{"id":9232,"date":"2003-12-01T00:00:40","date_gmt":"2003-11-30T22:00:40","guid":{"rendered":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/?p=9232"},"modified":"2003-12-01T00:00:40","modified_gmt":"2003-11-30T22:00:40","slug":"los-vaivenes-del-voluntariado","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/los-vaivenes-del-voluntariado\/","title":{"rendered":"Los vaivenes del Voluntariado"},"content":{"rendered":"
Luis Aranguren Gonzalo<\/strong> Luis Aranguren Gonzalo<\/em><\/p>\n Asesor en la Plataforma para la Promoci\u00f3n del Voluntariado en Espa\u00f1a<\/em><\/p>\n \u00a0<\/em> \u00a0<\/em> \u00a0<\/em> \u00a0<\/em> \u00a0<\/em> \u00a0<\/em> <\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":" Luis Aranguren Gonzalo Luis Aranguren Gonzalo Asesor en la Plataforma para la Promoci\u00f3n del Voluntariado en Espa\u00f1a De qu\u00e9 estamos hablando El voluntariado, antes que un concepto, es una pr\u00e1ctica vinculada a un modo concreto de vivir la solidaridad. Una pr\u00e1ctica que se traduce en: – Una disposici\u00f3n de ayuda hacia […]<\/p>\n","protected":false},"author":3,"featured_media":0,"comment_status":"closed","ping_status":"closed","sticky":false,"template":"","format":"standard","meta":{"_et_pb_use_builder":"","_et_pb_old_content":"","_et_gb_content_width":"","footnotes":""},"categories":[862,425,94],"tags":[],"class_list":["post-9232","post","type-post","status-publish","format-standard","hentry","category-experiencias-323","category-luis-aranguren-gonzalo","category-mision-joven-2"],"_links":{"self":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/9232","targetHints":{"allow":["GET"]}}],"collection":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/posts"}],"about":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/types\/post"}],"author":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/users\/3"}],"replies":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/comments?post=9232"}],"version-history":[{"count":0,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/9232\/revisions"}],"wp:attachment":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/media?parent=9232"}],"wp:term":[{"taxonomy":"category","embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/categories?post=9232"},{"taxonomy":"post_tag","embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/tags?post=9232"}],"curies":[{"name":"wp","href":"https:\/\/api.w.org\/{rel}","templated":true}]}}
\n <\/p>\n
\nDe qu\u00e9 estamos hablando<\/strong>
\n
\nEl voluntariado, antes que un concepto, es una pr\u00e1ctica vinculada a un modo concreto de vivir la solidaridad. Una pr\u00e1ctica que se traduce en:
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\nPor tanto, hablamos de voluntariado como pr\u00e1ctica de valores que humanizan y conducen a este mundo a fraguar islas y archipi\u00e9lagos de trabajo por la justicia y la paz en el seno de una sociedad como la nuestra, que globalmente camina por derroteros de autosatisfacci\u00f3n y de ceguera ante un modelo de crecimiento econ\u00f3mico que expulsa a los d\u00e9biles a los m\u00e1rgenes del camino o los abandona en las orillas de nuestras playas. Entendemos, pues, el voluntariado como la expresi\u00f3n de lo que en otros tiempos se ha denominado compromiso social, cuando no, militancia.
\nCiertamente durante estos \u00faltimos diez a\u00f1os se han ido produciendo modificaciones tanto por dentro como por fuera del voluntariado. En este art\u00edculo me propongo se\u00f1alar tan s\u00f3lo algunos de estos cambios.
\n
\n1.- Del voluntariado ol\u00edmpico al despertar de \u00c1frica <\/strong>
\n\u00a0<\/em>
\n1992 es fecha clave de un pretendido salto cualitativo en la modernizaci\u00f3n y el progreso de Espa\u00f1a. En ese contexto, asistimos al nacimiento de todo un movimiento de voluntariado ol\u00edmpico en Barcelona 92. En tiempos de desencanto pol\u00edtico, disminuci\u00f3n de la militancia social y pol\u00edtica, el voluntariado deportivo se adue\u00f1a del escenario de la ocupaci\u00f3n solidaria del tiempo libre, introduciendo un modelo de solidaridad que no tiene que ver con el rostro del \u201chu\u00e9rfano, del extranjero y de la viuda\u201d, sino que se enmarca en una extenso concepto de \u201cbien com\u00fan\u201d general que facilita la ayuda en \u00e1mbitos tan dispares como el deportivo, el cultural, el social, etc.
