{"id":9186,"date":"2004-01-01T00:00:05","date_gmt":"2003-12-31T22:00:05","guid":{"rendered":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/?p=9186"},"modified":"2004-01-01T00:00:05","modified_gmt":"2003-12-31T22:00:05","slug":"la-pregunta-por-el-sentido-como-apertura-a-la-trascendencia","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/la-pregunta-por-el-sentido-como-apertura-a-la-trascendencia\/","title":{"rendered":"La pregunta por el sentido como apertura a la Trascendencia"},"content":{"rendered":"
Miguel Angel Calavia<\/strong> Vivir significa buscar. Todo en la vida humana est\u00e1 en funci\u00f3n del proceso establecido entre necesidad-tener, buscar-encontrar, conocido-por conocer, desear-satisfacer… Est\u00e1 b\u00fasqueda nos ayuda tambi\u00e9n a comprender lo que es relativo o absoluto<\/em>. En efecto, el hacernos preguntas evidencia que no podemos pretender la posesi\u00f3n de la verdad definitiva, y en ese sentido hemos de aceptar nuestra indigencia y provisionali\u00addad. Y el obtener respuestas nos sit\u00faa en un horizonte de \u00ababsoluto\u00bb, que nos lanza a buscar m\u00e1s all\u00e1; lo cual \u00abrelativiza\u00bb los peque\u00f1os hallazgos de cada d\u00eda, y nos abre el camino a una respuesta m\u00e1s satisfactoria. Expresi\u00f3n de la vida como b\u00fasqueda es el proceso de preguntas y respuestas<\/em>, presente tanto la propia biograf\u00eda como en la historia. En toda pregunta<\/em> expresamos la necesidad radical que hay en nosotros. Y recibimos una respuesta <\/em>cuando personalizamos las necesidades y deseos ya satisfechos. <\/p>\n <\/p>\n La cultura actual asiste a una transformaci\u00f3n del \u00e1mbito y manifestaci\u00f3n de lo sagrado, y en consecuencia de Misterio como realidad que lo hace posible. El car\u00e1cter trascendente y personal del Misterio de Dios, vivido tradicionalmente por el creyente como dimensi\u00f3n esencial de su experiencia religiosa, aparece hoy mezclado con formas inmanentes o laicas, pseudo o para religiosas, en las que se opera tambi\u00e9n una cierta experiencia de descentramiento y de salvaci\u00f3n. Formas que hay que tener en cuenta a la hora de discernir qu\u00e9 apertura a la Trascendencia se le puede llamar religiosa o no. Pensemos, por ejemplo, en la New Age. . La exaltaci\u00f3n de un cierto fraternalismo<\/em> como sacralizaci\u00f3n de la vida y del respeto al otro; en el que los derechos humanos cumplen el rol que tiene el dec\u00e1logo b\u00edblico o los cinco pilares del Islam. <\/strong><\/p>\n <\/strong> <\/strong> <\/p>\n <\/strong> <\/p>\n <\/strong><\/p>\n
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\nMiguel Angel Calavia es Director y Profesor de Teolog\u00eda Pastoral en el Institut Superior de Ci\u00e8ncies Religioses Don Bosco (Barcelona).
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\nS\u00cdNTESIS DEL ART\u00cdCULO<\/strong>
\nDesde la convicci\u00f3n de que tanto la pregunta por el sentido como la apertura a la Trascendencia surgen y se viven en la vida y en la cultura, el autor orienta la pregunta por el sentido desde los tres caminos que se abren a todo ser humano: la relaci\u00f3n consigo mismo, con los otros y con los acontecimientos; y perfila una apertura gradual a la Trascendencia hasta llegar al Dios de Jes\u00fas. Desde aqu\u00ed propone algunas claves para educar esta necesaria apertura.
