{"id":9326,"date":"2003-05-01T00:00:13","date_gmt":"2003-04-30T22:00:13","guid":{"rendered":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/?p=9326"},"modified":"2003-05-01T00:00:13","modified_gmt":"2003-04-30T22:00:13","slug":"feminismos-remar-mar-adentro","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/feminismos-remar-mar-adentro\/","title":{"rendered":"\u00bfFEMINISMOS?… REMAR MAR ADENTRO…"},"content":{"rendered":"
Diana de Vallescar Palanca<\/strong>, religiosa Teresiana, es doctora en Filosof\u00eda, y profesora en el Instituto Superior de Ciencias Morales y en el Instituto Teol\u00f3gico de Vida religiosa (ambos en Madrid). Los cambios profundos, en la relaci\u00f3n con el mundo y consigo mismas, que las mujeres est\u00e1n viviendo, a partir de sus luchas por la igualdad, as\u00ed como el cuestionamiento de ra\u00edz (y su alcance), levantado por los feminismos con respecto a las relaciones de poder entre los g\u00e9neros y las reivindicaciones de las mujeres, generan crisis y fractura en la instituci\u00f3n patriarcal. Se trata de algo que se vislumbra paulatinamente, pero que va result\u00e1ndonos en cierto modo familiar, aunque no signifique que se conozcan sus consecuencias e impacto de modo preciso, ni siquiera entre las mujeres. En contraste con lo poco que conocemos de la (t\u00edmida) emergencia de los movimientos de masculinidad en Espa\u00f1a (en comparaci\u00f3n con los pa\u00edses escandinavos, EEUU, Reino Unido, Australia, Canad\u00e1), la recepci\u00f3n de los feminismos entre los varones, o si se quiere, sus actitudes y comportamientos frente a los cambios de las mujeres, no se visibiliza a no ser por sus manifestaciones m\u00e1s fuertes, como son la violencia, el maltrato y el asesinato de las mujeres por sus parejas. En Espa\u00f1a, estas tres categor\u00edas est\u00e1n representadas por tercios entre los varones, aunque los que se definen claramente como igualitarios<\/em> frente a los cambios femeninos, por norma los menos apegados a los modelos masculinos tradicionales, representen menos de un 5% (Suiza un 2%), en contraste con otros pa\u00edses europeos en los que se est\u00e1 produciendo un lento aumento de varones favorables a estos cambios. No deja de ser interesante constatar que tambi\u00e9n comienzan a despuntar los contrarios a dichos cambios entre los menores de 21 a\u00f1os y los que viven la precariedad laboral, pues suelen ver a las mujeres como sus competidoras en el mundo estudiantil-laboral. \u00bfQu\u00e9 es el feminismo(s)? \u00bfQu\u00e9 es ser feminista? \u00bfEs cuesti\u00f3n de mujeres \u00fanicamente? Son preguntas que intentaremos responder. El feminismo(s) representa un desaf\u00edo abierto frente al monopolio de la autoridad masculina y su jerarquizaci\u00f3n, extendida a todos los campos: la sociedad, la cultura, la econom\u00eda, la pol\u00edtica, la religi\u00f3n, el conocimiento, etc. (= patriarcado). Al mismo tiempo, apunta a sus estructuras y pr\u00e1cticas relacionadas con la dimensi\u00f3n pol\u00edtica que trascienden las fronteras occidentales. Su n\u00facleo duro puede sintetizarse en tres l\u00edneas, que cristalizan en una serie de reivindicaciones espec\u00edficas:<\/p>\n La historia del feminismo suele dividirse en tres momentos. El primer feminismo, abarca los inicios del feminismo (s. XVIII) y el sufragismo (XIX-XX). En este las mujeres, en EE.UU. y en Europa, buscaron una participaci\u00f3n adulta en la vida pol\u00edtica. Exigieron la igualdad de derechos legales. A la reivindicaci\u00f3n por el sufragio, unieron la de mayor educaci\u00f3n y equidad en las condiciones laborales y econ\u00f3micas[9]<\/a>. El segundo feminismo (denominado \u2018segunda ola\u2019, d\u00e9cada de los a\u00f1os 60) trat\u00f3 la tem\u00e1tica de la liberaci\u00f3n de las mujeres y el tercer feminismo (post-feminismo, d\u00e9cada de los a\u00f1os 80 a la actualidad…), convertido en movimiento internacional presente en todas las sociedades y culturas, destaca por su autocr\u00edtica. Sin embargo, las pr\u00e1cticas diversas de las mujeres, impregnadas de un \u2018esp\u00edritu de liberaci\u00f3n\u2019 en busca de mejores condiciones (sociales, pol\u00edticas, religiosas, econ\u00f3micas…), recorren las historia y din\u00e1micas de las sociedades, culturas y religiones. Denotan su b\u00fasqueda de libertad y justicia en escenarios muy variados y con reivindicaciones tambi\u00e9n diversas. Las luchas de las feministas o la concesi\u00f3n de ciertos derechos y posibilidades por parte del g\u00e9nero dominante poco pueden hacer mientras este no se interrogue a s\u00ed mismo su vivencia de la masculinidad y de cara al proyecto original de Dios. De otra manera pudiera suceder que \u00fanicamente se intercambian entre los sexos \u2013acr\u00edtica y superficialmente\u2013 actitudes, mentalidades y comportamientos, asignados tradicionalmente sin modificar la unilateralidad y asimetr\u00eda en las relaciones. Diana de Vallescar Palanca, religiosa Teresiana, es doctora en Filosof\u00eda, y profesora en el Instituto Superior de Ciencias Morales y en el Instituto Teol\u00f3gico de Vida religiosa (ambos en Madrid). 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\n
\nS\u00edntesis<\/strong>
\nLa autora describe el desarrollo hist\u00f3rico de los movimientos por la igualdad y dignidad de la mujer (los diversos feminismos) y su n\u00facleo irrenunciable, al tiempo que se\u00f1ala caminos de futuro tanto para la mujer como para el var\u00f3n, que han de lograr una reciprocidad de g\u00e9nero que sea constructiva y humanizadora para ambos.
