{"id":9260,"date":"2003-10-01T00:00:32","date_gmt":"2003-09-30T22:00:32","guid":{"rendered":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/?p=9260"},"modified":"2003-10-01T00:00:32","modified_gmt":"2003-09-30T22:00:32","slug":"anorexia-artistica","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/anorexia-artistica\/","title":{"rendered":"Anorexia art\u00edstica"},"content":{"rendered":"

Siro L\u00f3pez<\/strong><\/p>\n

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    \n
  1. Ra\u00edces de belleza trascendente<\/strong><\/li>\n<\/ol>\n

     
    \nComenzaremos por el pasado. No es mi intenci\u00f3n realizar una argumentaci\u00f3n con tinte apolog\u00e9tico y cargado de a\u00f1oranzas, pero no hace falta esforzarse mucho para percatarse de que las religiones han sido verdaderas escuelas de arte. Puede parecer atrevido afirmar que el arte nace en el momento en que el hombre tiene conciencia de s\u00ed mismo e intenta relacionarse con lo trascendente, con la divinidad. La humanidad primera expres\u00f3 desde un principio sus creencias a trav\u00e9s de la danza, la m\u00fasica, la pintura…, fue \u00fanicamente despu\u00e9s de muchos milenios cuando recurri\u00f3 a la escritura para dejar constancia de sus credos religiosos. Si hici\u00e9semos un recorrido a \u201cvista de p\u00e1jaro\u201d a lo largo de la historia ilustrada del arte en los cinco continentes, nos dar\u00edamos cuenta que gran parte de la totalidad de las obras art\u00edsticas responden a un contenido transcendente y espiritual. Desde las pinturas de las cuevas rupestres, pasando por las pir\u00e1mides de Egipto y continuando por toda la amplia arquitectura de templos e iglesias. De forma parecida sucede en el campo de la pintura, escultura, m\u00fasica y danza ritual que se han mantenido en constante vitalidad a lo largo de toda la humanidad.
    \n 
    \nNo puede darse una manifestaci\u00f3n religiosa sin un acondicionamiento del espacio, de la vestimenta, de la m\u00fasica, de lo simb\u00f3lico, de las palabras y gestos, sin im\u00e1genes po\u00e9ticas o cultuales. \u201cExiste por tanto, un arte sagrado bajo la forma de una poes\u00eda sagrada, de una elocuencia sagrada, de una m\u00fasica sagrada, de una arquitectura sagrada, una iconograf\u00eda sagrada, y esto, en todos los pueblos que han tenido una historia lo suficientemente larga, lo suficientemente pac\u00edfica y lo suficientemente abierta a la est\u00e9tica para permitir la aparici\u00f3n de un arte sagrado.\u201d[1]<\/a> No puede darse una religi\u00f3n divorciada de la belleza. Si as\u00ed fuera, estar\u00edamos ante el estado febril de una religi\u00f3n convertida en santuario arqueol\u00f3gico que intenta sobrevivir de las a\u00f1oranzas del pasado.
    \n 
    \nUna fe que no se crea su expresi\u00f3n propia encarnada en la expresi\u00f3n art\u00edstica contempor\u00e1nea es una fe muerta, ag\u00f3nica o gravemente debilitada. Pero tambi\u00e9n, una creaci\u00f3n art\u00edstica que no ha descubierto en el universo de la experiencia religiosa una fuente de sentido y trascendencia se ha negado a s\u00ed misma el descubrimiento de su fundamento.
    \n 
    \nLa creaci\u00f3n art\u00edstica, como la fe y esperanza teologales, no son s\u00f3lo reflejo de una realidad ya existente sino suscitaci\u00f3n de realidad todav\u00eda no existente. El artista, al igual que el santo, no van arreando por detr\u00e1s el ganado de los hombres, confirmando sus evidencias o legitimando sus seguridades sino por delante, abriendo nuevos senderos, provocando y suscitando nuevos interrogantes, facilitando la labor de acceso a nuevas realidades.
