{"id":9188,"date":"2004-01-01T00:00:49","date_gmt":"2003-12-31T22:00:49","guid":{"rendered":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/?p=9188"},"modified":"2004-01-01T00:00:49","modified_gmt":"2003-12-31T22:00:49","slug":"necesidad-de-dar-sentido-a-la-vida","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/necesidad-de-dar-sentido-a-la-vida\/","title":{"rendered":"Necesidad de dar sentido a la vida"},"content":{"rendered":"

Alfonso L\u00f3pez Quint\u00e1s<\/strong>
\n 
\nAlfonso L\u00f3pez Quint\u00e1s es miembro de la Real Academia de Ciencias Morales y Pol\u00edticas
\n 
\nS\u00cdNTESIS DEL ART\u00cdCULO<\/strong>
\nPartiendo de la reflexi\u00f3n de V. Frankl, el autor presenta no s\u00f3lo la necesidad de dar sentido a la vida, sino tambi\u00e9n, todo lo que ello implica, desgranando gradualmente su verdadero significado. Subraya, de manera especial, que el sentido manifiesta una condici\u00f3n relacional, equivale a orientaci\u00f3n adecuada, pende del ideal de la unidad, se manifiesta en una trama de acciones interconexas. Y, sobre todo, supone ampliar el horizonte humano en la direcci\u00f3n del Ser Infinito.
\n 
\nEl gran psic\u00f3logo vien\u00e9s V\u00edctor Frankl se vio, de joven, sometido al horror del campo de concentraci\u00f3n de Auschwitz. En su bell\u00edsimo libro El hombre en busca de sentido<\/a><\/em> nos cuenta que la \u00fanica forma de levantar el \u00e1nimo a los que estaban desesperados era ayudarles a descubrir que la vida todav\u00eda ten\u00eda sentido y val\u00eda la pena seguir viviendo. \u201cNo le pregunt\u00e9is a la vida <\/em>\u2013sol\u00eda decirles- qu\u00e9 tienes que darme, sino a qui\u00e9n puedo servir\u201d.<\/em> Los que preguntaban lo segundo sacaron fuerzas de flaqueza y sobrevivieron. Los que s\u00f3lo esperaban algo gratificante del exterior perdieron pronto la esperanza y sucumbieron r\u00e1pidamente. Frankl sac\u00f3 de esa terrible prueba la conclusi\u00f3n de que nada hay m\u00e1s importante en la vida que llenarla de sentido. <\/em>
\nM\u00e1s tarde, en el apogeo de su carrera, realiz\u00f3 en Estados Unidos una encuesta sobre la felicidad entre un grupo de j\u00f3venes triunfadores. Contra lo que era de esperar, todos manifestaron que se sent\u00edan muy infelices porque su vida \u201ccarec\u00eda de sentido\u201d, se hallaba interiormente vac\u00eda. Frankl lleg\u00f3 a la convicci\u00f3n de que, en la actualidad, la causa de tantos desarreglos ps\u00edquicos como atormentan a las gentes no radica en la represi\u00f3n sexual, como afirmaba Freud, ni en la falta de poder, como pretend\u00eda Adler \u2013dos psiquiatras asimismo vieneses-, sino en la falta de sentido. Nos urge saber con precisi\u00f3n c\u00f3mo debe ser nuestra vida para que tenga sentido y, por tanto, equilibrio, buen \u00e1nimo y felicidad.
\n <\/em>
\nEn un programa televisivo de gran audiencia apareci\u00f3 un joven de 17 a\u00f1os, con la cara velada, y manifest\u00f3 lo siguiente:
\n\u201cHasta hace poco yo era totalmente feliz: adoraba a mi madre, quer\u00eda a mi novia, disfrutaba con mi carrera; pero me aficion\u00e9 al juego de azar y me convert\u00ed en un enfermo del juego, un lud\u00f3pata. Ahora ni mi madre, ni mi novia ni mi carrera me interesan nada; s\u00f3lo me interesa una cosa: seguir jugando. Y lo que me da m\u00e1s rabia es que todo esto lo hice libremente, y ahora me veo convertido en un esclavo\u201d.
\n <\/em>
\n <\/em>\u00bfTuvo sentido para este joven entregarse a la fascinaci\u00f3n del juego de azar? Obviamente no, porque ahora se halla absolutamente desilusionado, desmotivado, desvalido. Es l\u00e1stima grande que ning\u00fan educador le haya advertido a tiempo que la libertad para entregarse a un tipo de v\u00e9rtigo \u2013como es el juego de azar- no es la aut\u00e9ntica libertad \u2013la libertad creativa-<\/em>, porque no crea nada, sino destruye. No se orienta uno bien en la vida cuando se deja arrastrar por cualquier tipo de v\u00e9rtigo, que al principio no exige nada, promete todo y lo quita todo al final. Pi\u00e9nsese en el v\u00e9rtigo del juego de azar, del poder, del dominio, del alcohol y las drogas, del sexo desgajado del verdadero amor, el amor que va unido a la decisi\u00f3n de crear una forma elevada de unidad.
