{"id":9120,"date":"2004-07-01T00:00:46","date_gmt":"2004-06-30T22:00:46","guid":{"rendered":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/?p=9120"},"modified":"2004-07-01T00:00:46","modified_gmt":"2004-06-30T22:00:46","slug":"la-escuela-del-otro-mundo-posible","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/la-escuela-del-otro-mundo-posible\/","title":{"rendered":"LA ESCUELA DEL OTRO MUNDO POSIBLE"},"content":{"rendered":"
PEDRO S\u00c1EZ ORTEGA<\/strong> <\/p>\n <\/p>\n <\/p>\n <\/p>\n Discursos educativos en torno a la globalizaci\u00f3n PEDRO S\u00c1EZ ORTEGA Pedro S\u00e1ez es Profesor de Geograf\u00eda e Historia y miembro del \u201cCentro de Investigaci\u00f3n para la Paz\u201d S\u00cdNTESIS DEL ART\u00cdCULO Desde la convicci\u00f3n, por una parte, de que el proceso de globalizaci\u00f3n en que vivimos inmersos es uno de los grandes desaf\u00edos del […]<\/p>\n","protected":false},"author":3,"featured_media":0,"comment_status":"closed","ping_status":"closed","sticky":false,"template":"","format":"standard","meta":{"_et_pb_use_builder":"","_et_pb_old_content":"","_et_gb_content_width":"","footnotes":""},"categories":[908,94,916],"tags":[],"class_list":["post-9120","post","type-post","status-publish","format-standard","hentry","category-estudios-330_331","category-mision-joven-2","category-pedro-saez-ortega"],"_links":{"self":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/9120"}],"collection":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/posts"}],"about":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/types\/post"}],"author":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/users\/3"}],"replies":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/comments?post=9120"}],"version-history":[{"count":0,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/9120\/revisions"}],"wp:attachment":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/media?parent=9120"}],"wp:term":[{"taxonomy":"category","embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/categories?post=9120"},{"taxonomy":"post_tag","embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/tags?post=9120"}],"curies":[{"name":"wp","href":"https:\/\/api.w.org\/{rel}","templated":true}]}}
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\nPedro S\u00e1ez es Profesor de Geograf\u00eda e Historia y miembro del \u201cCentro de Investigaci\u00f3n para la Paz\u201d
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\nS\u00cdNTESIS DEL ART\u00cdCULO
\nDesde la convicci\u00f3n, por una parte, de que el proceso de globalizaci\u00f3n en que vivimos inmersos es uno de los grandes desaf\u00edos del siglo XXI, y, por otra, de que las instituciones escolares no parecen ser plenamente conscientes de lo que se juegan en el empe\u00f1o de leer e interpretar adecuadamente un signo de los tiempos tan interpelante y poli\u00e9drico, el autor intenta explicar en este art\u00edculo algunas respuestas que la educaci\u00f3n puede y debe ofrecer frente a la progresiva implantaci\u00f3n del fen\u00f3meno citado en nuestras vidas, y, muy especialmente, en los ni\u00f1os y adolescentes que pueblan los centros escolares y frecuentan otros espacios formativos no reglados -equipos deportivos, clubes de tiempo libre, grupos parroquiales o voluntariados organizados-.
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\nNo vamos a realizar una descripci\u00f3n pormenorizada de la globalizaci\u00f3n-de ello se han ocupado otros art\u00edculos del presente n\u00famero de Misi\u00f3n Joven-. Por otro lado, la inflaci\u00f3n de public\u00edstica sobre la materia es tal, que resulta dif\u00edcil guiarse adecuadamente por sus diversos senderos interpretativos. No obstante, algunos de sus rasgos merecen ser destacados, puesto que, a nuestro juicio, afectan de manera m\u00e1s inmediata al \u00e1mbito educativo. \u00bfCu\u00e1les son, pues, los \u201ccontenidos curriculares\u201d que habr\u00eda que incorporar a cualquier explicaci\u00f3n \u201cescolar\u201d del mundo globalizado del presente?
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\nPor su parte, los cr\u00edticos se\u00f1alan que este car\u00e1cter parcial y desequilibrado es intr\u00ednseco al modelo triunfante, y lo razonan de la siguiente manera: para que la globalizaci\u00f3n capitalista se extienda a lo largo y a lo ancho de los mercados de toda la tierra, es necesario que otras globalizaciones -mucho m\u00e1s necesarias, como la de los Derechos Humanos o la del equilibrio ecol\u00f3gico-, queden detenidas o anuladas -todo lo m\u00e1s, enunciadas en forma de \u201cbuenos deseos\u201d ret\u00f3ricos o decorativos-. Esto explicar\u00eda los diferentes niveles con que se globalizan los intercambios: ausencia de controles para la circulaci\u00f3n transnacional de las operaciones financieras; dificultades de los pa\u00edses del Sur para llevar sus productos a los mercados protegidos del Norte; restricciones severas para los movimientos migratorios.
