{"id":9314,"date":"2003-06-01T00:00:40","date_gmt":"2003-05-31T22:00:40","guid":{"rendered":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/?p=9314"},"modified":"2003-06-01T00:00:40","modified_gmt":"2003-05-31T22:00:40","slug":"los-cristianos-a-los-leones","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/los-cristianos-a-los-leones\/","title":{"rendered":"LOS CRISTIANOS A LOS LEONES."},"content":{"rendered":"

Notas metodol\u00f3gicas sobre una pedagog\u00eda pastoral para la misi\u00f3n pol\u00edtica<\/h1>\n

Fernando Vidal Fern\u00e1ndez<\/strong><\/p>\n

Dedicado al jesuita Juan Garc\u00eda P\u00e9rez (1934-2003\u2020)<\/em><\/p>\n

\u00a0<\/strong>
\nFernando Vidal Fern\u00e1ndez<\/strong> es profesor y director del Departamento de Sociolog\u00eda y Trabajo Social de la Universidad Pontificia Comillas de Madrid.
\nResumen del art\u00edculo:
\nEl mundo que vivimos, las extremas desigualdades y los peligrosos riesgos que amenazan la sostenibilidad de la vida de la gente, nos urgen a nuestro compromiso pol\u00edtico, a que los cristianos bajemos a la arena p\u00fablica y convivamos con los leones siendo pac\u00edficos como palomas y astutos como serpientes. Para ello tendremos que incorporar a lo largo del proceso pastoral de formaci\u00f3n, una pedagog\u00eda espec\u00edfica para el compromiso pol\u00edtico.
\n 
\nEl vicario episcopal asturiano Jes\u00fas Porfirio me dijo una vez que antes que lograr el mayor n\u00famero posible de gente que asista a las celebraciones, habr\u00eda que lograr laicos con vidas relevantes para la sociedad, y utilizaba una imagen muy expresiva: si esto fuera una plaza de toros, sobre todo necesitar\u00edamos no tanto buen p\u00fablico sino buenos toreros. Efectivamente, hay toda una intensa vida eclesial volcada a la intervenci\u00f3n social, a la reflexi\u00f3n cultural, a la creaci\u00f3n religiosa, que deber\u00eda tener una mayor proyecci\u00f3n a trav\u00e9s de la presencia laical en la esfera p\u00fablica. Especialmente significativa es la ausencia de la intervenci\u00f3n y el di\u00e1logo p\u00fablicos de los cristianos en la arena<\/em> pol\u00edtica. Esta imagen de la arena<\/em> enlaza con aquella otra imagen torera de Jes\u00fas Porfirio. Necesitar\u00edamos m\u00e1s laicos que actuaran visiblemente en la vida p\u00fablica, un mayor empuje apost\u00f3lico y un mejor talante de di\u00e1logo plural, una mayor creatividad en la arena p\u00fablica. Sabemos los escr\u00fapulos que existen en el mundo cristiano respecto a los partidos pol\u00edticos. En los centros de decisi\u00f3n, especialmente en la arena<\/em> partidaria, te mueves entre leones<\/em>, pero el mundo cristiano no puede hacer dejaci\u00f3n de su responsabilidad ciudadana ni puede acomplejarse por una cultura p\u00fablica espa\u00f1ola que todav\u00eda no ha asumido con normalidad la presencia de lo religioso como factor p\u00fablico de personas e instituciones. El mundo de progresivos riesgos, sinsentidos e injusticias que vivimos s\u00f3lo lograr\u00e1 superarlos con una mayor unidad de vida:
\n 
\n– entre las distintas actividades posibles de cada persona (familia, trabajo, consumo, ciudadan\u00eda, etc.);
\n– entre las diversas culturas de cada comunidad en virtud de la etnia, la nacionalidad o la religiosidad;
\n– que articule en un proyecto solidario a Administraci\u00f3n, Mercado y Tercer Sector;
\n– que reconstruya la fraternidad entre pueblos enriquecidos y empobrecidos.
\n– en la comunidad eclesial se traduce en una mayor comuni\u00f3n eclesial, especialmente con aquellos m\u00e1s excluidos por raz\u00f3n de clase, g\u00e9nero, edad o condici\u00f3n.
\n 
\nEsa unidad requiere de nuestras comunidades eclesiales una mayor vinculaci\u00f3n entre los distintos aspectos de la vida. Las comunidades eclesiales se ven cada vez m\u00e1s reclamadas por la realidad a dirigir su acci\u00f3n apost\u00f3lica a todos los campos, pero especialmente importante es que incorporemos a los proyectos apost\u00f3licos la dimensi\u00f3n sociopol\u00edtica de la vida p\u00fablica, que afecta a todos los ciudadanos.