\n <\/p>\n

    \n
  1. Tener sentido es estar bien orientado<\/em><\/strong><\/li>\n<\/ol>\n

     
    \nEl gran escritor Miguel de Unamuno confiesa en su Diario \u00cdntimo <\/em>que es un enfermo de ego\u00edsmo, y a\u00f1ade: \u201cYa no volver\u00e9 a gozar de alegr\u00eda, lo preveo. Me queda la tristeza por lote mientras viva\u201d
    <\/a>. <\/em>Unamuno fue un triunfador. Logr\u00f3 cuanto pod\u00eda desear: ser catedr\u00e1tico e incluso rector de universidad, escritor celebrado, conferenciante aclamado en todos los foros, y, para colmo de dicha, padre de una familia acogedora. \u00bfPor qu\u00e9 se vio alejado de la felicidad? \u00c9l mismo sugiere la respuesta al subrayar el nexo entre la tristeza y el ego\u00edsmo. El ego\u00edsmo nos cierra en nosotros mismos y nos impide crear formas aut\u00e9nticas de encuentro, que son las que nos permiten desarrollarnos como personas. Seg\u00fan la Biolog\u00eda actual m\u00e1s cualificada, los seres humanos somos \u201cseres de encuentro\u201d: vivimos como personas, nos desarrollamos y perfeccionamos como tales creando diversas formas de encuentro<\/a>. Al percatarnos de que estamos bloqueados por nuestra falta de apertura generosa a los dem\u00e1s y no nos orientamos hacia nuestra plenitud personal, sentimos tristeza, incluso angustia y amargura. Esa orientaci\u00f3n equivocada implica una falta radical de sentido. No lo olvidemos: Tener sentido<\/em> equivale a estar bien orientado. <\/em>
    \nVeamos si estaban bien orientados los dos protagonistas de la pel\u00edcula de Bernardo Bertolucci: El \u00faltimo tango en Par\u00eds. <\/em>El protagonista masculino (H<\/strong>), en su madurez de los 40 a\u00f1os, convive en un piso con una jovencita de 18 (M<\/em><\/strong>). \u00c9sta, un buen d\u00eda, echa de menos una relaci\u00f3n personal entre ellos, e inicia el siguiente di\u00e1logo:
    \n 
    \nM. <\/strong>No s\u00e9 c\u00f3mo te llamas.<\/em>
    \n H.<\/strong> \u00a1No tengo nombre!<\/em>
    \nM.<\/strong> \u00bfQuieres saber el m\u00edo?<\/em>
    \nH.<\/strong> \u00a1No, no! \u00a1No me lo digas! No quiero saber tu nombre. T\u00fa no tienes nombre y yo tampoco. No hay nombres. Aqu\u00ed no tenemos nombre.<\/em>
    \nM.<\/strong> \u00a1Est\u00e1s loco!<\/em>
    \nH.<\/strong> Es posible que lo est\u00e9, pero no quiero saber nada de ti. No quiero saber d\u00f3nde vives ni de d\u00f3nde eres. No quiero saber absolutamente nada de nada. \u00bfHas comprendido?<\/em>
    \nM.<\/strong> \u00a1Me asustas!<\/em>
    \n H.<\/strong> \u00a1Nada! T\u00fa y yo nos encontraremos aqu\u00ed, sin saber nada de lo que nos ocurra fuera. \u00bfDe acuerdo?<\/em>
    \nM.<\/strong> Pero, \u00bfpor qu\u00e9?<\/em>
    \nH.<\/strong> Pues porque aqu\u00ed no hace falta saber nombres. No es necesario. \u00bfNo lo comprendes? Venimos a olvidar. A olvidar todas las cosas, absolutamente todas. Olvidaremos a las personas, lo que sabemos, todo lo que hemos hecho. Vamos a olvidar donde vivimos, a olvidarlo todo.<\/em>
    \nM.<\/strong> Yo no podr\u00e9. \u00bfT\u00fa s\u00ed?<\/em>
    \nH.<\/strong> No lo s\u00e9. \u00bfTienes miedo?<\/em>
    \nM.<\/strong> No.<\/em>
    \n <\/em>
    \n\u00bfPor qu\u00e9 le parece a la joven que su compa\u00f1ero \u201cest\u00e1 loco\u201d? \u00bfQu\u00e9 observa \u00e9l en ella para preguntarle \u201csi tiene miedo\u201d? Cuando una conducta es ordenada y se halla centrada y se orienta hacia una meta noble -que nos eleva a lo mejor de nosotros mismos-, no provoca miedo, no se muestra \u201cextra\u00f1a\u201d o \u201canormal\u201d. Lo que desborda sentido suscita confianza, estima, af\u00e1n de colaboraci\u00f3n y encuentro; produce, por tanto, felicidad. De ese di\u00e1logo dram\u00e1tico se desprende que estos j\u00f3venes viven con absoluta libertad de trabas, sin ninguna inhibici\u00f3n, abiertos a cuanto puede darles un sorbo de satisfacci\u00f3n sensible y psicol\u00f3gica, pero no sienten ni un adarme de felicidad, porque no se encuentran verdaderamente y se ven faltos de sentido.
    \nEn la pel\u00edcula de I. Bergman El silencio<\/em>, una joven le dice a su hermana que est\u00e1 encantada porque tiene relaciones \u00edntimas con un extranjero, y, al no saber su lengua ni \u00e9l la suya, no pueden comunicarse. \u00bfPodr\u00eda alegrarse esta jovencita si supiera que el lenguaje es el veh\u00edculo de la creatividad, y tener relaciones corp\u00f3reas \u00edntimas y no poder comunicarse implica rebajar la vida personal a un nivel infracreativo? Los instintos humanos no tienen capacidad creativa, responden a un impulso y dan lugar a un proceso de trayectoria prefijada: comienzo, desarrollo y fin. Este proceso no crea una relaci\u00f3n de amistad; se reduce a un mero desahogo. \u00bfTiene sentido alegrarse de vivir de forma tan desajustada al propio ser, tan ajena a sus mejores anhelos?
