{"id":9333,"date":"2003-05-01T00:00:56","date_gmt":"2003-04-30T22:00:56","guid":{"rendered":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/?p=9333"},"modified":"2003-05-01T00:00:56","modified_gmt":"2003-04-30T22:00:56","slug":"mujeres-en-la-iglesia-mujeres-de-evangelio","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/mujeres-en-la-iglesia-mujeres-de-evangelio\/","title":{"rendered":"MUJERES EN LA IGLESIA: MUJERES DE EVANGELIO"},"content":{"rendered":"
Maite L\u00f3pez<\/strong> \u00abEn aquellos d\u00edas, se levant\u00f3 Mar\u00eda y se fue con prontitud a la regi\u00f3n monta\u00f1osa, a una ciudad de Jud\u00e1; entr\u00f3 en casa de Zacar\u00edas y salud\u00f3 a Isabel. Y sucedi\u00f3 que en cuanto oy\u00f3 Isabel el saludo de Mar\u00eda, salt\u00f3 de gozo el ni\u00f1o en su seno, e Isabel qued\u00f3 llena del Esp\u00edritu Santo.\u00bb (Lc 2, 39-41)<\/p>\n \u00abY sucedi\u00f3 que, al cabo de tres d\u00edas, le encontraron en el Templo sentado en medio de maestros, escuch\u00e1ndoles y pregunt\u00e1ndoles; todos los que le o\u00edan, estaban estupefactos por su inteligencia y sus respuestas. Cuando le vieron, quedaron sorprendidos y su madre le dijo: \u201cHijo, \u00bfpor qu\u00e9 nos has hecho esto? Mira, tu padre y yo, angustiados, te and\u00e1bamos buscando\u201d\u00bb. (Lc 2, 48-49)<\/p>\n \u00abSaliendo de la sinagoga, entr\u00f3 en la casa de Sim\u00f3n. La suegra de Sim\u00f3n estaba con mucha fiebre, y le rogaron por ella. Inclin\u00e1ndose sobre ella, conmin\u00f3 a la fiebre, y la fiebre la dej\u00f3; ella, levant\u00e1ndose al momento, se puso a servirles\u00bb (Lc 4, 38-39).<\/p>\n \u00abAlzando la mirada vio a unos ricos que echaban sus donativos en el arca del Tesoro; vio tambi\u00e9n a una viuda pobre que echaba all\u00ed dos moneditas, y dijo: \u201cDe verdad os digo que esta viuda pobre ha echado m\u00e1s que todos. Porque todos \u00e9stos han echado como donativo de lo que les sobraba, \u00e9sta, en cambio, ha echado de lo que necesitaba, todo cuanto ten\u00eda para vivir\u201d\u00bb. (Lc 21, 1-4)<\/p>\n \u00abEntonces, una mujer que padec\u00eda flujo de sangre desde hac\u00eda doce a\u00f1os, y que hab\u00eda sufrido mucho con muchos m\u00e9dicos y hab\u00eda gastado todos sus bienes sin provecho alguno, antes bien, yendo a peor, habiendo o\u00eddo lo que se dec\u00eda de Jes\u00fas, se acerc\u00f3 por detr\u00e1s entre la gente y toc\u00f3 su manto. Pues dec\u00eda \u201csi logro tocar aunque s\u00f3lo sea sus vestidos, me salvar\u00e9\u201d. Inmediatamente se le sec\u00f3 la fuente de sangre y sinti\u00f3 en su cuerpo que quedaba sana del mal.\u00bb (Mc 5, 25-29)<\/p>\n \u00abHab\u00eda tambi\u00e9n una profetisa, Ana, hija de Famuel, de la tribu de Aser, de edad avanzada; despu\u00e9s de casarse hab\u00eda vivido siete a\u00f1os con su marido, y permaneci\u00f3 viuda hasta los ochenta y cuatro a\u00f1os; no se apartaba del templo, sirviendo a Dios noche y d\u00eda en ayunos y oraciones. Como se presentase en aquella misma hora, alababa a Dios y hablaba del ni\u00f1o a todos los que esperaban la redenci\u00f3n de Jerusal\u00e9n.\u00bb (Lc 2, 36-38)<\/p>\n \u00abEn esto, una mujer cananea, que hab\u00eda salido de aquel territorio, gritaba diciendo: \u201c\u00a1Ten piedad de mi, Se\u00f1or, hijo de David!, mi hija est\u00e1 malamente endemoniada\u201d. Pero \u00e9l no le respondi\u00f3 palabra. Sus disc\u00edpulos, acerc\u00e1ndose, le rogaban: \u201cConc\u00e9deselo, que viene gritando detr\u00e1s de nosotros\u201d. Respondi\u00f3 \u00e9l: \u201cNo he sido enviado m\u00e1s que a las ovejas perdidas de la casa de Israel\u201d. Ella, no obstante, vino a postrarse ante \u00e9l y le dijo: \u201c\u00a1Se\u00f1or, soc\u00f3rreme!