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\nQuisiera comenzar con una afirmaci\u00f3n que enmarca mi reflexi\u00f3n y el desarrollo de las p\u00e1ginas que siguen: tanto la pregunta por el sentido,<\/em> como la apertura a la Trascendencia<\/em> surgen y se viven en la entra\u00f1a de la vida y de la cultura; y la orientaci\u00f3n de dicha pregunta y apertura depende en gran parte de la profundidad que tiene nuestra apertura a la realidad. Creemos con frecuencia que poseemos ya una visi\u00f3n completa de todo; y, sin embargo, no hay tal. No pasamos de vivir de sensaciones, impresiones y experiencias m\u00e1s o menos superficiales, sin percatarnos de los ejes subterr\u00e1neos<\/em> que las organizan; ejes que se enra\u00edzan en la dimensi\u00f3n m\u00e1s espec\u00edficamente humana que es la apertura<\/strong>: hacia uno mismo<\/em>, los otros<\/em> y el mundo natural<\/em>. Enumeramos dos de estos ejes o dinamismos:
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\nPero hay un trasfondo en este binomio pregunta-respuesta<\/em> no f\u00e1cilmente detectable. Muchas veces se absolutiza la respuesta<\/em> (por ejemplo, cuando se concibe y ofrece la educaci\u00f3n como mero trasvase de conocimientos; o el camino de la fe se identifica con el simple ejercicio de memorizaci\u00f3n de f\u00f3rmulas, pr\u00e1ctica de unos ritos, o sometimiento a una autoridad…), olvidando que donde no hay una pregunta no cabe proponer una respuesta. Y si la misma pregunta es impuesta, olvidamos la capacidad de preguntarse que tiene toda persona. No habr\u00e1 aut\u00e9ntica respuesta porque nunca naci\u00f3 de una pregunta previa. Pero tambi\u00e9n se puede absolutizar la pregunta<\/em> olvidando la necesidad de respuestas para vivir. Necesitamos saber para vivir. Y no se recibe la respuesta porque la pregunta continua le cerr\u00f3 el paso (por ejemplo, cuando educaci\u00f3n se reduce a mera discusi\u00f3n; la Biblia a comentario de textos; la oraci\u00f3n a meditaci\u00f3n trascendental o sesi\u00f3n terap\u00e9utica; y el cristianismo a mero humanismo…).
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\nEsta capacidad de preguntarse <\/em>y buscar<\/em> se desarrolla en los tres caminos que se abren delante de toda persona, apenas es consciente de lo que le rodea: La relaci\u00f3n consigo mismo\/a<\/em>: hasta lograr una identidad madura<\/em>; la relaci\u00f3n con los otros y los acontecimientos<\/em>: contribuyendo al logro de una sociedad y cultura m\u00e1s humanas; y <\/em>la relaci\u00f3n con el mundo natural<\/em>: para hacer de \u00e9l una morada digna y habitable <\/em>de la humanidad.
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\nEn este triple camino, con visos de aut\u00e9ntica aventura, no partimos de cero. Nos ayudan:
\n– El conjunto de saberes<\/strong>, patrimonio de la humanidad. Saberes<\/em> de todo tipo:(cient\u00edficos, tecnol\u00f3gicos, human\u00edsticos, ling\u00fc\u00edsticos, religiosos, est\u00e9ticos, simb\u00f3licos),.todos ellos al servicio de la vida y de su verdad. Todas las personas han de tener el derecho y la oportunidad de analizarlos y asimilarlos…
\n– Y el conjunto de valores<\/strong> que los hombres y mujeres han creado y vivido en la historia. Todas las personas est\u00e1n llamadas a elegir y vivenciar un cuadro de valores que favorezca el propio crecimiento y el del entorno; y dejar a un lado todo aquello que impida este proceso.
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\nPero todos somos conscientes de que los saberes y valores<\/em> no son suficientes, necesitamos algo m\u00e1s. Necesitamos una perspectiva y un horizonte donde situar unos y otros para que contribuyan al \u00e9xito en la triple aventura antes mencionada. Y es aqu\u00ed donde aparece la b\u00fasqueda de sentido, <\/strong>es decir, aquello<\/em> por lo que una persona vive, ama, se relaciona, lucha, trabaja…Cada persona es libre y aut\u00f3nomo, es responsable de la propia b\u00fasqueda; por eso existen diversidad de sentidos: humanista, materialista, hedonista, inmanente, trascendente, cristiano<\/em>; sentidos a corto, medio o largo<\/em> plazo, parcial o global<\/em>, temporal o definitivo.<\/em> Es aqu\u00ed, en la pregunta y la b\u00fasqueda de sentido, donde se enra\u00edza y se inicia la apertura a la Trascendencia.