    \n <\/p>\n

      \n
    1. Nuestro ser est\u00e1 llamado a la comunicaci\u00f3n y el encuentro<\/em><\/strong><\/li>\n<\/ol>\n

      <\/strong>
      \nLa experiencia nos muestra que el sentido <\/em>abarca m\u00e1s que el significado. <\/em>Para captar el significado de una acci\u00f3n basta analizar \u00e9sta en s\u00ed misma. Su sentido s\u00f3lo se nos revela cuando contemplamos tal acci\u00f3n en una trama de acciones interconexas. Tienes hambre y ves un cestillo de manzanas apetitosas en una fruter\u00eda. Para ti tiene un gran significado tomar una de ellas y com\u00e9rtela. Te apetece, te gusta, te sacia. Ese gesto de tomar la manzana y comerla significa<\/em> mucho para ti en ese momento. Pero \u00bftiene sentido<\/em>? La manzana que te apetece comer no es abstracta, se halla en un contexto concreto: pertenece al frutero y no puedes apropi\u00e1rtela sin concertarlo con \u00e9l. Concertar algo implica entrar en una red de relaciones y ajustarse a sus exigencias. El sentido s\u00f3lo se nos alumbra cuando tomamos cierta distancia y contemplamos una acci\u00f3n o una realidad en su contexto<\/em>. El sentido presenta una condici\u00f3n relacional. <\/em>
      \nVeo un trozo de pan en la mesa familiar, y tiendo a considerarlo como un simple alimento, una realidad que he adquirido y de la que puedo disponer con objeto de nutrirme. Este es, ciertamente, su significado<\/em> m\u00e1s a mano. Pero, si quiero descubrir su sentido<\/em> pleno, debo recordar que el pan se elabora a base de frutos de la tierra, por ejemplo el trigo, y \u00e9ste germina y madura en el campo como fruto de una confluencia m\u00faltiple de elementos: el campesino que recibe de sus mayores unas semillas, las deposita en la madre tierra y espera confiado a que venga la lluvia y el sol dore la mies… El trigo y, derivadamente, el pan son fruto de una confluencia de mil y una realidades. Por eso sirve para simbolizar<\/em> la unidad que media entre una persona que invita a otra a comer en su casa, y parte, reparte y comparte con ella el pan de la amistad. Algo semejante podemos decir del vino y de un racimo de uvas. El que s\u00f3lo ve en el vino y el pan un medio para saciar la sed y el hambre no altera su significado b\u00e1sico, pero amengua la amplitud de su sentido.
      \nAhora podemos comprender mejor cu\u00e1ndo y c\u00f3mo surge el sentido de nuestra vida y cada una de sus acciones. Seg\u00fan la investigaci\u00f3n cient\u00edfica actual, lo que m\u00e1s necesita un beb\u00e9 es ser acogido por sus familiares de tal modo que entre ellos se forme una \u201curdimbre afectiva\u201d (J. Rof Carballo), una trama de afecto y de tutela. Ello mueve a bi\u00f3logos y pediatras a recomendar vivamente a las madres que, a ser posible, amamanten ellas a sus hijos, porque amamantar no implica s\u00f3lo dar alimento sino tambi\u00e9n acoger<\/em>. El beb\u00e9 tiende a asirse a los senos maternos no por miedo a caerse, sino para sentirse acogido. Por eso debemos procurar que el cuidado de los ni\u00f1os est\u00e9 en manos de quienes les profesen verdadero cari\u00f1o y los traten con ternura al asearlos, vestirlos, acompa\u00f1arlos.
      \nEsta necesidad primaria de sentirnos acogidos est\u00e1 enraizada en nuestro origen: Venimos del encuentro amoroso de nuestros padres y estamos llamados<\/em> a crear nuevas formas de encuentro. Tal llamada <\/em>genera nuestra vocaci\u00f3n b\u00e1sica <\/em>como personas y nuestra misi\u00f3n <\/em>en la vida. Cuando mis opciones fundamentales, mis h\u00e1bitos y mis actos se orientan hacia el cumplimiento de esta misi\u00f3n y esta vocaci\u00f3n, la marcha de mi existencia se realiza en el sentido adecuado, en la direcci\u00f3n justa. En la misma medida, tiene \u201csentido\u201d. Vemos una vez m\u00e1s que sentido<\/em> equivale a orientaci\u00f3n adecuada.<\/em>
      \n 
      \n3. El sentido de nuestra vida pende del ideal de la unidad<\/strong>
      \n 
      \nNuestra vida, de por s\u00ed, est\u00e1 orientada a la unidad con las dem\u00e1s personas a trav\u00e9s del encuentro, bien sabido que encontrarse no se reduce a estar cerca o a tratarse de forma superficial. Podemos vivir juntos durante a\u00f1os y no encontrarnos de verdad ni una sola vez. El encuentro verdadero exige voluntad de ayudarnos mutuamente, enriquecer nuestra personalidad, comprendernos, participar de la vida del otro, compartir sus problemas y sus gozos. Cuando creamos una relaci\u00f3n aut\u00e9ntica de encuentro entre t\u00fa y yo, dejamos de estar el uno fuera<\/em> del otro; configuramos un modo de uni\u00f3n estable, valioso y comprometido, en el cual tus problemas son mis problemas, tus triunfos son mis triunfos.
