{"id":9277,"date":"2003-09-01T00:00:30","date_gmt":"2003-08-31T22:00:30","guid":{"rendered":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/?p=9277"},"modified":"2003-09-01T00:00:30","modified_gmt":"2003-08-31T22:00:30","slug":"comunicados-pero-no-acompanados","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/comunicados-pero-no-acompanados\/","title":{"rendered":"COMUNICADOS PERO NO ACOMPA\u00d1ADOS"},"content":{"rendered":"
Miguel Angel Garc\u00eda Morcuende<\/strong>, salesiano, es profesor de filosof\u00eda y Delegado de Pastoral Juvenil de la Inspector\u00eda Salesiana de Madrid. Miguel Angel Garc\u00eda Morcuende, salesiano, es profesor de filosof\u00eda y Delegado de Pastoral Juvenil de la Inspector\u00eda Salesiana de Madrid. Resumen del art\u00edculo: El autor muestra las causas que han motivado que en una sociedad como la nuestra, en que la generaci\u00f3n juvenil tiene un manejo y un uso habitual de medios de comunicaci\u00f3n […]<\/p>\n","protected":false},"author":3,"featured_media":0,"comment_status":"closed","ping_status":"closed","sticky":false,"template":"","format":"standard","meta":{"_et_pb_use_builder":"","_et_pb_old_content":"","_et_gb_content_width":"","footnotes":""},"categories":[814,817,94],"tags":[],"class_list":["post-9277","post","type-post","status-publish","format-standard","hentry","category-estudios-320","category-miguel-angel-garcia-morcuende","category-mision-joven-2"],"_links":{"self":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/9277","targetHints":{"allow":["GET"]}}],"collection":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/posts"}],"about":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/types\/post"}],"author":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/users\/3"}],"replies":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/comments?post=9277"}],"version-history":[{"count":0,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/9277\/revisions"}],"wp:attachment":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/media?parent=9277"}],"wp:term":[{"taxonomy":"category","embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/categories?post=9277"},{"taxonomy":"post_tag","embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/tags?post=9277"}],"curies":[{"name":"wp","href":"https:\/\/api.w.org\/{rel}","templated":true}]}}
\n
\nResumen del art\u00edculo:<\/strong>
\nEl autor muestra las causas que han motivado que en una sociedad como la nuestra, en que la generaci\u00f3n juvenil tiene un manejo y un uso habitual de medios de comunicaci\u00f3n muy llamativo, se hayan quebrado cauces de acompa\u00f1amiento adulto muy importantes, y apunta pistas para recrearlos.
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\nLlenan nuestras bibliotecas informes, estudios sociol\u00f3gicos, aproximaciones psico-sociales y antropol\u00f3gicas sobre el mundo juvenil. Cre\u00edamos que esta etapa vital era s\u00f3lo una categor\u00eda acotada a la que uno se asomaba con el cuestionario de la estad\u00edstica y el ojo cl\u00ednico para analizar y catalogar. Para ser honestos con la realidad, resulta hoy muy dif\u00edcil agrupar a los j\u00f3venes bajo supuestas notas generacionales. Y la paradoja a\u00f1adida es que todo el mundo quiere ser joven: los adultos se disfrazan de adolescentes. Modelo social es el joven: la publicidad va dirigida especialmente a ellos, o a quienes quieren emular esta etapa.
\nNo obstante, podemos constatar que, en la cultura occidental, los aut\u00e9nticos adolescentes-j\u00f3venes ofrecen un universo simb\u00f3lico de peso. Cuando nos cuestionamos ahora, de forma reiterativa, sobre la configuraci\u00f3n social de la condici\u00f3n juvenil, salta por los aires tambi\u00e9n el malestar de los adultos.
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\nEsta nueva generaci\u00f3n utiliza mejor la tecnolog\u00eda que sus padres, estamos en \u00e9pocas donde los j\u00f3venes ense\u00f1an a sus padres[1]<\/a>. Podemos comprobar su movilidad en los intercambios, cursos de idiomas y becas; la navegaci\u00f3n por internet y los chats;<\/em> el uso de la telefon\u00eda m\u00f3vil; el influjo de los muchos canales televisivos[2]<\/a>; los juegos en red, la play station, <\/em>las agendas electr\u00f3nicas\u2026en definitiva, nuestros j\u00f3venes est\u00e1n comunicados, s\u00ed. Pero en este enorme acceso a la comunicaci\u00f3n, \u00bfhemos ganado en esa otra comunicaci\u00f3n que se establece en el \u201ccara a cara\u201d? \u00bfC\u00f3mo es explicable que la generaci\u00f3n de los j\u00f3venes del ciber-espacio[3]<\/a> se relacione cada vez menos con la gente que no pertenece al entorno inmediato? Consolas y videojuegos desde los primeros a\u00f1os hacen a nuestros ni\u00f1os m\u00e1s aislados. En definitiva, muchos j\u00f3venes caminan solos<\/em>, pasan sus vidas delante de nuestros ojos indiferentes. Muchos viven fundamentalmente solos, ahogados por el bienestar y las relaciones virtuales. Para algunos de ellos, nuestras ciudades son islas deshabitadas con millares de personas.