\nAl poco tiempo, emerge a trav\u00e9s de nuestras televisiones el despertar en nuestras conciencias de un continente que muere de hambre. Las hambrunas de Somalia, Etiop\u00eda, los desplazamientos de cientos de miles de refugiados en Los Grandes Lagos, los enfrentamientos fraticidas entre hermanos separados por una l\u00ednea artificial pensada desde Europa en el reparto del continente durante el siglo XIX, todas esas im\u00e1genes apabullan una conciencia colectiva un tanto adormecida. En ese contexto, las acampadas del movimiento 0,7, junto con la tradicional atenci\u00f3n a personas y colectivos vulnerables y excluidos de nuestro Cuatro Mundo, hacen viable el nacimiento de una nueva generaci\u00f3n joven que protagoniza la proliferaci\u00f3n de buena parte de las ONG para el Desarrollo y de Acci\u00f3n Social en nuestro pa\u00eds.
\nEl tratamiento medi\u00e1tico de tanta desgracia ajena dio paso en nuestro pa\u00eds a la creaci\u00f3n de una sensibler\u00eda pseudosolidaria que se alimenta de la conmoci\u00f3n sentimental y que a\u00fan subsiste en forma de telemaratones solidarios por Navidad, voluntariados de famosos y una especie de prestigio social que da el voluntariado. Durante estos a\u00f1os, se da una suerte de mestizaje de voluntariados que asimismo responden a l\u00f3gicas motivacionales distintas y distantes. Junto con los \u201chijos de la causa\u201d, militantes comprometidos en una acci\u00f3n generosa y a veces desproporcionada, ejercida desde la m\u00e1xima del deber y de esa \u00e9tica de la convicci\u00f3n que no hace caso de las consecuencias de las propias acciones, nos encontramos con lo que Imanol Zubero denomina con acierto \u201clos hijos de la libertad\u201d, es decir, esos voluntarios que en el marco de la acci\u00f3n social aqu\u00ed o en los pa\u00edses del Sur, est\u00e1n componiendo el mapa de una nueva generaci\u00f3n c\u00edvica que es la que hoy protagoniza nuestros voluntariados sociales. Se trata de una nueva generaci\u00f3n :
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\nEstas caracter\u00edsticas nos sit\u00faan ante una generaci\u00f3n c\u00edvica que busca a tientas su espacio social, y que en esa b\u00fasqueda se haya absolutamente condicionado por los sucesivos vaivenes de car\u00e1cter legal que se han sucedido en Espa\u00f1a desde la aparici\u00f3n de las primeras leyes auton\u00f3micas de voluntariado y, en especial, desde la promulgaci\u00f3n de la ley estatal del voluntariado, del a\u00f1o 1996.
\n <\/p>\n\n
\nEn 1996 se promulga la ley estatal del voluntariado. Es el comienzo de un imparable proceso de institucionalizaci\u00f3n de una pr\u00e1ctica de la solidaridad que al parecer interesa magnificar y absolutizar, siendo as\u00ed que con el impulso de esta ley nos encontramos con la imparable labor de propaganda institucional del voluntariado como la forma m\u00e1s genuina realizar la solidaridad y como el elemento colectivo m\u00e1s importante de la sociedad civil. Con ser importante el voluntariado, este \u201cascenso\u201d en prestigio social y medi\u00e1tico no se corresponde con la realidad de un voluntariado que en realidad es minoritario y que se hermana con otras formas de vivir y practicar la solidaridad. Respecto a la ley del voluntariado es importante reflejar que nace de la voluntad del gobierno socialista, desde unos planteamientos de fondo que tienen que ver con la exaltaci\u00f3n del Estado del bienestar como garante de todas las medidas de protecci\u00f3n social, de tal manera que subsidiariamente el voluntariado es visto como ese a\u00f1adido temporal que existe hasta que las distintas modalidades de poder p\u00fablico no intervenga, puesto que donde exista la t\u00e9cnica, el poder de los expertos y los presupuestos p\u00fablicos que se quiten los generosos y los voluntarios.