    \n 
    \nDesde el siglo III-IV de la \u00e9poca cristiana hasta el siglo XVII la cultura occidental, en sus manifestaciones est\u00e9ticas es, al mismo tiempo que historia del arte, historia del cristianismo. La inmensa mayor\u00eda de las obras art\u00edsticas producidas en estos siglos, han sido manifestaci\u00f3n de la fe de las comunidades en las que surg\u00edan y obras en las que se expresaba la capacidad art\u00edstica de esas comunidades.
    \n 
    \nPero en este breve art\u00edculo de an\u00e1lisis de la realidad art\u00edstica como expresi\u00f3n de la fe anunciada partiremos del modernismo como el inicio de un declive, que como todo invierno esperemos que pronto se divise una nueva primavera.
    \n<\/strong>
    \n <\/strong><\/p>\n

      \n
    1. Modernismo como fantas\u00eda<\/strong><\/li>\n<\/ol>\n

       
      \nLa Iglesia cat\u00f3lica que tuvo que pagar muy caro su anterior indiferencia y rechazo al progreso cient\u00edfico y su filiaci\u00f3n con las fuerzas conservadoras y explotadoras se esfuerza en este periodo por mantener su pureza doctrinal frente a pretendidos progresos de la cultura contempor\u00e1nea, y por defender a los oprimidos por el sistema liberal.
      \n 
      \nEl arte modernista adquiere toda una tendencia simb\u00f3lica heredada del romanticismo, que le hace desembocar en el gusto en su dise\u00f1o por las l\u00edneas ondulantes, torsiones asim\u00e9tricas, etc. Se extender\u00e1 sobre todo en el dise\u00f1o del mueble, en el papel ornamental, en el tejido, en el cartel y en la epidermis arquitect\u00f3nica. Es un arte esencialmente decorativo. Este estilo tuvo muy poca aceptaci\u00f3n en la arquitectura religiosa si exceptuamos la obra del gran creativo Antonio Gaud\u00ed (1852-1926). La inacabada catedral de la Sagrada Familia<\/em> que da identidad a la ciudad de Barcelona quer\u00eda ser al mismo tiempo, un lugar para el culto y un verdadero monumento creativo dedicado a Dios. Todo un proyecto de \u201cborrachera creativa\u201d cuidadosamente estudiado y armonizado; por ejemplo : en las cuatro torres de la fachada (estaban proyectadas 18 torres), las piedras est\u00e1n aparejadas en tornavoz para dirigir el sonido de las campanas hacia el suelo, toda una novedad. Llama tambi\u00e9n la atenci\u00f3n de las obras religiosas de Gaud\u00ed, la Capilla de la colonia G\u00fcell<\/em> en Santa Coloma, por su estructura irregular, sus distintos niveles espaciales y su cuidado desarrollo lit\u00fargico.
      \n 
      \nOtro creativo fue Dom Paul Bellot (1878-1944) que siendo arquitecto se hizo monje y realiz\u00f3 multitud de obras por toda Europa. Su material preferido era el ladrillo, creando juegos de formas que nos recuerdan al arte mud\u00e9jar y sellando los materiales con cer\u00e1mica policromada.
      \n 
      \nEn el arte simb\u00f3lico las obras religiosas fueron espor\u00e1dicas. El Cristo amarillo<\/em> de Gauguin o la decoraci\u00f3n de la Capilla del Rosario encomendada a Henri Matisse, etc. Algo m\u00e1s representativa fue las obras de Maurice Denis (1870-1943) y Antoine Bourdelle (1861-1929).
      \n 
      \nLos expresionistas creyentes fueron capaces de plasmar en su arte, una sincera y dram\u00e1tica religiosidad que no fue bien acogida por algunos cristianos aburguesados en la religi\u00f3n del bienestar. Era demasiado fuerte para su sensibilidad. Georges Desvalli\u00e8res (1861-1950) cre\u00f3, sensibilizado por el horror de la guerra, obras de fuerte expresividad : el Sagrado Coraz\u00f3n, Cristo flagelado. De forma similar, la obra de Georges Rouault (1871-1958), con lienzos como el Santo Sudario, Cristo expuesto a los ultrajes y sus conocidos grabados Miserere y la del belga Albert Servaes (1883-1966), con sus emocionantes ciclos sobre la Vida de la Virgen y sobre la Pasi\u00f3n de Cristo.