\n <\/p>\n\n
\nEl tema de la Trascendencia est\u00e1 de moda. A alguno le puede chocar semejante afirmaci\u00f3n, sobre todo si se piensa en los altos porcentajes de indiferencia religiosa, agnosticismo y secularismo en pa\u00edses tradicionalmente cat\u00f3licos como el nuestro. Pero es cierto que el t\u00e9rmino (trascendencia<\/em>, trascendente<\/em>, trascendental<\/em>….) aparece por doquier, y en torno a las situaciones y \u00e1mbitos m\u00e1s dispares, tanto en su acepci\u00f3n laica como religiosa. Algo querr\u00e1 decir…En cualquier caso, un signo de que el ser humano no se resigna a quedar encerrado en el estrecho marco de lo inmanente y cotidiano, y aspira a \u201cAlgo m\u00e1s\u201d o a \u201cAlguien\u201d que est\u00e1 en la ra\u00edz o en el horizonte de sus deseos m\u00e1s profundos.
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\nLa palabra \u201ctrascendencia\u201d, desde el punto de vista etimol\u00f3gico, expresa un \u201cmovimiento\u201d de traves\u00eda (trans<\/em>) y de subida (scandere<\/em>), un cambio de lugar o un cambio de nivel. \u201cIr de un lugar a otro, atravesando o traspasando cierto limite\u201d[1]<\/a>. Este significado espacial no aparece normalmente en nuestras conversaciones ordinarias. Aparece m\u00e1s frecuentemente para identificar realidades, valores, actitudes y situaciones que \u201csobre-pasan\u201d los l\u00edmites normales de lo ordinario o cotidiano de la vida; realidades que son importantes porque apuntan a \u201calgo m\u00e1s\u201d. Desde esta acepci\u00f3n, es normal escuchar frases como: Esto es trascendental para mi vida…para mi carrera… para mi trabajo. Estamos ante un hecho trascendental para la vida de nuestro pa\u00eds… Sentido trascendente de la vida…Educar para la Trascendencia…<\/em>
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\nDejando al margen el significado \u201cespacial\u201d de la palabra trascendencia<\/em>, partimos de la acepci\u00f3n \u201cvital\u201d del termino, m\u00e1s com\u00fan en nuestras conversaciones, e intentamos un camino gradual de apertura a la Trascendencia, que nos permita identificarla, desde sus perfiles y significados m\u00e1s laicos o profanos, hasta llegar al Dios de Jes\u00fas, en quien creemos los cristianos. Se trata de un camino gradual y pedag\u00f3gico, en el que, como en la pintura de cuadro cuyos trazos se hacen cada vez m\u00e1s n\u00edtidos gracias al trabajo del artista, o en el revelado de una fotograf\u00eda, se van dibujando poco a poco los siguientes perfiles:<\/p>\n\n
\nEn este camino presentamos tambi\u00e9n claves <\/em>que hacen \u201crazonable\u201d la apertura de la persona a la Trascendencia, junto a algunos valores, actitudes o experiencias<\/em> que nutren esta apertura.
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\n2.1. La Trascendencia como \u201capertura\u201d del hombre a la realidad. <\/strong>
\nLa realidad se presenta como algo-significativo-para-el-hombre; <\/em>\u00abdice algo\u00bb, \u00abhabla\u00bb. La realidad no discurre ante nuestra mirada de forma indiferente, sino que nos permite abrirnos a m\u00faltiples posibilidades y realizarnos como personas. Pero la realidad es significativa <\/em>a distintos niveles. Se nos \u201cmuestra\u201d y nos \u201chabla\u201d de diferentes formas; da pie a m\u00faltiples experiencias y, consecuentemente, origina diferentes niveles de conocimiento y de lenguajes.<\/p>\n\n
\nUna flor es importante y se hace experiencia para el bot\u00e1nico que estudia su crecimiento y hasta puede modificar la forma, el color y hasta la fragancia de sus p\u00e9talos; pero tambi\u00e9n lo es para el pintor que la perpetua en un lienzo, para el. enamorado que la ofrece a la persona amada, o la mujer que simplemente la coloca sobre la mesa como adorno de la casa. Pero para que la realidad se nos ofrezca como significativa, como <\/em>portadora de sentido<\/em>, hemos de acercarnos a ella con un esp\u00edritu abierto, <\/em>evitando ciertos planteamientos reduccionistas. Por ejemplo, confundir lo \u00abno-objetivo\u00bb con lo \u00abno-real\u00bb, o identificar \u00absubjetivo\u00bb con algo extra\u00f1o <\/em>porque se opone a \u00abobjetivo\u00bb, apareciendo como una realidad de segundo orden. Por otra parte, el sentido de la realidad se hace m\u00e1s manifiesto cuando esta apertura del hombre se sit\u00faa en el horizonte del encuentro <\/em>y no de la mera utilidad..
