{"id":21476,"date":"2023-01-04T17:10:45","date_gmt":"2023-01-04T17:10:45","guid":{"rendered":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/blog\/mision-joven-noviembre-2022-dimension-comunitaria-de-la-fe-2\/"},"modified":"2023-02-22T07:00:44","modified_gmt":"2023-02-22T07:00:44","slug":"mision-joven-enero-febrero-2023-etica-del-cuidado-cuidar-nos-y-cuidar","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/blog\/mision-joven-enero-febrero-2023-etica-del-cuidado-cuidar-nos-y-cuidar\/","title":{"rendered":"Misi\u00f3n Joven | Enero-Febrero 2023: \u00c9tica del cuidado. Cuidar-nos y cuidar."},"content":{"rendered":"
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Hay dos tipos de personas: las que se hacen cargo del dolor y las que pasan de largo; \u00a0las que se inclinan reconociendo al ca\u00eddo y las que distraen su mirada\u00a0y aceleran el paso (FT 70).<\/p>\n
Pienso que no hay nada m\u00e1s noble en el ser humano que cuidar a las personas que deambulan\u00a0junto a \u00e9l en el camino de la vida. Hoy creo que, m\u00e1s que nunca, es necesaria una \u00e9tica\u00a0del cuidado cuyo principal activo sea la virtud (en el sentido de la aret\u00e9 griega) de la atenci\u00f3n\u00a0al otro expresada en la cercan\u00eda, la acogida, la atenci\u00f3n o la sanaci\u00f3n de las heridas que\u00a0mortifican a nuestros hermanos y hermanas. El por qu\u00e9 de este implicarnos en la vida de los\u00a0dem\u00e1s para acariciar, abrazar o vendar corazones est\u00e1 en la dignidad que compartimos: la de\u00a0ser todos hijos de Dios en una fraternidad universal. Desde esta antropolog\u00eda que tiene sus\u00a0ra\u00edces en la misma revelaci\u00f3n judeo-cristiana, no cabe el dar rodeos ante el dolor ajeno, el permanecer\u00a0indiferentes ante el sufrimiento de mi hermano herido o el vivir en una autorreferencialidad\u00a0ego\u00edsta, una burbuja que antes o despu\u00e9s nos har\u00e1 toparnos con la realidad de una\u00a0soledad vac\u00eda y poblada de aullidos.<\/p>\n
Frente a tantos reclamos como a nuestro alrededor nos invitan disfrutar de la vida haci\u00e9ndonos\u00a0sentir el ombligo del mundo y prescindiendo de los dem\u00e1s, la \u00e9tica del cuidado nos compromete\u00a0a descentrarnos y a mirar la realidad desde otro \u00e1ngulo. Se trata de poner por delante\u00a0siempre a los otros. Una propuesta que, en labios de Jes\u00fas de Nazaret, suena absolutamente\u00a0revolucionaria: no dar rodeos ante quien ha sido apaleado y abandonado a la vera del camino\u00a0(cfr. Lc 15, 11-32); dar a quien te pide sin esperar nada a cambio (cfr. Lc 6, 30); abrigar soledades\u00a0(cfr. Lc 6, 29) ; tocar la herida y vendar desesperanzas (cfr. Lc 5, 12-16).<\/p>\n
Y luego est\u00e1 el cuidar-nos. Amar a los dem\u00e1s como te amas a ti mismo tiene solo una medida:\u00a0la del amor a Dios porque hemos sido amados primero, de forma des-medida. Amar-nos\u00a0como nos ama Dios, es decir, preocupados por los dem\u00e1s, atentos a las necesidades, despreo.\u00a0Hay dos tipos de personas: las que se hacen cargo del dolor y las que pasan de largo;\u00a0las que se inclinan reconociendo al ca\u00eddo y las que distraen su mirada\u00a0y aceleran el paso (FT 70).\u00a0cupados por nosotros mismos cuando se trata de cuidar al hermano. Muy lejos, a mi entender,\u00a0de tanto buenismo como expresamos cuando deseamos, a veces banalmente, \u201c\u00a1cu\u00eddate!\u201d,\u00a0a quien despedimos despu\u00e9s de un fugaz encuentro por la calle. Tendr\u00edamos que desear,\u00a0m\u00e1s bien, \u201c\u00a1cuida a los dem\u00e1s!\u201d. En clave evang\u00e9lica, cuidarnos solo puede entenderse desde\u00a0la invitaci\u00f3n de Jes\u00fas a salir de uno mismo y renunciar a ser el centro de nuestras preocupaciones\u00a0(cfr. Mt 16, 24-28) dejando a los otros en su segundo plano. Por el contrario, Jes\u00fas nos\u00a0recuerda: cuida de \u00e9l (cfr. Lc 10, 34).<\/p>\n