      \n 
      \nEl descubrimiento de los nuevos materiales, como es el caso del hierro y del hormig\u00f3n, van a transformar las posibilidades estructurales de la arquitectura. En un principio se da un cierto recelo a introducir en los templos, el cemento armado en sustituci\u00f3n de los materiales nobles; pero su rapidez de construcci\u00f3n y su bajo coste econ\u00f3mico, convencer\u00e1n sin mucha tardanza. En realidad, las nuevas iglesias no dejar\u00e1n de ser ensayos arquitect\u00f3nicos, motivados por el nuevo impulso lit\u00fargico. Iglesias como Santa Teresa<\/em> de Auguste Perret, Santa Mar\u00eda<\/em> de Hans Herkommer, Esp\u00edritu Santo<\/em> de Martin Weber, etc. Se optar\u00e1 por un cierto minimalismo : simplicidad, pureza, desnudez, ausencia de color… Lo que en un principio se cuid\u00f3 enseguida se pas\u00f3 a la mera construcci\u00f3n de iglesias como si fuesen meros \u201cpabellones deportivos\u201d con perd\u00f3n del respetado deporte.
      \n 
      \n3. Situaci\u00f3n actual<\/strong>
      \n 
      \nUn divorcio consumado <\/em>entre fe y arte contempor\u00e1neo<\/em>
      \n 
      \nComenzar\u00e9 por la frase frecuentemente citada de Juan Pablo II que sintetiza con claridad el problema que queremos plantear: \u201cLa s\u00edntesis entre fe y cultura no es s\u00f3lo una exigencia de la cultura, sino de la fe. Una fe que no llega a convertirse en cultura es una fe no plenamente acogida, no totalmente pensada y no fielmente vivida\u201d
      [2]<\/a> Es una afirmaci\u00f3n muy comprometida, siempre que no responda a un mero protocolo discursivo en presencia de intelectuales, como respuesta a la siguiente pregunta que nos planteamos: \u00bfCu\u00e1l es la raz\u00f3n de la falta de sentido que se advierte en las obras o manifestaciones art\u00edsticas de la Iglesia en nuestros d\u00edas ; ella que durante siglos fue exponente de belleza?
      \n 
      \nSi realmente somos sinceros, se est\u00e1 aludiendo a una ruptura o divorcio profundo entre la cultura y la fe. La Iglesia no s\u00f3lo ha dejado de ser protagonista sino que ha dejado de figurar en el reparto. En la actualidad no deja de ser un tema suficientemente comentado y analizado en diversidad de libros y revistas, pero en el que no se acaba de dar pasos concretos que visualicen una fe expresada y enriquecida por los diversos lenguajes, propios de la cultura en la que vivimos. Quiz\u00e1s porque se mantienen actitudes defensivas y de sospecha sin justificaci\u00f3n, como si se temiese contaminarse. \u201cA partir del momento en que comenz\u00f3 el proceso de secularizaci\u00f3n de la sociedad, la Iglesia -incapaz de descubrir los valores que subyac\u00edan al mismo- se neg\u00f3 a despedirse de la cultura que fenec\u00eda, comenzando as\u00ed una etapa de creciente aislamiento. Podr\u00edamos decir que desde el siglo XVI la Iglesia ha vivido permanentemente a la defensiva.\u201d
      [3]<\/a> En su tiempo, el mismo Ratzinger llegar\u00e1 a decir : \u201cLa Iglesia se quit\u00f3 a s\u00ed misma la posibilidad de vivir lo cristiano como actual.\u201d[4]<\/a> \u201c\u00bfMas c\u00f3mo recuperar en el momento actual, tan tard\u00edo, lo perdido ?\u201d[5]<\/a>
      \n 
