{"id":981,"date":"1997-09-01T18:33:03","date_gmt":"1997-09-01T18:33:03","guid":{"rendered":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/index2.php\/?p=981"},"modified":"1997-09-01T18:33:03","modified_gmt":"1997-09-01T18:33:03","slug":"hacia-una-educacion-de-los-sentimientos-en-los-adolescentes-y-jovenes","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/hacia-una-educacion-de-los-sentimientos-en-los-adolescentes-y-jovenes\/","title":{"rendered":"Hacia una educaci\u00f3n de los sentimientos en los adolescentes y j\u00f3venes"},"content":{"rendered":"
Clemente Lobato<\/strong> es profesor <\/em>de la Universidad del Pa\u00eds Vasco.<\/em><\/p>\n Es innegable el creciente inter\u00e9s por el estudio de la vida afectiva y su educaci\u00f3n. En cualquier caso, la \u201ceducaci\u00f3n de los sentimientos\u201d es una tarea necesaria y fundamental en los procesos de maduraci\u00f3n personal de los adolescentes y j\u00f3venes. Arrancando de estos y otros aspectos, el autor analiza en primer lugar el significado e importancia de \u201clos sentimientos de la vida afectiva\u201d, para pasar a considerar despu\u00e9s el contenido y significado educativo de la \u201cinteligencia emociona\u201d. Las \u00faltimas p\u00e1ginas del art\u00edculo contienen numerosas pautas para articular concretamente la \u201ceducaci\u00f3n emocional\u201d de adolescentes y j\u00f3venes.<\/p>\n Actualmente podemos afirmar que se es\u00adt\u00e1 dando en la sociedad occidental un crecien\u00adte inter\u00e9s por la vida afectiva y su educaci\u00f3n.<\/p>\n Por un lado, est\u00e1n surgiendo voces de alar\u00adma y de perplejidad ante las contradicciones de nuestra cultura. Mientras que la prosperi\u00addad econ\u00f3mica, el nivel educativo y t\u00e9cnico van aumentando, crecen ciertas disfunciones sociales y se extiende la insatisfacci\u00f3n y el sentimiento de fracaso (MARINA, 1997). La de\u00admanda de una vida m\u00e1s satisfactoria y la es\u00adpecificaci\u00f3n concreta del contenido de ese grado de calidad vital est\u00e1n poniendo de relie\u00adve las dificultades que tenemos para resolver problemas que inciden seriamente en nuestraafectividad, nuestra vida de convivencia y nues\u00adtro bienestar personal.<\/p>\n Por otro, lado; en los \u00faltimos a\u00f1os desde di\u00adferentes enfoques se est\u00e1n llevando a cabo di\u00adversas investigaciones de la dimensi\u00f3n emo\u00adcional y est\u00e1n apareciendo publicaciones divul\u00adgativas de muy desigual valor cient\u00edfico y edu\u00adcativo. A principios de los a\u00f1os noventa, el psi\u00adc\u00f3logo de Vale, Peter Salovey, <\/em>y su colega John Mayer, <\/em>de la Universidad de New Hampshire, acu\u00f1aron el t\u00e9rmino inteligencia emocional<\/em> pa\u00adra referirse a la inteligencia interpersonal e in\u00adtrapersonal, es decir, al conocimiento y com\u00adprensi\u00f3n de las propias emociones y de las aje\u00adnas, al mismo tiempo que al hecho de saber conducir las emociones de forma que mejore la calidad de vida y la adaptaci\u00f3n a la realidad.<\/p>\n El tema de estas investigaciones despert\u00f3 la atenci\u00f3n mundial gracias al psic\u00f3logo de Har\u00advard, Daniel Goleman,<\/em> que con su libro Inteli\u00ad<\/em>gencia Emocional <\/em>(1997) consigue convertirse en un betseller en el mundo occidental, precedi\u00addo en nuestras latitudes por otro ensayo, sobre la misma tem\u00e1tica, del profesor Marina<\/em> (1996).<\/p>\n Ahora bien la adolescencia (12-19 a\u00f1os)<\/em> es una etapa de transici\u00f3n vital en la que el sujeto ve afectado el sentido del yo, en relaci\u00f3n a s\u00ed mismo y a los dem\u00e1s; una etapa de desarrollo que demanda un esfuerzo por parte del indivi\u00adduo -fundamentalmente de reestructuraci\u00f3n vi\u00adtal- y una etapa de reajuste emocional en la que puede intervenirse con el objetivo de aminorar el grado de estr\u00e9s y de vulnerabilidad.<\/p>\n Una revisi\u00f3n de la literatura especializada en el desarrollo afectivo y emocional del adoles\u00adcente destaca la importante influencia de la emoci\u00f3n, as\u00ed como de la experiencia y expre\u00adsi\u00f3n afectiva sobre la capacidad de razona\u00admiento, la conducta y en definitiva el desarro\u00adllo adolescente ( PETERSEN Y LEFERT, 1995).