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\n1. En el escenario, los j\u00f3venes<\/strong>
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\nRecordemos algunos de los procesos visibles <\/em>que se dan en el escenario de la condici\u00f3n juvenil actual, que con\u00addicionan el estilo y la forma de sus vidas. Siendo conscientes de que es un riesgo establecer una tipolog\u00eda, afrontamos con temeridad esta valoraci\u00f3n.
\n <\/strong>
\n1.1. <\/em><\/strong>Una pluralidad de sistemas de sentido <\/em><\/strong>
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\nLa experiencia humana no se unifica a partir de una visi\u00f3n general del mundo y de la vida. Se introduce la idea de \u201cun decurso personal\u201d, cada uno cultiva su propio jard\u00edn. Ser\u00eda m\u00e1s f\u00e1cil recorrer las tiendas de discos y tomar de lo que se canta, de lo que se oye, de lo que se compra para entender mejor este discurso. Un exceso de la individualizaci\u00f3n legitima una extrema pluralidad de opciones y actitudes que se colocan siempre y s\u00f3lo bajo el primado de la experiencia personal. La identidad personal no es decidida ya para nadie de ante\u00admano, socialmente cualquier forma de recomposici\u00f3n individual. A ello se une una distorsi\u00f3n de conceptos como la libertad y la subjetividad, elevando su umbral hasta cotas casi impensables.
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\nEsto evidencia la crisis de las instituciones (de mane\u00adra especial las transmisoras de cultura y memoria como la familia, la escuela, la universidad, los sindicatos, los partidos pol\u00ed\u00adticos, el ej\u00e9rcito y las iglesias). Estos centros de socializaci\u00f3n parecen perder fuerza aunque sigan alimentando al ciudadano con su caudal simb\u00f3lico y ritual.
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\nLa familia y la escuela se ven envueltas en esta reajuste y van que\u00addando relegadas a una esfera concreta de la vida en concurrencia con otras. La primera, sufre una nueva problem\u00e1tica relacional que afecta a los hijos. Modelos de familias que tienen que reconvertirse para ser lugar primario de socializaci\u00f3n y acogida. Percibimos c\u00f3mo los adolescentes y j\u00f3venes tiene que habituarse a vivir en hogares monoparentales, familias reconstituidas y entornos familiares que asumen formas de uni\u00f3n at\u00edpicas; padres excesivamente atados al mundo laboral, bajo un duro ritmo de horarios. En estas y otras situaciones, falta disponibilidad para estar con los hijos, acompa\u00f1arles de cerca[4]<\/a>, ser espacio de convivialidad buscada y correspondida. La soledad no es s\u00f3lo ni principalmente no estar con nadie, sino la ausencia de relaciones satisfactorias, vitalmente ricas.
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\nPor su parte, la escuela acoge cada vez m\u00e1s tiempo y cada vez m\u00e1s tempranamente a nuestros ni\u00f1os y ni\u00f1as; en contraste, bastantes profesionales de la ense\u00f1anza denuncian que la escuela ha perdido su condici\u00f3n de instituci\u00f3n rectora (leading institution<\/em>) que dictaba la teor\u00eda de la realidad, y pasa ahora la mayor\u00eda de edad a otras instituciones sociales.
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\nEn este contexto, los j\u00f3venes \u2013 afirma Peter Berger \u2013 se han asomado al \u201cjard\u00edn del vecino\u201d y han visto cosas distintas. Los medios cibernautas son los \u201cnuevos altares dom\u00e9sticos\u201d y los protagonistas de esta sociedad globalizada o \u201csociedad digital\u201d [5]<\/a> son los j\u00f3venes. El mundo interior de las personas y lo que pasa alrededor no tienen un marco de referencia significativo, todo se vive en la inmediatez, en el presente, movi\u00e9ndose en un espacio sin horizonte. La sociedad de la informaci\u00f3n abre nuevos are\u00f3pagos donde todo es de f\u00e1cil acceso, r\u00e1pido, eficiente y abreviado (como la m\u00fasica comprimida en formato mp3).
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\nResumiendo, se lanza un pluralismo de mensajes y centros de atenci\u00f3n: \u00a1todo el mundo tiene algo que decir y tambi\u00e9n lo contrario! Todo depende, y a veces. \u00a1Bienvenida la juventud del mosaico![6]<\/a> Nos parece estar ante situaciones de dif\u00edcil o casi imposible propuesta de identidades.