      \nY no es f\u00e1cil luchar contra esa coraza met\u00e1lica que aprisiona y congela toda manifestaci\u00f3n de sensibilidad y cordura. Dietrich Bonhoeffer escribe: \u201cLa estupidez es un enemigo m\u00e1s peligroso del bien que de la maldad. Contra la maldad se puede protestar, cabe desenmascararla, es posible impedirla mediante la violencia si fuera preciso. (…) Frente a la estupidez, sin embargo, nos encontramos inermes. Frente a ella, la protesta y la violencia son totalmente inoperantes. Los razonamientos no prenden, no se da cr\u00e9dito a los hechos que contradicen los prejuicios propios.\u201d
      [6]<\/a>
      \n 
      \nSin embargo, desde los primeros momentos de la Iglesia, entonces m\u00e1s expl\u00edcita y ardientemente, hasta nuestros d\u00edas, los cristianos han sentido la necesidad imperiosa de reconciliar en s\u00ed mismos los distintos lenguajes art\u00edsticos con la expresi\u00f3n de su fe. Se han realizado an\u00e1lisis de por qu\u00e9 se ha producido esta ruptura, de cuando y c\u00f3mo. Se ha buscado la culpabilidad ya sea en la cultura moderna o en la fe que no ha sido capaz de encarnarse dentro de la cultura. Pero \u00bfpodemos quedarnos aqu\u00ed, en el simple an\u00e1lisis del pasado, mientras mantenemos disimuladamente recelos y sospechas, intransigencias y actitudes pesimistas que \u00fanicamente nos distancian y nos bloquean?
      \n 
      \nSi en algo puede estar la Iglesia orgullosa a lo largo de su ajetreada historia es precisamente en su intento din\u00e1mico de ser una Buena Noticia expresada con los lenguajes propios de su cultura. Como muy bien se afirma en la Constituci\u00f3n Sacrosanctum Concilium<\/em>: \u201cLa Iglesia nunca consider\u00f3 como propio ning\u00fan estilo art\u00edstico, sino que acomod\u00e1ndose al car\u00e1cter y las condiciones de los pueblos y a las necesidades de los diversos ritos, acept\u00f3 las formas de cada tiempo, creando en el curso de los siglos un tesoro art\u00edstico digno de ser conservado cuidadosamente.\u201d
      [7]<\/a>
      \n 
      \nEs de desear que en este nuevo siglo en el que nos encontramos, donde los cambios y transformaciones culturales acontecen a una velocidad vertiginosa, donde el multiculturalismo, la imagen y los medios de comunicaci\u00f3n social llevan la delantera, la Iglesia tenga la valent\u00eda de reconocer su paso lento e intente realizar todo tipo de esfuerzos para poder acercarse y hacerse entender al hombre y a la mujer del siglo XXI. De nada sirve expresar la fe en categor\u00edas culturales del pasado pues se hace in\u00fatil y bald\u00eda toda la labor evangelizadora destinada al hombre y mujer de nuestro siglo. Eso no desmerece los esfuerzos, la calidad y la necesidad de valorar la riqueza art\u00edstica y catequ\u00e9tica de nuestro patrimonio art\u00edstico, v\u00e9ase las exposiciones organizadas por la Fundaci\u00f3n Las Edades del Hombre<\/em>. Pero nos debemos preguntar \u00bfd\u00f3nde est\u00e1n las obras de arte (al menos de los artistas creyentes) que expresen las diferentes corrientes teol\u00f3gicas presentadas en la actualidad? \u00bfAcaso la Iglesia de hoy, en el nuevo siglo de la imagen, ya no necesita de nuevas hierofan\u00edas?