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\nPondremos un ejemplo bien conocido para aclarar el desigual acceso a la globalizaci\u00f3n de sus diversos actores: las zapatillas de deporte de la marca Nike -ejemplo de producci\u00f3n deslocalizada, repartida por todo el mundo-, son dise\u00f1adas y difundidas a trav\u00e9s de campa\u00f1as publicitarias que idean y dirigen un grupo selecto y espl\u00e9ndidamente remunerado de profesionales y t\u00e9cnicos; son compradas en las grandes superficies comerciales por los ni\u00f1os y adolescentes que acuden a colegios e institutos -aqu\u00ed y en otros lugares del mundo rico-, son fabricadas por otros ni\u00f1os y adolescentes a miles de kil\u00f3metros de distancia, en talleres sucios y malolientes, en condiciones laborales -horarios, salarios- indignas, cuando no abiertamente esclavistas. La \u201clectura\u201d de la globalizaci\u00f3n de los tres grupos mencionados es obviamente \u201cdistinta\u201d, por utilizar una expresi\u00f3n \u201csuave\u201d: comprender la globalizaci\u00f3n desde el consumo de masas -minoritario, si lo contemplamos desde las posibilidades de acceso a dicho consumo por parte del conjunto de la poblaci\u00f3n mundial-, o desde la injusticia de masas -mayoritaria, si utilizamos como referencia el eje Norte-Sur-, tiene implicaciones did\u00e1cticas muy relevantes, que los educadores deber\u00edan tener muy en cuenta.
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\nLa actualizaci\u00f3n sin freno de los dogmas capitalistas viene facilitada por una revoluci\u00f3n inform\u00e1tica -que es, especialmente durante el mandato dem\u00f3crata de Clinton, el sector econ\u00f3mico m\u00e1s din\u00e1mico por lo que respecta a su crecimiento y expansi\u00f3n-. El proceso descrito adquiere una nueva dimensi\u00f3n cuando esta \u201cnueva econom\u00eda\u201d basada en las comunicaciones hace crisis, al tiempo que ascienden al poder los republicanos neoconservadores en EE.UU. y se producen los atentados del 11 de septiembre de 2001.
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\nM\u00e1s all\u00e1 de la b\u00fasqueda del m\u00e1ximo beneficio en el menor tiempo posible y con los menores riesgos, \u00bfhay alg\u00fan otro proyecto, similar a ese\u201dprogreso indefinido\u201d que alumbr\u00f3 la modernidad burguesa -o al \u201cpara\u00edso sin clases\u201d de la utop\u00eda socialista-, que haga inteligible este c\u00famulo de problemas? Es un t\u00f3pico acusar al capitalismo globalizado de imponer la \u201cley de la jungla\u201d, pero esta frase deber\u00eda matizarse: la selva es un ecosistema fr\u00e1gil, cuya supervivencia depende de las conductas codificadas de sus integrantes, tanto los fuertes como los d\u00e9biles, impelidos a respetar la \u201cley\u201d por su propia seguridad. El mundo que est\u00e1 surgiendo de este capitalismo globalizado se parece muy poco a esa interdependencia equilibrada que sostiene un espacio natural tan complejo. Tampoco puede aceptarse la idea, similar a la anterior, que identifica el capitalismo con una especie de culminaci\u00f3n parox\u00edstica del \u201corden de la naturaleza\u201d: tambi\u00e9n se dijo lo mismo de la esclavitud, la \u201cinferioridad\u201d de la mujer y de las \u201crazas\u201d no occidentales o la guerra.