      \nAl elegir en cada momento, no lo que m\u00e1s nos apetece, sino lo que mejor nos lleva a realizar el ideal de la unidad a trav\u00e9s del encuentro, ganamos la verdadera libertad, la libertad creativa<\/em>, y nos hacemos responsables<\/em> y creativos<\/em>. Por eso, si quiero colmar mi vida de sentido no debo estar a la espera de que la vida me d\u00e9 algo; he de averiguar a qui\u00e9n puedo servir. Figur\u00e9monos que alguien necesita realmente algo de m\u00ed, y no dudo en conced\u00e9rselo. Este gesto generoso llena mi vida de sentido, pues la orienta hacia el verdadero ideal, le permite crear una relaci\u00f3n benevolente, la pone en verdad, al hacer posible el encuentro. A la inversa, el que s\u00f3lo se preocupa de lo que puedan reportarle los seres del entorno, tiende a reducirlos a medios para sus fines, con lo cual los rebaja a condici\u00f3n de objetos y hace inviable su propia actividad creativa, la capacidad sobre todo de crear encuentros. En consecuencia, vac\u00eda su vida de sentido, pues no funda encuentros ni crea nuevos \u00e1mbitos de vida; se reduce a manipular a las personas, como si fueran objetos. Sit\u00faa su vida en un plano inferior al debido, se aleja de la orientaci\u00f3n que debe seguir, agosta su capacidad creadora. As\u00ed, el que confunde el amor personal<\/em> -comprometido con la tarea de crear verdadera amistad- con el mero erotismo<\/em> \u2013que se limita a movilizar un instinto- corre peligro de reducir la otra persona a fuente de gratificaciones. Esta vida de relaci\u00f3n interesada puede tener un significado intenso, incluso conmovedor, pero carece de sentido, pues no crea relaciones personales valiosas; se limita a manejar realidades gratificantes. Esta falta de autenticidad y ajuste a las condiciones del propio ser personal se traduce en mengua de sentido.
      \nCuando me dejo llevar por la seducci\u00f3n de lo agradable, que me arrastra, y desoigo la llamada de los valores superiores, que me atraen respetando mi libertad, oriento mi vida en una direcci\u00f3n falsa, la despojo de sentido.
      \n <\/p>\n

        \n
      1. \u00bfTiene sentido nuestra vida?<\/em><\/strong><\/li>\n<\/ol>\n

        <\/strong>
        \nFormulada as\u00ed, de modo general, esta pregunta no tiene una respuesta convincente. El sentido brota merced a la actividad creativa, y los seres humanos s\u00f3lo podemos ser creativos en situaciones concretas. Alguien sufre un accidente, y t\u00fa te revelas al ver su mutilaci\u00f3n. Tu irritaci\u00f3n te lleva a pensar que la vida carece de sentido. No pierdas el tiempo en hacer consideraciones generales<\/em> sobre la vida. Ponte a ayudar a ese ser menesteroso, y ver\u00e1s c\u00f3mo tu vida se llena de sentido hasta los bordes. En el encuentro personal aut\u00e9ntico, el sentido se hace palpable, denso, sugerente, reconfortante.
        \nPara captar el sentido, m\u00e1s all\u00e1 del significado, debemos ampliar nuestro horizonte vital: los criterios de interpretaci\u00f3n de la vida, las pautas de conducta, las perspectivas desde las que podemos contemplar nuestra existencia y sus avatares. Un torero se qued\u00f3 paral\u00edtico por un accidente, y, al verse incapaz de ejercer su carrera, se quit\u00f3 la vida. No supo el infortunado ver su vida futura desde una perspectiva distinta a la anterior. No acert\u00f3 a ensanchar su horizonte de creatividad, que no se limitaba al ejercicio del arte del toreo, sino que pudo haber adoptado otras formas no menos dignas y f\u00e9rtiles. De haberlo hecho, su vida no le hubiera parecido absurda, indigna de ser vivida, sino desbordante de nuevas posibilidades. Con un poco de imaginaci\u00f3n creadora pod\u00eda haber esbozado otras l\u00edneas de acci\u00f3n, sobre la base de sus capacidades actuales, y dar lugar a multitud de encuentros de diverso orden.
        \nHe conocido dos casos de reacci\u00f3n opuesta ante la desgracia de perder la vista. En un caso, el paciente, ya mayor, se fue encerrando en s\u00ed mismo a medida que dejaba de ver el entorno. Se entreg\u00f3 a la tristeza en tal forma que pr\u00e1cticamente se neg\u00f3 a vivir. Pereci\u00f3 en poco tiempo. El segundo caso fue protagonizado por una persona de mediana edad. En dos d\u00edas aciagos pas\u00f3 de la luz a las tinieblas. Tras unas semanas de intensa conmoci\u00f3n interior, pens\u00f3 que su vida no pod\u00eda ser destruida por esa terrible p\u00e9rdida, y se consagr\u00f3 a ayudar a quienes ahora conoc\u00eda por dentro. Al cabo de un a\u00f1o ya ten\u00eda en marcha dos asociaciones de ayuda a invidentes, diversos grupos de trabajo, proyectos de todo orden. \u201cNunca como ahora <\/em>\u2013confes\u00f3 en una entrevista radiof\u00f3nica- he sido tan creativo, pues antes desarrollaba mi vida profesional para conseguir bienes individuales; ahora consagro todas mis fuerzas a aliviar la suerte de mis compa\u00f1eros de infortunio\u201d.<\/em>
        \nCuando se sinti\u00f3 abatido por el drama de la sordera, Beethoven recomend\u00f3 a su hermano Carlos, en su testamento de Heiligenstadt, que no dejase de practicar la virtud, pues gracias a ella -y al amor a su arte musical- hab\u00eda superado la tentaci\u00f3n de recurrir al suicidio
        <\/a>. Por virtud<\/em> entend\u00eda Beethoven la defensa de la libertad de los dem\u00e1s, la entrega al servicio del necesitado (v\u00e9ase su \u00f3pera Fidelio<\/em>), la fidelidad a las ra\u00edces \u00faltimas del ser -que radican en \u00abel Padre amoroso\u201d que rige el universo \u201ctras la carpa de las estrellas\u201d, como escribe Friedrich Schiller en su Oda a la alegr\u00eda<\/em>, inmortalizada en la Novena Sinfon\u00eda <\/em>beethoveniana. En definitiva, actitud virtuosa es la actitud solidaria en todas las vertientes de la vida. Esta actitud acogedora suscita el profundo gozo que nos eleva a cimas inigualadas en el \u00faltimo tiempo de dicha sinfon\u00eda.