\n <\/p>\n\n
\nA finales del siglo XX y, ya en el XXI, es frecuente escuchar en distintos \u00e1mbitos quejas o cr\u00edticas hacia el feminismo(s) o todo aquello que pueda parec\u00e9rsele: \u00abotra vez con el feminismo\u00bb, \u00abya est\u00e1 pasado de moda\u00bb, \u00abesa problem\u00e1tica ha sido superada en Espa\u00f1a, corresponde a los pa\u00edses del Tercer Mundo\u00bb, etc.
\nMuchas mujeres, y algunos varones, nos preguntamos: \u00bfEn qu\u00e9 sentido ha sido superada esta problem\u00e1tica, si ni siquiera hemos tocado fondo en las estructuras que la legitiman? \u00bfCu\u00e1l es la causa de tales reacciones de parte de los varones (y de muchas mujeres)? En ambos casos, las reacciones tienen una ra\u00edz com\u00fan, la formaci\u00f3n en el sistema patriarcal dominante, que deja mella profunda en las personas, cualquiera que sea su sexo.
\nLos varones, en alguna medida, son conscientes del impacto y desaf\u00edo generados por los cambios de las mujeres y el creciente cuestionamiento\/deslegitimaci\u00f3n de la hegemon\u00eda del poder masculino ejercido desde los modelos tradicionales de la relaci\u00f3n. La modificaci\u00f3n radical del lugar asignado a la mujer en la cultura y sus modos de relaci\u00f3n, algo que inicialmente dieron por descontado que pudiera concernirles, se revierte ahora, afect\u00e1ndoles individual y socialmente, al cuestionar su lugar en el mundo, ante las mujeres, los otros varones y ante s\u00ed mismos. La propia instituci\u00f3n eclesial jer\u00e1rquica se ve confrontada, algo que vive con disgusto y resentimiento, al igual que muchos creyentes y no-creyentes, de ambos sexos. Aunque, como en todo, existen sus honrosas excepciones
\nReconociendo que ser\u00eda un t\u00f3pico para analizar en profundidad, nos limitamos, sin embargo, a transcribir (sumariamente) las posiciones, reacciones y respuestas que, de acuerdo a una serie de estudios de origen europeo y norteamericano, est\u00e1n adoptando los varones frente a los cambios de las mujeres. Identificarlas y trabajarlas en la propia vida, la familia, la escuela, la sociedad y la Iglesia o cualquier otra religi\u00f3n, puede ser \u00fatil para comprender la experiencia vivida, con miras a abrirse a nuevos caminos o maneras de ser var\u00f3n y de concebir la masculinidad. Lo mismo puede decirse con respecto a las posiciones, reacciones y respuestas de muchas mujeres, aunque sean un poco m\u00e1s conocidas, incluso por los varones.
\nEl planteamiento de g\u00e9nero (desarrollo ulterior de los feminismos contempor\u00e1neos y su expresi\u00f3n a trav\u00e9s de la lucha en contra del sexismo), sit\u00faa la mujer y el hombre en relaci\u00f3n<\/em>, en funci\u00f3n de la \u00e9poca hist\u00f3rica, la clase social, la etapa evolutiva y la cultura de referencia, destaca que lo femenino y lo masculino ha sido tratado mediante la contraposici\u00f3n dial\u00e9ctica. Su aporte radica en determinar que uno y otro comportamientos se entienden en relaci\u00f3n<\/em> dual, no opuesta[1]<\/a>. Conocer lo que vive la mujer se entiende en relaci\u00f3n con el var\u00f3n, y viceversa.
\nEs interesante recorrer las posiciones, las reacciones y las respuestas que est\u00e1n adoptando los varones frente a los cambios de las mujeres. Pueden reunirse en tres grupos[2]<\/a>:<\/p>\n\n
\nEn cuanto a las mujeres, son bastantes los grupos que levantan su voz e integran redes de solidaridad y ayuda mutua, en el nivel local, nacional e internacional, frente a la discriminaci\u00f3n e injusticia que todav\u00eda recorre nuestras sociedades, culturas y religiones[3]<\/a>. Sin embargo, el conocimiento de los feminismos, sus trayectorias y reivindicaciones, entre la poblaci\u00f3n general, suele ser bastante superficial y, a veces, distorsionado. Sus avances o \u00e9xitos todav\u00eda no alcanzan m\u00e1s que a una capa muy limitada, a\u00fan en las denominadas sociedades del Primer Mundo, donde muchas mujeres (aunque con mayor formaci\u00f3n y condiciones que en otras sociedades) contin\u00faan subordinadas de distintos modos (mental, simb\u00f3lica y afectivamente)[4]<\/a>, en una estructura social que no cambia sino muy lentamente y, por supuesto, no en la proporci\u00f3n de las necesidades y exigencias de la mayor\u00eda de ellas.
\nLa conquista del voto fue importante, pero no es m\u00e1s que una toma de conciencia real para lograr una aut\u00e9ntica valoraci\u00f3n y conocimiento de las posibilidades del propio sexo femenino, unida al conocimiento de las ideolog\u00edas, circunstancias y problem\u00e1ticas que lo han condicionado. La poca lucidez para comprender o denegar la problem\u00e1tica profunda de las mujeres, con posturas machistas y abiertamente antifeministas, es una caracter\u00edstica distintiva[5]<\/a>, fundada (err\u00f3neamente) en la creencia de que el feminismo es opuesto e incompatible con la feminidad, separa de los hombres y de una confesi\u00f3n religiosa. A eso contribuyeron, tenemos que reconocerlo, algunas manifestaciones reaccionarias que pueden haber dado una imagen unilateral de los feminismos[6]<\/a>, utilizada y manipulada despu\u00e9s por algunos sectores. Hay que admitir tambi\u00e9n la dificultad que supone, para algunas mujeres, armonizar (si es que se puede) su conciencia feminista con las actitudes y los prejuicios, las postura androc\u00e9ntricas y patriarcales que perviven en las religiones.