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\nEn todos los casos, se trata de \u201cinventos\u201d sociales bastante alejados de nuestro c\u00f3digo gen\u00e9tico, que, por lo tanto, no son inevitables ni eternos, pueden -y deber\u00edan-revertirse y reinventarse. Las im\u00e1genes de un \u201cmundo desbocado\u201d o una \u201csociedad del riego global\u201d tan dram\u00e1ticas y amenazadoras, al extenderse por todo el planeta, terminen poni\u00e9ndose al servicio de los que se benefician de ese desorden mundial, sin ejes de referencia desde los que avanzar ni puntos neur\u00e1lgicos en que apoyarse. Nadie parece asumir la responsabilidad de pensar el futuro. El ejemplo del imperialismo estadounidense., que utiliza la lucha contra el terrorismo isl\u00e1mico como burdo pretexto para reorganizar una zona sensible del planeta, Oriente Medio, en funci\u00f3n de sus negocios petroleros es suficientemente esclarecedor, sobre todo cuando repasamos los discursos que lo justifican. Esta ausencia de referencias de sentido tambi\u00e9n invade, por el momento, las oposiciones globales al desorden dominante, m\u00e1s centradas en la resistencia cr\u00edtica que en la b\u00fasqueda de una alternativa viable que pueda aglutinar el \u201cmovimiento de movimientos altermundistas\u201d que se est\u00e1 gestando en las reuniones del Foro Social Mundial.
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\nComo conclusi\u00f3n a este apartado, podemos decir que la globalizaci\u00f3n est\u00e1 llena de ambivalencias<\/em>. Puede servir para crear espacios de comunicaci\u00f3n e intercambio entre los seres humanos y las culturas, pero tambi\u00e9n para sostener con eficacia redes de delincuencia y organizaciones terroristas; ofrece posibilidades -inimaginables hasta hace muy poco tiempo- para generar, por primera vez en la historia de la humanidad, una conciencia verdaderamente planetaria de los grandes problemas mundiales, pero tambi\u00e9n es un eficaz instrumento para ejercer el dominio militar, garantizar el enriquecimiento econ\u00f3mico y expandir un modelo cultural uniforme y alienante, de acuerdo con los intereses de una minor\u00eda -por eso se habla de pol\u00edticas \u201cglobalitarias\u201d-. Sin embargo, no estamos en una cinta transportadora inflexible e inexorable, de la que no es posible apearse. Una vez m\u00e1s, nos hallamos ante una encrucijada hist\u00f3rica repleta de rumbos distintos y desconocidos. Una vez m\u00e1s, la escuela tiene la responsabilidad -compartida con otros muchos espacios sociales- de participar en la construcci\u00f3n de conocimientos, procedimientos y valores que permitan vislumbrar, por un lado las salidas del laberinto donde estamos ahora; por otro lado, los itinerarios posibles por donde aventurarse.
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\nSi, dados los argumentos del ep\u00edgrafe anterior, convenimos en que el fen\u00f3meno de la globalizaci\u00f3n debe incorporarse a las aulas, sin duda el mejor medio es concebirlo como un contenido o enfoque \u201ctransversal\u201d, del que dar cuenta desde muchas instancias de ense\u00f1anza y aprendizaje. Para construir dicho enfoque, debemos comenzar explicando dos acepciones educativas del t\u00e9rmino globalizaci\u00f3n: por un lado -lo que hasta el momento hemos venido haciendo-, como un tema<\/em> tratado en la escuela -ense\u00f1ado por los profesores, aprendido por los alumnos-, dada su relevancia para explicar el mundo que habitamos. Pero la palabra \u201cglobalizaci\u00f3n\u201d es utilizada tambi\u00e9n por la pedagog\u00eda como un procedimiento de trabajo, un m\u00e9todo<\/em> para construir un tipo de conocimiento escolar, interrelacionado con otras estrategias renovadoras, como la interdisciplinariedad, la integraci\u00f3n curricular o el aprendizaje significativo.