        \nSeg\u00fan Henri Bergson, la alegr\u00eda \u00abanuncia siempre que la vida ha triunfado, que ha ganado terreno, que ha reportado una victoria; toda gran alegr\u00eda tiene un acento triunfal\u00bb
        <\/a>. No hay triunfo mayor que crear formas elevadas de unidad, porque en ellas reside el sentido m\u00e1s hondo de la vida.
        \n <\/p>\n

          \n
        1. El logro de la forma suprema de sentido<\/em><\/strong><\/li>\n<\/ol>\n

           
          \nSi una persona ampl\u00eda su horizonte humano en direcci\u00f3n al Ser Infinito, confiere un rango nuevo y superior al sentido de su vida. Esta experiencia excepcional de sentido la realizamos cuando respondemos activamente a la palabra revelada, que nos trae un mensaje de riqueza sobrehumana y fundamos una relaci\u00f3n de encuentro con el Creador. Esta relaci\u00f3n es la m\u00e1s enriquecedora para nosotros, pues ya sabemos que el encuentro es tanto m\u00e1s fecundo cuanto m\u00e1s elevadas son las realidades que lo fundan. El que haya vivido, al menos una vez en la vida, esta experiencia de encuentro perfecto ver\u00e1 su existencia enriquecida con ese horizonte de sentido, que lo invitar\u00e1 a superar toda realizaci\u00f3n precaria de s\u00ed mismo y a desarrollar plenamente su vocaci\u00f3n y su misi\u00f3n.
          \nEse horizonte supremo viene dado por la fe religiosa, entendida radicalmente no s\u00f3lo como un fr\u00edo asentimiento intelectual a ciertos dogmas, sino como la adhesi\u00f3n personal al Ser Supremo, que la religi\u00f3n cristiana define como Padre y como Amor (1 Jn 4, 16). El encuentro con el Ser absolutamente perfecto eleva al hombre a lo mejor de s\u00ed mismo, al m\u00e1ximo despliegue de sus aspiraciones m\u00e1s nobles, y le produce sentimientos de entusiasmo y felicidad plena. Con raz\u00f3n afirma S. Kierkegaard, en su obra program\u00e1tica La enfermedad mortal<\/em>, que el ant\u00eddoto de la desesperaci\u00f3n es la fe
          <\/a><\/em>. La fe no se reduce a una adhesi\u00f3n intelectual; implica entrega personal, vinculaci\u00f3n, amor. La desesperaci\u00f3n es una forma suprema de amargura, que responde al vac\u00edo existencial provocado por el encapsulamiento ego\u00edsta en s\u00ed mismo y la ruptura de todo v\u00ednculo amoroso.
          \nLa fe, vinculada a la confianza y la fidelidad, est\u00e1 en la base del proceso creador de encuentros que suelo denominar \u00ab\u00e9xtasis\u00bb. La desesperaci\u00f3n es la fase del proceso de \u201cv\u00e9rtigo\u201d que precede a la destrucci\u00f3n de la propia personalidad.
          \nResponder activamente a toda invitaci\u00f3n al encuentro -invitaci\u00f3n que supone un gran valor,<\/em> porque hace posible la realizaci\u00f3n del ideal de la unidad- es condici\u00f3n ineludible para conferir sentido pleno a la vida, a la propia e incluso a la de otras personas, que est\u00e1n llamadas a dejar de sernos extra\u00f1as y convertirse en \u00edntimas. Ese paso se da en la experiencia de participaci\u00f3n<\/em>. Al participar, el hombre se trasciende a s\u00ed mismo y descubre que \u00ablo m\u00e1s profundo que hay en m\u00ed no procede de m\u00ed\u00bb (G. Marcel). El hombre alcanza su sentido cabal, <\/em>su plenitud humana, cuando orienta su vida en el sentido<\/em> (es decir, la direcci\u00f3n<\/em>) que marcan las condiciones de la actividad participativa. Aprender a participar, en el pleno sentido de la palabra, es la meta de toda formaci\u00f3n humana aut\u00e9ntica.
          \nLo antedicho nos permite concluir que al hombre no le viene dado de antemano el sentido de su propia existencia como un objeto que pueda ser pose\u00eddo y retenido. Se le dan potencias y posibilidades para fundar relaciones de encuentro, que son otros tantos campos de juego en los que puede desarrollar su vida personal. El sentido constituye, as\u00ed, para el hombre una meta y una tarea siempre renovada, un reto que le insta a trascender en cada momento los hitos ya alcanzados.