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\nLos primeros perfiles de la Trascendencia comienzan, por tanto, a iluminarse cuando nos acercamos a la realidad desde esta experiencia de sentido<\/em>, que nos permite entrar en comuni\u00f3n con las m\u00faltiples experiencias y lenguajes que de ella brotan:<\/p>\n\n
\n2.2. La Trascendencia como apertura a \u201clo Absoluto\u201d, horizonte del crecimiento humano<\/strong>
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\nSi la realidad se nos ofrece como portadora de sentido, es decir, significativa <\/em>de forma global y totalizante, y si nos sentimos personalmente llamados a entrar en relaci\u00f3n y encontrarnos<\/em> con ella, es porque en la realidad descubrimos un plus <\/em>de significado, una cierta atm\u00f3sfera de misterio e inabarcabilidad que envuelve este encuentro del hombre con la realidad.. A la hora de encontrar un t\u00e9rmino adecuado para expresar este plus <\/em>de significaci\u00f3n, esta atm\u00f3sfera envolvente, optamos por el t\u00e9rmino \u00ababsoluto\u00bb; \u00e9ste sintetiza bien lo que la propia experiencia humana percibe en la realidad. para \u00abLo absoluto\u00bb, en efecto, aparece como \u00e1mbito de referencia <\/em>desde el que se explica la limitaci\u00f3n y finitud de cualquier realidad natural y humana; pero tambi\u00e9n se presenta como invitaci\u00f3n a situarnos en un horizonte de crecimiento y progreso.
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\nNo est\u00e1n los tiempos para hablar de \u201clo absoluto\u201d en un cultura posmoderna del fragmento y del inter\u00e9s por lo concreto e inmediato. Sin embargo, es el horizonte que ofrece mayores perspectivas y experiencias para abrir puertas a la Trascendencia. Por ejemplo:<\/p>\n\n
\n2.3. La Trascendencia identificada con \u201cel Misterio de Dios\u201d: manifestaciones en la vida y cultura humanas<\/strong>
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\nEstamos ante un perfil m\u00e1s di\u00e1fano de la Trascendencia, presente ya en el \u00e1mbito religioso. El hombre religioso de todos los tiempos se ha encontrado en el horizonte de su vida, de su entorno natural y de su historia, una Realidad Suprema y Absoluta<\/em> cuya existencia no es el resultado de una deducci\u00f3n l\u00f3gica o racional, sino una Presencia <\/em>que en cierta manera se impone, al manifestarse al hombre como sentido, eje y fundamento de su vida.
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\nSon muchos los nombres presentes en la historia de las religiones para designar esta Realidad Suprema (Potencia, Mana, Dios, Dioses, Divinidad, Gran Esp\u00edritu, Tao, N\u00edrvana,<\/em> etc). Hoy en d\u00eda, se la nombra con el t\u00e9rmino m\u00e1s global de \u201cMisterio\u201d, presente sobre todo en el di\u00e1logo interreligioso. T\u00e9rmino propuesto por R. OTTO[4]<\/a>, y profundizado despu\u00e9s por J. MART\u00cdN VELASCO[5]<\/a>. Nosotros hablamos del Misterio de Dios.<\/em>
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\nEl Misterio de Dios<\/em> se presenta en la vida del creyente con unos perfiles concretos, que clarifican bastante el contenido religioso de la Trascendencia:
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\nEl Misterio de Dios, como Trascendente, se presenta tambi\u00e9n como realidad que se manifiesta y provoca<\/em> al hombre. Debemos a MIRCEA ELIADE la acu\u00f1aci\u00f3n del t\u00e9rmino Hierofan\u00edas<\/em> (manifestaci\u00f3n de lo Sagrado), las pod\u00edamos llamar tambi\u00e9n \u201cTeofan\u00edas\u201d (manifestaci\u00f3n de Dios), para designar las manifestaciones, a trav\u00e9s de las cuales el hombre religioso capta la presencia del Misterio de Dios. Seg\u00fan Eliade \u00abtodo lo que el hombre ha manejado, sentido o amado, pudo convertirse en hierofan\u00edas\u00bb. Vale la pena enumerar algunas, pues nos ofrecen \u00e1mbitos significativas de apertura a la Trascendencia.
