"YO SOY EL BUEN PASTOR. EL BUEN PASTOR OFRECE LA VIDA POR LAS OVEJAS” (JN. 10,11)

1 enero 2012

Cesare Bissoli
Universidad Pontificia Salesiana, Roma
 
Presentación de este texto
En el camino que nos presenta el Aguinaldo para 2012 como preparación al segundo centenario del nacimiento de San Juan Bosco, el Rector Mayor propone la persona de Jesucristo Buen Pastor como Palabra de Dios inspiradora. No es un emparejamiento extraño esta relación entre Don Bosco y Jesús Buen Pastor. Se arraiga en el surco de una segura tradición salesiana, a partir del sueño de los nueve años, por la que Don Bosco vivió apasionadamente el carisma de ser el Pastor Bueno de los jóvenes en la escuela de Jesús.
Meditar por tanto en Jesús Buen Pastor según Juan 10 significa ir a la fuente inspirada del Aguinaldo, comprenderla en sus raíces. Es el intento de esta lectio divina que estructuramos en las típicas fases de exégesis del texto, de actualización y de referencia a la vida, suscitando una comunicación, llegando a la oración para partir después en un estilo de vida según Jesús Buen Pastor en la escuela de Don Bosco.
Estas páginas que ofrecemos no deben leerse de prisa, para enterarse de lo que dicen, sino que deben profundizarse y ensancharse movidos por la pasión del corazón salesiano: conocer a Cristo Buen Pastor en el evangelio es el camino maestro para conocer en profundidad a Don Bosco, saber su secreto interior, lo que unifica todo su inmenso trabajo educativo, la fuente de su santidad y de su pedagogía: en una palabra, tocar a Don Bosco en el corazón, es conocerlo verdaderamente.
 
Evangelio según Juan 10, 1-30
 
1«En verdad, en verdad yo os digo: el que no entra en el redil  de las ovejas por la puerta, sino que sube por otra parte, es un ladrón y un bandido. 2Quien en cambio, entra por la  puerta, es Pastor de las ovejas. 3El guardián le abre y las ovejas escuchan su voz: él llama a  sus ovejas, a cada una por su nombre, y las lleva fuera. 4Y cuando ha llevado fuera a todas sus ovejas, camina delante de ellas, y las ovejas lo siguen porque conocen su voz. 5 A un  extraño,  en cambio, no lo seguirán, sino que huirán de él, porque no conocen la voz de los extraños».
6Jesús les dijo esta semejanza, pero ellos no entendieron de qué les hablaba.
7Entonces Jesús les dijo de nuevo: « En verdad, en verdad os digo: yo soy la puerta de las ovejas. 8Todos los que han venido antes de mí, son ladrones y bandidos; pero las ovejas no les han escuchado. 9 Yo soy la puerta: si uno entra a través de mí, se salvará; entrará y saldrá y encontrará pasto. 10El ladrón no viene más que para robar, matar y destruir; yo he venido para que tengan la vida y la tengan en abundancia.

11Yo soy el Buen Pastor. El Buen Pastor da la vida por las ovejas. 12El mercenario – que no es Pastor y al que las ovejas no le pertenecen – ve venir al lobo, abandona las ovejas y huye, y el lobo las arrebata y las dispersa; 13porque es un mercenario y no le importan las ovejas.
14Yo soy el Buen Pastor, conozco a mis ovejas y las mías me conocen a mí, 15 como el Padre me conoce a mí  y yo conozco al Padre, y doy mi vida por las ovejas. 16Tengo otras ovejas que no provienen de este
redil: también a esas las debo guiar. Escucharán mi voz y se hará un solo rebaño, un solo Pastor. 17Por esto el Padre me ama: porque yo doy mi vida, para después tomarla de nuevo. 18Ninguno me la quita: yo la doy por mí mismo. Tengo el poder de darla y el poder de tomarla de nuevo. Este es el mandato que he recibido de mi Padre”…
26Pero vosotros no creéis porque no formáis parte de mis ovejas. 27Mis ovejas escuchan mi voz y yo las conozco y ellas me siguen. 28Yo les doy la vida eterna y no se perderán para siempre y nadie las arrancará de mi mano. 29Mi Padre, que me las ha dado, es más grande que todos y nadie puede arrebatarlas de la mano del Padre. 30Yo y el Padre somos una cosa sola».
 
En la escuela de Don Bosco
Partimos de la invitación a un círculo hermenéutico fundamental que se instaura cuando se leen de modo existencial textos significativos para personas que han vivido intensamente – como Don Bosco – la relación con Jesús: en nuestro caso el Evangelio del Buen Pastor: Jesús Buen Pastor ilumina el sentido que hay que dar a Don Bosco Pastor; Don Bosco Pastor actualiza, penetra, hace comprender, concretiza qué significa Jesús Buen Pastor. Jesús hace de raíz, Don Bosco muestra los frutos: esto lleva a una tarea que interesa específicamente el objetivo del Aguinaldo: conocer a Don Bosco a fondo significa conocerlo primariamente como Pastor, cuya caridad pastoral cualifica globalmente su existencia y nos la propone como escuela de vida.
Aquí se abren diversos caminos.
 