      \n 
      \n\u00bfDificultades insuperables ?<\/em>
      \n 
      \nLa fe cristiana en cuanto se vive y se expresa en un grupo humano concreto, se configura necesariamente como realidad cultural y art\u00edstica en consonancia con las pautas y lenguajes de ese grupo humano en el que se inserta. A lo largo de la historia, la fe se ha ido implantando en \u00e9pocas y pa\u00edses diversos, en situaciones y costumbres determinadas, en universos simb\u00f3licos diferentes, en una amplia diversidad de culturas. En ellas se institucionaliza y en ellas queda enmarcada. De este modo la artes propias de ese grupo humano llegan a impregnar tanto las representaciones y formulaciones del mensaje revelado, como las pr\u00e1cticas y expresiones cristianas. Y as\u00ed, aunque la fe no se puede reducir a cualquier forma sociocultural, la fe s\u00f3lo llega a ser experimentada si se expresa en formas art\u00edsticas determinadas.
      \n 
      \nPero la situaci\u00f3n actual parece m\u00e1s complicada. En la nueva realidad social, nos encontramos con un amplio pluralismo cultural
      [8]<\/a> en donde la fe aparece como una posibilidad m\u00e1s al lado de otras, pero ya no por encima de ellas. Las interpretaciones de lo real, de las creencias y de los valores, han dejado de ser uniformes en la cultura de nuestra sociedad espa\u00f1ola. Ser creyente en el seno de una cultura plural como la nuestra ser\u00e1 ya, cada vez m\u00e1s, una cuesti\u00f3n de opci\u00f3n personal, y cada vez menos una cuesti\u00f3n de mimesis social. En la pre-modernidad, el acto de fe y la propia identidad cristiana contaba con una amplia aceptaci\u00f3n o plausibilidad del acto de fe. Con el advenimiento de la modernidad esta actitud que se cre\u00eda permanente se ha ido derritiendo con las altas temperaturas y en ciertos casos, quemaduras propiciadas por la cultura y la raz\u00f3n cr\u00edtica.
      \n 
      \nLa fe y el arte de nuestra cultura encuentran, como ya se puede sospechar, una primera y seria dificultad. Hoy, en medio de esa cultura pluralista y de las identidades que provoca, se hace especialmente dif\u00edcil el hecho de adquirir la fe y el hecho de mantenerla, por lo que expresarla mediante los lenguajes art\u00edsticos queda en las agendas del olvido. Lo primero porque la fe ya no es la opci\u00f3n social que se impone sin m\u00e1s, la fe es hoy m\u00e1s objeto de elecci\u00f3n que nunca. Lo segundo, porque, aunque se la posea, queda siempre expuesta y contradicha a las corrientes impetuosas de una cultura fuertemente secularizada (que f\u00e1cilmente acaba siendo secularismo como \u201caut\u00e9ntico c\u00e1ncer de la secularizaci\u00f3n, dando origen a una cultura horizontal incapaz ya de dirigir la mirada al cielo\u201d
      [9]<\/a>) o tambi\u00e9n a corrientes espiritualistas que se sirven de Dios para una mayor productividad o inversi\u00f3n a nivel personal. Erich Fromm hace referencia a este peligro: \u201cPor el contrario, jam\u00e1s se pone en duda tal finalidad suprema, sino que se recomiendan la creencia en Dios y las plegarias como un medio de aumentar la propia habilidad para alcanzar el \u00e9xito. As\u00ed como los psiquiatras modernos recomiendan la felicidad del empleado, para ganar la simpat\u00eda de los compradores, del mismo modo algunos sacerdotes aconsejan amar a Dios para tener m\u00e1s \u00e9xito. Haz de<\/em> Dios tu socio<\/em> significa hacer de Dios un socio en los negocios, antes que hacerse uno con El en el amor, la justicia y la verdad.\u201d[10]<\/a>
      \n 
      \nEn a\u00f1os no muy pasados hemos conocido un suceso tan lamentable como la guerra civil espa\u00f1ola en donde era calificada como cruzada, o que hab\u00eda caudillos \u201cpor la gracia de Dios\u201d y de igual modo, en la actualidad asistimos al espect\u00e1culo de bendiciones con la guerra de Irak. Dios puede seguir funcionando como disculpa para evadirse de la realidad en unos, o para legitimar actitudes de violencia pol\u00edtica, o para alcanzar intereses comerciales, o de partidismos en nombre del \u201chumanismo cristiano\u201d.