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\n1.2. <\/em><\/strong>La realidad se nos da en im\u00e1genes<\/em><\/strong>
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\nJ\u00f3venes y adultos nos hallamos saturados de apariencia, sin saber distinguir entre lo impor\u00adtante y lo insubstancial. La realidad se hace simulaci\u00f3n. Se acude a la realidad virtual por la ventana de los \u201cmedia\u201d (medios de comunicaci\u00f3n social). El contexto medi\u00e1tico en el que nos movemos nos instala en la \u201ccultura de lo irreal\u201d donde priva lo noticiable o la actualidad. El resultado final es la imposibilidad de la reflexi\u00f3n y la cr\u00edtica, entra a placer la manipulaci\u00f3n que fragmenta y deshuesa la realidad.
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\nEl acelerado ritmo de cambio, a imagen y semejanza de las tecnolog\u00edas digitales, reduce la capacidad de percibir las verdades y las mentiras de lo que pasa. El vasto campo de la publicidad comercial[7]<\/a> sabe administrar fuertes dosis de realidad virtual y para ello se basa en el mecanismo del audimat <\/em>o \u00edndices audiencia, determinando el inter\u00e9s del publico joven televisivo. Lo que no existe para los \u201cmedia\u201d, tampoco tiene existencia en la realidad o deja de ser del todo significativo. Quien aparece en pantalla existe. Es la \u201clectura plana\u201d de la vida, m\u00e1s placentera que la real, aunque no sea la que nos toca vivir. La vida es la pasarela de Operaci\u00f3n Triunfo<\/em> o Gran Hermano<\/em>.
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\nLas mismas reflexiones sociol\u00f3gicas sobre la sociedad moderna llevan el signo de la confusi\u00f3n: unos nos hablan del \u201cfin del sujeto\u201d, otros, \u201cel nuevo individualismo\u201d; se habla de una sociedad que se disuelve, por otra parte, el nacimiento de \u201cuna sociedad civil\u201d[8]<\/a>. En este vaiv\u00e9n surge el debate \u00e9tico: c\u00f3mo determinar o dar raz\u00f3n de las propias convicciones con pretensiones de justicia y de paz, d\u00f3nde encontrar la capacidad para distinguir la libertad de la tiran\u00eda, la falsedad de la verdad, lo justo de lo injusto. Al m\u00e1ximo, nos afirmamos en la medida en que nos nivelamos con el mismo comportamiento que todos. Al final, y en t\u00fa a t\u00fa, muchos j\u00f3venes dicen no encontrar razones s\u00f3lidas ante la opresi\u00f3n de los poderosos y el poder de lo f\u00e1ctico.
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\n1. 3. <\/em><\/strong>Planificaci\u00f3n semanal <\/em><\/strong>
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\nUn dato ineludible de nuestros j\u00f3venes es el arte de vivir en el presente. <\/em>En ello, el compromiso pasa por \u201cel efecto acorde\u00f3n\u201d, un movimiento entre acci\u00f3n y retirada, compromiso de hoy, descuido de ma\u00f1ana. Semejante situaci\u00f3n impone la condici\u00f3n transitoria a todo tipo de compromiso y pertenencias: se puede ser miembro de pleno derecho de una instituci\u00f3n, colectivo o lazo interpersonal durante un tiempo, dejar de serlo o pasar a la reserva m\u00e1s o menos activa, volver o no volver, volver de otro modo. Es la cultura de la desafiliaci\u00f3n, del \u201cyo me desapunto\u201d.
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\nSe percibe una fuerte tendencia al localismo (por mucho que nos hablen de Europa), el gusto por las cosas peque\u00f1as y cercanas, manuales, artesanales, incluso. Unido a esto hay una sensibilidad grande ante la miseria y la injusticia, mientras no pida costes personales. No estamos a gusto con la sociedad econ\u00f3mica de injusticia y dominio de unos cuantos, pero se intenta vivir bien, mejor a\u00fan que antes, a costa de otros, si es preciso. Es, en cierta manera, un humanismo indoloro: denunciar al opresor sin producir sufrimiento en el denunciante. Preferimos estar en stand by<\/em> (pausa). Gracias a Dios, en la generaci\u00f3n del voluntariado social hay quienes son conscientes de que en Espa\u00f1a hay ocho millones de pobres que malviven y que una de las expresiones m\u00e1s severas de la pobreza est\u00e1 compuesta de ni\u00f1os, adolescentes y j\u00f3venes[9]<\/a>.
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\n1.4. Un fen\u00f3meno de extra\u00f1amiento: j\u00f3venes-educadores<\/em><\/strong>
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\nNo pretendemos penetrar sociol\u00f3gicamente en el an\u00e1lisis y desentra\u00f1ar causas de este particular fen\u00f3meno de extra\u00f1amiento que se puede estar dando entre los adolescentes\/j\u00f3venes y los educadores, o referentes adultos. Lo cierto es que muchos de los que trabajan entre y con los adolescentes y j\u00f3venes de nuestro tiempo expresan que los \u201cmaestros de vida\u201d han perdido su contorno, se han difuminado. Parece que esta generaci\u00f3n nos hace un ajuste de cuentas. Siguiendo a F. Savater en \u201cEl valor de educar\u201d, el adulto en el \u00e1mbito educativo es como la pared y la hiedra; sin la primera, la segunda queda en tierra. \u00bfAs\u00ed lo piensan los adolescentes de hoy? \u201cNadie pregunta por nosotros\u201d, dec\u00eda un animador juvenil, prefieren la formaci\u00f3n on line <\/em>(a distancia y por pantalla)[10]<\/a>.