\u201d. \u00c9l respondi\u00f3: \u201cNo est\u00e1 bien tomar el pan de los hijos y ech\u00e1rselo a los perritos\u201d. \u201cS\u00ed, Se\u00f1or \u2013 repuso ella -, pero tambi\u00e9n los perritos comen de las migajas que caen de la mesa de sus amos\u201d. Entonces Jes\u00fas le respondi\u00f3: \u201cMujer, grande es tu fe; que te suceda como deseas\u201d. Y desde aquel momento qued\u00f3 curada su hija.\u00bb (Mt 15, 21-28)<\/p>\n \u00abHab\u00eda en la ciudad una mujer pecadora p\u00fablica, quien al saber que Jes\u00fas estaba comiendo en casa del fariseo, llev\u00f3 un frasco de alabastro de perfume y, poni\u00e9ndose detr\u00e1s, a lo pies de \u00e9l, comenz\u00f3 a llorar, y con sus l\u00e1grimas le mojaba los pies y con los cabellos de su cabeza se los secaba; besaba sus pies y los ung\u00eda con el perfume.\u00bb (Lc 7, 38)<\/p>\n \u00abSeis d\u00edas antes de la Pascua, Jes\u00fas se fue a Betania, donde estaba L\u00e1zaro, a quien Jes\u00fas hab\u00eda resucitado de entre os muertos. Le dieron una cena. Marta serv\u00eda y L\u00e1zaro era uno de los que estaba con \u00e9l a la mesa. Entonces Mar\u00eda, tomando una libra de perfume de nardo puro, muy caro, ungi\u00f3 los pies de Jes\u00fas y los sec\u00f3 con sus cabellos. Y la casa se llen\u00f3 del olor del perfume.\u00bb (Jn 12, 1-4)<\/p>\n \u00abLlega, pues, a una ciudad de Samar\u00eda llamada Sicar, cerca de la heredad que Jacob dio a su hijo Jos\u00e9. All\u00ed estaba el pozo de Jacob. Jes\u00fas, como se hab\u00eda fatigado del camino, estaba sentado junto al pozo. Era alrededor de la hora sexta. Llega una mujer de Samaria a sacar agua. Jes\u00fas le dice: \u201cDame de beber\u201d. Pues sus disc\u00edpulos se hab\u00edan ido a la ciudad a comprar comida. Le dice la mujer samaritana: \u201c\u00bfC\u00f3mo t\u00fa, siendo jud\u00edo, me pides de beber a mi que soy una mujer samaritana?\u201d (porque los jud\u00edos no se tratan con los samaritanos)\u00bb. (Jn 4, 5-9)<\/p>\n \u00abEstaba Mar\u00eda junto al sepulcro fuera llorando. Y mientras lloraba se inclin\u00f3 hacia el sepulcro […] Jes\u00fas le dice: \u201cMar\u00eda\u201d. Ella se vuelve y le dice: \u201cMaestro\u201d. Jes\u00fas le dice: \u201cNo me toques que todav\u00eda no he subido al Padre. Pero vete donde mis hermanos y diles: subo a mi Padre y vuestro Padre, a mi Dios y vuestro Dios. Fue Mar\u00eda Magdalena y dijo a los disc\u00edpulos que hab\u00eda visto al Se\u00f1or y le hab\u00eda dicho estas palabras\u00bb. (Jn 20, 11.16-17) Maite L\u00f3pez De la mujer en la Iglesia se han dicho muchas cosas. En realidad, salta a la vista que las mujeres dentro del Pueblo de Dios \u201csomos legi\u00f3n\u201d, aplastante mayor\u00eda: madres de familia, catequistas, sacristanas y ayudantes de todo tipo, miembros de los consejos parroquiales, monjas de clausura, religiosas de vida apost\u00f3lica, laicas