\n <\/p>\n

    \n
  1. La comunidad eclesial espa\u00f1ola ante la pol\u00edtica partidaria<\/strong><\/li>\n<\/ol>\n

     
    \n\u00bfCu\u00e1l es la situaci\u00f3n de la misi\u00f3n sociopol\u00edtica en el mundo cristiano de nuestro pa\u00eds? Resumir\u00eda la situaci\u00f3n con los siguientes rasgos<\/a>:
    \n 
    \n* Los j\u00f3venes cat\u00f3licos practicantes son los m\u00e1s interesados en pol\u00edtica, los que m\u00e1s se asocian, participan y colaboran como voluntarios, pero a la vez los que menos se afilian a partidos pol\u00edticos. Los j\u00f3venes cat\u00f3licos practicantes (aproximadamente 1.800.000 en el a\u00f1o 2000) son los j\u00f3venes m\u00e1s participativos y m\u00e1s sensibles a la pol\u00edtica, pero tiene una baja afiliaci\u00f3n partidaria
    <\/a>. Son los j\u00f3venes cat\u00f3licos los que muestran mayor confianza en los partidos pol\u00edticos dentro de la desconfianza general que existe en Europa contra los partidos<\/a>. Es decir, que la baja afiliaci\u00f3n partidaria de los j\u00f3venes cat\u00f3licos se relaciona m\u00e1s con sus tradiciones de participaci\u00f3n que con una desconfianza o estigmatizaci\u00f3n de los partidos.
    \n 
    \n* El bajo compromiso partidario tiene su ra\u00edz en la vida apost\u00f3lica y el discernimiento personal. Una persona acompa\u00f1ada por la Iglesia (a trav\u00e9s de su acompa\u00f1ante o la comunidad local) y que se abra con libertad a lo que el Esp\u00edritu le pide, halla soluciones a sus preguntas, como unir la propia historia a la de los excluidos; son acciones de proximidad, servicios de emergencia y rehabilitadores; son labores de reivindicaci\u00f3n y denuncia. Esta opci\u00f3n por los pobres recibe plausibilidad y adhesiones vitales en la comunidad cristiana. Pero la opci\u00f3n por los pobres como promoci\u00f3n de la justicia, como soluci\u00f3n a las estructuras que causan los problemas, encuentra muchos impedimentos para ser una v\u00eda transitable. Como recuerda Jos\u00e9 Mar\u00eda Mardones que dijo Ragaz, \u201cLos cristianos somos buenas enfermeras pero malos m\u00e9dicos\u201d. Parecemos exiliados de la pol\u00edtica bajo el s\u00edndrome de Jeric\u00f3<\/strong>: parece como si s\u00f3lo contempl\u00e1ramos la posibilidad de evangelizar la pol\u00edtica desde abajo y fuera de la misma dando vueltas con nuestras trompetas comunitarias alrededor de sus altas murallas. Estoy convencido de que los partidos s\u00f3lo cambiar\u00e1n retados desde fuera de s\u00ed mismos, pero tambi\u00e9n tengo la seguridad de que actualmente quien abra las puertas a ese cambio tendr\u00e1 que estar dentro de la ciudad (aunque sea acusado por puritanos de \u00abprostituta\u00bb, igual que la compasiva Rajab que acogi\u00f3 a los esp\u00edas que envi\u00f3 Josu\u00e9).
    \n 
    \n* En el mundo cristiano existe una estigmatizaci\u00f3n de la actividad partidaria que hace dif\u00edcil que alguien opte por esa v\u00eda de acci\u00f3n apost\u00f3lica. Aquel s\u00edndrome de Jeric\u00f3 se complica por una extendida pol\u00e9mica entre la inserci\u00f3n marginal o la inserci\u00f3n institucional. Parece que los primeros respondieran a los pobres y los segundos desviaran sus compromisos al servicio de no se sabe qu\u00e9 oscuros m\u00f3viles. Trabajar en las estructuras no es una labor a que la comunidad env\u00ede ni acompa\u00f1e con gusto a nadie. Hay que innovar una presencia p\u00fablica cristiana en los m\u00e1rgenes del centro sin necesidad de considerarse en el centro del margen.
    \n 
    \n* Hay un exilio de la pol\u00edtica que es explicable por varias razones. Algunas comunes a la sociedad en general; otras aplicables a la mentalidad de los cristianos de nuestro tiempo.
    \n 
    \n– Es una raz\u00f3n com\u00fan al retraimiento juvenil ante la pol\u00edtica, la comprobaci\u00f3n visible y cotidiana de que el r\u00e9gimen democr\u00e1tico es anchamente compatible con la exclusi\u00f3n de la mayor\u00eda de la humanidad, con la pobreza de un quinto de nuestros conciudadanos nacionales y con el vigente poder casi absoluto de los grandes financieros.