\nEsta ley, adem\u00e1s, abunda en algunos desacuerdos b\u00e1sicos que el voluntariado de acci\u00f3n social ha venido denunciando con frecuencia:
\n <\/p>\n\n
\nDe alguna forma, asistimos a una especie de desactivaci\u00f3n del voluntariado de acci\u00f3n social, seg\u00fan vimos con la explosi\u00f3n del voluntariado ol\u00edmpico de Barcelona 92. el voluntariado multiforme en eventos deportivos, museos, entidades p\u00fablicas, bodas reales, junto con el de cooperaci\u00f3n al desarrollo y el de acci\u00f3n social se plasma en eso que la ley denomina \u201cactividades de inter\u00e9s general\u201d, aut\u00e9ntico \u201cparaguas \u201c que da cobijo a cuantos voluntarios quieran acceder a esta protecci\u00f3n. Esta concepci\u00f3n del voluntariado ha tenido progresivamente sus efectos perversos a la hora, por ejemplo, de organizar y poner en marcha plataformas o coordinadoras locales de voluntariado en las que aparec\u00edan bajo la misma ley asociaciones y grupos de claro incidencia en la acci\u00f3n social con colectivos desfavorecidos, junto con nuevos voluntariados que promueven visitas guiadas a museos o acciones de tiempo libre tales como el parapente, etc. Del mismo modo, cuando se ha generado alg\u00fan consejo municipal, auton\u00f3mico o estatal, se ha planteado el mismo problema. Se trata de voluntariados muy diferentes. No es lo mismo colaborar en un piso de acogida a inmigrantes que realizar gratuitamente actividades de tipo cultural. Una no es mejor que la otra pero s\u00ed son de naturaleza distinta.
\nOtras cuestiones relevantes de esta ley son las siguientes:
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\nCon la ley del voluntariado se entra a regular y juridizar todo aquello que tradicionalmente se hab\u00eda regido mediante c\u00f3digos morales de car\u00e1cter espont\u00e1neo. El derecho se estira para normativizar la colaboraci\u00f3n social que en nuestro pa\u00eds tiene que ver con el ejercicio de la solidaridad primaria tanto en las ciudades como, especialmente, en las zonas rurales. En cualquier caso, se especifica un tipo de relaci\u00f3n entre voluntario y entidad que m\u00e1s se parece a una relaci\u00f3n laboral, s\u00f3lo que sin sueldo.
\n <\/p>\n\n
\nUno de los primeros signos de institucionalizaci\u00f3n del voluntariado que se observan en la ley estatal se plasma en el progresivo control que se ejerce sobre los voluntarios y sobre las organizaciones sociovoluntarias. Las personas ser\u00e1n voluntarias en tanto se encuentren registradas, tengan un carn\u00e9 o una acreditaci\u00f3n, lo cual invita a una l\u00f3gica institucional que, en cualquier caso, deber\u00eda subordinarse, en el \u00e1mbito de lo c\u00edvico-educativo, a la l\u00f3gica del proceso educativo que encuentra elementos reforzadores en otras instancias diferentes a la de los registros y los papeles cumplimentados.\u00a0\u00a0 Ello ha derivado, en consecuencia, en una perversa burocratizaci\u00f3n de los espacios educativos del voluntariado. As\u00ed, los lugares de acogida al voluntario se van reduciendo en mucho casos a despachos donde se formaliza y se realiza el papeleo administrativo imprescindible para \u201cdar de alta\u201d al nuevo voluntario; en este contexto, resulta dif\u00edcil, activar el adecuado proceso de acogida, informaci\u00f3n y orientaci\u00f3n deseable en estos casos.
