{"id":9150,"date":"2004-04-01T00:00:10","date_gmt":"2004-03-31T22:00:10","guid":{"rendered":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/?p=9150"},"modified":"2004-04-01T00:00:10","modified_gmt":"2004-03-31T22:00:10","slug":"maria-peregrina-de-la-fe","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/maria-peregrina-de-la-fe\/","title":{"rendered":"Mar\u00eda, peregrina de la fe"},"content":{"rendered":"
Al\u00e9grate, llena de gracia, el Se\u00f1or es contigo<\/em><\/p>\n (Lc 1, 28)<\/p>\n Eugenio Alburquerque<\/p>\n
\nNada verdadero y aut\u00e9ntico podemos decir los cristianos acerca de Dios, sin reconocerlo como el Dios con nosotros, el Dios de nuestra carne, el Dios nacido de Mar\u00eda virgen. Este es nuestro Dios verdadero. Es decir, en el centro de nuestra fe en Dios est\u00e1 el rostro de un hombre: el Dios de la salvaci\u00f3n es el Dios encarnado. Por eso, precisamente, cuando celebramos al Dios de la gracia y del amor, tenemos que proclamar tambi\u00e9n la gloria de Mar\u00eda, la madre; y cuando anunciamos el mensaje de la buena noticia<\/em> del Reino de Dios e intentamos conducir y acompa\u00f1ar a los j\u00f3venes al encuentro con Cristo, no podemos olvidar a quien est\u00e1 en las ra\u00edces de la gracia y de la salvaci\u00f3n: Mar\u00eda, virgen y madre.
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\nMar\u00eda, mujer de fe
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\nMar\u00eda es la creyente evangelizada, antes de que naciera el evangelio de Dios (Juan Jos\u00e9 Bartolom\u00e9<\/strong>). Por su fe, se hace posible el alumbramiento de su Hijo. Mar\u00eda no es una criatura que sabe; es una mujer que escucha y cree. Se anticipa a todos aquellos que han de escuchar, aceptar y creer en la palabra. Sierva de Yahv\u00e9h, es llamada para dar al mundo al Salvador, pero es tambi\u00e9n la primera en esperar y en creer en \u00c9l. Con Ella comienza la fe en la tierra. Es la \u201cmadre de la fe\u201d; y, por serlo, llega a ser madre del Mes\u00edas. Si Abraham, por su fe, pudo vivir el milagro de la maternidad de una mujer anciana y est\u00e9ril, Mar\u00eda, en la fe, acepta y contempla su maternidad siendo virgen. Si Abraham condensa la fe de Israel y con su fe inaugura la antigua alianza, Mar\u00eda concentra en su fe al nuevo Israel que nace de la encarnaci\u00f3n y expresa el primer acto de fe de la nueva alianza. Si Abraham es el padre de los creyentes de la antigua alianza, Mar\u00eda es la madre de todos los creyentes de la nueva. Mientras Jes\u00fas germina en su cuerpo, todo su ser acoge al Mes\u00edas en la fe. Por ser la fe la respuesta de su vida, Dios se le entrega y la hace bienaventuranza.
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\nMar\u00eda, madre de Jes\u00fas<\/strong>
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\nEn el centro del misterio de Mar\u00eda est\u00e1 su maternidad divina: en su cuerpo, Dios se hace hombre. La maravilla y prodigio de este acontecimiento la inunda de gracia, llena su vida, la vincula totalmente al hijo de sus entra\u00f1as. Por el s\u00ed de su fe, Mar\u00eda se convierte en madre. Por un acto libre y personal, por un acto de fe, lleno de gracia, comienza el proceso maravilloso de convertirse en la madre de Dios. Si la palabra se ha hecho carne es simplemente porque una virgen de nuestra estirpe humana, en la libertad de su coraz\u00f3n y en al abandono total a su Se\u00f1or, ha dicho \u201ch\u00e1gase en m\u00ed seg\u00fan tu palabra\u201d. Por eso Mar\u00eda es la puerta de la gracia y de la misericordia. La concepci\u00f3n de Jes\u00fas es la mayor prueba del amor de Dios por la humanidad. Por ella, el Hijo queda \u201cencadenado\u201d al ser de su madre; y Mar\u00eda, vinculada para siempre al Hijo (Mar\u00eda Dolores L. Guzm\u00e1n<\/strong>).
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\nDimensi\u00f3n mariana de la pastoral con j\u00f3venes
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\nSi la comunidad cristiana quiere llegar a los yacimientos m\u00e1s hondos de su fe, si quiere ser comunidad de fe, evangelizada y evangelizadora, necesariamente tendr\u00e1 que mirar a mar\u00eda, madre de los creyentes y madre de la comunidad de los que siguen a Jes\u00fas. Es necesario, pues, preguntarse por el lugar que, en nuestros proyectos y propuestas pastorales, ocupa Mar\u00eda y, quiz\u00e1s, de manera m\u00e1s profunda, revisar la dimensi\u00f3n mariana de nuestra vida cristiana y de nuestro anuncio de fe. Es necesario preocuparnos tambi\u00e9n por la presencia de Mar\u00eda en la acci\u00f3n pastoral con j\u00f3venes (Antonio Escudero<\/strong>). Ella puede orientar, realmente, el camino de los j\u00f3venes hacia el encuentro con Cristo. Porque en Ella est\u00e1n \u00edntimamente unidos la naturaleza y la gracia, la libertad y la fe, el valor de lo humano y la apertura a Dios. Mar\u00eda sigue se\u00f1alando a la comunidad cristiana los caminos del peregrinar de la fe; y puede mostrar tambi\u00e9n hoy a los j\u00f3venes los senderos de la disponibilidad y del abandono incondicional del \u201ch\u00e1gase\u201d.
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