{"id":918,"date":"1997-05-01T20:20:18","date_gmt":"1997-05-01T20:20:18","guid":{"rendered":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/index2.php\/?p=918"},"modified":"1997-05-01T20:20:18","modified_gmt":"1997-05-01T20:20:18","slug":"nuestra-imagen-de-maria-de-nazaret","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/nuestra-imagen-de-maria-de-nazaret\/","title":{"rendered":"Nuestra \u00abimagen\u00bb de Mar\u00eda de Nazaret"},"content":{"rendered":"

Natalia de la Parte<\/h2>\n

\u201cNACIDO DE MUJER…\u201d<\/strong><\/p>\n

\u201cAl llegar la plenitud de los tiempos…\u201d Mar\u00eda, por amorosa y libre decisi\u00f3n de Dios, ocupa un lugar especial en este paisaje de la plenitud del tiempo. No pocas veces, sin embargo, desenfocamos o miramos aspectos del mismo sin tener en cuenta su conjunto. Estos materiales presentan tres propuestas concretas para reconocer mejor a Mar\u00eda de Nazaret: un conjunto de mariolog\u00edas para situar nuestra imagen de la Virgen, una s\u00edntesis de los textos del Nuevo Textamento que hablan de ella y , por \u00faltimo, algunas pautas de trabajo, oraci\u00f3n y celebraci\u00f3n.1<\/a><\/p>\n

    \n
  1. VER, ENTENDER Y HABLAR DE MAR\u00cdA<\/strong><\/li>\n<\/ol>\n

    Son siglos hablando de Mar\u00eda. Pero aho\u00adra no son pocos los cristianos que no saben c\u00f3mo hablar de ella. Para ver, aclararmos y po\u00adder hablar con conocimiento de causa, propo\u00adnemos a continuaci\u00f3n diversas mariolog\u00edas o modos de explicar el significado y papel de Mar\u00eda en la historia y vida de los cristianos.<\/p>\n

    – Mariolog\u00eda de la pureza<\/strong><\/p>\n

    Mar\u00eda aqu\u00ed es \u00abla siempre virgen\u00bb. Se trata de una mariolog\u00eda tan arraigada en el lenguaje popular que ha logrado monopolizar el nombre; a Mar\u00eda ya no se le llama Mar\u00eda sino \u00abla Virgen\u00bb: y esta apropiaci\u00f3n es tan significativa que todos los dem\u00e1s aspectos de Mar\u00eda han quedado o eclipsados o subordinados a su virginidad. Esto tiene repercusiones tan patentes como las ora\u00adciones, las advocaciones, la imitaci\u00f3n de Mar\u00eda en su pureza o la predilecci\u00f3n de Dios motivada casi exclusivamente por su pureza.<\/p>\n

    Mariolog\u00eda de la exaltaci\u00f3n<\/strong><\/p>\n

    Se conoce a Mar\u00eda predominantemente como \u00abla reina\u00bb, o sus equivalentes. Su presu\u00adpuesto b\u00e1sico es \u00e9ste: todo lo que se puede decir en exaltaci\u00f3n de Mar\u00eda, con tal de que no sea llamarla Dios, vale y es objetivo. Conforme a esta mariolog\u00eda, tambi\u00e9n aparecen otra vez los t\u00edtulos, las oraciones y letan\u00edas l\u00edricas, las representaciones…, todo lo que significa en\u00adcumbrarla atribuy\u00e9ndole todas las excelencias humanas (cristianas o no cristianas). Con aque\u00adlla manera tan pintoresca de argumentar -pre\u00adsentada como el modelo de la l\u00f3gica m\u00e1s irre\u00adbatible-: \u00abpudo, quiso, luego lo hizo\u00bb. En esa especie de pretendida metaf\u00edsica subyacente se suplantaba la m\u00e1s elemental comprobaci\u00f3n hist\u00f3rica de cada una de las premisas por una proposici\u00f3n b\u00e1sica de este tipo: un amor ilimi\u00adtado justifica suficientemente todo lo que el mismo amor, quiere atribuir a esa persona tan querida y tan admirada.<\/p>\n