\nNo todas las chicas j\u00f3venes se muestran interesadas por los feminismos. Algunas consideran que est\u00e1n pasados de moda, ya que, seg\u00fan su parecer, las mujeres ya han alcanzado la igualdad (!). Solo si llegan a tener la necesidad\/oportunidad de salir adelante por s\u00ed mismas, y a sentir la discriminaci\u00f3n en varias esferas (por ejemplo, en la b\u00fasqueda del trabajo y sus condiciones, o tener que enfrentar la disyuntiva entre vida de pareja o vida profesional, as\u00ed como asumir toda la carga de la vida dom\u00e9stica…), pueden llegar a modificar sus posturas. Tambi\u00e9n existe entre el colectivo de las mujeres (de todas las edades) aqu\u00e9llas que no ha cuestionado (y prefiere no cuestionar) los roles y espacios asignados. Sienten pavor a ser ellas mismas, a expresar sus opiniones, a salir al mundo, aunque pudieran quejarse de la marginaci\u00f3n, no siempre logran ver c\u00f3mo la favorecen.
\nInvariablemente, son las mujeres con inquietudes intelectuales, pol\u00edticas, art\u00edsticas, y dem\u00e1s, las que contin\u00faan teniendo que \u2018justificarlas\u2019 y haciendo verdaderos equilibrios para situarse en las sociedades, cuya organizaci\u00f3n no favorece plenamente su desarrollo individual y proyectos, y eso, tarde o temprano, les exigir\u00e1 ciertas opciones o rupturas. Mantener una actitud cr\u00edtica y reflexiva, luchar por la propia autonom\u00eda y desear una vida afectiva plena al mismo tiempo, no son cosas f\u00e1ciles. La \u2018masculinizaci\u00f3n\u2019 de muchas, tal vez sea el \u00fanico modo para acceder a determinadas esferas, aunque tendr\u00eda que cuestionarse si a la larga (como parece estar sucediendo) no elimina progresivamente lo femenino y sus espacios sociales, y si es la forma de hacer frente al sistema masculino dominante. Basta observar, por contraste, el poqu\u00edsimo movimiento de los varones en sentido inverso.
\nEvaluar el impacto de los feminismos a trav\u00e9s de las generaciones de mujeres en contextos espec\u00edficos es muy \u00fatil y deseable, no s\u00f3lo para abrirnos a sus luchas y resistencias, sino para poder establecer una autocr\u00edtica y detectar vac\u00edos, en busca de nuevas estrategias y caminos de liberaci\u00f3n para todas.
\nTanto ayer como hoy, ser feminista contin\u00faa estigmatizando y asigna una nota de mala prensa a quien se atreva a defenderlo, en el \u00e1mbito civil o religioso, entre las mujeres y los hombres. El desconocimiento y prejuicios que se tienen contra esta perspectiva de entramado humanista y evang\u00e9lico, y sus variadas facetas, exige conocerla y \u2018remar mar adentro<\/em>\u2019, sin temor. Una abierta disposici\u00f3n para captar sus reivindicaciones y la toma de conciencia que representa, as\u00ed como sentido cr\u00edtico, creativo y liberador para emprender nuevas formas y caminos de relaci\u00f3n entre las mujeres y los hombres, son las condiciones previas. Reconocer la asimetr\u00eda injusta que han vivido las mujeres y abrirse al di\u00e1logo transformador, la ruta recomendada.
\nTal vez nos sorprenda que la cultura de la guerra que nos domina, que exalta la fuerza y el poder\u00edo, el coraje y la identificaci\u00f3n simp\u00e1tica con el vencedor (h\u00e9roe), \u2018valores\u2019 tan difundidos internacionalmente por los medios de comunicaci\u00f3n en las condiciones actuales, tiene ra\u00edces tan profundas como la sumisi\u00f3n de las mujeres. A\u00fan m\u00e1s, al descubrir que existe una conexi\u00f3n \u00edntima entre ambas. Aunque, ahora, las mujeres tambi\u00e9n vayan a la guerra… Rita Levi Montalcini lo ha denunciado al afirmar: \u00abNo es en la violencia, sino en la aceptaci\u00f3n pasiva de la autoridad, donde veo hoy el mayor peligro de guerra\u00bb[7]<\/a>.
\n <\/p>\n\n
\nLa ra\u00edz latina de feminismo (femina <\/em>= del sexo femenino, hembra) y algunas posturas radicales, han llevado a pensar que es cuesti\u00f3n de mujeres o supone una postura \u2018anti-hombre\u2019. Es claro que la opresi\u00f3n m\u00faltiple que afecta a las mujeres y su transversalidad en los distintos \u00e1mbitos, sociedades y culturas, genera una opci\u00f3n \u2018pro-mujer\u2019 en el feminismo, aunque no se desprenda de ah\u00ed la exclusi\u00f3n del var\u00f3n. De hecho, inclusive, hubo hombres (no muchos) que de una u otra forma apostaron por la causa de la mujer (Plat\u00f3n, S\u00e9neca, Cristo, Juan Espinosa, Crist\u00f3bal Acosta, Stuart Mill, Condocert… )
\nLa acepci\u00f3n m\u00e1s com\u00fan (aunque no sea de uso universal) del feminismo, parte de que feminista<\/em> es toda aquella persona \u2013 mujer u hombre- que cree en: a) La exigencia de reestablecer a las mujeres como sujetos de pleno derecho en todos los \u00e1mbitos de la existencia; b) La intr\u00ednseca equivalencia de mujeres y hombres en cuanto versi\u00f3n dual y constitutiva de la humanidad; c) La b\u00fasqueda y creaci\u00f3n de condiciones reales, actitudes sociales y estructuras socio-pol\u00edticas que la revelen, sostengan y preserven. La lucha del feminismo aglutina, as\u00ed, a los defensores de la mujer y sus potencialidades y valores, en b\u00fasqueda de un sistema igualitario y no-sexista.