<\/p>\n El adolescente dispone de un conjunto de recursos personales con los que se enfrenta a los acontecimientos, entre los que Serra <\/em>(1997) destaca los recursos psicol\u00f3gicos, tales como las habilidades cognitivas y emocionales para recibir, codificar, elaborar y emitir informaci\u00f3n y la socializaci\u00f3n anticipadora del suceso, es decir, el aprendizaje previo de conductas, ac\u00adtitudes, valores, etc., que conlleva el afronta\u00admiento de la nueva situaci\u00f3n.<\/p>\n Sin embargo, muchos de estos recursos psi\u00adcol\u00f3gicos y sociales, necesarios para afrontar una transici\u00f3n vital, como la de la adolescencia, no forman parte de la educaci\u00f3n que recibe el individuo. Diversos autores (GADNER, 1995; GOLEMAN, 1997) aseguran que como mucho el CI (Coeficiente de <\/em>Inteligencia) <\/em>predice en un 20% el \u00e9xito relativo en la vida El 80% restante est\u00e1 en manos de otros factores, entre los que des\u00adtacan las capacidades de la inteligencia <\/em>emo\u00adcional,<\/em> tales como: la motivaci\u00f3n personal, la per\u00adsistencia en las dificultades, el control impulsivo y la demora de la gratificaci\u00f3n, la empat\u00eda, la ca\u00adpacidad de mantener la esperanza y la habilidad en mantener un buen control emocional.<\/p>\n M\u00faltiples y desiguales propuestas est\u00e1n emer\u00adgiendo en el mundo educativo, sobre todo a ni\u00adveles infantiles, por llevar a cabo una educaci\u00f3n afectiva de los alumnos y alumnas. Pero en la fase de la adolescencia y de la juventud est\u00e1 fal\u00adtando una aproximaci\u00f3n te\u00f3rica que fundamente propuestas educativas que enriquezcan la inter\u00advenci\u00f3n de tantos educadores y educadoras. Con la presente aportaci\u00f3n pretendo contribuir a mantener encendida la antorcha de la refle\u00adxi\u00f3n y proseguir bregando en el trabajo cotidia\u00adno ante el reto de una educaci\u00f3n emocional de nuestros j\u00f3venes.\u00a0<\/strong><\/p>\n E1 nivel afectivo de la personalidad huma\u00adna comprende ese mundo de experiencias \u00edn\u00adtimas y subjetivas en el cual nos dejamos afec\u00adtar por las experiencias -internas o externas\u00ad que estamos viviendo.\u00a0<\/strong><\/p>\n Sentimientos y emociones surgen de un fondo vital que escapa en buena parte a nues\u00adtra libre elecci\u00f3n racional. Cl\u00e1sicamente, los fe\u00adn\u00f3menos propios de esta dimensi\u00f3n afectiva se han diferenciado entre s\u00ed por su intensidad, persistencia y por la mayor o menor implica\u00adci\u00f3n de aspectos som\u00e1ticos o cognitivos.<\/p>\n As\u00ed las emociones <\/em>consisten en experiencias afectivas intensas, pasajeras, bruscas y agu\u00addas, con un fuerte componente corporal. Las emociones se relacionan muy directamente con las motivaciones y constituyen una fuerza ener\u00adg\u00e9tica psicof\u00edsica que nos impulsa hacia unos determinados comportamientos. Tambi\u00e9n emo\u00adci\u00f3n y pensamiento se relacionan e interfieren mutuamente (ELLIS,1981), aunque no se puede taxativamente afirmar que exista una relaci\u00f3n de causalidad fija entre ellos. En realidad los ni\u00adveles som\u00e1tico, afectivo y cognitivo interaccio\u00adnan entre s\u00ed en forma compleja.<\/p>\n Los sentimientos<\/em> son estados afectivos m\u00e1s estructurados, complejos y estables que las emo\u00adciones, pero menos intensos y con menor impli\u00adcaci\u00f3n fisiol\u00f3gica. Mientras la emoci\u00f3n es un modo de sentirse afectado por el mundo exte\u00adrior, el sentimiento es el modo en que nos pro\u00adyectamos sobre \u00e9l desde nuestra afectividad.<\/p>\n Y, por \u00faltimo, las pasiones<\/em> constituyen fen\u00f3\u00admenos afectivos que manifiestan la estabilidad del sentimiento y la intensidad de la emoci\u00f3n con una fuerte presencia del nivel cognitivo.