{"id":1403,"date":"2013-05-01T17:22:01","date_gmt":"2013-05-01T17:22:01","guid":{"rendered":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/index2.php\/?p=1403"},"modified":"2013-05-01T17:22:01","modified_gmt":"2013-05-01T17:22:01","slug":"pastoral-de-la-oracion","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/blog\/pastoral-de-la-oracion\/","title":{"rendered":"Pastoral de la oraci\u00f3n"},"content":{"rendered":"

\"\"<\/strong>\u00a0De un tiempo a esta parte se ha puesto muy de moda el concepto nube. La nube<\/em>, a grandes rasgos, se refiere a Internet, y en concreto a los servicios a los que podemos acceder a trav\u00e9s de la red. Entre las ventajas de la nube est\u00e1n el costo m\u00e1s bajo, la posibilidad de acceso a la informaci\u00f3n y aplicaciones desde cualquier dispositivo con acceso a Internet (si se nos pierde o estropea el ordenador no hay problemas), la posibilidad de compartir recursos f\u00e1cilmente, mantenimiento (nada por parte del usuario, ya que las actualizaciones las maneja el proveedor del servicio), etc… Es decir, todo ventajas y pocos inconvenientes. El problema es que muchos, habituados a la acumulaci\u00f3n de la informaci\u00f3n, no terminan de fiarse de ese lugar virtual en el que almacenar sus archivos o sus aplicaciones.<\/p>\n

Pero el objetivo de estas letras no es hacer publicidad de la nube, sino contar con su paralelismo con la oraci\u00f3n, que me parece m\u00e1s que evidente. Esta es la raz\u00f3n por la que he elegido el icono de una nube para la portada de este mes: creo que se trata de una met\u00e1fora m\u00e1s que eficiente para educar a los j\u00f3venes en esta pr\u00e1ctica:<\/p>\n