          \n <\/p>\n

            \n
          1. Modo de superar el vac\u00edo existencial<\/em><\/strong><\/li>\n<\/ol>\n

            <\/strong>
            \n <\/strong>Un d\u00eda de oto\u00f1o de 1958, el gran cient\u00edfico y humanista Werner Heisenberg nos cont\u00f3 la siguiente an\u00e9cdota en el aula magna de la universidad de Munich. El 6 de agosto de 1945, \u00e9l y otros f\u00edsicos at\u00f3micos, confinados en un campo de concentraci\u00f3n ingl\u00e9s, se enteraron de que una \u201cbomba at\u00f3mica\u201d acababa de destruir una bella ciudad japonesa. Pensaron que se trataba de bomba de gran potencia, pero no propiamente at\u00f3mica, <\/em>pues hab\u00eda transcurrido muy poco tiempo desde la invenci\u00f3n de la fisi\u00f3n del \u00e1tomo de uranio. Horas despu\u00e9s salieron de su error al o\u00edr una descripci\u00f3n t\u00e9cnica de tal artefacto. A partir de ese momento, Otto Hahn, el f\u00edsico inventor de la fisi\u00f3n del \u00e1tomo de uranio \u2013\u00faltimo eslab\u00f3n te\u00f3rico para la invenci\u00f3n de una bomba basada en las fuerzas del \u00e1tomo-, entr\u00f3 en una profunda depresi\u00f3n:
            \n\u201cAcabo de ver <\/em>\u2013confes\u00f3 a sus colegas- que mi vida entera carece de sentido. Yo investigu\u00e9 por puro amor a la verdad, por descubrir el secreto de las cosas, y ese saber ha sido traducido, muy a mi pesar, en un poder aniquilador\u201d
            <\/a>. <\/em>
            \n 
            \nEsta desilusi\u00f3n fue la experiencia de varias generaciones, de toda una \u00e9poca, no de una sola persona. Durante la Edad Moderna se hab\u00eda dado por supuesto que el aumento de saber se traduce autom\u00e1ticamente en aumento de poder, de dominio de la realidad, de producci\u00f3n de artefactos de todo orden, de comodidad y bienestar, de felicidad para un n\u00famero cada vez mayor de personas y grupos sociales. Se pensaba que el progreso es lineal e ininterrumpido. Todo tipo de investigaci\u00f3n que aumente el saber del hombre y su dominio sobre la naturaleza constituye, ciertamente, un avance de la humanidad, un progreso. En la misma medida supone un acontecimiento lleno de sentido y un beneficio para el g\u00e9nero humano. El investigador se agota al realizar sus especulaciones y experimentos, pero sabe que es un benefactor del g\u00e9nero humano, y de esta convicci\u00f3n brota una energ\u00eda inagotable.
            \nPero justo cuando el saber se hizo muy elevado y dio lugar a un poder\u00edo t\u00e9cnico asombroso, sobrevino la hecatombe de la Primera Guerra Mundial (1914-1918). En los a\u00f1os siguientes se alz\u00f3 en toda Europa un clamor entre los intelectuales pidiendo un cambio en el estilo de pensar, un giro espiritual, una verdadera conversi\u00f3n. Una reflexi\u00f3n seria sobre el origen y las motivaciones radicales del conflicto b\u00e9lico llev\u00f3 a la conclusi\u00f3n de que algo fundamental hab\u00eda fallado en los planteamientos de la Edad Moderna. Se hab\u00eda tomado como ideal el aumento del saber y el poder, con vistas a incrementar el dominio de la realidad material y el predominio sobre personas y pueblos. Se intent\u00f3 crear una cultura del dominio y del predominio <\/em>con un esp\u00edritu b\u00e1sicamente ego\u00edsta. <\/em>Ante el paisaje devastador de la posguerra, pensadores individuales y corrientes enteras de pensamiento postularon un cambio de ideal: del ideal ego\u00edsta de poder <\/em>deb\u00eda pasarse a un ideal de colaboraci\u00f3n y ayuda.<\/em>
            \nTal cambio se produjo en grupos aislados, pero no en el conjunto de la sociedad. Y sobrevino la segunda cat\u00e1strofe mundial. Pensadores insignes volvieron a levantar la voz para indicar que resulta vano buscar las causas en personas y grupos concretos. Es la actitud general de la humanidad la que se ha mostrado fallida. Karl Jaspers, Martin Heidegger, Gabriel Marcel, todos los pensadores dial\u00f3gicos o personalistas, los fenomen\u00f3logos y tantos otros postularon el ascenso a una \u00abvida aut\u00e9ntica\u00bb, una vida marcada por el af\u00e1n creativo, no por la obsesi\u00f3n dominadora. Al recibir el Premio Erasmo al mejor humanista europeo, Romano Guardini afirm\u00f3 que Europa ha creado durante siglos una deslumbrante cultura del dominio, y su tarea futura debe consistir en configurar una cultura de la solidaridad y el servicio. De no hacerlo, perder\u00e1 una ocasi\u00f3n hist\u00f3rica para conceder a su actividad un aut\u00e9ntico sentido
            <\/a>.
            \nLa amarga experiencia de los \u00faltimos tiempos nos ha llevado a pensar que el verdadero progreso humano no depende solamente de los avances cient\u00edficos y t\u00e9cnicos. \u00c9stos encierran gran importancia y albergan una potencialidad inmensa en orden a solucionar diversos problemas. Pero su aplicaci\u00f3n es, como todo lo humano, ambivalente. Necesita ser orientada por una concepci\u00f3n muy s\u00f3lida del ser humano, que determine lo que es, la meta que ha de perseguir, las leyes a que debe someter su conducta si quiere que su desarrollo personal sea perfecto.