<\/p>\n Cada persona tiene una peculiar organiza\u00adci\u00f3n de su mundo afectivo. Esta originalidad depende en parte de su especificidad fisiol\u00f3\u00adgica y en parte de las experiencias vividas, que le hacen interpretar la realidad descodifi\u00adcando los mensajes en forma peculiar.<\/p>\n Sin pretender profundizar en los or\u00edgenes de la experiencia emocional, la psicolog\u00eda cogni\u00adtiva contempor\u00e1nea asume que la ra\u00edz inme\u00addiata de cada sentimiento concreto se en\u00adcuentra en el significado espec\u00edfico que cada persona atribuye a sus propias experiencias. De este modo se resalta el papel de cada cual en la g\u00e9nesis de sus personales emociones.<\/p>\n En los \u00faltimos a\u00f1os la tendencia dentro del campo psicol\u00f3gico operativo ha sido la de no establecer diferencias entre emoci\u00f3n y senti\u00admiento. De modo que tambi\u00e9n nosotros utili\u00adzaremos el t\u00e9rmino emoci\u00f3n o sentimiento co\u00admo sin\u00f3nimos en el presente art\u00edculo.<\/p>\n Fundamentalmente son experiencias per\u00adsonales e \u00edntimas que reflejan nuestro mundo interior, nos ayudan a tomar decisiones y a for\u00admar valores. Son indicadores que nos infaman de c\u00f3mo estamos viviendo, qu\u00e9 nos est\u00e1 pa\u00adsando ante las diversas situaciones. Estos fe\u00adn\u00f3menos afectivos permiten conocemos me\u00adjor. Nos hablan de lo que ocurre, lo que quere\u00admos, lo que es importante para nosotros: nos hablan de nuestras necesidades b\u00e1sicas, de nuestros deseos, de nuestros valores, de nues\u00adtro grado de bienestar o malestar.<\/p>\n Los sentimientos y emociones no s\u00f3lo ayu\u00addan a conocerse, sino tambi\u00e9n a decidir qu\u00e9 hacer, decir, probar, gustar… Los sentimientos est\u00e1n en el fondo de nuestras actuaciones y de nuestras reacciones. Prestar atenci\u00f3n a nues\u00adtros sentimientos y emociones nos lleva a saber actuar de una manera m\u00e1s adecuada. Mostrar y expresar adecuadamente estas experiencias afectivas es algo natural y sano. Tanto las emo\u00adciones agradables como las desagradables.<\/p>\n Adem\u00e1s, compartir con franqueza los senti\u00admientos con otras personas, permite darse a conocer, ser comprendido y establecer unas re\u00adlaciones adecuadas. De lo contrario, los dem\u00e1s tendr\u00e1n que recurrir a suposiciones para saber realmente lo que le suceda a uno. Ahora bien, hay que aprender a saber elegir expresar o no un sentimiento, en qu\u00e9 momento, c\u00f3mo y a qu\u00e9 persona. \u00abEstoy resentido y enfadado. No me siento, escuchado cuando te hablo\u00bb. Es mejor hablar de m\u00ed, de como me siento y me percibo: de modo directo y personalizado en m\u00ed.<\/p>\n Los sentimientos y emociones ni son buenos ni malos. Son naturales. Est\u00e1n ah\u00ed, dentro de cada cual. Son experiencias personales. Es na\u00adtural, \u00fatil y aceptable sentir una emoci\u00f3n, cual\u00adquiera que sea: agradable o desagradable. To\u00addos los sentimientos y emociones son v\u00e1lidos. S\u00f3lo lo que cada cual hace con ellos -las con\u00adductas- puede ser considerado aceptable o no.<\/p>\n Los sentimientos son personales. Cada per\u00adsona es responsable de sus sentimientos y de los comportamientos que pueden acompa\u00f1ar\u00adlos. Las emociones son propias del sujeto. Nadie puede obligar o imponer estar animado o enoja\u00addo. Como tampoco reprobar que pueda sentirse triste o alegre. Pero sucede que lo que dicen o lo que hacen otras personas puede alterar nues\u00adtros sentimientos, siempre que nosotros lo per\u00admitamos. Tambi\u00e9n podemos impedir esa inci\u00addencia y decidir c\u00f3mo queremos sentirnos.\u00a0<\/strong><\/p>\n Salovey<\/em> y Mayer<\/em> en el a\u00f1o 1990, (SALOVEY y MAYER, 1990) acu\u00f1an el t\u00e9rmino de inteligencia <\/em>emocional<\/em> defini\u00e9ndola como un tipo de inteli\u00adgencia social (GADNER, 1995) que involucra la habilidad de manejar los sentimientos y emo\u00adciones propias de uno mismo y de los otros, de discriminar entre ellas y de utilizar esta informa\u00adci\u00f3n para dirigir nuestros pensamientos y ac\u00adciones. La inteligencia emocional seg\u00fan estos mismos autores (1993) puede distinguirse f\u00e1cil\u00admente de la inteligencia general ya que incluye la manipulaci\u00f3n de las emociones y del conte\u00adnido emocional, y, como resultado, tener una mejor validez discriminante. Los procesos men\u00adtales involucrados en la informaci\u00f3n emocional incluyen la evaluaci\u00f3n y expresi\u00f3n de las emo\u00adcionales propias y ajenas, la regulaci\u00f3n de la emoci\u00f3n personal y la utilizaci\u00f3n de las emo\u00adciones en direcciones adaptativas.