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\nPara que el Misterio de Dios se muestre en la vida del hombre, \u00e9ste debe dejar de ser centro <\/em>de s\u00ed mismo, debe des-centrarse, <\/em>salir de s\u00ed mismo, y dejar que Dios ocupe el centro de la propia vida. Solamente cuando se da este des-centram\u00edento<\/em> por parte del hombre, aparece la Trascendencia; y no tanto en sentido espacial, sino en sentido din\u00e1mico y existencial; por eso, se puede afirmar que la cerraz\u00f3n en s\u00ed mismo es sin\u00f3nimo de inmanencia. Pero el Misterio de Dios no solamente opera en la persona del creyente un des-centramiento<\/em> de s\u00ed mismo; hace presente tambi\u00e9n la salvaci\u00f3n<\/em>. es decir, la realizaci\u00f3n total, \u00faltima y definitiva de todas sus posibilidades como persona humana; de lo contrario no tendr\u00eda sentido dejarle entrar. Este proceso de plenitud del hombre se identifica con una situaci\u00f3n nueva, <\/em> inesperadamente nueva; que para el creyente cristiano es experimentar la salvaci\u00f3n de Dios, mostrada en Cristo, por la fuerza del Esp\u00edritu. <\/em><\/p>\n\n
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\nDestacamos algunas de estas formas, que englobar\u00edan la llamada Trascendencia de \u201cbaja intensidad\u201d (J. HABERMAS), por la dificultad que entra\u00f1a instalarse en ella de cara a una apertura a la Trascendencia identificada con el Misterio de Dios:<\/p>\n\n
\n. La mitificaci\u00f3n<\/em> en el \u00e1mbito de la m\u00fasica, el deporte, el cine, o el fetichismo<\/em> de algunos objetos de consumo (moto, coche, vestido…), que introducen por unos instantes en un mundo nuevo de sensaciones y realidades identificadas como \u201csalvaci\u00f3n\u201d…
\n. Formas y pr\u00e1cticas asc\u00e9ticas y m\u00edsticas de la cultura oriental<\/em> (Zen, Yoga, Meditaci\u00f3n trascendental, etc), que buscan apaciguar los nervios y las prisas de occidente, sumergi\u00e9ndose en un confuso pante\u00edsmo de uni\u00f3n y fusi\u00f3n \u00edntimas con el cosmos.<\/p>\n\n
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\nEstamos en los \u00faltimos perfiles de la Trascendencia, los perfiles cristianos del Misterio de Dios. Los cristianos creemos no en una Trascendencia gen\u00e9rica o en un Dios m\u00e1s o menos difuso u ocioso; creemos que el rostro de Dios se ha iluminado en Cristo Jes\u00fas.
\nEn Jes\u00fas de Nazaret, en su persona y su mensaje, Dios se nos manifiesta de forma definitiva, hecho carne y rostro humanos; y nos revela la vida y la historia como lugares de encuentro con \u00e9l y su salvaci\u00f3n. La teolog\u00eda cl\u00e1sica ha puesto nombre a los tres momentos de esta manifestaci\u00f3n, como tres caras del Misterio de Dios en Cristo: Encarnaci\u00f3n, Muerte y Resurrecci\u00f3n<\/em>.
\nPresentamos, a continuaci\u00f3n, la experiencia que hace el cristiano, al aceptar este Misterio de Cristo como sentido \u00faltimo de la propia vida, vivido como don pero tambi\u00e9n como responsabilidad y tarea.
