{"id":9072,"date":"2004-10-01T00:00:15","date_gmt":"2004-09-30T22:00:15","guid":{"rendered":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/?p=9072"},"modified":"2004-10-01T00:00:15","modified_gmt":"2004-09-30T22:00:15","slug":"educar-en-la-ternura-aprender-a-interpretar-la-musica-de-los-afectos","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/educar-en-la-ternura-aprender-a-interpretar-la-musica-de-los-afectos\/","title":{"rendered":"EDUCAR EN LA TERNURA: APRENDER A INTERPRETAR LA M\u00daSICA DE LOS AFECTOS"},"content":{"rendered":"

Mar\u00eda Pe\u00f1as Fern\u00e1ndez<\/strong>
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\nMar\u00eda Pe\u00f1as Fern\u00e1ndez es licenciada en Psicopedagog\u00eda
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\nS\u00cdNTESIS DEL ART\u00cdCULO<\/strong>
\nDesde el reconocimiento de la importancia de los afectos en la vida cotidiana, la autora intenta, principalmente, sugerir algunas claves de car\u00e1cter educativo: el trabajo sobre la expresi\u00f3n emocional para llegar a ser conscientes de nuestros propios sentimientos, la empat\u00eda, el desarrollo de la capacidad de comprender el mundo emocional del otro, la educaci\u00f3n en la tolerancia y el respeto, en la sensibilidad y en la compasi\u00f3n, el di\u00e1logo y el ejemplo.
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\nEste articulo pretende abordar la necesidad de reconocer la importancia que merece la esfera de los afectos en la vida cotidiana. Intenta por tanto enfatizar la urgencia de rescatar algo tan genuino de la persona como son sus sentimientos y emociones y ponerlos al servicio de su bienestar personal y social. En la primera parte de esta exposici\u00f3n, se lanzar\u00e1n algunas reflexiones, aunque de forma sucinta, sobre el estado de la cuesti\u00f3n en nuestra sociedad, as\u00ed como de los indicios de cambio que en esta parecen apreciarse.
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\nPosteriormente, se abordaran los pilares o aspectos centrales en los que podr\u00eda apoyarse la educaci\u00f3n en la ternura, as\u00ed resulta imprescindible, desde nuestra perspectiva, abordar el trabajo sobre dimensiones como la consciencia emocional, la expresi\u00f3n emocional, la empat\u00eda, la educaci\u00f3n en la tolerancia y el respeto, y por \u00faltimo, la educaci\u00f3n en la sensibilidad. En ultima instancia, se reserva un breve espacio para hacer constar la importancia del ejemplo y del dialogo como poderosas y eficaces herramientas de ense\u00f1anza-aprendizaje para la educaci\u00f3n en la ternura.
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\n1. El resurgir del inter\u00e9s por el mundo emocional<\/strong>
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\nLa educaci\u00f3n en la ternura es un \u00e1mbito de trabajo que podr\u00eda incluirse en la llamada educaci\u00f3n afectiva o educaci\u00f3n emocional pues la ternura estar\u00eda comprendida dentro del mundo de los afectos y los sentimientos. Si nos detenemos unos instantes a reflexionar sobre la situaci\u00f3n actual de esta dimensi\u00f3n en los d\u00edas que vivimos, el lector pronto caer\u00e1 en la cuenta sobre la gran necesidad de ternura, casi urgencia si se me permite, que nuestra sociedad manifiesta.
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\nNuestros corazones lanzan una profunda queja de abandono y olvido, lamento que se oye no s\u00f3lo interiormente, sino que, si prestamos atenci\u00f3n suficiente casi seremos capaces de poder escuchar otros lamentos unos m\u00e1s lejanos y otros que no lo est\u00e1n tanto, tan s\u00f3lo tenemos que tener la intenci\u00f3n de \u201ceducar el o\u00eddo\u201d, como hacen los entendidos en m\u00fasica. As\u00ed pues de lo que se trata en este art\u00edculo es de intentar lanzar peque\u00f1as claves que nos ayuden a entender y disfrutar de la m\u00fasica de los afectos.