\nErr\u00f3nea e interesadamente el feminismo se ha visto como contrapuesto al machismo. \u00c9ste representa una ideolog\u00eda o movimiento adscrito al sistema patriarcal, que considera al macho como proto-tipo y le concede todo poder en la sociedad. Su rol consiste en dominar a la mujer y sus caracter\u00edsticas son la verticalidad, la exclusi\u00f3n, la injusticia y la desigualdad. En algunas culturas el machismo conlleva la exageraci\u00f3n de rasgos considerados como masculinos, especialmente la fuerza f\u00edsica, agresividad y el ejercicio constante de la heterosexualidad, con distorsi\u00f3n y exageraci\u00f3n de las caracter\u00edsticas genitales. Bajo esta concepci\u00f3n las feministas ser\u00edan mujeres frustradas sexual y afectivamente, lo que desemboca en un abusivo enfrentamiento entre los sexos, o bien, las imitadoras del \u201cmacho\u201d.
\nLa verdadera oposici\u00f3n del machismo es el \u2018hembrismo\u2019, que se refiere a las caracter\u00edsticas complementarias y facilitadoras del machismo, sustentadas (exageradamente) por las hembras: la pasividad, la dependencia, la ausencia de gratificaci\u00f3n sexual, la exhuberancia de redondeces anat\u00f3micas y el coqueteo.
\nA la figura del conquistador corresponde la figura de una mujer paciente y sumisa, motivada por la reputaci\u00f3n y el honor, que tiene igualmente sus correlatos en las sociedades modernas. En estas sociedades las hembras tambi\u00e9n han aceptado la dictadura del g\u00e9nero, al mostrar su progresiva masculinizaci\u00f3n (de comportamiento y relaciones) y su naciente violencia y agresividad, como signo de la igualdad. La expresi\u00f3n de la sexualidad o la autosuficiencia econ\u00f3mica, la competitividad o el riesgo, el consumo de tabaco y el alcohol, acompa\u00f1ados de la violaci\u00f3n, la violencia dom\u00e9stica y el asesinato ser\u00edan las caracter\u00edsticas de los machos[8]<\/a>.
\nAmbas ideolog\u00edas defienden en el fondo que los rasgos de personalidad son consustanciales a la biolog\u00eda. Encarcelan, as\u00ed, a unos y a otras, perpetuando y fortaleciendo su situaci\u00f3n. Es dif\u00edcil desmantelarlas, dado que son interiorizadas en el inconsciente y se transmiten de manera \u2018espont\u00e1nea\u2019. Adem\u00e1s, su asunci\u00f3n profunda est\u00e1 relacionada con personas muy cercanas (padre\/madre, abuelo\/la, hermanos\/as, familiares, amigos\/as, maestros\/as, novio\/a…) en el marco de la propia historia familiar que nos acompa\u00f1a desde los primeros a\u00f1os. Unido a este v\u00ednculo afectivo, se encuentra el moral y el religioso, que a trav\u00e9s de ciertas prescripciones bloquea e imposibilita imaginar otros modelos, sin causar fracturas internas o grandes crisis. La socializaci\u00f3n modela y garantiza la continuidad de los comportamientos de g\u00e9nero.
\nNo se puede negar que tantos a\u00f1os de supeditaci\u00f3n y discriminaci\u00f3n de las mujeres, acompa\u00f1ada de la sobredeterminaci\u00f3n de su vida por la producci\u00f3n, la reproducci\u00f3n, la sexualidad y la socializaci\u00f3n de los ni\u00f1os, generan inicialmente, en aqu\u00e9llas que toman conciencia de eso, una manifestaci\u00f3n revulsiva y agresiva hacia los hombres, as\u00ed como un deseo grande de vida propia. En la medida que sea trabajada es posible orientarla a la creaci\u00f3n positiva de otras formas de vida, que no tienen por qu\u00e9 suponer el cese de confrontaci\u00f3n al sistema (mientras persista) y, por ello, ausencia de conflicto. Tampoco hay por qu\u00e9 negar que es frecuente, tenido como \u2018normal\u2019 y asumido sin el menor cuestionamiento (incluso por parte de bastantes mujeres), que muchos varones f\u00e1cilmente desacrediten, ridiculicen y hagan chiste de las mujeres (a\u00fan cuando ellas tuvieran la raz\u00f3n). Tales actitudes encierran, en la mayor parte de las veces, mecanismos de defensa y su intolerancia para escuchar tem\u00e1ticas que les afectan de fondo.
\n <\/p>\n\n
\n
\nEn la actualidad, no existe un solo feminismo, sino m\u00faltiples versiones o facetas, que siempre han estado vinculadas a los movimientos de las mujeres, desarrolladas a partir de la d\u00e9cada de los a\u00f1os 60[10]<\/a>. Este paso al plural (feminismos) denota la amplitud y diversificaci\u00f3n disciplinar adquiridas, que cristalizan en ramas o movimientos: feminismo liberal, socialista o radical, feminismo negro o mujerista, feminismo lesbiano, ecofeminismo, feminismo cultural, feminismo separatista, feminismo marxista, feminismo liberador, etc. Existen diferencias significativas entre estos, aunque sus enfoques comparten la confianza de que la sociedad puede mejorar y la creencia central en la reconfiguraci\u00f3n de las relaciones entre las mujeres y los hombres para su transformaci\u00f3n, algo que implica eliminar toda relaci\u00f3n excluyente y jer\u00e1rquica, provocadora de m\u00faltiples asimetr\u00edas.