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\nCuando dejamos que Dios ocupe el centro de nuestra vida, \u00e9sta se recrea hacia dentro y hacia fuera. La vida se vive como algo absoluto, es un fin en s\u00ed misma, no es medio para nada ni para nadie. Por eso vale la pena vivirla a fondo. En Jes\u00fas de Nazaret, Dios se compromete con la vida y la historia humana, y apuesta por la vida plena y abundante para todos ( Jn 10, 10).<\/p>\n\n
\n
\nEn la muerte de Jes\u00fas, Dios nos muestra el horizonte prof\u00e9tico de la vida cristiana, el horizonte donde la vida manifiesta todo su sentido y raz\u00f3n de ser: la vida vale la pena cuando se entrega por amor<\/em>.<\/p>\n\n
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\nEl compromiso de entregar la vida surge del optimismo y esperanza de la Pascua. En la resurrecci\u00f3n de Cristo, Dios grit\u00f3 a la humanidad entera, y lo sigue haciendo:<\/p>\n\n
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\nEl tema de la Trascendencia, aparece hoy en los \u00e1mbitos de la reflexi\u00f3n teol\u00f3gica, como elemento imprescindible en el di\u00e1logo interreligioso; y de la sociolog\u00eda de la religi\u00f3n, como el gran reto que no lanza la Modernidad al planteamiento religioso de la vida.[6]<\/a> Pero es el \u00e1mbito pastoral donde m\u00e1s se experimenta la necesidad de educar en la apertura a la Trascendencia, como condici\u00f3n para vivir desde el sentido cristiano<\/em> de la vida. Proponemos algunas claves que hacen \u201crazonable\u201d la apertura de la persona a los distintos perfiles de la Trascendencia, enumerados anteriormente, y diversas experiencias que alimentan esta apertura. Claves y experiencias que consideramos importantes para la vida de todo educador y animador cristiano, y como oferta educativo-pastoral para los j\u00f3venes[7]<\/a>.
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\nYa lo hemos indicado anteriormente. El sentido trascendente de la vida es posible cuando la persona supera la visi\u00f3n o lectura meramente cient\u00edfico-emp\u00edrica de la vida y de la realidad, y se coloca en el horizonte del sentido<\/em>.
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\nLa personalizaci\u00f3n implica un proceso de \u201capertura\u201d hacia s\u00ed mismo, para completar la tendencia a \u00abdejarse llevar\u00bb por lo instintivo o por el est\u00edmulo de turno, y ser protagonista de las propias decisiones. Por eso es una actitud necesaria en el proceso de encuentro con la Trascendencia. El sentido de Dios no es algo perif\u00e9rico o anecd\u00f3tico; si es aut\u00e9ntico, se vive en la intimidad del propio yo<\/em>, ese lugar \u00edntimo donde somos nosotros mismos. \u201cEn \u00e9l vivimos, nos movemos y somos<\/em>\u201d, dir\u00e1 Pablo, a los atenienses, hablando del Dios desconocido (Cf. Hech 17, 28).
\n <\/p>\n\n
\nEl sentido de lo gratuito contribuye a \u201cvivir\u201d la realidad y \u201cencontrarnos\u201d con los otros, por encima de toda valoraci\u00f3n utilitaria; aceptarlos porque son<\/em>, y no por lo que <\/em>tienen o representan para mi. La gratuidad <\/em>cuando se hace talante, estilo y forma de vivir, en los educadores-animadores y en los j\u00f3venes, abre puertas a la Trascendencia y sobre todo coloca a \u00e9sta en el horizonte del don<\/em>, lejos de cualquier otra perspectiva utilitarista (El Dios tapa-agujeros<\/em>…)
\n <\/p>\n\n
\nLa confianza es la llave que abre m\u00e1s puertas. La confianza mutua fortalece la libertad personal, da credibilidad y sentido a las palabras de los otros, aumenta el sentido de la responsabilidad personal, ayuda a crecer. Es uno de los factores m\u00e1s importantes en la llamada pedagog\u00eda del umbral<\/em>. Un persona crecida en un ambiente de confianza tiene mucho terreno ganado en el despertar del sentido religioso de la vida, pues la experiencia religiosa es ante todo una experiencia de confianza, de fiarse radicalmente de Otro.
\n <\/p>\n\n