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\nPero es justo mencionar que desde hace unos a\u00f1os, los temas afectivos han cobrado un notable auge frente a la posici\u00f3n que ocupaban con anterioridad. \u00a0 Pregunt\u00e9monos a qu\u00e9 se debe este cambio actitudinal, qu\u00e9 ha promovido entonces la necesidad de rescatar y hacer m\u00e1s presentes las emociones y sentimientos en la vida cotidiana.
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\nAs\u00ed, parece que las personas clamaban una vida m\u00e1s humana, m\u00e1s vivida, m\u00e1s sentida, en definitiva m\u00e1s afectiva<\/em>. Pues nuestras sociedades occidentales, parad\u00f3jicamente llamadas \u201csociedades del bienestar\u201d nos llevan por la senda del hacer<\/em> y nos roban lo m\u00e1s preciado, el ser<\/em>. En esta peligrosa din\u00e1mica, el hombre se ha convertido en una m\u00e1quina de trabajo, que constantemente est\u00e1 produciendo y consumiendo, reserv\u00e1ndose apenas escaso tiempo para el descanso y el disfrute.
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\nEl hombre parece mostrarse terriblemente confundido, pues orienta la b\u00fasqueda de su satisfacci\u00f3n personal y de su felicidad hacia el mundo exterior<\/em> m\u00e1s que hacia el mundo interior<\/em>, donde resulta m\u00e1s f\u00e1cil obtener bienes materiales y externos que le diviertan, que le entretengan, que le distraigan, que de alguna forma consigan hacerle sentirse mejor, en definitiva, que le proporcionen una fantas\u00eda de bienestar<\/em>. En el fondo esta es una dulce droga<\/em> que le ayuda a confundir y a deformar su realidad de la que parece querer evadirse a toda costa. Pero lo m\u00e1s peligroso tal vez sea que acaba por formar una especie de catarata que le impide ver adecuadamente su propia vida, sus verdaderos anhelos y deseos, escondidos \u00e9stos bajo seductores disfraces de felicidad y bienestar, que por otro lado resultan de acceso mucho m\u00e1s r\u00e1pido y directo.
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\nMas esto se convierte pronto en un grave y doloroso error que paga muy caro, pues ha abandonado en el camino el equipaje esencial de su viaje: su mundo interior<\/em>, lugar de reposo y guarida de los valores, sue\u00f1os y sentimientos. Es por ello que cuando este hombre preocupado por hacer y consumir, se detiene y, encontr\u00e1ndose a solas, intenta mirar hacia el interior de s\u00ed mismo, tiene la sensaci\u00f3n de no encontrar nada, de experimentar un gran vac\u00edo interior<\/em>. Tal vez sea esta sensaci\u00f3n de vac\u00edo existencial, desagradable e impertinente compa\u00f1ero de viaje, que ya anunciaba Victor Frankl, lo que ha promovido el intento de captura y rescate de lo m\u00e1s genuino y aut\u00e9ntico del ser humano, sus sentimientos.
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\nLa educaci\u00f3n en la ternura, podr\u00eda ser una poderosa herramienta para paliar dificultades como las anteriormente mencionadas, pero no obstante, quisiera destacar que la educaci\u00f3n en la ternura no s\u00f3lo es un \u00e1mbito de trabajo que deba contemplarse desde la educaci\u00f3n de tipo remedial o reactiva, pues no es necesario ni conveniente esperar a que los problemas tengan lugar y nos proporcionen malestar, insatisfacci\u00f3n o lo que algunos acertaron llamar: dolores de alma<\/em>. Por el contrario, la educaci\u00f3n en la ternura \u00a0 podr\u00eda ser contemplada, tal vez con mejor acierto, desde el \u00e1mbito educaci\u00f3n preventiva y del desarrollo<\/em>, pues es fuente de crecimiento, de desarrollo personal y como tal ha de ser un \u00e1mbito de trabajo que se aborde tanto desde el seno familiar como escolar ya desde edades tempranas.
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    \n
  1. La consciencia emocional<\/strong><\/li>\n<\/ol>\n

