referencias siempre al modelo por excelencia, Jes\u00fas de Nazaret, cu\u00adyo perfil tambi\u00e9n necesitar\u00eda una mayor defini\u00adci\u00f3n a los ojos de los j\u00f3venes; Mar\u00eda, los disc\u00ed\u00adpulos, as\u00ed como otros modelos prof\u00e9ticos m\u00e1s recientes, conocidos o no.<\/p>\n La presencia de tales modelos de referencia que, aunque algunos est\u00e9n lejanos en el tiem\u00adpo o en el contexto cultural, aparecen muy cer\u00adcanos en cuanto al perfil y a las circunstan\u00adcias, permite a los j\u00f3venes plantearse de for\u00adma vicaria sus propias situaciones y angus\u00adtias, y adelantar una respuesta.<\/p>\n \u201cCada vocaci\u00f3n es un acontecimiento per\u00adsonal y original, pero tambi\u00e9n un hecho comu\u00adnitario y eclesial. Nadie est\u00e1 llamado a caminar solo\u201d, nos recuerda Juan Pablo II en el mensa\u00adje ya citado. Comunitario, que es algo m\u00e1s, mu\u00adcho m\u00e1s, que grupal. Un riesgo ya cl\u00e1sico<\/em> en la acci\u00f3n pastoral juvenil es la de cerrarse en el grupo como \u00faltima referencia, sin caer en la cuenta de que es una simple mediaci\u00f3n (tam\u00adbi\u00e9n la Iglesia lo es, pero a otro nivel) pedag\u00f3\u00adgica. La consecuencia de ello es que se consi\u00addera la vocaci\u00f3n como algo personal (privado) y accidental, que no afecta a lo nuclear del ser cristiano. La subjetividad y provisionalidad pro\u00adpias, a la vez, de la condici\u00f3n juvenil y de la cul\u00adtura actual se reflejan en la falta de radicalidad de la respuesta, convirti\u00e9ndose en opciones a corto plazo, revisables en cualquier momento. Volvemos a los planteamientos light.<\/em><\/p>\n Las llamadas comunidades juveniles, o <\/em>ter\u00adminolog\u00eda similar, podr\u00edan considerarse como un estadio intermedio, igualmente proped\u00e9uti\u00adco, entre el grupo juvenil y la comunidad ecle\u00adsial adulta. En ellas los j\u00f3venes hacen expe\u00adriencia de comunidad, <\/em>permiti\u00e9ndoles avanzar en su proceso de crecimiento en la fe desde su propia realidad y din\u00e1micas, acompa\u00f1\u00e1n\u00addoles en las distintas etapas de su crecimien\u00adto -conquista de su identidad personal, des\u00adcubrimiento del otro, inserci\u00f3n en el mundo-\u00ad y d\u00e1ndoles la oportunidad de discernir la vo\u00adcaci\u00f3n a la que cada uno est\u00e1 siendo llamado, mediante la asunci\u00f3n de compromisos.<\/p>\n La dimensi\u00f3n comunitaria de toda pastoral juvenil y, en concreto, una pastoral espec\u00edfica\u00admente vocacional, requiere: a\/ Una comunidad de referencia; b\/ Una conciencia de Iglesia co\u00admo comuni\u00f3n, superando el concepto localis\u00adta de grupo; c\/ Una expl\u00edcita conciencia misio\u00adnera en la comunidad; y d\/ Un proyecto\/pro\u00adyecci\u00f3n misionero en el propio ambiente.<\/p>\n La iniciativa de toda vocaci\u00f3n viene de Dios. Curiosamente, en una \u00e9poca en la que las redes de comunicaci\u00f3n se convierten en un fen\u00f3meno cada vez m\u00e1s patente en nuestras vi\u00addas, la comunicaci\u00f3n personal, el estar a la es\u00adcucha del otro, se hace cada vez m\u00e1s angus\u00adtiosamente necesario. La pedagog\u00eda de la es\u00adcucha es una asignatura pendiente. Nos he\u00admos acostumbrado durante muchos a\u00f1os a convertir nuestras catequesis, nuestras activi\u00addades de animaci\u00f3n juvenil, en un foro de