consagradas, […]<\/p>\n","protected":false},"author":3,"featured_media":0,"comment_status":"closed","ping_status":"closed","sticky":false,"template":"","format":"standard","meta":{"_et_pb_use_builder":"","_et_pb_old_content":"","_et_gb_content_width":"","footnotes":""},"categories":[743,788,94],"tags":[],"class_list":["post-9333","post","type-post","status-publish","format-standard","hentry","category-maite-lopez","category-materiales-316","category-mision-joven-2"],"_links":{"self":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/9333","targetHints":{"allow":["GET"]}}],"collection":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/posts"}],"about":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/types\/post"}],"author":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/users\/3"}],"replies":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/comments?post=9333"}],"version-history":[{"count":0,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/9333\/revisions"}],"wp:attachment":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/media?parent=9333"}],"wp:term":[{"taxonomy":"category","embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/categories?post=9333"},{"taxonomy":"post_tag","embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/tags?post=9333"}],"curies":[{"name":"wp","href":"https:\/\/api.w.org\/{rel}","templated":true}]}}
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\nDe la mujer en la Iglesia se han dicho muchas cosas. En realidad, salta a la vista que las mujeres dentro del Pueblo de Dios \u201csomos legi\u00f3n\u201d, aplastante mayor\u00eda: madres de familia, catequistas, sacristanas y ayudantes de todo tipo, miembros de los consejos parroquiales, monjas de clausura, religiosas de vida apost\u00f3lica, laicas consagradas, j\u00f3venes voluntarias en ONGs, asociaciones diocesanas y parroquiales, movimientos y comunidades de base, profesoras de religi\u00f3n, te\u00f3logas, acompa\u00f1antes, maestras del esp\u00edritu, directoras de ejercicios, expertas en diversas materias y un largo etc\u00e9tera de m\u00faltiples presencias.
\nNo estoy tan segura de que esto signifique una justa y adecuada valoraci\u00f3n de lo que realmente aportamos. Las mujeres en la Iglesia somos un potencial de vida enorme, no siempre reconocido, ni siquiera a veces entre nosotras mismas. Por eso mi mejor manera de hacer \u201cdenuncia prof\u00e9tica\u201d es sacar a la luz esta riqueza que llevamos dentro. Mi aportaci\u00f3n quiere ser algo sencillo y, sobre todo, desde el coraz\u00f3n, para lo cual se me ocurre volver la mirada al evangelio.
\nImpresiona la capacidad de Jes\u00fas de descubrir, acoger y potenciar lo mejor que cada mujer puede dar. \u00c9l s\u00ed que apreci\u00f3, de manera \u00fanica, nuestra particular sensibilidad y capacidad de comunicar a Dios, tanto que quiso vincularnos fuertemente a su vida y misi\u00f3n, incluy\u00e9ndonos entre su grupo de sus m\u00e1s allegados. Os invito a orar qued\u00e1ndonos en silencio, mirando, escuchando y dej\u00e1ndonos conducir por Jes\u00fas, destacando algunos rasgos que las mujeres aportamos a la Iglesia vistos desde el Evangelio, desde Jes\u00fas.
\nPropongo un sencillo esquema \u2013simplemente orientativo- para hacer una oraci\u00f3n en grupo, que siempre puede convertirse en un momento de di\u00e1logo personal con el Se\u00f1or. Como introducci\u00f3n o motivaci\u00f3n puede valer la lectura del p\u00e1rrafo anterior o un comentario en la misma l\u00ednea. Los cantos que yo propongo (los que yo escoger\u00eda si animara la oraci\u00f3n) deber\u00edan ser sustituidos por otros que se consideren m\u00e1s adecuados y que inviten a la participaci\u00f3n de todos.