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\nEsta ausencia de educadores o esta dificultad de ser tales en medio de los j\u00f3venes tiene un aspecto de verdad que no puede ser minusvalorado ni torpemente interpretado. Los educadores no estamos en primera l\u00ednea porque, a veces, no nos es f\u00e1cil aceptar que la mejor palabra es siempre la testimonial, donde hemos de esforzarnos por utilizar la metodolog\u00eda del contagio, de la presencia; transmitir con coherencia y cercan\u00eda los valores y un estilo de vida liberador; y esto hacerlo en presente de indicativo para hacernos comprender aqu\u00ed y ahora. Son necesarios momentos \u201cfuertes\u201d de escucha\u201d, no circuitos cerrados donde s\u00f3lo habla el adulto y el joven apenas escucha. Cuesta adaptarse a los nuevos ritmos y vemos incrementadas las difi\u00adcultades para continuar cumpliendo nuestra labor. Pero son la mejor generaci\u00f3n a la que acompa\u00f1ar, porque son los de ahora, los que tenemos.
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\nNos quejamos de la mirada superficial de los j\u00f3venes, porque se contentan con el qu\u00e9 y el c\u00f3mo de las cosas, sin llegar al por qu\u00e9 radical del asombro y a las preguntas \u00faltimas. Pero siguen estando solos, aunque bien comunicados y muy informados. Cuando los educadores o los referentes adultos nos presentamos ante ellos sin nada valioso que ofrecer, se nos marchan. El alejamiento se produce en general sin ruido, huyen a falsos padres. Y este evaporarse reviste con frecuencia la forma de olvido y de b\u00fasqueda alocada de diversi\u00f3n. As\u00ed pasan ante nosotros, arrastrados sin saberlo, por nuestra falta de audacia.
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\n2. Habitaci\u00f3n con vistas: el acompa\u00f1amiento<\/strong>
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\nPensar frecuentemente en los j\u00f3venes y hablar con ellos, nos estimula a comprenderles mejor. Por ello, un acercamiento optimista y serio a la realidad juvenil creemos que debe pasar por abrir nuevos campos en el acompa\u00f1amiento <\/em>por parte de los educadores. Desglosamos algunas pistas o sugerencias que susciten reflexi\u00f3n y faciliten la orientaci\u00f3n de nuestra intervenci\u00f3n.
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\n2.1. Estar expuestos y a cielo abierto<\/em><\/strong>
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\nMirando con ojos inteligentes y recorriendo lo expuesto hasta ahora, podemos afirmar que nuestros j\u00f3venes, no est\u00e1n tan comunicados, tienen mucho que decir pero\u2026 \u00bfa qui\u00e9n? El entorno del internet no reconoce el rostro del que comunica y aunque chat<\/em> o IRC signifique \u201ccharlar en directo\u201d, no se trata de un verdadero encuentro. Aunque se\u00f1al\u00e1bamos antes la identidad flotante y afectivamente distanciada de grandes instituciones, encontramos en los j\u00f3venes (\u00a1paradoja!) una fuerte reacci\u00f3n inte\u00adrior, orientada en la direcci\u00f3n opuesta: hacia la consolida\u00adci\u00f3n de identificaciones fuertes forjada en verdaderos encuentros. Dif\u00edcilmente podemos afirmar que los j\u00f3venes sean menos sociables y comunicativos que nunca; m\u00e1s bien habr\u00eda que decir que son abiertos: violentamente abiertos en muchas ocasiones.
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\nPara ellos se impone un caminar compartido, hacer camino con otros implica \u201cestar\u201d, presencia que nos obliga a estar expuestos y a la intemperie, <\/strong><\/em>atentos al viento que soplar\u00e1 ma\u00f1ana. El joven necesita ver, a distancia corta, identidades para sentir inter\u00e9s, no precisamente ideales abstractos y lejanos, sino \u201ccentros de inter\u00e9s\u201d, referentes vitales. Saben muy bien del mundo desordenado del adulto; captan como en un radar nuestras incoherencias. A\u00fan as\u00ed, son m\u00e1s comprensivos de lo que creemos. Se trata de salir a la intemperie y exponerse a los elementos con la confianza que nos da nuestro deseo de estar de su parte, sabiendo que en ello habr\u00e1 tanteos, excesos, aciertos y errores.
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\nSe hace m\u00e1s urgente la comunicaci\u00f3n verbal para la negociaci\u00f3n interpersonal de los problemas y el intercambio de afecto. No son necesarios continuamente los di\u00e1logos profundos, s\u00ed son imprescindibles los encuentros ligeros y frecuentes, los momentos cotidianos donde la implicaci\u00f3n emotiva es mayor. Necesitamos relaciones de cotidianidad. Tom\u00e9monos en serio sus demandas. Hablemos con ellos y escuchemos. Todo joven es merecedor de nuestra atenci\u00f3n e inter\u00e9s. No es asunto sin importancia la demanda que nos dirigen: ser sus compa\u00f1eros de camino.