opi\u00adniones donde cada cual expon\u00eda sus ideas so\u00adbre lo divino y lo humano, pero se nos olvida\u00adba ense\u00f1ar a escuchar. Y no me refiero a aten\u00adder las opiniones de los dem\u00e1s, lo cual era ob\u00advio, sino a desarrollar la \u00abactitud de escucha\u00bb, a mantenerse en aut\u00e9ntica tensi\u00f3n para ras\u00adtrear los signos a trav\u00e9s de los cuales Dios nos interpela y nos llama: \u00abNo me busc\u00e1is porque hay\u00e1is percibido se\u00f1ales, sino porque hab\u00e9is comido pan hasta saciaros\u00bb (Jn 6,26).<\/p>\n El \u00abproyecto personal de vida\u00bb, las aspira\u00adciones, los proyectos concretos, las motivacio\u00adnes profundas, los anhelos, que responden a las caracter\u00edsticas peculiares de la personali\u00addad, ser\u00edan la cara subjetiva de la vocaci\u00f3n. Pero no son la vocaci\u00f3n. La maduraci\u00f3n voca\u00adcional consistir\u00eda en el proceso que lleva a dis\u00adcernir la vocaci\u00f3n y encaminar el propio pro\u00adyecto para que ambos aspectos confluyan. La vocaci\u00f3n cristiana, en cualquiera de sus mani\u00adfestaciones y concreciones es, pues, el en\u00adcuentro, la s\u00edntesis, entre dos respuestas: una respuesta a la llamada de Dios, y otra a su pro\u00adpia historia. Si en algunos momentos se ha pri\u00admado la primera, con el riesgo asegurado de olvidar la madurez en el propio crecimiento (y la fragilidad de las opciones, manifiesta en las lla\u00admadas \u00abcrisis de vocaciones\u00bb de a\u00f1os recien\u00adtes), tambi\u00e9n es cierto que existe hoy el riesgo de considerar la vocaci\u00f3n personal como un simple proyecto de futuro, de acuerdo con las propias motivaciones, inclinaciones o tenden\u00adcias, pero sin que en ning\u00fan momento se hable de respuesta a una llamada de Alguien.<\/p>\n El compromiso cristiano, como opci\u00f3n de vida, requiere tambi\u00e9n un proceso, general\u00admente largo, y que se situar\u00eda en una etapa fi\u00adnal de un proyecto de pastoral juvenil5<\/a>. Y este proceso supone una serie de pasos que hay que ir ayudando a superar.<\/p>\n No hay que olvidar que, dentro de un proyec\u00adto pastoral con j\u00f3venes, la acci\u00f3n, incluso la ac\u00adci\u00f3n transformadora concretada en resultados positivos que le den un cierto car\u00e1cter de fin en s\u00ed misma (proyectos de solidaridad ante casos conatos, compromisos en acciones precisas…), sigue siendo un medio pastoral para ayudar a ca\u00adda joven a descubrir su propio y radical compro\u00admiso cristiano. Convertir las ac\u00adciones concretas en fines pastorales lleva a mar\u00adginar ese car\u00e1cter de radicalidad de la propia vocaci\u00f3n, confundi\u00e9ndola con acciones provi\u00adsionales a corto plazo.<\/p>\n Este riego es tanto mayor en nuestra cultura de lo provisional. Recu\u00e9rdese la reciente propuesta de un pol\u00edtico brit\u00e1nico de instaurar<\/em> el matrimonio a plazo: lo que es ya una frecuente realidad de facto,<\/em> se pretende institucionalizar de iure.