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\nDe todas formas, a la hora de abordar el estudio de la globalizaci\u00f3n como tema escolar, m\u00e1s importante que fijar discursos explicativos es rastrear su incidencia en el espacio educativo, es decir, descubrir c\u00f3mo se manifiesta a diario en los centros de ense\u00f1anza del entorno desde el que escribimos estas l\u00edneas. A este respecto, distinguimos tres espacios o \u00e1mbitos:
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\nEn el \u00e1mbito econ\u00f3mico<\/em>, la presencia de la globalizaci\u00f3n en el mercado del trabajo se hace evidente todos los d\u00edas: la precariedad laboral, la deslocalizaci\u00f3n de las empresas, o la ausencia de estabilidad en el empleo son algunos de sus efectos m\u00e1s notables. Todos inciden de una u otra manera en el futuro de los adolescentes, y en el sentido que dan al proceso formativo en que est\u00e1n inmersos. Educar en la civilizaci\u00f3n del desempleo y del consumo es uno de los \u201cdesaf\u00edos para recrear la escuela\u201d m\u00e1s dif\u00edciles de concretar en la pr\u00e1ctica cotidiana, cuando, adem\u00e1s, la escuela ha perdido su car\u00e1cter elitista y se ha universalizado. Pero, adem\u00e1s, y este es otro efecto de la globalizaci\u00f3n econ\u00f3mica en la escuela, los colegios e institutos se ven sacudidos por una fuerte presi\u00f3n a favor de su conversi\u00f3n en \u201cempresas de servicios educativos\u201d. No otro es el trasfondo de los denominados \u201cplanes de mejora\u201d centrados en la calidad.<\/em> Existe una tendencia a definir la educaci\u00f3n en torno a t\u00e9rminos como mercantilizaci\u00f3n, competitividad, exclusi\u00f3n o privatizaci\u00f3n, cuyos \u201cdisfraces\u201d ling\u00fc\u00edsticos a menudo confunden a claustros, equipos directivos o comunidades educativas. A este respecto, resulta curioso constatar que a la protesta de muchos profesores por el predominio de criterios psicol\u00f3gicos o pedag\u00f3gicos presentes en la anterior reforma educativa le ha seguido el silencio frente a esta invasi\u00f3n de criterios empresariales como referencia no s\u00f3lo de la gesti\u00f3n administrativa de los centros, sino incluso de las tareas propiamente docentes.
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\nEn el \u00e1mbito de la vida social<\/em>, lo m\u00e1s significativo es la presencia de m\u00faltiples realidades culturales procedentes de espacios geogr\u00e1ficos diversos, en un momento hist\u00f3rico en el que la escuela descubre igualmente su car\u00e1cter de encrucijada de culturas educativas -acad\u00e9mica, institucional, social, de la experiencia, cr\u00edtica-, que deben manejarse de manera interactiva para construir ese espacio de diversidad generador de ciudadan\u00edas cosmopolitas, al tiempo que desmonta las reacciones xen\u00f3fobas, racistas o ultranacionalistas que tales presencias suscitan dentro de las comunidades educativas. Esto trae otra consecuencia no menos importante: la funci\u00f3n \u201cnacional\u201d de la educaci\u00f3n, es decir, la construcci\u00f3n de una identidad pol\u00edtica basada en la pertenencia a un estado, que hab\u00eda dado sentido a la escolarizaci\u00f3n masiva de los ciudadanos de un pa\u00eds, se ve superada por la ruptura de las viejas fronteras, al tiempo que, como reacci\u00f3n frente a la mundializaci\u00f3n cultural, identificada como uniformizaci\u00f3n bajo el patr\u00f3n estadounidense, se produce una vuelta a las identidades culturales m\u00e1s inmediatas, basadas no tanto en la pertenencia c\u00edvica, sino en la etnia o, como estamos viendo a diario, en el integrismo religioso.
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\nEn el \u00e1mbito de la \u201ccultura del espect\u00e1culo\u201d<\/em>, la capacidad de los medios de comunicaci\u00f3n en la actualidad para difundir informaci\u00f3n a una velocidad casi instant\u00e1nea y en unas cantidades ingentes, desplaza a la escuela en el monopolio del saber, en el que viv\u00eda instalada hasta hace un tiempo, convirtiendo una gran parte de los materiales y m\u00e9todos habituales en el aula en obsoletos. Pero la escuela se ve superada no s\u00f3lo por la cantidad de informaci\u00f3n, sino por la forma en que esta informaci\u00f3n aparece y se desenvuelve en la vida de nuestros alumnos: un mosaico multicolor, plet\u00f3rico de datos b\u00e1sicamente emocionales y narrativos, superpuestos y sin conectar entre s\u00ed, aunque f\u00e1cilmente \u201cdigeribles\u201d, que produce un \u201canalfabetismo audiovisual\u201d muy extendido. La sustituci\u00f3n de la realidad por el universo virtual de los medios de masas \u201cfacilita\u201d, as\u00ed, la socializaci\u00f3n de modelos y valores acordes con los hegem\u00f3nicos, a contracorriente de los que ofrece la escuela.