      \n 
      \nLa inmersi\u00f3n de Dios en la cultura tiene estos costes. Si los cristianos solemos sentirnos tan a gusto en este mundo, deber\u00edamos preguntarnos si no ser\u00e1 porque hemos sido influidos por los valores del mundo que nos rodea. Quiz\u00e1 los dominios de nuestra fe se han reducido en nuestra vida a momentos de piedad en festividades patronales, bodas, funerales y bautizos o visitas papales.
      \n 
      \nEl Concilio Vaticano II ofrece innumerables testimonios sobre la funci\u00f3n cr\u00edtica de la fe respecto a las culturas, as\u00ed como sobre la incesante tarea de purificaci\u00f3n, regeneraci\u00f3n y conversi\u00f3n que la Iglesia ha de llevar a cabo sobre s\u00ed misma. Entre otros: Gaudium et Spes<\/em>, 58; Apostolicam Actuositatem<\/em>, 6 y 7; Ad Gentes<\/em>, 21; Lumen Gentium<\/em>, 9.
      \n 
      \nEl artista creyente se ha de convertir en profeta de unas bienaventuranzas incumplidas y en ning\u00fan caso deber\u00eda prostituirse ofreciendo m\u00e1scaras est\u00e9ticas que oculten la profanaci\u00f3n de lo m\u00e1s sagrado: la dignidad humana y por lo tanto, tambi\u00e9n del Dios mismo. Cabe preguntarse, por eso, c\u00f3mo se lleva a cabo hoy entre nosotros este encuentro entre la fe y la cultura: si en la mutua fecundaci\u00f3n y dependencia, uno de los t\u00e9rminos es relativizado en beneficio del otro, originando graves consecuencias para la identidad humana o cristiana del hombre concreto; si en el proceso de inculturaci\u00f3n la fe informa con la novedad de su Mensaje los entramados de esa cultura hist\u00f3rica o m\u00e1s bien acaba siendo una adaptaci\u00f3n est\u00e9ril a la misma; si es factor de regeneraci\u00f3n y de integraci\u00f3n de la persona o sit\u00faa al creyente en ruptura con el medio propio y con su tiempo.
      \n 
      \nCuando el cristianismo entra en relaci\u00f3n con las culturas, se produce no s\u00f3lo una influencia de lo cristiano en lo cultural (suscitando a veces reacciones de defensa por parte de la cultura), sino tambi\u00e9n una influencia de las culturas en la fe cristiana. En ocasiones esta influencia es ben\u00e9fica y decisiva para la fe. As\u00ed ocurre cuando la cultura recuerda o hace caer en la cuenta al cristianismo de aspectos de su mensaje que sin esta influencia hubieran permanecido escondidos. Por ejemplo, las actuales preocupaciones ecol\u00f3gicas o feministas han sensibilizado a los cristianos y han abierto sus ojos a una nueva lectura que recoja lo m\u00e1s original de la tradici\u00f3n b\u00edblica. Igualmente el encuentro con la cultura, e incluso las oposiciones que en ella se suscitan ante el mensaje cristiano, puede conducir a una revisi\u00f3n de las posiciones cristianas, a desempolvarlas de lo inaut\u00e9ntico, a exigirnos una mayor pureza de presentaci\u00f3n, a hacer que desaparezcan los malentendidos.