<\/em> No le faltar\u00e1n apoyos a este tipo de propuesta. Este es el gran reto que se le plantea hoy a la pastoral ju\u00advenil y, concretamente, a la pastoral vocacional (sin olvidar, como record\u00e1bamos al comienzo, que toda pastoral juvenil es vocacional). Hablar de opciones radicales y definitivas puede pare\u00adcer hoy osado para una juventud habituada a considerar todo como revisable y relativo. \u00bfEs as\u00ed la realidad de les j\u00f3venes? Sin negar los ras\u00adgos sociales antes aludidos, y a los que los j\u00f3ve\u00adnes son tan particularmente sensibles, perm\u00edta\u00adseme ser a mi vez algo relativo <\/em>en este punto. Porque paralelamente a esta tercia, o quiz\u00e1s por la insatisfacci\u00f3n \u00faltima que genera, se ob\u00adserva en muchos j\u00f3venes unos ciertos indicios razonables<\/em> de radicalidad en muchos de sus planteamientos, o al menos una apertura a com\u00adpromisos m\u00e1s definitivos. Detectar esta posible actitud y desarrollarla a trav\u00e9s de un, probable\u00admente, largo y delicado proceso de acompa\u00f1a\u00admiento personal puede ser una importante tarea de la acci\u00f3n pastoral. Sobre todo la presencia de \u00abmodelos de compromiso\u00bb, personas o grupos cuya opci\u00f3n les ha llevado a tomas de posicio\u00adnes firmes y definitivas en su vida, puede ayu\u00addarles a plantearse su propio compromiso.<\/p>\n Esta experiencia, directa o vicaria, de com\u00adpromiso debe permitir tambi\u00e9n al joven, por un lado, considerar los diversos estilos de voca\u00adciones espec\u00edficas dentro de la Iglesia: ministe\u00adrios laicales, la vida religiosa y el ministerio or\u00addenado, con sus diversas variantes y concre\u00adciones; y por otro, los diferentes campos en los que, desde esas opciones espec\u00edficas, puede desarrollar su compromiso.<\/p>\n El primer paso en una pastoral vocacional ser\u00eda enfrentar al adolescente\/joven ante el reto de su propia construcci\u00f3n como persona, al des\u00adcubrimiento\/construcci\u00f3n de su propia identidad. Volvemos a considerar la importancia de esos modelos<\/em>, comenzando con Jes\u00fas de Nazaret, entendidos aqu\u00ed como referencias interpelantes que ayuden al joven a confrontarse consigo mis\u00admo y a superar sus l\u00edmites y oscuridades.<\/p>\n A partir de ese momento comienza\/conti\u00adn\u00faa un itinerario de orientaci\u00f3n y acompa\u00f1a\u00admiento, cuyas fases, utilizando los t\u00e9rminos propuestos por Cencini6<\/a>, ser\u00edan: a\/ Evocar; b\/ Provocar; c\/ Convocar.<\/p>\n – Evocar<\/strong><\/p>\n Evocar significa \u00absacar afuera\u00bb. En el contex\u00adto en que aqu\u00ed nos movemos aludir\u00eda a la nece\u00adsidad de que la acci\u00f3n pastoral que vaya a con\u00advertirse en convocante comience por incidir en la propia interioridad de la persona. De una pre\u00adsi\u00f3n desde fuera, se ha de pasar a un aflora\u00admiento desde el interior. Hoy parece darse una cierta tendencia de los j\u00f3venes a la interioriza\u00adci\u00f3n. Con ser hasta cierto punto verdadero este fen\u00f3meno, no conviene prestarse a confusi\u00f3n. La interiorizaci\u00f3n, como toda exploraci\u00f3n, nece\u00adsita una gu\u00eda o, al menos, unos elementos de re\u00adferencia, de los que hoy d\u00eda adolecen los j\u00f3ve\u00adnes. Lo que a veces se llama interiorizaci\u00f3n se convierte en simple ensimismamiento o en una \u00abhuida hacia dentro\u00bb, que no tiene nada de enri\u00adquecedor ni liberador: La labor fundamental de la acci\u00f3n pastoral en esta fase consistir\u00eda en acompa\u00f1ar a la persona en este itinerario de b\u00fasqueda interior, en este descubrimiento de y desde la interioridad, en un abrirse al misterio des\u00adde la contemplaci\u00f3n. \u00abLa persona