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\nPor estas razones, la construcci\u00f3n de un pensamiento globalizador, que integre los diversos saberes escolares en una mirada interdependiente, y aprenda, adem\u00e1s, a referirlos a la realidad en que estamos inmersos, es una tarea ardua, que debe superar al menos dos tipos de dificultades:
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\nAs\u00ed, pues, parece evidente que, valga la redundancia, sin procedimientos globalizadores resulta muy dif\u00edcil acceder a un conocimiento cr\u00edtico del proceso de globalizaci\u00f3n. En este terreno, la escuela tiene mucho que decir, a condici\u00f3n de que comience a replantearse su papel en la sociedad de la informaci\u00f3n: no puede competir con la iconosfera planetaria, pero mantiene intacta su capacidad para \u201cense\u00f1ar a aprender\u201d a leerla con sentido, a contextualizarla desde el punto de vista hist\u00f3rico y cultural, a desenmascarar sus falsedades, a desentra\u00f1ar sus ficciones.
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\nMuchas de estas \u201cficciones\u201d con las que se \u201ccuenta\u201d el proceso de globalizaci\u00f3n a quienes lo viven o lo padecen, se han convertido en aut\u00e9nticos imaginarios sociales, sustitutivos de los viejos mitos de anta\u00f1o. Como ellos constituyen los anclajes sobre los que se edifican las concepciones colectivas de millones de personas en todo el mundo, a menudo con independencia de su nacionalidad, su cultura materna o su clase social. En la configuraci\u00f3n de estos horizontes de sentido -o de \u201csinsentido\u201d, seg\u00fan sus cr\u00edticos- figuran, en primer lugar, una serie de \u201cim\u00e1genes transversales\u201d<\/em>, que recorren e inundan muchos espacios de nuestra vida y, por lo tanto, se manifiestan muy activamente en la escuela. Por ejemplo,
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\nPero estas palabras no se proclaman de manera enunciativa, sino narrativa. Efectivamente, es a trav\u00e9s de narraciones<\/em> como podemos entender mejor la configuraci\u00f3n de la mentalidad colectiva que preside este arranque del siglo XXI. Las narraciones dominantes de la globalizaci\u00f3n tienen unas constantes argumentales -el riesgo, la rapidez, la irresoluci\u00f3n -, pero no hay en ella una trama que haga progresar la acci\u00f3n, a trav\u00e9s de sus personajes y sus acciones -como algunas de las que han configurado nuestra manera de pensar y sentir a lo largo de los siglos: las aventuras de Ulises, el \u00e9xodo mosaico, la tragedia de Ant\u00edgona o la par\u00e1bola del buen samaritano. Ahora no hay historias, sino atm\u00f3sferas<\/em>, determinados ambientes -luces, m\u00fasica, colores, objetos- en los que las existencias individuales parecen fluir sin origen ni destino. Las met\u00e1foras del mundo como una gran superficie comercial, un parque tem\u00e1tico, un casino o un programa de televisi\u00f3n tienen un impacto decisivo en la socializaci\u00f3n educativa de los j\u00f3venes previa y paralela a su paso por la escuela.
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\n\u00bfC\u00f3mo educar desde y sobre estos mitos contempor\u00e1neos, comparables a las sombras de la caverna explicadas por Plat\u00f3n, tal como indica Jos\u00e9 Saramago en una de sus novelas-ensayos m\u00e1s recientes? Pongamos como ejemplo la narraci\u00f3n del mundo como un inmenso palacio lleno de luces destelleantes, m\u00e1quinas tragaperras, cartas, dados, ruletas, loter\u00edas y dem\u00e1s juegos de azar. Si el mundo globalizado es como un casino \u00bfc\u00f3mo ense\u00f1arlo a los j\u00f3venes de hoy?
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\nUnos dir\u00e1n: \u201ctiene que aprender a jugar -y si hacen trampas, mejor-, para que acumulen la mayor cantidad de ganancias\u201d; otros ver\u00e1n m\u00e1s realista ense\u00f1arles un oficio -camarera, croupier<\/em>, vigilante-, para que la direcci\u00f3n del cansino les pueda contratar; los \u201cpuros\u201d, prohibir\u00e1n que los j\u00f3venes entren y jueguen, o les mantendr\u00e1n en la ignorancia por lo que a la existencia del casino se refiere, u organizar\u00e1n su asalto o su destrucci\u00f3n -posiblemente, convenciendo a alg\u00fan muchacho para que se inmole en nombre de la fe-; finalmente, est\u00e1n -estamos- los que recorren con los j\u00f3venes el interior del casino, explicando c\u00f3mo funciona por dentro y qui\u00e9n se beneficia de su existencia, pero tambi\u00e9n lo que hay afuera: d\u00f3nde est\u00e1n los que el casino ha arruinado o qui\u00e9nes ni siquiera tienen la oportunidad de entrar para arriesgarlo todo a un n\u00famero o a una jugada. Despu\u00e9s los propios j\u00f3venes tendr\u00e1n que decidir: dedicarse al juego, atender a los que han perdido o buscar formas de vida que no se organicen sobre el azar especulativo. En esta decisi\u00f3n la educaci\u00f3n desempe\u00f1a un papel fundamental, en la medida en que se hace invisible, se ha integrado en la vida.