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\nORACI\u00d3N
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\nCanto<\/em>: T\u00da SABES QUE TE AMO <\/u><\/strong>(Glenda)
\nNo me preguntes, si te amo…
\nsi te amo, si te amo, si te…
\nT\u00fa lo sabes todo, T\u00fa sabes que te amo…
\nT\u00fa sabes que te amo, T\u00fa sabes que te amo.
\nNo me preguntes … si te amo.
\nT\u00fa lo sabes todo, T\u00fa sabes que te amo.
\nT\u00fa sabes que te amo, T\u00fa sabes que te amo,
\nque te amo, que te amo, que te amo…
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\nAdentr\u00e9monos en el Evangelio para mirarlo con detalle. A trav\u00e9s de las mujeres del Evangelio descubrimos que Dios sabe ver, reconocer y valorar…<\/p>\n\n
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\nEn el hoy de la Iglesia y del mundo, estas actitudes siguen teniendo rostros y gestos concretos. Que nuestra oraci\u00f3n no se limite a contemplar el Evangelio, sino que sepamos tambi\u00e9n agradecer el presente, poniendo nombres, fechas y lugares, recordando experiencias personales con mujeres creyentes. Se trata ahora de reconocer la presencia de Dios en la mediaci\u00f3n de las mujeres que conocemos o hemos encontrado en nuestro camino: \u00bfCu\u00e1ndo y d\u00f3nde he experimentado o he visto alegr\u00eda, ternura, servicialidad, generosidad, paciencia, fidelidad, humildad, entrega, derroche, hospitalidad, confianza, etc.?. Vale la pena pararse a pensarlo y orarlo. Sobre todo porque, como es bien sabido, la din\u00e1mica del amor es contagiosa y si es cierto lo que dice el refr\u00e1n – \u201camor, con amor se paga\u201d- encontraremos formas, sencillas pero eficaces, de hacer sentir a cada mujer su valor dentro de la Iglesia.
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\nSilencio<\/strong>
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\nEn este momento se invita a compartir el fruto de nuestra reflexi\u00f3n o de nuestra oraci\u00f3n, bien sea comentado alguno de los textos del evangelio, bien sea en forma de acci\u00f3n de gracias o de petici\u00f3n.
\n\u00a0<\/em>
\nOraci\u00f3n compartida<\/strong>
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\nPodemos terminar con un canto a Mar\u00eda, la mujer de la que Jes\u00fas aprendi\u00f3 a ser Buena Noticia para el mundo, modelo de entrega y fiel compa\u00f1era en nuestro camino.
\nCanto<\/em>: SANTA MAR\u00cdA SERVIDORA <\/u><\/strong>(Elia Fleta)
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\nPorque fuiste mujer de un pueblo esclavo, so\u00f1abas una nueva Nazaret.
\nCuando no te dejaban pronunciarte entonaste un canto a Yahv\u00e9.
\nPorque fuiste mujer que en el silencio escuchabas la palabra del Se\u00f1or,
\nsab\u00edas que el amor es siempre justo, que compromete y da valor.
\nSANTA MAR\u00cdA SERVIDORA DE LA PALABRA DE YAHV\u00c9,
\nSANTA MAR\u00cdA SERVIDORA DE LA ALIANZA DE ISRAEL. (BIS)
\nEn tu vientre se form\u00f3 el hombre nuevo, encarnando en ti la salvaci\u00f3n.
\nConfiabas en el Dios enamorado, aunque ma\u00f1ana sintieras el temor.
\nPorque fuiste mujer cercana y fuerte, acompa\u00f1aste a tu Hijo hasta la cruz.
\nLa esperanza firme en tu mirada, aunque a los ojos faltara luz.
\nPorque fuiste mujer que por el Reino ofrec\u00edas la vida y el dolor,
\napoyaste la fe de los primeros diciendo a todos: Resucit\u00f3.
\nFortalece mi paso en tus sandalias, fortalece mi voz en tu canci\u00f3n.
\nQue viva y que proclame la palabra al servicio del Reino de Dios.
\n <\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":"