no suficiente\u00admente abierta al misterio es tambi\u00e9n una persona sin empuje, que no conoce grandes pasiones y tampoco conflictos y contraposiciones desgarra doras\u00bb7<\/a>. La revelaci\u00f3n solo es posible (eficaz) en la medida que desarrollemos la capacidad de es\u00adcucha. Y s\u00f3lo la apertura al misterio capacita pa\u00adra formular ese tipo de pregunta y predisponer\u00adse a la respuesta. La experiencia de oraci\u00f3n se\u00adr\u00eda aqu\u00ed elemento b\u00e1sico para ayudar al joven en esta b\u00fasqueda de su propio camino.<\/p>\n – Provocar<\/strong><\/p>\n Provocar equivale aqu\u00ed a sacudir, a impulsar hacia otro nivel, a hacer salir de unos par\u00e1me\u00adtros triviales, a interrogarse e interesarse sobre lo que me supera y, a la vez, me fascina. La di\u00adficultad que esta actitud tiene hoy en la pasto\u00adral es que los j\u00f3venes viven en un medio en el que se da una inflaci\u00f3n de provocaciones.<\/em> Nues\u00adtra sociedad de consumo basa su \u00e9xito o fra\u00adcaso (publicidad, modas, costumbres, medios de comunicaci\u00f3n…) en la posibilidad que ten\u00adga de provocar al individuo y atraer su aten\u00adci\u00f3n. Hoy d\u00eda un programa de televisi\u00f3n que no provoque no tiene futuro, independientemente de su mayor o menor calidad objetiva. En es\u00adtas circunstancias, \u00bfqu\u00e9 posibilidades tiene el animador pastoral de interpelar <\/em>a la persona, sin que su mensaje quede ahogado por los otros mensajes mejor arropados y m\u00e1s eficaz\u00admente transmitidos? Si reducimos la pastoral a un trabajo de marketing, <\/em>desde luego que no tenemos nada que hacer frente a todo eso. Sin embargo, hay algo que marca la diferencia y que permite actuar de forma positiva. Se trata de presentar \u00abprovocaciones significativas\u00bb.<\/p>\n La mayor parte de la oferta que nuestra so\u00adciedad actual presenta a los j\u00f3venes se basan en provocaciones fugaces, cuyo valor o valores est\u00e1n fina de lo ofertado (en su contexto, en su manea de aparecer, en una \u00abestrategia de marketing\u00bb bien estudiada..) Y no resiste una cr\u00edtica seria. Se desmorona por s\u00ed misma una vez agotado el recurso, por lo que inmediata\u00admente ha de ser sustituida por otra nueva ofer\u00adta, otra nueva provocaci\u00f3n, generando una es\u00adpiral fatigosa, de la que dif\u00edcilmente se puede salir si no os por la v\u00eda de la cr\u00edtica radical al propio sistema (que ya se encarga de anularla, por pura subsistencia). Aportar este elemento de cr\u00edtica al sistema, que permita a los j\u00f3venes liberarse de estas ataduras para caminar m\u00e1s libres, ya ser\u00eda un buen objetivo pastoral, pues permitir\u00eda desbrozar el terreno antes de sem\u00adbrarlo (la semilla que cae entre zarzas y es aho\u00adgada por ellas…). Pero se trata de algo m\u00e1s.<\/p>\n La provocaci\u00f3n, tal como aqu\u00ed la entiendo, consiste en enfrentar\/confrontar al joven con realidades significativas que le interpelen y le hagan interrogarse sobre su(s) propia(s) acti\u00adtud(es). Y cuando digo realidades me estoy re\u00adfiriendo fundamentalmente a personas y grupos\/comunidades con una opci\u00f3n radical de vi\u00adda, que sea a la vez atractiva y sorprendente, fascinante y misteriosa (que evoque el miste\u00adrio), convincente e inabarcable.