    \n– Otra raz\u00f3n est\u00e1 relacionada con el imaginario del cambio social y pol\u00edtico. La gente se ha instalado en la imposibilidad del cambio, en el pesimismo de que todo cambio acaba fracasando o generando nuevos males, en la sospecha contra la solidaridad (es in\u00fatil, es contraproducente, es insuficiente), la deslegitimaci\u00f3n de la pol\u00edtica (es incorregiblemente corrupta, burocr\u00e1ticamente ineficaz, inevitablemente manipulada por los poderosos, etc.). Hay una serie de ret\u00f3ricas vigentes que deslegitiman cualquier intento de so\u00f1ar o practicar soluciones estructurales que vayan m\u00e1s all\u00e1 de lo micro y lo normal.
    \n– Algunas causas del desafecto por la pol\u00edtica se dirigen a la misma percepci\u00f3n p\u00fablica de los partidos. La crisis de los partidos pol\u00edticos en los a\u00f1os 90, presente en Reino Unido, Italia, Francia, Estados Unidos, Alemania, Portugal o Espa\u00f1a, materializada en el desvelamiento p\u00fablico de casos de corrupci\u00f3n, financiaci\u00f3n irregular y despotismo dentro de las instituciones, ha modelado la visi\u00f3n que de los partidos tiene la generaci\u00f3n de cristianos.
    \n 
    \n* La decepci\u00f3n del r\u00e9gimen pol\u00edtico, la incertidumbre ideol\u00f3gica, el imaginario contra el cambio y la desconfianza de los partidos ha llevado al pragmatismo solidario: implicarse en campa\u00f1as de organizaciones muy expresivas con efectos muy visibles. Aunque puedan desarrollar modos de participaci\u00f3n y actividades, dif\u00edcilmente van a poder competir con la atracci\u00f3n que ejercen las asociaciones y movimientos hacia el sector juvenil.
    \n 
    \n* El acompa\u00f1amiento pastoral del compromiso pol\u00edtico ha sido insuficiente no en el \u00e1mbito de los documentos sino en las pr\u00e1cticas pastorales. El empe\u00f1o de muchas comunidades y entidades cat\u00f3licas en ser apol\u00edticas ha llevado en no pocos casos a exiliarse de la esfera p\u00fablica o aparecer bajo formas de solidaridad pietista.
    \n 
    \nAnte esta situaci\u00f3n, la pregunta es: \u00bfcu\u00e1les son los elementos de una pastoral pr\u00e1ctica que anime la participaci\u00f3n sociopol\u00edtica general y la partidaria en particular?
    \n 
    \n2.La respuesta es el sujeto<\/strong>
    \n 
    \n2.1. Un sujeto vocacional, eclesial y apost\u00f3lico<\/strong>
    \n 
    \nEntendemos que el problema de la ausencia de los cristianos en la esfera pol\u00edtica se debe a que el sujeto personal y comunitario que formamos no tiene suficiente empuje apost\u00f3lico y talante dialogante. La mejor pedagog\u00eda cristiana sobre lo pol\u00edtico debe cuidar tres caracter\u00edsticas constituyentes:
    \n 
    \n– Un sujeto vocacional. Un sujeto cuya vida es una respuesta amorosa a un Dios con el que se relaciona personal, eclesial e hist\u00f3ricamente. Es un sujeto con un temple m\u00edstico (la m\u00edstica es mirar radical y amorosamente la Historia como Salvaci\u00f3n), que evita la tentaci\u00f3n del voluntarismo activista.
    \n 
    \n– Un sujeto eclesial, incorporado a la Historia de Jes\u00fas y la comunidad que fund\u00f3 de seguidores que construyen el Reino de Dios. La eclesialidad es un factor esencial del sujeto cristiano ya que sin eclesialidad no hay historicidad. El sujeto eclesial adem\u00e1s pertenece en la pr\u00e1ctica a una comunidad de referencia con quienes acoge los dones del Esp\u00edritu Santo y con un talante dialogante y de escucha radical del otro, y evita la tentaci\u00f3n del francotirador y del paternalismo.
    \n 
    \n– Un sujeto apost\u00f3lico que sigue a Jes\u00fas haciendo de su propia vida Evangelio y amando en ella hasta el extremo. El sujeto apost\u00f3lico entrega su vida como labor constructora del Reino y vive para llevar eso a sus \u00faltimas consecuencias en todas las dimensiones incluida la acci\u00f3n c\u00edvica.
    \n 
    \nSin este sujeto no es posible construir actualmente un proyecto de intervenci\u00f3n en la arena p\u00fablica, porque es un entorno suficientemente conflictivo y secularizado como para que sea imposible ni siquiera generar la apariencia (para uno mismo al menos) de una labor prof\u00e9ticamente evang\u00e9lica.
    \n 
    \nAs\u00ed que el primer paso de la pedagog\u00eda cristiana del compromiso sociopol\u00edtico est\u00e1 no en desarrollar m\u00e1s \u201ctecnolog\u00eda pastoral\u201d sino en preguntarnos si la ausencia constatada o las patolog\u00edas insensatas no tienen su causa en una matriz cristiana insuficiente, seg\u00fan aquella antigua cuesti\u00f3n ignaciana: \u00bftiene subjecto? <\/em>Este enfoque prioriza la pastoral personal en grupo frente a la pastoral meramente grupal.