     
    \nPor tanto, la educaci\u00f3n en la ternura supone recobrar la dimensi\u00f3n afectiva de la educaci\u00f3n, de este modo tendr\u00e1 que abordar importantes asignaturas pendientes del hombre de nuestros d\u00edas que paulatinamente iremos presentando a lo largo de este art\u00edculo. As\u00ed, en primer lugar convendr\u00eda comenzar con el trabajo sobre la expresi\u00f3n emocional, lo que supondr\u00eda en primera instancia ser conciente de los propios sentimientos<\/em>, por lo que se hace necesario e imprescindible albergar un espacio en la vida cotidiana para preguntarnos interiormente: \u00bfc\u00f3mo me siento?
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    \nResulta cuando menos asombroso observar c\u00f3mo aquellas personas que tienen menos presente la consciencia de sus emociones y sentimientos en su vida, apenas tienen palabras para expresar lo que sienten y reducen una gran variedad de emociones a dos estados muy generales: \u201cme siento bien\u201d o \u201cme siento mal\u201d. Muchas veces esta falta de riqueza en la expresi\u00f3n emocional hunde sus ra\u00edces en la falta de entrenamiento en la consciencia emocional, es decir, en la falta de tiempo y h\u00e1bito para ser conocedores cotidianos y asiduos de nuestro mundo emocional. Hacer entonces una parada en el camino de todos los d\u00edas para preguntarnos c\u00f3mo nos sentimos, nos ayudar\u00e1 a ser m\u00e1s concientes y conocedores de nuestra vida afectiva.
    \n <\/p>\n

      \n
    1. La expresi\u00f3n \u00a0 emocional<\/strong><\/li>\n<\/ol>\n

       
      \nLa expresi\u00f3n emocional<\/em><\/strong> a\u00f1ade una nueva dimensi\u00f3n a la consciencia emocional, suponiendo un nivel m\u00e1s avanzado en el desarrollo afectivo, pues una vez conocidas y reconocidas las emociones y sentimientos que experimenta la persona, puede tener lugar la expresi\u00f3n de su mundo emocional, aquel espacio privilegiado que alberga lo que tan s\u00f3lo cada uno de nosotros conocemos de veras. Nuestro mundo emocional es nuestro gran tesoro<\/em>, y como corresponde a los grandes bienes de la humanidad, es de recibo compartirlos con aquellos que nos rodean. Ya que nuestra riqueza afectiva es un don o regalo, regalemos a los dem\u00e1s un poco de aquello de lo que somos y sentimos. Esto es m\u00e1s sencillo de lo que perece tan s\u00f3lo hemos de tener la valent\u00eda y la generosidad de expresar lo que sentimos.
      \n 
      \nAunque la expresi\u00f3n de los sentimientos se ha ido incorporando cada vez m\u00e1s en nuestra cultura, todav\u00eda hay un largo camino que recorrer. As\u00ed, no es extra\u00f1o sino por desagracia bastante habitual, encontrar a adultos que tienen importantes dificultades para expresar sus emociones y sentimientos incluso a aquellos a los que m\u00e1s quieren. Es una l\u00e1stima contemplar escenas como esta, pues en no pocas ocasiones aquellos con los que conviven no se enteran de cu\u00e1nto les quieren en realidad, aunque para su tranquilidad al menos lo intuyen.
      \n 
      \nNo obstante si nos detenemos a observar a nuestros m\u00e1s peque\u00f1os, pronto nos daremos cuenta de que poseen una mayor facilidad, casi innata, para la expresi\u00f3n emocional. Tal vez se deba a que todav\u00eda no ha llamado a su puerta el tab\u00fa<\/em>, el miedo o la verg\u00fcenza,<\/strong> intrusos por todos conocidos que se asientan en nuestras vidas limitando nuestro crecimiento personal.
      \n 
      \nPero parad\u00f3jicamente, la mayor\u00eda de las personas desear\u00edan que en sus vidas hubiese mayores oportunidades, espacios y momentos para la expresi\u00f3n del afecto y del cari\u00f1o. As\u00ed lo ponen de manifiesto nuestros mayores, esos sabios arrugados por la experiencia<\/em>, que tan s\u00f3lo anhelan recibir cari\u00f1o y afecto pues a esas alturas de su larga andadura son m\u00e1s conscientes sobre qu\u00e9 es aquello que persiguen y les enriquece. Que contradictorios somos los humanos, aquello que m\u00e1s tememos o aplazamos expresar es aquello que todos y cada uno de nosotros anhela recibir<\/em>. Por tanto la educaci\u00f3n en la ternura debe retomar la reeducaci\u00f3n en la expresi\u00f3n emocional como fuente de desarrollo personal y social.
      \n\u00a0<\/strong><\/p>\n

