«Yo con mi cuerpo hago lo que quiero»

1 noviembre 2002

 

«Yo con mi cuerpo hago lo que quiero». Eso decía Jack «el Destripador» cuando movía su brazo, prolongado por un cuchillo al frente y hacia arriba, con cierto esfuerzo, eso sí, porque el vientre de la mujer de turno ofrecía una molesta resistencia.

Ya sé que la frase que comento es un gesto de rebeldía contra todo control sexual o legal. Pero sin explicaciones y distingos es un disparate. Lo malo de los tópicos es que disfrutan de una credibilidad inmerecida, se aceptan como moneda de cambio comunicativo,  cuando muchos son moneda fraudulenta.
 
Mi cuerpo es mío, sin duda. Pero, salvo que viva en la más estricta soledad, el cuerpo individual está integrado en una red de relaciones en la que interactúa con otros seres.
 

  •        Una persona es muy dueña de no lavarse, mientras no viva en contacto con otras personas. A la madre de una adolescente embarazada, la frasecita que comento le suena a sarcasmo. Ella va a tener que cuidar de la «autosuficiencia» de su niña.
  •        Una persona podrá beber cuanto quiera, si no produce daño a nadie. Pero después querrá ir a un hospital de la Seguridad Social –que se costea públicamente– para que le curen la cirrosis.

 
Hemos creado un sistema de convivencia en el que todos somos responsables de todos, y eso es un gran progreso. Pero nos introduce de paso en un sistema de exigencias y compromisos mutuos, lo que puede ser un incordio.
¿Con mi cuerpo puedo hacer lo que quiera? Pues depende.
 
 

JOSÉ ANTONIO MARINA
 Crónica (El Mundo), 22.9.02

 

Para hacer

Marina realiza este comentario a partir de una frase,  procedente de la «antología de los tópicos mas tontos». ¿Qué nos parece?

¿Qué conclusiones sacamos de lo que dice?  Respondemos también a la última pregunta del autor y concretamos su respuesta. 

¿Qué otros tópicos son tontos y se convierten en argumentos entre nosotros?

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