\n <\/p>\n\n
\nLa gratuidad es un valor que refleja la grandeza del voluntariado. Sin embargo, la gratuidad que aparece en la ley se centra exclusivamente en la no recepci\u00f3n de gratificaciones de car\u00e1cter econ\u00f3mico, as\u00ed como la obligaci\u00f3n de ser cubierto en cuantos gastos ocasione la actividad voluntaria. Es una gratuidad reducida a \u201cgastos pagados\u201d. La actividad voluntaria, en su expresi\u00f3n de donaci\u00f3n gratuita, se entiende en la ley desde una visi\u00f3n netamente patrimonial, seg\u00fan la cual si la actividad voluntaria no debe ser un mecanismo de enriquecimiento, tampoco puede ser una v\u00eda de p\u00e9rdida del propio sustento econ\u00f3mico con que cuenta la persona voluntaria. Es la gratuidad comprendida como \u201csuma cero\u201d desde una visi\u00f3n economicista que, con ser acertada, no es la m\u00e1s importante de cara al propio voluntariado y a la acci\u00f3n social en su conjunto. En los contextos de formaci\u00f3n del voluntariado no es raro encontrarse con esta visi\u00f3n de la gratuidad por parte de los voluntarios; una visi\u00f3n que, con ser cierta, no se adecua realmente a la riqueza de ese valor en el contexto de la acci\u00f3n voluntaria. Por parte, la exacerbaci\u00f3n de la gratuidad como no percepci\u00f3n de cantidad econ\u00f3mica alguna, en no pocos casos ha constituido la v\u00eda de entrada de un cierto voluntariado que ha cubierto, de hecho, puestos de trabajo a coste cero.
\n <\/p>\n\n
\nQuiz\u00e1 uno de los elementos que levant\u00f3 en su d\u00eda m\u00e1s cr\u00edticas entre el movimiento voluntario fue la introducci\u00f3n de incentivos no econ\u00f3micos en la ley del voluntariado., que aparecen en los art\u00edculos 14 y 15. Estos incentivos, parad\u00f3jicamente, vienen a cuestionar la gratuidad o el desinter\u00e9s como caracter\u00edsticas principales de la acci\u00f3n voluntaria. Los incentivos se han convertido en un grave lastre que distorsiona y enfrenta en numerosas ocasiones a los poderes p\u00fablicos con algunas organizaciones y plataformas de voluntariado. En los \u00faltimos tiempos, la Comunidad Aut\u00f3noma de Madrid ha puesto en marcha una pretendida \u201ctarjeta solidaria\u201d con la cual la persona voluntaria obtiene descuentos en numerosos almacenes y comercios as\u00ed como en cines y otras actividades culturales. La Administraci\u00f3n P\u00fablica desea as\u00ed felicitar y reconocer la labor del voluntariado (especialmente el m\u00e1s joven) incit\u00e1ndole por otra parte a consumir m\u00e1s. Poco a poco se fomenta un tipo de voluntariado acr\u00edtico y sumiso al poder p\u00fablico de turno. \u00bfC\u00f3mo ser voluntario defendiendo a los inmigrantes sin papeles, recibiendo amenazas y restricciones legales al tiempo que recibe parabienes y descuentos en almacenes y cines? Trasladar el \u201cbonojoven\u201d de la Comunidad de Madrid, que ofrece justos descuentos en materia de trasportes a los j\u00f3venes madrile\u00f1os, al campo del voluntariado social es desconocer en el fondo y en la forma el sustento \u00e9tico del que nace esta acci\u00f3n solidaria. En el voluntariado no cabe otro reconocimiento que el \u201cc\u00f3mo est\u00e1s\u201d, \u201cqu\u00e9 necesitas\u201d y \u201cgracias\u201d; las recompensas econ\u00f3micas aunque sea con descuentos m\u00ednimos son formas perversas de adulterar la naturaleza del voluntariado.
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\n3.- Planes estatales del Voluntariado<\/strong>
\n
\nYa desde el gobierno del Partido Popular, se realizan dos planes estatales del voluntariado. El primero abarca actuaciones y medidas desde 1997 hasta el pasado a\u00f1o 2000. Prosigue la colonizaci\u00f3n de voluntariado desde la l\u00f3gica neoliberal, en este caso, que abre libre campo de juego a la sociedad civil mientras que la Administraci\u00f3n P\u00fablica se va retirando de su responsabilidad en el \u00e1mbito de las pol\u00edticas sociales. El Estado de Bienestar entra en crisis y va mutando sus tonalidades y visiones de fondo.
