{"id":13182,"date":"2017-10-23T08:00:07","date_gmt":"2017-10-23T06:00:07","guid":{"rendered":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/?p=13182"},"modified":"2017-10-23T08:00:07","modified_gmt":"2017-10-23T06:00:07","slug":"trabajo-trabajo-trabajo","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/blog\/trabajo-trabajo-trabajo\/","title":{"rendered":"Trabajo, trabajo, trabajo"},"content":{"rendered":"
En el mes de septiembre del a\u00f1o 1885, Don Bosco tuvo un sue\u00f1o. So\u00f1\u00f3 que viajaba hacia Castelnuovo, y por el camino se le acercaba un venerable anciano que le dec\u00eda: \u201c\u00a1Trabajo, trabajo, trabajo!\u201d (cfr MB 17, 331)<\/p>\n
Desde entonces, ese lema ha quedado grabado a fuego en generaciones y generaciones de salesianos y educadores, que han hecho del trabajo su bandera, su objetivo, su justificaci\u00f3n y su sentido. Si por algo se ha distinguido la familia salesiana ha sido por su actividad incansable, siguiendo el ejemplo de Don Bosco.<\/p>\n
Y en ocasiones se ha abusado de eso, y el trabajo ha desembocado en un activismo irrefrenable, en un ansia de hacer cosas y m\u00e1s cosas, y en una visi\u00f3n del mundo que juzga a las personas seg\u00fan su nivel de actividad.<\/p>\n
Esto nos ha llevado, sin lugar a dudas, a muchos problemas, mostr\u00e1ndonos muy exigentes con los que pueden trabajar menos, o sinti\u00e9ndonos muy desubicados cuando por edad, salud o cualquier condicionante, no se puede trabajar como se querr\u00eda.<\/p>\n
Creo que habr\u00eda que reorientar ese dicho en nuestro momento actual, recogiendo elementos que hoy en d\u00eda nos dan una perspectiva nueva.<\/p>\n