    Mariolog\u00eda de la mediaci\u00f3n<\/strong><\/p>\n

    Mar\u00eda es presentada como intermediaria entre los hombres y Jes\u00fas, es decir, como \u00abla mediadora\u00bb. En esta clase de mariolog\u00eda, exist\u00eda una f\u00f3rmula que se hizo consigna en numerosas asociaciones o congregaciones marianas: \u00abA Jes\u00fas por Mar\u00eda\u00bb. A esta presentaci\u00f3n se le han buscado innumerables apoyos teol\u00f3gicos, que no terminan por resolver no pocas dificultades desde la misma teolog\u00eda. Lo que no quiere decir que no exista una mediaci\u00f3n de Mar\u00eda.<\/p>\n

    – Mariolog\u00eda de la maternidad divina<\/strong><\/p>\n

    Se reconoce a Mar\u00eda -y se define dog\u00adm\u00e1ticamente- como \u00abla Madre de Dios\u00bb, con todo un historial teol\u00f3gico, apolog\u00e9tico y espi\u00adritualizador. Como un refrendo y considera\u00adci\u00f3n \u00abpor la otra cara complementaria\u00bb del misterio de la Encamaci\u00f3n de Dios: no para la cara de la divinidad, sino por la cara de la hu\u00admanidad. La referencia esencial se fija en ese momento y lugar \u00fanico en la historia del en\u00adcuentro de Dios con el hombre en el seno de Mar\u00eda. Cuanto ocurri\u00f3 con Mar\u00eda prefigura el encuentro definitivo del hombre con Dios.<\/p>\n

    – Mariolog\u00eda de la cultura hist\u00f3rica<\/strong><\/p>\n

    Es Mar\u00eda, \u00abla modelo\u00bb de tantos artistas: pin\u00adtores, escultores, m\u00fasicos, poetas, etc. Es ca\u00adsi como un pretexto inevitable, que permite ir realizando una peregrinaci\u00f3n a lo largo de veinte siglos, descubriendo c\u00f3mo la vieron, la idealizaron, la so\u00f1aron o la necesitaron las dis\u00adtintas generaciones de la historia.<\/p>\n

    – Mariolog\u00eda del folklore<\/h3>\n

    Mar\u00eda aparece en ella reiter\u00e1ndose como \u00abla milagrosa aparecida\u00bb: teniendo como pre\u00adtexto las apariciones, los milagros especial mente realizados en algunos santuarios, las romer\u00edas, las ermitas, casi todo el calendario festivo de algunos pueblos o regiones, los pa\u00adtronazgos, etc. De ah\u00ed esa profusi\u00f3n de V\u00edrge\u00adnes populares (la \u201cVirgen de…\u201d). Resulta dif\u00edcil interpretar esta realidad tan presente en el pueblo, tan interrogante <\/em>en sus motivaciones, tan multiplicada en sus advocaciones, tan re\u00adpetida en las leyendas de referencia, tan equ\u00ed\u00advoca en su cotejo con el talante de Mar\u00eda -examinando los poquitos datos que tenemos de su vida real-.<\/p>\n

    – Mariolog\u00eda de los te\u00f3logos<\/strong><\/p>\n

    Mar\u00eda seg\u00fan las estructuras que las dis\u00adtintas teolog\u00edas han ido montando <\/em>para la ex\u00adplicaci\u00f3n del personaje impar dentro del lla\u00admado contenido de la Revelaci\u00f3n. Coherentes con la singularidad del personaje, presentan a Mar\u00eda como modelo de fe: Mar\u00eda es \u00abla que crey\u00f3\u00bb. Simult\u00e1neamente, es la excelente en todas las virtudes, la privilegiada. La teolog\u00eda se preocup\u00f3, sobre todo, de explicar, desen\u00adtra\u00f1ar, y fundamentar (b\u00edblica, patr\u00edstica y ma\u00adgisterialmente) los dogmas marianos seg\u00fan se fueron definiendo a lo largo de la historia.<\/p>\n

    – Mariolog\u00eda del Reino de Dios<\/strong><\/p>\n

    Mar\u00eda se nos presenta como \u00abla pobre de Yahv\u00e9\u00bb: la realizadora de las bienaventuranzas, es decir, la exponente m\u00e1s real -y sin m\u00e1s pretensiones- de la realizaci\u00f3n de los valores del Reino. De este modo, influye positivamen\u00adte en posibilitar el anuncio del Reino, pero sin reclamar el protagonismo.<\/p>\n