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\n2.2. Recrear con los j\u00f3venes valores decisivos<\/em><\/strong>
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\nLa famosa expresi\u00f3n \u201cpensamiento d\u00e9bil\u201d, entendido como esa falta de objetividad y de fundamento para los valores, indica tambi\u00e9n un tono vital flaco, un \u201csujeto d\u00e9bil\u201d. Sociedades blandas generan personas de suelo d\u00e9bil, sin fortaleza para enfrentarse a la vida. Por suerte, los j\u00f3venes son altamente sensibles ante los cr\u00edmenes contra la humanidad, la defensa de los derechos humanos, la erradicaci\u00f3n de la pobreza o la preservaci\u00f3n del medio ambiente. En su amplio repertorio positivo hay b\u00fasqueda de expresiones de vida, la aceptaci\u00f3n del pluralismo, el deseo de autenticidad, de paz y solidaridad. Pero se emplea otro registro cuando se toca el \u201cmundo de la vida\u201d y sus opciones. La misma solidaridad, como vimos, tiene una implicaci\u00f3n personal distanciada respecto a la causa defendida. Es tarea del educador recomponer el puzzle de la vida, ayudar a dar coherencia vital, cuando lo social, personal, familiar se viven como esferas separadas.
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\nMuchos referentes vitales de los j\u00f3venes forman un stock<\/em> a la venta que cabe seleccionar a gusto del consumidor que paga (\u201cpick and choose\u201d). El internet sirve para estudiar, trabajar, comunicarse y divertirse; en definitiva, no es un instrumento de cooperaci\u00f3n sino de intereses que se pueden encontrar, pagando o gratuitamente. Sin embargo est\u00e1 demostrado que, en el mismo uso del chat<\/em>, la utilizaci\u00f3n de los apodos (nick<\/em>) para identificarse desde el anonimato[11]<\/a> sirve a muchas personas para romper la timidez y la soledad. \u00bfNo puede ser esto una fuerte demanda de experiencias humanas significativas?
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\nProbablemente el camino de inicio es despertar la actitud de b\u00fasqueda, a\u00fan desde la debilidad y la duda, resistirse a vivir instalados y enfrentarse ante la historia: multitud de seres humanos han vivido, han sufrido, han muerto por valores que transcienden el propio ego\u00edsmo. Nuestros pueblos y ciudades est\u00e1n llenos de historia de solidaridad narradas que evocan esperanza en medio de graves conflictos porque cre\u00edan en realidades que iluminaban su vida, su futuro, su muerte. \u00bfPor qu\u00e9 debemos dar la raz\u00f3n a quienes venden que proyectos personales o grupales son siempre coyunturales? \u00bfQui\u00e9n nos impide suscitar las grandes preguntas, qui\u00e9n nos impulsa a rebajar los sue\u00f1os de los j\u00f3venes a estatura humana?
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\n2.3. La \u201cbulimia consumista\u201d<\/em><\/strong>
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\nUna de las cuestiones irresueltas es lo que podemos denominar la \u201cbulimia consumista\u201d <\/em>(P. Ricoeur). Es tarea pendiente seguir ayudando a ver que no todo se consume, a pesar del principio imperante del Business are business. <\/em>Hasta la informaci\u00f3n se hace productiva (por eso tiene \u00e9xito el correo electr\u00f3nico, r\u00e1pido, econ\u00f3mico, \u00e1gil) y se convierte cada vez m\u00e1s en un mundo de pago. En definitiva, todo se consume, todo es mercanc\u00eda. Ante esto, hagamos ver que eficacia, competitividad y lucro no valen para un proyecto de vida o una relaci\u00f3n de calidad. La experiencia personal de algunos j\u00f3venes va desmintiendo que este consumo[12]<\/a> sea camino de satisfacci\u00f3n vital: hemos descubierto sus mentiras, \u00a1por fin! Esa capacidad liberadora del dinero est\u00e1 por ver. Es m\u00e1s, la existencia del Tercer y Cuarto Mundo cuestiona la validez de este mercado descomunal.
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\nApoyemos en los j\u00f3venes su esp\u00edritu cr\u00edtico frente a lo que se les da o a lo que se les presenta, pero tambi\u00e9n generemos la cr\u00edtica sobre c\u00f3mo piensan y act\u00faan. Por eso, son m\u00e1s necesarios que nunca verdaderos acompa\u00f1antes, para facilitar que los compromisos con los menos favorecidos sean obligaciones interiorizadas y se encaren con las propias limitaciones.
