{"id":14137,"date":"2018-05-04T08:00:16","date_gmt":"2018-05-04T06:00:16","guid":{"rendered":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/?p=14137"},"modified":"2018-05-04T08:00:16","modified_gmt":"2018-05-04T06:00:16","slug":"camino-de-santidad","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/blog\/camino-de-santidad\/","title":{"rendered":"Camino de santidad"},"content":{"rendered":"
He le\u00eddo con detenimiento la \u00faltima exhortaci\u00f3n del papa Francisco, Gaudete et Exsultate<\/a>. A nosotros, salesianos, no nos deber\u00eda resultar extra\u00f1a el uso de santo <\/em>como sin\u00f3nimo de feliz<\/em> que hace el Papa en el cap\u00edtulo 3<\/a> del documento ya que hacemos consistir la santidad en estar <\/em>siempre alegres<\/em><\/a>, pero s\u00ed que ha habido un par de asuntos que me han llamado la atenci\u00f3n.<\/p>\n La primera de ellas tiene que ver con uno de los enemigos de la santidad mencionados en el cap\u00edtulo 2: el pelagianismo actual<\/a>. \u00bfCu\u00e1ntas veces, incluso en nuestros ambientes, se bombardea a los j\u00f3venes con mensajes del tipo: \u201cque nadie te diga lo que no puedes hacer\u201d<\/em>, \u201csi quieres, puedes<\/em>\u201d, \u201cdise\u00f1a tu propio futuro, elige tu propia vida<\/em>\u201d? Evidentemente estos mensajes son positivos y ayudan a reforzar la autoestima, pero encierran una amenaza enorme si no explicitamos la acci\u00f3n de Dios en sus procesos vitales.<\/p>\n S\u00ed, \u201cque nadie te diga lo que no puedes hacer<\/em>\u201d, pero no puedes hacerlo todo t\u00fa solo. Necesitar\u00e1s ayuda, necesitar\u00e1s consuelo, tus fuerzas no bastar\u00e1n\u2026 y all\u00ed estar\u00e1 \u00c9l, a tu lado, acompa\u00f1\u00e1ndote.<\/p>\n Seguramente sea cierto que \u201csi quieres, puedes<\/em>\u201d, pero no necesariamente debas<\/em> hacerlo. La apetencia de uno solo sin la orientaci\u00f3n que nos va revelando la Providencia puede que no nos convenga. Incluso puede que creamos que el deseo es nuestro, pero que en realidad sea otro el que lo ha puesto ah\u00ed<\/a>, en nuestro coraz\u00f3n, para alejarnos del camino de santidad al que estamos llamados.<\/p>\n La segunda cosa que me gustar\u00eda destacar est\u00e1, de alguna manera, relacionada con la primera. En el cap\u00edtulo cuarto<\/a>, Francisco desgrana algunas de las caracter\u00edsticas de la santidad en el mundo de hoy: aguante, paciencia, mansedumbre, la ya mencionada alegr\u00eda, el sentido del humor, la audacia y el fervor, la oraci\u00f3n y el aspecto comunitario de la senda hacia la santidad. Introduce, en el 129<\/a>, el concepto de parres\u00eda<\/em> que define como audacia, empuje evangelizador que deja una marca en este mundo<\/em>. Merece la pena reproducir el 131:<\/p>\n Miremos a Jes\u00fas: su compasi\u00f3n entra\u00f1able no era algo que lo ensimismara, no era una compasi\u00f3n paralizante, t\u00edmida o avergonzada como muchas veces nos sucede a nosotros, sino todo lo contrario. Era una compasi\u00f3n que lo mov\u00eda a salir de s\u00ed con fuerza para anunciar, para enviar en misi\u00f3n, para enviar a sanar y a liberar. Reconozcamos nuestra fragilidad pero dejemos que Jes\u00fas la tome con sus manos y nos lance a la misi\u00f3n. Somos fr\u00e1giles, pero portadores de un tesoro que nos hace grandes y que puede hacer m\u00e1s buenos y felices a quienes lo reciban. La audacia y el coraje apost\u00f3lico son constitutivos de la misi\u00f3n.<\/em><\/p><\/blockquote>\n A menudo encuentro que en algunos sectores de la Iglesia somos tibios en el anuncio. Y, revestido de una especia de extra\u00f1o respeto por el otro, dejamos pasar oportunidades para proclamar la Verdad. Si verdaderamente confiamos en el Buen Pastor, no tenemos nada que temer y toda una eternidad por ganar. Cuando pienso en la expresi\u00f3n olor de santidad<\/em>, no puedo dejar de pensar en que ese olor debe ser parecido al del de la oveja perdida que, tras ser encontrada, se deja llevar sobre los hombros de su pastor, sabiendo que \u00e9ste le conduce a los mejores pastos, de vuelta a casa, con el reba\u00f1o que cuida de ella.<\/p>\n