\nAs\u00ed, en el Primer Plan estatal hay una cierta obsesi\u00f3n por aumentar el n\u00famero de personas voluntarias y es donde m\u00e1s se nota esa especie de propaganda oficial seg\u00fan la cual o eres voluntario o no sales en la foto de la solidaridad. En el segundo Plan del voluntariado (2001-2004) en el que actualmente nos encontramos, se da una vuelta de tuerca al proceso de institucionalizaci\u00f3n del voluntariado; en este caso, la diana se encuentra en las organizaciones de voluntariado y en la llamada a que se modernicen utilizando los patrones de gesti\u00f3n de la empresa privada. Con ser cierto que muchas organizaciones de voluntariado funcionan m\u00e1s por intuici\u00f3n y desde la provisionalidad y andan carentes de principios b\u00e1sicos de planificaci\u00f3n y gesti\u00f3n, quiz\u00e1 no sea lo m\u00e1s acertado trasladar sin m\u00e1s los sistemas de gesti\u00f3n de la empresa privada al marco del voluntariado. En el fondo de esta cuesti\u00f3n late la visi\u00f3n de las organizaciones de voluntariado como entidades prestadoras de servicios que van siendo subcontratadas por los poderes p\u00fablicos a bajo coste, ya que buena parte del capital humano que interviene en la organizaci\u00f3n es voluntario. En este caso, conviene distinguir y no dejarse manipular. Que las organizaciones solidarias necesitan compaginar su impulso \u00e9tico con una buena gesti\u00f3n que haga prosperar su acci\u00f3n en lograr mayor y mejor eficiencia y calidad, es algo necesario y urgente. Otra cosa es generar organizaciones cl\u00f3nicas al servicio de las pol\u00edticas sociales y econ\u00f3micas neoliberales.
\n
\n4.- Y del voluntariado cat\u00f3lico, \u00bfqu\u00e9?<\/strong>
\n\u00a0<\/em>
\nAl hilo del despoblamiento progresivo de no pocos hombres y mujeres de nuestras Iglesias, se ha producido un incremento de pertenencia de personas a los distintos voluntariados de car\u00e1cter confesional que existen en el seno de las Congregaciones Religiosas y otras organizaciones como C\u00e1ritas, Manos Unidas, por citar las dos m\u00e1s conocidas. Ahora bien, el car\u00e1cter de confesionalidad de estas instituciones de voluntariado ha ido puliendo un tipo de sujeto voluntario de car\u00e1cter plural. As\u00ed, en una organizaci\u00f3n de voluntariado cat\u00f3lico hoy contamos con: cat\u00f3licos que activamente participan de la vida de la Iglesia a trav\u00e9s de otros grupos de catecumenado o en movimientos de seglares, cat\u00f3licos alejados de la pr\u00e1ctica cotidiana tanto de sacramentos como de pertenencia a otro tipo de grupos o comunidades, agn\u00f3sticos movidos por fuertes sentimientos de humanidad y sentido de justicia, personas de otras religiones que no tienen problema alguno en participar en una organizaci\u00f3n cat\u00f3lica. \u00bfQu\u00e9 quiere decir todo esto? A mi juicio se trata de una situaci\u00f3n real que deber\u00edamos escuchar y mirar desde la clave de los \u201csignos de los tiempos\u201d que vivimos en este cambio de siglo.
\n <\/p>\n\n
\nEn efecto, el voluntariado no deja de ser un espacio de pertenencia, pero ante todo lo es de relaci\u00f3n y de encuentro de voluntarios con personas que sufren y con otros voluntarios y profesionales de esa determinada entidad. En nuestra cultura sobran los no-lugares, es decir, esos espacios urbanos donde el encontronazo, la tarjeta de cr\u00e9dito, las prisas y los carritos de compra modelan nuestra vida. Y por otra parte, faltan espacios de encuentro. Ese espacio leg\u00edtimamente deseado mucha gente lo va concretando en el voluntariado, con la salvedad de que en esta cultura los espacios humanos son cada vez m\u00e1s transversales e itinerantes. La transversalidad de acciones, de motivaciones, de equipos de trabajo constituyen caracter\u00edsticas b\u00e1sicas del voluntariado actual .