<\/p>\n Salovey<\/em> y Mayer<\/em> concretaron la competen\u00adcia emocional, que influye en todos los \u00e1mbi\u00adtos claves de la vida, en el desarrollo de cinco capacidades (MART\u00cdN Y BOECK, 1997):<\/p>\n Poder hacer una apreciaci\u00f3n y dar nombre a las propias emociones es uno de<\/p>\n los sillares de la inteligencia emocional, en el que se funda\u00admentan la mayor\u00eda de las otras cualidades emo\u00adcionales. S\u00f3lo quien sabe por qu\u00e9 se siente co\u00admo se siente, puede manejar sus emociones, moderarlas y ordenarlas de manera consciente.<\/p>\n Emociones como el miedo, la ira o la triste\u00adza son mecanismos de supervivencia que for\u00adman parte de nuestro bagaje emocional b\u00e1si\u00adco. No podemos elegir nuestras emociones. No se pueden simplemente desconectar o evi\u00adtar. Pero est\u00e1 en nuestro poder conducir nues\u00adtras reacciones emocionales y completar o sustituir el programa de comportamiento con\u00adg\u00e9nito primario, como el deseo o la lucha, por formas de comportamiento aprendidas y so\u00adcializadas como la iron\u00eda. Lo que hagamos con nuestras emociones, el hecho de manejarlas de forma inteligente, depende de la inteligencia emocional.<\/p>\n Los sujetos emocionalmente inteligentes sa\u00adben solucionar los problemas de forma adap\u00adtada, ya que focalizan mejor su atenci\u00f3n en las tareas vitales m\u00e1s prioritarias; son capaces de enmarcar correctamente los problemas y son m\u00e1s creativos y flexibles en sus posibles alter\u00adnativas de respuestas en las que integran las consideraciones emocionales.\u00a0<\/strong><\/p>\n La empat\u00eda ante otras personas requiere la predisposici\u00f3n a admitir sus emociones, escu\u00adchar con atenci\u00f3n y ser capaz de comprender pensamientos y sentimientos que incluso no se hayan expresado verbalmente.<\/p>\n El trato satisfactorio con las dem\u00e1s personas depende, entre otros factores, de nuestra ca\u00adpacidad de crear y cultivar relaciones, de reco\u00adnocer los conflictos y solucionarlos, de encon\u00adtrar el tono adecuado y de percibir los estados de \u00e1nimo de los dem\u00e1s.<\/p>\n M\u00e1s recientemente Goleman <\/em>(1997) ha defi\u00adnido la inteligencia emocional como la capaci\u00addad de motivarnos a nosotros mismos, perse\u00adverar en el empe\u00f1o a pesar de las posibles frus\u00adtraciones, controlar los impulsos, diferir las gra\u00adtificaciones, regular nuestros propios. estados de \u00e1nimo, evitar que la angustia interfiera nues\u00adtras facultades racionales y la capacidad de empatizar y confiar en los dem\u00e1s. Para este au\u00adtor la inteligencia emocional abarca cinco com\u00adpetencias:<\/em> el conocimiento de las propias emo\u00adciones, la capacidad de controlar las emocio\u00adnes, la capacidad de motivarse a uno mismo, el reconocimiento de las emociones ajenas y el control de las relaciones.<\/p>\n Para este autor, la inteligencia emocional puede resultar tan decisiva, y en ocasiones in\u00adcluso m\u00e1s que el cociente intelectual de la persona, para predecir la satisfacci\u00f3n perso\u00adnal a lo largo de la vida. Saber que un joven ha logrado superar con gran \u00e9xito sus estudios, equivale a saber que es sumamente bueno en las pruebas de evaluaci\u00f3n acad\u00e9mica, pero no nos dice nada de c\u00f3mo reaccionar\u00e1 ante las vicisitudes que se le presenten en la vida. Sin embargo las personas que han desarrollado adecuadamente las habilidades emocionales suelen sentirse m\u00e1s satisfechas, son m\u00e1s efi\u00adcaces y m\u00e1s capaces de manejar los h\u00e1bitos mentales que determinan el rendimiento.