    \n 
    \n2.2. Las virtudes pol\u00edticas que necesitamos los cristianos: compasi\u00f3n, comprensi\u00f3n, materialismo, historicidad, dinamicismo y comunalidad.<\/strong>
    \n 
    \nEfectivamente, en pol\u00edtica urgene sujetos cristianos s\u00f3lidos y dialogantes, con aquellas virtudes que permitan encarnar lo evang\u00e9lico en un mundo pol\u00edtico dominado por fuertes conflictos, extremos intereses y la competencia por el poder. Hay cinco virtudes pol\u00edticas cristianas que estimamos imprescindibles para poder ser un eficaz constructor del Reino en ese \u00e1mbito.
    \n 
    \n* Compasivo<\/em>. Un sujeto que est\u00e9 sobre todo motivado por el sufrimiento de un mundo dividido, que se compadezca por el dolor y aspire a mejorar integralmente la vida de la gente, especialmente sensible por la reparaci\u00f3n de las situaciones de exclusi\u00f3n de las v\u00edctimas. Es una compasi\u00f3n que distingue las singularidades, no se dirige a sujetos colectivizados aunque estime pueblos, lugares o comunidades. Dicha compasi\u00f3n no se inclina al pietismo sino subraya sobre todo la \u201ccom<\/em>unidad de pasi\u00f3n<\/em>\u201d con el otro. A este respecto, el voluntariado social primario es un instrumento privilegiado para la formaci\u00f3n del sujeto pol\u00edtico. En pol\u00edtica es f\u00e1cil sustituir a las personas por intereses y las motivaciones por im\u00e1genes. El cristiano que participe en pol\u00edtica no debe perder nunca esa pertenencia al mundo excluido.
    \n 
    \n* Comprensivo<\/em>. Se nos ha acusado a los cristianos de ser personas que en pol\u00edtica somos excesivamente doctrinales y maximalistas, que estamos en pol\u00edtica no por la gente sino por extender una doctrina, con una aguda inclinaci\u00f3n institucionalista. Esto es cierto en m\u00e1s ocasiones de las que desear\u00edamos y en esto radica la distancia m\u00e1s grave que tenemos con lo mejor de la Modernidad. Necesitamos un sujeto capaz de dialogar con la gente y su tiempo. Dialogar no es refutar, sino tomar en serio la proposici\u00f3n del otro e intentar buscar lugares comunes, enriquecerse con lo mejor del pr\u00f3jimo e identificar las claves de los desacuerdos. La reconciliaci\u00f3n, la comunicaci\u00f3n y la cooperaci\u00f3n tendr\u00e1n que imperar siendo tambi\u00e9n conscientes de que, como dice el jesuita Augusto Hortal, \u201csi no se sabe decir que no, no se podr\u00e1 amar<\/em>\u201d. Esta comprensividad reclama al sujeto unas fuertes competencias intelectuales y de sentido com\u00fan. Dialogar con nuestro tiempo requiere una suficiente cultura. Habr\u00eda que superar una formaci\u00f3n fundamentalista (que se reduce a la reiteraci\u00f3n de unos pocos fundamentos) para poder ser \u00fatiles en el mundo, no s\u00f3lo coherentes de cara a nosotros mismos.
    \n 
    \n* Materialista<\/em>. El secuestro del concepto \u201cmateria\u201d por parte de la filosof\u00eda moderna nos ha hecho olvidar el sentido aristot\u00e9lico del mismo: la materia, como l\u00facidamente nos recuerda el fil\u00f3sofo Miguel Garc\u00eda-Bar\u00f3, hace referencia a la matriz de las cosas, a lo que subyace (subyecto=sujeto<\/em>) en el fondo de las cosas. Para la vida pol\u00edtica, es importante no perderse en mistificaciones sino ir a la matriz de los acontecimientos y situaciones, de ah\u00ed la importancia de que las narraciones del sujeto usen sobre todo un lenguaje de hechos m\u00e1s que lo que Ram\u00f3n J\u00e1uregui denomina la lengua de madera<\/em>. Se trata de conocer la realidad de la gente, lo que verdaderamente est\u00e1n viviendo y sintiendo y actuar desde esa realidad material que viven y de hacer \u00e9nfasis en lo territorial y en los intereses reales que las pr\u00e1cticas de la gente transmiten, m\u00e1s que en los discursos intencionales. Jon Sobrino suele decir: \u201cya s\u00f3lo os pido sed reales, sed reales<\/em>\u201d.