            \nEsta concepci\u00f3n del hombre ha de ser configurada por diversas disciplinas: las cient\u00edficas y las human\u00edsticas. Todas ellas deben trabajar en pie de igualdad, <\/em>bien conscientes de que ninguna puede arrogarse el privilegio de poseer el \u00fanico m\u00e9todo v\u00e1lido de acceso a lo real. Durante siglos se tendi\u00f3 a pensar que s\u00f3lo el m\u00e9todo cient\u00edfico es riguroso, por ser verificable. <\/em>Poco a poco se fue descubriendo que otros m\u00e9todos de conocimiento pueden y deben ser tambi\u00e9n rigurosos y v\u00e1lidos si cumplen las exigencias que les plantean los tipos de realidad que se proponen conocer. La vertiente de la realidad que desea conocer el m\u00e9todo filos\u00f3fico es distinta de la que investiga la ciencia y no se revela al m\u00e9todo cient\u00edfico sino a un m\u00e9todo diferente, que presenta asimismo gran complejidad y dificultad.
            \nDe d\u00eda en d\u00eda se acrecienta la conciencia de que es necesario plantear los problemas con amplitud de esp\u00edritu y una implacable voluntad de ir al fondo de las cosas. Para orientarnos debidamente, necesitamos una concepci\u00f3n extremadamente cuidadosa de lo que es la vida humana y, en general, toda la realidad. Mas aqu\u00ed tropezamos con una dificultad no peque\u00f1a. En los \u00faltimos tiempos, las ideolog\u00edas han fracasado estrepitosamente
            <\/a>. Y este fracaso parece arrojar un aura de descr\u00e9dito sobre todo lo que se presente con aureola de Weltanschauung, <\/em>de concepci\u00f3n general de la vida y la realidad<\/em>. A la vista del declive de las ideolog\u00edas, ciertos autores se creen autorizados a pronosticar el imperio absoluto de las formas de conocimiento que resisten un control cient\u00edfico y se traducen en poder\u00edo t\u00e9cnico.
            \nEsta conclusi\u00f3n es precipitada y peligrosa. Si han fracasado las ideolog\u00edas, ello se debe a que han sido fruto m\u00e1s bien de adhesiones sentimentales e interesadas que de un an\u00e1lisis severamente racional, met\u00f3dicamente impecable. Frente a las ideolog\u00edas, entendidas del modo restringido que es usual hoy en Sociolog\u00eda, debemos esforzarnos en configurar concepciones del mundo que respondan a un estudio serio y competente de la realidad
            <\/a>.
            \nEstas concepciones tienen un gran componente subjetivo<\/em>. Es el sujeto humano quien las elabora, y lo hace poniendo en juego todo su ser: su inteligencia, su voluntad, su sentimiento. Pero ello no significa que se deje llevar por el mero sentimentalismo<\/em>. La vibraci\u00f3n sentimental es la reacci\u00f3n del hombre frente a lo valioso. Siempre es la realidad la que manda, no el propio arbitrio. En arte, en \u00e9tica, en religi\u00f3n… no se puede conocer una realidad con la frialdad con que se determinan las dimensiones de una mesa o se investiga la composici\u00f3n de un metal. Ese tipo de conocimiento brota en el encuentro, y todo encuentro implica compromiso personal y, por tanto, sentimiento. Pero esta carga sentimental no se opone al rigor del conocimiento; lo hace posible.
            \nEs urgente aprender a pensar con todo rigor en los diferentes \u00e1mbitos de la vida. Y ello requiere un aprendizaje lento y bien dirigido. Es todo un arte que debemos aprender
            <\/a>. Pero en las escuelas apenas se ense\u00f1a sistem\u00e1ticamente dicho arte. Se estudia una disciplina y otra, se hace con mayor o menor aplicaci\u00f3n y talento, pero no se dedica un tiempo especial a acostumbrar el \u00e1nimo a los diferentes m\u00e9todos de conocimiento que hemos de conocer a fondo para que nuestra formaci\u00f3n sea completa y nuestra vida disponga de las pautas de orientaci\u00f3n necesarias para un cabal desarrollo de nuestras potencialidades.
            \nDebemos superar, como algo pasado, todo empe\u00f1o de considerar la disciplina que cultivamos como la mod\u00e9lica, la \u00fanica v\u00e1lida. Lo decisivo es colaborar, abrir todos los campos posibles e integrarlos. La vida del hombre es compleja y es una, forma una estructura; no admite desgarramientos.
            \nPoco antes de morir, el gran cient\u00edfico y humanista Albert Einstein nos hizo esta grave admonici\u00f3n: \u00abLa fuerza desencadenada del \u00e1tomo lo ha transformado todo, excepto nuestra forma de pensar. Por eso nos encaminamos hacia una cat\u00e1strofe sin igual\u00bb. La forma de pensar que debi\u00e9ramos haber cambiado para evitar ese riesgo es sin duda la reduccionista, seg\u00fan la cual el \u00fanico modo de conocimiento aut\u00e9ntico es el cient\u00edfico, atenido a la vertiente cuantificable de la realidad. Frente a esta posici\u00f3n unilateral, debemos reconocer que existen otras vertientes de la realidad, y para acceder a ellas hemos de movilizar las formas de conocer adecuadas a las mismas: el conocimiento po\u00e9tico, el filos\u00f3fico, el pol\u00edtico, el religioso. S\u00f3lo esta forma de conocimiento integral, comprehensivo, puede decirnos con precisi\u00f3n cu\u00e1ndo tiene sentido nuestra existencia y c\u00f3mo hemos de lograrlo
            <\/a>.