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\n 2.3. De j\u00f3venes sobrestimulados a j\u00f3venes interiores<\/em><\/strong>
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\nLa expresi\u00f3n \u201ceducar el coraz\u00f3n\u201d deja de ser un bonito slogan y se convierte en un reto de gran magnitud, un desaf\u00edo urgente sobre el que se est\u00e1 recomponiendo el mundo interior de nuestros j\u00f3venes. Todo se reduce al mundo emotivo que bombea itinerante, de forma epis\u00f3dica y discontinua, ligado a alg\u00fan centro de inter\u00e9s o a un acon\u00adtecimiento. Los adolescentes est\u00e1n abiertos a toda suerte de sensaciones sensitivas, prueba de ello son los SMS, env\u00edos de mensajes cortos a m\u00f3viles, una forma habitual de dependencia, un deseo de estar conectados permanentemente, aunque limitados a 160 caracteres; es m\u00e1s, se crean una serie de s\u00edmbolos (smyles <\/em>o emoticons<\/em>), peque\u00f1as caras formadas con los caracteres ASCII, para expresar emociones (\u00a1) a trav\u00e9s de la pantallita del m\u00f3vil.
\n
\nAl margen de ello, junto al grupo de amigos, ha nacido una nueva categor\u00eda sociol\u00f3gica: la de los conocidos, esto es, gente con la que se relacionan espor\u00e1dicamente por intereses, por lugares de convocatoria y desinhibici\u00f3n. Estas relaciones hacen que el sentimiento sea de nuevo el gran criterio discriminador de la vida. La industria cultural anglosajona nos relata infinidad de amistades de poca monta, relaciones superficiales, gentes que se apegan a entornos afectuosos, modelos culturales cada vez m\u00e1s bajos y simples. Por eso es necesario crear espacios saneados para acompa\u00f1ar el sentimien\u00adto del \u201cnosotros\u201d. Es curioso que en esta sociedad cada vez m\u00e1s global y an\u00f3nima, vivimos en un ciclo cultural donde se acent\u00faa el peque\u00f1o grupo y lo comunitario. A eso responden tambi\u00e9n las comunidades virtuales donde se intercambian temas, \u201c<\/em>tablones\u201d donde discutir y debatir con otros contertulios, \u201csalones\u201d o canales para entablar conversaci\u00f3n y fantasear.
\n
\nEste vivir continuamente de puertas abiertas en medio de experiencias c\u00e1lidas favorece relaciones que desaparecen sin mayor rastro. Para los educadores es una llamada a atender el interior de nuestros adolescentes y j\u00f3venes, a fortalecer su propio yo y la dimensi\u00f3n de profundidad, <\/em>la capacidad de interpretar y vivir la propia vida desde dentro. Pongamos todo de nuestra parte para que conviertan el amor en un c\u00f3digo dominado por la donaci\u00f3n y respondamos a esa demanda de experiencias vitales, a esa nostalgia sana de lo profundo.
\n
\n2.4. Un d\u00e9ficit de amor educativo<\/em><\/strong>
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\nHay adolescentes y j\u00f3venes que no han percibido que les quieran, aunque vivan muy rodeados de gente. En los cientos de paginas personales que se cuelgan en el internet se percibe esta realidad: los \u201clibros de visitas\u201d o \u201clibros de firmas\u201d y el registro de opiniones\/saludos para que los visitantes dejen constancia de su visita, es prueba de la fuerte demanda de atenci\u00f3n. Ante la percepci\u00f3n de los riesgos y la vulnerabilidad de nuestra cultura cargada de conductas violentas, nuestros j\u00f3venes se sienten exiliados interiormente y se preguntan: \u201c\u00bfEn qu\u00e9 mundo estamos?\u201d. \u201c\u00bfCon qui\u00e9n nos ha tocado vivir?\u201d Y en esta interrogaci\u00f3n se dan cuenta tambi\u00e9n de qui\u00e9n est\u00e1 con ellos, de qui\u00e9n les quiere de verdad. No podemos renunciar al amor educativo hecho cercan\u00eda y exigencia, el mejor ant\u00eddoto contra el s\u00edndrome de Peter Pan, el h\u00e9roe siempre ni\u00f1o que no quiere crecer, felizmente instalado o lleno de miedos. Nuestra amistad buscada y querida como educadores les hace ver que las relaciones no es una \u201cquestion of taste\u201d (\u201ccuesti\u00f3n de gusto\u201d), no son encuentros de brisa del atardecer o el aroma de caf\u00e9 que tomamos juntos: es un amor que promociona y hace crecer.