<\/p>\n Tambi\u00e9n destaca que habilidades tales co\u00admo la capacidad de tener conciencia o de re\u00adconocer los sentimientos propios, la empat\u00eda, la persistencia, la destreza social, el optimis\u00admo, la comprensi\u00f3n de los sentimientos pro\u00adpios y ajenos, el autocontrol, el entusiasmo, la conciencia de las necesidades de los dem\u00e1s, la capacidad de desembarazarse de senti\u00admientos negativos, la capacidad de diferir las gratificaciones y sofocar los impulsos, el saber tranquilizarse a s\u00ed mismo, saber relacionarse positivamente con los dem\u00e1s y comunicarse adecuadamente con ellos, etc., son funda\u00admentales para conseguir una vida satisfactoria.<\/p>\n Estos factores destacan la importancia e in\u00adfluencia de la dimensi\u00f3n emocional en el de\u00adsarrollo evolutivo, as\u00ed como en la superaci\u00f3n \u00f3ptima de las transiciones propias del ciclo vi\u00adtal corno es el caso de la adolescencia.<\/p>\n En estos \u00faltimos a\u00f1os estamos asistiendo a un incremento del inter\u00e9s por la dimensi\u00f3n afectiva del adolescente. Incluso los programas de la Ense\u00f1anza Secundaria Obligatoria <\/em>(ESO) dan un particular relieve a las variables de naturaleza emocional que entran en juego en el proceso educativo.<\/p>\n Cualquier programa de educaci\u00f3n socioafec\u00adtiva parte del presupuesto de que es posible ense\u00f1ar al adolescente c\u00f3mo afrontar cons\u00adtructivamente la dificultad que puede encon\u00adtrar en la vida cotidiana.<\/p>\n Ser\u00eda un error grave considerar la educaci\u00f3n socioafectiva como un proceso enfocado a mo\u00addelar las emociones del adolescente seg\u00fan es\u00adquemas impuestos por el adulto. Se trata m\u00e1s bien de un proceso de aprendizaje que lleva a la autorregulaci\u00f3n de las propias emociones. El adolescente mantendr\u00e1 su emotividad; en lugar de ser sometido, aprender\u00e1 a dominarla y as\u00ed podr\u00e1 optimizar el propio bienestar ps\u00edquico incluso en las circunstancias menos favorables.<\/p>\n Cada ser humano, ya desde muy peque\u00f1o, desarrolla un aprendizaje emocional: aprende qu\u00e9 clase de expresiones son toleradas, pre\u00admiadas, prohibidas o ignoradas en su entorno familiar. Cada familia tiene su cultura emocio\u00adnal propia, a partir de la cual el sujeto constru\u00adye la suya personal. Tambi\u00e9n en el \u00e1mbito edu\u00adcativo de la escuela y de los grupos de iguales o de pertenencia se reconstruir\u00e1 esa urdimbre emocional personal en un camino sinuoso de socializaci\u00f3n que deber\u00eda alcanzar un cierto gra\u00addo de madurez emotiva.\u00a0<\/strong><\/p>\n En nuestra experiencia profesional nos hemos encontrado con algunas distorsiones emocionales que los sujetos han ido adquiriendo en su proceso de socializaci\u00f3n:\u00a0<\/strong><\/p>\n – <\/strong>Una falta de conciencia de las propias sensaciones y emociones o de alguna de ellas. Son j\u00f3venes y adultos con dificultad de conexi\u00f3n con su mundo afectivo. Es como si hubiera desconectado, por aprendizajes restrictivos y dolorosos, de su dimensi\u00f3n emotiva y se hubieran refugiado en el mundo mental. Como dir\u00eda A. Lowen<\/em> (1976), s\u00f3lo tienen cabeza; han cortado por el cuello con el resto del cuerpo.<\/p>\n – Una dificultad de saber expresar emociones, aunque tengan conciencia de ellas. El miedo al rechazo o a ser da\u00f1ados o c\u00f3mo medio de manipulaci\u00f3n inconsciente, llevan al joven a ocultar o disfrazar vivenciales importantes en sus relaciones interpersonales.<\/p>\n – El descontrol emocional en el comportamiento que resulta inadecuado, desproporcionado o destructivo. Normalmente carecen del sentido del l\u00edmite y la responsabilidad de sus sentimientos.<\/p>\n –\u00a0 El manejo manipulativo de emociones para conseguir la atenci\u00f3n o compasi\u00f3n de la persona cercana o permitirse la persistencia de un resentimiento personal hacia quien se sinti\u00f3 agredido.<\/p>\n – La existencia de unas creencias o pensa\u00admientos irracionales as\u00ed como la apreciaci\u00f3n o evaluaci\u00f3n poco realista de s\u00ed mismo o de situaciones vividas.