            \n 
            \n
            <\/a> Cf. O. cit., <\/em>Herder, Barcelona 1979.
            \n
            <\/a> Cf. O. cit., <\/em>Alianza Editorial, Madrid 1970, p. 123.
            \n
            <\/a> Cf. Juan Rof Carballo: Urdimbre afectiva y enfermedad, <\/em>Labor, Barcelona 1961; El hombre como encuentro<\/em>, Alfaguara, Madrid 1973. Manuel Cabada Castro: La vigencia del amor<\/em>, San Pablo, Madrid 1994.
            \n
            <\/a> Una versi\u00f3n espa\u00f1ola de este escrito la ofrezco en Vertigo y \u00e9xtasis. Bases para una vida creativa<\/em>, Madrid, 2<\/sup>1991, p\u00e1gs. 389-391.
            \n
            <\/a> Cf. L’\u00e9nergie spirituelle<\/em>, PUF, Paris 32<\/sup>1944, p. 23.
            \n
            <\/a>No existe ninguna desesperaci\u00f3n \u2013escribe- \u00abcuando en la relaci\u00f3n consigo mismo y al querer ser s\u00ed mismo el yo se apoya l\u00facido en el poder que lo fundamenta\u00bb. (Cf. La enfermedad mortal o De la desesperaci\u00f3n y el pecado<\/em>, Guadarrama, Madrid 1969, p. 245. V\u00e9ase, adem\u00e1s, p. 49).
            \n
            <\/a> En sus memorias \u2013publicadas en espa\u00f1ol con el t\u00edtulo Di\u00e1logos sobre la f\u00edsica at\u00f3mica,<\/em> Bac, Madrid 1972-, W. Heisenberg alude a este significativo episodio.
            \n
            <\/a> Cf. Europa. Wirklichkeit und Aufgabe <\/em>en Sorge um den Menschen I<\/em>, Werkbund, W\u00fcrzburg 1988. Versi\u00f3n espa\u00f1ola: \u201cEuropa. Realidad y tarea\u201d, en Obras de Guardini I<\/em>, Cristiandad, Madrid 1981, p\u00e1gs. 11-27.
            \n
            <\/a> Cf. Gonzalo Fern\u00e1ndez de la Mora: El crep\u00fasculo de las ideolog\u00edas<\/em>, Rialp, Madrid 1965.
            \n
            <\/a> Sobre este tema puede verse mi trabajo \u201cLas ideolog\u00edas\u201d, en Varios: Razonalismo. Homenaje a Fern\u00e1ndez de la Mora<\/em>, Fundaci\u00f3n Balmes, Madrid 1995, p\u00e1gs. 153-159..
            \n
            <\/a> Tal aprendizaje es la tarea que propongo en mi Inteligencia creativa<\/em>, BAC, Madrid 3<\/sup>2002 (remodelaci\u00f3n del libro El arte de pensar con rigor y vivir de forma creativa<\/em>).
            \n
            <\/a> Sobre el sentido de la vida pueden verse las obras siguientes: M. Benzo Mestre: Sobre el sentido de la vida<\/em>, BAC, Madrid 1986; E. Fromm: La patolog\u00eda de la normalidad<\/em>, Paid\u00f3s, Barcelona 1994; J. G\u00f3mez Caffarena: Metaf\u00edsica fundamental<\/em>, Revista de Occidente, Madrid 1969; R. Lauth: Die Frage nach dem Sinn des Daseins<\/em>, J. A. Barth, Munich 1953; A. L\u00f3pez Quint\u00e1s: El encuentro y la plenitud de vida espiritual<\/em>, Ed. Claretianas, Madrid 1990, p\u00e1gs. 27, 37, 111. 127; R. May: Libertad y destino en psicoterapia<\/em>, Descl\u00e9e de Brouwer, Bilbao 1988; J. Rof Carballo y J. del Amo: Terap\u00e9utica del hombre. El proceso radical del cambio<\/em>, Descl\u00e9e de Brouwer, Bilbao 1986.<\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":"

            Alfonso L\u00f3pez Quint\u00e1s   Alfonso L\u00f3pez Quint\u00e1s es miembro de la Real Academia de Ciencias Morales y Pol\u00edticas   S\u00cdNTESIS DEL ART\u00cdCULO Partiendo de la reflexi\u00f3n de V. Frankl, el autor presenta no s\u00f3lo la necesidad de dar sentido a la vida, sino tambi\u00e9n, todo lo que ello implica, desgranando gradualmente su verdadero significado. Subraya, […]<\/p>\n","protected":false},"author":3,"featured_media":0,"comment_status":"closed","ping_status":"closed","sticky":false,"template":"","format":"standard","meta":{"_et_pb_use_builder":"","_et_pb_old_content":"","_et_gb_content_width":"","inline_featured_image":false,"footnotes":""},"categories":[859,854,94],"tags":[],"_links":{"self":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/9188"}],"collection":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/posts"}],"about":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/types\/post"}],"author":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/users\/3"}],"replies":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/comments?post=9188"}],"version-history":[{"count":0,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/9188\/revisions"}],"wp:attachment":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/media?parent=9188"}],"wp:term":[{"taxonomy":"category","embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/categories?post=9188"},{"taxonomy":"post_tag","embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/tags?post=9188"}],"curies":[{"name":"wp","href":"https:\/\/api.w.org\/{rel}","templated":true}]}}