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\nCada una de estas posibilidades responde a diferentes modelos educativos, todos vigentes \u00bfCu\u00e1l est\u00e1 en condiciones de atender el proceso de globalizaci\u00f3n con m\u00e1s posibilidades de suscitar un verdadero cambio de mirada sobre el mundo? No existe ninguna f\u00f3rmula infalible para llevar a cabo estas \u201ceducaciones\u201d. Cada entorno, cada centro escolar, cada grupo de alumnos, cada \u201ctema\u201d que abordemos -la crisis ecol\u00f3gica, los derechos humanos, la feminizaci\u00f3n de la pobreza, las guerras olvidadas, los pueblos ind\u00edgenas, el comercio justo- presenta unos rasgos espec\u00edficos que obligan siempre a buscar respuestas nuevas. Educar desde y para un mundo globalizado es un proceso\/proyecto que siempre est\u00e1 por inventar. En todo caso, es m\u00e1s f\u00e1cil indicar los errores<\/em> o tentaciones que deber\u00edamos evitar a la hora de emprender el trabajo se\u00f1alado:
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\nAlgunos educadores confunden los recursos instrumentales con las finalidades educativas el medio con el mensaje -aunque en la opini\u00f3n de Marshall MacLuhan sean sin\u00f3nimos-. La obsesi\u00f3n por \u201cestar al d\u00eda\u201d desde el punto de vista inform\u00e1tico, por \u201cactualizarse\u201d con la mayor rapidez posible, o por utilizar los \u00faltimos avances de las \u201cnuevas tecnolog\u00edas\u201d, sin otro objetivo que el puramente formal o el estrat\u00e9gico -\u201cmientras est\u00e1n con el ordenador dan menos la lata\u201d \/ \u201ccu\u00e1ntos m\u00e1s ordenadores tengamos por alumnos, la calidad de nuestro centro ser\u00e1 mayor\u201d-.
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\nOtros profesores, reaccionan contra esa integraci\u00f3n tecnol\u00f3gica -y acr\u00edtica- en la globalizaci\u00f3n, a trav\u00e9s del rechazo apocal\u00edptico, y se afanan en la b\u00fasqueda del refugio antia\u00e9reo de la identidad tranquilizadora, en el zulo del nosotros (=no-a-los-otros), frente a las \u201camenazas\u201d del mundo exterior -\u201dla escuela est\u00e1 para ense\u00f1ar, no para tratar temas de actualidad\u201d \/ \u201cEs mejor no complicarse la existencia con cosas tan dif\u00edciles de entender para los alumnos\u201d-.
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\nAlgunos se conforman con describir el fen\u00f3meno de manera m\u00e1s o menos \u201cneutra\u201d, situ\u00e1ndose al margen del mismo, obviando las implicaciones personales. Tampoco nos parece \u00e9sta una actitud verdaderamente educadora en los tiempos que corren. Hay una escena en el documental Bowling for Columbine<\/em> (M. Moore, 2003) bastante significativa a este respecto: el director de la pel\u00edcula acompa\u00f1a a algunos adolescentes, v\u00edctimas de la masacre en el instituto de Columbine, al supermercado donde se compraron las armas de fuego que provocaron sus heridas, en busca de explicaciones por parte de los responsables. La presencia de Moore en la secuencia refuerza el apoyo y el est\u00edmulo a que los j\u00f3venes encaren la realidad con ojos cr\u00edticos.
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\nAnte la avalancha de posibilidades que ofrece el asunto de la globalizaci\u00f3n, ciertos docentes prefieren limitarse a realizar actividades aisladas, subordinadas al desarrollo del curso o a la necesidad de rellenar la programaci\u00f3n de actividades extraescolares -\u201dJornada del mundo global\u201d y sus infinitas variantes-, cuando ya sabemos que se trata de un proceso lento y complejo, concretado en pasos escalonados y progresivos, superpuestos unos a otros de modo continuo: dudamos de la \u201ceficacia\u201d a largo plazo de los fuegos artificiales -no de su capacidad para embellecer el instante-..