\n <\/p>\n\n
\nFrente a la ortodoxia de quien clama por identidades cat\u00f3licas f\u00e9rreamente cerradas en s\u00ed mismas, el voluntariado de las organizaciones cat\u00f3licas construyen por v\u00eda de hecho una identidad cosmopolita basada en los valores evang\u00e9licos que se concretan en las pr\u00e1cticas del Reino que hablan de dar de comer al hambriento, beber al sediento, visitar al enfermo o al preso. Son pr\u00e1cticas que para unos constituyen un ejercicio de pr\u00e1ctica de la fe mientras que para otros se quedan, y ya es mucho, en pr\u00e1cticas de justicia o de humanizazi\u00f3n. As\u00ed, pues, este voluntariado transversal tambi\u00e9n va forjando una identidad colectiva cosmopolita, ecum\u00e9nica y abierta que lejos de disolver la identidad particular de cada organizaci\u00f3n, la eleva a ese espacio tan querido por el Concilio Vaticano II seg\u00fan el cual la Iglesia se hace coloquio -y podr\u00edamos decir que mesa camilla- para dialogar y aprender a decir Dios <\/em>de distintas maneras. Este momento no es de fijaci\u00f3n ortodoxa de la identidad cat\u00f3lica sino de hacernos cargo de que lo que realmente ensombrece y eclipsa el nombre de Dios es la injusticia de nuestro mundo. Esto es lo suficientemente importante y sangrante como para dejarnos llevar por la obsesi\u00f3n identitaria que a algunos les ocupa in\u00fatilmente su tiempo.
\n <\/p>\n\n
\nCiertamente, en el origen del voluntariado que hoy conocemos, tambi\u00e9n en las organizaciones de Iglesia, no domina la actitud de transformaci\u00f3n o de cambio social. Es una realidad m\u00e1s pendiente de los efectos del sufrimiento humano que de sus causas, y en medio de una marcha cargada de hitos de car\u00e1cter legal tanto a nivel estatal como auton\u00f3mico o local, el voluntariado social va intentando encontrar su aut\u00e9ntico lugar en este mundo, con el objeto de ser fiel a aquellos a los que intenta servir y que son los perdedores de nuestra sociedad. En cualquier caso estos voluntariados hay que saberlos hermanar con otro espacio transversal de convivencia y de acci\u00f3n como son los que conforman ese tejido multiforme de redes, plataformas, coordinadoras, que m\u00e1s all\u00e1 del apellido \u201cde voluntariado\u201d conforman un sujeto de la solidaridad donde participan: movimientos sociales pacifistas, ecologistas, asociaciones locales de promoci\u00f3n y desarrollo comunitario, foros sociales inspirados en el foro de Porto Alegre, ONG, etc. Se trata de una tupida red que afronta la realidad desde el ejercicio de la a solidaridad. En todo este campo las organizaciones de Iglesia deber\u00edan afrontar de lleno su participaci\u00f3n \u201ccomo uno m\u00e1s\u201d, al servicio de una causa com\u00fan que nosotros lamamos Reinado de Dios, pero que otros denominan planeta habitable, barrio integrado, sociedad sin clases, fin del hambre, presupuestos participativos, etc. Todo ello con claro aroma evang\u00e9lico.
\n <\/p>\n\n
\nEl balance de estos \u00faltimos a\u00f1os nos pone, pues, en una situaci\u00f3n donde se entrecruzan sentimientos y expectativas: por un alado, se advierten claros s\u00edntomas de que asistimos a un imparable proceso de institucionalizaci\u00f3n del voluntariado, que tiene que ver con la incapacidad, incompetencia o ambas cosas a la vez, de los poderes p\u00fablicos en su obligaci\u00f3n de garantizar los derechos econ\u00f3micos y sociales b\u00e1sicos de todos los ciudadanos, en especial de los m\u00e1s desfavorecidos.
\nPor otra parte, en modo alguno abogo por una sociedad desresponsabilizada que deja todo en manos del Estado. Al contrario, bueno es que siga surgiendo del seno de la sociedad civil personas que se organicen para defender la solidaridad, la paz y la justicia social. Son muchas las personas que a lo largo de esta \u00faltima d\u00e9cada se han sumergido en el mundo de la solidaridad a trav\u00e9s del voluntariado. El capital social en juego es mucho y muy rico; se ha ido creando una red de relaciones, encuentros, plataformas, coordinadoras y acciones comunes locales y globales bien interesantes; las propias entidades se han dado un c\u00f3digo \u00e9tico que vigila y estimula los valores comunes por los que desean construir un mundo mejor. Los vaivenes de este voluntariado, el peligro de domesticaci\u00f3n que siempre le acecha, nos hace permanecer vigilantes y esperanzados para trabajar por un voluntariado de calidad.
\nY ah\u00ed est\u00e1 el reto de futuro, que apunto en una serie de tensiones en las que debemos seguir movi\u00e9ndonos con altura de miras:
\n <\/p>\n\n