Pista documentada
El primer camino, más derecho, es conocer las citas que Don Bosco hace de Jesús Buen Pastor.
Invito a consultar el volumen de M. Wirth, La Bibbia con Don Bosco. Una lectio divina salesiana II. I quattro Vangeli, LAS, Roma (en imprenta).
Don Bosco cita la figura del Pastor de todos los evangelios, y por tanto también de Jn10, que aquí nos interesa más directamente. Se puede notar que la exégesis corresponde al modo tradicional de su tiempo, pero lo que cuenta es destacar su adhesión interior al motivo de Jesús Buen Pastor, que cita en sus numerosos escritos.
Se caracteriza por una lectura prevalentemente eclesiológica, en varios niveles:
–          pastores son ante todo los papas y los obispos: se recuerda que ellos tienen a Jesús como mandante y modelo y que hacen un servicio que los lleva con frecuencia a dar su  vida por las “ovejas”, los fieles;
–          a nivel ecuménico, Don Bosco subraya ampliamente el hecho doloroso de la división en la Iglesia entre católicos, protestantes, valdenses, para lo que resulta central el v. de Jn 10,16, es decir, la necesidad de “un solo rebaño, un solo Pastor”, de un “solo redil” que es la Iglesia católica, guiada por el Papa;
–          pero hay también un nivel pastoral, aplicado por Don Bosco a sí mismo en relación con los jóvenes con ocasión de la epidemia de cólera de 1854. Se lee en las Memorias Biográficas de Don Bosco:
 
“Cuando se difundió la noticia de que la enfermedad empezaba a propagarse en la ciudad, Don Bosco se mostró hacia sus hijos como padre amoroso, como Buen Pastor. Él, para no tentar al Señor, usó todos los medios de precaución posibles, sugeridos por la experiencia y por la ciencia (…). Pero Don Bosco, insatisfecho de las prevenciones terrenas, se aplicó de todo corazón a recursos muchos más eficaces, a los remedios celestiales. De una persona digna de fe hemos sabido que desde los primeros días del peligro, Don Bosco, postrado delante del altar hizo esta oración al Señor: Dios mío, herid al Pastor, pero conservad el tierno rebaño (cf Mt 26,16). Después, dirigiéndose a la Santísima Virgen dijo: María, vos sois madre amorosa y potente; conservadme a estos amados hijos, y si el Señor quisiese una víctima entre nosotros, heme aquí dispuesto a morir cuando y como a Él le agrade. Era el Buen Pastor, que ofrecía su vida por sus corderitos” (MBe, V, 15-17).
 
Del mismo modo a la parábola de la oveja perdida y buscada por el Pastor en Lc 15,4 le da un lugar especial en su Historia Sagrada.
 
Pista codificada
En las Constituciones de los Salesianos, artículo 11, se lee que en la “lectura del Evangelio” entre “los rasgos de la figura del Señor” más reconocibles en Don Bosco está su “actitud del Buen Pastor que conquista con la mansedumbre y la entrega de sí”, por lo que “su centro y su síntesis (de vida y de acción) es la caridad pastoral” (n. 10).
Es totalmente acertado que en la página de apertura de las Constituciones se cite una promesa de Dios en el profeta Ezequiel (34,11.23) tomada después y actuada por Jesús Buen Pastor en Jn 10, y que ahora aparece en la boca de Don Bosco: “Yo mismo buscaré a mis ovejas y cuidaré de ellas… Yo suscitaré para ellas un Pastor único… Él las conducirá al pasto, será su Pastor”.
Así también al comienzo del c. IV, dedicado a la misión juvenil, pensando en lo que ha realizado Don Bosco, se cita a Mc 6,34: “Jesús vio una gran muchedumbre y se conmovió por ellos, porque eran como ovejas sin Pastor y se puso a enseñarles muchas cosas”.
Por consiguiente la formación de los salesianos y de los miembros de la familia de Don Bosco se orienta a la “misión de educadores pastores” (c. VIII).
 
Pista vivida
Es la misma vida de Don Bosco el ámbito que expresa mejor la compenetración entre Jesús y Don Bosco en la figura común del Buen Pastor. El campo que debe examinarse es su misma existencia toda. Solo así se llega a un “verdadero conocimiento” de nuestro santo (según el programa dado por el Rector Mayor), en cuyo propio el motivo del Buen Pastor tiene una función fundamental de reconocimiento. Se abre un área de exploración amplia y compleja para continuarla con el estudio de obras serias. Aquí en cierto modo abrimos el camino sugiriendo un cotejo que realizar, solos o, mejor aún, en grupo, proponiendo como primera lectura las Memorias del oratorio, donde en 180 páginas Don Bosco mismo narra en primera persona su servicio de Buen Pastor en los años heroicos de su misión juvenil desde 1815 a 1855. Aquí, pues, proponemos un esquema que enriquecer.
Merece la pena partir de la lectura atenta del famoso “sueño de los 9 años” de edad de Juan Bosco en el que el Buen Pastor, acompañado por María, como Buena Pastora, le abre la misión futura de Buen Pastor él mismo en medio de los jóvenes.
Sucesivamente abrimos el camino a un posible paralelismo entre Jesús y Don Bosco proponiendo una confrontación entre Jn 10, 1-18 y el santo de los jóvenes, sin forzarla.
Proponemos cuatro aspectos consonantes:
 
a) Jesús Buen Pastor “llama” a sus ovejas, a cada una por su nombre, las saca del anonimato del rebaño: tiene en su boca mi nombre propio, signo de personalización de la relación, de una Palabra que Él me quiere decir, de una llamada que tiene para mí.
 