<\/p>\n En esta fase tendr\u00eda m\u00e1s pleno sentido el tes\u00adtimonio<\/em> de y hacia las vocaciones espec\u00edficas. Lo que dice Juan Pablo II en el mensaje que ya hemos citado antes -\u00abDirijo una apremiante llamada a las personas consagradas para que testimonien con gozo su consagraci\u00f3n radical a Cristo; dejaos interpelar continuamente por la palabra de Dios, compartida en comunidad y vivida con generosidad al servicio de los herma\u00adnos, especialmente de los j\u00f3venes. En un clima de amor y de hermandad, ilumino por la pa\u00adlabra de Dios, es m\u00e1s f\u00e1cil responder \u00abs\u00ed\u00bb a la llamada\u00bb-, viene a subrayar la importancia ca\u00adpital del testimonio personal y comunitario en esta l\u00ednea de provocaci\u00f3n-interpelaci\u00f3n.<\/p>\n \u00abLa invitaci\u00f3n de Jes\u00fas: \u00abVenid y ver\u00e9is\u00bb si\u00adgue siendo a\u00fan hoy la regla de oro de la pastoral vocacional… La primera tarea de todos los consagrados y consagradas consiste en pro\u00adponer [=provocar] valerosamente, can la pala\u00adbra y con el ejemplo [testimonio], el ideal del se\u00adguimiento de Cristo, alimentando y mantenien\u00addo posteriormente en los llamados la respues\u00adta a los impulsos que el Esp\u00edritu inspira en su coraz\u00f3n\u00bb (Vita Consecrata <\/em>64).<\/em><\/p>\n – Convocar<\/strong><\/p>\n Convocar hace una m\u00e1s obvia alusi\u00f3n a la lla\u00admada Cencini le a\u00f1ade un particular significado m\u00e1s etimol\u00f3gico de \u00abllamar conjuntamente (con\u00advocar), es decir una llamada que se dirige a to\u00addas las estructuras ps\u00edquicas del joven (cora\u00adz\u00f3n, mente, voluntad) y que destaca el car\u00e1cter integral de la vocaci\u00f3n. Adem\u00e1s de ese sentido, que no deja de ser interesante, aqu\u00ed prefiero re\u00adferirme al significado m\u00e1s usual y acad\u00e9mico de \u00abllamar a varias personas para que concurran a determinado lugar\u00bb. Esto subrayar\u00eda el car\u00e1cter comunitario\/eclesial de la llamada, como parte de la vocaci\u00f3n colectiva a todos los cristianos para construir el Reino: el lugar<\/em>, la eutop\u00eda<\/em> o \u00abbuen lugar\u00bb en el que hemos de confluir y que, por ahora, hay que construir entre todos.<\/p>\n Siempre hemos achacado la crisis de vo\u00adcaciones (no s\u00f3lo las consagradas) a diversas circunstancias, generalmente ajenas a nuestra acci\u00f3n pastoral o, al menos, a nuestra voluntad concreta: las corrientes secularizadoras, la cri\u00adsis familiar, factores culturales, la trivializaci\u00f3n de las ideas, la crisis eclesial, etc. Probable\u00admente no hacemos suficiente hincapi\u00e9 en la propia. ambig\u00fcedad o tibieza de las propues\u00adtas. \u00abMuy a menudo es <\/em>culpa nuestra que no nos atrevamos <\/em>a proponer momentos de ora\u00ad<\/em>ci\u00f3n \u00ab. \u00abA nosotros nos toca inventar y propo\u00adner\u00bb: <\/em>Recuerdo haber le\u00eddo estas o parecidas reflexiones en propuestas pastorales juveniles hace ya una veintena de a\u00f1os. Ese nuestro<\/em> o nosotros<\/em> se refiere claramente a los responsa\u00adbles de dicha pastoral. Y sigue siendo cierto que la tibieza en las invitaciones se correspon\u00adde con la mediocridad de la respuesta.