\nLas feministas han tenido inter\u00e9s por identificar y analizar las fuerzas que crean, modifican y mantienen el status quo<\/em>. En esa l\u00ednea, nacieron los \u2018Estudios de las Mujeres\u2019[11]<\/a>, con el objetivo de rescatar y visibilizar su papel y aporte (tanto de mujeres laicas como religiosas), desde tiempos ancestrales, a trav\u00e9s de sus viajes, exilios, narraciones, autobiograf\u00edas, obras, etc. Asimismo recogen la historia de las resistencias de mujeres negras e ind\u00edgenas, antes y despu\u00e9s de la dominaci\u00f3n colonial. Cada vez se extienden a m\u00e1s campos (ciencia, filosof\u00eda, pedagog\u00eda, teolog\u00eda, historia, literatura, bio\u00e9tica…) y problem\u00e1ticas, que afectan a la vida social e ideolog\u00edas, con relevancia en cinco \u00e1reas tem\u00e1ticas: la econom\u00eda, la maternidad, la sexualidad, la religi\u00f3n y las ideas acerca de la naturaleza. Se plantean recuperar la memoria e historia de las mujeres para contribuir a la formaci\u00f3n de su identidad y autoestima (hasta el momento no ten\u00edamos referentes planteados desde nosotras) y as\u00ed poder ofrecer, con el tiempo, una visi\u00f3n balanceada de la humanidad, que permita ir transformando la realidad y sus relaciones de poder a trav\u00e9s de su cr\u00edtica y denuncia creciente del sistema dominante (patriarcal o kiriarcal). Aunque, por el momento, en la mayor parte de las universidades (a excepci\u00f3n de EEUU y Gran Breta\u00f1a) sean considerados al margen del curr\u00edculo universitario oficial, muchos se mantienen gracias al esfuerzo y compromiso de algunas mujeres profesoras. Esta exclusi\u00f3n hace que la poblaci\u00f3n estudiantil no llegue sino eventualmente a conocerlos, por no hablar de la poblaci\u00f3n en general, que ignora por completo su existencia. Conocer y difundirlos es un desaf\u00edo pendiente que permitir\u00e1 enriquecer y sensibilizar a la tem\u00e1tica.
\nGracias a ellos se termin\u00f3 con la idea uniforme y arquet\u00edpica de la mujer y se favorecieron m\u00faltiples visiones de ella, sus potencialidades y su vida. Se han abierto horizontes que permiten celebrar su individualidad y promover la solidaridad entre las mujeres, afirmando su igualdad frente a los hombres y la estima de su diferencia sexual.
\n <\/p>\n\n
\nActualmente algunas series televisivas (Un paso adelante, Polic\u00edas<\/em>, C\u00f3digo Fuego…<\/em>) de gran audiencia entre las\/os j\u00f3venes, pretenden ofrecer un \u201cnuevo\u201d perfil de la pareja humana destacando valores como la autonom\u00eda, cercan\u00eda, comunicaci\u00f3n, solidaridad y sentido de grupo…, a la par que presentan al var\u00f3n joven, con caracter\u00edsticas como la gran facilidad para la expresi\u00f3n de sentimientos entre sus iguales y con las chicas (varias escenas sucesivas, en una ocasi\u00f3n, eran protagonizadas por ellos llorando…), preocupados por \u2018cuidarles\u2019 y escucharles (cualesquiera y por absurdas que sean las problem\u00e1ticas), comparten todo sin ambiciones profesionales, m\u00e1s bien obsesionados por lograr una relaci\u00f3n estable con su pareja. En las relaciones \u00edntimas son pasivos, casi nunca agresivos ni violentos y, en su caso, preocupados por su responsabilidad paterna. Las j\u00f3venes destacan por su alto individualismo, dureza, valent\u00eda, agresi\u00f3n, ambici\u00f3n que las lleva a supeditar sus relaciones al trabajo y a postergar todo compromiso de pareja estable e ideal de maternidad. Tienen la iniciativa en la relaci\u00f3n \u00edntima, no se \u2018contienen\u2019, se dejan llevar f\u00e1cilmente por el sentimiento e incluso pueden llegar a acosarles a ellos, que se someten a sus dictados. La liberalizaci\u00f3n profesional de la mujer es clara (polic\u00edas, bomberos, directoras de empresa…), pocas veces se manifiesta el roce profesional con el sexo opuesto, aunque s\u00ed con sus iguales. Ella manifiesta rapidez y valent\u00eda en sus movimientos en contraste con \u00e9l, lento y a la espera de ser dirigido (incluso en las escenas m\u00e1s violentas, ella salta del autom\u00f3vil y dispara primero, \u00e9l va detr\u00e1s de ella…).
\nTan s\u00f3lo se nos presenta una f\u00e1cil manipulaci\u00f3n que da la idea de \u2018aires nuevos\u2019. En la figura de \u00e9l y los suyos han logrado casi eliminar la violencia y alcanzar un nivel \u00f3ptimo de expresi\u00f3n de sentimientos, aunque, sin definirse personalmente. Ella ha ganado autonom\u00eda, algo que la deja insatisfecha y vac\u00eda, resuelto una vez m\u00e1s por la intervenci\u00f3n de \u00e9l, por quien vale la pena dejar todo lo alcanzado…; las relaciones con sus iguales contin\u00faan siendo de rivalidad (por un var\u00f3n) y desconfianza. \u00bfEsto es todo a lo que podemos aspirar? En el fondo, continuamos encarceladas\/os en los estereotipos e ideas arquet\u00edpicas, ahora revestidos y modificados perif\u00e9ricamente. Esa visi\u00f3n es incapaz de ofrecer una nueva o m\u00e1s rica lectura de la realidad humana y las relaciones vividas (y sus din\u00e1micas) desde una reciprocidad igualitaria que deber\u00eda traducirse tambi\u00e9n en sus enfoques, formas de plantear problem\u00e1ticas, resolver conflictos y un modo de organizaci\u00f3n social distinto. As\u00ed como profundizar en las nociones de \u2018igualdad\u2019, diferencia e identidad (utilizadas como sin\u00f3nimos en el lenguaje cotidiano), y los supuestos que encierran en relaci\u00f3n a la teorizaci\u00f3n del g\u00e9nero[12]<\/a>.
\nLas \u2018nuevas\u2019 palabras se gestan cuando una realidad ya no corresponde a lo expresado. Al mismo tiempo, lo primero que se nos ocurre cuando intentamos dar una nueva imagen es incorporar nuevas palabras, pero al no haber cambios profundos y sustanciales que las acompa\u00f1en, pueden resultar chocantes y amenazantes, pero adem\u00e1s invariablemente reproducir\u00e1n lo que existe y sus din\u00e1micas. Tal ser\u00eda el caso de las im\u00e1genes arriba descritas que nos presentan los medios de comunicaci\u00f3n actual, creados y dirigidos en su mayor parte por varones incapaces de imaginar otros modos de relaci\u00f3n entre los g\u00e9neros.