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\nTampoco se trata de un asunto competencia de las Ciencias Sociales o la \u00c9tica, porque , insistimos, no se trata solamente de un tema que explicar sino de un procedimiento de trabajo; ni una especie de caj\u00f3n de sastre donde se acumulan todas las cuestiones en forma de amasijo de informaciones . Es preferible buscar procesos circunscritos a la capacidad de los alumnos para relacionar lo local y lo global o viceversa, centrados en su proceso de aprendizaje, y no en la habilidad ense\u00f1ante del profesor.
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\nLa construcci\u00f3n de una educaci\u00f3n que responda al mundo globalizado del siglo XXI no es, por tanto, una cuesti\u00f3n de medios t\u00e9cnicos o de declaraciones anti- \/ pro-, sino m\u00e1s bien de procedimientos de sentido<\/em> entre los que, para concluir este art\u00edculo, se\u00f1alamos los siguientes:
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\nSignifica indagar acerca de lo que ocurre fuera del c\u00edrculo de inconsciencia en que vivimos. Si el \u201ccasino global\u201d es una ficci\u00f3n -la \u201cfundaci\u00f3n\u201d que imaginaba el preso de la obra hom\u00f3nima de Antonio Buero Vallejo para defenderse de su traici\u00f3n-, debemos plantearnos c\u00f3mo desvelar el enga\u00f1o. Asumir cuestiones como la pobreza, el dolor, la muerte -pero tambi\u00e9n la fiesta, la alegr\u00eda, la vida-, exige una educaci\u00f3n apasionada por el conocimiento, la libertad, la justicia, o la belleza, que cuestione el conformismo o la indiferencia.
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\nFrente a la simplicidad y el infantilismo que nos domina, se trata de observar el mundo en toda su profundidad, intentar ir m\u00e1s all\u00e1 de la superficie de las cosas. Lo complicado es necesario y exige esfuerzo, pero esa tensi\u00f3n resulta imprescindible para madurar en el pensamiento y en la acci\u00f3n. La clave reside en la capacidad para formular preguntas y plantear interrogantes abiertos, que convoquen a otros interrogantes, hasta el descubrimiento desenmascarador de la realidad y su posible alternativa.
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\nFrente al pensamiento \u00fanico y la cultura que despersonaliza y uniformiza, es urgente valorar la propia capacidad para concebir o imaginar la realidad de otra manera, al tiempo que aceptamos, reconocemos y defendemos la discrepancia. Ponerse en el lugar del otro es un ejercicio educativo fundamental en cualquier proceso de globalizaci\u00f3n, puesto que resulta muy dif\u00edcil educar para la solidaridad transnacional, si previamente no hemos educado desde y para la sensibilidad y la comprensi\u00f3n afectiva, la capacidad de escucha y di\u00e1logo.
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\nPara superar la sensaci\u00f3n narcotizante de \u201cmundo feliz\u201d, hay que hacer expl\u00edcitas sus contradicciones, al tiempo que tratamos de superar las valoraciones negativas o destructivas del conflicto: considerar el proceso noviolento de su tratamiento es un enfoque b\u00e1sico para configurar una cultura de paz. La perspectiva integradora de la globalizaci\u00f3n requiere conjugar sus diversas aportaciones -ecologismo, feminismo, interculturalismo, solidaridad Norte-Sur-, en torno a los conflictos interpersonales y mundiales.
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\nNo queremos decir \u201ceducar en una<\/em> utop\u00eda\u201d concreta, sin\u00f3nimo de adoctrinamiento manipulador -pervertidor del sentido de una educaci\u00f3n verdaderamente liberadora-, sino en el sentido de lo hist\u00f3rico, frente a la negaci\u00f3n del futuro y la instalaci\u00f3n en el \u201cpresentismo\u201d de lo inmediato y lo tangible, as\u00ed como en la capacidad para movilizarse en la b\u00fasqueda de otro mundo posible.
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\nPero la educaci\u00f3n global acerca del mundo reclama igualmente un educador global: para ense\u00f1ar a ver el mundo de otra manera hay que aprender a ver de otra manera y ser coherente con ese compromiso para la transformaci\u00f3n individual y colectiva, asumiendo los valores y modos de vida que conlleva. Como hemos podido comprobar, no es una tarea sencilla, pero es preciso afrontarla si queremos que la escuela recupere su sentido. Como se\u00f1ala Susan George, con cuyas esperanzadas palabras concluimos, \u201cotro mundo est\u00e1 a nuestro alcance si los educadores educan\u201d.