    Mariolog\u00eda de los soci\u00f3logos<\/strong><\/p>\n

    En ella, Mar\u00eda se presenta como \u00abla mu\u00adjer\u00bb: unas veces intemporal, otras veces la mu\u00adjer nueva o la mujer que deber\u00eda ser, aunque sea realmente incompatible con lo que la mujer puede llegar a ser, tanto dentro como fuera de la Iglesia Tambi\u00e9n aqu\u00ed la presentaci\u00f3n se reparte en dos corrientes divergentes: por un lado, la mujer distinta, ideal de referencias; por otro, la mujer normal, la de la vida, la que nos podemos encontrar como vecina de cualquier barrio o co\u00admo paseante de cualquier rosaleda o como es\u00adposa de cualquier enlace sindical, o como en\u00adfermera de cualquier centro de acogida de la Madre Teresa, o como cualquier catequista de comunidades de base en las monta\u00f1as de Pe\u00adr\u00fa, o como muchacha de servicio de la \u00abse\u00f1ora del segundo\u00bb, o como encargada de quitar los abrigos a unos ni\u00f1os de un jard\u00edn de infan\u00adcia en cualquier lugar del mundo. En realidad no es tanto la Mariolog\u00eda de los soci\u00f3logos co\u00admo la utilizaci\u00f3n de los contextos sociol\u00f3gicos, lo que nos sirve para resituar a una persona suficientemente parecida a Mar\u00eda de Nazaret.<\/p>\n

    Mariolog\u00eda de la Liberaci\u00f3n<\/strong><\/p>\n

    Mar\u00eda se nos presenta como la \u00absolidaria con su pueblo\u00bb: oprimida con los oprimidos, marginada con los marginados y portavoz cua\u00adlificada del Magn\u00edficat, como canto de espe\u00adranza de liberaci\u00f3n. Una Mar\u00eda tan encarnada en un pueblo sometido que es capaz de com\u00adprender los sentimientos y las voces de ese pueblo y que, gracias a su fe, es capaz de in\u00adfundirles la esperanza de una real liberaci\u00f3n, realizable en este mundo si queremos seguir las pretensiones de Dios en su manera de sal\u00advar a los hombres.<\/p>\n

    Mariolog\u00eda del Nuevo Testamento<\/strong><\/p>\n

    El t\u00edtulo m\u00e1s aproximado ser\u00eda algo as\u00ed: \u00abde Mar\u00eda de Nazaret a Mar\u00eda la Madre del Se\u00f1or, pa\u00adsando por Mar\u00eda la madre de Jes\u00fas\u00bb. Una Mario\u00adlog\u00eda real:<\/em> la pretendida por Lucas y algo m\u00e1s que insinuada en el evangelio de Juan, e impl\u00edcita en los otros dos evangelistas: Una mariolog\u00eda que trata de ofrecemos el itinerario desde sus or\u00edge\u00adnes, pasando por su puesto en la vida de Jes\u00fas, hasta ofrecemos una visi\u00f3n de su puesto en la comunidad que sigui\u00f3 a la Resurrecci\u00f3n.<\/p>\n

    Mariolog\u00eda del Magisterio postconciliar<\/strong><\/p>\n

    Para esta mariolog\u00eda, Mar\u00eda es \u00abla Madre de la Iglesia\u00bb; no para fugarse de la disputa un tanto ingenuamente llamada la cuesti\u00f3n mariol\u00f3gica, sino como una manera renovada de contemplar a Mar\u00eda como trasunto de la misi\u00f3n de la Iglesia, su alentadora que garantiza, con su presencia, el recuerdo de Jes\u00fas y el sentido de su misi\u00f3n.<\/p>\n

    – Mariolog\u00eda de los s\u00edmbolos b\u00edblicos<\/strong><\/p>\n

    Podr\u00edamos entender en ella a Mar\u00eda como \u00abla caronada de estrellas\u00bb. Es una mariolog\u00eda montada toda ella sobre la utilizaci\u00f3n y explica\u00adci\u00f3n de un mont\u00f3n de s\u00edmbolos que aparecen en la Biblia, que la misma Biblia nunca aplic\u00f3 a Ma\u00adr\u00eda, pero s\u00ed lo hacen los creyentes y no pocos lec\u00adtores de la misma Biblia. Surgiendo as\u00ed una nue\u00adva simbolog\u00eda presuntamente mariana, aunque -\u00a1eso s\u00ed!- de gran eficacia representativa.<\/p>\n