    \n 
    \n* Hist\u00f3rico<\/em>. El sentido hist\u00f3rico es muy necesario en pol\u00edtica. En primer lugar, hablamos de un sujeto encarnado en una situaci\u00f3n concreta, que se hace cargo de sus dones y sus l\u00edmites, que tiene una fuerte conciencia de su temporalidad y de su posici\u00f3n en el mundo. En segundo lugar, es necesario un sujeto que identifique sentidamente los principales dilemas y conflictos de su tiempo y sea capaz de reconocer los ejes hist\u00f3ricos: aquellas cuestiones en juego que m\u00e1s har\u00edan cambiar cualitativamente el rumbo de la Historia. Por ejemplo, muchos creen que el principal eje hist\u00f3rico de nuestro tiempo es la injusticia Norte-Sur o se puede pensar que es la deshumanizaci\u00f3n, etc. Identificar los ejes hist\u00f3ricos nos permiten disponer de criterios de priorizaci\u00f3n y de una agenda de acci\u00f3n que vaya a aquellas cuestiones que son m\u00e1s urgentes, necesarias y cruciales. En tercer lugar, la direcci\u00f3n de un eje hist\u00f3rico nos abre el paso a unir nuestra labor a un sujeto hist\u00f3rico, la gente que debe ser protagonista de dicho cambio. El sentido hist\u00f3rico, en cuarto lugar nos abre a la solidaridad intergeneracional, a acoger la tradici\u00f3n legada y tender la mano a la generaci\u00f3n siguiente. En quinto lugar, el sentido hist\u00f3rico nos pone en nuestro sitio como obreros de la Historia, como personas que hacen un servicio temporal con su \u00fanica vida durante casi un siglo. Esa historicidad nos sit\u00faa continuamente ante la propia limitaci\u00f3n, la nimiedad de nuestros particularismos y nos sit\u00faa para responder ante la Historia sin caer en cesarismos.
    \n 
    \n* Din\u00e1mic<\/em>o. Otra virtud crucial es la esperanza en la posibilidad de mejora y redenci\u00f3n. Ya hemos mencionado el tr\u00e1gico pesimismo en las posibilidades de cambio que se ha instalado en la mentalidad postmoderna y en la neoliberal. Lo que permite articular las agendas de acci\u00f3n en estrategias de cambio es la confianza en las posibilidades de realizaci\u00f3n de un mundo distinto. El lema de Portoalegre, \u201cOtro mundo es posible\u201d destaca la gravedad de esa desesperanza hist\u00f3rica que caracteriza nuestro tiempo.
    \n\u00a0<\/em>
    \n*<\/em> Comunitario<\/em>. Finalmente, ser\u00e1 necesario que el sujeto s\u00f3lido y libre que enviamos a la arena p\u00fablica, est\u00e9 fuertemente incardinado a una comunidad eclesial local, en sus distintas modalidades (grupos dom\u00e9sticos, movimientos, asociaciones de fieles, asambleas parroquiales, equipos especializados, etc.), en la que poder buscar la voluntad de Dios junto con hermanos de fe.
    \n 
    \nLa actual vida pol\u00edtica necesita, por tanto, un cristiano comunitario que sea compasivo y comprensivo, materialista, hist\u00f3rico y din\u00e1mico. Hemos dibujado el perfil del cristiano que necesitamos en pol\u00edtica y tama\u00f1a empresa s\u00f3lo puede ser resultado de un largo proceso de maduraci\u00f3n. Es imprescindible una pedagog\u00eda espec\u00edfica del compromiso sociopol\u00edtico cristiano.
    \n 
    \n3.Una pedagog\u00eda narrativa y vivencial del compromiso pol\u00edtico<\/strong>
    \n\u00a0<\/strong>
    \nPara enfocar la pedagog\u00eda necesaria, vamos inicialmente a usar dos esquemas que suelo aplicar a las cuestiones educativas. El primer esquema parte de la idea de cultura y el segundo se basa en lo que entiendo que es la actividad de la pedagog\u00eda primera y que ordena nuestros tipos de acciones educativas.