Eclesialmente, el Papa Francisco nos ayuda a comprender que hoy nuestra presencia en el\u00a0mundo debe poner mayormente de relieve la misericordia y la ternura, en un mundo de soledades\u00a0y violencia, vulnerabilidad y abandono\u2026 Francisco apunta al coraz\u00f3n del ser humano, \u00a0a poner por delante a quien sufre y sangra, a cuidar con mimo olvid\u00e1ndonos de nosotros mismos.<\/p>\n
Tendr\u00edamos que estar atentos ante tanto mensaje cuqui y tantas referencias a la autoayuda \u00a0para no desenfocar el camino que nos propone Jes\u00fas de Nazaret: la renuncia a uno mismo\u00a0y la entrega de la vida por amor, por puro amor. Y eso, desvivirse, es cuidar a las personas\u00a0con las que comparto la vida. S\u00ed, ya s\u00e9 que surge la pregunta inevitable: \u00bfqui\u00e9n cuida al cuidador?\u00a0Tambi\u00e9n Jes\u00fas nos responde: \u201cYo estar\u00e9 contigo siempre\u201d (cfr. Mt 28, 16-20) y \u201cser\u00e1 el\u00a0Esp\u00edritu quien pondr\u00e1 en ti la fuerza\u201d (cfr. Lc 12, 11).<\/p>\n
Educar en esta \u00e9tica del cuidado en clave evang\u00e9lica es todo un reto pastoral. Acompa\u00f1ar\u00a0hacia la adultez creyente es acompa\u00f1ar cristianos que entiendan vitalmente que hay m\u00e1s alegr\u00eda\u00a0en dar que en recibir (cfr. Hch 20, 35), que la renuncia a uno mismo es poner a mi hermano\u00a0herido y abandonado en el centro y cuidarlo como yo me siento cuidado y amado por\u00a0Dios mismo, dejando que su Esp\u00edritu hable por mi boca y se exprese a trav\u00e9s de mis manos\u00a0que sanan y abrazan. Pura gracia que cicatriza heridas y alienta la esperanza, tambi\u00e9n en el\u00a0coraz\u00f3n del sanador.<\/p>\n
Por eso hemos querido dedicar este n\u00famero de MISI\u00d3N Joven a la \u00e9tica del cuidado. Cuatro\u00a0reflexiones nos ayudan, desde distintas perspectivas, a acercarnos a este compromiso\u00a0evang\u00e9lico\u00a0y a profundizar en una praxis pastoral que eduque en esta sensibilidad:<\/p>\n
M\u00aa del Carmen Mass\u00e9, profesora de la Universidad Pontificia Comillas (Madrid) desde una\u00a0visi\u00f3n antropol\u00f3gica, reflexiona sobre \u201cCuidar es humano. Cuidar nos hace humanos\u201d.<\/p>\n<\/li>\n
Desde una perspectiva b\u00edblica, Miguel \u00c1ngel M. Nu\u00f1o, profesor de la Universidad Pontificia\u00a0Salesiana (Roma) nos propone la reflexi\u00f3n: \u201cUn Dios que nos cuida y nos ense\u00f1a a cuidar\u201d.<\/p>\n<\/li>\n
Desde la historia del cristianismo, Juan Carlos Aonso, salesiano, nos ofrece una reflexi\u00f3n\u00a0sobre \u201cLos santos cuidadores\u201d proponiendo una aut\u00e9ntica espiritualidad del cuidado.<\/p>\n<\/li>\n
Finalmente, Jos\u00e9 Carlos Bermejo, camilo, nos ayuda a plantear una \u201cPastoral del cuidado\u201d,\u00a0poniendo de relieve una praxis que haga de nuestro mundo un lugar humanizado.<\/p>\n<\/li>\n<\/ul>\n
Abrimos este nuevo a\u00f1o con novedades gr\u00e1ficas en nuestra revista, secciones nuevas en el\u00a0Cuaderno Joven, nuevos colaboradores y un cuaderno final que queremos dedicar a la Iglesia\u00a0sinodal en preparaci\u00f3n a la asamblea convocada por el Papa Francisco y que en estos meses\u00a0vive su proceso de b\u00fasqueda y di\u00e1logo en la fase continental. Deseamos que este nuevo a\u00f1o\u00a0reci\u00e9n estrenado traiga frutos pastorales por la acci\u00f3n del Esp\u00edritu. Solo \u00c9l har\u00e1 pr\u00f3speras las\u00a0pobres obras de nuestras manos. Feliz a\u00f1o 2023 a todos nuestros lectores.<\/p>\n