    – Mariolog\u00eda de la afectividad y sentimiento<\/strong><\/p>\n

    Seg\u00fan ella, Mar\u00eda es \u00abmi Madre o Nuestra Madre\u00bb y en ella queda encuadrada toda esa historia personal de la presencia de Mar\u00eda en nuestras expresiones de ni\u00f1o o ni\u00f1a, nuestros recuerdos de adolescencia, nuestras idealiza\u00adciones juveniles, etc. Todo lo que, para cada uno, significa el itinerario espiritual en relaci\u00f3n constante y afectiva con Mar\u00eda, y su justifica\u00adci\u00f3n m\u00e1s o menos teol\u00f3gica.<\/p>\n

      \n
    1. ORAR COMO MAR\u00cdA Y CON MAR\u00cdA<\/strong><\/li>\n<\/ol>\n

      Los evangelios nos presentan a Mar\u00eda orando. Podemos hablar de oraci\u00f3n de Mar\u00eda y, sobre todo, podemos orar \u00abcomo y con\u00bb ella, m\u00e1s que \u00aborar a\u00bb Mar\u00eda. La oraci\u00f3n en sentido estricto, co\u00admo la fe de la que es expresi\u00f3n, como la devoci\u00f3n de la que es una forma, como el culto, s\u00f3lo puede ser dirigida a Dios. Por otro lado, es Jesucristo el \u00ablugar\u00bb de nuestro encuentro con el Padre: con y por \u00c9l oramos confiadamente a Dios Padre.<\/p>\n

      Vamos, pues, a hacer un recorrido por los evangelios para recoger cuanto se dice sobre Mar\u00eda de Nazaret para orar como y con ella. Antes de nada, la primera alusi\u00f3n a Mar\u00eda que encontramos en el Nuevo Testamento no puede ser m\u00e1s sobria; ni siquiera la nombra. Mar\u00eda aparece incidentalmente en la carta a los G\u00e1latas cuando, para subrayar la humanidad del Se\u00f1or, Pago dice de \u00e9l: \u00abNacido de mujer\u00bb. De esa alusi\u00f3n, a las expresiones del culto mariano de la Iglesia y a las expresiones de la de\u00advoci\u00f3n popular \u00a1cu\u00e1nta distancia! Una distancia recorrida en alas del entusiasmo, ciertamente, pero por caminos abiertos por la meditaci\u00f3n cristiana desde las mismas p\u00e1ginas del Nuevo Testamento.<\/p>\n

      – \u00abHe aqu\u00ed la esclava del Se\u00f1or,<\/em><\/p>\n

      h\u00e1gase en m\u00ed seg\u00fan tu palabra\u00bb (Lc 1,39)<\/em><\/p>\n

      Podemos considerar estas palabras como la primera oraci\u00f3n de Mar\u00eda. Y est\u00e1 calcada de la que otro escritor del Nuevo Testamento pone en boca de Jes\u00fas: \u00abAqu\u00ed estoy, Se\u00ad\u00f1or, para hacer tu voluntad\u00bb (Heb 10, 7) y es un eco de la ora\u00adci\u00f3n de Jes\u00fas en el momento de la prueba: \u00abNo se haga mi voluntad sino la tuya\u00bb. Es, adem\u00e1s, una ilustraci\u00f3n de la ora\u00adci\u00f3n que nos dej\u00f3 el Se\u00f1or. \u00abH\u00e1gase tu voluntad en la tierra como en el cielo\u00bb. El relato de la Anunciaci\u00f3n est\u00e1 todo en\u00advuelto en el clima y la atm\u00f3sfera de la gracia y el favor de Dios.<\/p>\n

      \u00abAqu\u00ed estoy\u00bb, \u00abHeme aqu\u00ed\u00bb, es el primer paso de quien, an\u00adtes de responder, se ve ya a la luz de Dios y da as\u00ed se\u00f1al de haberse sentido llamado. Adem\u00e1s, el optativo del \u00abh\u00e1gase en m\u00ed\u00bb es la expresi\u00f3n condensada del reconocimiento de Dios y de su iniciativa y de la completa conformidad. As\u00ed, la prime\u00adra palabra que el evangelio de Lucas peone en boca de Mar\u00eda es la mejor expresi\u00f3n de una actitud orante.<\/p>\n