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\n2.5. Vuelta al patrimonio juvenil<\/em><\/strong>
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\nAcerqu\u00e9monos al conjunto de elementos simb\u00f3licos y representaciones <\/em>que forman el patrimonio de nuestros j\u00f3venes. Hemos sido educados en un contexto en el cual se supon\u00eda que la gran mayor\u00eda de los conocimientos y representaciones los recib\u00edamos por v\u00eda escrita. La emergencia de la cultura de la imagen hace que el universo de los j\u00f3venes utilice otros muchos lenguajes. Ah\u00ed est\u00e1n, retratados en los graffitis o en las portadas de sus CD\u2019s. Una buena plantilla para acercarse a la constelaci\u00f3n juvenil es el fen\u00f3meno musical. Bastar\u00eda rastrear las letras que bombardean los o\u00eddos de los habituales chicos del waklman<\/em> para descubrir hoy m\u00e1s que nunca t\u00e9rminos como placer, evasi\u00f3n, distracci\u00f3n, independencia e identidad. Los nuevos lenguajes de los j\u00f3venes y el problema de la comprensi\u00f3n mutua deber\u00eda ser una opci\u00f3n prioritaria en los lugares donde reflexionamos los educadores. Los emblemas, im\u00e1genes, vestidos… forman ese olimpo de \u201cdioses menores\u201d al que no podemos ignorar. Por medio de ellos tambi\u00e9n nos hablan.
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\n 2.6. Asunci\u00f3n de nuevos lugares de compromiso<\/em><\/strong>
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\nPor \u00faltimo, propongamos crear campos de compromiso <\/em>donde abramos los ojos de los j\u00f3venes a otras realidades de precariedad. Hay lugares en los que no basta con un sentimiento de compasi\u00f3n o l\u00e1stima[13]<\/a>, y esto los j\u00f3venes lo saben. No creamos que todos son indiferentes, insensibles, incapaces de romper el cerco del propio ego\u00edsmo ante los urgentes problemas de nuestro mundo doliente. Al rev\u00e9s, desde este esc\u00e1ndalo brotan continuamente j\u00f3venes llamados a transformar las condiciones injustas[14]<\/a>. Hay muchas historias de este cu\u00f1o que relatan vidas entregadas, henchidas de esperanza, muchas de ellas an\u00f3nimas. La solidaridad no crece por un altruismo indoloro. Crece por opciones que tocan el propio estilo de vida.
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\nFomentemos espacios y experiencias de solidaridad, de acci\u00f3n compartida y reflexi\u00f3n m\u00e1s cr\u00edtica. Y en ello, es necesario acompa\u00f1ar los procesos[15]<\/a> de quienes est\u00e1n dispuestos a trabajar por los m\u00e1rgenes de nuestras ciudades, a renunciar a lo propio a favor de otros. Vista como est\u00e1 la humanidad, recordemos a los m\u00e1s j\u00f3venes que todos nacemos con deudas, que hay mucho que hacer por este mundo. Aquellos que hab\u00edan certificado la falta de j\u00f3venes comprometidos en nuestra sociedad, se han confundido: sinceramente han cambiado de residencia, viven la caridad versi\u00f3n ONG y otras muchas formas de volunta\u00adriado.
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\nLa fe cristiana aporta ante el clamor silente de los excluidos una alternativa de un Dios que se hace causa de los pobres y comparte sus padecimientos, un creyente, en consecuencia, nada evasivo res\u00adpecto de la realidad contradictoria e injusta.
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\n3. Entrar de visita, sin quedarnos dentro<\/strong>
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\nNo podemos finalizar estas l\u00edneas sin recordar a aquellos que viven una especie de vida muerta<\/em>, j\u00f3venes marcados por el sentimiento de vac\u00edo, como si abrazasen una sombra. Esos j\u00f3venes que retratamos como lud\u00f3patas porque juegan con la vida y siguen jugando la partida aunque pierdan vez tras vez. Los desorientados y evadidos tambi\u00e9n son de los nuestros. Ninguna vida joven puede ser deso\u00edda, ocultada o minusvalorada. Por muy desordenada que aparezca, necesita tambi\u00e9n de nuestro paso, son precisamente estos los que levantan su mano con adem\u00e1n suplicante. Los chicos y chicas sensibles, solidarios y trabajadores no son \u201clos mejores\u201d. El mundo de los m\u00e1s excluidos es tan suyo como el de los que han tenido m\u00e1s oportunidades. Al final, todos necesitan hacer camino con alguien que no les entierre las esperanzas. Douglas Couplan en los a\u00f1os 90 divulg\u00f3 la expresi\u00f3n \u201cGeneraci\u00f3n X\u201d, atribuida a aquel sector de la sociedad joven que presiente su futuro como una inc\u00f3gnita matem\u00e1tica (\u201cequis\u201d), un futuro muy incierto, hipot\u00e9tico, dudoso. El futuro se echa encima demasiado pronto, para unos y para otros.
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\nEn conclusi\u00f3n, es necesario interesarse por el mundo de nuestros j\u00f3venes y caminar a su lado. Su vida es un interrogante para cada educador. Se vuelve necesaria la presencia de \u201cpersonajes referenciales\u201d como reclamo, maestros de vida. Recuperemos el t\u00e9rmino empat\u00eda en nuestro saber estar entre ellos: percibir seg\u00fan sus ojos, comprender seg\u00fan sus coordenadas, entender sus emociones. Si asumimos esta habilidad, el circuito de comunicaci\u00f3n se hace m\u00e1s corto. No quieren informaciones, quieren compa\u00f1eros de camino que quieran entrar de visita en su casa, <\/em>sin intenciones de poseer. Seguimos muchos creyendo, en expresi\u00f3n de J. Delors, que la educaci\u00f3n es un tesoro escondido dentro[16]<\/a>.