\nUn cambio aut\u00e9ntico dentro y fuera de la Iglesia pasa por que los varones logren alcanzar otra comprensi\u00f3n del ser humano y de s\u00ed mismos. \u00c9sta viene dada por el proyecto original de Dios, la conciencia de verse afectados por un machismo ancestral y la valoraci\u00f3n de la mujer y su voluntad por realizar su condici\u00f3n de imagen de Dios, en absoluta igualdad con ellos. El di\u00e1logo puede ayudar a superar las diferencias sexistas, romper la indiferencia o salir de la estabilidad y el miedo, para aceptar la humanidad en su diversidad creadora, rechazando todo aquello que la destruya o desdiga.
\nLos dos relatos de la Creaci\u00f3n (Gen 1.2) asumen que Dios crea al ser humano, var\u00f3n y hembra, a su imagen y semejanza. Ambos, representan al ser humano y son portadores de la imagen de Dios, sin condicionamientos por su diferencia sexual. El misterio de Dios siempre se ha captado a trav\u00e9s de la experiencia hist\u00f3rica espec\u00edfica. Las mujeres que han ganado en autovaloraci\u00f3n y autodenominaci\u00f3n toman conciencia de su creaci\u00f3n igual y bendecida por Dios, lo cual les confiere el \u2018se\u00f1or\u00edo en la tierra\u2019 y la capacidad de representarle. Significa que su realidad humana (su racionalidad e inteligencia, capacidad moral, psicolog\u00eda, creatividad, modo de conocer, amar y vivir la corporeidad y su relacionabilidad, que marca todo su ser…) ha de ser valorada y constituye una met\u00e1fora adecuada para expresar el misterio divino. El reconocimiento es el presupuesto de la condici\u00f3n de reciprocidad en la relaci\u00f3n de los dos g\u00e9neros, del mismo modo que la reciprocidad es condici\u00f3n de la eticidad real en las relaciones, tejidas desde la relaci\u00f3n cotidiana.
\nEl machismo, quiz\u00e1 m\u00e1s fuerte en la Iglesia, cuando se trata de cl\u00e9rigos y religiosos debido al desarrollo hist\u00f3rico, por el que han interiorizado ciertos estereotipos de la mujer (seductora y peligrosa para su condici\u00f3n sexual y afectiva) difundidos tradicionalmente, les hace tomar posturas de superioridad y poder (frente a su fragilidad e inseguridad), segregaci\u00f3n, minusvaloraci\u00f3n de su aporte de vida y desde la teolog\u00eda, hasta reducirla a servicios auxiliares o suplantaci\u00f3n de actividades que les permiten a ellos desentenderse y mantenerse en funciones directivas de la instituci\u00f3n eclesial, centros de formaci\u00f3n, etc.
\nEn el trasfondo se halla tambi\u00e9n la problem\u00e1tica relacionada con la interpretaci\u00f3n de lo masculino y lo femenino asumida por el sistema patriarcal, de la que tenemos poco conciencia sobre su contenido y alcance. Esta plantea lo masculino y lo femenino en t\u00e9rminos de oposici\u00f3n dualista, lo que genera la no-aceptaci\u00f3n, segregaci\u00f3n e inferiorizaci\u00f3n de lo femenino y sus valores. Algo que puede rastrearse a trav\u00e9s de los aspectos que han definido a la masculinidad (la ausencia de caracter\u00edsticas femeninas<\/em>, fuerza y dureza, posesi\u00f3n de dinero, control de las emociones, la utilizaci\u00f3n de la violencia) y, de manera m\u00e1s contundente, en el desarrollo y actitudes de los ni\u00f1os y ni\u00f1as. No entro en el an\u00e1lisis de esta \u00faltima cuesti\u00f3n -ya lo hice en otra parte[13]<\/a>– pero s\u00ed destacar, en el caso del ni\u00f1o que llega a mostrar su sensibilidad y expresar sus sentimientos, c\u00f3mo la presi\u00f3n social (de sus iguales, familiares o la escuela) puede generar en \u00e9l diversas reacciones: la subordinaci\u00f3n al modelo hegem\u00f3nico, la complicidad o la marginaci\u00f3n. Impl\u00edcitamente aprendi\u00f3 que la afectividad y la expresi\u00f3n de los sentimientos est\u00e1n asociados a la debilidad y, con ello, a la feminidad, esto los convierte en aspectos a rechazar y poco importantes (adem\u00e1s de ser problem\u00e1ticos) para su vida.
\nEl \u201cmito de los sexos opuestos\u201d, con el tiempo, ha llevado a una comprensi\u00f3n de la diversidad como \u201clucha de contrarios\u201d o incomunicables. Esto es, la comprensi\u00f3n de lo masculino solo se realiza en las ant\u00edpodas de lo femenino y lo contrario. Signific\u00f3 la necesidad del var\u00f3n de reafirmarse a trav\u00e9s de la fuerza, la dominaci\u00f3n y la separaci\u00f3n de la mujer. Esta din\u00e1mica le hizo creer que la realidad era solo masculina, asociada a la racionalidad, al poder y a la eficacia. Creci\u00f3 su incomunicaci\u00f3n y desconexi\u00f3n con la mujer y la vida. Perdi\u00f3 de vista que la diversidad de las identidades (masculina y femenina) representa el G\u00e9nero humano y que la propia imagen de la unidad de Dios se realizaba a partir de ambas. Hoy se ve abocado a superar el miedo y la falta de visi\u00f3n constructiva de la diversidad.