      \u00abProclama mi alma la\u00a0<\/em>grandeza del Se\u00f1or…\u00bb (Lc 1,46-55)<\/em><\/p>\n

      Es la m\u00e1s larga y expresa oraci\u00f3n de Mar\u00eda. Tiene la forma de canto y es una preciosa oraci\u00f3n de alabanza. En ella Mar\u00eda deja hablar a su fe. Presta su voz y sus sentimientos a la presencia de Dios y se hace humilde eco de su bondad, su poder y su santidad que han hecho maravillas en su vida. En este canto de Mar\u00eda resuena todo el gozo de quien por la fe se ha visto introducida en el Reino. Aquel mismo gozo del esp\u00edritu dei que se sinti\u00f3 lleno Jes\u00fas cuando bendijo y alab\u00f3 al Padre porque hab\u00eda revelado a los sencillas los misterios del Reino.<\/p>\n

      Mar\u00eda descubre en la historia aparentemente insignificante de una humilde nazarena las maravi\u00adllas y los portentos de Dios y asiste con gozo a la inversi\u00f3n de valores que comporta la presencia del Reino de Dios. Por eso su c\u00e1ntico es el c\u00e1ntico evang\u00e9lico por excelencia. En \u00e9l se perciben los ecos del anuncio del evangelio por Jes\u00fas cuando atestigua que \u00c9l es el que esperamos porque \u00ab…los pobres son evangelizados\u00bb. Y por eso el evangelista Lucas al poner esta oraci\u00f3n en labios de Mar\u00eda nos est\u00e1 proponiendo a Mar\u00eda como el modelo de creyente, como testigo de la venida del Reino y como perfecta disc\u00edpula de Jes\u00fas.<\/p>\n

      – \u00abHijo, \u00bfpor qu\u00e9 hiciste esto\u00a0<\/em>con nosotros?\u00bb (Lc 2,48-50)<\/em><\/p>\n

      Verdaderamente nuestro Dios es un Dios escondido. Ni siquiera en su revelaci\u00f3n definitiva en Je\u00adsucristo ha podido revelarse de otra manera que como el Misterio que desconcierta, desinstala, pone en movimiento y hace iniciar caminos de \u00e9xodo. Por eso la fe no siempre es experiencia gozosa de presencia. A veces no puede ser vivida m\u00e1s que como nostalgia y como pregunta por una presencia que se ha oscurecido o se ha ocultado de la vida del creyente. Y as\u00ed como hay la oraci\u00f3n de la acep\u00adtaci\u00f3n de la presencia, hay la oraci\u00f3n para los momentos de ausencia. Preparada por la profec\u00eda de Sime\u00f3n, Mar\u00eda ora aqu\u00ed al Dios manifestado y oscurecido en el Hijo que la sorprende y la desconcier\u00adta, con la oraci\u00f3n de la b\u00fasqueda, de la angustia por la posible p\u00e9rdida, la pregunta y la queja.<\/p>\n

      \u00abMar\u00eda conservaba todas estas cosas\u00a0<\/em>medit\u00e1ndolas en su coraz\u00f3n<\/em>\u00bb<\/em> (Lc 2,19; 2, 51)<\/em><\/p>\n

      Por dos veces hace Lucas en el mismo cap\u00edtulo esta observaci\u00f3n a prop\u00f3sito de Mar\u00eda, la ma\u00addre de Jes\u00fas. Es probable que con ella quiera expresarse una vez m\u00e1s que Mana no acababa de comprender lo sucedido. Pero con ella se expresa tambi\u00e9n, sin duda, la actitud muy propia del creyente que escucha, acoge la palabra, la medita y la va \u00abrumiando en su interior hasta asimilarla perfectamente en su vida. Y no cabe duda de que \u00e9sta es, en la vida del creyente, una de las tare\u00adas propias de la oraci\u00f3n. La palabra de Dios necesita resonar en el interior de la persona; necesita someterse a ese lento proceso de simbiosis con la persona a la que es dirigida que le permita ca\u00adlar todas sus capas hasta la m\u00e1s profunda<\/p>\n

      – \u00abDijo a Jes\u00fas su madre. No tienen vino…\u00a0<\/em>Haced lo que \u00e9l os diga (Jn 2,3-5)<\/em><\/p>\n