<\/p>\n Si es cierto lo que ya hemos apuntado sobre la dificultad que experimentan los j\u00f3venes para enfrentarse a lo definitivo, se hace mucho m\u00e1s necesario un itinerario en compa\u00f1\u00eda que aprove\u00adche los dinamismos existentes en los j\u00f3venes. El joven de hoy, y hemos de considerar esto como un valor aprovechable, no da las cosas como supuestas, sino que tiende a explorar las posibi\u00adlidades (a tener experiencias). A la pastoral le to\u00adca aprovechar este dinamismo e invitar a trazar\u00adse un itinerario m\u00e1s largo y profundo de lo que habitualmente acostumbra a hacer, teniendo en cuenta que, superando una concepci\u00f3n est\u00e1tica de la vocaci\u00f3n, est\u00e1 no es pasiva sino que hay que construirla, hay que caminarla, descubrirla,<\/em> si se quiere, pero en un sentido activo.<\/p>\n Incluso el concepto de fidelidad<\/em> a la llamada pierde su car\u00e1cter est\u00e1tico, de mera permanen\u00adcia en el mismo lugar, para adquirir un sentido din\u00e1mico de b\u00fasqueda constante, de actualiza\u00adci\u00f3n permanente. La pregunta -\u00abSe\u00f1or; \u00bfqu\u00e9 quieres que haga?\u00bb-<\/em> requiere un proceso, una actitud permanente de b\u00fasqueda, m\u00e1s que una respuesta El\u00a0 animador de pastoral juvenil es el que \u00abhace camino\u00bb con el joven y que le ayuda (acompa\u00f1a) a interrogarse, abrirse, buscar, orientarse, descubrir, madurar y optar.<\/p>\n Jos\u00e9 A. Warletta<\/strong><\/p>\n \u00ab…El imaginario colectivo de loe cristianos, y aun su vocabulario, est\u00e1 repleto de frases, im\u00e1genes y conceptos que a ellos mismos leo resultan literalmente incre\u00edbles. Lo tremen\u00addo es que eso \u00abse sabe ya\u00bb de alguna manera. Pero no se reacciona. En general, se siguen recitando las mismas oraciones, pronunciando las mismas palabras y manteniendo – acaso con peque\u00f1as variaciones- los mismos conceptos. […]<\/p>\n Desde luego, no cabe ignorar el esfuerzo de actualizaci\u00f3n, en algunos aspectos espec\u00adtacular e imprevisible […]. Sin embargo, tampoco cabe negar que, cuando se va al fondo, todo est\u00e1 a medias: se acepta la critica b\u00edblica, pero se sigue hablando de Ad\u00e1n en el pa\u00adra\u00edso; se acepta la autonom\u00eda de las leyes f\u00edsicas, pero se prosigue con las rogativas por la lluvia; se acepta que Dios \u00abno puede\u00bb acabar con el hambre de Somalia, pero se conti\u00adn\u00faa pidi\u00e9ndolo en las misas…\u00bb<\/p>\n 1<\/a> V\u00e9ase, por ejemplo, el libro de J.M. MARDONES, Postmodernidad y cristianismo. El desaf\u00edo del fragmen\u00ad<\/em>to, Bilbao 1988, o el <\/em>art\u00edculo, en el que <\/em>aqu\u00ed nos basa\u00admos, por su visi\u00f3n sint\u00e9tica, de I. D\u00cdEZ DEL R\u00edo, Post\u00admodernidad y nueva religiosidad, <\/em>en \u00abReligi\u00f3n y cultu\u00adra\u00bb, n\u00b0 XXXIX, pp. 55-91.<\/p>\n 2<\/a> G. LIPOVETSKY, La era del vac\u00edo. Ensayos sobre el in\u00addividualismo contempor\u00e1neo, <\/em>Barcelona 1988.<\/p>\n 3<\/a> R. RIBERA, Religi\u00f3 i reiigions, <\/em>Col. \u00abDebats\u00bb,Ed. de la Magrana, Barcelona 1995.<\/p>\n 4<\/a> Remito al art\u00edculo de T. RUIZ CEBERIO, Valores b\u00edbli\u00adcos y su incidencia en la pastoral juvenil vocacional,<\/em> en \u00abTodos Uno\u00bb 114(1993), pp. 99-119.<\/p>\n 5<\/a> Cf. ,CEAS, J\u00f3venes en la Iglesia, cristianos en el mun\u00ad<\/em>do. Proyecto marco de pastoral de <\/em>juventud, <\/em>Madrid 1992.<\/p>\nS\u00cdNTESIS DEL ART\u00cdCULO<\/h2>\n
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