    \n 
    \n3.1. Los cuatro elementos de la cultura: creencia, valor, sentimiento y praxis<\/strong>
    \n 
    \nLa pedagog\u00eda es un soporte de transmisi\u00f3n de un legado que el sujeto incorpora a su historia singular y desde el que vive una aventura de relaci\u00f3n con Dios que le llevar\u00e1 por donde no sab\u00eda<\/em>. La pedagog\u00eda da paso y contiene a la vez lo que Xavier Quinz\u00e1 llama la mistagog\u00eda<\/em>, la preparaci\u00f3n al misterio de Salvaci\u00f3n. Es obvio que la transmisi\u00f3n de la tradici\u00f3n no indica tradicionalismo sino incorporaci\u00f3n al camino de una comunidad que Bellah denomina comunidad de memoria y esperanza<\/em>. La pedagog\u00eda acompa\u00f1a desde ese tradens<\/em>, ese caminar cargando con la Historia para encargarse de ella<\/em>, como bien expresaban Zubiri y Ellacur\u00eda. \u00bfY qu\u00e9 transmite esa pedagog\u00eda? Lo que comunica es una cultura, o sea, un imaginario
    <\/a> que narra creencias, valores, sentimientos y pr\u00e1cticas. La cultura es una segunda piel por la que sentimos (hay una primera armadura biol\u00f3gica que media todas nuestras percepciones) y por tanto todo lo que acontece contiene una funci\u00f3n. Toda acci\u00f3n humana, y narrar un acontecimiento (el mismo percibir) es un acto humano, lleva asociadas creencias, valores, sentimientos y pr\u00e1cticas concretas. Esto es lo que espec\u00edficamente narra la cultura, esas cuatro categor\u00edas de acontecimientos: creencias, valores, sentimientos y pr\u00e1cticas<\/a>. Educar, por tanto, es aprender a valorar, creer, sentir y practicar. Las cuatro dimensiones deben ser trabajadas en la educaci\u00f3n de la ciudadan\u00eda, pues un enfoque que s\u00f3lo use la dimensi\u00f3n de los valores cae en un eticismo que es incapaz de aportar el sustento necesario para la transmisi\u00f3n e innovaci\u00f3n de dichos valores; un enfoque basado puramente en las creencias (principalmente en ideolog\u00edas) es un enfoque doctrinalista incapaz de orientar al sujeto en las situaciones concretas; un enfoque basado s\u00f3lo en los sentimientos cae en el esteticismo; un enfoque basado s\u00f3lo en las pr\u00e1cticas peca de excesivamente pragmatista. El enfoque equilibrado tiene que contener proporcionadamente esos cuatro elementos de la cultura: educar en valores, en creencias, en sentimientos y en praxis.
    \n 
    \n3.2. Las cuatro actividades pedag\u00f3gicas: narrar, vincular, optar y experimentar.<\/strong>
    \n 
    \n* Narrar<\/em>. Narrar es ser conscientes de la situaci\u00f3n de comunicaci\u00f3n en que estamos, requiere un an\u00e1lisis y tratamiento de la \u201csintaxis\u201d de relaci\u00f3n, y a la vez narrar es transmitir un relato. Creemos que la pedagog\u00eda pol\u00edtica debe tener un enfoque principalmente narrativo, que garantiza una mayor asunci\u00f3n de las virtudes pol\u00edticas que el acceso al compromiso pol\u00edtico a trav\u00e9s de normativas conservadoras o liberacionistas. Un programa pedag\u00f3gico narrativo trabajar\u00e1 en espiral. En un primer nivel de acceso seleccionar\u00eda un n\u00famero limitado de experiencias en torno a las que trabajar familiariz\u00e1ndose con las historias. Ser\u00eda bueno que combinara relatos b\u00edblicos con relatos hist\u00f3ricos colectivos (el proyecto cu\u00e1quero de fundaci\u00f3n de Greenpeace, por ejemplo, o Amigos del Tercer Mundo) con personajes (Martin Luther King), relatos actuales (el Grammeen Bank o el Movimiento de los Sin Tierra) y asuntos nacionales (los movimientos pacifistas vascos) o europeos (el juez Falcone). Narrar no es s\u00f3lo acceder a historias sino tambi\u00e9n a formulaciones m\u00e1s sistem\u00e1ticas que para explicar las historias. Desde luego, dentro del programa narrativo, la Biblia tiene una posici\u00f3n central. Es necesario vincular misi\u00f3n pol\u00edtica y revelaci\u00f3n b\u00edblica de forma que no quede como un asunto de actividad sino como acci\u00f3n de Salvaci\u00f3n.
    \n 
    \n* Vincular<\/em>. La segunda actividad vital para la educaci\u00f3n de la ciudadan\u00eda es la vinculaci\u00f3n a distintas personas, comunidades, lugares, tiempos. Por esos v\u00ednculos el sujeto configura su geograf\u00eda de la realidad y su red de confianzas. \u00bfA qu\u00e9 y qui\u00e9nes queremos vincular a la gente en periodo de formaci\u00f3n? A la comunidad eclesial, a historias cocretas, a un entorno social plural ideol\u00f3gica, religiosa y \u00e9tnicamente, a convivir con personas excluidas desde temprano.
    \n 
    \n* Optar<\/em>. Adem\u00e1s es importante una pedagog\u00eda de la opci\u00f3n que ejercite al sujeto en el discernimiento, la deliberaci\u00f3n y el seguimiento. No hablamos de voluntarismo sino de opciones en clave de seguimiento por amor al Se\u00f1or y motivadas desde las creencias, los valores, los sentimientos y la coherencia con las buenas pr\u00e1cticas.