Viene enseguida a la mente el gran afecto de Don Bosco: “Basta con que seáis jóvenes para que os quiera mucho”, el cuidado para cada joven al que conocía por su nombre (edad, familia, origen, necesidades, aspiraciones, recursos…), con una relación de amistad que parte desde donde se encontraba el joven, y ofreciendo, por tanto las ayudas necesarias, pero también con propuestas vocacionales fuertes, como a “Domingo Savio”, y – como rasgo sugestivo – debe mencionarse su famosa “Palabra al oído” tan personal, tan íntima y tan eficaz.
 
b) Jesús hace “entrar y salir” a las ovejas y camina delante de ellas, haciéndoles de puerta segura.
Es una percepción dinámica y abierta de la realidad que demuestra tener el que hace antes lo que pide a los demás, suscitando al mismo tiempo compromiso y confianza.
 
Viene enseguida a la mente la realidad del oratorio, recorrido de entradas y salidas en plena libertad. Don Bosco hizo “salir” a los muchachos recluidos en la cárcel de la Generala de Turín en una excursión, en la que quería dar a gustar una vida diferente en la bondad y en la alegría.
Pero al mismo tiempo había seguridad en cuanto a los valores de la vida humana y cristiana, porque en la “puerta” estaba Don Bosco.
Escribe él mismo: “Al salir de la iglesia, me ponía en medio de los jóvenes  y los acompañaba fuera del Oratorio mientras cantaban y alborotaban. Subíamos juntos hasta el rondò, cantábamos después alguna estrofa de un canto religioso y después nos despedíamos hasta el domingo siguiente y nos deseábamos en voz alta ‘Buenas noches’, y cada uno se iba a su casa”.
 
c) “Para que tengan la vida y la tengan en abundancia”.
Para Jesús es el fin de su condición de Pastor, a diferencia de los mercenarios que arrebatan y destruyen la vida de los demás. Se trata de la vida en toda su amplitud física y espiritual, en el tiempo y más allá del tiempo, en una vida que no acaba nunca y crece siempre (eterna). Es vida exuberante, magnífica, superior a cualquier expectativa, permanente y bella de la que es capaz el “hermoso” Pastor. Es en síntesis “la salvación” que Él nos regala. No olvidaremos la seriedad y solidez de este don: brota de su misma vida ofrecida en obediencia al Padre.
 
Don Bosco como Jesús, hizo literalmente entrega de su “vida por sus pobres jóvenes hasta el último aliento”. Lo hizo teniendo muy presente qué significa vida según el Evangelio, vida concreta cotidiana, que une tiempo y eternidad. Con mucho realismo la certificó poniendo como medio indispensable la educación entendida como sistema preventivo y escogió como objetivo educar a los jóvenes a ser “Buenos cristianos y honrados ciudadanos”. Él – en la escuela del Buen Pastor – quería su salvación, en sentido total, alma y cuerpo, ofreciendo todos los recursos necesarios de la escuela y del trabajo, por tanto de orden cultural, profesional, social y político, pero al mismo tiempo ampliando y garantizando el sentido de la vida con una experiencia religiosa intensa y alegre, anclada en “tres columnas”: la Eucaristía, la Confesión y la devoción a María, sin temor a anunciar a sus jóvenes la belleza de la vida en el paraíso mas allá de la muerte. En síntesis propuso abiertamente a los jóvenes la santidad como medida alta y gozosa de la vida. Domingo Savio es el modelo.
 
d) “El ladrón no viene más que para robar, matar y destruir”.
Hemos señalado ampliamente el contexto dramático en el que el Buen Pastor realiza su servicio. Por eso denuncia sin miedo la insidia devastadora de los malos pastores, que se sirven de la vida de las ovejas, no la sirven. Jesús tenía presente a los que abusando de su autoridad, no decían la verdad de la Palabra de Dios, y por lo mismo le contradecían a Él mismo, Palabra de Dios encarnada. Si no hay conversión, el resultado es terrible.
 
Don Bosco fue un gran combatiente por la causa del Evangelio. El ambiente cultural prevalentemente anticlerical y masónico, la propaganda de los protestantes, la debilidad de aquellos pobres muchachos caídos de su pueblo en la ciudad eran factores de peligro. Don Bosco se opuso a ello especialmente con la pluma, las Lecturas Católicas y otras publicaciones (las tres Historias: Sagrada, de la Iglesia, de Italia), y con una catequesis permanente. Como el Buen Pastor, tuvo enemigos, pero él no fue enemigo de ninguno.
 

Cesare Bissoli