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\nLECTURAS<\/strong>
\nLas reflexiones contenidas en este ensayo son fruto, ante todo, de nuestras pr\u00e1cticas docentes, pero tambi\u00e9n de numerosas consultas bibliogr\u00e1ficas. Para evitar sobrecargar los argumentos contenidos en los sucesivos ep\u00edgrafes del texto, hemos prescindido del aparato cr\u00edtico. Compensamos esta ausencia de notas a pie de p\u00e1gina con una antolog\u00eda de obras que permitan a los lectores interesados en el tema ampliar sus conocimientos y enriquecer su trabajo educativo cotidiano. En los libros citados se podr\u00e1n encontrar, corregidas en lo que tienen de imperfectas, ampliadas en lo que tienen de incompletas, todas las razones expuestas en las p\u00e1ginas precedentes:
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\nPara entender la globalizaci\u00f3n:<\/strong>
\nMatthew J. Gibney (ed.), La globalizaci\u00f3n de los derechos humanos<\/em>, Barcelona, Cr\u00edtica, 2004; Francisco Fern\u00e1ndez Buey, Gu\u00eda para una globalizaci\u00f3n alternativa. Otro mundo es posible<\/em>, Barcelona, Ediciones B, 2004; Susan George, Otro mundo es posible si…<\/em>, Barcelona, Icaria \/ Interm\u00f3n-Oxfam, 2004; Klaus Werner, Hans Weiss, El libro negro de las marcas. El lado oscuro de las empresas globales<\/em>, Barcelona, Debate, 2004; Luis de Sebasti\u00e1n, Razones para la esperanza en un futuro imperfecto<\/em>, Barcelona, Icaria \/ Interm\u00f3n-Oxfam, 2003; Wayne Ellwood, Casino mundial. Claves de la globalizaci\u00f3n econ\u00f3mica<\/em>, Barcelona, Interm\u00f3n-Oxfam, 2003; Vicente Verd\u00fa, El estilo del mundo. La vida en el capitalismo de ficci\u00f3n<\/em>, Barcelona, Anagrama, 2003; Centro Nuovo Modello di Sviluppo, Geograf\u00eda del supermercado mundial. Trabajo, comercio y consumo en le mundo de las multinacionales<\/em>, Vitoria-Gasteiz, SETEM, 1998; Adela Cortina, Ciudadanos del mundo. Hacia una teor\u00eda de la ciudadan\u00eda<\/em>, Madrid, Alianza, 1997; George Ritzer, La McDonalizaci\u00f3n de la sociedad. Un an\u00e1lisis de la racionalizaci\u00f3n en la vida cotidiana<\/em>, Barcelona, Ariel, 1996.
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\nPara educar en un mundo global<\/strong>
\nJos\u00e9 M. Esteve, La tercera revoluci\u00f3n educativa. La educaci\u00f3n en la sociedad del conocimiento<\/em>, Barcelona, Paid\u00f3s, 2003; Francesc Torralba, \u00bfEs posible otro mundo? Educar despu\u00e9s del once de septiembre<\/em>, Madrid, PPC, 2003; Pedro S\u00e1ez Ortega, Guerra y paz en el comienzo del siglo XXI. Una gu\u00eda de emergencia para comprender los conflictos del presente<\/em>, Madrid, Centro de Investigaci\u00f3n para la Paz \/ Centro de Innovaci\u00f3n Educativa (Fundaci\u00f3n Hogar del Empleado), 2002; Jos\u00e9 Gimeno Sacrist\u00e1n, Educar y convivir en la cultura global. Las exigencias de la ciudadan\u00eda<\/em>, Madrid, Morata, 2002; Pedro Ortega Ruiz, Miguel M\u00ednguez Vallejo, La educaci\u00f3n moral del ciudadano de hoy<\/em>, Barcelona \/ Buenos Aires, Paid\u00f3s, 2001; Jurjo Torres Santom\u00e9, Educaci\u00f3n en tiempos de neoliberalismo<\/em>, Madrid, Morata, 2001; Manuel Fern\u00e1ndez Enguita, Educar en tiempos inciertos<\/em>, Madrid, Morata, 2001; Neil Postman, El fin de la educaci\u00f3n. Una nueva definici\u00f3n del valor de la escuela<\/em>, Barcelona, EUMO \/ Octaedro, 1999; \u00c1ngel I. P\u00e9rez G\u00f3mez, La cultura escolar en la sociedad neoliberal<\/em>, Madrid, Morata, 1998; Jos\u00e9 M\u00aa Mardones, Desaf\u00edos para recrear la escuela<\/em>, Madrid, PPC, 1997.<\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":"