<\/p>\n La psic\u00f3loga y psicoterapeuta Gimeno\u00ad-Bay\u00f3n <\/em>en una reciente publicaci\u00f3n (1997) sos\u00adtiene que la madurez emocional implica los si\u00adguientes componentes:<\/p>\n –\u00a0 La conciencia de las propias emociones y la aceptaci\u00f3n de todas ellas como positivas en s\u00ed mismas, cuando son respuesta a un est\u00ed\u00admulo adecuado.<\/p>\n – Una amplitud de experiencia emocional que contempla una rica gama de emociones y sentimientos.<\/p>\n – La expresi\u00f3n y actuaci\u00f3n matizadas y ade\u00adcuadas de las emociones y sentimientos sen\u00adtidos.<\/p>\n – La permisi\u00f3n de la vivencia \u00edntima de las emo\u00adciones y las respuestas instintuales en un contexto adecuado, y el aprendizaje de las socializadas como contribuyentes al bienes\u00adtar propio y de los dem\u00e1s.<\/p>\n En convergencia con estas formulaciones, tanto en la pr\u00e1ctica de los talleres de creci\u00admiento personal como en el trabajo terap\u00e9uti\u00adco, venimos desarrollando una l\u00ednea de trabajo com\u00fan que formulamos a continuaci\u00f3n como l\u00edneas fundamentales de una educaci\u00f3n senti\u00admental de nuestros adolescentes y j\u00f3venes.<\/p>\n 1\/ \u00a0 Fomentar la capacidad de estar en con\u00adtacto <\/em><\/strong>con la propia urdimbre emocional: escuchar nuestras sensaciones, sentimien\u00adtos y emociones, prestar atenci\u00f3n a lo que sentimos en el aqu\u00ed y ahora. Es fundamen\u00adtal la actitud de atenci\u00f3n continua a la vi\u00advencia en el presente, al propio yo. El joven aprender\u00e1 a descubrirse y a conocer sus necesidades, sus deseos, sus expectati\u00advas, sus mecanismos de funcionamiento y sus modalidades de comportamiento con\u00adtactando con sus emociones y sus senti\u00admientos. \u00ab\u00bfC\u00f3mo me estoy sintiendo?\u00bb es una pregunta que ha de hacerse refleja en la cotidianidad de la vida, en medio de la actividad o de la relaci\u00f3n interpersonal. Pregunta y respuesta lejos de separar del entorno o del momento, ayudan a ade\u00adcuarse mejor al mismo y a lograr una ma\u00adyor integraci\u00f3n personal.<\/p>\n 2\/ \u00a0 Favorecer saber identificar y diferenciar<\/em> <\/strong>nuestros sentimientos y emociones: la am\u00adplitud y riqueza de experiencia emocional nos habla de la densidad del ser humano, de la creativa forma de vivenciar la reali\u00addad y de los m\u00faltiples modos de compor\u00adtamiento a adoptar. Saber qu\u00e9 vivo y sien\u00adto es percatarme de la propia interioridad y cimentar una autoestima que ir\u00e1 crecien\u00addo y, a su vez, energetizando al propio yo.<\/p>\n 3\/ \u00a0 Posibilitar la aceptaci\u00f3n de modos los sen\u00adtimientos<\/em> <\/strong>como naturales y v\u00e1lidos. La criti\u00adca propia o ajena por sentir tal emoci\u00f3n o sentimiento, lleva frecuentemente a distor\u00adsiones afectivas. Todas las emociones y sen\u00adtimientos que podemos experimentar, por el hecho de ser humanos y propios de uno mismo, son aceptables. Cada persona tiene derecho a sentir miedo, amor, odio o alegr\u00eda. Los sentimientos no son discutibles. Son y pertenecen a cada cual que los siente.<\/p>\n 4\/ \u00a0 Propiciar la \u00abresponsabilizaci\u00f3n\u00bb <\/em><\/strong>de los propios sentimientos. Como fen\u00f3menos personales que vivimos y sentirnos nos pertenecen, por ello son responsabilidad nuestra. Aprender a responsabilizarse de las emociones y sentimientos propios con\u00adfiere poder al propio yo. Dicha responsabi\u00adlidad abarca tambi\u00e9n las conductas que se act\u00faan a partir de esos sentimientos y emociones. Responsabiliz\u00e1ndose de los propios sentimientos y de los comporta\u00admientos derivados, el joven asume el po\u00adder de elegir sus conductas y la construc\u00adci\u00f3n de su propio bienestar personal.