\nNecesitamos recuperar una visi\u00f3n positiva de la diferencia sexual en t\u00e9rminos de dualidad, que significa relacionalidad<\/em> rec\u00edproca e integradora<\/em>, necesaria para construir la unidad. Hay que crear actitudes de apertura para comprender el g\u00e9nero diverso, aceptarlo y acoger su diversidad creadora para superar el sexismo. Lo contrario a todo esto lleva a continuar promoviendo el modelo fundado en el dominio, la asimilaci\u00f3n, la competencia o superioridad de un g\u00e9nero (masculino) que genera la \u00abasimetr\u00eda\u00bb padecida injustamente por las mujeres,<\/em> lo que no equivale \u00fanicamente a cometer una injusticia, sino que ha de ser visto como un pecado contra el plan de Dios. <\/em>Los intereses de ellas, tampoco son s\u00f3lo los de un grupo marginado, sino que transmiten la \u00abpreferencia\u00bb de la empat\u00eda divina hacia los m\u00e1s d\u00e9biles<\/em>[14]<\/a>.<\/em> \u00bfDe qu\u00e9 maneras concretas los varones toman partido a favor y\/o en contra (sin que por esto queden descartadas muchas mujeres que tambi\u00e9n carecen de esta sensibilidad)?
\nTambi\u00e9n se desprende que el var\u00f3n debiera apreciar y requerir del aporte de la mujer (su reflejo), para identificarse a s\u00ed mismo y descubrir facetas nuevas del \u2018rostro de Dios\u2019. Al auto-designarse como mediador exclusivo entre lo humano y lo divino, no suele requerir de ninguna otra mediaci\u00f3n. En contrapartida, y por efecto, la mayor\u00eda de las mujeres que no pueden descubrirse a s\u00ed mismas (alineaci\u00f3n), ni a Dios, sino a trav\u00e9s de la \u00fanica mediaci\u00f3n legitima de lo masculino, que les ha sido inculcado a lo largo de la historia.
\nInteresa subrayar que la vocaci\u00f3n humana se realiza viviendo desde el principio de la equivalencia y reciprocidad. La referencia a la experiencia del g\u00e9nero (y la creaci\u00f3n) es ineludible y se construye mediante relaciones caracterizadas por la din\u00e1mica de una \u2018cercan\u00eda compartida\u2019 y la \u2018separaci\u00f3n\u2019, cuya piedra angular es el reconocimiento y la autonom\u00eda-relacional. Sobre el trasfondo de una valoraci\u00f3n mutua, confianza, respeto, apertura de coraz\u00f3n, palabra, caricia, cuestionamiento, acompa\u00f1ada de la tensi\u00f3n y conflicto, el perd\u00f3n y la alegr\u00eda. La puerta de entrada es la intransigencia hacia las pr\u00e1cticas sexistas acompa\u00f1ada de la disposici\u00f3n para el di\u00e1logo interpersonal.
\nLa necesidad del encuentro dialogal <\/em>sigue siendo una categor\u00eda b\u00e1sica. El di\u00e1logo emerge de constatar que no existen saberes y voluntades universales (Habermas) y apunta a la transformaci\u00f3n\/inclusi\u00f3n. El di\u00e1logo resulta de la voluntad de entendimiento, nacido de la capacidad de acordar o conciliar, entre aquellas\/os que persiguen fines comunes. La comprensi\u00f3n (= facultad de abarcarse rec\u00edprocamente entre sujetos) produce cambios en las subjetividades de los participantes, sin que suponga la eliminaci\u00f3n de la diferencia ya que, precisamente, constituye la posibilidad de que \u00e9sta y una variedad de problemas afloren y puedan ser procesados. Por ejemplo, la intransigencia hacia las pr\u00e1cticas sexistas permite explicar la contribuci\u00f3n de cada una\/o a la preservaci\u00f3n del sexismo. Al ser evidenciada, ese proceso puede llevar a terminar con cualquier identidad fundamentada en el sexo o la sexualidad.
\nA.Touraine afirma con lucidez que ya no es posible \u00abmostrar una figura central, \u00fanica, del sujeto humano: no hay nada por encima de la dualidad del hombre y la mujer. Al mismo tiempo el sujeto es pertenencia a la racionalidad y experiencia cultural particular, son diferentes biol\u00f3gica y culturalmente en la formaci\u00f3n de su personalidad, en su imagen de s\u00ed mismos y en sus relaciones con el Otro<\/em>\u00bb[15]<\/a>. Esta frase equivale a una sentencia program\u00e1tica inicial, a profundizar te\u00f3rica y pr\u00e1cticamente, en todos los \u00e1mbitos.
\nYa ganar\u00edamos si algunos varones comenzaran por dejarse interpelar y reconocieran: (1) Su situaci\u00f3n personal frente a los cambios de las mujeres para empezar a salir de su actitud \u201csilenciosa\u201dmayoritaria caracter\u00edstica, en lo referente a tem\u00e1ticas feministas. (2) La validez de las interpretaciones de las mujeres acerca de su experiencia humano-religiosa, sus necesidades y sabidur\u00edas, que difieren de la mujer \u2018inventada\u2019 por ellos (natural y ahist\u00f3rica) determinante de su estatus relativo en las sociedades y religiones. (3) Sensibilidad y aprecio por la toma de conciencia de las mujeres disconformes y enfadadas por la injusticia institucionalizada (desigualdad) del sistema patriarcal y los intentos de aqu\u00e9llas por desafiar ideas, pr\u00e1cticas e instituciones y el poder coercitivo, fuerza y autoridad que las mantiene.
\nNecesitamos una plataforma que fomente la sensibilidad y participaci\u00f3n-riesgo\/decisi\u00f3n por construir nuevos estilos de vida<\/em>, que no encierren al ser humano en un modelo \u00fanico y le conduzcan otros modelos de organizaci\u00f3n social y pol\u00edtica. Nada f\u00e1cil ya que \u2018ser y sentirse var\u00f3n\u2019 (construcci\u00f3n de la identidad masculina social y subjetiva) ha estado unido a la reproducci\u00f3n y mantenimiento del status quo, sustentada en los mitos de la superioridad masculina y la disponibilidad femenina, la autosuficiencia, la belicosidad heroica y el respeto a la jerarqu\u00eda que promueve el sistema sexo-g\u00e9nero. Incluso porque representa para \u00e9l una p\u00e9rdida de imagen, derechos y prerrogativas, de lo que deriva el no percibir, ni interesarse en la igualdad real de las mujeres como problema. Adem\u00e1s de la falta de modelos alternativos que pudieran ayudarle a desidentificarse del tradicional, se halla la presi\u00f3n social y la censura de los iguales.