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    \n* Experimentar<\/em>. Lo sociopol\u00edtico es propicio a la ret\u00f3rica. Se corre el riesgo de estar siempre tratando este tema sin disponer de experiencia para poder realmente discernir. Es necesario tener experiencias desde joven, que desde temprano los ni\u00f1os participen junto con sus padres en aquellas manifestaciones y celebraciones que se considere procedente. Es bueno sumarse desde ni\u00f1os a iniciativas como las cartas de Amnist\u00eda Internacional, las actividades l\u00fadico-c\u00edvicas de Interm\u00f3n o las iniciativas que se promocionan desde la Plataforma de Organizaciones de Infancia. Es importante preparar para vivir la experiencia, trabajar las deliberaciones, las implicaciones, las disposiciones, para percibir al m\u00e1ximo posible en dichas experiencias; y posteriormente, evaluar, relatarla, compartirla, discernir.
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    \n4. Conclusi\u00f3n: Cristianos en pol\u00edtica: de Jerusal\u00e9n a Atenas<\/strong>
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    \nEl cristiano de hoy ser\u00e1 evang\u00e9lico si fortalece la ciudadan\u00eda. Cuando S\u00f3crates acepta ser ejecutado por la sentencia del tribunal ateniense contra su impiedad, lo asume porque entiende que las leyes de Atenas, la cuna y paradigma m\u00edtico de la democracia, son sagradas. S\u00f3crates no huye de la ciudad porque ser\u00eda contradecir lo que hab\u00eda sido su vida hasta entonces, porque considera que la \u00faltima referencia ciudadana son las leyes consagradas de su ciudad. Al contemplar esta entrega aceptada de S\u00f3crates, Plat\u00f3n, su disc\u00edpulo, sufre una quiebra vital de su pensamiento e intuye que las leyes de la ciudad no son la \u00faltima referencia sagrada del hombre, que hay algo que transciende las leyes de la ciudad. Una ciudad siempre ha de quedar abierta a una apertura que la trascienda, sujeta a una mejora permanente, a la innovaci\u00f3n, a la esperanza que salta lo posible por encima de lo factible.
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    \nQuiz\u00e1s los cristianos han entendido demasiadas veces que su misi\u00f3n es el retorno a Jerusal\u00e9n. Contra la invitaci\u00f3n a la dispersi\u00f3n, \u201c\u00a1Galileos, que hac\u00e9is ah\u00ed parados mirando!\u201d, que hace Jesucristo en la Ascensi\u00f3n, se peca de una nostalgia por volver a Jerusal\u00e9n. El reto de los cristianos en nuestro pa\u00eds es precisamente el env\u00edo a Atenas, la presencia en la plaza p\u00fablica ateniense. Sin simplicidad pero con sencillez, habr\u00e1 que buscar las formas de vivirlo y creemos que el resto de la sociedad puede ayudarnos a buscar lo mejor de nosotros para esa presencia<\/em>. El ideal plat\u00f3nico nos ayuda a pensar el mestizaje necesario entre la tradici\u00f3n ateniense y la tradici\u00f3n que proviene de Jerusalem. En ese sentido, las palabras del jesuita Juan Garc\u00eda P\u00e9rez, recientemente fallecido, son muy iluminadoras: \u201cNosotros no tenemos un programa: tenemos un Se\u00f1or que es nuestro programa. Todo el itinerario de Ignacio de Loyola est\u00e1 vertebrado en torno al seguimiento de Cristo. Un dejarse coger, un afectarse por ese ser excepcional e irrepetible, Jes\u00fas de Nazaret, que invocaba a Dios como Padre con una cercan\u00eda provocadora y que se acercaba escandalosamente a los marginados, al desecho de la sociedad de su tiempo. La m\u00edstica cristiana no consiste en cerrar los ojos y perderse en las brumas del propio yo. M\u00edstica es mirar a Dios de frente, con ardor, con humildad y con pasmo, y hacerse as\u00ed capaz de ver, de dejarse tocar con mayor intensidad por el sufrimiento ajeno. Lo importante no es adivinar c\u00f3mo va a ser el futuro sino preguntarnos para qu\u00e9 futuro nos estamos preparando<\/em>.\u201d
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    <\/a> Desarrollo estas tesis con m\u00e1s detalle en el art\u00edculo \u201cEl s\u00edndrome de Jeric\u00f3\u201d, publicado en 2002 en la revista Corintios XIII (n\u00ba101::55-93). Este art\u00edculo es continuaci\u00f3n de aqu\u00e9l, su aplicaci\u00f3n pedag\u00f3gica.