      La piadosa nazarena que es Mar\u00eda parece haber conocido la sentencia de algunos piadosos ma\u00adestros del juda\u00edsmo: \u00abLa oraci\u00f3n que Dios antes escucha es la que le dirigimos por los dem\u00e1s\u00bb. Y en este relato lleno de valor simb\u00f3lico aparece haciendo presente ante su hijo la situaci\u00f3n de unos po\u00adbres novios en apuros. Tan discreta es su intervenci\u00f3n que por el texto s\u00f3lo no podemos saber qu\u00e9 es lo que le pide. Parece como si por instinto Mar\u00eda hubiese adivinado la ense\u00f1anza de Jes\u00fas: \u00abCuan\u00addo orces no habl\u00e9is mucho como los gentiles, que se imaginan que por su mucha palabrer\u00eda ser\u00e1n es\u00adcuchados… bien sabe vuestro Padre de qu\u00e9 ten\u00e9is necesidad\u00bb. A Mar\u00eda le basta con llamar la aten\u00adci\u00f3n del Hijo sobre aquella situaci\u00f3n de necesidad.<\/p>\n

      \u00abEstaban junto a la cruz de Jes\u00fas\u00a0<\/em>su madre…\u00bb (Jn 19,25-2)<\/em><\/p>\n

      Aqu\u00ed la oraci\u00f3n de Mar\u00eda, tan sobria siempre en palabras, ha renunciado a toda palabra. Su oraci\u00f3n consiste en estar junto a la cruz de su hijo y acompa\u00f1ar a aqu\u00e9l a quien casi todos hab\u00edan abandonado. Hay que haber estado radicalmente solo para comprender lo que significa en esos momentos la compa\u00f1\u00eda. Y Jes\u00fas, que en Getseman\u00ed hab\u00eda buscado en vano la compa\u00f1\u00eda de los disc\u00edpulos, ahora, cuando su soledad se ha hecho m\u00e1s oscura y m\u00e1s intensa, tiene la compa\u00f1\u00eda de su madre. No hay que hacer ning\u00fan esfuerzo de imaginaci\u00f3n para saber que Mar\u00eda comparte el do\u00adlor de su hijo. Pero, adem\u00e1s, sabiendo que es \u00abla que ha cre\u00eddo\u00bb s\u00f3lo podernos imaginaria com\u00adpartiendo tambi\u00e9n la confianza absoluta del Hijo, desde el abismo de su abandono. Por eso en el mismo momento en que \u00abtodo se ha consumado\u00bb, cuando en la entrega del Hijo se ha revelado el amor infinito del Padre, se revela tambi\u00e9n la \u00faltima dimensi\u00f3n de la maternidad de Mar\u00eda.<\/p>\n

      Aqu\u00ed, en la solidaridad m\u00e1s estrecha con la entrega de s\u00ed que vive el Hijo, culmina aquel itinerario de aceptaci\u00f3n de la propia vocaci\u00f3n, de escucha agente, de conformidad con la voluntad de Dios y de puesta en pr\u00e1ctica de la Palabra que ha constituido la vida de Mar\u00eda Y en esta culminaci\u00f3n se mani\u00adfiesta la transformaci\u00f3n de la persona que ha operado la actitud creyente ejercitara d\u00eda a d\u00eda en una actitud orante. AI recibir del Hijo la encomienda de sus hermanos, Mar\u00eda realiza la \u00faltima dimensi\u00f3n de su matemida9; y la que ha vivido como esclava del Se\u00f1or, ha sido conducida por su fe a ser la madre de aquellos a los que el Resucitad ha querido incorporar a su propia vida por el env\u00edo del Esp\u00edritu.<\/p>\n

        \n
      1. PAUTAS PARA EL AN\u00c1LISIS, LA ORACI\u00d3N Y LA CELEBRACI\u00d3N<\/strong><\/li>\n<\/ol>\n

        Nos referimos, en primer lugar, a las distintas \u00abformas de mariolog\u00eda\u00bb citadas en el ep\u00edgrafe 1. Han de servimos, antes de nada, para reconocer cu\u00e1l es \u00abnuestra imagen\u00bb<\/em> de Mar\u00eda de Nazaret.<\/em> He aqu\u00ed algunas cuestiones para trabajar en este sentido:<\/p>\n