{"id":1755,"date":"2012-09-01T15:45:26","date_gmt":"2012-09-01T15:45:26","guid":{"rendered":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/index2.php\/?p=1755"},"modified":"2012-09-01T15:45:26","modified_gmt":"2012-09-01T15:45:26","slug":"repensar-la-educacion","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/blog\/repensar-la-educacion\/","title":{"rendered":"Repensar la educaci\u00f3n"},"content":{"rendered":"

No se puede hablar propiamente de una generaci\u00f3n ni-ni, m\u00e1s all\u00e1 de la etiqueta medi\u00e1tica, ni uniformizar ninguna generaci\u00f3n, ni la X ni la Y, ni siquiera la del Mayo del 68. En la llamada generaci\u00f3n ni-ni, se trata de un fen\u00f3meno que tiene sus ra\u00edces en una situaci\u00f3n no tan generacional como estructural y en una crisis grave que va m\u00e1s all\u00e1 de lo econ\u00f3mico, que impregna, desde hace tiempo, la estructura misma de la sociedad y que ataca directamente a lo que entendemos por cohesi\u00f3n social.<\/p>\n

Una crisis que tiene que ver con principios educativos, con la falta de visi\u00f3n humanitaria en los procesos de crecimiento econ\u00f3mico y desarrollo de los pa\u00edses y tambi\u00e9n -y fundamentalmente- con la falta de planteamientos pedag\u00f3gicos en el crecimiento y el desarrollo personal de j\u00f3venes, cuyo futuro parece ser considerado de manera instrumental y solamente en t\u00e9rminos de \u00e9xito o fracaso profesional en un contexto competitivo y productivo, de lucha personal y de carrera por llegar el primero.<\/p>\n

Ante este panorama, el fen\u00f3meno ni-ni acaba siendo la historia de un fracaso de pol\u00edticas sociales, educativas y econ\u00f3micas. Y las v\u00edctimas de este fracaso, como casi siempre, son personas de sectores vulnerables que pueden acabar marginados o excluidos de la sociedad, j\u00f3venes a quienes se ha elevado, con la ayuda de algunos medios de comunicaci\u00f3n, a la categor\u00eda de h\u00e9roes de lo cutre, contestatarios sin causa o rebeldes del rid\u00edculo, que han puesto de moda que lo burro es mejor, que el maltrato es normal o que se pueden permitir cualquier cosa viviendo a costa de los dem\u00e1s.<\/p>\n

Son grupos, individuos, que representan el fracaso escolar, que en alg\u00fan momento pas\u00f3 desapercibido negligentemente en la escuela o el denominado descontrol en la familia que no puso l\u00edmite alguno a lo que quiz\u00e1 pasaba de la raya. En este c\u00f3ctel de ingredientes, hay que sumar la contrapropuesta: un af\u00e1n de uniformizar el \u00e9xito y el participar como sea del modelo hegem\u00f3nico del liberalismo de nuestros d\u00edas, como lo normalizado en el siglo XXI.<\/p>\n

Un modelo que abona en estos j\u00f3venes ni-ni una apat\u00eda que se traduce en un \u00abno me importa\u00bb, igualmente individualista, demasiado habitual ante una gran dosis de frustraci\u00f3n, ante una no tolerancia a la contrariedad o a un simple no, porque no han entendido o nadie les ha explicado…, y que sin culpar a nadie de responsabilidades ponen a toda la sociedad contra las cuerdas para que reaccionemos ante esta parte m\u00e1s sucia del funcionar econ\u00f3mico y social contempor\u00e1neo. \u00a0[\u2026]<\/p>\n

Muchos profesionales oportunistas han podido hacerse con un plus, con este ni estudiar ni trabajar de un grupo relativamente numeroso, e importante cualitativamente, de muchachos y de muchachas que no se quieren preparar para la vida laboral y que se sienten bien con la comodidad de que alguien les mantenga. Primero, la familia, despu\u00e9s, la protecci\u00f3n social. Y ello con la consiguiente angustia de una parte de la juventud que se encuentra en esta situaci\u00f3n.<\/p>\n

Este espect\u00e1culo, tan llamativo como deplorable, lleva a que oficialmente se tape, se remiende o repudie y, por exigencias del gui\u00f3n, hoy se han hecho las tres cosas. Pero no se ha enfocado bien y en lugar de pensar educativamente hacia esta poblaci\u00f3n, hacia sus familias, sus escuelas, sus entornos y los medios de comunicaci\u00f3n, preventivamente, se ha actuado terape\u00faticamente en pol\u00edticas y acciones reactivas, respuestas y recursos tecnol\u00f3gicos condenados a ser puntuales.<\/p>\n

Una vez m\u00e1s se ha pensado que la juventud es el problema y no el modelo de sociedad y sus sistemas educativos, reglados y no tan reglados. No se trata de salvar a esos grupos, sino de salvar un sistema social que hay que repensar a fondo y tambi\u00e9n en t\u00e9rminos educativos, como la \u00fanica manera para que estas y otras generaciones sepan elegir teniendo un pensamiento propio s\u00f3lido y no s\u00f3lo en funci\u00f3n de la oferta y la demanda (de empresas competitivas o de empresas medi\u00e1ticas), a quienes ni el estudio ni el trabajo personal deben supeditarse hasta el punto de perder la propia decisi\u00f3n.<\/p>\n

Pilar Heras, La Vanguardia, 14\/11\/2010<\/strong><\/p>\n

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