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\n[1]<\/a> La antrop\u00f3loga M. Mead habla en este sentido de una cultura \u201cprefigurativa\u201d. V\u00e9ase al respecto: MEAD, Margaret, Cultura y compromiso. Estudio sobre la ruptura generacional<\/em>, Gedisa, Barcelona 2<\/sup>1997.
\n[2]<\/a> Cf. SARTORI, Giovanni, Homo videns. La sociedad teledirigida<\/em>, Taurus, Madrid 2<\/sup>2001. Se trata de un alegato contra el poder y los efectos de las televisiones, m\u00e1s amenazantes que la letra impresa.
\n[3]<\/a> P\u00c9REZ TAPIAS, J.A. Internautas y n\u00e1ufragos. La b\u00fasqueda del sentido en la cultura digital<\/em>, Trotta, Madrid 2003.
\n[4]<\/a> Seg\u00fan un estudio reciente sobre la Infancia en Espa\u00f1a elaborado por la Universidad de Comillas titulado \u201cSituaci\u00f3n social de la infancia en Espa\u00f1a, 2001\u201d, uno de cada cinco ni\u00f1os ve la televisi\u00f3n porque no tiene ninguna otra cosa que hacer, y uno de cada 10 lo hace porque no tiene nadie con quien hablar o jugar. Se utiliza la televisi\u00f3n como \u201cuna guarder\u00eda\u201d, afirma el presidente de la Asociaci\u00f3n de Usuarios de la Comunicaci\u00f3n (AUC).
\n[5]<\/a> Cf. GONZALEZ QUIROS, Jos\u00e9 Luis, El porvenir de la raz\u00f3n en la era digital, <\/em>S\u00edntesis, Madrid 1988.
\n[6]<\/a> \u201cLo queremos todo y su contrario: que esta sociedad nos proteja sin prohibirnos nada, que nos cobije sin obligaciones, densas redes de una relaci\u00f3n afectuosa; resumiendo, que est\u00e9 ah\u00ed para nosotros, sin que nosotros estemos ah\u00ed para ella\u201d (BRUCKNER, Pascale, La tentaci\u00f3n de la inocencia<\/em>, Anagrama, Barcelona 1998, 110).
\n[7]<\/a> Es pr\u00e1ctica habitual tener para el correo electr\u00f3nico, dos direcciones: una para los amigos y conocidos, otra para recibir la publicidad de las empresas, ni deseada ni requerida, en formato de fotos, dibujos, sonidos o im\u00e1genes que se despliegan de manera incontrolada.
\n[8]<\/a>Cf. WAGNER, Peter, Sociolog\u00eda de la modernidad. Libertad y disciplina<\/em>, Herder, Barcelona 1997.
\n[9]<\/a> Al respecto afirmaba Luis A. Aranguren que si la exclusi\u00f3n es la tierra del \u201csin\u201d (sin trabajo, sin vivienda, sin papeles), en el caso de los j\u00f3venes se agrava m\u00e1s: son los j\u00f3venes sin futuro, sin estima, sin reconocimiento (ARANGUREN, Luis A., \u201cNuevas pobrezas, j\u00f3venes y educaci\u00f3n\u201d, en Misi\u00f3n Joven,<\/em> n\u00ba 273, 1999).
\n[10]<\/a> Cf. TURKLE, S., La vida en la pantalla<\/em>, Paid\u00f3s, Barcelona 1997.
\n[11]<\/a> Cf. AUG\u00c9, M., Los no lugares. Espacios del anonimato, <\/em>Gedisa, Barcelona 1993.
\n[12]<\/a> Cf. FEATHERSTONE, Mike, Cultura de consumo y posmodernismo, <\/em>Amorrortu, Buenos Aires 2000; GARC\u00cdA CANCLINI, N\u00e9stor, Consumidores y ciudadanos. Conflictos multiculturales de la globalizaci\u00f3n<\/em>, M\u00e9xico, Grijalbo 1995.
\n[13]<\/a> Cf. FISAS, Vicen\u00e7, La compasi\u00f3n no basta<\/em>, Icaria\/M\u00e1s Madera, Barcelona 1995.
\n[14]<\/a> Cf. GONZ\u00c1LEZ FAUS, Jos\u00e9 I., Derechos humanos, deberes m\u00edo. Pensamiento d\u00e9bil, caridad fuerte<\/em>, Sal Terrae, Santander 1997.
\n[15]<\/a> Recomendamos las dos carpetas de materiales titulada: Somos andando: itinerario educativo y animaci\u00f3n del voluntariado<\/em> (C\u00e1ritas Espa\u00f1a, Madrid 1999).
\n[16]<\/a> Cf. DELORS, J., Educaci\u00f3n: hay un tesoro escondido dentro<\/em>, UNESCO, Paris 1996.<\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":"