<\/p>\n 5\/ \u00a0 Ayudar a afirmarse en el propio yo: dere\u00adcho a ser y a expresarse uno mismo,<\/em> <\/strong>res\u00adpetando adecuadamente a los dem\u00e1s. Adem\u00e1s, es fundamental distinguir entre \u00absentir\u00bb una emoci\u00f3n y \u00abexpresarla o ac\u00adtuarla\u00bb. Una cosa es sentir una emoci\u00f3n, sea la que sea, y no podemos impon\u00e9r\u00adnosla, y otra saber elegir c\u00f3mo y cu\u00e1ndo expresarla y actuarla, entonces podremos elegir la conducta m\u00e1s adecuada al con\u00adtexto. De aqu\u00ed la importancia de aprender y manejar un registro amplio de alternativas y de matices graduales en la expresi\u00f3n de los propios sentimientos y emociones.<\/p>\n 6\/ Permitirse vivir<\/em> <\/strong>y expresar sentimientos y emociones diversas:<\/em> <\/strong>crecer y desarrollar una vida satisfactoria.<\/p>\n Es necesario asumir e integrar programas de educaci\u00f3n racional-emotiva en el trabajo con adolescentes y j\u00f3venes, que por sus ca\u00adracter\u00edsticas se adaptan a los rasgos evoluti\u00advos de esta etapa y propician una labor pre\u00adventiva de salud mental en la adolescencia.<\/p>\n La terapia racional-emotiva es un enfoque terap\u00e9utico ideado por A. Ellis (1981) hacia fi\u00adnales de la d\u00e9cada de los cincuenta. Parte del principio fundamental de que nuestras emo\u00adciones se derivan no tanto d\u00e9 lo que nos su\u00adcede cuanto del modo con que interpretamos o evaluamos lo que experimentamos. De este modo, las emociones adecuadas -agradables o desagradables- provienen de una evalua\u00adci\u00f3n realista de nuestras circunstancias perso\u00adnales y de los acontecimientos que nos suce\u00adden y nos permiten acceder a los objetivos deseados. Mientras que las inadecuadas -tam\u00adbi\u00e9n agradables o desagradables- derivan de una interpretaci\u00f3n distorsionada, irracional, de la realidad, y bloquean o paralizan la consecu\u00adci\u00f3n de las metas deseadas.<\/p>\n El mismo Ellis<\/em> se\u00f1al\u00f3 la existencia en la per\u00adsona de unas creencias irracionales, es decir, de unos pensamientos introyectados acriticamente en los primeros a\u00f1os de socializaci\u00f3n que jue\u00adgan un papel fundamental en la interpretaci\u00f3n de las experiencias personales vividas.<\/p>\n Desde el momento que nuestras emociones se derivan en gran parte, seg\u00fan este enfoque, de nuestro modo de pensar, somos de alg\u00fan modo generadores de nuestro estado emo\u00adcional y, en consecuencia, aprendiendo a pen\u00adsar correctamente, de un modo realista y ra\u00adcional, podremos tambi\u00e9n cambiar el modo como sentimos, podremos superar las dificul\u00adtades de naturaleza emotiva.<\/p>\n As\u00ed surge, de algunos colaboradores de Ellis<\/em> (1981), la llamada educaci\u00f3n racional emotiva <\/em>que tiene por finalidad ense\u00f1ar a los adoles\u00adcentes a comprender racional y emotivamen\u00adte c\u00f3mo se desarrollan sus sentimientos, c\u00f3\u00admo distinguir entre suposiciones v\u00e1lidas e in\u00adv\u00e1lidas y c\u00f3mo pensar racionalmente a trav\u00e9s del aprendizaje de habilidades y t\u00e9cnicas de resoluci\u00f3n de problemas y de reestructuraci\u00f3n cognitiva. Existen ya publicaciones de esta \u00edn\u00addole que ofrecen valiosos recursos a los edu\u00adcadores y educadoras.<\/p>\n Hemos de ser conscientes de que ya es\u00adtamos haciendo <\/em>una educaci\u00f3n emocional con nuestros alumnos y alumnas. Pero, \u00bfqu\u00e9 edu\u00adcaci\u00f3n?<\/p>\n Hemos de tomar conciencia de que tambi\u00e9n nosotros necesitamos una reeducaci\u00f3n emo\u00adcional <\/em>que nos permita superar nuestros con\u00adflictos y desajustes emocionales, al mismo tiem\u00adpo que contribuimos a nuestro bienestar per\u00adsonal.<\/p>\n Y hemos de percatarnos de que involucrar\u00adse en una tarea de educaci\u00f3n emocional de los adolescentes nos exige,<\/em> previa y al mismo tiempo, involucrarse en un proceso personal de madurez emocional, en permanente cam\u00adbio. S\u00f3lo as\u00ed estaremos en disposici\u00f3n de res\u00adponder adecuadamente al desaf\u00edo, siempre dif\u00edcil y atractivo, de la educaci\u00f3n integral de las generaciones j\u00f3venes.<\/p>\n – ELLIS, A. GRIEGER, R. (1981), Manual de terapia ra\u00ad<\/em>cional-emotiva, DDB, Bilbao.<\/p>\n – GADNER, H. (1995), Inteligencias m\u00faltiples, <\/em>Paid\u00f3s, Barcelona.