        \n
      1. La empat\u00eda, pilar de la educaci\u00f3n en la ternura<\/strong><\/li>\n<\/ol>\n

        \u00a0<\/strong>
        \nEn segundo t\u00e9rmino, ahora ya m\u00e1s conocedores y due\u00f1os de nuestros afectos, podremos intentar dar un paso m\u00e1s para conocer y comprender las emociones y sentimientos de los dem\u00e1s desarrollando as\u00ed una actitud muy me moda, conocida como empat\u00eda<\/em><\/strong>.<\/em> La empat\u00eda es uno de los grandes pilares de la educaci\u00f3n<\/em> en la ternura<\/em> pues supone haber desarrollado la capacidad de comprender el mundo emocional del otro, de ver y sentir tal y como lo hace el otro. Implica entonces un nuevo avance en el desarrollo afectivo, pues nos ayuda a no considerar los acontecimientos tan s\u00f3lo desde nuestra perspectiva sino que, por el contrario, nos conduce a salir de nuestro egocentrismo<\/em> para ponernos en el lugar del otro y considerar sus experiencias desde las vivencias particulares que configuran su mundo.
        \n <\/p>\n

          \n
        1. La educaci\u00f3n en la tolerancia y el respeto<\/strong><\/li>\n<\/ol>\n

           
          \nPronto ser\u00e1 consciente el lector de la importancia del desarrollo de la empat\u00eda para \u00e1mbitos tan importantes como la educaci\u00f3n en la tolerancia y el respeto<\/em><\/strong>, \u00e1mbitos tambi\u00e9n de indiscutible importancia para la educaci\u00f3n en la ternura, pues muchas actitudes xen\u00f3fobas y racistas ser\u00edan derrotadas a trav\u00e9s del desarrollo de actitudes emp\u00e1ticas en aquellos que tienen la desdicha de albergarlas. De este modo, \u00a0 ponerse en el lugar de aquel que se juzga y rechaza ayuda a entender y comprender su mundo y su realidad, que a partir de entonces comienza a resultar mucho m\u00e1s familiar y cercana, por tanto m\u00e1s dif\u00edcil de juzgar. Es el desconocimiento y la lejan\u00eda lo que muchas veces levanta fr\u00edas barreras de acero cargadas de prejuicios donde el roce de su s\u00f3lo tacto parece deshumanizarnos.
          \n 
          \nEs por tanto de indudable importancia retomar la educaci\u00f3n para la tolerancia y el respeto en nuestra sociedad pues se encuentra \u00e1vida y sedienta de estos dos grandes ingredientes que tanto enriquecen la dieta del amor. No podemos cerrar nuestros pasivos y temerosos ojos<\/em> a los innumerable problemas que nuestra sociedad actual sufre a causa de la carencia de tolerancia y respeto, pues tal y como ocurre en un cesto de manzanas, cuando una se pudre esto va afectando al resto de manzanas sanas, pues as\u00ed nos empobrece a todos la convivencia pasiva con la intolerancia.<\/em>
          \n <\/p>\n

