\u00bfQu\u00e9 es hoy un adolescente sin tel\u00e9fono m\u00f3vil? Nadie. Actualmente los ritos de pubertad se establecen con una variedad de cicatrices, p\u00faas de gomina en el pelo, tatuajes, piercings, con los que escarifican su cuerpo los adolescentes camino de la discoteca o del botell\u00f3n de fin de semana donde les espera el primer alcohol, el primer sexo y tal vez la \u00faltima droga de dise\u00f1o. Los h\u00e9roes de hoy, como los antiguos, tambi\u00e9n van armados con una lanza para matar al drag\u00f3n que tiene cautiva a una bella princesa. En este caso la lanza es el tel\u00e9fono m\u00f3vil, que concede al adolescente un gran poder. El whatsapp transforma al cobarde en valiente, al t\u00edmido en audaz, al tonto en listo, al tipo duro en un castigador ilimitado, solo que en estos ritos de iniciaci\u00f3n tambi\u00e9n las princesas cautivas usan la misma arma y ya no necesitan ayuda de ning\u00fan h\u00e9roe para escapar del drag\u00f3n. Tanto ellos como ellas saben que sin el m\u00f3vil no son nada.<\/p>\n
No creo que exista ning\u00fan adolescente que al darse cuenta en medio de la noche que ha olvidado el m\u00f3vil no se sienta un guerrero desnudo, desarmado y trate de recuperar a toda costa su lanza. La esencia de esta nueva arma es la inmediatez. En los whatsapps<\/em> la rapidez en responder a las llamadas es m\u00e1s determinante que el contenido de los propios mensajes. Si no contestas de forma instant\u00e1nea puedes quedar fuera de combate, puesto que los mensajes de la amiga, del amante, del novio, del descocido se acumulan, se superponen y ser\u00e1s inmediatamente suplantado. Tener el m\u00f3vil apagado engendra una suspicacia morbosa en la pareja, que puede desembocar en una tormenta de celos si no est\u00e1s permanentemente conectado.<\/p>\n Antes los enamorados se eternizaban en la despedida por el viejo tel\u00e9fono. Cuelga t\u00fa; no, cuelga t\u00fa; anda, cuelga t\u00fa. En cambio, hoy los m\u00f3viles se dise\u00f1an para poder expresar una idiotez cada d\u00eda un segundo m\u00e1s r\u00e1pido. La neurosis de los mensajes superpuestos, inmediatos, ha llegado al extremo que muchos adolescentes y tambi\u00e9n adultos perciben que les vibra el m\u00f3vil en el cuerpo aunque lo hayan dejado en casa. Esta falsa vibraci\u00f3n es un s\u00edndrome de la necesidad de esa llamada, de esa respuesta, real o imaginaria, que se espera con angustia, sin la cual uno se siente solo en el mundo.<\/p>\n