      \n 
      \nEn esta misma l\u00ednea Juan Mart\u00edn Velasco insiste en la necesidad de acudir a las fuentes, a la verdad como objeto de la inteligencia que irremediablemente nos facilitar\u00e1 el reencuentro con la cultura actual: \u201cSucede que cuanto m\u00e1s vuelve el cristianismo a sus verdaderas ra\u00edces, m\u00e1s pr\u00f3ximo se encuentra a las mejores aspiraciones y a las necesidades m\u00e1s profundas del hombre de todos los tiempos. Cuanto mejor realiza la comprensi\u00f3n cristiana de la verdad, m\u00e1s puntos de contacto encuentra con el hombre que busca sinceramente la realizaci\u00f3n de su vocaci\u00f3n humana en el terreno de la vida intelectual.\u201d
      [11]<\/a>
      \n 
      \nEn esta misma l\u00ednea se encuentran las referencias que hace Richard Harris en relaci\u00f3n a la est\u00e9tica y su b\u00fasqueda de la verdad: \u201cToda forma de arte hace referencia a la verdad. La verdadera belleza es inseparable de la b\u00fasqueda de la verdad. Cuando se intenta crear algo bello separado de la verdad, el resultado es el sentimentalismo\u201d.
      [12]<\/a> De ah\u00ed que muchos teman la fuerza del anuncio y de la denuncia procedente del bagaje art\u00edstico.
      \n 
      \nLa cultura tambi\u00e9n se sirve del cristianismo en determinadas manifestaciones y con intenciones diversas. No hace falta rebuscar mucho para encontrarse en el cine
      [13]<\/a>, la literatura y en el arte en general no ya problemas y cuestiones eclesiales, sino figuras y temas cristianos, y especialmente la figura de Jes\u00fas que sigue siendo tremendamente interpelante[14]<\/a>. Pensemos que la mayor parte de los artistas m\u00e1s importantes del arte contempor\u00e1neo, sobre todo pintores y escultores, han hecho referencia a Jes\u00fas de Nazaret en alguna de sus obras. Una buena muestra de lo dicho aparece en el libro de Manuel Jover: \u201cCristo en el arte\u201d[15]<\/a>.
      \n 
      \nHemos de ser conscientes que en ocasiones aparece su mensaje distorsionado, en funci\u00f3n y al servicio de sus propios intereses, que no coinciden con los evang\u00e9licos. As\u00ed ocurre no s\u00f3lo cuando el arte actual promueve valores netamente antievang\u00e9licos, o se sirve de im\u00e1genes religiosas para fines puramente publicitarios y consumistas (como es el caso de la campa\u00f1a de pantalones vaqueros realizada en Alemania por la agencia Hiepler Valencise D\u00fcsseldorf o la foto de Madone<\/em> realizada en abril de 1994 por la agencia Beda Achermann, sino cuando desnaturaliza lo cristiano, present\u00e1ndolo como mito y leyenda; o cuando presenta tendenciosamente o sesgadamente los or\u00edgenes del cristianismo como la aut\u00e9ntica verdad de lo que las Iglesias hasta hoy habr\u00edan ocultado. Ante tales errores o meteduras de pata, intencionadas o no, Mart\u00edn Gelabert hace un llamamiento a la valoraci\u00f3n de la historia dentro de nuestra cultura: \u201cEl principal error de las muchas presentaciones literarias y art\u00edsticas actuales de Jes\u00fas es precisamente el olvido de la historia. De ah\u00ed la importancia de preguntarnos por la relaci\u00f3n entre cristianismo e historia.\u201d
      [16]<\/a>
      \nEl creyente de nuestros d\u00edas, vinculado a las condiciones y planteamientos que le ofrece la modernidad, necesita recuperar la confianza en el valor profundo de la fe y, a la vez, reorientar el sentido de la colaboraci\u00f3n leal con la cultura de su tiempo. S\u00f3lo desde un esfuerzo de clarificaci\u00f3n fundamental y de identificaci\u00f3n expl\u00edcita de su condici\u00f3n cristiana y de la cultura en la que respira, le va a ser posible expresar su experiencia de fe en t\u00e9rminos de belleza, de interpelaci\u00f3n, de celebraci\u00f3n.
      \n 
      \nPara dar este paso se necesitar\u00eda afrontar los siguientes aspectos a modo de conclusi\u00f3n:<\/p>\n