            \n
          1. Educar la sensibilidad<\/strong><\/li>\n<\/ol>\n

             
            \nAsimismo, hemos de incluir en el valioso trabajo de la educaci\u00f3n en la ternura, la educaci\u00f3n en la sensibilidad, en la compasi\u00f3n,<\/em><\/strong> pues esta sociedad no pocas veces parece mostrarse sorda y muda<\/em> ante el sufrimiento y el dolor. Un dolor que puede tener carices distintos pero que al fin y al cabo dolores son, la guerra, el hambre, la pobreza, la marginaci\u00f3n social, la enfermedad, la soledad y la ausencia.
            \n 
            \nUna sociedad empe\u00f1ada, sin embargo, en cubrir todos los sufrimientos de los hombres con un tupido velo<\/em> que ayude a hacer m\u00e1s cre\u00edble la fantasmag\u00f3rica quimera de la sociedad del bienestar. \u00a1Que osad\u00eda enga\u00f1arnos de tal modo!, pues el dolor inexorablemente nos acaba visitando a todos y cada uno de nosotros de un modo u otro. As\u00ed, resulta imprescindible educar a los ni\u00f1os y j\u00f3venes desde edades tempranas en la compasi\u00f3n, en la sensibilidad hacia el dolor y el sufrimiento ajeno, fuente de crecimiento personal y herramienta de ayuda entre las personas.
            \n <\/p>\n

              \n
            1. El dialogo y el ejemplo, nuestras mejores herramientas de trabajo<\/strong><\/li>\n<\/ol>\n

               
              \nEl dialogo constituye por si mismo el instrumento por excelencia al servicio de la comunicaci\u00f3n humana, por ello cuando se habla de comunicar emociones y sentimientos es de indudable relevancia. El dialogo nos sirve de ayuda para expresar nuestras necesidades afectivas y nuestros sentimientos a aquellos que nos rodean y es uno de los veh\u00edculos de transmisi\u00f3n de aprendizajes m\u00e1s importantes. A trav\u00e9s del mismo podemos ense\u00f1ar y dar feedback a los dem\u00e1s sobre su ejecuci\u00f3n en el dominio afectivo y asimismo, obtener informaci\u00f3n sobre la propia ejecuci\u00f3n.
              \n 
              \nAs\u00ed, cuando, por ejemplo, reclamamos a la pareja o hijos que expresen el afecto de forma m\u00e1s cotidiana o expl\u00edcita, tan importante es hacer la petici\u00f3n como dar se\u00f1as de identidad sobre c\u00f3mo podr\u00edan satisfacerla. Por tanto, en este y en muchos otros casos el di\u00e1logo constituye una herramienta fundamental e imprescindible para la mejora y aprendizaje en campo de la educaci\u00f3n afectiva.
              \n 
              \nFinalmente, quisiera hacer hincapi\u00e9 que en el caso de la educaci\u00f3n en la ternura, como en la mayor\u00eda de los aprendizajes importantes de la vida, la mejor transmisi\u00f3n y ense\u00f1anza que cada uno de nosotros puede dejar como legado es el ejemplo. Por tanto, la educaci\u00f3n en la ternura ha de comenzar con el dialogo y el ejemplo,<\/em><\/strong> de este modo padres y educadores y todos aquellos que pretendan ense\u00f1ar aspectos que tienen que ver con el desarrollo personal, nunca han de olvidar que el primer aprendizaje tiene que tener lugar sobre uno mismo.
              \n 
              \nAsimismo resulta mucho m\u00e1s did\u00e1ctica y efectiva \u00a0 la ense\u00f1anza de la compasi\u00f3n, el respecto, la tolerancia o la expresi\u00f3n del afecto cuando es observada en vivo en el d\u00eda a d\u00eda<\/em> por aquellos que indudablemente constituyen modelos en la vida de los ni\u00f1os y j\u00f3venes, que cuando tiene lugar la aplicaci\u00f3n paso a paso del mejor tratado o manual de educaci\u00f3n afectiva.
              \n 
              \nEs por ello que quisiera hacer una \u00faltima llamada de atenci\u00f3n al mundo adulto: aquello que dese\u00e9is y so\u00f1\u00e9is para vuestros hijos y alumnos deber\u00edas haberlo so\u00f1ado antes para vosotros, esta es la mejor garant\u00eda de que ellos lo disfruten.<\/em><\/strong>
              \n\u00a0<\/strong><\/p>\n

              Mar\u00eda Pe\u00f1as Fern\u00e1ndez<\/p>\n

              estudios@misionjoven.org<\/p>\n

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