\nLa igualdad real de las mujeres plantea un nuevo ideal de sociedad y de relaciones mujer-var\u00f3n. El voluntarismo o cambios individuales, es insuficiente, sin las estrategias sociales, pol\u00edticas y religiosas. Asentado sobre el reconocimiento del peso que ha tenido la interpretaci\u00f3n<\/em> del cuerpo sexuado (de la mujer y el var\u00f3n) condicionada por la biolog\u00eda, la historia y los simb\u00f3lico, difundida y garantizada mediante la socializaci\u00f3n (procesos y relaciones), al mismo tiempo que mantiene la certeza de su sentido abierto. La condici\u00f3n de sujetos permite construir nuevas formas de vida y relaci\u00f3n<\/em>, sin amoldarse a la dictadura del g\u00e9nero. Este comportamiento supone desarrollar las propias potencialidades prescindiendo de que sean femeninas o masculinas, no sin contradicciones, conflictos, ambig\u00fcedades, que forman parte de nuestra condici\u00f3n.
\n
\n[1]<\/a> Cf. Sau, Victoria (20003<\/sup> ).\u2018G\u00e9nero\u2019, en: Diccionario ideol\u00f3gico feminista, <\/em>v. I, Barcelona: Icaria, 133-137.
\n[2]<\/a> Los datos proceden de la ponencia presentada por Luis Bonino M\u00e9ndez, Los varones frente al cambio de las mujeres,<\/em> en el Primer Congreso Internacional de Masculinidad, celebrado en Bilbao, abril de 2001.
\n[3]<\/a> Pueden verse los informes de las distintas Conferencias Internacionales de la Mujer, celebradas desde M\u00e9xico, 1975, y en particular, el diagn\u00f3stico de la Conferencia Internacional de Beijing (1995) y su evaluaci\u00f3n en la reuni\u00f3n de Nueva York, 2000.
\n[4]<\/a> Cf. Bordieu, P. La domination masculine,<\/em> Par\u00eds: Seuil.
\n[5]<\/a> La psicolog\u00eda del oprimido\/a de F. Fanon, P. Freire, Ch. Taylor…destacan como la psicolog\u00eda del oprimido\/a, lleva a no ver, incluso cuando han sido removidos los obst\u00e1culos que le oprim\u00edan, eso hace que contin\u00fae actuando de la misma forma. En la mujer la automarginaci\u00f3n (relacionada con su autoimagen y autovaloraci\u00f3n) ha favorecido el sistema, as\u00ed como las connotaciones sociales y religiosas de la vivencia de la transgresi\u00f3n. Cf. Lagarde, Marcela (20012<\/sup>). Claves feministas para la autoestima de las mujeres, <\/em>Madrid: Horas y Horas.
\n[6]<\/a> Ciertas im\u00e1genes transmitidas por los medios de comunicaci\u00f3n durante las d\u00e9cadas de los a\u00f1os 60 y 70, que reflejaron una presencia masiva de las mujeres desfilando, pidiendo a gritos libertad y el derecho a la decisi\u00f3n sobre su cuerpo, as\u00ed como el aborto… perviven en la memoria de muchos\/as de edad media o avanzada.
\n[7]<\/a> Ella es una destacada neurobi\u00f3loga, premio Nobel de medicina y pacifista militante. Cf. Montalcini Levi, R. (1998). Elogio de la imperfecci\u00f3n<\/em>, Barcelona: edic. Beta.
\n[8]<\/a> Cf. Harris, M. (1995). Nuestra Especie,<\/em> Madrid: Alianza. Gilmore, DD. (1994). Hacerse hombre. Concepciones culturales de la masculinidad. <\/em>Barcelona, Bs.As, M\u00e9xico: Paid\u00f3s.
\n[9]<\/a> Cf. K\u00e4ppeli, Anne-Marie (2000). Escenarios del feminismo,<\/em> en: Historia de las Mujeres,<\/em> v. 4, Madrid: Taurus, 497-530; Offen, Karen (1988). Defining Feminism: A Comparative Historical Approach,<\/em> Signs 14 (1988) 119-157.
\n[10]<\/a> Cf. Kensch, Lori J. Feminism<\/em>, en: A companion to American Thought,<\/em> USA\/UK: Blackwell Publishers, 232-235.
\n[11]<\/a> En la d\u00e9cada de los a\u00f1os 60, con el nombre de \u2018Estudios de la Mujer (Woman\u2019s Studies<\/em>), sucesivamente, \u2018Estudios Feministas\u2019 en la d\u00e9cada de los 70 y, finalmente, en la de los 80 como \u2018Estudios de g\u00e9nero\u2019.
\n[12]<\/a> Amor\u00f3s, Celia (1994). Igualdad e Identidad,<\/em> en: Amelia Valc\u00e1rcel (comp.). El concepto de igualdad,<\/em> Madrid: ed. Pablo Iglesias, 29-48.
\n[13]<\/a> Para el planteamiento educativo m\u00e1s detallado puede verse mi art\u00edculo: Para que el rumor de Dios no se acabe ni apague\u2026<\/em>Jornadas de Pastoral 2003. FERE, Madrid. Una recopilaci\u00f3n de art\u00edculos en esta l\u00ednea puede verse en: Spender, D. \/ Sarah, E. (1993). Aprender a perder. Sexismo y educaci\u00f3n.<\/em> Barcelona: Paid\u00f3s ed.; Henriques, F. (1994). Igualdades e Diferen\u00e7as.<\/em> Propostas Pedag\u00f3gicas. Porto: Porto edit.
\n[14]<\/a> Cf. Vidal, M. (2000). Feminismo y \u00e9tica. \u201cFemenizar la moral\u201d, <\/em>Madrid: PPC, 96.
\n[15]<\/a> Cf. Touraine, A. (1997). \u00bfPodremos vivir juntos?<\/em> Madrid: PPC, 253.<\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":"