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    <\/a> La generaci\u00f3n joven cat\u00f3lica practicante est\u00e1 altamente politizada y participa con mayor intensidad que sus coet\u00e1neos en las entidades solidarias y juveniles de la sociedad civil, excepto en los partidos pol\u00edticos, donde la afiliaci\u00f3n es menor. Incluso en asociaciones muy cualificadas para la militancia partidaria como la HOAC las cifras reflejan (son datos referidos a 1990) una menor dedicaci\u00f3n a la militancia en partidos: un 20% en sindicatos, un 10% en asociacionismo vecinal y el 5% en partidos pol\u00edticos. En una investigaci\u00f3n interna realizada en 1995 en una asociaci\u00f3n media de Iglesia, ligada a una importante congregaci\u00f3n religiosa y con un perfil de gente entre 30 y 45 a\u00f1os, universitarios y de clases acomodadas, de 1200 personas encuestadas s\u00f3lo 5 estaban afiliadas a un partido pol\u00edtico (0,4%).
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    <\/a> J. Elzo et al., 1999: J\u00f3venes espa\u00f1oles 99. Fundaci\u00f3n Santa Mar\u00eda, Madrid: pp.74-80.
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    <\/a> Un imaginario es el conjunto de representaciones de una comunidad. Y dichas representaciones son relatos narrados. Una representaci\u00f3n es un relato de un acontecimiento. Nosotros no accedemos a los acontecimientos directamente sino que llegamos a ellos a trav\u00e9s de nuestros sentidos que los revierten relacion\u00e1ndolos (relat\u00e1ndolos<\/em>) con diversas mociones sentidas (dolor, colores, armon\u00edas, olores, etc.). Incluso los acontecimientos de la mente son \u201crelatados\u201d a trav\u00e9s de palabras e intuiciones. Nosotros no accedemos directa e inmediatamente a los valores como, por ejemplo, la libertad sino que accedemos a relatos de la misma que persiguen una entelequia (en el sentido aristot\u00e9lico) que nombramos como \u201clibertad\u201d. Los relatos pueden tener distintos formatos: pueden ser teoremas cient\u00edficos, poes\u00edas, iconos, mitos, experiencias, c\u00e1balas, historias, f\u00f3rmulas, objetos, arquitecturas, etc. Pero el imaginario no est\u00e1 formado s\u00f3lo por relatos sino que los relatos son \u201cnarrados<\/em>\u201d, es decir, que son comunicados permanentemente (actualizados<\/em>) por unos y otros. La narraci\u00f3n es una relaci\u00f3n de comunicaci\u00f3n de un relato. Es importante, ya que las narraciones son atravesadas hist\u00f3rica y actualmente por esa sintaxis de relaciones, los relatos son \u201cpronunciados\u201d (actualizados, hechos actualidad) en una situaci\u00f3n concreta con sujetos singulares. La estimaci\u00f3n de un relato no puede ser separado del acto narrativo porque lo incorpora constitutivamente. El imaginario es, finalmente, el conjunto de todas esas representaciones compartidas (narradas en r\u00e9gimen de comunidad) por un cuerpo social de car\u00e1cter pol\u00edtico, religioso, \u00e9tnico, etc. Naturalmente, como bien explican Berger y Luckmann al desarrollar su teor\u00eda de los universos simb\u00f3licos, los imaginarios est\u00e1n sujetos a controversias, a innovaciones y a subgrupos que portan imaginarios alternativos. Nunca hay un imaginario estatizado sino que sufre una tect\u00f3nica de culturas<\/em> que lo est\u00e1 continuamente modificando o confirmando.
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    <\/a> Durkheim las entend\u00eda como tres: formas de pensar (creer), sentir (sentimientos) y obrar (praxis). Por nuestra parte optamos por los esquemas en los que las formas de pensar y sentir son entendidas como tres: creer, valorar y sentir<\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":"

    Notas metodol\u00f3gicas sobre una pedagog\u00eda pastoral para la misi\u00f3n pol\u00edtica Fernando Vidal Fern\u00e1ndez Dedicado al jesuita Juan Garc\u00eda P\u00e9rez (1934-2003\u2020) \u00a0 Fernando Vidal Fern\u00e1ndez es profesor y director del Departamento de Sociolog\u00eda y Trabajo Social de la Universidad Pontificia Comillas de Madrid. Resumen del art\u00edculo: El mundo que vivimos, las extremas desigualdades y los peligrosos […]<\/p>\n","protected":false},"author":3,"featured_media":0,"comment_status":"closed","ping_status":"closed","sticky":false,"template":"","format":"standard","meta":{"_et_pb_use_builder":"","_et_pb_old_content":"","_et_gb_content_width":"","inline_featured_image":false,"footnotes":""},"categories":[793,795,94],"tags":[],"_links":{"self":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/9314"}],"collection":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/posts"}],"about":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/types\/post"}],"author":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/users\/3"}],"replies":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/comments?post=9314"}],"version-history":[{"count":0,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/9314\/revisions"}],"wp:attachment":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/media?parent=9314"}],"wp:term":[{"taxonomy":"category","embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/categories?post=9314"},{"taxonomy":"post_tag","embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/tags?post=9314"}],"curies":[{"name":"wp","href":"https:\/\/api.w.org\/{rel}","templated":true}]}}