<\/p>\n –\u00a0 GIMENO-BAY\u00d3N, A. (1996), Comprendiendo <\/em>c\u00f3mo somos. Dimensiones de la <\/em>personalidad, DDB, Bilbao.<\/p>\n – GOLEMAN, D. (1997), Inteligencia <\/em>emocional, Kai\u00adr\u00f3s, Barcelona.<\/p>\n – LOWEN, A. (1976), Bionerg\u00e9tica, <\/em>Diana, M\u00e9xico.<\/p>\n – MARINA, J. A. (1996), El laberinto sentimental, <\/em>Ana\u00adgrama, Barcelona.<\/p>\n – MARINA, J. A. (1997), \u00ab\u00bfQu\u00e9 son y qu\u00e9 se sabe de los sentimientos?\u00bb en A. ARTETA ET AL., Saber, <\/em>sen\u00adtir, <\/em>pensar, <\/em>Debate, Madrid.<\/p>\n – M\u00c4RTIN, D.-BOECK, H. (1997), Qu\u00e9 es inteligencia <\/em>emocional, Edaf, Madrid.<\/p>\n – NARANJO, C. (1993), La vieja y nov\u00edsima <\/em>gestalt, <\/em>Cuatro Vientos, Santiago de Chile.<\/p>\n – PETERSEN, A.-LEFERT, N. (1995), \u00abDevelopmental is\u00adsues influencing guidelines for adolescent health research: A review\u00bb, Journal of Adolescent Health, <\/em>5, 298-305.<\/p>\n – SALOVEY, P-MAYER, J. D. (1990), \u00abEmotional Intelli\u00adgence\u00bb, Imagination, <\/em>Cognition and Personality, <\/em>9,<\/em> 185-211.<\/p>\n –\u00a0 SALOVEY, P-MAYER, J. D. (1993), \u00abThe Intelligence of emotional Intelligence\u00bb, Intelligence, <\/em>17,\u00a0 433\u00ad-442.<\/p>\n – SERRA, E. (1997), \u00abAdolescencia: perspectiva evo\u00adlutiva, desarrollo afectivo y emocional\u00bb, Ponencia presentada al Vll Congreso <\/em>INFAD <\/em>(Oviedo).<\/p>\n <\/p>\n <\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":" Clemente Lobato\u00a0 Clemente Lobato es profesor de la Universidad del Pa\u00eds Vasco. S\u00cdNTESIS DEL ART\u00cdCULO Es innegable el creciente inter\u00e9s por el estudio de la vida afectiva y su educaci\u00f3n. En cualquier caso, la \u201ceducaci\u00f3n de los sentimientos\u201d es una tarea necesaria y fundamental en los procesos de maduraci\u00f3n personal de los adolescentes y j\u00f3venes. […]<\/p>\n","protected":false},"author":3,"featured_media":0,"comment_status":"closed","ping_status":"closed","sticky":false,"template":"","format":"standard","meta":{"_et_pb_use_builder":"","_et_pb_old_content":"","_et_gb_content_width":"","footnotes":""},"categories":[36,60,9,38,10,19,2,5],"tags":[],"class_list":["post-981","post","type-post","status-publish","format-standard","hentry","category-36","category-60","category-autores","category-clemente-lobato","category-estudios","category-materias","category-mision-joven","category-revistas"],"_links":{"self":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/981","targetHints":{"allow":["GET"]}}],"collection":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/posts"}],"about":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/types\/post"}],"author":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/users\/3"}],"replies":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/comments?post=981"}],"version-history":[{"count":0,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/981\/revisions"}],"wp:attachment":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/media?parent=981"}],"wp:term":[{"taxonomy":"category","embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/categories?post=981"},{"taxonomy":"post_tag","embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/tags?post=981"}],"curies":[{"name":"wp","href":"https:\/\/api.w.org\/{rel}","templated":true}]}}S\u00cdNTESIS DEL ART\u00cdCULO<\/h3>\n
1. Introducci\u00f3n<\/h3>\n
2. Las emociones y los sentimientos en la vida afectiva<\/h3>\n
2.1. \u00bfQu\u00e9 son los sentimientos y emociones?<\/h4>\n
2.2. \u00bfPara qu\u00e9 nos sirven los sentimientos y emociones?<\/h4>\n
3. Conceptualizaci\u00f3n de la inteligencia emocional<\/h3>\n
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4. \u00bfC\u00f3mo podemos educar en la madurez emocional a los adolescentes?<\/h3>\n
4.1. Distorsiones afectivas<\/h4>\n
4.2. \u00bfEn qu\u00e9 consiste la madurez emocional?<\/h4>\n
4.3. L\u00edneas fundamentales de una educaci\u00f3n emocional<\/h4>\n
5. A modo de conclusi\u00f3n dirigida a los educadores<\/h3>\n
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Bibliografia<\/h3>\n